Partida Rol por web

El viaje a Veran fue un poco complicado, querías causar un gran impacto cuando aparecieses allí, por lo que tardaste un poco más de la cuenta en llegar. Guíarse no fue muy complicado, solo tuviste que seguir las multitudes de mercenarios que se movían hasta Noftia.

El anuncio era muy suculento, no parabas de pensar en lo que más deseabas... ¿Podrías cumplir finalmente alguna de tus fantasías más extravagantes? ¿O quizas preferirías restaurar el honor de tu familia?

Era una incógnita que se resolvería una vez pudieses reclamar la recompensa, por ahora te contentabas con la excitante aventura que se te presentaba. Acompañado por Norick, tu fiel sirviente kobold, entraste a Noftia.

Esperabas una ciudad viva donde resaltar tus habilidades más artísticas, pero solo encontraste pesadumbre y desesperación en sus ciudadanos. La guerra se acercaba y pronto acabaría con los pueblos libres. Aunque claro, eso a ti no te importa.

Sin tiempo que perder, te dirigiste a la mansión donde te esperaba una larga cola de aventureros...

Os encontráis en el camino hacia Noftia escoltados por dos de vuestros superiores. Estáis bastante tensos puesto que es la primera vez que vais a realizar una misión de este calibre. Continuásteis en silencio hasta que uno de vuestros escoltas se dirigió a vosotros.

"Bien, repasaremos el plan una última vez." - Os comentó uno de vuestros instructores, Shas'Gez. Era uno de los mejores agentes de la orden del Basilisco, sus negras escamas eran temidas por aquellos que conocían la existencia de la casta.

A su lado se encontraba Sel'Fashar, otro agente del Basilisco pero no con tanto renombre como Gez, aun así sabíais de primera mano que era muy capaz.

"Antes de llegar a las puertas de Noftia nos separaremos. Sel y yo retendremos el avance de Leidreran para daros tiempo y que logréis infiltraros en la mansión como simples aventureros. Recordad que lo primero de todo es identificar si La máscara Ocre tiene el prisma platino."

El lagarto negro siguió explicando mientras a la lejanía ya divisabais las puertas.

"Si Orfen tuviese el prisma, poneros a su disposición y aceptad cumplir los objetivos que os designe. Más tarde contactaré con vosotros y me contaréis que ha sucedido, entonces tomaré una decisión. Recordad que Orfen es un guerreró ágil y experto en el combate con espadas dobles además de un hábil ladrón, no os enfrentéis a él por el prisma. Huelga decir que nadie debe saber vuestra verdadera procedencia ni vuestros objetivos reales. Vel se identificará como un exiliado de la casta de la serpiente mientras que Xsii se hara pasar por un guerrero de la casta del dragón. Sois una parte crucial de la operación, se espera lo mejor de vosotros. El reino de la tormenta necesita que cumpláis esta misión."

Cuando Shas terminó de rememorar el plan, Sel'Fashar soltó un comentario dirigido a Xsii'tsz.

"Y procura que ese kobold no fastidie la operación. No sé como han permitido que te lo traigas..." - Esta frase atemorizó un poco al esclavo de Xsii'tsz, un kobold llamado Babroth.

Tras estas últimas palabras seguistéis andando tranquilamente hacia la puerta. Sin daros cuenta, vuestros superiores se habían desvanecido. Estábais solos, la operación acababa de empezar.

Entrando por las puertas de la ciudad junto con otros mercenarios, contemplastéis Noftia. La idea de que esta ciudad fuese a arder en unos días os agradaba, una pena que no pudieseis estar ahí para verlo ni ayudar a ello activamente.

Tomando cada uno caminos diferentes para no aparecer a la vez, os dirigísteis a la mansión de Noftia donde os aguardaba una gran cola de aventureros deseosos de entrar al recinto.

Hoy las calles se han llenado de extraños. Te parece curioso, pues las noticias de los emisarios indican que Leidreran está a días de asaltar Noftia.

Echando un vistazo por las calles, ves a diversos grupos de lo que parecen ser mercenarios dirigiéndose a la mansión del barón Asfeld... desde luego este suceso es insólito, el barón huyó hace semanas cuando las noticias del frente eran terribles. Escuchando las conversaciones de los guerreros que se mueven hacia el edificio, escuchas como una figura llamada "La máscara Ocre" ha convocado a todos los aventureros que estén dispuestos a cumplir una tarea extremedamente arriesgada, pero que la recompensa es cuantiosa.

En un principio dudas de la veracidad de esto, pero los pocos años que llevas en el mundillo te han enseñado cosas importantes, en concreto lo siguiente: Donde hay una gran afluencia de mercenarios, algo gordo se avecina.

Tenías pensado irte de Noftia hoy mismo, pero finalmente piensas que puede ser mas provechoso de cara al futuro quedarte y ver si puedes entrar en la operación, por lo que te diriges a la mansión, donde una gran cola te aguarda.

Si la carta de Elentir indicaba mucho apuro, el que te agenciaran un grifo para salir inmediatamente hacia Noftia le añadía aun más urgencia.

Sin dudarlo, te preparaste y saliste rapidamente hacia la capital de Veran. Por el camino, mientras surcabas los cielos, multitud de dudas no dejaban de aparecer en tu cabeza; ¿Por qué te eligieron a ti? ¿Tan importante debe ser el nombre de "La máscara Ocre" que ha generado un gran éxodo de mercenarios que se dirigen a Noftia? Y si finalmente te adentrases en la tarea de esta figura... ¿Estarías a la altura?

Pasaron días hasta que finalmente llegaste a Noftia. En la capital se respiraba cierto nerviosismo pues la guerra se acercaba a las puertas. Antes de llegar pudiste a la lejania con tus mismos ojos los humos producidos por los campamentos de Leidreran, a Veran no le queda mucho tiempo.

Una vez divisaste desde las alturas la mansión donde se reunían los mercenarios, caiste en picado haciendo una entrada triunfal. Cuando bajaste del grifo, te dirigiste a la enorme cola que formaban los aventureros.

El viaje a Veran ha sido lo más arriesgado que has hecho nunca. Jamás te has alejado tanto de casa, pero las circunstancias lo requieren. Gastaste casi todo el dinero que guardabas y los favores restantes hacia tu familia en un viaje en barco desde Ostrevia hasta Veran.

Ese anuncio que llegó a tus manos es a lo que más te aferras para salvar a tu madre. Viajaste en el barco junto a muchos mercenarios con el mismo objetivo que tu; nada más con sus armas y con las historias que cuentan sería motivo suficiente para replantearse la locura que estás a punto de cometer, pero tu determinación te disipa las dudas: es esto o nada.

Por las noches el libro de tu hermano te susurra con una voz débil, te sientes tentado a abrirlo, pero te da miedo las consecuencias de ello.

Finalmente llegaste a Veran y junto a una caravana de aventureros llegaste a Noftia, la capital de la nación. Por el camino te enteraste de las ultimas nuevas del lugar; la guerra se acerca y no pinta nada bien para los pueblos libres.

Cuando entraste a la ciudad de Noftia, notaste el ambiente de incertidumbre y miedo en las gentes de allí, era lo contrario a Ostrevia, donde la belleza y la tranquilidad estaban instauradas.

Finalmente llegaste a la mansión que comentaba el reclamo de "La máscara Ocre", una gran cola se disponia desde la entrada hasta el exterior.

Tras semanas en Azur, lograste adaptarte al lugar.

La grieta te dejó en uno de los bordes entre Veran y las tierras indomables, aunque tuviste suerte de estar más cerca de los pueblos libres que de los salvajes que habitan los bosques.

Te ganaste el pan escoltando a comerciantes y luchando contra las incursiones de las tribus de las tierras indomables hasta que finalmente ganaste una buena suma de dinero y pudiste moverte más hacia las regiones del interior de Veran. Si bien Azur no era muy inhospito, apareciste en uno de los peores momentos; la guerra asolaba a Veran.

Buscando una forma de volver a tus tierras, llegó a ti el anuncio de "La máscara Ocre" el cual en un principio decidiste no echar mucha cuenta, pero al cabo de los días observaste con tus propios ojos como hordas de mercenarios se dirigian hacia Noftia acudiendo a este llamamiento.

Ya sea por desesperación o porque no tenías una idea mejor para volver a tu mundo, te dirigiste a la capital de Veran con la intención de cumplir lo que fuese que te mandaran a hacer, todo sea por volver a casa.

La ciudad de Noftia no tenia nada que ver con la fortaleza enana donde te criaste; las casas tenían una manufactura muy débil, las calles eran feas y los guardias estaban equipados con metales muy baratos.

Suspiraste profundamente, estaba claro que la ciudad iba a caer no por las fuerzas invasoras, si no por la paupérrima construcción de la ciudad. Seguiste a la turba de aventureros hasta que llegaste a una mansión, donde se encontraba una gran cola para entrar al interior.

Vais llegando uno por uno y mirando lo que tenéis en frente. Observáis que la fila es muy extensa, está compuesta por todo tipo de razas. Los mercenarios que componen esta extension van desde gente que practican la magia hasta guerreros que exhiben sus armas más pesadas, estan dispuestos de dos formas: Los que van en grupo y los que van por su cuenta.

El primero en llegar es Krieg Forjaescudo, quien se pone a esperar detrás de un grupo de enanos muy ruidosos. Porta un gran escudo que acompaña con una maza pesada. Es algo mas grande que la media enana y notáis que es un guerrero entrenado, pues aguanta sus pesadas armas sin problema alguno.

La segunda persona en unirse a la cola es Vangh'ish, Lleva una túnica de colores extravagantes que tapa su cuerpo, por lo que no sabéis que es. Sus guantes están adornados con anillos de oro engarzados con gemas de buen ver, a su lado va un kobold naranja que lleva unas alas falsas, desde luego es alguien peculiar.

Seguido del Gaet'za estrafalario, Maeval se unió como una figura encapuchada a la fila. Su forma es humana y su estatura también, no abulta mucho. No veis nada más.

Xsii'tsz va detrás oculto también con su capa y se pone en su sitio. Su estatura es la humana, algo más alto que el otro que tiene delante. A su lado va otro kobold de piel negruzca con un equipo de batalla bastante simple.

Lestar, un gnomo que parecia perdido en la ciudad se dirigió a la cola. De todos, parecía el menos indicado para estar allí. No era gran cosa, como todos los gnomos, aun así es algo extraordinario ver a uno de estos seres, pues no se alejan mucho de sus tranquilos hogares. Sin duda tenía agallas para venir aquí... o desesperación.

Después del gnomo otra figura encapuchada se unió a la fila. Era Vel'Zatrax, que aguardaba paciente y en silencio. Es bastante alto, llegando a 1,80m. No os hacéis a la idea de qué es, pues se limita a quedarse en silencio, oculto.

Por último y haciendo un gran espectáculo que impresionó a toda la fila, Tánathil bajó de los cielos en picado cabalgando con su grifo. Estaba claro que este anuncio iba a traer a todo tipo de gente, pero esto ya era abrumador. La figura que cabalgaba el grifo iba encapuchada, por lo que no teníais ni idea de qué podía ser lo que la capa ocultaba. Todos los aventureros empezaron a cuchichear ante tal entrada, sin duda no había pasado desapercibido. Cuando se bajó del grifo y ocupó su puesto en la cola, la criatura alzó el vuelo de nuevo y se perdió en la lejanía.

-¿Alguno sabe los detalles del trabajo? Solo he escuchado rumores -pregunto a los más cercanos en la cola con la voz aguda de un pitufo cabreado.

-Pero no chilles tanto.-Me viro al oir la voz.-Aqui nadie sabe nada, espera en la cola.

El día es caluroso y empiezo a cansarme de estar de pie, pienso para mis adentros mientras decido quitarme la capucha para que todo el mundo a mi alrededor pueda contemplar mi belleza innata. Al quitarme la capucha respiro con fuerza, podéis ver a un Gaet'za bastante feo, no sabéis si es hombre o mujer, sus ojos están maquillados de un color rojo muy chillón y en los colmillos que sobresalen de la comisura de su boca tiene joyas engarzadas, además de un par de dientes de oro. Miro a Norick y le digo con tranquilidad. -Querido estorbo, ya sabes lo que tienes que hacer, mami está cansada y tiene calor. Por lo que saca la sillita y el abanico.

El kobold contesta inmediatamente con una voz chillona y nerviosa, típica de los kobolds.

"¡Sí, su Alteza! ¡Ahora mismo!"

Rápidamente, el kobold descuelga las alas que tenia a su espalda y empieza transformarlas en una silla, donde Vangh'ish se sienta.

Arrodillado ante el lagarto extravagante mientras lo abanica, el kobold lanza una pregunta.

"¿Ansiáis algo más, su Alteza?"

-Joder que enano más borde -mascullo y me quedo mirando a la lagarta y al kobold extrañado.

El jinete del grifo después de su impetuoso y ruidoso descenso sobre el empedrado de la calle había permanecido todo el tiempo en una posición relajada y discreta.

Me cubría todavía la capa de viaje cuyos bordes inferiores estaban manchados. De rato en rato con mis manos enguantadas sacudía algo del polvo sobre mis hombros y mi cuerpo.

- Solo indicaron el riesgo y el lugar en el anuncio Maese... - digo como respuesta hacia el gnomo que había preguntado.

-Lestar -contesto con mi voz chillona, contento de encontrar alguien aparentemente normal-. ¿Y usted es...?

Me siento con cuidado mientras dejo caer mi capa al suelo para que mi fiel Norick la recoja.

-Pues que te parece si me arreglas las garras ¿Eh?, este viaje ha hecho que se me abran las puntas y están un poco sucias. Si haz eso, venga rápido no tenemos todo el día y debo estar presentable para lo que sea que estemos haciendo aquí.

Miro a mi alrededor y veo a un gnomo mirarme, le guiño un ojo y le mando un beso.

-Norick después debes arreglar mi maquillaje, hay muchos hombres apuestos por aquí. - digo esto lo suficientemente alto para que todo el mundo pueda escucharme.

Me doy la vuelta nervioso y trato de no volver a hacer contacto visual con esa especie de cocodrilo humanoide de género desconocido.

- Tánathil - respondo, inclinándome brevemente como saludo.
Miro perplejamente el descarado comportamiento de la/el/ell... Gaezta  y pienso - No todos enfrentan la tensión de la guerra igual...

El lagarto de genero desconocido te hace gestos y entiendes que se te ofrece... pero ves cosas bastantes raras que no terminas de comprender si te gustan o no... por ahora no le vas a quitar el ojo de encima, aunque tampoco estás muy interesado.

Sonrio al ver como el gnomo se da la vuelta-No hay nada mejor que sembrar la duda en el corazón de los hombres - Pienso para mi. -Querido gnomo, no debes tenerme miedo, no te hare nada. Ven aqui si quieres, mi criado tiene fruta deshidratada y tenemos agua para refrescarnos.

Veo al encapuchado del grifo que se encuentra detrás del gnomo y añado.

-Bonita bestia la tuya extraño, ¿Cómo conseguiste esclavizar a ese animal?

Mirando de reojillo a lo lagarto empiezo a parlotear muy nervioso, tratando de ignorarle y hablando con voz más aguda incluso.

-Tánathil. Buen nombre, sí señor. Me gusta, es armonioso y alegre. Como el día, ¿no es un día magnifico? Y vaya jardines más cuidados. Bonitos, sí sí. Muy bonitos...