Partida Rol por web

La cabeza del enano cae al suelo, acompañada de una fuente de sangre que no para de brotar. Los soldados sueltan el cuerpo y este cae inerte.

El capitán lo mira por unos segundos.

"Vosotros tres, coged al enano, sus armas y su armadura. Hay que hacer un funeral a un guerrero." - Inmediatamente después de decir esto os mira y da más órdenes. - "Los demás montad guardia, revisad sus ataduras y atadles las piernas. No tengo ganas de repetir esto."

-¡¡¡NOOOOO!!! -grito con dolor, mientras miro con ojos desorbitados el cadáver de mi amigo. Ojos de los que empiezan a brotar lágrimas.

- Un enano impulsivo y valiente, así es  - me entristezco.

¿Qué pasará con nosotros capitán? Nos has apresado por tus sospechas vacías y el resto estamos aceptando que nos vencieras rodeándonos. No merecemos ser decapitados aquí.

Vangh’ish sin inmutarse por la muerte de Krieg comenta.

-Y esto es lo que ocurre por ayudar a gente que no nos interesa.- Mira al capitán y prosigue- ¿Me podría explicar alguien que está pasando y porque me habéis atado? Que yo sepa ayudé a matar a esos Darral además...Esto es una ofensa directa contra mí señor en las tierras de la tormenta.

"No hay ninguna sospecha vacía. Yo mismo observé como Heft ardía a la distancia mientras los rayos de la tormenta del lagarto caían. Para cuando llegué solo había una pila chamuscada. Si causáis problemas, os pasará lo mismo que al enano. Y escuchame bien, lagarto..." - Dice mirando a Vangh. - "Tu maldito imperio no tiene poder aquí. Puedes patalear y reclamar lo que quieras, me da igual."

Seguidamente él y unos soldados cogen el cuerpo y se lo llevan fuera.

Los 9 soldados restantes os refuerzan las ataduras, incluyendo de los pies. Después se vuelven a sentar, observando lo que hacéis desde lejos.

Sin apenas inmutarme por la innecesaria y desmedida reacción de los soldados me limito a quedarme callado y observando, sintiendo el cuerpo dolorido y entumecido por la paliza propinada, deleitándome en mi mente con imagenes del capitán degollado luchando por cada bocanada de aire.

Al cabo de 10 minutos, Sigver entra a la casa y habla con los guardias.

"El capitán Trelt requiere más soldados para ayudarle con el enano, al parecer su equipo es muy pesado... me ha dicho que con unos 6 o 7 bastaría. Y que los que os quedéis no les quitéis los ojos de encima."

Los soldados se miran entre ellos extrañados, pero asienten al acordarse del pesado equipo de Krieg. Siete de ellos salen por la puerta, yendo por donde el anciano les dice, quedando solo dos soldados dentro de la casa.

"Además... en agradecimiento os he dejado estas pociones aquí, para los dolores." - El hombre mayor deja unas cuantas pociones en la mesa. - "Para los más heridos... aunque creo que vosotros dos lo necesitáis más que nadie. Buenas noches."

Los soldados se quedan mirando las pociones mientras el anciano se va. Una vez Sigver abandona la casa, los soldados deciden abrir las pociones y beber. Tras unos segundos, caen al suelo dormidos.

-¡Es nuestra oportunidad! -susurro mientras busco algo con lo que cortar las cuerdas, algún cuchillo con los que estuviesen comiendo o algún arma que lleven los soldados.

Lestar se levanta y va dando saltitos, llegando a la mesa y agarrando un cuchillo. Primero corta sus cuerdas y después va uno a uno liberándoos.

Nezo se levanta despacio; está bastante herido.

"Ugh... desde que estoy con vosotros todo ha ido cuesta abajo. En fin, a por nuestras cosas."

Rhezakk también se encuentra cansado, se limita a asentir con la cabeza cuando el felino menciona ir a por vuestras cosas.

Cogiendo uno de los cuchillos de los guardas levanto su cuerpo de espaldas a mí y tras degollarlo lo dejo en el suelo. Repito la operación con el segundo guarda, pero esta vez de frente y deslizando el cuchillo a través de su garganta, hacia arriba, y una vez en el suelo le propino alguna puñalada más en el pecho y abdomen. -Dos menos - me limito a decir, para a continuación acercarme a las cuerdas que asían mis manos y mordisquearlas violentamente. - Si piensan que nos escapamos por nosotros mismos es posible que los lugareños puedan ayudarnos sin sospechas. Aunque lo dudo. 

Vangh empieza a buscar todas sus cosas.

-He tenido suficiente con esto. Estoy cansado de vosotros. De tener que pensar la próxima cagada que vais a hacer...No me merece la pena seguir con vosotros. Me voy a ir. Antes os daré dos cosas...El espejo de Orfen y algo que Xsii sabe muy bien que es. Jujujujuju- Vangh se ríe al decir esto último.

Sale a por sus cosas junto a vosotros en dirección a la casa del alcalde, cuando encuentra su equipo le da a Tanathil el espejo y al lagarto la otra “cosa”.

Ayudo a Nezo a caminar de ser necesario; si no, le sigo. Mientras examino sus heridas con la mirada para saber cómo tratarle una vez recuperado el equipo.

Nezo rehusa la ayuda de Lestar para caminar y al ver como examina sus heridas le dice que no se preocupe, según él no hay tiempo que perder y tampoco son muy graves, aunque realmente tiene cortes profundos.

Os asomáis a las afueras. Ya es de noche, han pasado bastantes horas desde la batalla y vuestra captura. No se escucha nada, todo está en silencio por lo que decidís correr a por vuestras cosas.

Llegáis a la casa del alcalde, ahí se encuentran Sigver y el mismo alcalde. El anciano os habla con rápidez.

"No creo que os merezcáis ser ejecutados en Meridian... pero debéis daros prisa. Han informado al puesto más cercano, las antorchas de los refuerzos ya asoman a lo lejos del camino, van junto a un carro que os escoltará hasta la capital. Debéis coger vuestras cosas y marcharos ahora que podéis. Hay dos senderos que os pueden resultar útiles: ese camino..." - Dice mientras señala. - "...os lleva a una vía al norte de las montañas. Por ahí van muchas caravanas de comerciantes, seguro que os podéis unir a ellos y evitar a Leidreran. También está el camino del sur, que os lleva a las cercanías del lago salvaje. No hay mucha presencia de Leidreran por ahí."

El alcalde os insta a daros prisa, por lo que entráis a su casa y os pertrecháis.

Vangh empieza a buscar todas sus cosas.

-He tenido suficiente con esto. Estoy cansado de vosotros. De tener que pensar la próxima cagada que vais a hacer...No me merece la pena seguir con vosotros. Me voy a ir. Antes os daré dos cosas...El espejo de Orfen y algo que Xsii sabe muy bien que es. Jujujujuju- Vangh se ríe al decir esto último.

Sale a por sus cosas junto a vosotros en dirección a la casa del alcalde, cuando encuentra su equipo le da a Tanathil el espejo y al lagarto la otra “cosa”.

Recupero todo el equipo que me hayan quitado.

- Vangh, ¿qué quieres decir con que te vas? ¿a dónde y cómo? - susurro tomando el espejo.

Vangh le devuelve el espejo a Tánathil. Cuando se lo da, se reune con Xsii en un lugar apartado y le da algo a escondidas.

Recibes la piedra roja que guarda a Xoat.

El cofre del dinero de Krieg sigue ahí. Es bastante pesado.