Partida Rol por web

Enfilan hacia la parte menos alegre del campamento, por así decirlo. Es un área donde se alinean en el suelo, sobre mantas y con piedras como almohadas, los heridos. No hay tiendas para albergarlos a todos, salvo a los mas graves.  Y en un rincón aparte descansan envueltos en lonas los fallecidos, aguardando la ocasión de que puedan ser sacados del Dread Ring para recibir los ritos.

Caminando entre los clérigos y sanadores que atienden, es fácil encontrar a Celeste. La rubia y hermosa mujer destaca como un faro de luz, llevando palabras de animo, vendajes y a veces su magia sanadora que le otorga su diosa. Pese a que trabaja tanto o más que nadie, siempre luce radiante y amable. Al verlos aproximarse, deja sus deberes para adelantarse a su encuentro.

-Buenos días tengan todos. +saluda con corrección+ Ustedes son el grupo enviado por Knox, supongo. ¿Estan al tanto de su misión, estimados amigos?

Vaya!!!!!!!!!!!!!! pedazo rubiaca que tenemos en el campamento y yo sin saberlo. Pienso para mi mismo sin dejar de mirar la angelical cara de Celeste.

Buenos días Celeste. El Capitán Knox ya nos ha puesto en antecedentes sobre la naturaleza de la misión. Hay que entrar en una mina, matar todo lo que encontremos y reventarla. Pero tampoco sabemos mucho más sobre lo que nos podemos encontrar dentro de ella. Podrías tu ampliarnos un poco más la información? O quizás algún consejo sobre qué equipo usar contra las criaturas que allí moran?

La joven semi-elfa se adelanto al grupo para encontrarse con la cleriga a la que saludo con una caravana y una sonrisa emocionada.

-¡Claro que si! Debemos viajar a la mina de los muertos, rematar a estos y despues asegurarnos que la mina sea inaccesible.- La misión era claramente muy peligrosa para la chica parecía mas entusiasmada que preocupada por su vida.- Cuando regresemos cantaré la aventura para motivar las fuerzas. ¡Esto va a ser tan emocionante!-

Camino con el resto del grupo hasta el improvisado hospital de campaña. Al llegar, veo a la hermosa rubia que ya había visto en otras ocasiones, si bien nunca había tenido la oportunidad de hablar con ella. Por suerte, no había necesitado de sus servicios.

-Buenos días. Soy Brufir. sí, nos han puesto al corriente de la misión pero, como dicen mis compañeros, necesitamos más información así como toda la ayuda que puedas prestarnos. Ya nos ha dicho Knox que no obtendremos más equipo que el que llevemos encima, pero a lo mejor podemos obtener ayuda divina antes de partir. Aunque la información es lo más importante. ¿Contra qué nos enfrentamos y como lo matamos?

Suelto todo este discurso haciendo bailotear mi hacha entre las manos.

Tras seguir al grupo con el que me había tocado realizar la incursión llegamos junto a Celeste.

Buenos días también! Mi nombre es  Pharah y estuve ayudando a tratar a las tropas. La verdad es que cualquier información sobre los muertos que nos podamos encontrar y sus puntos débiles sería bien recibida.

La verdad es que durante mi entrenamiento ya había aprendido varias cosas sobre nuestros enemigos, y como enfrentarlos, pero era mejor intentar averiguar todo lo posible para evitar sorpresas

Para recordar algo sobre mis estudios sobre los muertos vivientes. Aunque visto la tirada....XD Jajaja
 

Llego a donde le dijo Knox que estaría el equipo al que había sido asignada, tendría que buscarlos y preguntar por lo que les habían encargado, pues al llegar tarde a la reunión no sabía cual era el cometido.

No debería ser muy difícil encontrarlos un grupo bastante variopinto, por lo que había visto salir de la tienda de Knox un vez termino la reunión y seguramente irían juntos a preguntar al responsable.

Estuviste tan concentrada entrenando como expulsarlos que olvidaste repasar la teoria (:P). Sabes que son seres que antes estaban vivos, pero murieron y fueron reanimados por energias oscuras, malignos y peligrosos, pero poco más general. Puede que si sepas mas sobre no muertos especificos, si los ves y te viene a la mente.

- Barbazul y Gulp, a vuestro servicio! - Digo a Celeste, reclinándome hacia adelante. El lobo pareció agachar su cabeza. Cautivado por la belleza de la sanadora, quien parecía emitir luz propia, me costó pensar en ese momento en la misión que teníamos por delante imaginando una mina llena de muertos y paisajes desoladores y macabros. Haciendo un esfuerzo, tuve que concentrarme para pensar en nuestro deber.

- Bella Dama, podría decirnos si hay una única entrada a la mina o son varias? y si no es mucha molestia, se han hecho reconocimientos de los alrededores?

Narixa llega por detrás, algo apurada tras el breve encuentro con Knox, en busca del grupo que debe reforzar. Frente a las deprimentes mantas al aire libre donde tienen a los heridos, se encuentra la radiante cleriga Celeste, jefa medica del campamento, conversando con un grupo variopinto. A simple vista destacan un enano, un gnomo junto a un lobo, y tres figuras humanas, dos de ellas mujeres. Poca duda queda de que son los aventureros que busca.

Asiente con un suave cabeceo los diferentes resúmenes, todos los mismos a efectos del caso; han entendido lo principal de la misión perfectamente. También se hace cargo de sus dudas, mientras  voltea las palmas vacías de sus manos hacia arriba y distiende los hombros, adoptando un aire mas relajado. Reconoce a Pharah de haber estado también allí atendiendo heridos, y le sonríe suavemente.

-Veamos… Temo que no puedo darles ayuda mágica en esta ocasión; mis pacientes consumen casi todo el poder que puedo utilizar… Información, no obstante, es otra cuestión.

Humedece sus labios rápidamente antes de continuar.

-Como sabrán +mirando al enano y al soldado especialmente+  las tropas de Valindra utilizan zombis en primera línea. Lentos y torpes, pero fuertes y resistentes; las flechas y mazas son ineficientes contra  esa carne muerta que les cubre. Deben recurrirse a las hojas cortantes y aun así rara vez caen sin pelear.

- Pero en la mina están usando esqueletos como obreros; esto es tal cual, simplemente los huesos reanimados de humanoides. Son la cara opuesta. Rápidos y hábiles, pero frágiles. Son especialmente vulnerables a las armas contundentes, como mazas o martillos. Las espadas o las flechas sirven de poco, pero todavía tienen oportunidad, ya que como mencionara, son bastante delicados en comparación.

-Estas criaturas sin mente están bajo el control directo de los nigromantes. Sin su comando son solo muñecos, que continuaran repitiendo la última orden que recibieran hasta el fin de los tiempos o ser destruidos. Cualquier estrategia que tracen deberá tener esto en cuenta… Fuera de ellos, habrá algunas tropas normales; guardias, y tal vez zombis, pero lo más preocupante serán los magos y sus esqueletos indudablemente.

Suspira profundamente, acabada la exposición.

-En cuanto a como derrotarlos, recapitulemos. Los esqueletos son vulnerables a las armas contundentes, lo cual es la forma mas directa. También podéis contar con la aptitud de expulsión de vuestra clériga, muy eficiente para atontarlos e incluso quizás destruir algunos. Respecto a los thayanos, son tan humanos como cualquiera, pese a lo que puedan creer. Solo debéis tener cuidado en que los nigromantes que poseen acceso a mucha magia perniciosa, y suelen preferir usar ítems como pergaminos o varas antes que gastar la propia. Están mucho mejor provistos que nosotros, desgraciadamente, por lo que al enfrentarlos deben ser veloces, antes de que desplieguen todo su arsenal...

Introduce la diestra en su cinturón, extrayendo del mismo una fina varita de incienso, delicadamente ornada. Se la tiende a Pharah.

-Esta es la única ayuda que puedo prestaros. Es una varita eterna de consagración. Podreis usarla dos veces, para debilitar a los no muertos en un área de 20’ de radio, y reforzar vuestro poder de expulsión. Cuídala y regrésamela al acabar vuestra tarea.

Parece haber dicho todo, pero entonces recuerda al pequeño gnomo. Sonríe cálidamente, viéndolo hacia abajo pero inclinándose un tanto para más a estar a su altura, lo que también regala un poco la vista de su escote.

-Perdona, no me olvidaba de ti. La mina tiene una sola entrada, y la hondonada es de paredes muy escarpadas, por lo que el viaje solo tendrá una dirección. Hacia lo profundo. Y solo deben preocuparse por lo que encuentren allí.

Tras agarrar la varita con fuerza y observarla con detenimiento muestro mi agradecimiento a Celeste con una ligera reverencia con la cabeza Muchas gracias, prometo devolvértela.

Sin duda la ayuda de esta varita  será determinante para lograr nuestros objetivos y conseguir salir todos juntos de las minas.  Tras acabar esta misión le deberé un gran favor a aquel clérigo, que tanto estaba dando por todos nosotros sin esperar nada a cambio.

Las explicaciones de Celeste no acaban de quedarme claras.

-Perdón, Celeste, pero no acabo de enterarme. ¿Dices que mis hachas de poco valdrán con los esqueletos? Tal vez con una maza haría más daño? ¡Si así es, voto a brios, conseguiré algo así para destruir esos malditos enjendros!-

Miro la varita con poco interés. No sé para que puede servir,nunca me he enfrentado a muertos vivientes. Pero si Pharah lo encuentra de utilidad y nos ayuda en el combate, no seré yo el que lo rechace.

Al escuchar que los no muertos no eran vulnerables a lo cortante o punzante la joven se preocupó por su elección de arma.

-¿ Y yo?... ¿Yo como podría ayudar? no creo poder encantar a los no muertos. No suenan... inteligentes...-

La chica se sentía un tanto preocupada por los alcanzes de su participación. ¿Quiza limitarse a animar a su equipo en conflicto?.

Se acercó a la semi-elfa y la rodeo con un brazo -Tu tranquila, seguro que solo con tu voz ya nos eres de utilidad, una voz como esa nunca viene mal- le guiño para darle ánimos -además seguro que nuestra clérigo necesitara mucho apoyo para expulsar a esos muertos- dijo alegre, como era siempre.

Celeste se acercó para hablarme.

- "…mina…paredes…dirección…profundo…"

…Profundo…

Levanté mi vista hasta su cara.

- "...Y solo deben preocuparse por lo que encuentren allí."

Me quedé mirándola unos segundos.

- Oh, sí, claro, por supuesto, por supuesto. Ehm.. muchas gracias por su ayuda, ehm… Señorita. 

Una gota de sudor cayó por mi frente. Mis mejillas se habían puesto coloradas. Me retiré hacia atrás haciendo reverencias, al punto que casi tropiezo con una piedra.

- Oh, perdón, ehm… vamos Gulp, ejem, si, vamos.

El lobo me miraba con la lengua afuera. Suspiré. 

- Hace calor, no? le dije mirándolo y mientras agitaba mi mano como para hacerme un poco de viento en la cara.

La visión de Celeste había destapado algo en mi interior. Sensaciones reprimidas en lo más profundo de mi parecían aflorar bruscamente mientras veía sus gráciles movimientos y sus delicadas facciones. Pese al castigo del cansancio por el esfuerzo realizado en el cuidado de los heridos, su rostro se me antojaba de una belleza inusual. Intentaba apartar la mirada para que mis pensamientos no fueran tan evidentes, pero me suponía un gran esfuerzo. Los mismos dioses que antaño me quitaran a mi amada habían dispuesto que encontrara a otra persona justo antes de emprender una misión en la que podía morir? Qué clase de humor sádico era ese? Lo que si sabía era que no estaba en tiempos de esperar, ya que en esa mina podía perder la vida con uno de esos esqueletos, o uno de esos nigromantes, por lo que tampoco quería asustarla, pero algo en mi me impulsaba a actuar. Decidí esperar a que el grupo terminara sus preguntas y salieran de la tienda para intentar hacerle una petición.

La aproximación de Narixa durante la larga exposición de la cleriga es algo desconcertante; ninguno la había notado especialmente en días previos, ni durante la reunión parecía que estuviese.

Celeste no hace comentarios al respecto, en su lugar solo asiente con la cabeza al comentario de la mujer con respecto a la pequeña semielfa.

-Efectivamente, los muertos no son susceptibles a efectos enajenadores… pero siempre puedes apoyar a los otros o bien enfocarte en los thayanos, pequeña. Respecto a las armas, nada puedo hacer por vosotros; tendrán que arreglarse con lo que llevan en sus mochilas, lamentablemente. Pero no he dicho que las hachas sean inútiles… solo menos efectivas.

Suspira con cierto pesar, haciendo un leve gesto de despedida con la cabeza.

-Ahora, deben ponerse en marcha. Es necesario que estén en camino a la brevedad, para que el plan funcione como debe ser. Tomen el sendero del noreste, directo hasta el final. Espero que todos regresen a salvo, y las bendiciones de Selune los acompañen. Hasta entonces!

La reunión esta terminada y la hermosa mujer retrocede, regresándose hacia las filas de heridos que aguardan su atención sobre la planicie. Los 5 y la recién llegada quedan librados a obrar, pero una cosa esta clara; la misión ha comenzado.

-GRRR-Gruño cuando la clérigo dice que los hachas son poco eficaces.¿Poco eficaces? Seccionan la cabeza de un orco de un tajo si está bien dado. Malditos seres infernales.

-Gracias por la información y.. la varita esa.-Le digo a Celeste-Bien, pongámonos en marcha y hagamos las presentaciones por el camino. Soy Brufir, del clan Escudo. Guerrero hábil con el hacha, o eso creo. Y puedo aguantar bebiendo cerveza o recibiendo golpes más que ninguno que haya conocido.-Añado,golpeándome en el pecho. Me giro en la dirección indicada por la clérigo, en la esperanza de que los demás me sigan. No hay tiempo que perder.

Ahora voy chicos, dadme un segundo. Les digo mientras me quedo rezagado en el interior de la tienda.