Partida Rol por web

Susurro para Rilwen y Tolman mientras sonrío alucinada. 

¡Madre mía qué es todo esto!

Y les guiño un ojo a la vez que grito a Glain.  

Creo que esos dos no deberían de enterarse de nada. Deberíamos llevarnos el cofre cerrado de aquí sin que vean lo que hay adentro y marcharnos a algún lugar más seguro que esta extraña cueva de trolls. Hay que tomar una decisión rápidamente y sin que los idiotas se enteren de nada. 

Y espero la llegada del enano mientras miro para asegurarme de que no trae a los dos mequetrefes con él. 

Tal como esperaba que sucediera y sin poder evitarlo, sucede...tan pronto abro la tapa del baúl, quedo completamente abrumado de la abundancia y diversidad de cosas en su ínterior, lo primero que veo son diferentes tipos de monedas y automáticamente pienso «si fuera enano con ojos de caja registradora, como Glaín -y suelto una pequeña risa- no buscaría nada más», pero no me demoro allí más que unos pocos segundos, porque a su lado encuentro otros tres objetos que capturan toda mi atención y que ni corto ni perezoso agarro y sin perder un instante las pongo a buen recaudo para analizarlas detenidamente en un momento de tranquilidad: 

• Un bolso de piel teñido de azul con 17 piedras para honda.
• Un bolso de piel marrón con 16 piedras para honda
• Una elegante maleta de piel negra con un juego de ganzúas.

Tan pronto, los he puesto a buen recaudo, vuelvo a mirar al cofre y, si no la han cogido, agarro la bolsita de terciopelo azul llena de un fino polvo azulado y me dirijo afuera de la cueva donde se encuentra Gallind, pensando «esto seguro le interesará a Gallind» y además debo vigilar a esos malandrines, no vaya a ser que ese cofre tan maravilloso cope toda nuestra atención y ellos aprovechen para huir o peor aún los verdaderos dueños de todo esto se nos aparezcan de improviso y nos cojan vulnerables».

Agarro a Tolman por el cuello de la camisa según intenta salir de la cueva. Y susurro.

No, no. Espera a que venga Glain. No quiero que nuestros prisioneros se enteren de qué hay ahí adentro. Al parecer es verdad que no lo sabían. No creo necesario que lo sepan ahora. 

No sé si podremos vaciar el cofre y disimular todo lo que había en su interior. (Francamente me parece complicado pese a que Tolman utilice la expresión "poner a buen recaudo" como comodín para meter una vaca en el zurrón) En realidad tampoco hay objetos muy grandes, pero las monedas abultarán un poquito supongo. 

En todo caso no dejo a mi hermano salir de allí con todo colgando como si fuese un árbol de navidad. 

Miro las hojas del enano ojiplatica.

Por Iluvatar Glain ...exclamo y las cojo con una delicadeza especial ... Esto son Hojas de Reina Dorada ... Una de estas hojas puede resucitar a alguien que ha fallecido. Menudo hallazgo habéis hecho. Está claro que esto no es la guarida de un troll.

¿Os falta mucho Glain? Deberíamos de volver a Bree e informar a las autoridades locales.

Doy muestras de cierta impaciencia. Estoy cansada y me vendría bien un baño caliente y una cama mullida.

¡¡Bueeeno, bueeeno, no te preocupes hermanita, -digo mientras le entrego la bolsita de terciopelo con el polvo que le iba a dar a Gallind- no tienes que ponerte así, mira no hay ningunas bolsitas, ni maletas!! -digo mientras le señalo mi mochila, donde realmente no se aprecia nada raro a simple vista-...caray, siempre me sorprenden tus reacciones, cada vez te pareces más a la abuela Abigail -termino mientras me suelto una risita.

Si quieres me quedo contigo, aunque preferiría no hacerlo a menos que fuera total y completamente necesario, me preocupa dejar solo a Gallind mientras Glaín entra, me parece que debo salir aparentando que no ocurre nada raro, aunque luego de ese grito que le pegaste a Glaín diciendo algunas cosas en voz alta, pueees...

Mientras Lily se apresura en detener a su hermano en su salida, Rilwen se incorpora tras examinar por encima el contenido del cofre.

Sí,  Tolman. Es mejor que esos dos no sepan lo que contiene el cofre. Seamos discretos pero tampoco nos volvamos locos, estan atados, custodiados y asustados ahí afuera.

En voz algo mas baja, las palabras de Rilwen suenan aliviadas como si la semielfa esperara que el cofre contuviera otra cosa: Hay una pequeña fortuna aquí y no sabemos a quien pertenece, está claro que a los trolls no. Alguien ha salido de esta vivienda o ha sido echado a la fuerza, alguien que guarda hojas doradas, espadas elficas y hachas enanas. Quizá alguien inocente que no merece que unos trolls entren a dormir en su casa y luego entren los cazadores de trolls a expoliarles la casa. Rilwen dirige su mirada a las caras de Tolman y Lily esperando sus protestas. Los hobbits se han quedado un instante en silencio. Rilwen aprovecha ese instante para añadir con una sonrisa: ¡O quizá no!  Y estas cosas sean nuestro justo premio por tan dificil misión. En cualquier caso no podemos dejarlo aquí. Repartido en nuestras seis mochilas no sería necesario llevar el cofre.

Una vez lleguemos a Bree y limpiemos el nombre de Tolman ya hablaremos de esto de nuevo si os parece.

Me gustaría descubrir a quien pertenecen o pertenecían estas cosas pero mientras tanto hagamos un reparto y usemoslas si es necesario. Quizá nunca descubramos nada, quiero investigarlo un tiempo prudencial tal vez el pergamino diga algo.

Rilwen se agacha al cofre y, en silencio, pasa el dedo por encima de las runas elficas de la espada tratando de leerlas. Toma el pergamino y suelta la cinta azul para leer su contenido.

Estoy contigo amiga Rilwen, no podemos quedarnos demasiado tiempo aquí, ni dejar todo esto aquí, so pena de que los dueños o quienes habitan esta cueva o algún otro ocioso vuelvan. Me apunto a esa investigación Rilwen también me gustaría resolver este misterio cuando podamos salir de este enredo en que estamos, si todo esto resulta ser de alguien inocente con todo gusto devolveré todo sin gusto y hasta ayudaré, si no como dices será nuestro justo premio...así que apúrense chicos repartamos todo en la mochila y pártanos presurosos a Bree a  terminar con todo esto -y dirigiéndome a Lily- y tu Lily deja de quejarte y renegar que Rilwen tiene razón y antes ayúdanos.

Sorprendido tras escuchar a Tatharina. - Increíble. - Se queda boquiabierto. - Y yo que pensaba que eran un adorno muy bonito. Menudo hallazgo habéis hecho. - Le dice a Glain guiñándole un ojo, aún desde la distancia. - Me alegra contar con la sabiduría de Tatharina en estos momentos. Ha demostrado ser una muchacha muy habilidosa. - Se rasca el mentón con gesto de aprobación. - Está muy clara la razón de porque Lily te ha escogido para la misión. Aún sigo sorprendido por tus saberes. - Y luego, de una breve pausa de admiración, Gallind es sorprendido nuevamente por un pensamiento. - ¿Este lugar, salvo esos malandrines, nadie lo conoce, verdad?¿Se podría regresar luego?¿No? - Dice algo balbuceante, como si no estuviera todavía del todo convencido. - Estoy con Tatharina al decir que todos nos merecemos un descanso. - Se vuelve a aproximar a la puerta de la cueva. - Glain, como van con ese cofre. ¿Ya lo tienen casi listo?¿Queda algo más que tengan que investigar?

Miro a Tolman y refunfuño otro poco.

-Eso hago desde el inicio hermanito. Ayudarte. Tu imprudente curiosidad nos ha metido ya en bastantes líos. Y ahora pareciese que quieras volver a Bree arrojando monedas de oro a tu paso y cubierto de collares.

-En fin, si Glain no viene pues disimulemos todo esto lo mejor posible en nuestras bolsas y marchémonos de aquí. Pero insisto. Delante de esos malandrines ni una palabra. Aquí solo había cachibaches inservibles-. 

-Ale. Arreando. Ya llevamos demasiado tiempo aquí adentro tentando a la suerte-.

Y me pongo a guardar y disimular nuestro tesoro de la mejor forma posible. 

Sonrió al sentirme alagada.

Gracias Gallind por tus palabras. Me llegan al corazón. También me alegro que estemos de acuerdo en regresar , descansar y tomar algo caliente. Mientras tanto ...

Saco algo de mis raciones y agua y la ofrezco al enano y al elfo, improvisando un almuerzo y compartir una charla distendida con mis amigos.

Me alegro que todo haya salido bien ...pero me da que aquí hay gato encerrado.

Gláin se encuentra en apoyado a un lateral de la cueva. Se siente algo desnudo ahora que la corona dorada ha desaparecido de su melena pero, a su vez, se siente agradecido de contar con los conocimientos de su amiga. No se como no se me había ocurrido venir corriendo a enseñarle estas hojas. Si alguien podía saber que eran era ella... A ver si va a ser cierto que necesito descansar. 

De repente, el enano sale de su ensimismamiento al ver aparecer un trozo de pan delante de sus ojos. Seguido de un largo brazo y una cálida sonrisa blanca. Gracias amiga, ahora que lo pienso llevo horas sin comer nada. -*GRrrr* hacen las tripas del enano-. 

Los tres empiezan a compartir este almuerzo improvisado al mismo tiempo que explican alguna historia de juventud a Gallind. Casi sin tiempo para saborear el último bocado, los gritos de Lily empiezan a resonar dentro de la cueva. *Gláin, Gláin. ¡Corre! Hemos abierto el cofre* Instintivamente entra corriendo en la cueva a ver el contenido misterioso del baúl, algo tan valioso que se habían tomado la molestia de proteger con una trampa mortal. Entonces, un último pensamiento recorre su mente: Con lo bueno que estaba el pan... Seguro que ahora me sienta mal con la peste que hay aquí dentro... :(

Gláin entra en la cueva y se dirige al almacén, dónde están sus tres compañeros recogiendo y guardando una gran cantidad de cosas en sus mochilas. La vista se le va rápidamente a la cantidad de monedas que hay esparcidas en el fondo del baúl, haciendo que un fuego apareciera en sus pupilas. También se pone a recoger y guardar las cosas que ve interesantes. Al cabo de un rato, cargados y contentos por el saqueo haber encontrado todas estas cosas maravillosas, salís afuera para respirar el aire fresco de la mañana. A unos pasos, Tatharina y Gallind han terminado de tomarse un refrigerio. Los dos cautivos están quietos, apoyadas las espaldas en un árbol. Alrededor, con el sol ya alto, veis por doquier animales de todo tipo: pájaros, roedores, insectos y demás fauna. Hace una mañana espléndida.

Le comentáis a Tatharina y a Gallind que entren y recojan lo que vosotros ya no habéis podido cargar. Estos, hacen lo comentado y cargan las mochilas con los objetos que habíais dejado. Con los seis amigos totalmente preparados, agarráis a los dos bellacos y comenzáis el viaje de vuelta a Bree. El cansancio ya empieza a haceros mella y deseáis llegar lo antes posible para deshacer este entuerto y poder descansar. Aparte de mirar muy detenidamente las cosas que habéis encontrado. El camino de regreso es más alegre que cuando salisteis la anoche anterior como sombras, huyendo en la noche. Habéis luchado nada más y nada menos que con dos trolls y habéis vencido. ¡Menuda historia para contar! Las gentes de Bree estarán en deuda con todos vosotros. Con la confesión de estos dos, también podréis limpiar el buen nombre de Tolman Pulgarverde.

Al fijarte en la preciosa hoja élfica, logras leer las runas escritas por tu pueblo. La espada se llama Gurcrist, Hiendemuertos en oestrón. Por la mirada que le echa Gláin a la funda de la espada, te fijas mejor en los trazos de plata que pensabas que era plata y te das cuenta de que se trata de mithril.

El pergamino pone lo siguiente: "¡Que se hieran los descarnados! ¡Malditos sean los no-muertos! Una flecha de aire para dispersar al fantasma. Una lanza de la noche para hacer lo que pueda. ¡Encoge al espectro, bendice el túmulo!".

Parece un pergamino mágico, pero hasta que no se estudie detenidamente no sabrás lo que hace. Tú no sabes mucho de magia, pero conoces a alguien que sí está versado en las artes mágicas. Bueno, a dos personas: Gallind y Tatharina. Como mucho, puede que si te concentraras lo suficiente, pudieras sentir si algún objeto está imbuido con magia.

Esto es lo que os lleváis del agujero troll:

• Una capa de fina lana verde, entallada para alguien entre los 165 cm y los 180 cm.
• Una capa de lana azul, adornada con piel de marta, y entallada para alguien entre los 160 cm y los 175 cm.
• Tres pares de botas de cuero para montar a caballo.
• Un par de zapatillas de mujer de ante blanco, ornamentadas con bordados azules.
• Un vestido de seda de color broncíneo.
• Unos pantalones de pana gris.
• Una armadura de cuero para enanos.
• Una camisa de lino, con volantes en cuello y puños.
• Un gorro de fieltro, con una pluma de faisán.
• Una manteleta de seda de color zafiro.
• Una camisola de cota de malla para un hombre delgado.
• Un rollo de pergamino atado con una cinta de seda azul. (Rilwen)
• Un círculo partido de hierro, con una cadena de finos eslabones de acero que permite llevarlo como medallón.
• Una máscara de madera pintada de chillones rojos, azules, verdes y amarillos.
• Una bolsita de terciopelo azul llena de un fino polvo azulado. (Tolman)
• Una pequeña caja de bronce que contiene un polvo grisáceo.
• Un bolso de piel teñido de azul con 17 piedras para honda. (Tolman)
• Un bolso de piel marrón con 16 piedras para honda. (Tolman)
• Una elegante maleta de piel negra con un juego de ganzúas. (Tolman)
• Una espada con runas élficas en la hoja. La empuñadura está envuelta en cordel de seda negro y lleva un ópalo del tamaño de una nuez. La funda es de cuero endurecido y está adornada con trazos de plata. (Rilwen)
• Un hacha de guerra enana con empuñadura de madera de dir negra, tallada con estilizadas caras de enfado.
• 97 monedas de oro, todas con la antigua insignia de la casa de la moneda de Arnor: siete estrellas.
• 19 monedas de plata, también de Arnor, con tres torres.
• 23 monedas de plata, con la insignia de la casa de la moneda de Gondor: un árbol.
• 81 monedas de bronce, también de Gondor, mostrando un barco.
• Una caja de palisandro que contiene dos hojas doradas, conocidas en oestrón como Hojas de Reina Doradas. (Tatharina)
• Un cuerno de caza atado con cuero blanco y clavos de bronce. (Rilwen)
• Un arco largo. (Rilwen)
• Un cinto de piel azul. (Rilwen)
• Un cuchillo pequeño, del tamaño de un abrecartas, con la hoja muy afilada. La empuñadura está adornada con una flor de blancos pétalos esmaltada. (Gláin)

Esto es todo lo que parece de valor, así que dejáis allí la comida y los utensilios de cocina. 

Lógicamente, tú eres el único con la sabiduría necesaria para averiguar qué objetos son mágicos y qué hacen. O más bien, eres el único que tiene el sortilegio de Análisis de objetos.

Después de las heladas piedras del agujero de los trolls y la fría sombra del Bosque de Chet, los pastos abiertos de las tierras de Bree os parecen calientes. El calor del Sol de verano ha creado una ligera neblina en el aire, difuminando las formas de los campos y los prados que se alejan a la distancia. Incluso el enorme seto que rodea Bree tiene un benigno y difuso aspecto, como surgido de las acuarelas de Lily.

El Camino Verde, flanqueado por árboles frutales, corre hacia el sur a través de las granjas. Las piedras planas que lo pavimentan están agrietadas pero libres de los musgos, helechos y hierbajos que surgen a lo largo de sus poco frecuentadas millas. El tráfico entre Bree, Entibo, Archet, Combe y los caseríos circundantes, mantiene este trozo de camino libre de vegetación.

Según vais avanzando, algún transeúnte, granjero o ganadero, se os va acercando y os van acompañando, preguntándoos por lo sucedido. Algunos han visto ya a los trolls convertidos en piedra y han llevado las buenas nuevas a Bree. Poco a poco vuestro grupo se va volviendo más numeroso.

Al acercaros a la Puerta del Oeste de Bree, veis una multitud, tanto gente grande como gente pequeña, allí reunidos. Odo Sototúmulo, con sus pantalones remendados, está junto a su mujer Cicely y sus dos hermosas hijas de rizos color castaño. Polo y Nandina Jamoncillo, con sus cuatro hijos de mofletes de manzana, también están allí. Los Tunelancho, los Colinadebarro, los Piedradecabara, los Pipadecaña, los Yarrow y los Eppleworth también están presentes. Y todos saludan, saltan, ríen y ondean sus pañuelos. Incluso el sombrío Boffo Hollowhall tiene una sonrisa en el rostro.

A la cabeza de la multitud, hinchado de orgullo, está Holfast Bunce.

-"¡Hip, hip, hurra!" Grita. "¡Por los matadores de trolls, los campeones de los pastores, los defensores de Bree! ¡Hurra! ¡Hurra!"

Entonces la multitud se hecha hacia delante, gritando vuestros nombres.

-"¡Gláin el guerrero! ¡Tatharina la sabia! ¡Lily la dulce! ¡Hurra! ¡Tolman el listo! ¡Elfos valientes! ¡Hurra!"

Os rodean, llevándoos a través de la Puerta del Oeste. Wesley Privet, el segundo alguacil, se hace cargo de Nat y de Gil, mientras que Erling Sotorisco y Hending Tunelancho suben a Tolman a sus hombros. Agasajándoos durante todo el camino hacia la posada, lo habitantes de Bree se detienen en la puerta de 'El Poni Pisador'.

-"¡Maese Mantecona, los héroes están aquí! Traed vuestra mejor cerveza, vuestras setas más selectas, vuestro guiso más sabroso." Grita Polo Jamoncillo. "¡Un festín para estos valientes! ¡Eh, maese Mantecona!"

En cuanto entráis en la sala, Cebadilla viene cargado con un puñado de jarras en una mano y una bndeja de lonchas de queso en la otra.

-"¿Qué es lo que han hecho? Medio minuto, señor Jamoncillo, si no le importa."

El atareado posadero desaparece dentro de la cocina, para aparecer momentos después, retomando el hilo de la conversación. Al enterarse de todo, exclama:

-"¡Han matado a unos trolls, benditos sean! ¡Se merecen más que una buena cena por eso, pero pueden estar tranquilos que 'El Poni' les dará lo mejor! Vengan por aquí, vengan por aquí." Insiste Mantecona mientras os acomoda en un espacioso comedor trasero.

Seis mesas redondas con manteles de lino blanco y cubiertos para doce personas dan clara muestra del festín que se avecina. Los Bunce, Polo Jamoncillo y Odo Sototúmulo se sientan con vosotros, ansiosos por escuchar el relato de vuestras aventuras. Cebadilla y el hobbit Nob empiezan a servir el festín a los presentes. ¿Vais a relatarles lo sucedido?

Vaya ...parece que el descanso va a tener que esperar ...aunque no me importa si es para celebrar nuestra victoria.

Los vítores y adulaciones sacan los colores a Tatharina ...se notan sus mejillas sonrojarse en su piel clara.

Bueno Glain. Vamos a ver cuántas comidas pueden llegar a tener los hobbits. Y como es de buena la cerveza de Bree.

Tatharina medita ...hace unas horas estabamos a punto de ser comida de troll y ahora somos unos héroes locales ....que cosas.

Mañana decidiremos que hacer con los objetivos recuperados ...tal vez sus dueños las echen de menos ...o tal vez hallan objetos que se han perdido en la memoria del tiempo...quién sabe.

Pese a todo la mente de Tatharina vuela un momento entre los vítores y la comida ...Hay todavía algún cabo suelto en este asunto ...esta claro que esos dos zopencos no actuaban solos ...tal vez Bree no esté a salvo todavía.

Alzo una jarra y la chocó con las de mis amigos.

Por nosotros y nuestra amistad!!!! Que nuevas nos traerán !!!!!

Al fin tranquilos y sentados a la mesa disfrutando de los manjares que ofrece Cebadilla.-Todo ha salido bien, estamos todos vivos y con Tolman libre. Los misterios pendientes para cuando estemos solos.

La alegria de Rilwen se manifiesta en su cara y se dispone a disfrutar de la celebración, atrapa un trozo de queso de una bandeja que tiene delante. Está sentada entre Gallind y Tolman. Espera que alguno de sus compañeros empiece a narrar la aventura del grupo (con las exageraciones oportunas que requiere estar en una taberna) mientras ella disfruta escuchando y bebiendo.

Gallind el bardo, a lo mejor la aventura merece ser contada con una canción.

Mira a Gallind con una sonrisa y muerde un trozo de queso mientras con la otra mano levanta la jarra respondiendo al brindis de Tatharina.