Partida Rol por web

...eso...eso ha sido un ¿placaje? te vas a enterar

Piensa la loba, auqnue es raro esta nueva manera de pensar. Cristine se deja caer torpemente cuando Adam le "muerde" en el lomo y aprovecha para rodar y quitárselo de encima. Cuando vuelve a incorporarse, Levine mueve la cola de manera divertida y se lanza se un salto contra Porter llevando su hocico a las patas delanteras de Adam, dando bocaditos sin fuerza en una de ellas, masticándolo un poco. Luego se separa de un salto y baja sus propias extremidades delanteras, haciendo que el trasero se levante y su cola se mueve frenética mientras sus patas traseras siguen estiradas, en una evidente actitud de juego, pero, por si no se notaba, soltó una especie de "ladrido" suave, muy agradable al oído, casi como un aullido corto.

Una vez en mi nuevo cuerpo, empecé a moverme para familiarizarme con este. Empecé a dar pequeños trotes, luego pasos más largos y más rápidos, cuando me quise dar cuenta estaba corriendo. La brisa que golpeaba mi cara era agradable La verdad es que se siente de maravilla, cada vez mas lleno de emoción corrió lo más rápido que pudo, saltaba pequeñas rocas y troncos que hubiera.

Después de un par de vueltas me detuve, estaba en éxtasis, sentía que podía ser mas rápido que un coche y mas ágil que un gato.

Estaba feliz de haber podido controlar la primera transformación, eso me llevaba un paso más cerca de mi objetivo.

Una vez cambiada la piel, la loba gris que era ahora Tsintah siguió olfateando el aire sentando los cuartos traseros en el suelo. La cantidad de diferentes fragancias del bosque eran tantas que, aun si hubiera pasado toda la noche usando el desarrollado sentido que los captaba, no habría acabado.

De improviso, dejó de estar en la posición de reposo, moviendo las cuatro patas para realizar una pequeña carrera, buscando disfrutar de esa parte animal que le pedía movimiento. Había que permitir que ambas partes, la de loba y la de mujer, tuvieran un momento para ellas sin llegar a dejar que la dominasen del todo. Conocía las leyendas, las recordaba perfectamente, y por ellas sabía lo importante que era aceptar todas las partes como una.

«Ahora entiendo porqué los perros se lo pasan tan bien con estas mierdas», se dijo.

Quedó observante de Cristine cuando esta se zafó de él, con el estómago sobre la hierba, todo el cuerpo sentado y la cola alta y atenta. Reaccionó al siguiente salto, alzándose aunque sin quitarse de en medio; ella le mordía las patas así que él continuó devolviéndole las "caricias" en el cuello.

Ella se volvió a alejar y Adam continuó atento, riendo internamente al ver su postura. Volvió a sentar sus cuartos traseros, a ver qué hacía la joven, como desafiante.

Boris el lobo blanco, observaba a los demás. Unos sé movían, otros estaban muy quietos. Pero había un lobo que estaba tenso. Quien era, era una de las chicas.

No estaba seguro, se levanto y empezó a andar, según estuvo más cerca y el olor le llego de manera más nítida se dio cuenta, era una de las chicas. Brenda.

Estaba enseñando los dientes sin querer, o puede que queriendo. Puede que estuviera estrésala igual que él. Así que se puso al lado, muy lentamente.

Sé quedo muy pegado y muy quieto durante medio minuto hasta que dejo de prestarle atención. Y luego con velocidad de slow motion le dio un toque con el morro en el costado, para seguidamente tumbarse en el suelo.

Quería que se calmara, que se tumbara con él. No tenia claro si iba a funcionar. Pero tenia la sensación de que si le daba un mordisco a alguien no seria de broma como hacían Sander y la otra Galliard. 

Aprovecho que están todos hablando o relacionándose entre ellos para explorar un poco la zona, bajo la forma de lobo. Lo hago tratando de hacer el menor ruido posible y acechándolos a modo de juego (no para atacar sino más bien para tratar de pasar desapercibida).

Me metro bajo el follaje de árboles y plantas, por zonas por las que bajo otra forma no podría hacerlo, también exploro la capacidad que tienen mis sentidos de escuchar, ver y oler en sus diferentes formas. Y por supuesto, grabo todas esas experiencias para cuando las necesite, poder usarlas.

utilizo la imagen de un "perro-lobo"

Comprobé que la visión de los lobos en la oscuridad es superior a la de los humanos, aunque solo pueden captar la escala de grises, al menos de noche. Me agité de nuevo cuando el precioso lobo blanco, reluciente en las sombras, se acercó a mí. Era Boris, el chico que tenía cuerpo de jugador de football. Como si dispusiera de un sexto sentido, noté que su estrés no era inferior al mío, aunque él no enseñaba los dientes. Desprendía un aura regia. Me dio un ligero golpe en el costado que hizo que me moviera un poco, relajando los músculos. Se tumbó junto a mí y comprendí su intención de manera instintiva. Adopté la misma posición, costado con costado. Pasé el hocico por su pelaje y me deleité con su suavidad. Después levanté la cabeza para mirar en la misma dirección que él, con expresión augusta. Tenía la sensación de que había conocido a un camarada.

Ciertamente ajenos a las conversaciones de los demás, los dos jóvenes en forma de lupus continuaban sus juegos. Ahora la pelota estaba el tejado de la loba rojiza, Adam se había sentado y estaba esperando a ver qué hacía ella. Decidió hacer algo que seguro no se esperaría. 

De golpe la loba se incorpora, quedando con las cuatro patas estiradas y las dos de adelante un poco abiertas pero está postura solo le duró un segundo pues rápidamente se impulsó para dar dos vueltas completas alrededor de Adam. Corre a toda velocidad, con la lengua fuera y la cola alzada.

Se detiene a un costado de Porter, jadeando, pero feliz, espera unos segundos a ver qué hace el otro lobo. Pero enseguida vuelve a correr en círculos, otro par de vueltas l tres más en la dirección contraria antes de volver a pararse, esta vez, en el otro costado del chico.

Surge un nuevo ladrido, provocativo, corto y suave que conmina al joven a jugar más.

Continuó quieto, examinando los movimientos ajenos y queriendo preveerlos. No se esperaba que la loba se fuera a poner a darle vueltas como si fuera un circuito de carreras en miniatura. Adam se alzó, incluso se tensó, pero no actuó todavía.

Ella se detuvo, a lo que el lobo la miró de reojo, casi socarrón. En la milésima de segundo en la que Cristine se puso a correr otra vez, él la imitó, creando lo que podía considerarse un círculo de idiotas pues los dos estaban dando vueltas como perros tratando de cazar su propia cola.

Le devolvió el ladrido, satisfecho.

Que curioso eso de ser lobo... 

Satisfecha a la vez que deseosa de mayor ejercicio, incluso tras la breve carrera que había dado, la navajo empezó a corretear. La velocidad, el aguante y la clara sensación de necesitar dar rienda libre a la parte bestial eran las guías que llevaban las riendas del momento. Dio una nueva vuelta con toda la rapidez que pudo, saltando obstaculos para medir la potencia de las patas, dejando que la brisa nocturna le masajease el pelaje y disfrutando del momento sobre todo.

Tsintah retornó igual de rápido  al punto del que había partido, donde había estado en reposo, con un destello de luz blanca que reflejaba en sus ojos de loba el momento de genuino placer que significaba el momento en el que se encontraba. Allí, dando unas vueltas más calmadas, miró a todos los otros pensando que todo sucedía como tenía que suceder. Un pensamiento no tan claro escasos minutos en el pasado.

Rafael estaba haciendo el gambas, saltando, corriendo zizagueando y haciendo equilibrio sobre las piedras, acostumbrandose y experimentando con su "nuevo" cuerpo(acabo un par de veces por el suelo mientras aprendía la utilidad de la cola para equilibrarse). Un poco a su aire, como venía siendo habitual en el muchacho obstinado y silencioso que estaba demostrando ser.

Cuando escuchó a Cassandra hablar la miró con las orejas muy levantadas(de forma inconsciente) y volvió a intentar hablar, consiguiendo nada, salvo mas gruñidos. Sacudió la cabeza para volver a intentarlo.Otra vez sonidos típicos de los canidos en lugar de los humanos.

Se quedó mirando a ver si daba más explicaciones. 

Ver a todos los demás lobos haciendo...cosas de lobo...verse a si misma asi, como un animal salvaje, libre y feliz, despertaba en ella una alegría inaudita. Su cola se movía frenética, se moría por expresar lo feliz que estaba...pero ¿cómo hacerlo? Alzó su vista y sus ojos se encontraron con la luna...y entonces supo. 

Se sienta sobre sus cuartos traseros y decide intentarlo, alza el hocico tanto como puede y lo hace.

-Auuuuuuuuuuuuuuuu- surge un hermoso aullido del interior de su garganta, rompiendo el silencio de la noche y la quietud del aire.

El aullido de Cristy le encendió la sangre y él también miro a la Luna, y el amor que sintió por ella fue mas fuerte que cualquier otra cosa. Se sentó sobre sus cuartos traseros y elevó su hocico, dejando escapar un aullido de fondo grave y sostenido que se unió al de la loba pelirroja.

- AAAAaaaaUUUUUUUuuuuuuuuuuu - nada más importaba ahora que entregarle su corazón a la madre.

Estaba reposando en la fresca hierba cuando de repente escucho unos aullidos, alzo las orejas, levanto la cabeza y veo como Alexis y Crsitine estaban aullando, no se porque pero necesitaba aullar yo también.

Me reincorporé, me senté sobre mis cuartos traseros, alcé la cabeza, incliné mis orejas hacia atrás y me uní a ellos.

AAAAAAAAAAaaaaUUUUUUUUuuuuu Me sentía como en una familia.

Él también se sentó, claramente con intención de unirse al coro de aullantes. Se preparó, tomó aire, y entonces...

—AAAA AAAAA u u u u —subía y bajaba el tono erráticamente, por no mencionar su aullido, que más bien le hacía parecer un lobo con retraso cerebral que otra cosa; obviamente lo hacía a propósito, mostrando su peculiar sentido del humor—. AAAUUu u u u u u a U aaaaaa uuuuu u a u a ua u a...

Una vez termino de aullar con los otros del grupo, me transformo en humano y me dirijo a Malas Pulgas. Señor, ¿podemos transformarnos en la siguiente forma?
Le miro fijamente a los ojos a pesar de ser bastante intimidante por su gran corpulencia.Me gustaría dominar bien todas las transformaciones para poder empezar a pelear...

Volví a mi posición anterior como un resorte. Aferrada al suelo con mis patas, rígido todo mi cuerpo, lancé una serie de extraños ladridos a los que habían comenzado a aullar. Mi respiración volvió a agitarse. Cuando Erik habló, le dirigí una mirada asesina. Empecé a gruñir de nuevo.

Me giré en cuanto empecé a oír los extraños ladridos, procedían de Brenda, de repente se me quedó mirando y empezó a gruñirme.

¿Qué mosca te ha picado? Tuve que ponerme serio y mantenerme alerta

- Si, sois libres de probar otras formas aquí y ahora... pero recordad - dice como si ya tuvierais que saberlo - que nuestra forma de guerra por excelencia nos pone en evidencia y puede tener consecuencias para aquellos que nos vean si no comparten nuestra naturaleza. Aquí... es seguro - autorizó

Gozando de permiso para ello, Adam hizo lo que llevaba queriendo hacer desde que había pasado a lupus —y había dejado atrás la sorpresa y maravilla de los primeros instantes—: convertirse en crinos. 

Su forma actual poco tenía que ver con el "cuerpo escombro" que solía ser el muchacho en forma homínida, ni el lobo tranquilo y de semblante alegre que era en forma lupus. Ganó una barbaridad de masa y peso, una forma bestial y más que adecuada para llevarse por delante casi cualquier cosa que se interpusiera en su camino; ahora era un monstruo de pelaje oscuro.

Se agachó sobre sus patas traseras, apoyando sus enormes brazos terminados en afiladas garras al final en el suelo frente a él y se tomó unos momentos para observarse a sí mismo. Acto seguido miró a Cristine, dejando escapar un sonido rasposo y desagradable que si hubiera sido exhalado por unas cuerdas vocales humanas habrían sido carcajadas burlonas.

Aquello le gustaba y era obvio.