Partida Rol por web

Alexis era un Ahroun poco común. Muy diferente a Erik o a mí, deseosos de ponernos a prueba. Sentía que debía provocarlo de algún modo para desatar su rabia. Tendría que buscar el momento oportuno.

—No me gusta tu sobrenombre. —Solo me faltó añadir: "Debes cambiarlo".

—No sé cómo tratan las Furias Negras a su Parentela; sé que es muy difícil seguir la pista a una muchacha que está de paso y más aún encontrar a un posible Garou nacido de ella.

Me incorporé para sentarme.

—Me alegro de que quieras a tu familia. Por tus gestos y comentarios, creo que te has reconciliado con tu prima. —Más difícil era desentrañar los sentimientos de Cassandra.

Miré hacia Tsintah. Le dirigió unas breves palabras a Adam. En su mejor versión, también podía ayudarla.

Adam le sostuvo la mirada con ojos curiosos, aunque según se prologaba el tiempo de silencio incómodo y la joven no le quitaba su campo de visión de encima el ragabash se iba notando más extrañado, hasta el punto en el que alzó ligeralmente la ceja derecha. «¿He dicho algo raro? Igual la he ofendido», pensó. 

No obstante, Tsintah le acabó respondido, pero fue una única palabra concisa y Adam esperaba algo más, aunque el silencio se volvió a prolongar. El muchacho acabó perdiendo la noción del tiempo, observando sus orbes sin saber muy bien porqué, como si tuvieran un concurso de sostener la mirada.

Tsin le acabó explicando más "a fondo" lo que estaba haciendo, momento en el que Porter asintió. Se aproximó a ella.

—Ahh... comprendo —Asintió una vez más—. ¿Y qué tal va el reconocimiento? —Se agachó y agarró una brizna de hierba, acariciándola lentamente—. ¿Mucha planta? ¿Mucho verde?

Alexis se puso de costado para mirar a Brenda y rió ante su pulla - Púdrete - le dijo con una sonrisa divertida - Es el que me puso mi prima, ya veremos que dicen los espíritus al respecto. - se sentó frente a ella y se encogió de hombros- Vale, no parece un nombre digno de un guerrero, sino de un bromista, pero lo que importa es como lo llevas. - siguió su mirada y vió a Adam hablando con Tsintah - ¿Quieres ir con ellos? - dijo ofreciéndole la mano para levantarse juntos si eso quería hacer.

Cuando Cristy hubo quedado conforme con la historia de su tribu se puso en pie con un solo movimiento, solo descruzando las piernas y se acerca a Cassandra. Parece que relatar la historia de los Fianna y hablar de venado la había removido por dentro. Cristine no estaba segura de lo que hacía pero aun así, puso sus mano en el hombro de la mujer tatuada y le sonríe de una manera que, inevitablemente, es contagiosa:

-Debe ser guay ser Alfa ¿no? Mandar sobre una manada...como si fueras la jefa de un equipo de soldados ¿eh? Seguro que tienes muchas batallitas divertidas para contar. Me encantaría oírlas, total, si tengo que aprender a contar historias, más me vale empezar ya ¿no? Y supongo que las anécdotas de instuto no cuentan para los garous.

La miró con seriedad ante sus palabras, mostrando cierto desagrado por su discurso.

- ¿Guay? Es una de las mayores responsabilidades que existen... No son soldados, son hermanos y hermanas con los que luchas codo con codo. Sus vidas dependen de tus decisiones, la organización de tu planificación y sus almas de tu guía... No es un juego y las batallas contra el Wyrm no son batallitas... Aprende respeto cachorra o terminarás muy mal...  Si lo que quieres son batallitas vete a leer cómics y cuando aprendas a respetar las tradiciones te contaré alguna batalla contra las fuerzas del Wyrm. 

- Eh. Para el carro.-

Le dijo a Cassandra.

- El respeto se gana, no se exige. ¿Y hace cuanto?, unos días que os conocemos. No quiero sonar mal agradecido, pero deberías de aflojar un poco, no tenemos ni idea que cuando es respeto y cuando no lo es. Ya lo has dejado claro, pero tampoco te pases con la muchacha. Que solo te estaba pidiendo ayuda.-

Boris estaba que trinaba por mas mierdas de las que y podía entender que todos aquellos mamonazos y las lobas eran gente chunga. Pero no había motivo para imponer respeto a base de decir lo que les saliera del coño.

Miró con seriedad y cierta rabia al macho que osaba hablarle así.

- ¿Crees que no me he ganado mi Rango cachorro? ¿Crees que he llegado hasta aquí por hablar irrespetuosamente a mis mayores? El Wyrm nunca afloja y debéis aprender rápido o os convertiréis en hermosos y jóvenes cadáveres bajo las garras de nuestros enemigos... - Se plantó frente a él con seriedad y pose algo imponente - Y la estoy ayudando, a pedir las cosas como es debido y hablar como es debido. ¿Tienes alguna queja? Pues rétame si es lo que deseas... Así quizás te demuestre cómo me he ganado mi Rango, mi Nombre Espiritual y mis cicatrices... 

Miró de nuevo a la Fianna y le hizo una señal para que se sentara.

- ¿Dirías de tu familia que es un ejército? ¿Hablarías de ir con tus hermanas y hermanos a una batalla que pudiera significar la muerte de esa forma? Ser Alfa no es ser "guay", ser alfa es ser el ancla de tus hermanas y hermanos, de tu manada... Cada una de sus vidas, están en tus manos... - Cogió una hoja y extendió su mano con ésta - Esta hoja representa la vida de tu manada y el puño tu responsabilidad... - Apretó la mano con fuerza y la hoja se partió en pedazos - Si no conoces cuál es tu responsabilidad, ellos mueren... - Suspiró - De todas formas yo no fui alfa en tiempo de guerra, sino en tiempos de paz y fui más una guía espiritual que una Alfa de Guerra... En tiempos de guerra nuestro Alfa era un Hijo de Fenris... Aunque antes de su llegada y de que se ganara el puesto como Alfa si conduje a mi manada a alguna batalla... - Se notaba cierto pesar y añoranza en su voz - ¿Quieres conocer alguna de mis historias? Pídemelo como sé que sabes hacer... 

- No te flipes.-

Dio un paso atrás, discutir sí, pelear no.

- No te conozco, por mucho que te empeñes en hacer ver que si. No se tu rango, ni las movidas por las que has tenido que pasar. Y casi seguro tú tampoco las mías. Pero no yo hago un esfuerzo real para aprender y ella también.

Si quieres que tenga sentido lo que dices, explícate, no nacimos enseñados, de eso es justo de lo que va esto.-

Boris negó con la cabeza, la tipa ya estaba dando la chapa otra vez, pero al menos había bajado el tono.

Se tiro al suelo, y se puso a hacer flexiones. Pero la ultima frase de la mujer le hizo parar, y tumbarse en el suelo.

Poniendo una cara de entre asco y extrañeza. “Como sé que sabes hacer”, que puta pollada era eso. Estaba visto que la vida de los Garou era complicada, y traumática, esa parte le quedaba puramente clara. Pero estaba claro que les habían mandado a una tipa a hacer de niñera que tenia mas traumas que el gordo de la chaqueta metálica. 

- Si lo sabes pues ya me presenté ante vosotros con mi rango incluido. Abre las orejas y cierra la boca cachorro, verás como así aprendes más. ¿Hay que enseñaros el respeto? ¿Nunca te han enseñado a respetar a tus mayores? Pues recibirás más de una paliza como no cambies... Y por cierto, creo que ella es lo suficientemente fuerte para defenderse sola, ¿no? ¿O acaso vas a poner en duda la capacidad de tu hermana para defenderse de lo que afirmas que es un ataque de mí hacia ella? Y la letanía ya se os explicó...

Miré a Alexis con gesto serio cuando dijo que me pudriera. El lenguaje vulgar no me gustaba ni en broma. Cuando mencionó a los espíritus, pensé que, al menos en mi caso, no tenían nada que decir sobre mi nombre espiritual. Mi madre, Theurge, y Luna, un Celeste en la jerarquía si mal no recordaba, ya habían hablado.

Cogí su mano y me levanté.

—No sé —dije cuando me propuso acercarnos a Tsintah y Adam—. Puede que prefieran estar solos. —Había oído a Adam intentando conversar, o bromear—.

A lo lejos, se oía una discusión entre Cassandra y Boris. Me quedé mirándolos en la distancia. Una vez más, no sabía qué rumbo tomar.

Mantuvo la mirada en el que preguntaba por el verdor y la flora, ambas cosas que había estado observando desde la salida para penetrar en el bosque con la idea de explorar. Afirmó con la cabeza a las dos preguntas, guardando el tema que la tenía más extrañada en cuanto a lo que se trataba de un entorno natural. Tras ello, Tsintah siguió inmóvil un rato, a la espera de que Alexis y Brenda se les unieran si era el deseo de los dos el hacerlo, mientras proseguía con la mirada completamente fija en los ojos azules oscuros de Adam.

-¿Tú estás bien? -le dijo al Morador del Cristal extendiendo una mano a modo de ayuda para su incorporación despues de que se agachara.

Había esperado percibir algo que todavía no había llegado. Un refrán muy pronunciado por parte de su abuelo lo explicaba. Era difícil que el día y la noche vivieran juntos.

-Y dale. La tia pesada.-

Se vuelve a poner en pie. Y se lo vuelve a explicar. 

- Que te has presentado, y que eres mi mayor. SI, pero porque tú lo dices. Sigo sin conocerte, seguimos sin conocerte. Y tú sigues sin conocerme a mí. Eres tú la habla de rangos, de jerarquías. Y luego se queja de que lo pensemos como si fuéramos militares.

Eres la que pide respeto, pero no respeta. NO me exijas algo que tu no das. Y si puede o quiere defenderse me da igual. No he venido a este mundo, para ver cómo alguien tira de galones para exigir lo que no sé a ganado.

Que NO te conozco, que no se en que batallas te has curtido. Y solo me creo lo que dices, porque no me queda otra opción.

Y no me voy a callar si veo a alguien abusando de alguien mas… cachorro, como te empeñas en llamarnos.

Si no te gusta, lo único que te he pedido es que aflojes. No te he dicho que no nos enseñes, o que no tenga pensado escucharte. Pero que sea la ultima vez que me amenazas con darme una paliza. Te queda claro.

Porque salgo de aquí y busco al que este al mando, o a la policía, o al ejército y te denuncio por abusar de menores. Hostia puta.-

Estaba nervioso, y para ser el típico cuerpo de futbolista se le veía incluso temblar de la rabia contenida. Aquí cada mástil aguantaba su vela, y estaba claro que Boris estaba pasándolo mal.

Se quito la camiseta a trompicones. Y la lanzo al suelo.

- Sabes que, déjame en paz.-

Y salió corriendo del claro otra vez. 

Negó con la cabeza hastiada.

- Cachorro idiota...  - Dirigió su mirada a Cristine de nuevo, esperando respuesta por su parte. 

A veces, como ocurría en el mundo real, tan sólo era cuestión de quedarte quieta y dejar que los acontecimientos surjan para tomar perspectiva. Fue así como tras el simple gesto de quedarme sentada sin interaccionar con nadie empecé a fijarme en los detalles. Igual era mi naturaleza o la pertenencia a la tribu de los Roehuesos pero capté rápidamente aquella lucha de egos, también la curiosidad que podría llevar a varios a rasgar alguna de las tradiciones sagradas. 

Sea como fuere y a tenor de los acontecimientos sólo podía hacerme la sordo-ciega o intervenir, claro que, qué podría decir que no supusiera echar más gasolina a aquel conflicto surgido de la desconfianza y la prepotencia. Igual no se estaban dando cuenta que subrayar las diferencias sólo proporcionaría más distancia en una comunidad que tal y como habían contado estaba al borde del apocalipsis y perdiendo la guerra de la supervivencia - En tiempos de paz ¿lideran los Ragabash, verdad? - por lo que había entendido, no eran el prototipo de soldado-guerrero, ni siquiera un inspirador o coach motivador sino alguien de naturaleza práctica.

- Yo creo que Cassandra está dedicándonos un valioso tiempo en enseñarnos cosas que nos serán de ayuda - si vas a corregir a alguien empieza alabándolo, lo había escuchado varias veces en la escuela; te prestaban más atención - cuando tengamos la experiencia propia seguramente añadiremos o matizaremos sus palabras pero hasta entonces... 

Me fijo en Boris, de hecho me levanto y me sacudo para quitarme los restos de hierba que pudiera tener pegados - ¿a quién vas a llamar y para qué? sino te has fijado nos podemos transformar en lobos y crinos... ¿realmente crees que puedes traer aquí a la poli? ¡¡Despierta!! No estás en tu jodida casa, estás aquí y no tienes a tu familia cerca... sólo nosotros, tenemos que aprender a confiar entre nosotros, somos garou ¿de eso se trata, no Cassandra? pues ya está, o lo tomas y te aguantas o te vas - que dudaba bastante no sólo que pudiera irse sino que lo dejarámos irse libremente, ésto al final era como un atraco si te vas conociendo la verdad eres un peligro. El famoso juego de la supervivencia.

- No se necesita dar tantas explicaciones... estamos en el bosque, aquí lo más civilizado es un palo.

Cristy no supo como reaccionar ante la avalancha de acusaciones y encaramientos entre Cassandra y Boris, pero guardó silencio unos segundos hasta que ambos se callaron:

-Mira yo paso de causar problemas eh..Cassandra, perdona si he dicho algo que no debía...joder esta movida es muy grande para entenderla en unas pocas noches. También creo que estás alterada por lo que te ha dicho Hierro Frío pero tía...yo no tengo la culpa de si estás aquí por qué quieres o porque tienes una responsabilidad con nosotros. Que si, que parece que me lo tomo a coña pero joder...prefiero que me partas la puta cara a que te pongas así tan alterada. Además, seguro que estás deseando darle una hostia a alguien. Yo al menos en tu caso, también querría. Pero ya está vamos a relajarnos todos...tal vez hoy no sea el mejor día para contar batallas ni batallitas...otro día será mejor ¿Ok? Va. Perdona tía.-  dice todo del tirón sin pararse por si se acojonaba en mitad del discurso al cruzar su mirada con la de la Furia negra, aunque parece sincera en su disculpa.

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No sabía cómo la fémina era capaz de mirarle a los ojos durante tanto tiempo y con tanta tranquilidad, pero ahí estaba él, siguiéndole el rollo en la medida de lo posible —a veces alzaba una ceja, o le echaba un vistazo a los alrededores—. 

Percibió un sonoro enfrentamiento verbal allá de donde habían venido y viró su rostro hacia aquella zona, reconoció la voz de Cassandra y puede que la otra fuera Cristine, no estaba seguro; de lo que no cabía duda es que el vozarrón que se alzaba sobre los otros era Boris. «¿Y ahora qué cojones está pasando? Bueno, me alegra no estar por ahí...».

Tsintah le disparó una pregunta que le resultó extraña. Sus ojos se cruzaron nuevamente. 

—¿Yo? Claro, estoy de puta madre —su tono denotaba que no entendía muy bien a qué había venido eso.

Se agarró a la mano ajena, alzándose con ese soporte extra.

Alexis se paró y vió que Brenda dudaba si acercarse a Tsin y Adam, y cuando miró hacia el claro pudo ver que Cass estaba tensa y el padrillo de Boris la increpaba. Gruñó por lo bajo y tras decir - Lo siento - a Brenda se acercó a su prima.

Para cuando llegó Boris había partido, y eso le ahorro partirle el hocico. Pero Cass seguía alli, y escuchó que Cristy le decía una verdad como un camión, había cambiado desde la discusión con Alfredo.

Se paró delante de ella, no sabía cómo reaccionaría a lo que había dicho la Fianna, pero no quería que estallara. - Tenemos que hablar - dijo serio, en un tono respetuoso pero familiar, era su primo, no otro cachorro perdido - Necesitas hablar. - no se movió, no dejó de mirarla y dibujó una sonrisa - Por favor.

Miró a Cristine y suspiró.

- Créeme que no quieres que te parta la cara... La violencia es el último recuerdo y el primero de los débiles... Como te dije y como llegarás pronto a entender no son batallitas como las de un cómic o película... Tu Tribu es de las mejores contadoras de historia, especialmente sus Galliard por lo que mis historias estarán más llenas de enseñanzas espirituales que de grandeza... Además, las mejores historias se cuentan junto a un fuego con algo de alcohol... - Dedicó una agradable sonrisa a la hembra.

Entonces llegó su primo y escuchó sus palabras.

- Bien, vayamos a hablar... 

Comenzó a caminar hacia una zona tranquila. 

Cuando estuvieron lejos de los ojos y oidos de los demás Alexis pasó un brazo sobre los hombros de su prima y le apretó el brazo. - ¿Que te pasa Cass? Tu no eres así. O si y no conozco a mi prima.

- ¿Recuerdas a Magnus, verdad? Él es mi pareja - Si, él era un garou y además un hijo de Fenris - Pero... No solamente es mi pareja también es... El padre de mi hija... - Suspiró sentándose en el suelo - ¿Recuerdas que regresé hace un tiempo? Estuve en el Túmulo, oculta, en forma crinos mientras gestaba a mi hija metis en los últimos meses de embarazo... Él no pudo estar a mi lado en esos duros meses... Lo dejaron estar presente el día del nacimiento porque renegó de su tribu y su linaje... Por mi, por Eileen... Rompimos la letanía y mi pena ha sido venir aquí, lejos de mi hija y del hombre que amo... Mi penitencia, educar a nuevas generaciones y hasta que no aprendáis, no podré regresar a su lado... Mi hija está creciendo sin mi... 

La voz quebrada, llena de dolor y aún así de fuerza. Una fuerza que la impulsaba a hundir todos sus sentimientos, todo lo que la convertía en una Furia con el único objetivo de regresar a casa, junto a su familia...