Partida Rol por web

El paseo se encuentra casi desierto. Algún corredor ocasional, o alguien paseando a su perro, son prácticamente todas las muestras de que la vida sigue hacia adelante. Más allá una mujer parece enfrascada en un libro, pero está estática, casi como una estatua humana.

Sentada en un banco se encuentra Dimka. Cerca corretea Zero, con esa particular manera de moverse que tienen los hurones. Cuando William se acerca la mujer parece levantar durante un instante la vista del libro, pero finalmente pasa la página y continúa a los suyo.

Me alivia ver a alguien conocido con el puedo hablar y a medida que me acerco me pica más la curiosidad de saber que es lo que ha hecho que el día de Dimka sea extraño. Llego hasta el banco donde se encuentra sentada, le rasco la cabeza a Zero que corretea alrededor suyo y saludo:

- Hola Dimka! Que tal estás? El mensaje que me has mandado parecía un poco... raro, como mi día y, por lo visto, el tuyo también. ¿Qué ha pasado?

Cuando ví a William acercarse pensé que jamás había estado más contenta de ver a alguien. Tiré del arnés de Zero y le cogí en brazos antes de echar a correr hacia él, el hurón me lo ponía difícil, no le había hecho gracia que le interrumpiera y se agitaba sin cesar, llegué hasta él y frené en seco.

-Hola, no sabes cuanto me alegro de verte. Creo que me estoy volviendo loca, porque esto no puede ser normal.- hablé atropelladamente hasta que sus palabras llegaron a mi cerebro.- Un momento... ¿también has tenido un día raro? ¿Qué diablos está pasando?- miré a mi alrededor, como si así explicara a qué me refería.- Empiezo el día con una pesadilla de mierda y cuando vengo al parque para intentar quitarmela de la cabeza...- bajé el volumen, hasta casi el susurro, para que nadie me escuchara, no lo entendía pero de algún modo no quería testigos.- Vengo al parque y todo el mundo está raro. No sé como explicarlo, esto debería estar lleno, pero a penas hay gente y nadie presta atención a lo que le rodea. Me recuerda a la invasión de los ultracuerpos y lo odio porque me vuelve a recordar al puñetero sueño. ¿Has traído el coche? Podemos ir a casa, pero a tu piso, el mío... no sé, pero no quiero volver aún.

Veo a Dimka coger a Zero en brazos. Me saluda y empieza a hablar tan rápido que casi no la entiendo. De pronto, una de sus frases empieza a retumbar en mi cerebro: "Empiezo el día con una pesadilla de mierda..."

No puedo creerlo, algo dentro de mi se niega a preguntar por ese sueño. Demasiadas coincidencias. Mi corazón empieza a palpitar desbocado y una gota de sudor frío empieza a recorrer mi frente. Al final, casi sin pensarlo siquiera y como si mi boca reaccionara sola, hago la pregunta: 

- Esa pesadilla...¿Salía una especie de gusano, o algo parecido, de dentro de ti?.- Casi en el mismo instante en el que hago la pregunta me viene una arcada al recordar esa porquería de sueño. 

Miro atentamente la expresión de Dimka y me parece detectar cierta sorpresa al oír mi pregunta. ¿Es posible que nuestras pesadillas sean iguales?.¡No!. Yo no creo en esas estupideces sobrenaturales, pero dentro de mi siento que su respuesta va a cambiar algo en la forma en la que veo el mundo...

Cuando llegué hasta William hablé tan rápido que a penas le dejé meter baza, hasta que sus palabras se abrieron paso hasta mi cerebro, me constó unos segundos asimilarlas pero, cuando lo hice me quedé boquiabierta.

-Un momento... joder. ¿Cómo sabes eso? No es posible que lo sepas, yo no he dicho... a no ser que... ¿has soñado lo mismo que yo? No entiendo nada- me llevé la mano a la cabeza, además me empezaba a doler.- ¿Qué coño significa todo esto, tal vez una intoxicación en el edificio? Pero si es así, ¿por qué la gente está rara?- volver a hablar del sueño, trajo de nuevo el recuerdo de las sensaciones que tenía y una arcada me contrajo en estómago una vez más.- Encima esta noche curro, no sé como lo voy a aguantar en este estado.

Todo esto me sobrepasa, no se cómo reaccionar. Mi cuerpo esta paralizado...¿Cómo es posible?¿El mismo sueño?. Todo esto es muy raro. Me siento perdido en un sueño del que no soy capaz de despertar, aterrado.

- Todo esto tiene que tener una explicación lógica...- las palabras se van apagando a medida que salen de mi boca, en mi interior soy consciente de que lo que esta ocurriendo no tiene una explicación que mi mente sea capaz de entender.

- ¿Querías que te llevara a algún sitio, verdad?. ¿Tienes alguna idea de por qué esta ocurriendo esto?- Empieza a apoderarse de mi una sensación de desesperación, tanto que casi me pongo a llorar como un niño.

Consigo calmarme un poco y que mi voz suene más o menos normal.

- Vamos a por el coche, está al lado de casa.

El día se complicaba hasta límites surrealistas, teníamos que hablar claro, comprobar si habíamos soñado lo mismo o era mera coincidencia. Ambos estábamos muy nerviosos y de esa forma no ibamos a sacar en claro. Asentí a sus palabras y caminé a su lado en silencio hacia la salida del parque, habíamos andado un poco cuando me decidí a hablar.

-Si tienes el coche en casa, lo mejor sería ir allí, tengo que dejar a Zero, no puedo ir por ahí con él.- el animal seguía retorciendose en mis brazos enfadado por no estar suelto.- Creo que deberíamos contar lo que hemos soñado y comparar pero no me quiero quedar en casa, necesito algo de normalidad si quiero volver a recordar el sueño. La gente en el parque está demasiado rara, tal vez un lugar público, una cafetería con mucha gente lo más normal posible ayude, además aunque me dé asco debería meter algo en el estómago o voy a acabar desmayándome.

-Claro que esto tiene que tener explicación, pero aún me siento... rara. Cuando me desperté tuve que salir, la casa se me venía encima y no sé por qué pero estar allí lo hace todo más real. Puede que a ti te pase lo mismo. No es que quisiera que me llevaras a ningún sitio concreto, sólo hablar y que me demostrases que mis sensaciones eran absurdas pero ahora se ha complicado.- seguimos caminando hasta casa, subí lo más rápido que pude dejé a Zero, cogí el bolso grande, la petaca y algo de efectivo, tenía la impresión de que me iba a hacer falta. En apenas unos minutos estaba de nuevo en la calle.

-¿Buscamos un sitio dónde "charlar"?- pregunté mirando a mi alrededor. Por absurdo que pareciera, saber que Will estaba conmigo y ,aún más importante, que no considerara que estaba loca, me tranquilizaba.

Cuando volvéis a salir de vuestro edificio podéis ver que la situación se ha ido normalizando poco a poco. Un caudal más frecuente de gente pisa la calle, y a estas horas ya todos los comercios están abiertos.

Cerca de vosotros hay varias cafeterías, así como algún restaurante. Además, en la acera de enfrente, un Mc Donalds y una nueva librería - cafetería que ha abierto hoy mismo por primera vez, con descuentos de hasta el cincuenta por ciento anunciados durante toda la semana anterior a través de folletos publicitarios.

Mientras Dimka sube a Zero a casa, me quedo en el portal pensando en la situación. Realmente no pienso en ello, simplemente imágenes de la pesadilla y fragmentos de la conversación con Dimka pasan por mi cabeza a toda velocidad. No soy capaz de entender nada y el hecho de que, probablemente, Dimka soñara lo mismo que yo no ayuda en absoluto. Ambiente enrarecido, gente que se comporta de una manera rara... Creo que estoy empezando a enloquecer. Por lo menos el poder hablar del tema con alguien me reconforta un poco, aunque esto es sin duda lo más raro que me ha pasado en la vida.

Veo que Dimka baja de su casa y viene hacia mi. Me pregunta si buscamos algún lugar donde charlar...

- ¿Que te parece la cafetería nueva de enfrente? Parece que tiene buena pinta y le han dado mucha publicidad. 

Cuando llegué a la calle William me estaba esperando en la puerta, propuso ir a la cafetería nueva frente a nuestro edificio. Entonces la vi y durante un tiempo olvidé el día raro y pasó a estado horrible.

-¿Cómooooo? Me han quitado la idea y me la han plantado frente a mi casa. Yo iba a poner una librería- cafetería en el barrio.- agarré a William de la mano y tiré de él para cruzar la calle furiosa, la verdad es que era un buen cambio, al menos me sentía con más energía.- ¡Vamos, tengo que conocer a la competencia!- exclamé mientras le arrastraba hasta la tienda.

Entré en la libreria, no tenía nada que ver con mi idea, era aburrida y sosa, así que sonreí y fui hacia una mesa libre. Había sido un buen lapsus en mi estado de ánimo, pero cuando me senté la realidad volvió con más fuerza y volví a sentir a los bichos de mierda moverse en mi garganta. Con una mueca de asco tragué saliva, le pedí un café y un cupcake a la camarera, hasta que no volvió y nos dejó sólos, no comencé a hablar.

-Soñé que huía de algo, no sé que, pero me encontraba muy mal me fallaban las fuerzas y casi no podía correr. Sentí que me moría como si tuviera algo dentro, cuando no pude seguir corriendo vomité una especie de bicho como un ciempies del grosor de mi puño, como los enormes que salian en King Kong, no me podía mover y era asqueroso, sabía mal como a fruta podrida, muy dulce pero no en el buen sentido. Era como si me avisara de algo que desconozco. Aún puedo sentirlo moviendose en mi garganta.- le conté mi sueño a William sin entrar mucho en detalle, no era porque no quisiera contarlo es que aún me provocaba nauseas. Intenté aplastar la sensación mordiendo el bollo, al hacerlo sonreí, no eran tan buenos como los de Hannah ni de cerca, otro punto a mi favor.

El rótulo de la cafetería no es muy grande. CYL, reza, en una tipografía que pretende simular letras manuscritas. La entrada es de doble puerta, con un pequeño pasillo y un mostrador a la derecha, donde la sonrisa de una joven morena os recibe desde detrás de una caja registradora.

Más adelante, tras bajar tres peldaños de madera clara, el local se ensancha, dejando un espacio amplio y luminoso, lleno de mesas sencillas, y cuyas paredes están plagadas de estanterías. Un par de dobles puertas para empleados a un lado, donde debe encontrarse el almacén y la cocina, y al otro la puerta que lleva a los aseos.

En las mesas hay gente sentada, leyendo o tomándose algo en pequeños grupos tranquilamente. Tras apenas un par de minutos una chica joven se acerca a tomar nota de vuestro pedido, y no tarda mucho en servíroslo.

Tengo un nudo en la garganta. ¿Cómo puede ser que el sueño sea el mismo?. Mientras Dimka va contando el sueño me vienen esas imágenes a la mente y me dan arcadas... no se cuanto tiempo podré soportar esto, estoy empezando a desesperar.

- Vale. El sueño que me acabas de contar es exactamente igual que el mio. No tengo ni idea de por qué hemos soñado lo mismo. Esto me está empezando a poner muy nervioso.

Me tiembla el pulso. Intento coger la bebida de la mesa pero me tiembla tanto que la vuelvo a dejar antes de derramarla. 

- ¿Recuerdas haber visto a alguien extraño estos días?.- intento pensar algo lógico para todo esto, pero no soy capaz. No lo entiendo y eso me agobia. Necesito encontrar una respuesta, pero no se por donde empezar a buscar.

Miro a mi alrededor esperando encontrar algo que pueda darme una explicación, cualquier cosa que me saque de esta pesadilla.

La conversación no podía ir peor, William estaba nervisoso y yo también, tal vez elegir café no había sido la mejor opción, la conclusión era que los dos habíamos tenido el mismo sueño y el motivo totalmente desconocido. Aunque parecía que mi vida era un desastre no era cierto y me sentía totalmente descontrolada. Ví que a Will le temblaba el pulso, normal, a mi también.

-No he visto nada fuera de lo normal hasta esta mañana cuando salí a la calle, todo el mundo se comportaba raro. ¿Crees que alguien puede habernos hecho algo? Eso es absurdo, por qué querrían atacar y hacer pasar un mal rato a una camarera y un taxista, no tiene sentido, a lo mejor gente importante pero.. ¿nosotros?, no lo creo.- medité lo que iba a decir a continuación unos segundos, la idea era bastante rídicula pero nunca se sabe.

-Cuando estaba en el parque se me pasó por la cabeza que, tal vez, había comido algo en mal estado que había provocado la pesadilla, pero ahora no lo creo porque dudo que hayamos comido lo mismo. Sin embargo si creo que puede haber sido una intoxicación, ví en la tele que algunos tipos de envenenamientos por productos químicos y hongos podían provocar alucinaciones. Vivimos en el mismo edificio, tal vez en el agua o en las paredes o por amianto, no es que sea el mejor edificio del mundo. Eso podría explicar la pesadilla, aunque no que sea exactamente igual y tampoco el comportamiento de la gente.- respiré hondo, lo que se me pasaba por la cabeza era ridículo, pero empezaba a estar histérica y, cuando eso pasaba, mi mente se volvía loca y se le ocurrían todo tipo de cosas.

- William... y si estamos enfermos, si nos hemos contagiado de algo. Aún puedo sentir a esos bichos asqueroso en mi interior.- me callé de repente lo que iba a decir era horrible.- Y si no ha sido un sueño, bueno la parte de la persecución sí, y si estábamos dormidos y lo de los bichos es real. Cuando me desperté noté como si algo se moviera entre las sábanas pero cuando salté de la cama no había nada. Tal vez deberiamos ir a un hospital o algo, nos tomarían por locos si contaramos lo del sueño pero, si decimos que tenemos dolor de estómago, nos harían pruebas tal vez incluso una radiografía.

Por un momento la idea de ir al hospital me pareció una buena opción...

- No se... ¿Y que pasa si nos hacen las pruebas y aparece esa cosa en nuestro estómago?. ¿Cómo crees que nos tratarían entonces?.- una arcada vuelve a comprimir mi estómago, necesito dejar de pensar en eso pero no tengo ni las remota idea de como. Ni siquiera conducir ha sido lo suficiente para relajarme. Jamás me había encontrado en semejante situación, me supera. Tengo la mente embotada, no soy capaz de pensar con claridad, siento que el mundo se me viene encima y no puedo evitarlo.

- ¿Que te parece si damos una vuelta por la ciudad?. Sabemos que la gente por aquí esta un poco rara...¿y si no lo esta en el resto de la ciudad?. Quizá, si es así, sea algo del barrio y por lo menos podemos centrarnos en buscar por aquí.

Realmente no se sí será la mejor opción, pero necesito salir de aquí. Igual viendo otra parte de la ciudad consigo olvidar un poco el tema.

Me planteé todas las posibles situaciones que se podían dar en el hospital si ibamos, utilicé todos los argumentos retorcidos de los libros y películas que había visto intentando ponerme en lo mejor y en lo peor.

- Bueno, según lo veo hay varias opciones.- levanté la mano con cuatro dedos extendidos para contarlas.- La primera, sin duda la mejor, que nos digan que no tenemos nada que hemos comido o bebido algo en mal estado y que mañana todo vuelva a ser como antes. La segunda, que estemos bien, pero nos tomen por locos y nos internen en un psiquiátrico, ésta no me atrae nada pero, considerando las siguientes, tampoco es demasiado mala. La tercera, ésta ya empieza a ser bastante mala, que nos encuentren algo pero que nos curen y tengamos que pagar unas enormes facturas médicas. La última, claramente la peor, que nos ingresen en cuarentena, tengamos algo y no nos lo puedan quitar, el final... morirnos.- con el puño ya cerrado después de la cuenta atrás, bajé la mano  y la apoyé de nuevo en la mesa.- Ahora la pregunta sería si estamos dispuestos a arriesgarnos, si queremos saber la verdad o vivir con esto. Igualmente, es bastante probable que no sea más que una tontería, un día horrible que pasará, sin embargo me parece demasiada coincidencia para que no haya algo más.

La expresión de la cara de William era un libro abierto, estaba acojonado, exáctamente igual que yo. Le di un último trago al café y puse cara de asco, puaj estaba frío. antes de asentir a la propuesta que me hizo.

-Podemos ir donde quieras, ¿Prefieres conducir o caminamos? Parece que ahí fuera esta todo más normal. - dije señalando la calle con el pulgar.- Tal vez caminando un rato veamos o escuchemos algo que nos sirva, si es algún tipo de intoxicación tiene que haber mñas gente en el barrio igual.