Partida Rol por web

23 de Cira (Noveno Mes) Año 3721 de la IV Era.
Península de Oesmer - Continente de Velkania

No faltaba mucho ya para el amanecer. A través del respiradero de vuestro Katja (Vuestras tiendas (ver el doc. de los O'shar para mas información) La tela sobre el aro de unos 30 cm donde se unían los listones podía ser levantada para permitir ventilar mejor las tiendas o para observar el cielo mientras uno estaba acostado) podíais observar como el cielo estrellado iba poco a poco adquiriendo mas luminosidad.

También podías sentir como el Otoño llegaba, atrás quedaban los largos días bajo la luz de Yul, (en los que se llegaba a alcanzar hasta los 15 ºC de temperatura). El aire prometía sin duda otro frio y duro invierno.

Pronto la tribu se pondría en pie... algunas lanceras saldrían en partidas de caza, otros guerreros irían a relevar a sus hermanos que habían estado toda la noche de guardia vigilando que ningún enemigo se colase dentro de los dominios de la tribu (esto es unos 20-30 km de radio en torno al asentamiento en si), y los que no, bueno, siempre había cientos de tareas que hacer... incluso podría haber suerte y que el Athane decidiese hacer alguna incursión para aplastar pieles verdes... pronto lo sabríais.

La fresca brisa de la mañana se escuchaba fuera del katja de Udokal, el gigantesco humano al percatarse del comienzo de un nuevo día salió de entre las pieles de oso que usaba para arroparse y rápidamente comenzó con su rutina, se calzó su armadura de pieles y colgó de su espalda su gran hacha (había aprendido a nunca dejarla lejos de él, no se sabía cuando se podría necesitar) en su cinto metió una daga y estuvo listo para ponerse a las órdenes del Athane.

Luego de coger algo de carne seca para desayunar comenzó a deambular impaciente, aunque su rostro permanecía sereno y caminaba seguro, tenía ansias de poder  salir de excursión, el poder enfrentarse a los pieles verdes le causaba tal estado de furor que parecía una droga adictiva.

Un nuevo amanecer. Un nuevo día. Keloa no tarda en ponerse en pie, descubriendo su esbelto cuerpo desnudo y apartando a un lado las pieles que lo habían protegido del frío durante la noche. Enseguida se encarga de cubrir su suave piel con su armadura de pieles. Del frío se encargaba la capa de piel de oso polar que llevaba siempre sobre sus hombros.

En su cintura, su cuchillo Kryll y a su espalda, las 3 jabalinas que usaría en unos minutos para cazar alimento para el clan.

Saliendo de su tienda, entrecierra los ojos hasta que se adaptan a la luz del nuevo día y, con un gesto de su mano, echa hacia atrás su larga cabellera roja que acaba meciéndose con la suave brisa de la mañana.

Camina por el poblado hasta llegar al punto de reunión de las partidas de caza, saludando con un gesto de su cabeza al enorme guerrero Udokal cuando se cruza con él. No hay sonrisas ni palabras en sus labios. Su rostro se mantiene frío y distante aunque en sus ojos grises, del color de las nubes antes de que empiece la lluvia, sí se halla un pequeño destello de amabilidad reservado tan sólo a los miembros de su raza.

El resto del clan se fue despertando poco a poco, gigantescos guerreros, algunos de los cuales incluso de mayor tamaño que el propio Udokal y altísimas y orgullosas lanceras, a medida que Yul (El Sol), el dador vida, comenzaba a asomar por el este.

En total, el clan, como muchos otros clanes de O´shar se componía de poco mas de 600 fieros guerreros, contando niños, ancianos y guerreros que habían sido mutilados en el combate pero que aun tenían su lugar en aquel pequeño mundo que era el clan.

Sin una sola nube ocultando el firmamento, no seria un mal día allí en las montañas, tal vez de los últimos antes de que el duro otoño llegase.

En cuanto Ralhar sale de su Katja, vuestro reverenciado Athane, un O´shar de mas de 70 inviernos, lleva ya casi 10 como Athane, de mas de dos metros de estatura, 205 cm, cuerpo fuerte y musculado, aun conserva todo el vigor de su juventud a pesar de que numerosas canas hayan empezado a aflorar en su melena y en su poblada barba, es rodeado por los lideres de los Ar´alat y Ar´anek para saber quienes irán hoy de caza y quienes se quedaran en el campamento.

Mientras de una de las grandes tiendas de comida,, son sacados dos jabalís y un pequeño alce y colocados en espetones sobre grandes hogueras. A su lado unos sacos con bollos de pan, de uno o dos días, y varios barriles de agua... la cantidad de comida que necesitaba un clan O´shar al día era mucha, por eso era vital que las lanceras
no fracasaran en sus partidas de caza.

A vuestro olfato no tardo en llegar el delicioso aroma de carne tostándose, en pocos minutos todo el clan salvo los que estaban reunidos con el Athane dirigieron sus pasos hacia allí.

La reunión no tardo mucho, y los lideres de cada Ar´alat y Ar´anek fueron llamando a sus miembros, parece que ibais a tener suerte...
Kurlak, el líder del Ar´anek es un O´shar no demasiado alto, de poco mas de metro noventa de estatura.
Rhaen un O'shar de tres décadas de edad, es el segundo al mando en el Ar´anek, de estatura media 195 cm y complexión atlética, es posible que dentro de poco este al mando de su propio Ar´anek.
Rellkar es un pequeño O´shar, a decir verdad el mas pequeño de la tribu, no llega a 180 cm. de ojos azules y cabello rojo muy largo y descuidado, al igual que su barba. Su armadura de pieles luce, cubriéndole la cabeza, la cabeza de un Oso Blanco. Pertenece a esos escasos guerreros que pueden entrar en un sangriento trance en mitad de una lucha haciendo que su fuerza aumente de forma extraordinaria y sea prácticamente inmune al dolor, desgraciadamente estos tipos de guerreros son muy difícil de controlar, toda una pesadilla para los lideres O´shar
Su pequeño tamaño es algo que siempre ha tenido muy presente, marcado toda su vida por esto, nunca ha soportado una broma al respecto y suele responder muy violentamente a cualquier provocación.
Y Por ultimo Khurh, dos años mayor que tu y de complexión parecida, aunque algo mas bajito, antes uno de los O´shar mas animado y bromista que conocías, todo su carácter cambio desde que perdió uno de sus ojos en un combate con uno Gran Oso meses atrás.
Una vez todos reunidos, Kurlak, os informa en pocas palabras, nunca ha sido un O'shar muy comunicativo, que os han asignado vigilar el perímetro del Sureste, tras esto emprende la marcha, sin echar siquiera una mirada atrás a ver si lo seguís.

En cuanto al Ar´alat al que pertenecía Keloa, vuestra líder Kryll, una lancera O´shar de treinta y pico inviernos, casi tan alta como Keloa y de las mas hábiles en la tribu os dice orgullosa que seréis uno de los veinte Ar´alat que salgan de caza y que espera que no la decepciones esta vez... entre los diferentes Ar´alat siempre ha habido mucha competencia... cuanto mas caza, mas reputación para el Ar´alat y Kryll odiaba perder, tanto o mas que el resto de las demás lanceras.

La segunda al mando era Silka, lancera de algo menos de 190 que desde que la conocías siempre había llevado el pelo totalmente rapado, algo bastante inusual entre los O´shar, era una lancera bastante competente aunque demasiado hosca, incluso para lo normal entre los O´shar.

Kirai si destacaba por algo era por su belleza (apariencia 16), su larga melena rubia, sus perfectas facciones y sus generosos pechos hacia que la mitad de los hombres de la tribu desearan pasar una noche con ella, por suerte pocas veces conseguía a los mas buscados, pues esto siempre se resolvía con un combate y ella no era especialmente fuerte o hábil luchando.

Vhaelna era por su parte la O´shar mas joven del Ar´alat con apenas 17 inviernos, era también la lancera mas alta de la tribu, solo había cuatro varones que la superasen en altura (217 cm), y aunque prometía llegar a ser una gran guerrera, aun no era capaz de controlar todo su cuerpo, aunque todo llegaría con unos años mas de desarrollo.

Así dirigiendo el paso hacia el Sureste (la líder de cada Ar´alat tenia el poder de escoger el lugar de caza, no iba impuesto como a los Ar´anek) la competeción comenzó.

Keloa se alimentó junto a sus hermanos y hermanas lo suficiente como para cubrir los niveles de energía que iba a necesitar durante todo el día si tenía la suerte de que su Ar'alat fuera elegido para salir de caza hoy. Dando gracias a los Dioses, tras dar unos bocados a la jugosa carne de jabalí y terminar con uno de los panes, se reúne con las lanceras de su Ar'alat, lista para partir.

Ni una sola palabra sale de sus labios cuando saluda a las demás con un gesto de cabeza, prestando especial atención y mostrando más respeto por las cabezas del grupo. Finalmente, echa un vistazo rápido a sus jabalinas y a su puñal Kryll para asegurarse de que están en perfecto estado antes de salir de caza, una vez más.

En cuanto la líder Kryll se pone en marcha, ella también la sigue. Sus andares no son tan exuberantes como los de Kirai ni tan confiados como los de la misma líder o Silka. Lo que sí son es perfectamente eficientes y precisos, aprovechando cada molécula de energía de su cuerpo sin desperdiciar nada.

Y aunque en su fuero interno está ansiosa por empezar y por demostrar lo que sabe hacer, su rostro y sobretodo su mirada se mantienen en calma. La fría calma del asesino experto.

Udokal se acercó junto a sus compañeros de Ar'anek hasta donde fueron dejados los alimentos, allí comió con voracidad de los alimentos dispuestos para el clan, su gran tamaño le suponía una necesidad mayor de alimentos. Mientras comía no dejaba de mirar hasta donde el athane se encontraba reunido con Kurlak, en su interior deseaba tener la posibilidad de un enfrentamiento, hace varios días no tenía un desafío interesante.

Cuando Kurlak se les acercó y les indicó que debían vigilar en el sureste, su corazón se aceleró de alegría y rápidamente terminó el trozo de carne que masticaba y dispuso de su hacha para luego seguir a líder.

Tardáis unas tres horas en llegar a vuestro destino, una colina a unos 15 kilometros del asentamiento desde el que se divisa un gran valle al este. Allí os esperan el Ar'anek de Ullar, que ha estado de guardia durante toda la noche.

Tras un simple saludo y unas cortas palabras entre Kurlak y Ullar, El Ar'anek de este ultimo se pone marcha y os quedáis solos.

Delante de vosotros se extiende una gran llanura blanca, con una ligera pendiente hacia abajo. Os situáis, como en otras ocasiones, formando un alargado arco ,a unos 200 metros unos de los otros, Kurlak da por supuesto que cada uno conoce su posición y que no tiene que andar diciéndoos donde colocaros.

Desde que lo conoces, apenas si hace un par de meses que formas parte del Ar'anek, y por tanto eres el novato, este no te ha dirigido a ti mas de cinco veces y todas ellas para informarte de tus deberes... Y por su forma de ser crees que no es de los que les gusta tener que explicar las cosas dos veces.

Aunque no hay muchos sitios donde refugiarse o esconderse, vuestras pieles blancas os ocultan con gran eficacia en un entorno en el tan cubierto por nieve. El viento, aunque con fuerza, sopla desde vuestras espaldas, no te parece que la temperatura haya subido mucho desde esta mañana, seguís estando bajo cero.

Sabes que dentro de 24 horas, otro Ar'anek vendrá para reemplazaras, hasta entonces aquellos son vuestros dominios, sois los señores del lugar, y no podéis permitir que ningún enemigo ponga un pie sobre el...

Kryll guio el Ar´alat a buen paso, dejando rápidamente atrás a los Ar´anek que iban en la misma dirección. Esta vez no tenia pensado cazar dentro de los dominios de la tribu, ella sabia que cuanto mas lejos, mas posibilidades de encontrar presas mayores. Así tras tres horas dejasteis atrás las nevadas montañas y os internasteis en los verdes valles.

Una vez allí, Kryll os ordeno que buscaseis algún rastro.

Como de costumbre, fue Kryll la que encontró el mejor y mas prometedor rastro, por el tamaño de las huellas que os señalo, se trataba de un gran oso blanco, muy apreciado en la tribu tanto por su carne, como por las pieles para confeccionar armaduras como las que llevabais ahora.

Con las manos os indicó que os desplegaseis en abanico, y en silencio, comenzasteis a seguir las huellas.

Udokal luego de las ordenes de su líder, se dirige a su posición, allí busca alguna roca donde sobre la que poder ubicarse y así no hundirse en la nieve, además trata de camuflarse lo mejor posible con el blanco ambiente, una vez instalado deja su hacha apoyada en la nieve junto a su cuerpo y al alcance de la mano.

Hecho este procedimiento comienza a vigilar atento el horizonte, cada cuanto echa una mirada a sus compañeros para ver si alguno le hace una seña.

Mientras esta no aparezca permanecerá tranquilo en su puesto de vigilancia, esperando a que aparezca algo de acción.

Asintiendo con la cabeza, Keloa acepta sin trabas las instrucciones de la líder de su Ar'alat. Flexionando las rodillas y procurando no hacer ni un sólo ruido, se abre para buscar al animal. Si conseguían darle caza, hoy iba a ser un gran día para ellas, sin duda. E iban a conseguir atraparlo. Keloa estaba decidida a no dejar escapar a su presa.

En silencio, y sabiendo exactamente donde se encontraban sus hermanas, agudiza todos sus sentidos para localizar al enorme oso que andaban buscando.

Las guardias suelen ser bastante aburridas... 24 horas allí, soportando el frío y en ocasiones el agua o nieve no es lo que un orgulloso guerrero espera. Pero sabes que es vital vuestro cometido, vigiláis que ningún piel verde o criatura peligrosa entre dentro de los dominios de la tribu, manteniendo esta a salvo.

Seguís las huellas durante media hora mas, en este caso hacia el este. Poco a poco estas se van haciendo mas claras, señal evidente de que cada vez estáis mas cerca.

Entonces Kryll se queda totalmente quieta y comienza a observar detenidamente alrededor. Todas menos Vhaelna llevas bastante tiempo con ella por lo que la conocéis bastante para saber que algo no marcha bien.

Sigues sin ver lo que inquieta a Kryll, pero entonces una de tus hermanas señala hacia el linde de un bosque a unos 1000 pies de distancia, allí una decena de encorvadas figuras comienzan a salir y avanzar en vuestro dirección, pero no estáis seguras aun si os han visto.

Por su andar y aspecto los identificáis rápidamente como Orcos-Orog, los mas pequeños de las Pieles verdes, seres de no mas de 160 cm, pero robustos y tan crueles como sus hermanos mayores.

Kryll os mira una a una para saber si estáis preparadas