Partida Rol por web

Me levanto de mi silla para colocarla detrás de Aloria "Aquí tienes" digo amablemente

No detectas ninguna mentira ni te parece actuado, te parece que todo es verdad y que son gente profesional.

-Pero mujer!! Solo pedi que me dijeras no una demostracion! 

Digo preocupado por el estado de Aloria.

Tras quedar asombrado por el contacto que me brinda la impresionante Aloria escucho atentamente y observo la demostración.

- ¡Pero que demonios ha sido eso! ¿Señorita está bien? - digo mientras la tomo de la mano.

-¡Apartaos! ¡Dejadme paso!

Me acerco a Aloria y trato de saber qué le pasa exactamente y si podría hacer algo para ayudarla.

Si es necesario le doy una poti

"Que curioso...¿Me podriaís explicar lo de la moneda?"-digo mirando con recelo lo que acaba de pasar enfrente de mi.

"Por qué estais diciendo de no usar la piedra y va esta señortia...Y decide usarla."

- Señor Orphen, entre la intrincada y excelente ilusión quizá se le colaron algunas cosas que habría preferido no contarnos. Usted sabe quienes somos pero nosotros todavía no sabemos quién es usted.

Me gustaría que me comentara mejor quien es usted o su organización, algo más sobre los argentinos pues no es conocimiento común entre los elfos ni su historia ni los motivos de su tragedia, que me conmueve e impresiona he de decir...

Tambien quisiera hacerles notar algo: no es casualidad que el imperio de Leindreran combata en linea recta hacia esta ciudad en la que ustedes han convocado a centenares si no miles de aventureros, viajeros y especialistas de muy distintas disciplinas. Asimismo ya que comenta hacer un viaje y un robo... Su estatus legal con los jueces ¿es de terrorista?

-Fasscinannteee- digo, como si estuviese arrullando la palabra. - si es que no se trata de alguna otra ilusión como la que acabamos de vivir. Pero, si los argénteos hace tiempo se extinguieron- añado, prestando nula atención a la muchacha. - ¿por qué, me pregunto, querriamos resucitar a un pueblo con tamaño poder? Y esa piedra, una vez en Argentea... ¿Es realmente capaz de conceder cualquier cosa?

Una vez Orfen coloca a Aloria en la silla, Lestar saca una poción de su mochila y se la da de beber.

Con una voz muy débil, la archimaga suelta unas palabras.

"Gracias..." - Dice antes de cerrar los ojos. Está inconsciente.

Orfen se limpia las manos de sangre con el paño de la mesa y os mira fijamente a la vez que exponéis vuestras dudas.

Mira a Aloria y da un suspiro.

"Si, entiendo que ahora vengan las dudas. No tengo problemas en explicaros todo." - Dice mientras se quita su máscara de color ocre y deja ver su cara.

"Estoy tan seguro de que sois los indicados que he visto necesario realizar la demostración. No os preocupéis, ya ha usado la piedra varias veces, tardará sobre unas dos semanas en recuperarse completamente, los efectos no son permanentes, siempre que se use para cosas pequeñas, como esta moneda de cobre que ahora es de oro."

Agarra la moneda y se la lanza a Vangh.

"Mírala, es de oro alto. Os la podéis quedar, no es ninguna ilusión ni va a volver a convertirse en una moneda de cobre. No conozco exactamente el proceso de transformación ya que no soy un experto en magia, pero si es verdad que usando el prisma argénteo se puede hacer de todo, incluso resucitar a los muertos. Solo se necesitan materiales que aumenten el poder mágico del portador de forma que pueda satisfacer el consumo del prisma, así se evitan los efectos nocivos como los que acabáis de ver."

Orfen pone las manos sobre la mesa y os habla en un tono muy serio.

"He elegido esta localización en concreto por la guerra entre Veran y Leidreran. Si los jueces apareciesen cerca de un conflicto armado del que ya se rumorea que están ayudando a una facción, todos se volverían contra ellos. Tened en cuenta que los jueces se crearon en un principio como una fuerza neutral, que no se posiciona a favor de nadie, solo se encarga del paso entre portales y los criminales que deambulan por los mundos. Si los vieran en una ciudad que va a ser proximamente asediada, perderían todo el apoyo. Sobre mi..."

Veis como gotas de sudor caen de su frente, se las quita con rápidez.

"...escucharéis muchas cosas. Algunas buenas, otras malas. Para los jueces soy un terrorista, siempre intento que mis trabajos salgan limpios sin que se tenga que eliminar a nadie, pero nunca se conoce completamente con quien trabajas. Hubo un robo que salió mal, en vez de huir, el equipo que formé hizo una carnicería. Por ello se me acusó de terrorista y soy buscado en casi todos los mundos. Acerca de lo que hago, podéis pensar lo que queráis acerca de que me dedique a robar a reyes... a mi me parece lo correcto, sinceramente." - Dice con una pequeña risa.

Mira a Aloria y deja de apoyar las manos en la mesa para estirarse.

"En cuanto a la historia de su gente, según me dijo ella eran una nación investigadora de la magia, muy envidiada por sus avances. Al parecer los artefactos mágicos que crearon causaron que otros mundos los invadiesen por querer hacerse con los objetos poderosos que fabricaron, siendo que cuando les arrebataron el libro de la luz, su mundo se fue al traste y no pudieron luchar de vuelta. He estado investigando un poco sobre ella, mis fuentes me han revelado que su raza es una bastante dispersa y rara; los Akari, una unión entre humanos y los elementos de la naturaleza. Sinceramente... me da un poco igual el pasado de su gente, lo que si sé es que puede cumplir nuestros deseos y que lo hará. No está en su naturaleza mentir."

Cojo la moneda y la miro de cerca, mientras le pregunto a Orfen

-Muy interesante todo... Bien, como llegariamos a ese mundo? Y tienes alguna informacion del reino ese? O por lo menos un curso de accion?

Tanto Vangh como Krieg miráis la moneda.

Su calidad es excelsa, como os ha dicho Orfen, es oro alto, el oro más valioso en la joyería. Su calidad es incluso mayor que las monedas de oro que se usan para comerciar.

Acerca de cómo se ha transformado, el cobre debe haber sufrido un cambio alquímico de efecto fuerte producido por la magia.

"¿Iremos directamente a buscar el libro?" Pregunto mirando a Orfen "Ademas, ¿sabes exactamente donde esta el libro?" Digo para después cruzarme mis brazos

- Supongo que sabes lo suficiente de mi como para deducir que realizaré mis averiguaciones antes de decidir ayudarte. ¿Tu modo de viaje es como en la ilusión, una varita estropeada? - pregunto un tanto desorientado. Sin duda que los convocantes del extraño encuentro eran dos talentosos indivíduos, y hacían una oferta tentadora para cualquiera. Pero todo esto era tan nuevo...

-¿Cómo funciona ese cristalito?- Digo clavando los ojos en Orfen -¿Lo puede utilizar cualquiera? Para ser sincero, me parece una baratija y esta misión me plantea más dudas que respuestas. -añado, cruzando los brazos y moviendo la cola perezosamente- Para empezar... si la simple transmutación de una moneda ha dejado inconsciente a la hechicera.. ¿Qué pasará cuando le pida que transforme una montaña en oro? Y ¿quién nos garantiza que una vez devueltos a la vida los argénteos no se opondrán a cumplir lo pactado?- hago una pausa mirando a todos los presentes. -Por que, si como sospecho, el cristal sólo puede usarlo su raza- señalo con un gesto de la cabeza a la muchacha- si le llegase a pasar algo nos quedaríamos sin recompensa alguna. Creo que nos hacen falta más garantías, Orfen.

Pese a la sorpresa de que todo fue una ilusión, me mantuve a la expectativa de todo. Escuchando todo lo discutido. No me inmuté en lo absoluto ante el estado de la chica, mientras observaba todo, si bien estudiaba magia. Las dudas que planteaban algunos eran buenos puntos.

- ¿Existirá siquiera alguna forma de que podamos seguir en contacto contigo? Estamos llevando a cabo una misión suicida, una indudablemente compleja, y si tu sabes como poder llevar a cabo muchas cosas, mínimo necesitaremos una constante comunicación. Y si tanto nos necesitas, no dudo que podrás proporcionarnos algo similar. - Dije sin más, mientas no dejaba de mantenerme de brazos cruzados desde que aquella ilusión había acabado.

-Chicos chicos. Solo veo caras arrugadas, dudas y brazos cruzados. Esta gente necesita de nuestra ayuda. Y si no es suficiente como razón de que mováis el culo están prometiéndonos aquello que pidamos. Aunque resulte que no sea así solo la probabilidad hace que merezca la pena intentarlo. Cuando existe la posibilidad de ganar mucho apostando poco se va con todo.

Al coger la moneda y casi sin creerme lo que veo la muerdo, saco mis herramientas de joyero y con una lupa miro la moneda de cerca. Doy unos toquecitos allí y otros allá. Una sonrisa maquiavélica se apodera de mi rostro y rápidamente me guardo la moneda.

“Querido Orfen, ¿Quien nos hubiera dicho que serías tan apuesto debajo de esa máscara? Tengo un problema nunca se decir que no a una cara bonita...” -digo manteniendo mi sonrisa en todo momento.

“¿Terrorista? No me importa, no seré yo quien te juzgue después de lo que han hecho estas manos. A veces los trabajos requieren ensuciarnos...Si...”- me acerco tanto a Orfen que hasta casi puedo oler su sudor, saco uno de mis anillos el de la amatista de tormenta.

“¿Reconoces esto? Todos tenemos pecados...Ahora bien ¿Qué saco yo de ayudarte? ¿Usarías el poder de la piedra para cumplir cada uno de nuestros deseos? Aunque fueran deseos inconfesables o ¿Incluso depravados? - mi respiración empieza a agitarse y la sola idea de cumplir mis deseos empieza a hacer mella en mi, trago saliva y miro a Norick...Deseoso de poseerlo cuando tenga el menor momento posible.

Orfen sigue explicando todas vuestras dudas, empezando por las de Xsii'tsz.

"Según me dijo Aloria, el funcionamiento es simple. Basta con canalizar tu poder en el cristal y mirar a algo con un pensamiento, es decir, con lo que quieres que ocurra. También me explico muchas cosas más que ni yo entendí, como dije no sé mucho de magia, pero en resumen sería eso, dar tu magia al cristal y mirar a tu objetivo con una intención. Para cuando le pidas que transforme una montaña en oro o en esmeraldas, tendrá el poder suficiente para hacerlo sin desfallecer. Acerca de si nos traicionan, Aloria es de las autoridades más allí y como os he dicho, no está en sus intenciones engañarnos. Si se diese el caso, yo mismo apuñalaré su corazón. El cristal puede usarlo todo el mundo, por eso la caja de ahí. Si alguien la abriese sin deshacer el conjuro... le pasaría algo terrible."

"Sobre las recompensas, no os voy a mandar sin equipo y sin gente, hay mas equipos ahi fuera esperando mis ordenes para apoyaros... mi plan por ahora es daros 1000 monedas de oro para que os equipéis correctamente. Aqui tengo 500, las otras 500 restantes os las enviaré a cualquier ciudad grande donde paréis antes de entrar al portal primigenio, es decir, si aceptáis y me decis por qué portal vais a pasar, puedo enviaros el dinero a cualquier ciudad importante de Leidreran, Khariz y Ostrevia, donde podáis comprar equipo de calidad. Desconozco que pasará en Tella'Soshar, pero tambien puedo enviar las monedas restantes allí. Además de quedaros el equipo, si todo saliese mal, tengo dinero de sobra para permitiros una vida de lujos y putas."

Orfen se mueve a un rincon de la sala y arrastra un pesado cofre que pone en la mesa con mucho esfuerzo. Lo abre y podéis observar una gran cantidad de monedas de oro.

"Esto es vuestro ya."

Girándose hacia Tánathil, Orfen no para de hablar.

"Si, esa varita la tengo en mi poder y funciona correctamente. El problema es que si la usáis para moveros no tardaréis en tener a los jueces pisando vuestros talones. Por ello voy a requerir que paséis a los mundos de portal en portal para evitar su intrusión. A parte de vuestra destreza, no os persiguen, eso ya es un gran beneficio para la misión. Os quiero comentar el plan entero cuando terminemos con las dudas y desconfianzas, esto es más complicado de lo que imagináis."

Girándose a Maeval, que sigue encapuchado, continúa con su explicación.

"Cuando el libro está abierto, genera una luz que asciende verticalmente y que se ve sin problema tanto de día como de noche. Como dije, el libro se encuentra en Korst, en el reino de Berio, en la capital de esa misma nación, Yzravil y está abierto. Ya tengo un equipo ahí que os ayudará a entrar."

Acto seguido, saca su mochila y rebusca un objeto que le enseña a Vel'Zatrax.

"Esto es un espejo de reflejo viajante. Está conectado con otro espejo que tengo yo. Si tocas el cristal, podrás comunicarte conmigo para hablar y vernos mutuamente. Lo dejo aquí y ya vosotros decidís quién lo lleva. Es muy frágil y raro, no lo rompáis."

Ante las palabras de Vangh, Orfen no sabe donde meterse. Veis que se pone tenso cuando el lagarto se acerca y le pregunta.

"No tenemos ningún problema con lo que más ansíes, un trato es un trato. Eso sí, preferiría no formar parte de los deseos..."