Partida Rol por web

Y como para confirmar sus palabras, con un rugido apareció en el corredor un simio a la carrera… Pero no venia solo. Junto a el avanzaban dos raudos y feroces lobos, como los que ya habían enfrentado antes.

Los caninos le mantienen el paso, formando entre los tres un muro de pelos y colmillos. No se divisa a los thayanos detrás.  Estos al parecer los envían como una avanzada para destruir y agotar a los ya desgastados aventureros, antes de arriesgarse.

Cobardes. Pero ahora no hay tiempo de maldecirles.

Los aullidos erizaron el vello de la nuca del gnomo. Ya le habían perseguido lobos como esos antes, y no tenía ganas de repetir la experiencia.

- Rápido Dailena, tras las piedras. - le dijo mientras él mismo retrocedía un paso y preparaba su flauta de pan, preparado para tocar como le había pedido la elfa

A pesar de las palabras de Windle, tengo respirar hondo varias veces tranquilizándome y haciendo serios esfuerzos para controlarme y no saltar sobre el mono gigante y los lobos.

Mentalmente se preparo para lo mas dificil de la lucha, la espera, colocandose en posición para cargar y con los musculos tensos. Los viejos huesos rechinaron, pero contuvo el dolor. Era el ultimo esfuerzo.

Sigo obediente a Fivo algo tensa pues el simio gigante antes nos dio bastantes problemas. Mientras me coloco con el gnomo saco a mi fiel amigo el arco y lo cargo una saeta. Esos magos rojos no se escaparán esta vez.

Amartillo la ballesta y respiro hondo, preparándose a salir cuando Windle lo indicase. Solo esperaba que esta vez su puntería siguiera siendo buena, no como al principio…

El enano se mantuvo en su posición, junto a Melrone, siendo consciente de que no se seguiría ningún plan en particular, por lo que simplemente había de dar lo mejor de si, esperando poder al menos combatir con honor y gloria.

Ágil como una sombra, Windle se asoma y dispara al gran simio, acertando dos contundentes flechazos en el pecho de la bestia. A diferencia de los problemas que tuvieron antes, las saetas encantadas de la exploradora atraviesan hasta el otro lado al animal, haciéndole recular en la carrera.

Los dos lobos aprovechan para rebasarlo y abalanzarse sobre los defensores, apuntando a la aparecida exploradora y a la primera figura que ven además de ella… Glavra. Pero solo llegan a plantarse frente a estas, deteniéndose para acomodar su postura y recobrar impulso antes de atacar!

Oooo, pero si es otro perrito abandonado. Ven con mami - Comento poniendo cara triste, mientras le hago gestos a uno de los lobos para que se acerque, momento que aprovecho para partirlo en dos.  

Ups. Creo que me he excedido. 

Viendo la destreza de Windle con el simio decido hacer caso al plan y avanzar hacia los magos rojos que sé que se encontrarán más adelante. Pero, lamentablemente ese simio ocupa gran parte del espacio, así que la mejor opción, dado que mis flechas anteriormente no le hirieron es atacar a uno de eso lobos.

El enano firme en su posición lanzó su hacha arrojadiza contra uno de los lobos que les atacaban, esperando al menos poder debilitarlo. Probablemente la orca abatiría a la bestia fácilmente, no obstante, no era su intensión quedarse quieto sin combatir. Por ello, desenfundó su segunda y última hacha arrojadiza.

El enano avanza un paso y descarga su maza sobre el lobo, dandole un fuerte porrazo en el lomo que hace crujir las costillas de la bestia...

Como había prometido a Dailena, tenía que animar a los demás durante la batalla, de modo que retrocedió unos pasos y comenzó a tocar la mejor pieza que conocía.

Los lobos desaparecen en un instante, uno cortado en dos por Glavra, el otro hendido y partido por la colaboracion de Dailena, Melrone y Thorstein. Ni siquiera tienen tiempo mas que de gañir antes de desaparecer en unas nubecillas de humo...

Fivo comienza a entonar una vigorosa canción que fortalece el animo de todos, mientras el simio herido se abalanza sobre vosotros para continuar el asalto. Pero, estorbado por la estrecha e inclinada boca, no puede cargar, y es detenido frente a ustedes alzando sus brazos!

Daren le dispara, pero aunque la saeta acierta en el peludo lomo, no tiene ningún efecto. Su cuero es demasiado duro para las armas convencionales….

Claro que otra cosa son las saetas de Windle. La exploradora retrocede un paso para salir del alcance de los enormes brazos de la bestia, y vuelve a apuntar a su pecho con firmeza. Como un destello, dos flechas son disparadas en rápida sucesión, incrustándose en los amplios músculos hasta que solo el astil sobresale.

-Thud, thud!...

Antes de que Glavra siquiera alce su espadón para enfrentarlo, la criatura se disuelve en humo igual que sus compañeros, dejándolos a solas. La primera oleada ha pasado, y ninguno ha recibido siquiera un rasguño!!!

Pero el combate aun no termina. 

El gnomo hubiese querido hacer un comentario a Windle por la precisión de sus flechas, pero estaba ocupado tocando su flauta y no podía hablar, además, no estaban allí para matar aquellas bestias, sino por los magos que había detrás.

El enano lanzó su ultima hacha arrojadiza hacia el simio gigante buscando apoyar en la acometida contra él. E inmediatamente después, desenfundó su hacha de guerra enana, preparándose para entrar en batalla.

-Sígamos adelante-digo decidida mientras llevo mi arco en la mano decidida a que esos magos caigan ante nosotros.

Camino decidida y en silencio, mis pies casi no resuenan en la gravilla.

Daren recarga su ballesta, y alza la mirada.

-Pero porque? Si aqui esta funcionando bien!

El enano vuelve a retroceder junto a su compañero, acariciando la empuñadura de su maza. En verdad fue mejor la cosa.