Partida Rol por web

-Entiendo. Mientras esperamos dime una cosa, ¿por qué te hiciste nigromante?

"La nigromancia no es algo que se quiere ser, es algo que se ofrece a aquellos que buscan el poder. Y siempre tiene un precio, uno que solo los más ambiciosos se atreven a pagar."

-¿Y por qué ese ansia de poder?

"¿Y por qué no? Cuando se tiene esa necesidad y se revelan formas de aumentar fuerzas, se debe aceptar. Cueste lo que cueste. Así uno puede lograr cualquier cosa que se proponga." - Poco a poco notas más nerviosismo en Rhezakk. - "Una vez uno toma el camino del poder y llega al final con éxito, es capaz de todo. De salvar a la persona que más quiere, de defender su pueblo o de subyugar un mundo entero. ¡Es el mismo camino que han tomado los dioses y demonios a los que seguimos los mortales! ¡Por eso este ansia de poder!"

Te levantas muy lentamente, con pocas fuerzas; tus músculos están agarrotados y cansados después de la batalla. Tu herida aún te duele mucho. Babroth aguarda a que te levantes y ambos salís al exterior del templo.

Has tardado bastante en ponerte en pie por tus heridas, pero finalmente llegas a las afueras del templo. Ahí ves a Vangh, inmóvil junto a su kobold. No ves a nadie más.

-En parte te entiendo, pero eso no justifica las matanzas. Espero que aún tengas conciencia y cada asesinato te pese. Dicho esto, me alegro de tenerte en el equipo. Como dije antes creo en las segundas oportunidades.

"Tú y tu estúpida moralidad. No llegarás a nada así pensando así, pero puedo cambiar eso." - Dice mientras sonríe para después guardar silencio.

Pasáis buen tiempo esperando. Ya está atardeciendo cuando unas 6 personas aparecen juntas. Todas van encapuchadas y guardan silencio mientras te miran. Uno de ellos da un paso al frente.

"Hemos acudido, maestro."

El gnoll parece satisfecho mientras se frota las manos. - "¡Espléndido, estáis todos! Que comience el ritual."

Con bastante violencia Rhezakk te tira al suelo y saca su daga. Este hace un cántico bastante sombrío a la vez que da vueltas a tu alrededor.

"Zarkash'Dal, eherit lok semerit gyr..." - Continúa así unos minutos hasta que se arrodilla y agarrando el puñal, alza las dos manos, como si fuera a apuñalarte.

Espero con los ojos medio cerrados, fingiendo que me preparo para lo peor, aunque realmente confío en él y en Nezo.

Las manos de Rhezakk bajan a toda velocidad y la daga que sujetan te atraviesa el estómago. Los discípulos del gnoll gritan emocionados mientras te apuñala varias veces, están absortos mirando como la sangre brota de ti.

Rhezakk lame tu sangre del cuchillo y mira fijamente a sus acólitos. En un instante, cuatro de ellos son calcinados por un torrente de llamas. Otro es partido en dos por Nezo, que cae con su espada desde un árbol.

Te encuentras muy débil y dolorido, observando como ambos masacran a los nigromantes.

"Deja al último con vida, lo necesito." - Dice Rhezakk mientras crea una gran llama azul que deposita en tus heridas.

Poco a poco un calor agradable te recorre entero. Nunca te has sentido tan cerca de la muerte, pero es una experiencia que no quieres repetir. Inmediatamente te levantas, sobresaltado. Tu herida ha desaparecido y aunque tienes un poco de dolor en la barriga, puedes levantarte.

Despreocupándose de tu estado, Rhezakk se levanta y se sitúa cerca del último nigromante, que está retenido por Nezo. Una vez ve que te has levantado, te habla.

"Ven aquí, gnomo."

Me acerco arrastrando los pies, algo pálido y con los ojos algo más abiertos de lo normal, con una expresión entre pánico y desconcierto. 

Rhezakk te da una bofetada.

"Vamos, necesito toda tu atención. Toma." - Te pone su puñal en tu mano y te cierra el puño para que lo agarres.

La persona que retiene Nezo intenta resistirse en vano pues el felino le tiene bien agarrado, desesperadamente grita. - "¡Maestro, te lo suplico! ¡Deme otra oportunidad, me uní hace escasos días, no me ha dejado demostrar ser digno de sus enseñanzas!"

Rhezakk le propina un puñetazo en el estómago y le pone de rodillas. Nezo le quita la capucha al último nigromante, revelando a un humano muy joven.

El felino parece sorprendido y mira con desagrado al gnoll. - "No voy a formar parte de tus juegos enfermos, Rhezakk. Os espero en la aldea. Acaba con él y marchando." - Y tras decir esto, Nezo suelta al joven nigromante y desaparece entre los árboles.

Rhezakk te mira con locura y rabia en sus ojos mientras agarra al humano del pelo.

"Hora de demostrar tu supuesta moralidad, gnomo. ¿Acabarás con esta inútil alimaña que no ha sido corrompida por el libro como tú y yo con el fin recibir mis enseñanzas? ¿O prefieres dejarlo ir y perder la oportunidad de obtener el poder necesario para tus propósitos?"

El nigromante está inmóvil e indefenso, paralizado de terror.

Miro el cuchillo y luego al joven nigromante.

-Lo siento, pero no voy a hacerlo -digo mientras le tiendo de vuelta el cuchillo-. No creo que se deba matar a sangre fría de esta manera. Si con esto no me admites como discípulo que así sea. Quiero poder para ayudar a la gente, no para matarla.

Rhezakk te quita el cuchillo de las manos con enfado. Una vez terminas de hablar empieza a acuchillar con perfidia y ensañamiento el cuello del joven nigromante. Cada vez le ves más iracundo, llegando a romperle el cuello con sus manos y tirando el cadáver al suelo para inmediatamente pisotear su cabeza.

Continúa unos segundos atacando al nigromante hasta que este queda irreconocible. Empapado de sangre y con los restos del humano en toda la ropa, se acerca hasta posicionarse cara a cara contigo.

"¿¡CUANDO NOS ESTÉN DESTRIPANDO INTENTARÁS DIALOGAR CON EL ENEMIGO PARA LLEGAR A UN ACUERDO DE PAZ!?" - Rhezakk está desquiciado y fuera de control. Con un mano te sacude a la vez que continúa hablando. - "NO MORIRÉ POR TU ESTÚPIDA MORALIDAD, CRETINO."

Y con un empujón, te aparta. Rhezakk se va en la misma dirección por la que Nezo se fué; hacia el poblado del que habéis venido.

-Cuando nos ataquen será defensa propia. Ahora es un asesinato.

Sin decir nada más le sigo a una distancia prudencial, echando una última mirada a los cadáveres, preguntándome si podía haber acabado como ellos si hubiese tenido mala suerte y me hubiera corrompido el libro.

Sigues a Rhezakk con una buena distancia de por medio. Una vez llegáis a los alrededores del pueblo, escucháis un gran rugido lejano proveniente de lo más profundo del bosque.

El gnoll se gira por unos segundos observando el bosque. Después fija su mirada en ti y escupe al suelo con desagrado.

Rhezakk se desvía hacia un riachuelo que hay cerca mientras tu vas al poblado, se hace de noche y el rugido no te inspira mucha seguridad.

Vuelve para dentro y se sienta.

-Vaya, esta batalla me ha dejado peor de lo que creía...Pero ahora que estamos solos...Déjame mostrarte algo.- Comenta Vangh’ish mirando a Xsii. Abre la mochila y busca que se estaba moviendo.

Con un gran esfuerzo y apoyándome en Babroth me acerco renqueante a Vangh'ish, curioso 

Hay algo que se mueve en la mochila de Vangh. Cuanto más se adentra en el templo, con más fuerza lo hace.

Volvéis a la zona médica y Vangh rebusca en su mochila. Con sorpresa, Vangh agarra algo del interior de su bolsa y lo saca, mostrándolo a Xsii.

Vangh saca una piedra extraña. Esta emite un brillo rojizo muy intenso, desconocéis el por qué, pero parece muy excitado pues no para de intentar moverse, aunque el agarre de Vangh lo prohibe.  Cada vez con más intensidad, la piedra lleva la mano de Vangh hacia el atril de la iglesia. No tiene la suficiente fuerza para arrastrar a Vangh, pero si para dirigir su brazo entero en una dirección.

Parece querer llevaros allí.

-Esto es el corazón de Vel...Vayamos al altar a ver qué nos dice- comenta Vangh en Gaetza.

Se levanta con dificultad y se acerca al altar seguido de Norick.

La piedra empuja débilmente a Vangh hasta el atril, una vez allí señala el suelo. Tras quitar la alfombra, descubrís una trampilla de madera, no tiene ningún candado.

Xsii decide abrirla, revelando unas escaleras. Bajais unos peldaños y miráis un poco sin adentraros mucho.; es una especie de almacén, tiene cofres con candados,víveres y trastos sin importancia.

Al fondo hay una mesa con un pequeño tarro. La piedra quiere ir ahí.