Partida Rol por web

[DM04/20] 5 personajes en busca de autor

Tercer (y último) acto.

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24/04/2020, 12:03
Director

I N T R O D U C C I Ó N

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24/04/2020, 12:22
Bernardo

La pequeña sádica se agarró a Cornelia como un koala y le dio un beso con lengua terminado en un pequeño mordisquito.

Entre tanto los gritos de dolor de los fans del kkk se mezclaron con los gritos de terror de los conductores que presenciaban la escabechina, muchos de los cuales abandonaron los coches para salir corriendo de la escena.

Las sacó de su ensimismamiento la voz de Bernardo, que con su nueva pinta, verde y grandota, pero moteado de rojo por de sangre y los trocitos de carne de sus víctimas, llamaba a su compañera.

—¡Peque, Peque! ¡Que te has perdido la fiesta!

Y luego le mostró un teléfono móvil que en su mano engrandecida parecía diminuto.

—Ánima, eh. ¡Que tienes una llamada de la jefa! Dice que Culero, Mackenzie y Steve se han llevado su historial y que tienes que llevarte al gordo a casa de su autor y asegurarte de que no lo matan.

Y con obediencia Alma tomó a Cornelia de sus brazos y la llevó de paseo por el cielo del Gran Manchester.

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24/04/2020, 12:51
Steven House

El mayordomo fue asintiendo a Mackenzie, Culero, Steve y el taxista con parsimonia y abrió la verja para dejarlos pasar.

—Acompáñenme, si son tan amables.

Y los guió a paso de tortuga hacia la puerta de la casa.

En el cielo vieron un puntito que se hizo más y más grande. Era Ánima, la pequeña sádica del comité de bienvenida, que llevaba a otra mujer en brazos.

Todavía se veían pequeñas cuando la "pasajera" multiplicó su tamaño de repente, como una palomita de maíz, transformándose en un hombre gordote, lo que les hizo perder considerable altura.

Pronto vieron que el fardo se trataba de Steven, a quien Ánima posó en el césped, frente a ellos, con delicadeza.

Para él el viaje había venido siendo confuso. Había visto desde el aire como Ánima lo llevaba hasta una enorme mansión rodeada de césped y luego lo dejaba en tierra, ya siendo él mismo, frente a sus "hermanos", a mitad de camino hacia la puerta del casuplón.

Mackenzie, Steve y Culero estaban junto a un mayordomo alto y espigado y un tipo con bigote de espadachín, gafas tintadas con forma de corazón y pinta de yonqui ocasional.

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24/04/2020, 12:56
Ánima

Ánima se los quedó mirando con ímpetu.

—No le matéis ¿Vale?

Hizo un gesto con el dedo y sacó de un bolsillo interior de su kimono un papel plegado. Era la típica instancia —modelo (P-101)— con preguntas, cuadritos para poner letras y con apartados para datos personales (Dirección del autor, Nombre/nombres del/los personajes...), número de cuenta bancaria y firma. Se lo ofreció a Steve.

—Pero no salgáis sin que haya rellenado esto.

Y se echó a un lado para dejarles seguir su camino.

El mayordomo continuó a su paso lento y les hizo entrar hasta un salón lleno de libros y muebles antiguos.

No tardó en aparecer el hombre que figuraba en el informe que Mackenzie había robado junto al coche estrellado. Su autor, el tal M.D. Fullenher.

Era exactamente igual que la foto, con pinta de estar vivo gracias a transfusiones de sangre de niño y los miró como quien descubre una patata podrida en la despensa.

—¡Hoola?

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24/04/2020, 13:33
Mackenzie Wood

No le pasó desapercibido a Mackenzie el gesto de Culero. Con su sombrero en la mano y a pesar de aquellas pintas que tenía —que todo había que decir, estaba empezando a apreciar—, transmitía una especie de respeto circunspecto aunque sólo una delgada capa más abajo se percibía una vibración, como si estuviera a punto de echarse a bailar, a correr, a repartir con sus nunchakos… No lo tenía muy claro. Pero algo sí sabía: que fuera lo que fuera lo que sintiera o se propusiera hacer, ella le apoyaría. ¿No era acaso su hermano? Respecto a Steve… Bueno, con Steve prefería no tener exactamente sentimientos fraternales y después de haberse dispuesto a rociar con el extintor a dos psicópatas armados para tratar de que no muriera, sabía que haría cualquier cosa por protegerlo.

¿Qué daño les podría hacer su autor? No tenía ni idea. Pero si había podido crearlos con su pluma… O su portátil, lo que fuera, ¿no podría destruirlos con un gesto? No parecía que las cosas funcionaran así por lo que había contado el taxista, pero fíate tú de cómo puede funcionar algo cuando todas las reglas de la existencia que conocías se han ido a tomar por el culo.

Cuando el punto en el cielo comenzó a hacerse grande, gordo sería una palabra más precisa, Mackenzie señaló hacia arriba.

Vaya, mirad quien ha abandonado a sus acólitos.

Una vez en el salón, el gesto de desprecio de la basurilla de Fullenher hizo que Mackenzie hinchara las aletas de su nariz. Habría debido esperar a que hablara Steve o Culero, pero le hirió tanto la expresión de aquel tipo con pinta de momia, que sintió que le ardía el rostro —odiaba cuando su cara pecosa se ponía roja a trozos. Dio unos pasos y tiró al suelo el objeto de más valor que tenía al alcance con la intención de hacerlo añicos.

Óyeme bien, pedazo de mierda: ¡quiero que me devuelvas a mi madre!

Si la conocía tal vez supiera aún mejor que ella de qué sería capaz.

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24/04/2020, 15:01
Steve

Steve alucinaba: la pequeña castigadora llegaba volando, y traía con ella a Boscemi. En las historias apocalípticas, a veces llovían ranas: en el mundo real, caían fascistas del cielo.

Aunque pensó que, bien mirado, no debería sorprenderle: si les había hecho volar a Mackenzie y a él, ¿por qué no iba a poder volar ella?  Lo de Boscemi era más complicado, por el peso, y por las personalidades adicionales, pero...

— Hey — saludó con una sonrisa — Os hubiéramos esperado, pero... bueno, al final no lo hicimos.

Cogió el papel, y levantó la palma de la mano, como si fuera un boy scout jurando.

— Nada de matar. Prometido.

Con el papel en la mano, avanzó hacia el interior.

— Creo que le van a hacer pagar impuestos por habernos creado — pensó — Me jode que tengamos que traerle las malas noticias nosotros. Y, encima, va a tener que pagarle el taxi a nuestro colega.

Steve hubiera esperado que su creador apareciera de forma más... ceremoniosa. Casi mística. Levitando, con un brillo extraño, una voz poderosa... algo. En vez de eso, apareció lo que parecía un fósil viviente del rock, y les miraba con desagrado. Steve iba a abrir la boca para presentarse, pero Mackenzie se le adelantó en un arranque de furia.

— Genial: los impuestos, el taxi, y, ahora, el jarrón — se dijo — Le vamos a salir caros.

— Buenos días, señor Efe — dijo, con una media sonrisa, y saludando con la mano que no tenía el papel — Supongo que no necesitamos presentación.

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24/04/2020, 17:11
Culero Connor

Al parecer Ánima había rescatado a Boscemi de sus fanáticos, y ellos habían sido lo suficientemente predecibles como para ir exactamente al lugar donde les estaba esperando. Seguramente era el primer impulso de todo imaginata, ir hacia su Creador. Aquel impulso debía de tener algún nombre y todo en esa nueva realidad, Culero estaba seguro.

La verdad era que el encuentro con su Creador había sido algo... anticlimático. Su rostro no le transmitía nada en absoluto. Culero anticipó la tormenta al ver como las aletas de la nariz de Cielo se hinchaban con fastidio. El jarrón voló, y Steve trato de recomponerlo con palabras. Se le daban bien, las palabras. Aguardó en silencio, expectante ante lo que su autor tuviera a bien de decirles.

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24/04/2020, 22:29
Steven Boscemi

Los recuerdos que pensaba que habían sido olvidados se fueron difuminando poco a poco y se encustraron en mí como una astilla en el dedo. Cuando me desperté, te si una ligera amnesia Joder vaya nochecita ¿dónde he aparcados? Pero entonces el recuerdo de la selva, de mi antigua casa... Salieron y me quedé completamente pálido. Cornelia "se despertó" y dijo Vaya ¿Qué ha pasado? ¿Otra de tus juergas stievi? ¿Qué que ha pasado? ¡Serás zorra! ¡Ha vuelto a ocurrirá! ¡ No podías tranquilizarte, me juraste que... Seguí gritando y cada vez me estaba poniendo más rojo, incluso se me hinchó la vena del cuello a. 

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25/04/2020, 12:45
M.D. Fullenher

El autor miró el jarron roto en el suelo con una mueca en la cara, luego al taxista, como queriendo reconocerle y finalmente, mientras Steven discutía con alguien de su interior, Fullenher se dignó a hablar, pero lo hizo centrándose en Steve, sin mirar a los demás.

—Creo que nos hemos presentado mal. Voy a salir y volver a entrar, y empezamos de nuevo… ¿Vale?.

Y salió dejándolos un par de segundos a solas.

Luego entró dando una patada a la puerta, que era de dos hojas, a pecho descubierto, con una catana desenvainada en las manos, haciendo un grito que Culero reconoció como un kiai de las artes marciales exagerado hasta el punto de parecerse más bien al graznido de un cuervo castrado.

El taxista dio un salto hacia adelante, como en una maniobra para detenerlo que el autor esquivó para luego cortarle la cabeza de un tajo, que salió rodando por el suelo sin que se cayeran sus gafas con forma de corazón.

La sangre salía del cuerpo a chorros, que cayó de rodillas, dejando la alfombra perdida.

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25/04/2020, 15:18
Culero Connor

Abrió los ojos como platos al presenciar como Fullenher cercenaba la cabeza del entusiasta taxista en un único movimiento limpio, fluído. Le dió un poco de pena por el conductor, pero, por otra parte, aquellos anteojos tenían un groove especial. Fue hacia donde la cabeza había rodado y, agachándose, extrajo las gafas con forma de corazón de su antiguo propietario y se las puso a sí mismo. Interpretó aquel gesto no sólo como una mejora a su aspecto actual sino también como un homenaje a su antiguo propietario. Finalmente, cerró los ojos del amigable chofer.

A continuación se levantó con parsimonia, y, juntando las manos en una inclinación respetuosa, murmuró con cierta devoción.

—Sensei. Este es vuestro humilde aprendiz, Culero Connor.

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25/04/2020, 15:51
Mackenzie Wood

Las piernas de Mackenzie temblaron. La gratuidad con la que aquella bestia había matado al pobre taxista hizo que apunto estuviera de caer al suelo. Se sostuvo agarrándose a una estantería, dudando si salir corriendo, si gritar con fuerza para que la pequeña sádica supiera que algo horrible acababa de pasar o si dejar que por su boca salieran todos los insultos hacia aquel andrajo viviente, más parecido a un zombie que muchos de los que había visto, seguramente —ahora lo pensaba—, inspirados en lo que aquel malnacido veía todos los días en el espejo.

Sin alejarse de la pared se movió hacia la chimenea con la intención de agarrar un atizador.* De poco le serviría si alguien con esa habilidad quería atacarla pero necesitaba sentir que tenía al menos una posibilidad y siempre podría tratar de ayudar si atacaba a otro.

Entonces vio a Culero tomar las gafas del pobre infeliz y completar su atuendo. Faltó que en el aire sonara algún solo de guitarra o tal vez de trompeta a lo Ennio Morricone. Era como si hasta ese momento le hubiera faltado ese detalle, como si ahora pudiera ser realmente él mismo en otro nivel. Había algo de homenaje en su gesto y luego, en lugar de atacar a Fullenher, decidió algo seguramente mucho más inteligente: aplacarlo. Fueran sinceras o no sus intenciones tal vez podría funcionar.

¿Qué pretende un autor con su obra? Puede que muchas cosas. Pero una de ellas podría ser convertirse en el pequeño dios de un teatro de marionetas y aquella piltrafa humana tenía pinta de creerse Dios o el diablo en persona. Y no parecía querer permitir que sus marionetas escaparan de su control. A la chica le entraron ganas de atravesarle el pecho con una estaca cuando estuviera durmiendo la mona tras algún festival de drogas. Quién sabe si algún día tendría esa posibilidad.

Miró a Steve y agarró el atizador con fuerza rogando que aquel loco hubiera dado por terminada la carnicería.

Notas de juego

*Esto, por supuesto, si hay alguna en la escena. Lo he supuesto por ser el salón de una mansión.

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25/04/2020, 19:33
Steven Boscemi

Tras un diálogo de besugos con Cornelia me doy cuenta de que no sé dónde estoy. ¿Dónde estamos? He perdido a un grupo del clan ¿los habéis visto? Después veo a al hombre con la cara a y dijo ¡Joder dónde está un arma cuando se necesita, joder! ...

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25/04/2020, 21:46
Steve

— Vale — respondió el locutor.

Steve pensó en unas palabras amables que pudieran deshacer el enojo de su creador, pero, cuando iba a abrir la boca, aquel irrumpió chillando, y asesinó a su amigo el taxista.

— ¡Eh! ¡Joder, hijo de puta! ¡Le has matado!

Retrocedió espantado, y más espantado aún cuando Culero Connor le quitó las gafas a la cabeza de su colega, y se puso a las órdenes de Fullenher. Temiendo que pretendiera vengarse de Mackenzie por el incidente del jarrón, se colocó entre ella y Fullenher.

— Eres un hijo de puta, ¡le has matado, joder! — siguió porfiando — ¡No te había hecho nada, coño, sólo nos ha acompañado! ¡No puedes matar a la peña porque te salga de los cojones!

Steve se preguntó si aquello no iba contra las reglas. ¿Ese tío podía matar a su colega, sólo porque era un imaginata? ¿O simplemente estaba loco?

— Soy el puto Steve, el locutor, ya sabes quién soy. Estoy aquí porque tú me escribiste — añadió, señalándole con el dedo — Igual que a los demás. Yo no tengo la culpa, yo no te elegí a ti, ¿vale?

Miró otra vez a la cabeza del pobre taxista.

— Coño, sólo queríamos hablar contigo... esto no era necesario, joder.

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26/04/2020, 11:19
M.D. Fullenher

Culero venía de un mundo donde esto era lo normal y se le veía feliz, en su salsa, pero le hacía incapaz de darse cuenta de lo que estaba pasando, en camibo él sí. Steve lo caló, todo le encajó, de repente.

Seguramente habrían humanos más raros que cualquier imaginata, eso seguro, porque la realidad supera a la ficción, o eso dicen, pero el tipo que tenían enfrente, sin camiseta y con una katana ensangrentada no era un homo-sapiens sino otro homo-imaginalis. Y lo más importante: el M.D. Fullenher que tenían frente a ellos era un farsante y no había escrito dos líneas de texto en su vida. No era su creador, ni el de ninguno de ellos. Sino un personaje más, un hermano.

Notas de juego

1 de 2 para Steve

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26/04/2020, 11:23
M.D. Fullenher

Le ofreció su espada a culero con una mirada estricta y dura como el acero.

—Mátalos y serás mi aprendiz.

Y sin alejándose dando tres pasos hacia atrás, para dejarle sitio dejó escapar una sonrisa sádica.

Notas de juego

Culero tiene la espada.

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26/04/2020, 11:30
Culero Connor

Culero tomó la katana con dedos temblorosos. Con el reverso de la mano recorrió con uno de sus anillos el filo de la espada, lo cual ocasionó un sonido silbante, perverso, que sólo auguraba muerte. Luego levantó la cabeza y observó las caras de espanto de sus colegas. Cielo, la chica de la mirada perdida, eternamente quebrada por su imaginario mundo zombie apocalíptico y la pérdida de su añorada madre. Steven, el gordo, incapaz de escapar de su propia burbuja imaginaria erigida mediante teorías conspirativas. Luego estaba Steve, el locutor, un excelente juez del carácter de otras personas, que con su diplomacia los había sacado de más de un aprieto.

Lo que le proponía su Creador no era honorable, y la ficción que le había forjado era más fuerte que aquella realidad.

—No —la palabra hizo eco en la elegante mansión.

—Los imaginatas no somos esclavos de nuestro autor. Una vez el libro ha concluído, pertenecemos al imaginario colectivo. Nuestro destino queda fuera de vuestro alcance —la revelación había acudido súbitamente, como aquella vez que había tenido el sueño de que Jackie Chan era el próximo Buddha, el legendario Maitreya. Al igual que en aquella ocasión, todo cobraba sentido.

Le pasó la katana a Mackenzie. Después de todo, Steve era tan sólo un locutor que no había demostrado habilidades más alla del buen uso de la palabra, y Steven era demasiado inconstante y gordo como para confiarle aquella arma. Cielo había sobrevivido a un apocalipsis zombie, seguro que podría infligir cierto daño con la espada.

De uno de sus bolsillos sacó un walkman de forma circular, de esos que habían visto mucho uso durante los 90, y dió play. La canción sonaba obviamente lejana a través de los maltratados auriculares del aparato, pero Culero sólo necesitaba la inspiración.

Por su parte, Culero sujetó el nunchako, un arma que requiere de mayor entrenamiento para ser esgrimida con eficacia. Inclinó el cuerpo levemente, de costado, adelantando una de sus botas de cowboy sobre el suelo del elegante recinto. Extendiendo dos de los dedos de su diestra, dijo.

—Rendíos, falso Sensei, o morid.

El espejo de sus nuevas gafas con forma de corazón reflejaba el cuerpo vetusto pero fornido de aquel que había sido su Creador.

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26/04/2020, 13:55
Mackenzie Wood

La negativa de Culero resonó en la habitación y en el corazón de Mackenzie. Para ella se resquebrajaba el universo mismo o al menos la burbuja en que parecía vivir. Sí, el temor que la reconcomía se disipó como una pesadilla cuando entendió que efectivamente era libre, que aquel arranque de ira que le había hecho romper el jarrón, así como todo lo que sentía, era suyo y sólo suyo. Que su personalidad y sus avatares previos hubieran salido de la mente de aquel perturbado, dejó de preocuparle en aquel momento: Culero había dicho "no", y ella podía hacer lo que quisiera. Era libre, ¡libre por primera vez en su existencia! Agarró con decisión la espada que le ofreció y afirmó con un gesto que indicaba que lo secundaba y que no permitiría que rodara otra cabeza que no fuera la de Fullenher.

¿Cómo podía haber creado aquel tipo a alguien como Steve?

Se movió para cortarle la retirada si decidía volver a salir por la puerta para volver con otra arma. Lo miró con desprecio indisimulado y le espetó un simple y sonoro:

¡Yippie-Ki-Yay, puta iguana analfabeta de mierda!

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26/04/2020, 15:08
Steve

Steve, de pronto, se echó a reir, como si se hubiese acordado de algo gracioso.

 — Claro, joder. Ya lo entiendo.

Se fue girando, para poder mirar a Culero, a Boscemi y a Mackenzie.

 — Este no es nuestro creador — añadió, como si fuera obvio — Es como nosotros: un imaginata.

Volvió a encararse al falso escritor, señalándole de nuevo.

 — ¿Verdad, puto farsante?  Tú nunca has escrito nada. Y lo puedo demostrar: si le preguntásemos al verdadero Fullenher, podría responder a cualquier pregunta sobre nuestras vidas. Pero tú no podrías. Ni siquiera sabes quiénes somos. A lo mejor ni siquiera sabes quién eres tú.

Avanzó varios pasos, hasta pegar su cara al rostro de aquel tipo, y le preguntó con seriedad.

 — ¿Dónde está?  Contesta.

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26/04/2020, 19:36
Steven Boscemi

Estaba bastante atento a todo lo que sucedía hasta que vi como el señor de la mansión daba la espada a culero con la orden de matarnos. No era una persona lenta, como la mayoría de gente pensaba, solo era que no se me daba bien las "medias distancias"; y que decir de las largas... No, a mi se me daba bien los sprints. Ves a un zombi ¿qué haces? Le pegas un disparo a la cabeza y fin del problema. En cambio, ¿Cuáles son las consecuencias económicas de la caída del bloque soviético?  No lo sé, ni mi importa, mi lema es : El único comunista bueno es el comunista muerto. No hace falta ser un gran pensador para saber que si un loco sin modales le da una katana a un imbécil que le obedece para que te mate  y no tienes a mano una pistola, lo mejor será una retirada estratégica. No tardé ni cinco segundos en poner a prueba mi infalible plan. Salí corriendo.

Pero como ya dije no era ningún corredor de fondo (ni en el plano intelectual ni el fisíco) así que de un hermoso galope capaz de dislumbrar a todo el público en una competición de polo, pasé a un  cansado trote, que finalmente dio paso a un elegante deslizamiento de oruga. Ya no podía más con mi alma, estaba agotado. Cornelia estaba gritando mi nombre pero yo no podía prestrale atención estaba demasiado concentrado en mi espectacular huida, entonces pensé :<<Seguro que ya les he perdido de vista, voy a ver cuanto me he alejado...>> Giré mi cabeza y vi como apenas recorrí unos diez metros desde que inicie mi carrera. <<La falta de práctica- me dije a mi mismo. >> ¡Steven! ¡Cabeza de chorlito! ¿No ves que ya la espada no la tiene el cowboy, la tiene... No le seguí escuchando, en parte porque seguía enfadado con ella, en parte porque estaba agotado y salivaba como un perro en medio de un desierto y porque veía a la señorita Mcdonald con la espada... Como ya he dicho yo no era un gran pensador, pero no era ningún secreto que uno y uno hacían tres. Me acerqué a un ritmo moderado al marco de la puerta, ya no había razón de correr; además no quería mostrar aún  mis excelentes habilidades físicas. 

Me apoyo en el marco de la puerta y comienzo a respirar forzadamente y a quitarme el sudor de la frente Vaya vaya... Seño... Rita McCarthy, eso no es... Un... Juguete para... damas, démelo que yo me ocupe de cortar en picadillo a ese... far... sa... hijo de... Puta.

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27/04/2020, 02:43
?

Se arrancó la cara como si fuera una enorme loncha de jamón cocido y mostró su verdadero rostro, de lagarto.

Todavía le quedaba la peluca, por detrás.

Sus manos crecieron saliendo de sus dedos unas enormes garras retráctiles, que tenían pinta de tener más bacterias que el wáter de un bar del barrio de Culero.

Vocalizaba un poco raro, a causa de su gran lengua bífida, que se notaba que no estaba hecha para hablar humano. Pero lograba no sonar ridículo, aunque casi.

— Siempre quise escribir un libro, pero no es tan fácil como la gente piensa... Papá está trabajando en su mazmorra. Ya sabéis que el ostracismo inspira a los genios... jajajajaja.

Y flexionó las rodillas, dispuesto a dar un gran salto para aterrizar bocaza en ristre junto a la rica carne de algún desdichado.

Notas de juego

Edito, he añadido algo al diálogo.

XD