Partida Rol por web

No parece haber mas acuerdo, por lo que como puede el grupo emprende la marcha. El paso del noroeste es ancho y salpicado de piedras rotas, tomando la forma de una violenta rajadura. En las partes superiores de los empinados laterales, yacen las ruinas de paredes grises. Antaño allí arriba debieron encontrarse partes de la fortaleza, pero los edificios fueron demolidos violentamente en los antiguos conflictos. Ahora solo forman salientes siniestros que distraen la imaginación.

Pero resaltan la diferencia cuando al cabo de media hora, el paso se abre a una gran hondonada. Los muros humedecidos sostienen una miserable vegetación impropia del lugar, y el piso mayormente despejado, dejan claro que sin duda es vuestro objetivo;  todo parece señalar la presencia de una gran excavación.  Hay un solo camino, una suave pendiente que lleva directamente hacia la misma.

Y en un lateral, a vuestra derecha, destaca un carromato, junto al cual se abre un oscuro pozo. Los ecos de golpes rítmicos retumban desde el mismo y forman una pequeña música discordante que resuena en la hondonada Sin duda, es la entrada de la Mina de los Muertos.

No hay nadie a la vista, pero eso no quiere decir mucho. ¿Quien sabe que pueden esperar de los Magos Rojos?

Antes de seguir avanzando agarro firmemente la maza que tenia atada al cinto, realmente no pretendo luchar cuerpo a cuerpo, era realmente una batalla perdida si me colocaba en primera fila, y aquel arma sería más útil en las manos de otro

Antes de que sigamos,¿ alguien quiere mi maza?, estoy seguro de que alguno de vosotros le sacara mas partido

Eso sí , es mi única arma y agradecería que a cambio me prestarais una daga o una ballesta si fuera posible, para apoyaros en combate

Observo el carromato de la entrada y la misma entrada de la mina. El sonido de gente laborando en la mina me trae recuerdos y añoranza, pero en el momento en que recuerdo que quienes extraen material son esqueletos y que lo que extraen es materia prima para crear más no-muertos, pongo los músculos en tensión de rabia. Esta mina debería estar siendo explotada por buenos enanos. O incluso otras razas. Pero no muertos..  es una afrenta. Miro a la Clérigo.

-Yo cogería tu maza, Pharah, si a cambio te valiese un hacha arrojadiza. Es lo más parecido que tengo a una daga.-Le digo en voz baja.-¿Los exploradores vais a husmear como acordamos entonces?

Sonrió, empezaba la aventura, miro al gnomo -Vamos pequeño, nos toca, es momento de lucirnos y ser útiles para el grupo- le guiño -¿tu lobo vendrá con nosotros?- observo la entrada desde la protección que les daba el carro, estudiaba más bien la entrada, si los descubrían necesitaban una vía de escape, aunque más que para ella, la estudiaba para el gnomo, pues si los descubrían ella era la que se quedaría entreteniendolos, mientras el gnomo, más pequeño, iría a avisar a los demás, después de todo, no iba a dejar que nadie saliese herido estando con ella, menos un gnomo con los que se sentía tan afín.

Miro al grupo, realmente eran un grupo peculiar, una semi-elfa muy tímida, ya cogería valor y arrojo, no le quedaba más remedio, solo necesitaba ver lo que podía hacer, aunque ni ella misma aun lo supiese, la clérigo, otra que necesitaba también más confianza en si misma, el enano, puro musculo, seria útil pero no por su cerebro sin duda, y un guerreo, los que ella solía llamar pandereta, sin duda no era le mejor para el sigilo, además por lo que había podido espiar, era enamoradizo y el gnomo, un druida de la naturaleza, pequeño, escurridizo, el aliado perfecto para ella. 

Era hora de entrar, agachada, y pegándose a cada saliente, avanzo con cuidado hasta la entrada.

No soy muy diestra con esa arma me dirijo al enano Pero no pasa nada, algo encontraremos en la mina que me pueda servir. De todas formas, toma Le digo mientras le doy la maza. No quiero arrepentirme después por no dejártela

Bueno, creo que está claro la función de cada uno. Empiezo a decir mientras embrazo mi gran escudo y desenvaino mi espada. Os daremos unos metros de ventaja a los exploradores. Iremos avanzando según nos digais que es seguro. Estamos todos de acuerdo?

- Gulp irá delante nuestro, Narixa, es un buen olfateador. Aunque dejame decirte que dudo que se necesiten grandes narices para oler todo lo putrefacto que debe estar allá abajo. - le digo a la elfa. 

- Vamos, amigo. Es hora de actuar. Somos los ojos de toda la compañía. Ten cuidado!

Y Gulp se me adelanta olfateando y rastreando entrando en la mina. Yo doy un brinco al lado de Narixa y me adelanto un poco y entro en la mina también. Afortunadamente ambos tenemos muy buena visión en las penumbras. Moviéndome rápidamente me arrimo contra una pared, y agudizo mi oído, en busca de algún sonido que venga de allí abajo.

Todo el camino hacia la mina fue tranquilo lo que resultó bastante agradable para Mikah, sobre todo considerando que son tiempos de guerra.

Al llegar a la mina la joven sintió gran expectativa de lo que habría en la mina y se asomó por encima del hombro de Narixa. con una mano sobre la elfa y la otra en la espada ropera que era el último regalo de su padre.

-¿Como vamos valientes exploradores? ¿Ya hemos detectado a los enemigos?-

Mikah estaba claramente emocionada por participas y espontaneamente decidió que debería juntarse con la avanzada.

Tras dejarle la maza a Brufir agarro con fuerza la varita que me prestaron.

Vamos, no hay tiempo que perder, me dirijo hacia mis compañeros y comienzo a avanzar hacia la entrada de la mina, donde espero al resto de compañeros para entrar todos juntos de una manera más segura.

Narixa se desliza sigilosa como una gata hasta la entrada de la cueva a dar un vistazo, con su seguidor solo haciendo poco mas ruido que un pajarillo detrás; evidentemente ambos son capaces, mas el oído de Barbarzul y la nariz de Gulp parecen embotados en la reseca hondonada.

No así la visión de la picara, quien detecta justo en la entrada a tres guardias armados, que esperan con la mirada en el vacio y dagas en sus manos. Las armaduras ornadas no dejan lugar a dudas de que son thayanos… y están a escasos pies de la avanzadilla! Casi podría contar las cicatrices del más próximo.

Un paso en falso y los detectaran. Además de que se encuentran en el lugar perfecto para dar la voz de alarma al interior, tan pronto los vieran. En eso, uno de ellos gira la cabeza en su dirección!

Sin moverse un ápice de donde estaba, espero a que el gnomo llegase cerca de ella, para evitar ser descubierta, se queda muy muy quieta a ver que hacia el guardia que miraba en su dirección. Su plan consistía en que el lobo, el gnomo y ella, acabasen con eso tres guardias ellos solos, tenían el factor sorpresa y cada uno podía ocuparse de uno, evitando así que diesen la alarma.

Miro al gnomo, y esperaba que le pequeño la entendiese solo con signos, pues no se atrevía a hablar tan cerca de los guardias. Señalo al lobo y al guardia mas alejado, señalo su propio cuello y las fauces del lobo, para que el lobo atacase a ese soldado justo en el cuello para que no gritase, luego hizo como si tuviese una cerbatana en los labios y señalo al segundo guardia, para que el gnomo intuyese que quería que fuese por él con los dardos y por ultimo señalo una de sus dagas y al guardia que quedaba, era un plan arriesgado pues tenían que atacar los tres a la vez y tenían que ser super efectivos, no sabía si daría resultado, pero tenían que intentarlo, los que no arriesgan no ganan.

Espero a la confirmación del gnomo para ver si lo había entendido todo y si se comunicaba con el lobo.

Quieto como una piedra, observo con los ojos abiertos como dos bolas las señas que me hace Narixa. Entiendo que hay 3 guardias y quiere que enfrentemos uno a cada uno. Pero en silencio también y apenas moviendo mis manos, le hago la seña de que espere, afortunadamente, Gulp da vuelta su cabeza, me ve y yo agacho mi cabeza en señal de alto, y automáticamente el lobo se frena.

- Uff... eso estuvo cerca...

Despacito muevo mi cabeza en dirección al resto del grupo que venia más atrás. 

Mirando a  Brufir y los demás y sin saber muy bien a ciencia cierta si es que me ven, moviendo mi dedo índice izquierdo hacia adelante y atrás apuntando en dirección a la entrada de la mina, les muestro 3 dedos, me llevo al índice a la boca en señal de silencio, cierro el puño y lo muevo como si empuñara una espada. Espero que me hayan entendido lo que les quise decir. No sabría si tendríamos el tiempo necesario para esperarlos o saltarles al ataque sorpresa inmediatamente.

Observo ansiosamente noticias de nuestros exploradores. 

-Tenía que haber ido con ellos,  maldita sea. Parecen tan blanditos...-murmuraba entre dientes mientras pasaba el dedo por el filo del arma.-Pero cualquiera me oiría llegar cientos de yardas antes de poder verme. Grr no valgo para esto. Ponedme una cabeza delante...

De pronto, la cabecita asoma y nos empieza a hacer señas. Achinando los ojos y haciendo visera con la mano, veo los gestos que hace.-Este gnomo ha perdido la cabeza... a no, espera. 3 enemigos.. van a por ellos? Maldita sea!

Guardo la maza que me ha dado amablemente la clérigo y saco un hacha arrojadiza en la mano para lanzar y sujeto el hacha de guerra enana con la otra mano, tenso mis músculos y elevo una plegaria a Hela del Hacha Brillante en voz pseudoimperceptible.

-Hela del Hacha Brillante guía mis armas para acabar con mis enemigos.-Susurro. Me dispongo para el combate.

Correr. Lanzar hacha. Correr y empuñar hacha de guerra. Golpear. Volver a Golpear. Todos muertos. Ojalá sea así.

Me dispongo para salir del refugio a la primera señal de lucha. No les voy a reventar el ataque sorpresa, pero evitaré que les pase algo. Me acerco un poco a la entrada de la cueva, siempre por detrás del gnomo.

La joven trató de interpretar las señales del gnomo lo mejor que pudo concluyendo que había tres guardias en la entrada. La chica guado silencio un momento pensando en que hacer cuando se dió cuenta de la carreta. La joven se acercó al enano para dirigirle una pregunta.

-Maestro Brufir.- Susurro la joven. -¿Cree que podamos arrollar a los guardias con la carreta grande de allá adelante? ¿Parece posible?- La joven esperaba que su idea no pareciera tan descabellada para el guerrero y de convencerlo tendría que encontrar alguna forma de hacer llegar el plan a la avanzada sin revelar donde estaban. Ir de aventuras era de repente mucho mas dificil de lo que esperaba.

Agachado desde mi posición, siento como me sigue la semielfa.

Gruño pensativo al escuchar su propuesta.

-Grrrr...-Mientras me acaricio el mentón pienso.-Es una idea, pero nuestros compañeros quieren hacerlo rápido y por sorpresa, para evitar dar la alarma. Si consiguiésemos mover el carromato y llevarlo hasta allí, darían la alarma y se oiría el bullicio en toda la mina. -Digo en voz baja rascándome la barba-Esperemos mejor a que hagan su papel y en cuanto empiece la lucha entremos a hierro. - Susurro acariciando el hacha que está en mi mano.-Ten listas tus armas o tus conjuros para salir corriendo en cuanto empiecen las tortas.

Y al fin comenzaba la acción, la vanguardia se había encontrado nada más empezar con enemigos y nos tocaba mover ficha, aunque yo todavía debía  esperar. Mi falta de entrenamiento en el arte del sigilo no me permitía acompañar todavía a mis compañeros, pero eso no evitaba que estuviera preparada para el combate.