Partida Rol por web

-Tranquilo, yo también tengo que maniobrar para evitar esos asteroides -contestó Solomon a Quincy. La verdad es que se había emocionado tanto que no se había percatado que a esa velocidad se iba a convertir en puré de piloto contra el asteroide que quería pulverizar con sus cañones laser y no le daba tiempo a disparar, por lo tuvo que realizar una maniobra dentro de las capacidades de la nave. 

La maniobra de Solomon lo condujo directo hacía uno de los asteroides ya dañados. El misil lo destrozó pero su cañón láser no llegó a impactar a nada ya que no había asteroide después de la explosión. Solomon se acababa de cobrar la primera "pieza de gran tamaño.

Quincy siguió muy de cerca a Solomon, casi volando tras su estela, pero se desvió de él en el ultimo giro, no logró una buena enfilada con su cañón láser y por ello erró el tiro; en cambio, su copiloto volvió a acertar con un misil a uno de los asteroides grandes que quedaban en su sector. Le hubiera gustado destruir el dañado, pero Solomon se le acababa de adelantar.

Fitzroy maniobró de manera un tanto peligrosa, ya que pasó algo cerca del aparato de McKnife pero su vuelo no llevó a ninguna catástrofe. Se internó por entre los ateroides hasta que destruyo otro de los grandes con los cañones frontales del piloto como los del artillero. Braderick no ocupaba la posición de piloto sino la de artillero en la punta de la proa de su aparato. Las alarmas de choque por proximidad sonaron en las cabinas de Fitz y en la de McKnife, pero a ambos pareció importarles poco. McKnife logró otro blanco y destruyó un asteroide de pequeño tamaño.

La que faltaba era Sumiye, la cual trató de decelerar pero no lo consiguió a tiempo después de realizar un rápido giro de 90º grados que la sacó de todo peligro pasando cerca de uno de los asteroides de gran tamaño que estaba dañado.

Quincy torció el gesto al ver como Solomon le quitaba el objetivo, aunque optó por no decir nada... Además de que pronto Orrin le avisó de que tenía cosas más importantes a las que prestar atención.

-¿Qué diablos quieres decir con que los relés no responden?-preguntó, siendo consciente de que efectivamente el aparato no solo no había respondido a sus intentos de calmar el motor, si no que además había entrado en pérdida. Directo hacia una de aquellas rocas.

Quincy mantuvo la cabeza fría e inició los procedimientos necesarios para retomar el control. Procedimientos que fallaron. 

"Mierda mierda mierda mierda mierda" pensó mientras veía la roca acercarse, momento en el que perdió los papeles. 

-¡¡Maldito trasto infernal!! ¡¡Responde de una maldita vez!!-bramó, pulsando con furia varios botones y dando dos potentes puñetazos al cuadro de mandos que, además de agrietar el cristal de uno de los medidores, sirvieron para que la nave se lo pensara dos veces. Justo a tiempo para evitar una muerte segura. 

El Marqués notó que los sistemas seguían portándose de forma temperamental mientras continuaba pilotando sin detenerse jamás un momento, entrecruzándose en todas las líneas posibles de viaje pero dando con anterioridad el aviso en todo momento. Ya fuera por criterio del espíritu-máquina mal propiciado en la nave o porque Fitzroy estaba dedicando el más mínimo esfuerzo a frenar su nave y los sistemas podían detectarlo, el interceptor no frenó en ningún caso de su velocidad actual.

-Nos dirigimos a la posición A pasando por el gradiente Eeeeee, por favor compañerosss hagan el favor de no transitar la misma zona mientras estamos en estos momentos -transmitió el marqués mientras aleteaba hasta tres veces sus falsas pestañas para despejar algo del polvo que no se había microfiltrado de forma correcta- Sería tan inconveniente que se estropease esta estupenda excursión, ¿no creen?

Por supuesto no esperó permiso oficial: dar la comunicación ya fue suficiente autorización, y con respecto a ello empezó a circular desplazándose por entre el cinturón de asteroides, forzando el motor en el giro con lo que necesitó un extra de impulso para poder mantener los flaps/nudo en proporción correcta. Cuando se acercó a la zona se coordinó con su comapñero para disparar, sin fijarse muy bien en quién había acertado mientras seguían avanzando, después de registrar un impacto.

Sumiye se había colocado en el flanco del grupo de asteroides, posicionándose para rodearlos y hacer una pasada transversal, mientras sus compañeros se habían metido justo en el medio del campo, arriesgándose demasiado - Putos idiotas - pensó. Vio como Quincy y su interceptor entraban en pérdida y que su trayectoria lo dirigía directo a un asteroide. - Joder. Rini, ¿ha visto eso? Vamos a entrar, hay que ayudarle. Vamos a quitarle obstáculos del camino. Apunte bien. - le dijo a su ayudante por el canal interno.

Dicho y hecho, usando los propulsores laterales, la nave comenzó a girar mientras calculaba la trayectoria de Mcknife y le dejaba pasar. - McKnife, Solomon, todos, salgan de en medio de los asteroides, nos han ordenado destruirlos con las armas, no a cabezazos. Mantengan la distancia y derriben sus objetivos sin arriesgar. No es el momento. Quincy, voy en su ayuda. Voy a pasar por su lado desde su izquierda. - dijo por el canal principal.

Nadie la había puesto al mando, pero alguien tenía que intentar poner cordura. 

Con horror, vio que Quincy iba más rápido de lo que parecía, e iba a chocarse sin remisión contra uno de los asteroides. Era el único que la había tratado normal desde que había llegado, el que parecía tener algo más de cordura que el resto.  - Quincy, salga de ahí.... - sin respuesta - ¡Quincy, va a chocar! - Con un salto como si fuera un caballo loco, la nave pegó un brinco merced a un impulso del motor principal, saliendo por los pelos de la trayectoria del asteroide. 

Con un suspiro, Sumiye retornó al plan original...pese a que si hubiera dependido de ella el salvar a su compañero, sabía que sus disparos no hubieran llegado a tiempo, casi con total seguridad.*

Cuando los asteroides estuvieron en su punto de mira, fijó ambos objetivos, uno para sus cañones dobles de combate cercano y el otro para el misil de Rini, serían dos objetos menos en el radio de acción de Quincy. - Fuego - Los dos disparos salieron a la vez, pero los láser de Sumiye no destruyeron el asteroide pequeño. Se mordió un carrillo para no gritar de frustración. Sin embargo, el misil de Rini impactó de lleno. 

- Solomon, salga a la derecha, repito, salga a la derecha. - si aquel loco seguía recto, igual se chocaban, y no le apetecía vaporizarse contra él. Aún no. 

Solomon gritó de júbilo y maniobró hasta oír a Quincy protestar, al noble exigir que nadie se pusiera por medio y a la chica decirle lo que tenía que hacer. El estar conectado directamente a su nave por medio de la UIM, Solomon era capaz de casi sentir él como reaccionaba su pequeña, que se estaba portando como una campeona. Aminoró un momento y se dirigió de cabeza hacia el asteroide que estaba en medio para luego empujar los mandos y bajar lo suficiente para evitarlo y luego tiró de los mandos de nuevo para subir y volver a la misma posición (o parecida) que tenía.

Apretó el gatillo para que los cañones laser frieran el asteroide que quedaba ante él y veía que no quedaba mucho en su frente.

-Sparky, intenta cambiar a la posición de artillero. Necesito que tengas el multilaser para barrer asteroides pequeños.

-Tranquila, pequeña -dijo a Sumiye- estos asteroides son fáciles de evitar. Si hubiérais probado como funciona vuestra nave en lugar de mantener una formación aburrida ahora sabríais lo que puede y no puede hacer.

Sparky, que miraba sus pantallas controlando los diferentes intervalos y flujos de energía, le dedicó una larga mirada a Solomon - ¿estás de la olla? ni de coña tío - Solomon lo sabía, pero seguramente, su entusiasmo por sus demostraciones de buen pilotaje se olvidó de que eso era imposible, no había comunicación como tal entre el artillero frontal con la zona intermedia del interceptor.

Solomon se cobró otro objetivo, destruyendo uno de los asteroides de menor tamaño y que estaban en el extremo del pequeño campo de asteroides. Quincy se encontró con una serie de inconvenientes con los que no contaba, el aparato no respondió como era debido y estuvo a punto de perder el control. Su copiloto se mantuvo en calma, al menos de cara al exterior, no quería añadir más leña. Fuere como fuere, Quincy se las arregló para maniobrar por el campo rebasando a algunos de sus compañeros para finalmente lograr un impacto directo a uno de los grandes.

Fitzroy se paseó con garbo y calma por la zona sin poder llegar a abrir fuego pues no logró enfilar objetivo alguno. McKnife realizó un giro amplió que lo dejó a una escasa UA de su objetivo, un asteroide grande ya dañado el cual destruyó con una certera salva. Sumiye, hizo algo similar, trazando un giro amplio fue directa hacía el Sur mandando un misil directo a un asteroide que explotó sin mucha pompa ni boato.

Esta vez sí. Tras aquel desagradable "susto", por no llamarlo algo peor, que le había dado la máquina, parecía que las cosas se encauzaban. El motor empezó a responder de verdad a sus indicaciones, y logró decelerar de manera considerable. Quincy normalizó el ritmo de su respiración, mientras maniobraba y buscaba un nuevo blanco. Si el auspex no le engañaba, Fitzroy estaba por ahí arriba, y no creía que fuera muy buena idea cruzarse en un espacio tan pequeño. 

-Muy bien, todo bajo control y vuelvo al centro a por los pequeños-informó por los comunicadores, antes de empezar a maniobrar. 

- Yo se lo que mi pequeña puede hacer, tranquilito vaquero. Preocúpate de no ponerte en medio y no molestar a los mayores. Me muevo a la zona frontal inicial y daré un rodeo de nuevo hacia mi derecha. - contestó Sumiye, un poco harta de las provocaciones de Solomon.

Con un movimiento elegante giró rápidamente a la derecha, encarando otro de los asteroides y volviendo hacia la zona de inicio, al centro de todo, abriendo fuego con los láser frontales. - Rini, no hay objetivos al alcance para tus misiles, controlemos la gradación de ése asteroide y dime si debo pasar por arriba o por abajo. -

La larga ráfaga de láser impactó en el pequeño asteroide.

Vio a Quincy salir del problema y pasar por su costado izquierdo. - Buena recuperación, Archer. -

Solomon era uno con su nave, giraba cuando quería y sentía como si fuera él quien se moviera por el espacio y no un mastodonte que era mucho más grande que él. Las lecturas del auspex de la nave iban directas a su cabeza y por eso era tan preciso, así como todas las lecturas de energía, potencia, datos y munición; era como un pequeño princeps en su nave, así debían de sentirse en los grandes titanes.

Giró hacia su izquierda y mantuvo la deceleración de su nave, pero cuando estaba en la posición que quería tiró de la palanca de mandos y su nave se alzó, realizando un giro de 180º que le situó bocabajo respecto al resto de sus compañeros y a como había estado antes, pero en el espacio no existía eso de arriba y abajo, por lo que simplemente soltó un grito mientras su nave respondía perfectamente a su maniobra.

-Probemos si este trasto dispara bien a tope -comentó a Sparky y apretó el gatillo a plena potencia, haciendo que todos los cañones laser de su nave abrieran fuego contra el asteroide enorme que tenía delante con la intención de pulverizarlo por completo.

El campo de asteroides era demasiado pequeño para maniobrar por él a esas velocidades así que simplemente siguió avanzando en línea recta y dio un giro cerrado usando los impulsores de maniobra haciendo que la nave girara sobre si misma y apretó a fondo la palanca de aceleración con un grito de jubilo, sintiendo la presión de 9G aplastandolo contra el mullido sillón mientras compensaban la aceleración anterior hasta quedarse, durante un instante, parados. La nave aceleró a marchas forzadas hacia el asteroide.

- ¡Agarrate Barón!- Gruñó, por el auricular.- Vamos a sacar esta chica a bailar

Viendo el asteroide grande delante de él, fijo el objetivo y descargó una salva de proyectiles.

- ¡Fuego con todo!- ordenó.

Los pilotos se iban desenvolviendo con mayor o menor soltura. Los asteroides finalizaron por ser completamente destruidos gracias a la combinación de pericia de los distintos cadetes. Quién más estaba destacando a los mandos era el que peores notas había sacado, el señalado por muchos por la anomalía de su escuadrón.

Finalmente, cuando Ftizroy destruyó el ultimo de los pequeños asteroides, el escuadrón empezó a formar para esperar ordenes, aunque en los auspex aparecían lecturas a varios kliks por delante de la posición en la que estaban, entonces, llegó un aviso por radio.

- Aquí control de vuelo del Tenebrae Venandi, a todos los escuadrones, vuelvan al crucero de forma inmediata, detectadas fuerzas del caos entrando en el sector - el mensaje se repitió varías veces pero en los auspex de los cadetes solo salían seis señales y que conforme se acercaban a ellos la resolución permitió identificar lo que eran; transportes renegados, o al menos, no imperiales, ellos eran la única fuerza aérea que operaba en esa región.

Ahora, los cadetes tenían dos opciones, retirarse o acelerar para interceptar a los transportes.

Sumiye no dudó ni un momento en cuanto escuchó las órdenes por el comunicador. - Recibido. Volviendo a crucero. - contestó.

En ése momento, seis señales aparecieron en el Auspex. - Rini-kun, ¿qué es eso? - preguntó con la boca repentinamente seca. A su operadora no le dio tiempo a reaccionar, porque a través de los cables conectados a su cuerpo, y de ahí a su cerebro, manipuló de forma interna varios diales, varios botones, moviendo 2 interruptores de posición. - Seis transportes no identificados, posibilidad de que sean renegados, 100%. - se autocontestó. 

A pesar de todo, a su operadora sí le dio tiempo a comprender que Sumiye estaba sorprendida y fuera de lugar, pues la había llamado de forma cariñosa en mitad de una misión, y eso NUNCA había pasado. Algo tan gordo como para hacer bajar la guardia por completo a Sumiye por narices tenía que ser algo grave. 

- Aquí Sumiye-Masaru, Escuadrón Fénix. Hemos detectado 6 transportes no identificados, no imperiales. ¿Permiso para atacar? - preguntó, deseando que les dijeran que sí y poder descargar la ira que sentía contra esos herejes. Ahora mismo le daba igual lo que opinaran sus compañeros de ella, quería masacrar a esos hijos de puta. El destino no podía haberle otorgado una oportunidad mejor que esa. 

Rini miró de soslayo a su piloto - no hay respuesta, solo recibo estática. Deben de estar cortando la señal - informó tanto a Sumiye como al resto de integrantes del escuadrón. Todos estaban aislados y era más que factible que las fuerzas del caos estuvieran cortando todo tipo de comunicación, la decisión dependía de ellos.

Sumiye agachó la cabeza y suspiró hondo. Deseaba con todas sus fuerzas atacar a aquellos seis transportes del Caos, pero eran novatos, era una misión de prácticas, su primera misión oficial, y no quería joderla tan pronto. Por mucho que les odiara, no disponía de la información, de la jerarquía ni de la motivación necesaria para desobedecer a ése yo interno que la compelía a seguir las órdenes. Siempre había pensado que la jerarquía estaba para algo, y si las órdenes del mando eran volver, ella volvería a base, al igual que si las órdenes fueran lanzarse de cabeza contra tres destructores con escasas posibilidades de sobrevivir, también lo haría sin dudarlo.

Pero se mentiría a sí misma si negaba que estaba deseosa de reventarles el culo. Así que no lo hizo.

Nadie parecía tomar una decisión, así que le tocó a ella dar el primer paso, y que el resto opinaran lo que les diera la gana, se la repanpinflaba. No era ella quien debía tomar las decisiones por los demás, al menos, aún no.

- Atención Escuadrón. Volvemos a casa. Órdenes de arriba. Ojalá pudiéramos patearles el culo, pero órdenes son órdenes. Sumiye fuera. -

Con un golpe al mando, enfiló el vector más directo hacia el Tenebrae Venandi y mentalmente "pisó" a fondo acelerando la nave hasta la máxima velocidad.

Notó como la nave respondía a la perfección a sus órdenes, acelerando con suavidad, pero sin pausa.

El ejercicio terminó, justo a tiempo de recibir la orden de retirada. ¿Fuerzas enemigas allí? Eso era realmente extraño, se supone que no debería haber ninguna. No se ejecutarían prácticas como aquellas con novatos, que es lo que eran todos ellos, si se sospechara de la presencia del enemigo en las inmediaciones. Y en sus auspex, efectivamente, seis transportes. Pero no se llevaba a engaño. Los transportes solían llevar escolta. Algo suficiente para anular a seis pilotos bisoños apenas acostumbrados a sus cazas. 

Miró a Orrin en la cabina, indicándole con un gesto que daban la vuelta.

-Órdenes son órdenes, otro día será-le comunicó a su compañero antes de pasar al canal entre naves-estoy de acuerdo, es hora de volver a la nave. Ya habrá ocasiones de acabar con esos canallas. 

La caza de unos cuantos traidores, o de unos cuantos herejes legales incapaces de manejar un mínimo registro civil/militar para realizar su contrabando... hubiera sido una idea exquisita en opinión del Marquis, que en aquel momento aún se encontraba eufórico por la comunión MIU, la destrucción de asteroides y el recorrido espacial con la no-existencia del vacío acariciando su piel cromada. Pero, a falta de comunicaciones, temía que si no había unanimidad tendría que limitarse a cartear la zona donde habían encontrado los transportes y dar aviso a base.

-Oh. En fin. Órdenes son órdenes... -reconoció, pero con un tono algo soñador, casi como un suspiro, añadió- Pero *sigh* hubiera sido un placer poder exterminar a esas pequeñas manchas de la faz de nuestro cuadrante.

Cualquier hidrapureño allí presente podía compartir aquellos sentimientos.

-¿Quizá más tarde? Quién sabe.

Empezó a arriar el hiperimpulsor mayor y recoger el foque de caza como señal de que emprendían retirada tras la misión, desplegándose de nuevo hacia la nave madre; o más preciso, dejó que el fiel pero no muy agudo Baldrick se sintiera realizado haciendo todos esos pequeños detallitos que le removían a uno de la pura navegación.