Partida Rol por web

Dread Ring: Crisol de heroes.

El Campamento

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11/05/2017, 07:36
Amo del Calabozo

Ha pasado menos de una semana, pero el campamento de la Vanguardia por fin va tomando algo de coherencia… Tras la intempestiva persecución de Valindra, la exigua tropa fue capaz de tomar la entrada del Dread Ring, para luego fortificarla precipitadamente, dando comienzo al asedio del siniestro valle.

Con rocas del lugar, escudos, lanzas y maderos, se hicieron barricadas para cerrar los caminos en esta convergencia. Luego se repartieron tareas y comenzó el trabajo más duro... resistir. Guerreros y paladines montaron guardia junto a los soldados de Neverwinter. Los conjuradores de todo tipo apoyaron con su magia la defensa, mientras que los exploradores y otros agiles salieron a hacer las primeras batidas al terreno. Aquellos hábiles en sanar asistieron a los heridos, y los que no podían hacer nada de esto, acumularon provisiones, levantaron refugios, cocinaron o auxiliaron donde pudieron...

Tiendas y pabellones fueron puestos en orden, gracias a la hábil planificación de la generala Sabine. Ahora el campamento se divide en 5 partes. En el Noroeste se encuentran las tiendas de suministros y almacén. El Suroeste es donde reposan los heridos y se dan los ritos a los muertos. Al Noreste se alzaron los pabellones de los oficiales y al Sureste, las tiendas de la tropa y los aventureros. La zona central se dejo libre, lugar para las fogatas y donde armar formaciones.


Ayer, el sargento Knox difundió un mensaje; todos los voluntarios que desearan participar en una ofensiva, debían anotarse en la pizarra junto a su tienda, y presentarse allí al alba siguiente. La razón de tan pronto ataque era clara; mientras mas tiempo tuvieran las tropas de Valindra para reagruparse, más difícil seria asestarle el golpe final. Había que desgastarlos ahora, para que cuando llegara el grueso del ejército aliado, se abalanzaran sobre los muros de la fortaleza sin demora y les hicieran pagar la sangre derramada de una vez por todas.

Hoy temprano, el interior de la espartana tienda del sargento empieza a lucir abarrotado y ruidoso a medida que van llegando. Algunos pasan por las fogatas a tomar su desayuno primero, los demás van directamente. La mayoría no se conocen, aunque otros se han visto brevemente estos días, en sus tareas... Todos aventureros; muchos, ciertamente. No por nada se dice que son los que siempre consiguen grandes cosas; ellos son los que se atreven a los grandes riesgos.

Knox, sentado detras de una robusta mesa, viste ya la imponente armadura azulada. No hay mas silla que la suya; los soldados deben permanecer de pie después de todo. La gran hacha doble, que abatiera a tantos enemigos de su amada ciudad, descansa detrás de él. Tiene a un lado la lista y espera impaciente que todos arriben, para dar comienzo a la reunión... 

Notas de juego

Muy bien, gente, comenzamos. El primer turno es para llegar (o ya estar si son los primeros), describirse y si lo desean saludar a alguien. Tomen nota que los que tienen profesiones similares posiblemente se vieran antes. (los guerreros en las barricadas, los clerigos sanando, etc) Ambos grupos estaran juntos por ahora y no saben quien con quien, por lo que esta abierto el dialogo. Knox empezara cuando esten todos.

Los que no han terminado la ficha tienen prohibido postear.

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11/05/2017, 09:17
Brufir

Frotándome aún los ojos y mordisqueando un trozo de carne desecada, lo que me quedaba del desayuno compuesto por un líquido de aspecto temible que ellos llamaban café con leche y que a mí me parecía fango de cloaca, y un poco de pan duro, llegué a la tienda de Knox.

-Vaya, soy de los primeros.-digo, mirando a mi alrededor quedándome en la puerta de la tienda. Empiezo a ajustarme mejor la cota de escamas que parece haber vivido varias batallas dejando el pesado escudo en el suelo. Una vez están todas las hebillas a mi satisfacción, cojo los pequeños hachas arrojadizos y pruebo a meterlos y sacarlos de su lugar en mi cinto. Finalmente cojo mi hacha de guerra enana, la limpio con un trapo y paso el dedo por el filo para comprobar que está en condiciones.-Como un bisturí. A algún matasanos le gustaría contar con un filo así para sus operaciones.- Digo para mí mismo satisfecho del filo y colocando el hacha a mi espalda y encima el escudo, que lleva el blasón de mi familia, ahora extinta.

Miro a ver si veo alguna cara conocida. El enano Thorstein y la semiorco Glavra deberían estar por aquí o a punto de llegar, o el siniestro guerrero humano con el casco con cuernos. Parece que a algunos se les han pegado las sábanas. Los conocía apenas de haber compartido alguna guardia, no habíamos tenido tiempo de congeniar demasiado.

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11/05/2017, 12:59
Glavra

♫♪Na naná, na naná ♫♪…  – Paseando por el campamento voy canturreando una pegadiza balada que le escuché a un bardo la otra noche. Entre acordes de laúd el bardo narraba como los magos rojos de Thay y los Shadovar se disputaban el control de Neverwinter, hasta que un elfo oscuro de nombre Drizzt Do Urden, junto a un asesino humano y a una elfa psicópata derrotaban primero a Sylora Salm, la comandante de los magos rojos y después a Herzgo Alegni, el comandante de los Shadovar, frustrando los planes de ambas potencias y permitiendo que Neverwinter se mantenga como ciudad libre. - Mm mmm ♫♪ mm mmm♫♪   Sipe. Era una buena balada. Me gustaría conocer al tal Drizzt, si es que de verdad existe, no sería la primera vez descubro que las historias que cantan los bardos son mentira.

Mi paseo me lleva hasta una de las barricadas del frente, me apoyo en ella y me quedo mirando el Anillo de Pavor. Si ahora está debilitado, me pregunto cómo sería aquella fortaleza nigromántica en pleno esplendor. Será necesario un ejército para tomarlo. Y pensar que ese Drizzt de la canción se infiltró allí y mató a la comandante de los magos rojos cuando el Anillo de Pavor poseía todo su poder…    supongo que debemos agradecerle que no matara también a la liche Valindra, o no tendríamos trabajo.

¡Trabajo! – Repentinamente caigo en la cuenta de que pedían voluntarios para una ofensiva - Mi bolsa está casi vacía y necesito el trabajo, pero...  había que apuntarse.  Me dirijo hacia la tienda del sargento Knox, sin mucha prisa teniendo en cuenta el desafío que me espera por delante. No me importa luchar contra una lich desquiciada, pero escribir…  ¡¡nadie me avisó de que habría que escribir!!

Al llegar junto a la tienda del sargento solo hay un enano, al que saludo con un gesto al reconocer a Brufir, antes de acercarme a aquella endiablada pizarra llena de garabatos sin sentido. -Emmm-  Me rasco la cabeza, ser analfabeta nunca había supuesto un problema en mi aldea. Allí era lo normal.  -Si hago tres o cuatro garabatos puede que nadie note la diferencia. – Pienso mirando hacia un lado y hacia otro sin saber qué hacer. Finalmente agarro la tiza con mano temblorosa aunque con tanta fuerza que sin querer la rompo en trocitos- Ups- Mascullo  tratando de unir los trozitos infructuosamente. - Em, em…   tranquila, no te pongas nerviosa -Me digo a mí misma tratando de no cabrearme porque sino enviaré la pizarra al fondo del barranco.

Buscando una solución mi mirada se posa en un cuchillo de cocina que descansa en una mesa. Sonrío mientras tiro los trocitos de tiza y utilizo el cuchillo para rascar la pizarra hasta dejar una X grabada a modo de firma. Satisfecha con el resultado devuelvo el cuchillo a la mesa y me alejo un poco de la pizarra antes de que alguien me identifique con aquel estropicio.      

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11/05/2017, 16:10
Daren

Camino seguro, altivo y confiado. He tenido toda la noche para pensar en lo que hacía y porque lo hacía. Estoy seguro de que esto es lo que debo hacer. Me abro paso a través del resto de la gente que está allí para acabar con Valindra. Camino ayudándome de mi bastón, no es que lo necesite; pero me gusta y realmente es más cómodo.

Al llegar frente a la tienda de campaña veo un pequeño desastre en la pizarra, me agacho y recojo uno de los trozos de tiza del suelo, levanto mi brazo aguantando con mi mano la manga para que no se ensucie con el resto de nombres de la pizarra y procedo a escribir mi nombre con exquisita caligrafía, justo debajo de una X grabada para siempre. Deposito el pedazo de tiza donde debiera haber estado en su momento y observo a los dos aventureros que aguardan a Knox

- Buenos días tengan. - 

Sin más me aparto de la pizarra por si hubiera más voluntarios y aguardo paciente tratando de recordar mentalmente si llevo conmigo todo lo que pueda necesitar.

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11/05/2017, 17:11
Mikah Silvana

Tocar esta melodia siempre le ayudaba a la joven a relajarse. Era en realidad un ejercicio para la digitación de la lyra, pero eso le daba igual. La joven se había dedicado a atender a los heridos, no por ser una buena enfermera si no por que sabía que su música los reconfortaba aunque sea un poco, también tenía esperanzas de encontrar a su padre pero hasta el momento todo había sido vano.

Mikah seguía tocando la misma melodia, avanzando despacio hacia la tienda del comandante, balanceandose de un lado a otro con cada paso.

-La... laralá...Lará...Lára...- La chica tarareaba la melodía deteniendose sólo para desear los.- !Buenos dias, guerreros, mago!- La joven interrumpió su improvisada presentación para saludar a los presentes con una graciosa caravana para despues llegar a la pizarra y tomando uno de los pequeños trocitos de tiza con gran delicadeza escribió su nombre: Mikah Silvana. Con una letra hermosa y estilizada; procurando no invadir la gigantesca X que atravesaba la pizarra.

La apariencia de la joven era todo menos intimidante. La chica era delgada y vestía colores alegre y el única arma reconocible era un florete que colgaba de su cintura.

Una vez terminada su inscripción a la misión la chica prosiguió con su sencilla tonada. Finalmente tomandose el tiempo de dirigir sonrisas a los demas presentes y observarlos con calma. No los había visto antes, seguramente por que no habían ido a la enfermería. Pero también le parecían un poco raros, debido a que nunca en su vida había visto algo distinto a los humanos de su pueblo y a su madre que era elfa. Procuró no mirarles demasiado o hacer gestos para que no se sintieran ofendidos.

-¿Como amanecieron?-

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11/05/2017, 17:35
Thorsteinn

Thorsteinn había llegado muy temprano a aquella tienda de campaña, lo que era usual en él, sobre todo en la búsqueda del deber. De hecho había sido de los primeros en apuntarse pues ya estaba por allí buscando la oportunidad de ofrecerse voluntario para cualquier ofensiva que se plantease. Y por ello, en cuanto el anuncio fue puesto se apunto sin dudarlo.

Ordenado y sistemático, el enano se fue con calma a tomar el desayuno a sabiendas de que tomaría un tiempo antes de que todos llegasen y el sargento Knox les explicase cual era la misión que les tenía preparada. Por ello, tras tomar un abundante desayuno, a sabiendas de que podría ser el ultimo en mucho tiempo, se apresuró a pararse frente al sargento, listo para cumplir órdenes.

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11/05/2017, 19:37
Barbazul

Desde que el sol se asomaba en el horizonte que me encuentro despierto. Ha sido una plácida noche y me siento descansado y de buen ánimo. Sin dudarlo he llegado hasta aquí porque he visto lo que han hecho las horrendas huestes de Valindra en Neverwinter. Y no sólo que siento un profundo rechazo a esos seres anti-naturales, como yo los denomino, y a toda la atrocidad que cometieron, sino que además, me recuerdan lo que sucedió en mi ya añorado y lejano hogar, en lo profundo de las Altos Bosques, cuando esos impuros gnolls incendiaron y mataron a toda mi comunidad y redujeron todo a cenizas. 

Luego de dar las gracias por este nuevo día a la Naturaleza, dediqué algo más de una hora a meditar, sin dudas que era realmente reconfortante y necesario, a sabiendas que luego vendrían tiempos de acción y de esfuerzos duros.

Con mi armadura de cuero puesta, todas mis cosas acomodadas en mi mochila y mi bastón en mi mano izquierda, hice mi camino hacia la tienda del sargento acompañado por mi querido compañero Gulp, el lobo. Sí, ya sé que fue él quien se llevó todas las miradas de los allí presentes (y no era para menos, porque realmente impresiona) y bien sé que repararon en mí recién cuando saludaba a cada uno y descubrían que había un gnomo a la par. 

- Buenos días, señor enano; buenos días, bella señorita; buenos días, señor; Buenos días, señorita de ojos azules; buenos días, señor enano.

Saludé a cada uno de ellos, y me paré frente a la pizarra. Busqué algo con lo que escribir, y noté que había pedacitos de tiza por todos lados. Con uno pequeño me alcanzó para anotar en puntas de pie: “Barbazul”, en idioma común. Y cuando estaba por dejar la tiza, me di cuenta que faltaba algo: “Y Gulp”, completé.

Y enseguida, me acomodé a un costado, séntandome en el suelo con las piernas cruzadas, dispuesto a comer algo mientras esperaba que los demás llegasen. Gulp se recostó a mi lado, indiferente a todo lo que sucedía a su alrededor.

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11/05/2017, 20:02
Mikah Silvana

La joven siguió tocando la melodía de forma distraida hasta que despues de saludar al gnomo y verlo sentarse a comer se dió cuenta que ella aún no lo hacia. Detuvo su melodia y se descolgó la mochila del hombro y sacó una rebanada de pan duro el cual lo partió por la mitad y con mucho cuidado de que no la vieran masticar empezó a comer de modo que cada vez que se llevaba un bocado a la boca siempre la cubría con la mano.
 

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11/05/2017, 23:48
Brufir

Voy mirando serio como llegan todos. Al final vamos a ser más de los que parecía. ¿Porqué han esperado a inscribirse por la mañana? En teoría había que haberse inscrito ayer...

Miro las maniobras de la semiorca. Sonrío. Asiento cuando consigue marcar. No le ofrezco ayuda, ofrecer ayuda sin que la pidan puede ser ciertamente descortés.

Al humano y la semielfa les contesto con un elocuente -Ajáa.- Que viene siendo mis buenos días standar.

Veo llegar casi corriendo a Thorsteinn. Mi vozarrón sobresalta a todos los presentes-¡¡¡¡Ehh enano, ¿llegando tarde? No te pega jajajajaja!!!!.-Le digo con sorna al paladín, siempre tan recto y observante de las normas. Cuando se acerca le doy una palmada en la espalda al más puro estilo enano. Recuperando mi habitual tono bajo de voz, le digo-No te preocupes aún no ha empezado, falta gente.

Luego llega el gnomo. Con el lobo. Contesto con una inclinación de cabeza a su saludo y otro-Ajá.

Esto se está animando por momentos. Me dedico a escuchar las canciones de la trovadora.

 

 

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12/05/2017, 00:00
Melrone

Hacía tan solo tres días que un extraño enano, vestido con su atuendo de clérigo, había llegado al campamento de la Vanguardia. El primer día que llegó, lo hizo caminando a paso tranquilo junto a su fiel compañero: un burro de pelaje marrón y edad adulta, quien tenía unas albardas fijas a ambos lados con diversos bártulos del clérigo, entre ellos su armadura, su escudo y su maza.

Al llegar al campamento, los guardas le dejaron pasar y fue directo a donde se encontraba el sargento Knox. Allí entabló unas palabras con él y en pocos minutos, estableció el que sería su nuevo hogar. Después se dedicó a ir por los distintos puestos, curando a los heridos. Durante el tiempo en el que había estado allí, cuatro hechos le caracterizaban y hacían que los demás supieran reconocerlo entre la muchedumbre: siempre iba al lado de su burro, sin importar el lugar o el momento del día; era vegetariano; era muy callado; y solo se dedicaba a rezar, curar a los enfermos y cuidar de su burro.

En lo referente a su habladuría, solo se le había visto hablar con el sargento Knox y entonar un dogma, que repetía a modo de bendición, a todos aquellos enanos heridos que creían en Moradin:

- Mediante la batalla encuentras la confirmación, la liberación y la exultación. Confía en Hela para que te guíe a través de la lucha y los monstruos del mundo caerán bajo las afiliadas hojas de tus hachas, sin importar su fuerza aparente o número. La Doncella de la Suerte bendice a aquellos enanos que creen en su beneficencia, y a través de sus fieles siempre estará allí para los asediados y sitiados. Regocíjate en el poder de tus golpes en la batalla, en el sonido de tu arma castigando a un enemigo digno y con el desafío de la lucha. Si se te pide, muestra clemencia a un enemigo noble que se ciña a un código de honor, pero no contengas tu mano contra los traidores, los mentirosos y los que carecen de honor.

Por lo demás, solo se comunicaba mediante gestos y gruñidos. Por este motivo, nadie conocía su nombre y los aventureros decidieron apodarle como "El Anciano", debido a su avanzada edad y a sus creencias. Ayer, se dirigió a la pizarra, cogió una tiza y en un hueco libre, escribió su nombre en la lengua común: Melrone. Por fin los aventureros supieron cómo se llamaba y algunos murmullos de asombro se escucharon de fondo. Tras ese momento, Melrone volvió a sus tareas cotidianas de socorrer a quienes le necesitaban.

A la madrugada siguiente, Melrone dedicó una hora a rezar a su diosa Hera y a Moradin. Tras acabar de rezar, él (todavía vestido con su túnica de clérigo) y su burro se dirigieron a la tienda de campaña donde debían acudir todos aquellos que quisieran participar en el asedio. Al entrar, observó a todos los presentes. A su burro se le erizaron los pelos de la piel al ver a aquel lobo, y se mostró tenso y nervioso. Aunque era un fiel acompañante y podía soportar las más duras caminatas llevando mucha carga a sus espaldas, lo cierto es que era un poco cobarde en cuanto sentía el peligro. El anciano clérigo le acarició el lomo para tranquilizarlo.

Una vez se quedó manso, sin mediar palabra el clérigo se dirigió a una parte de la sala donde se encontrara a cierta distancia del lobo. A él no le daba miedo, pero no quería que su burro estuviera asustado durante el rato que fueran a estar allí. Y allí de pie, ambos se dedicaron a esperar las órdenes del sargento Knox mientras veían a los aventureros que iban llegando.

Notas de juego

Mi personaje ha vivido la mayor parte de su vida recluido en las montañas, por lo que es poco probable que conozca a alguien de antes (incluso al otro clérigo). Así que opto por la teoría de que os conoce a la mayoría de vista, al haberos visto por el campamento, pero sin haber mediado palabra con ninguno.

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12/05/2017, 00:23
Barbazul

Mientras desayunaba gustosamente, siento el gruñido de Gulp. Levanto la vista y veo un enano con un burro aproximándose. Tenía ropajes de ser alguna especie de clérigo, parecía muy serio y muy ensimismado. Me pareció haberlo visto ayer entre los enfermos. Sin querer molestarlo, incliné mi cabeza en modo de saludo cortés. Y con mi mano, acaricié la cabeza del lobo.

- Tranquilo, Gulp. Aquí estamos todos por la misma causa. Relájate, amigo. 

Gulp volvió a recostarse mansamente, haciéndome caso. Hizo un pequeño resoplido, y cerró los ojos.

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12/05/2017, 01:17
Pharah

Tras disfrutar de lo que posiblemente sería la última noche tranquila, la joven clérigo dedico la primera hora de la mañana a rezar. Tras recoger sus pocas pertenencias se dirigió sin perder ni un minuto más hacia la tienda de Knox. En ella encontró un variopinto grupo de aventureros, sin duda todos estaban preparados para lo que nos esperaba en aquel oscuro lugar.

Buenos días Tras saludar a los presentes se dirigió con la cabeza gacha hasta la pizarra en la cual escribió su nombre en lenguaje común, Pharah.

Pero fue en ese momento cuando una dulce voz empezó a resultarle familiar, al parecer Mikah también se había apuntado,  hecho que le alegraba (aunque su expresión no lo demostrara), ya que esa pequeña joven semielfa había hecho mucho más con su música que cualquiera de los tratamientos y conjuros que el día anterior la joven clérigo había realizado.

Y tras levantar la cabeza y ver bien a todos los presentes pudo ver que aquel  extraño enano que siempre iba acompañado de un burro estaba entre los aventureros. Durante los días anteriores no había tenido contacto con aquel enano, pero sin duda había demostrado ser un clérigo capaz, ya que suplía su falta de “tacto” con un gran trabajo tratando a los heridos.

Me alegro de verlos me dirijo a mikah y al enano ¿también se han apuntado?

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12/05/2017, 01:55
Mikah Silvana

La semielfa era la mas feliz comiendo pan cuando la cleriga Pharah se le acerco a saludar.- ¡Hola Pharah!- La joven le sonrió todavia con un poco de pan en la boca.- Perdona. ¿Tu gustas? es bueno.- La joven le ofreció una rebanada del pan que llevaba.- Si, me eh apuntado, espero poder ayudar ahi, de alguna forma.- contesto la barda con un tono amable.-¿Tu tambien vienes? Sería maravilloso contar contigo.-

 

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12/05/2017, 02:52
Pharah

No gracias, en estos momentos no soy capaz de comer nada. La verdad es que los nervios se estaban apoderando poco a poco de la joven clérigo. Tras tanto entrenamiento, ¿estaría preparada para lo que le esperaba?

Acabo de apuntarme… solo espero hacerlo bien y ayudar en lo que haga falta

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12/05/2017, 15:43
Melrone

Cuando Pharah le preguntó sobre si se había apuntado a la misión, el anciano enano señaló la lista y emitió un gruñido. -Hmpf. 

Sin duda, Melrone era un hombre de pocas palabras, en parte debido a un suceso traumático que presenció de joven y en el cual se vio inmiscuido un grupo de personas de diversas razas. Por este motivo, desconfió de todas las razas de Faerûn y decidió recluirse a la montaña. No le importaba parecer arisco ante aquellos desconocidos, pues probablemente al acabar el asedio cada uno tomaría distintos caminos. Solo sentía la necesidad de hablar ante alguien a quien considerara como un amigo, pero como solían decir los enanos: la diferencia entre un conocido y un amigo suele verse al cabo de unos 100 años. Aunque quien sabe, quizás alguien lo consiguiera en las próximas 100 horas.

Volviendo a la tienda de campaña, el anciano pensó que aquella joven clérigo podría ser otra enviada de su diosa. Melrone sintió curiosidad y se acercó a Pharah, enseñándole un símbolo sagrado de madera que tenía colgado al cuello, con la imagen característica de los seguidores de Hela del Hacha Brillante.

Y allí aguardó en silencio la respuesta de Pharah. Aunque no hablara, su pregunta parecía ser: ¿Quién es tu diosa?

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12/05/2017, 17:01
Pharah

El curioso enano parecía querer hablar con la joven clérigo, todo era un poco confuso hasta que el enano le mostro la imagen de un dios.

Lo siento, no comparto el mismo credo es entonces cuando le enseño el símbolo sagrado que tenia colgado al cuello, perteneciente al dios helmo pero será un honor luchar a tu lado

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12/05/2017, 17:10
Dailena

Caminé a paso ligero tras deleitarme con el alba. Me acerqué a la puerta y abrí con cuidado, no era mi deseo interrumpir a nadie, pero el murmullo me hizo saber que aún no habíamos comenzado. No perdí el sigilo pero entré con más decisión y deslicé la mirada por los presentes.

Recogí mi cabello en una cola altra y su aroma se esparció sutilmente a mi alrededor. Siempre perfumo mis cabellos con hierbas del bosque. Actualmente (por la estación) se puede notar una sutil esencia de azahar.

Sus ropas son de buena calidad, aunque de manufactura humana. Viste indumentaria de viaje protegida con una armadura de cuero endurecido. Todo muy común en contraste con su belleza.

Tras encontrar un hueco desde el que observar en una discreta posición, deslicé la vista mientras la agudeza de mis oídos captaba los matices en las voces de los que serán mis compañeros. Un grupo variopinto y muy interesante.

Guardé respetuoso silencio y advertí que, por ahora, no había elfos pero sí mestizos, enanos y humanos. Centré la vista en una exótica mujer de piel verde y sentí un fuego dentro de mí. Se trataba de una semiorca. Ese instinto se basaba en unos prejuicios propios de mis ancestros, de la familia que no recordaba, por lo que decidí aplicar la lógica -Si está aquí, será una buena aliada- me dije.

Lo que sí parecía claro era que no había exploradores por allí. No recordaba sus caras de las escaramuzas a las que acompañé.

Una sonrisa se extendió en mi rostro cuando algunos de los presentes observaron a "esa callada elfa de piel pálida y cabello negro". Les dediqué una leve reverencia de cortesía -Dailena- dije poniendo una mano en mi pecho -Exploradora y amante de la naturaleza- añadí, y aumenté algo más la reverencia. Pude notar que sus ojos se dirigían al arco y las flechas y recogí aliviada las miradas de aceptación cuando me incorporé, grabándolas en mi memoria y entendiéndolas como el punto de partida de una prometedora aventura junto a nuevos compañeros.

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12/05/2017, 18:31
Mikah Silvana

-Haras un gran trabajo, lo se, te confiaría mi vida.- La joven procuró ser lo mas motivadora para la clériga. "La gente con fe mueve montañas" pensó recordando algunas de las platicas con su padre, "y la gente que confía en si misma hace mucho mas de lo que te puedes imaginar". La joven le ofreció una sonrisa esperando motivarla a hacer su mejor esfuerzo.

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12/05/2017, 18:52
Barbazul

Amante de la Naturaleza? - Levanté mi cabeza y mis orejas y abrí grandes mis ojos, mirándola. Gulp permanecía con los ojos cerrados y en la misma posición. Sólo levantó sus orejas en dirección a la elfa. - Pues ven aquí y sientate a mi lado, Dailena. Tenemos mucho de que hablar. Me llaman Barbazul, aunque mi nombre es mucho más largo. - Digo mientras me paro y hago una reverencia. - Y éste es mi lobo Gulp. Ven, charlemos. Has visto la hermosura del los Altos Bosques? Pues de allí vengo yo.

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13/05/2017, 11:01
Fivo

- Llego tarde, llego tarde, llego tarde. - murmuraba un gnomo al tiempo que atravesaba el campamento como una exhalación en dirección hacia la tienda de Knox y provocando un pequeño escándalo con la traqueteante mochila que llevaba a la espalda, mientras se lamentaba por haberse quedado hasta tarde tocando la flauta para animar el ambiente en la cena de la noche anterior. En realidad solo llegaba con uno o dos minutos de retraso y Knox aún estaba esperando pacientemente a que llegasen los más rezagados, pero Fivo no se dio cuenta de ese detalle.

Antes de entrar se quedó un instante dudando frente a la pizarra frente a la tienda - ¿Anoté mi nombre anoche? No lo recuerdo. - Por suerte aún quedaban pedazos de tiza esparcidos por el suelo. Sin pensárselo dos veces escribió a toda prisa en la parte inferior - "Fivo Gruntz Trepelmist Vladworzomust" - en una letra tan estrecha que apenas se entendía con claridad; después se preguntó si no le regañarían por apuntarse tarde a la expedición, o por gastar las tizas y volvió a escribir otra línea, apretujándola entre otros dos nombres mucho más arriba - "Fivo" - y una flecha que apuntaba al nombre completo que acababa de escribir más abajo - "ÉSTE Fivo" → - Satisfecho con su trabajo, arrojó el diminuto pedazo de tiza que había usado a su mochila y entró corriendo a la tienda.

Quería estar lo más cerca posible de la primera fila para tener algo que ver, de modo que, sin reducir su velocidad ni por un momento, comenzó a esquivar un mar de piernas y abrirse paso a empujones cuando podía. - perdón, perdón... yo estaba aquí primero... me están esperando... eso ha sido culpa tuya... - se excusaba cada vez que escuchaba una queja o un grito de dolor cuando pisaba "accidentalmente" un pulgar. Finalmente se vió obligado a detenerse cuando se golpeó la cara directamente contra un enorme muslo de color verdoso, que apenas sintió el choque del gnomo, y sobre el que rebotó provocando que Fivo cayera al suelo de culo.

Al mirar hacia arriba descubrió que el muslo pertenecía a una mujer igual de verde que su pierna y de tamaño gigantesco (el gnomo apenas le llegaba a la cintura con la coronilla), con unos músculos del grosor del cuerpo entero de Fivo y una sonrisa que habría sido muy agradable si se olvidaba de que entre los labios asomaban distraidamente la punta de un par de pequeños colmillos. Fivo decidió no tentar a su suerte con una excusa chapucera. - ¡Perdón señorita, no miraba por donde iba. Ha sido un accidente! - Dijo casi gritando, con el tono de voz que se usaría para habar a alguien duro de oído o que estuviera al otro lado de la calle, llamando la atención de todos los mercenarios más cercanos.