Partida Rol por web

La Condesa... el Príncipe...

Había una jerarquía. Un orden social, y un código. Tradiciones, respeto.

Demasiado que aprender en una sola jornada. Aún no sabía si la vida eterna, esa vida eterna, era lo que deseaba. Sobre todo si no pensaba en ella, sino en Nora. Pero lo que estaba hecho, hecho estaba. Esa era su norma en el día a día, intentar no tener que arrepentirse de nada, y, cuando llegaba el caso... arreglar lo que fuera arreglable y lo que no, asumirlo. 

Y había que asumir el cambio, la transformación. Porque por increible que pareciera esa era su nueva situación, la nueva verdad. 

-Imagino que no puede enseñarme milenios de tradición en unos minutos, Sire. Ni lo pretendo. Pero quiero sobrevivir, y quiero un sitio, un buen sitio en esta sociedad desconocida, nunca me he conformado con medrar, ya lo sabe. Así que le pido que me guíe, y que me ayude con mi hija. Nora sigue siendo mi hija, y aunque ahora su destino esté atado a la Condesa, no puedo desentenderme de ella por ello. En cuanto a mí...

El monstruo en su interior...

Tomó por fin la copa de bello cristal, y la acercó a sus labios. El contenido parecía atraerla como un imán, su poder era intenso, no comprendía el cambio, pero lo sentía. Y bebió, apuró su primer trago, su aceptación, como había bebido de la muñeca de su transformador. 

-Y ahora... ¿qué...?

La mujer observa a Nora y habla con cierta frialdad:

¿Es necesario que te explique por qué no tienes pulso?... como medico deberías saber que sucede cuando alguien no tiene pulso. ¿Conoces las leyendas sobre los vampiros?

La mujer permanece en silencio unos momentos, aquello parecía que en parte le divertía, pero que esa parte iba siendo cada vez menor:

No respiras… no tienes pulso y te sientes atraída hacia la sangre que ves ante ti… si no llegas a una solución por ti misma… me decepcionaras… ahora aliméntate… bebe su sangre y experimenta un placer como antes nunca habías experimentado

El vampiro sonrió aparentemente de forma sincera mientras hablaba:

Esa es mi intención… como abras podido ver con el señor Thomsom… mis hijos no son personas mediocres… son lo mejor en su campo… y sin duda usted es una de las mejores en el suyo… y lo será sin duda en un mundo más exquisito y más complicado, pero en donde valoraran aun mas su talento, yo me ocupare de ello.

Después observa como toma la sangre, cuando el viscoso liquido cae por la garganta de Sarah esta nota una sensación que no había notado antes, un placer que podría describir mas allá de lo sexual, trascendente e intenso, como el mejor de los manjares, como algo que nunca había tomado, si la ambrosia de los dioses griegos existía, sin duda tenía ese sabor. Incluso empezó a sentir a esa bestia interior alejarse un poco.

Ahora… has sentido lo que sentimos cada vez que nos alimentamos… no lo olvides, la primera vez que te alimentas puede ser la mas traumática o la más placentera… ahora… esta noche descansaras… yo mismo te proveeré de sangre para poder alimentarte… tu entrenamiento comenzara mañana durante tu presentación en sociedad

Desde luego la sensación había sido placentera, cuando menos. Y si eso era lo que había de ser en el futuro, bienvenida fuera. No quiso pensar en lo que suponía, beber sangre, beber de otros... humanos, hombres y mujeres... como ella. No, ya no...

-Muy bien, descansaré. -De pronto se sintió cansada, sumamente cansada, exhausta. Quizá no físicamente, el beber de aquella copa le había devuelto energía, pero sí anímicamente. -Creo que realmente lo necesito. Yo... ¿debo alejarme de la luz...?

Sabía poco de los vampiros, pero eso sí lo sabía. Y la Dra.Ga había insistido a Nora acerca de lo de trabajar de noche. Ahora entendía la...costumbre. Pero, al margen del tópico, no sabía hasta qué punto era verdad.

Du Pui sonríe y asiente:

Así me temo… realmente de la luz no, puedes estar en cualquier lugar iluminado… teniendo en cuenta que ahora tu sentido de la vista es perfecto y que ha mejorado mucho… al igual que el resto de tus sentidos… sin embargo, me temo querida que el sol es uno de nuestros mayores enemigos. Y no solo el sol… el fuego, eso es algo que realmente nos hace mucho daño

Se queda unos segundos pensando como recordando algo y añade:

No sé si conoces las leyendas sobre vampiros, pero las estacas en el corazón no nos destruyen… simplemente nos paralizan… si alguien te la saca volverás a moverte con normalidad… diría que aparte de eso… los ataques del resto de seres sobrenaturales también son peligrosos… y bueno… aunque las armas de los mortales no nos hacen mucho daño si que pueden llegar a matarnos, ten cuidado.

"los ataques del resto de seres sobrenaturales también son peligrosos… "

Ahora sí que el escalofrío la paralizó. Era algo en lo que no había pensado, pero claro... era lógico. La voz le salió trémula cuando hizo la siguiente pregunta.

-¿Así que... hay... otros seres sobrenaturales...? Hábleme de ellos, por favor. ¿Quiénes son... qué debemos temer, y cómo podemos protegernos? Yo... desconozco tantas cosas...

El hombre se queda unos momentos en silencio y comienza a hablar:

Claro… existen muchos pero los que más debes conocer son realmente dos, por un lado tenemos los Hombres Lobo… grandes bestias con forma de lobo. Son seres inundados por la rabia y la furia… que normalmente habitan en zonas rodeados de naturaleza… por fortuna no son seres civilizados como nosotros… nos odian a muerte porque dicen que somos una aberración de la naturaleza. Si te encuentras con uno de ellos… bueno, te recomiendo que corras, son realmente resistentes y únicamente les hacen daño las armas hechas de plata y pocas cosas mas… nunca trate de razonar o enfrentarte a ellos, simplemente huye

Hablaba serio, aparentemente aquellos seres eran peligrosos y poderosos, sin embargo, la mirada del vampiro cambio a una aun más seria:

Los otros seres de los que debes cuidarte son los magos… si ves a uno de ellos sin duda ya es demasiado tarde… por así decirlo son capaces de hacer con la realidad lo que quieran. No tienen porque mostrarse hostiles… pero nunca se sabe. Por cierto, un clan vampírico proviene de un clan de magos… los Tremeres el clan vampiro de los magos… no te fíes de ellos.

Le escuchaba como uno escucha la lluvia en el desierto.

-Entiendo. -Se quedó de nuevo pensativa.- Clan Trémere. Un clan de magos, dentro de la comunidad de... vampiros. -Aún le costaba decir la palabra con soltura, con normalidad. Seguramente le costaría un buen tiempo. -Así que deduzco que hay otros... ¿Clanes? ¿Familias? Entonces, nosotros... ¿somos una familia de... artistas? No me ha dicho aún a qué familia pertenecemos. Sólo que usted es su patriarca, su jefe, por decirlo de algún modo. Su Sire, ¿cierto? -De nuevo las preguntas agolpándose en su mente, pugnando por ser expresadas. -¿Trémere? ¿Y nosotros? ¿Cuál es el nombre de nuestro Clan? ¿Y el de Nora? ¿Cuántos somos, cuántos Clanes, cuántos... vampiros...?

Miraba a los ojos de DuPui, con fijeza y hambre. Ahora sabía lo que significaba de verdad sentirse hambrienta. Había sentido esa hambre cuando el mecenas le ofreció su muñeca, ahora la sentía de conocimientos. Estaba a años luz de cualquiera de sus... congéneres... lo sabía. Sólo los que habían sido ...transformados... en las últimas horas podían comparársele en sabiduría de especie. O quizá ni siquiera eso, porque otros habría que habían ahondado más en lo que hasta entonces había considerado patrañas. 

Pero poco a poco los conceptos se aclaraban, y se hacían llevaderos, asumibles. Ya no era humana, Nora tampoco. Era un ser sobrenatural, eterno. Y, con gusto o sin él, debía alimentarse de sangre. ¿Sólo humana...? Esa era otra pregunta que debería hacerle a su mentor en cuanto respondiera a las anteriores.

Camino como puedo por las calles, intento tomar rutas alternativas par que me vean menos de camino a casa, cada poco voy parando a tomar aire y agradezco la brisa gelida de la madrugada en mi rostro.

Al llegar a mi piso lo primero que hago es la cena de los campeones, dos dedos de whisky y un par de ibuprofenos, me tomo la ducha mas larga de mi vida y de hay directo a la cama, intento evadir mi mente y no pensar en lo ocurrido, de lo contrario podría volverme loco, mañana ya será otro día, mañana si prodré pensar

El hombre escuchaba atentamente a Sarah asintiendo a sus palabras y respondiendo a sus preguntas:

Exacto… les llamamos los magos… por lo que no debes fiarte de ninguno de ellos. Por supuesto que hay otros clanes… mayores y menores… los principales en esta ciudad son el clan Ventrue… son en general gobernantes… es el clan al que pertenece nuestro príncipe, después nos encontramos con los monstruosos Nosferatus, horrendos seres que son los amos de las alcantarillas y la información. De aspecto normal pero mente retorcida y destrozada son los Malkavian, los conocidos como locos. Conocidos como los rebeldes y en algunos lugares como pordioseros son los Brujah, un clan de rebeldes sin causa. También están los bestiales Gangrel, no te dejes engañar por su aspecto humano, se dice que son lo más cercano que un vampiro puede estar de un hombre lobo.

El hombre hace una pausa y sirve otra copa de sangre mientras habla:

Ya te he hablado de los Tremere, magos que no son nada de fiar… también existe una excepción en nuestra ciudad… el clan Tzismice al que pertenecen la condesa y tu hija… conocidos como los demonios… si los Tremeres son poco fiables… ellos aun menos. En cuanto a nosotros… nos llaman Toreador… como dices los artistas y amantes del arte en todas sus expresiones, somos los que les damos… sentido y belleza a la eternidad. Pero también existen diversos clanes menores como las hermanas Assamitas, un clan de mercenarias asesina. En cuanto a los líderes de los clanes… los conocerás en tu presentación… pero debes tener mucho cuidado con ellos.

A la pregunta sobre cuántos eran se queda unos momentos pensando, parecía que realmente no sabía la cantidad exacta:

Debemos ser algo más de 100 en la ciudad… en el mundo… es difícil saberlo

Por la mañana las noticias no destacan nada, simplemente hablan de un accidente de tráfico en el que se han visto envueltos un turismo y una furgoneta. En un canal local hablan de unos altercados en el barrio chino cerca del local Hong Long y la aparición de un cuerpo de una chica joven en el rio con claros síntomas de haber sido violada, la chica responde a las iniciales N W.

Parece una mañana normal y corriente en una ciudad normal y corriente, o al menos eso es lo que podría haber parecido para cualquiera que no haya visto lo que Kelly vio la noche anterior y sabia que las noticias no eran todo lo real que parecían.

-Toreador... Tzismice...

Murmuró las dos palabras con lentitud, como paladeando su sonido. Justo después saboreó con el mismo deleite la segunda copa que su Sire le había tendido. 

Había más nombres, todos ellos de familias distintas, pero eran demasiados como para recordarlos ahora, demasiada información de repente. Era culpa suya, ella había pedido eso precisamente, y ahora no podía digerirlo todo, era un nuevo universo vasto y profundo. Nuevas leyes, nuevas idiosincrasias, nuevas formas de... ¿vivir?

Sin embargo, sólo eran unos cien. Cien en todo Nueva York, cien entre millones de seres a su alrededor. Tomó otro sorbo, era su nueva sabia, reconfortante, vital. Dirigió su mirada a su alma, si es que podía hablar de eso. ¿Cómo se sentía...? Desde luego, no se sentía culpable. Era extraño, pero era cierto. Ni vulnerable. No, se sentía poderosa, aprendiz de diosa. Miró a su mentor, sus ojos impregnados de esa extraña y nueva energía.

-O sea... que no debo fiarme de nadie entonces. Sólo de los Toreador. ¿Y Nora? ¿habrá cambiado Nora en relación a su madre? Su... transformación... ¿la ha alejado de mi?

Sí, sabía lo que ocurría si no se tenía pulso ni se respiraba. Pero ¿vampiros? Su mente comenzaba a trabajar al doscientos por cien intentando comprender todo aquello. Y, mientras tanto, sin proponerselo apenas, pero atraída por algo como nunca había sentido, se había aproximado a la muchacha. Era muy parecida a ella, demasiado. ¿Sería cierto que la doctora la había "hecho" como decía? ¿Que no era una simple coincidencia?

Debería estar intentando cerrar esa herida, pero no siento esa necesidad sino todo lo contrario... pensó mirando fíjamente la herida Es una locura intentar hacer lo que mi cuerpo, lo que mi mente, me está pidiendo. ¿Vampiros?

Se había agachado junto a la herida, pero al repetir aquella palabra en su mente, volvió a mirar a la doctora. Solo por un instante porque, sin darse cuenta, cerró los ojos al llevarse a la boca los dedos de su mano. Manchada de sangre de la muchacha.

Totalmente dolorido me levanto de la cama, muy despacio, como buenamente pueda, de hay voy a la cocina,huelo los restos de cafe y pongo cara rara ya que tienen unos dias, pongo una nueva cafetera y me voy a la ducha, al salir hago el desayuno , cafe, ibuprofenos y chupito del licor que tenga mas a mano.

Me visto lo mas comodo posible, pantalon ancho de chandal y sudadera, nada apretado que me cueste poner, llamo a un taxi desde casa y  me bajo al portal a esperarlo, mientras tomo el ascensor miro la agenda de mi movil y el que me dio mi nuevo jefe, no termino de tener claro si tengo el telefono de la asiatica, ya que ha salido una muerta en su barrio mi intencion en mandarle un wasap para ver como esta.

El hombre se echa un poco para atrás, parecía querer evaluar un poco su respuesta antes de darla, entonces dice:

Si… y no. Los siglos me han enseñado que no debes fiarte de nadie… por el momento estas más o menos segura, pero no debes fiarte de nadie que no seas tú misma o yo… nuestro mundo es un mundo lleno de aspiraciones, aquellos con menos poder que tu desean tu poder y los que tienen más poder trataran de usarte para aumentarlo

En cuanto a la otra pregunta se queda unos instantes en silencio, suspira con cierta resignación y habla:

Deberás aprender que según pase el tiempo dejara de ser tu hija y será una Tzismice… el caso de este clan es complicado, realmente puede decirse que son enemigos de todos los clanes de la ciudad… sin embargo, La condesa pertenece a una rama muy antigua de su clan que está en guerra con su propio clan, por lo que sus costumbres son algo diferentes… sin embargo, fiarte de ella… es algo que tendrás que evaluar por ti misma

Lo que Nora sintió al probar aquella sangre era algo que nunca antes había sentido, era como descubrir que los griegos describían como la ambrosia de los dioses era algo real, algo que estaba en esos instantes corriendo por sus labios, la sangre tenía un sabor como nunca antes había tenido nada, era un sabor atrayente, atractivo, lo más sabroso que jamás había probado. En su mente se formo claramente la idea de no querer alimentarse con otra cosa que no fuera aquello. La sensación que tenía era incluso de éxtasis, éxtasis sexual.

Apenas era consciente de lo que le rodeaba, en esos momentos solo sentía aquel sabor y como la voz oscura y la terrible sed que sentía se iba apagando según iba introduciendo más sangre en su organismo.

Asintió en silencio. Sí, era comprensible. Y sintió el frío invadir poco a poco su corazón, endureciéndolo. Endureciéndose.

-Una última cuestión, antes de dar por aceptada mi nueva condición. Acabo de recordarlo, y me ha asaltado la memoria como un muñeco de resorte: me advirtieron. Un hombre, en un callejón, me dijo que si le seguía a usted... me estaba introduciendo en el nido de la araña. No recuerdo exactamente su advertencia, o amenaza. Pero me dejó muy... indispuesta. Naturalmente intenté que me aclarara esas palabras, pero le perdí. ¿Alguien sabía su intención? Porque en ese caso, no le es leal, Sire. 

Sarah miró a su anfitrión directamente a los ojos. Ella estaba atada de manos, aunque el hombre la había avisado. Pero DuPui no le había preguntado, no le había dado opción. Había tomado su vida como si le perteneciera, y ahora, realmente le pertenecía. Una sensación ambigua la invadía al pensar así. De rabia e injusticia, por un lado, de eternidad, por otro. Poder. Era tentador, desde luego. Pero, no había sido una opción. Sino una imposición. Se esforzó hasta el último rincón de su ser para no verlo así. No, no quería verlo como una imposición, aunque lo era. Se propuso a sí misma verlo como un regalo que uno no puede rechazar. Después de todo esto es nacer, ¿no...? Nadie te pregunta, tus padres no te lo proponen. Naces, y ya está...