Partida Rol por web

Dragon Age: Las Cenizas de la Ruina

6. Vientos de Cambio

Cargando editor
13/11/2011, 23:56
Narrador

Pudiste colocar los libros en sus respectivos estantes sin que estos salieran volando de nuevo por circunstancias externas. Saliste de la biblioteca seguida por tu gato y esperaste allí a Lynn puesto que ésta todavía no había llegado.

Cargando editor
14/11/2011, 00:09
Lynn

Pasaron unos cinco minutos hasta que escuchaste el deslizar de unas botas algo apuradas por el pasillo, acompañadas del leve jadeo de alguien que va con prisa.

Viste llegar a Lynn que marchaba a paso apurado con la túnica negra y dorada revoloteando entre sus tobillos, la clériga sudaba un poco por el ritmo y estaba algo pálida.

Ho... Hola, Gabby—jadeó llegando y apoyando ambas manos sobre las rodillas—. Perdona, he tardado más de lo que esperaba. Vamos a la cantina a por algo, debes estar muerta de hambre.

No era la primera vez que Lynn y tú almorzábais juntas y os encantaba hacerlo en los jardines de la parte trasera de la torre. Aquél sitio era estupendo porque, aparte de encontrarse en el exterior, ofrecía una vista preciosa de toda la orilla y el ancho del Lago Calenhad.

Pero antes había que pasarse por la cantina a por el susodicho almuerzo, claro.

Cargando editor
14/11/2011, 00:16
Gabrielle

Gabby echó un vistazo a su amiga. Algo le había pasado. Iba a preguntarle cuando su estómago gruñó.

Uy —se sobresaltó y sonrió—. Sí, parece que tengo algo de hambre. Podríamos pedir un pastel de carne caliente y comérnoslo fuera, ¿te parece? Y por el camino me cuentas cómo ha ido con Irving.

- Tiradas (1)
Cargando editor
14/11/2011, 00:30
Lynn

Lynn soltó otro suspiro para regular su ritmo respiratorio.

Sí, claro—respondió tratando de sonreír entre jadeo y jadeo—. Me parece estupendo.

Cargando editor
14/11/2011, 11:02
Narrador

Caminásteis por los pasillos de la torre hasta llegar a la cantina en la que pudísteis haceros con sendos pasteles de carne que desprendían un aroma delicioso.

Os dirigísteis después a la parta trasera de la torre, a los jardines cuyos caminos de arena estaban jalonados por setos de boj recortados en cuidadas y suaves formas. Algunos de los caminos se juntaban en pequeñas glorietas adornadas con una sencilla pero bonita fuente circular en cuyo centro una estatua de alguna criatura fantástica arrojaba al cielo un chorro de agua cristalina. En total había cuatro intersecciones de aquellas aunque la última carecía de fuente por alguna razón. Debían haberse quedado sin presupuesto en su día.

Los árboles frutales salpicaban el jardín saludando con el susurro de sus hojas y recibiendo con la frescura de su sombra a quienes querían protegerse de los rayos del sol en los días más calurosos. Aquella mañana hacía una temperatura agradable gracias a la brisa templada que llegaba del este.

Ambas os sentásteis en el césped a los pies de un naranjo en lugar de en uno de los bancos de piedra de la glorieta cercana, como si estuviérais de picnic.

Cargando editor
14/11/2011, 13:47
Gabrielle

A Gabby se le hacía la boca agua con el delicioso aroma que desprendía el pastel. En cuanto se sentaron le dio un buen mordisco y lo devoró con fruición. El Señor Keefles le dio con una patita y Gabrielle le dio un pedazo de forma distraída.

¿Y bien? —dijo cuando hubo tragado—. ¿Cómo ha ido?

Cargando editor
14/11/2011, 23:44
Lynn

Lynn jugueteaba con el extremo de su larga trenza, había probado apenas un par de bocados del pastel de carne.

¿Por qué me preguntas eso? Yo sólo tenía que acompañar a Dreren—respondió—. Aunque... bueno...

Suspiró hondamente y su pálido rostro se ruborizó un poco. No era capaz de ocultarle nada a su mejor amiga. Ni quería.

El Primer Encantador lo había hecho llamar por el tema de los tatuajes—dijo sin levantar la mirada de sus propias manos—. El Caballero Comandante también estaba en su despacho, y una Encantadora Superior que creo que es su maestra. He visto peces recién pescados con más humanidad en los ojos que esa mujer.

Jugueteaba ahora rizando con el índice el mechón de cabello en el que consistía el final de la trenza. La viste tragar saliva imperceptiblemente.

Me... pidió que yo también me quedase. Y estaba acosando tanto a Dreren preguntándole por... —tragó saliva otra vez. Ahora no hacía falta ser un lince para darse cuenta de que el nerviosismo contenido iba poco a poco tomando el control—. Le preguntaron c... cómo y quién le había ayudado a hacerse esos t... tatuajes.

Se le rompió la voz y se encogió un poco como si temiera que de pronto todas las naranjas del árbol fueran a caer una tras otra sobre su cabeza. Los ojos de la clériga empezaban a brillar ahora por la humedad.

Cargando editor
15/11/2011, 18:20
Gabrielle

Gabrielle abrió mucho los ojos. —¿Cómo que "preguntaron"? —inquirió, sin dar crédito a lo que oía—. ¿No me habías dicho que el Círculo estaba al corriente?

El Señor Keefles se lamió los genitales con indiferencia.

Cargando editor
15/11/2011, 18:23
Lynn

La inocente en cuanto a malicia pregunta provocó un pinchazo tan agudo en el interior de Lynn que dos lagrimones de culpa le rodaron por las mejillas.

Sí, dije que tenía permiso porque... —soltó el aire que había estado conteniendo y volvió a aspirar otra bocanada—. P-Porque es lo normal en estos casos... ¿no? ¡N-Nadie haría algo así sin permiso! Y yo...

No aguantó más. Se le escapó un hipido y tuvo que dejar a un lado el trozo de pastel que tenía en el regazo para girarse hacia ti y, aún sentada, abrazárte.

¡Lo siento, Gabby!—gimió—. Tenia tantas ganas de serle de ayuda que ni le pregunté. Lo último que me imaginé es que hubiese hecho algo que nadie en su sano juicio haría. Dí por sentado que había pedido permiso, no quería preocuparte y... y...

Cargando editor
15/11/2011, 20:21
Gabrielle

A Gabby le dieron ganas de regañar a Lynn y de estrangular a Dreren, y no necesariamente en ese orden. Pero estando como estaban las cosas, ninguna de las dos cosas iba a arreglar demasiado... aunque Gabrielle no estaba segura acerca de la segunda.

La maga bisoña abrazó a la sacerdotisa neófita.

¿Y qué te han dicho el Caballero Comandante y el Primer Encantador?

Cargando editor
15/11/2011, 20:29
Lynn

Lynn emitió un par de sollozos ahogados para que nadie la escuchase pese a que estábais solas, reconfortada por tu abrazo. En realidad se sentía peor por haberte afirmado algo de lo que no estaba segura que por lo que pudiera ocurrirle a ella.

Pasaron unos segundos antes de que separase algo la cabeza para poder secarse los ojos con la manga de la túnica.

Soy estúpida, debí haber preguntado, debí... Pero en ese momento no me... —musitó entre suspiros—. N-No volveré a dar nada por sentado, lo juro... ¡Oh, Hacedor!

La pregunta debió cogerla por sorpresa porque parpadeó y te miró un instante con sus ahora húmedos ojos violetas. Probablemente se habría esperado una regañina pero aquello pareció calmarla un poco.

Pues... le dije que había sido yo, mentirle iba a ser peor. Greagoir estaba sorprendido pero dijo que agradecía mi sinceridad. E Irving lo mismo, es más, hasta alabó mi trabajo con los tatuajes pero...—sorbió por la nariz—. A Dreren le dijeron que si realmente había hecho eso guiado por las ganas de mejorar y proteger al Círculo pues debía probarlo subsanando su pasado fallo. En unos días lo mandarán afuera, a buscar de nuevo a Ayla.

Sus dedos volvieron a juguetear con el extremo de la trenza, Lynn solía hacer aquello cada vez que estaba inquieta por algo. La voz se le redujo a un susurro inseguro.

Y ... yo debo ir con él.

Cargando editor
15/11/2011, 21:43
Gabrielle

«¿Y te van a mandar de cabeza a la muerte por su egocentrismo y necedad?» se preguntó Gabrielle, pero no llegó a expresar el pensamiento en voz alta.

¿Ayla? ¿Esa... maga de sangre? —Gabby tragó saliva—. ¡Tú no sabes nada de la magia de sangre! ¡Es injusto!

Cargando editor
15/11/2011, 21:47
Lynn

—N-No es una maga de sangre...

Sabías que Lynn conocía a Ayla y probablemente por eso se negaba a condenarla de primera mano.

Sé rastrear magos con las filacterias que utilizan los Templarios. Es un método de la Capilla—respondió—. Además, Irving dijo que después del milagro que había logrado tatuando todo aquello sin que Dreren muriera intoxicado por el lirio, soy la persona idonea para vigilar que no hay efectos secundarios.

Se encogió un poco pegando las piernas al cuerpo para poder abrazarse las rodillas.

T... Tengo miedo, Gabby—confesó con voz llorosa otra vez—. Sé que me lo merezco, pero tengo miedo. No sé si me están enviando al paraíso o al infierno. Nunca antes había salido del Círculo. Como mucho he cruzado hasta la otra orilla del lago. Y no sé qué demonios puede una encontrarse por los caminos tras la Ruina o cómo va a reaccionar Ayla...

Por una parte iba con la persona de la que sabías que estaba enamorada, pero por otra... bueno, por otra ya lo había dicho ella misma. Y eso era lo que la intimidaba más. Debía ser una sensación de lo más agridulce.

Cargando editor
15/11/2011, 23:28
Gabrielle

Gabby frunció el ceño. Le parecía una temeridad. A los maleficar se los perseguía con un nutrido grupo de templarios, armados y hasta los dientes y entrenados en el combate contra magos. Enviar a un mago y una hermana era algo... inaudito. Gabrielle lo meditó unos momentos.

Estamos hablando del Primer Encantador y del Caballero Comandante. Son dos personas muy juiciosas, ya lo demostraron cuando... lo del círculo. Estoy segura de que no os enviarían a esa misión sin una razón. Quizá Ayla no sea una maleficar después de todo. No la conozco personalmente. Quizá esto le resultara asfixiante y se haya escapado —sonrió con más seguridad de la que sentía. ¿Estaba convenciendo a su amiga o a ella misma?—. Seguro que estaréis bien.

Se quedó pensativa.

Si no mato a Dreren antes personalmente, claro.

Cargando editor
15/11/2011, 23:36
Lynn

Irving fue muy comprensivo, créeme—respondió Lynn—. He tenido mucha suerte.

Pudiste notar que tu amiga se sonrojaba y torcía el gesto con amargura cuando hiciste el comentario sobre Dreren. Sin embargo, cambió de tema y pasó a hablar de Ayla.

No es una maléficar... —insistió—. Lo único que hizo fue romper su filacteria e irse, nunca se la sorprendió haciendo nada "sospechoso" de ser tachado de Magia de Sangre. ¡T-Tiene que haber un motivo!

Enterró un poco más el rostro entre las rodillas, como si quisiera desaparecer. Ayla no era el problema, ¿bandidos? ¿animales salvajes?, ¿restos de la Ruina? Por no hablar de lo peor: El miedo a lo desconocido.

En el Círculo está todo lo que tengo. Además, si me voy... ¿Cuándo te voy a volver a ver? ¡No lo sé! Y pensar que en el peor de los casos puede que no lo haga nunca me aterroriza.

Empezó a sollozar otra vez entrecortadamente, ahogando los gemidos al esconder el rostro para que no se la escuchara.

Cargando editor
17/11/2011, 12:13
Gabrielle

Gabby sintió como se le formaba un nudo en la garganta y los ojos se le arrasaban de lágrimas. Pero no le iba a hacer ningún favor a su amiga viniéndose abajo ella también. Tenía que ser fuerte, y contener sus sentimientos por ella. Se mordió la lengua, contuvo las lágrimas y estrechó a su amiga entre sus brazos.

Durante unos momentos no dijo nada. Gabby tenía una especial habilidad para empatizar con el dolor ajeno. Quizá ese hecho fuera lo que le había hecho emprender inconscientemente el camino hacia el sendero de la curación. El caso es que sabía que, a veces, para consolar a una persona no hacía falta decir nada. Simplemente, dejó que su amiga notara su cercanía, su calor, su energía tranquila y confortante. Le depositó un beso en el pelo y dejó que recostara su cabeza en su regazo. Mientras pensaba: ¿que diría Wynne en una situación así?

Escucha. El Hacedor nos tiende un camino por algún motivo. Luchar contra el rumbo que tenemos trazado es lo que nos causa angustia —dijo con suavidad—. Puedes llorar, gritar o estar asustada porque debes abandonar el Círculo, o puedes aceptarlo y permitirte ver el lado bueno. Tendrás la oportunidad de conocer de verdad al hombre que te atrae, y de ir allí donde muchos de nosotros no podremos ir. Y podrás ayudar al Círculo, a la Capilla, a las buenas gentes de Ferelden y quizá a la propia Ayla. Y yo... —se encogió de hombros—, siempre estaré a tu lado. En tu corazón, en mis plegarias.

Ensayó una sonrisa.

Y cuando vuelvas al Círculo —dijo, dándolo por hecho y guiñando un ojo—. Yo ya seré una maga por derecho propio y podremos pasar más tiempo juntas.

Cargando editor
17/11/2011, 20:36
Lynn

Abatida, Lynn se dejó reconfortar. Al estrecharla, percibiste de nuevo el tenue aroma a canela. El cabello de Lynn siempre olía ligeramente a canela, era un aroma agradable. Como ella misma.

Durante casi cinco minutos completos, ambas permanecísteis en en un silencio que tan solo era entrecortado a veces por algún que otro gemido apagado de la clériga. Cuando finalmente estos empezaron a ser mucho menos frecuentes, Lynn levantó la vista que hasta entonces había estado perdida en el infinito para observarte.

Creo que Wynne me contó una vez que tuvo que decirle algo similar a la Guarda, nada menos—dijo con una sonrisa triste que apenas iluminaba su rostro—. Es difícil darse cuenta de que alguien a quien consideramos una heroína también tuviera sus miedos y sus momentos de debilidad, ¿verdad?

Evidentemente la sonrisa era forzada. Se secó un ojo con la manga de la túnica y luego se mordió la falange del índice.

Pero yo no soy una heroína y... ¿v-ves? Es por esto; siempre estás cuando te necesito. No sé qué haría sin ti, Gabby—enseguida se corrigió—no sé qué voy a hacer sin ti.

Casi podías leer en el rostro de tu amiga la confusión ribeteada de un deje dolido por el hecho de haber mencionado a Dreren: El mago no le había dicho la parte más importante a la hora de pedirle ayuda y así habían ido las cosas. En aquel momento debía estarse debatiendo entre si sentirse triste por ello o furiosa. Tenía que partir con él y su corazón no encontraba la solución correcta a aquel dilema.

Pero tú la conocías lo suficiente como para saber que, por muy dolida que estuviera, Lynn era total y absolutamente incapaz de dirigirle ni una sola palabra hostil al mago.

Cargando editor
18/11/2011, 08:55
Gabrielle

La habilidad que tuviera la Guarda con la espada no es la que la convirtió en heroína, sino precisamente el hecho de ser capaz de enfrentarse a sus miedos y a sus debilidades. Por muy buena que fuera, seguro que tuvo más de una docena de ocasiones en las que una persona igual de habilidosa pudo haberse rendido, pero ella perseveró. No es el desafío lo que define quienes somos ni qué somos capaces de ser, sino la forma cómo afrontamos ese desafío —Gabby hizo una pausa, siendo consciente de que cada vez se parecía más a Wynne. ¿Acabaría tejiendo calcetines con pompones a sus amigos? La idea la hizo sonreír—. Yo también te echaré mucho de menos. Pero estoy completamente segura de que lo harás estupendamente sin mi. Sólo recuerda que cuando desarrollamos el valor necesario para enfrentar un problema, con frecuencia, éste desaparece por si solo.

Pensó durante unos instantes.

Oh. También recuerda no quedarte embarazada. Eso sería muy mala idea.

Cargando editor
19/11/2011, 14:48
Lynn

Lynn había estado escuchandoándote, cabizbaja, como si fuera imposible levantarle del todo el ánimo y la congoja que sentía. Sin embargo, la última frase provocó que alzara la vista enderezando la espalda tiesa a tal velocidad que casi pudiste imaginar mentalmente el sonido de un muelle.

¿Qu-que recuerde... ?—tartamudeó llevándose escandalizada las yemas de los dedos de una mano a la boca y enrojeciendo como un tomate—. ¡Gabby! ¡¿Cómo se te puede siquiera ocurrir que... ?! ¡Oh, por Andraste! ¡No lo puedes estar diciendo en serio!

Se tapó los ojos con dicha mano, muerta de vergüenza, como si deseara que se la tragase la tierra allí mismo.

Cargando editor
19/11/2011, 22:33
Gabrielle

Gabby se quedó un momento mirando fija y seriamente a su amiga. Pero pocos segundos después empezó a notársele que se estaba aguantando la risa. Por fin, prorrumpió en carcajadas.

¡Tenías que haberte visto la cara! —dijo, dándole un achuchón y un abrazo—. ¡Ay pobre mía!