Partida Rol por web

Specullo no se extrañó al escuchar toda esa palabrería sobre adivinación y destinos fatales... en su camino desde Drych se había cruzado con más de un charlatán temeroso de los dioses. Pero sí se extrañó cuando Fausto llamó niño a Lestar... ¿acaso no conocía la longevidad de los gnomos? Con sus 92 años, él mismo podría ser más viejo que el anciano. Echó un ojo al gnomo rubio y le supuso no menos de 40 años. Se encogió de hombros.

- Si queréis - añadió Specullo tras asentir a Tánathil - podéis limpiaros un poco, creo que hay un cubo con agua ahí detrás - señaló - Si el ejército está haciendo controles a lo largo de este camino, nos conviene llamar lo mínimo posible la atención.

Sin esperar respuesta, y con un gesto amable como excusa, se dirigió al frente de la carroza y se sentó junto a Drotir. - Oye, eso de "drugi" ¿qué narices significa? - cuestionó curioso al enano. Nunca había estudiado su lengua y el no saber, era algo que gustaba de corregir.

- Gracias, si que debería hacer uso - me muevo a la parte trasera y humedeciendo un trapo trato de eliminar restos de sangre. Disponible para la conversación.

- No se si os han comentado nuestra situación pero acabamos de escaparnos del ejercito de Leidreran después de hacerle el favor de su vida a un imbécil de capitán - hago una pausa mientras froto - Supongo que de momento llevamos la delantera hacia la capital pero si vemos que nos adelanta algún mensajero del ejercito tendremos que estar atentos.

Mientras el elfo se lava las manos y va dejando el cubo lleno de agua con restos de sangre Fausto de incorpora cómo puede. Y con cuidado lleva el bol con los dientes hasta el agua y recoje un poco de esa agua llena de sangre.

Se lleva el bol hacia la boca y bebe de su contenido para acto seguido hacer gárgaras y volver a escupir en el bol. Al hacer esto los dientes empiezan a formar diferentes formas y Fausto comienza a hablar en trance con una voz mucho más profunda que la suya.

-La sangre del alado cae de los cielos,

la tormenta maldita llora rayos por doquier,

cuernos, garras, sangre y fuego.

Humanos y bestias masacrando...-

Fausto vuelve en si y pega un trago a su cantimplora.

-Veo que habéis pasado por mucho jóvenes...-

-A mí este señor me da muy mal rollo -susurro a los demás-. ¿De dónde le habéis sacado? ¿Es necesario que nos acompañe?

- Si, ha sido un mes algo dificil la verdad. Deberíamos presentarnos más apropiadamente si vamos a desarrollar este encargo juntos:

Soy Tánathil de Tella Soshar, he trabajado como diplomático. Manejo la espada corta y tengo alguna habilidad mental.

Drotir responde a la pregunta de Specullo.

"¡Ah, no te preocupes! Una pequeña manía mía... hay veces que no me salen las palabras y hablo en enano. Significa compañero."

Transcurren unos treinta minutos y la noche está al caer, por lo que la caravana se sale del camino y acampa cerca.

Los comerciantes y mercenarios ajenos se espacian ligeramente unos de otros y hacen sus respectivas fogatas alrededor de sus carros, vosotros también hacéis una y cenáis.

En medio de la cena Drotir lanza una pregunta a los tres nuevos comapñeros que se han subido al carro.

"Y bueno, aztarugi..." - Dice mirando a Tánathil. - "...¿Qué pasó? ¿Como se han torcido tanto las cosas? Orfen no nos ha contado mucho."

Sentado junto a la hoguera, Specullo devoraba su ración algo más carbonizada por las llamas de lo que él querría... la cocina no era lo suyo. A medio bocado, Drotir propuso un tema que interesaba mucho al gnomo, ¿qué les había pasado al grupo de aventureros para necesitar a un anciano flatulento, un gnomo y un semidemonio que hasta el momento daba la sensación de ser mudo?. Miró fijamente al elfo sin alejar sus enpeciñados dientes de la comida.

- Es difícil decirlo, una mezcla entre irresposabilidad, traición y falta de finura. Nos entretuvimos tratando de evitar que nos persiguiera un nigromante y eso derivó en que nos enzarzamos en una batalla contra darrals para agradecer a un poblado su ayuda... - hago una pausa, con el semblante grave.

- El ejercito estaba allí también pero parece que la buena educación y la convicción por el cumplimiento de la ley han decaido bastante en Leidreran. Espero que vuestro viaje haya sido menos accidentado... - digo invitando a la conversación posando la mirada en cada uno de nuestros tres nuevos compañeros.

Levanto la cantimplora para beber un poco y sigo cenando.

Como en silencio,  meditabundo, asintiendo las palabras del elfo con la mirada perdida, recordando los hechos.

A mitad de bocado, Specullo se detuvo en seco, congelado. Dejó el pedazo de comida sobre el plato de metal que tenía a sus pies y preguntó tratando de suavizar su tono:

- Ese nigromante, ¿le llegasteis a ver? ¿qué aspecto tenía?

-Era un gnoll muy capullo.

Fausto intentaba comer algo pero todo estaba demasiado duro y correoso para sus viejos dientes, además la conversación no ayudaba en absoluto para pasar los pocos cachos de carne que conseguía tragar.

-Al menos seguís con vida. Los jóvenes de hoy en día solo os fijáis en lo mal que esta todo y en los muertos.- dijo mientras bebía de su petaca manchando su barba y su túnica.

-La madre noche os mantiene vivos y las estrellas están encima de vosotros...Dad gracias por eso. Aah...Hoy será una noche fría...Lo siento en mis huesos- Espero un par de segundos hasta sacar otro cigarrillo y encenderlo llenando el aire de espeso y pegajoso humo.

Ante la respuesta de Lestar, la expresión de Specullo se relajó.

- ¿Un gnoll? esas bestias son enormes. Me alegro de que escaparais de una pieza, brindo por ello. - anunció proponiendo un brindis con su tazón mientras trataba de quitarle hierro a las palabras de Fausto. Recogió el plato del suelo y retomó su lucha contra el recio bocado.

Había dormitado la mayor parte del camino, o al menos lo había intentado ante el parloteo incesante del resto de ocupantes. Ante la mención del nigromante levanto la cabeza ligeramente para decir: No os olvidéis de aquella 'japuta con la alabarda y el lobo... Lástima nobhaber estado consciente para verla morir 

"Por lo menos agradece estar vivo Gaet'za" Digo serio mientras como un poco, para luego levantarme "Deberíamos hacer guardia, solo por si acaso" cierro los ojos, después de un suspiro continuo "Yo montare la primera, ustedes deben descansar" digo lo ultimo viendo a Lestar, Tánathil y Xsii'tsz

- Me parece bien, gracias - respondió Specullo tratando de ocultar su sorpresa, la verdad es que empezaba a creer seriamente que el tiefling era mudo - despiértame en dos horas y haré el próximo turno - concluyó el gnomo mientras tanteaba su mochila en busca de su saco.

- Por cierto, ¿alguno podría explicarnos con más detalle la misión? - cuestionó mirando hacia donde se sentaban sus tres nuevos camaradas - Es decir, sabemos qué hay que encontrar y dónde está, pero ¿cuál es el plan? - puntualizó - ¿Sabemos que resistencia encontraremos? o sin pensar a tan largo plazo, ¿cómo llegaremos y volveremos sin usar las grietas? No sé vosotros, pero a mí esta vieja carroza se me antoja un poco... - hizo una pausa mientras se giró hacia la vieja caravana - ...bueno, ya sabéis, es un carro - concluyó con sorna.

El gnomo finalmente halló su saco y lo extendió, se tumbó y esperó respuesta.

- En Korst nos debería encontrar alguien para ponernos al corriente de la situación aunque Orphen dijo al principio que no tiene comunicación con sus equipos allí desde hace algún tiempo. - digo tratando de aclarar a Specullo.

- ¿Sabes crear una grieta?, me figuraba que nuestra ruta habitual sería atravesando los portales de los mundos... - pregunto con curiosidad.

El enano mira con extrañeza a Tánathil.

"¿Sin comunicación con sus equipos? Eso no suena como Orfen. Solo hay una forma de comprobarlo..."

Drotir saca un espejo de reflejo viajante y toca el cristal.

Al cabo de unos segundos la inagen de Orfen aparece.

"¡Buenas noches alazdugi! Hemos conseguido reunirnos todos." - Dice mientras gira el espejo y osvapunt con él, mostrando al resto del grupo. - "Ehmm... tenemos unas cuantas dudas sobre lo de Korst. ¿Puedes repasar el plan para que nos enteremos los demás?"

"Sí, no vendría mal repasar el plan." - Dice Orfen dando un gran bostezo. - "He obtenido información sobre lo que ocurre en Korst, así que escuchad. El grupo que tengo allí me ha informado de una gran cantidad de inmigrantes de otros mundos que huyen de la guerra, al parecer todo se está yendo a la mierda en general. También me informán de que los monstruos están más famélicos y agresivos, ningún camino fuera de las ciudades es seguro."

"Una vez crucéis el portal, apareceréis en lo que allí se llama la puerta este de Korst. Yzravil, que es a donde tenéis que ir, está a unas horas de camino. Una vez dentro de la ciudad tenéis que buscar una posada llamada La sierpe verde. Allí os encontraréis con un maestro artificiero y unos contactos mios, ellos os explicarán el plan con más exactitud."

El humano coge aire.

"¿Dudas?"