Partida Rol por web

Brufir ataca con valentía, pero el valor no lo es todo. Cuando  la tremenda alabarda le saja, no puede si no emitir un grito.

-Agggggg ¡Por Hela!-Para caer inconsciente.

La vida se me escapa. Veo una luz, pero me resisto a ir hacia ella. Veo a Hela, aguardándome, ofreciéndome su hacha brillante.

La desesperación me invade. Veo caer a Brufir a mi lado, y siento el frío de la muerte sobre nosotros. La desesperanza está todo a mi alrededor. 

Miro hacia atras, y ahora hacia adelante.

-Gulp, muchacho! a él!!! - le digo con la angustia en mi voz.

Y el lobo muerde al Protector con todas sus fuerzas, desgarrándolo!

Yo no pierdo tiempo y agarro al enano y lo arrastro hacia atras!

Como un sacrificio, Gulp se queda atrás para detener al enorme caballero, logrando morderle pese a la gruesa armadura en una rodilla y tirar de el para derribarlo.  Este logra resistirse, pero queda desequilibrado y al blandir la alabarda para partir en dos al lobo, falla por mucho, perdonando la vida del animal unos instantes más.

Entretanto, Barbazul arrastra a Brufir cerca como la cleriga pidió. Esta se concentra, invocando un conjuro más.

-Diosa, deja caer tu luz sanadora sobre los que me rodean y alivia su pesar… Curar heridas leves en masa!

Un brillo sanador descansa sobre todos los que se encuentran cerca. Las heridas de Mikah desaparecen las primeras, pero más impresionante es la recuperación de los demás. Brufir y Pharah vuelven a abrir los ojos, aun lastimados pero aliviados. Y lo mismo hace Mournblade, desconcertado un poco al encontrarse en sobre una manta junto al fuego, y a la rubia cleriga encima junto a ellos…

Las nigromantes observan la sanacion con miradas colericas. La una arroja otra daga contra el lobo sin exito, pero la segunda conjura a su lado nuevamente un zombie de esos monstruosos, abultados y fuertes.

-Maldita sea. Puede que tengamos que usar eso... +masculla la primera.

Cojo mi hacha arrojadiza y me acerco al zombie, lanzándosela.

-¡Ehhhh guapo aqui!

El lobo, aunque herido, intenta seguir atacando al Dread Protector, pero sin suerte esta vez. 

Yo contento por haber podido sacara a Brufir de ahi, tomo el bastón con mis manos y me pongo en posicion defensiva... temo por la suerte de mi querido amigo Gulp....

- Que hacemos ahora??

Brufir se incorpora y desenfunda su hacha arrojadiza mientras se desplaza a un lado, buscando llamar la atención del  zombie monstruoso

-¡Ehhhh guapo aqui!

La criatura avanza, ignorando a Gulp para ir sobre el enano lentamente. El lobo se revuelve, intentando dañarlo pero sin éxito. Acorralado y herido entre enemigos no muertos mucho mas poderosos que el, no puede culpársele por el temor que brilla en sus ojos. Por fortuna el Dread vuelve a errar su tajo, pues uno solo bastaría para acabar con la resistencia del sacrificado compañero.

Celeste inspira hondamente, mirándolos en tanto Pharah y Mournblade también se incorporan, el primero buscando su espada y muy confundido, la otra con una leve sonrisa de alivio al ver a la rubia salvadora. Pero es Barbazul quien plantea la gran pregunta.

- Que hacemos ahora??

-Yo… no lo se +dice la cleriga+ No me queda casi poder, solo un par de hechizos de bajo nivel y una expulsión.  Depende de ustedes.  ¿Estan listos para intentarlo una vez mas o prefieren retroceder? +pregunta, mirando a las nigromantes, quienes se han agrupado al fondo de la caverna, al parecer tramando algo.

Estoy desarmado ante el maldito ser. Entonces le echo huevos y con sumo cuidado me agacho a recoger mi hacha. Si todo va bien, el zombie seguirá entretenido con el pobre lobo... y si todo va mal habré dado a mis compañeros unos instantes para poder huir.

Nadie podrá decir que Brufir era un cobarde.

La decisión del grupo parece contraria a la disposición de Brufir; bastante apaleados están, y su fuego de combate se ha extinguido al comprobar que las fuerzas de los nigromantes son muy superiores a sus expectativas. Retirarse y reordenar sus ideas parece la mejor opcion

 Tras una breve vacilación, las mujeres empiezan larhuida; las siguen Barbazul, quien llama al maltrecho lobo a su lado para escapar. Mournblade por su lado, esta lo bastante recuperado para aguantar junto al enano unos momentos más… Por fortuna, la telaraña ha cedido por donde Celeste llegara, quemada al parecer, y siendo el punto mas estrecho de la misma no hay muchas vueltas que darle para escapar por el túnel rápidamente.

El ultimo es el enano, quien no se priva de tirarle un par de hachazos al robusto zombie. Sin embargo no logra penetrar la gruesa piel. En cambio recibe un tremendo puñetazo que rompe varias de sus costillas… aunque no es suficiente daño para derribarlo, si un doloroso recordatorio.

Las nigromantes no las persiguen, o si lo hacen no lo notan. Sus escoltas no muertos si, pero son lentos y aun heridos, el grupo se desplaza deprisa. En pocos segundos regresan afuera, pasando junto a los cadáveres de los soldados thayanos.

-¿Les quitaron las pociones y las espadas? +pregunta Celeste al llegar afuera, entrecerrando los ojos un tanto para adecuarlos al brillo.

Con mi último aliento y la ayuda de Mournblade, consigo entretener al enemigo un poco para que los demás puedan salir.

-¡Venga Mourn, no te he salvado la vida para que la pierdas ahora! ¡Sal ya!

Tras dos infructuosos hachazos, el maldito ser me atiza una hostia que casi me revienta, pero aguanto y me retiro. Pese a mis cortas piernas, por suerte, soy más rápido que él.

Al llegar a fuera, sin aire en los pulmones y sintiendo el sabor a sangre en la boca, Celeste me pregunta por las pociones y armas de los muertos. al salir, viendo que no me persiguen de cerca, me agacho rápidamente a coger lo que vea en los soldados caídos.*

-Yo cogí esto- le digo mostrándole las dos pociones, la espada y las dagas y el resto de cosas.

Celeste da un vistazo a las que muestra Brufir del interior y asiente.

-Esas, si. Todos los soldados thayanos tienen pociones de curar. Si alguno todavia esta muy herido, beba una. Ademas, sus espadas son de gran calidad, por si alguien le falta arma tambien.

Ante esas palabras todos miran los cuerpos de la entrada, pero en ambos faltan tanto las pociones como las armas... cosas que ninguno se molesto en tomar al ingresar. Pero al parecer alguien ya paso por aqui antes y los despojo. No se necesita ser un genio para adivinar quien.

-Bueno, no perdamos tiempo. Regresen por el sendero alto, a no ser que prefieran unirse a la batalla principal. +indica Celeste, guiandolos hacia el sur. Detras y por el tunel, se oyen los pesados pasos del Dread protector y el Hulk, todavia intentando alcanzarles...

Asiento orgulloso de haber hecho algo bien. Porque lo que es mi hacha, no ha tenido mucho efecto hoy que digamos.

-¿Alguien necesita una?-Pregunto a mis compañeros por si alguno está herido. Yo puedo aguantar hasta el campamento. Me guardo todo en la mochila y partimos hacia allá.

-Vamos, este enano necesita lamerse sus heridas. ¿Eh pequeño? ¿Tu también eh?- Le digo a Gulp acariciándole.-Te jhas portado como un valiente.

-Necesito una para Gulp, desde luego +dice el druida, mirando preocupado a su feroz compañero, herido en varias partes.  Acaricia la lobuna cabeza y luego mira a Celeste+ Nosotros volveremos por el camino alto… ¿pero de que batalla hablas?

El resto declinan la oferta del enano, incluso Pharah, quien aun suspira hondamente.  Tampoco hay mucho tiempo para beber, mientras avanzan hacia la entrada.

-Mientras ustedes golpean aquí y el otro grupo en el paso, Knox y el grueso de la vanguardia esta intentando tomar el Arsenal. +explica la cleriga.+ Así distrajimos a la mayoría de las tropas de defensa.

Mientras habla llegan a la base donde se dividen los caminos, uno descendente hacia el arsenal, el otro el camino alto por donde vinieron.

-Ahora vayan. Debo volver a la lucha. Los vere en el campamento mas tarde.  

Parto dolorido hacia el campamento.

-Creo que será mejor reservar las pociones para el combate, si tu amigo puede llegar sin problemas al campamento. Allí nos curarán. -Dije con una visión pragmática y a algo de largo plazo, sorprendente en el hasta ahora impulsivo enano.

Llegando al campamento, busco la zona de curanderos llevando al lobo conmigo.

El grupo se separa  de Celeste y desanda el camino alto. Desde su privilegiada posición puede tener un buen vistazo de la lucha que se lleva a cabo abajo en el Arsenal. Las tropas de Knox, divididas en tres columnas, intentan envolver a los thayanos y obligarlos a retroceder hacia la fortaleza principal o perecer. Pero los defensores no dan tregua; cada tanto se divisa la explosión de una bola de fuego,  un rayo electrizante, o la aparición de algún simio gigante u otra bestia rugiente para apoyarles.

En el campamento no hay casi gente, salvo una guardia minima y el personal de suministros. La mayoría de los sanadores están afuera y los que restan… se encuentran muy ocupados para dar prioridad a un lobo. Un caudal constante de heridos va llegando desde el valle. El gran hechicero Makos y la espía Xuna los redirigen como mejor saben para atenderlos, pero es obvio que no dan abasto. Ustedes no estan nada mal en comparacion, por lo que son enviados a las tiendas a descansar mientras todo pasa.

-Salvo que alguien quiera quedarse a trabajar, desde luego. +dice pragmaticamente el tiefling al recibirlos.

Me encojo de hombros. Aunque las costillas rotas me duelen, supongo que podría echar una mano.

-No soy conocedor de las ciencias de la sanación, pero si puedo echarte una mano a algo lo haré gustoso, mientras las fuerzas me lo permitan. Luego me iré a descansar. Los mutilados y heridos merecen máximo respeto, están luchando por una causa justa. -Lo pienso un momento-Estamos.

Me dispongo a hacer las tareas que el tiefling me encomiende.

Los demás parecen compartir algo el pensar del enano en su mayoría. Pharah y Barbazul se quedaran con los sanadores desde luego, ambos son conocedores de las artes. Mikah se les unirá, aunque su mirada parece extraviada y ajena a la situación. A saber en que estará pensando.

Mournblade parece muy cohibido y algo desanimado por su papel en la lucha previa y de inmediato se ofrece para reforzar las barricadas. Se encuentra muy recuperado en lo físico, asi que su ayuda seria bienvenida. Makos te envía con el, aunque precavido de que pueden no estar tan sanos les aconseja.

-Limítense a apoyar y ayudar a cargar a los heridos que regresan. Dejen la lucha para tropas más frescas.

Aunque no es la tarea mas heroica, algo bueno es que desde vuestra posición pueden ver como progresa el combate afuera… y tras un rato es evidente que la Vanguardia esta ganando terreno!

Acompaño a mi compañero a las barricadas.

Me pongo en la posición más cómoda para evitar el dolor y, por supuesto, no permito que éste se me note.

-Bueno, amigo, esperemos a ver como avanza el combate.

Ver una batalla no es lo mismo que participar en ella. Los avances parecen mucho mas lentos, los golpes distantes. Ciertamente ademas tienen poco que hacer, los thayanos no tienen margen para enviar tropas contra las barricadas. Solo arrimar a los heridos que logran retirarse al campamento.

Si de algo sirve es para apreciar las tacticas y ferocidad de los magos rojos, quienes al parecer tienen un amplio surtido de magia ofensiva. De solo pensar lo que podria haber hecho una de esas bolas de fuego en la mina... conjuros que no dudan en usar con sus mismas tropas en el camino, matandolas por igual. Pero tambien tienen puntos debiles; sus soldados se enfocan mucho en protegerlos (pese a que estos no muestren el mismo respeto) y eso les hace presas faciles de la distraccion. Knox y los suyos aprovechan eso una y otra vez para ir ganando terreno.

Es solo cuestion de tiempo...