Partida Rol por web

El taxi se detiene frente al edificio que le indicaste, pagas la cuenta y bajas del vehículo.... 

El tiempo pasaba, y ciertamente aquello empezaba a inquietarle, reviso su móvil varias veces, y luego volvió a ver otras tantas el mensaje sobre la misión.

En cualquier caso, el recibiría información si la operación se cancelaba o, dios no lo quiera, pasasen cosas más desagradables.

Pero el tiempo es el que es. No se pierde siempre que se invierta en alguien. Así que aprovecho para documentarse. Lo primero el objetivo. No sacaría mucha información, pero algo general le serviría.

Lo segundo, fotos y planos de la embajada. La familia del dignatario que había en ellas. Revisión de fotos de turistas sacándose fotos en las inmediaciones, para así tener una idea de cómo era el día a día. Incluso informes policiales sobre la zona.

Toda aquella información bruta, tenia que encontrarla, leerla, y desgranar poco a poco algo útil. Así al menos el tiempo no correrá en balde. 

Sin perder demasiado tiempo, entra en el hotel con paso enérgico y decidido. 

Toma el ascensor para subir a la planta indicada y llegar a la habitación concreta. No mira a nadie de los que se cruza pero no pierde detalle de ninguno de los huéspedes, camareros, limpiadores, mozos de maletas...no parecía haber nada sospechoso que le indicase una trampa o algo parecido.

O si...

Nada llama tu atención y te encuentras frente a la puerta correcta... 

Evans mira a ambos lados del pasillo. No le habían dado ninguna clave de modo que no sabía que esperar.

Toc. Toc. Toc.

-Evans. - se identifica antes de que nadie le pregunte.

Escucho los golpes en la puerta. Y escucho Evans. Puede ser ella. Eso esperaba. Habíamos trabajado juntos hacia casi un año. Una mujer profesional. Y con carácter. 

- ¿La misma Sophie Evans que es capaz de desmontar y montar su, err, herramienta con los ojos cerrados? - 

Dijo mientras caminaba hasta la puerta, abriéndola tímidamente. Volvió a ver su cara, la recordaba con el pelo más castaño, pero no era el momento de perderse en los detalles. 

- Me alegro de verte. Pasa - dijo aun con la puerta sostenida con una mano, mientras en la otra tenia agarrado el portátil. En una escena pintoresca, puesto que este tenia él cable de corriente conectado, y era espectacularmente largo, y el ordenador estaba sin la batería puesta. 

Levanto una ceja. Pero de que ella le diera la información que fuera pertinente. 

-Andrew...menos mal que eres el mejor que conozco en lo tuyo, si no los de arriba te habrían ahumado fuera de la empresa desde el día 1. ¿A quien se le ocurre abrir la puerta de esa manera tan descuidada? Pude haberte disparado al menos tres veces antes de que comprobarás quién soy. Ten cuidado con eso - el tono de Evans iba desde el consejo cariñoso hasta la reprimenda de un profesor de instituto. - yo también me alegro de verte. 

Una vez dentro de la habitación, la "vaquera" aguarda a que "el friki" le diera la información.

- ¿ Y el otro ? pregunto con gesto de que esperaba una explicación por parte de su compañera al tiempo que pasaba de largo por el sermon que le daba sobre la seguridad, no era el primero y seguro no seria el ultimo.

La cara de ella dejo claro que no sabia por donde se estaba moviendo la conversación. Así que volvió sobre sus pasos y dejando el portátil  sobre la cama de la habitación reprodujo el video. A veces una imagen, o un video, era mejor que mil palabras. 

Mientras el iba recogiendo todo y guardándolo en una mochila, de estas modernas que usan los aficionados a la fotografías.

Sophie observa el vídeo anotando mentalmente todos los aspectos de la misión.

-Muy bien...pero falta otro agente ¿no? Tal y como tu dices. Supongo que ya hace tiempo que has recibido este archivo, ¿has podido ponerte ya a trabajar sobre ello? ¿Qué tienes?

Andrew termino por cerrar los bolsillos pequeños de la mochila, y se acerco al portátil, para ponerle la batería y desenchufarlo de la corriente directa.

- No he localizado mucha información publica sobre el objetivo, o el embajador y su familia. Me llevaría otro par de horas, y según mi reloj no tenemos ese tiempo. -

Eso le hizo mirar el reloj y darse cuenta de que casi habían pasado cuatro horas desde que había llegado el mensaje.

- He descargado unos planos- dijo mirando una barra de carga en la pantalla, y luego volvió a mirar a su compañera sentándose en el borde de la cama. - En cuanto los tenga me pondré a revisarlos, al menos nos dará una visión general de la distribución del edificio. -

Se empezó a rascar la oreja derecha, un tip que indicaba que estaba pensando en algo, pero que aun no había llegado a una conclusión.

- Tu no conocerás al objetivo, al embajador, o si tiene programado cualquier evento para hoy por la noche. No fuera a ser casualidad que hubiera una subasta, o la típica cena de gala. - Estaba claro que sus palabras no le convencían demasiado.

Sospechaba que la Vaquera llevaba algún tiempo operando por la zona, y era posible que tuviera información local, y así terminaba de descargar los planos desde el servidor de la administración de Oslo. 

Evans suspira. Prisas siempre prisas. Tanto secretismo de la agencia de no revelar nada o hacerlo en el último momento a veces producía esa clase de situaciones.

-No tengo nada sobre esto, lo siento Andrew. Es la primera vez que oigo hablar de este tal Salazar.

Irvin volvió a frenar el coche frente a un hotel. Pero esta vez era un hotel diferente. Con una misión diferente. Estaba preocupado porque hacía mucho tiempo que no le contaban de la Agencia y estaba preocupado porque tampoco le habían explicado demasiado acerca de la misión. 

Echó mano del arma, se la guardó en la chaqueta y sacó las llaves del coche. Cogió un el paquete de tabaco, se encendió un cigarro y salió del coche. Se suponía que contactarían con él con lo cual debían conocerle o al menos saber cómo era. La posibilidad de que todo fuera una trampa se pasó por la cabeza de Irvin pero desechó la idea enseguida.

Se acabó el cigarro en la puerta del hotel y entró. Se paró un poco en el vestíbulo y observó a su alrededor. Se dirigió al ascensor y pulsó el número 5. Cuando llegó a la planta buscó la 504 y llamó a la puerta con las manos en los bolsillos de la chaqueta.

Llaman a la puerta de la habitación 504.

-Ahora te voy a enseñar cómo se abre una puerta.- dice la vaquera, sacando su arma y poniéndose al otro lado de la puerta, de manera que cuando se abra, ella quedará tras la madera, pero un poco adelantada, en lugar de estar pegada a la pared. 

Le hace un gesto a Andrew para que abra, fingiendo normalidad, ella permanece con el arma apuntando al suelo.