Partida Rol por web

Un trueno hace que el cielo parezca quebrarse y una leve fuente de luz brilla dentro de la tormenta, como un pequeño y maligno sol violeta que os deja sumidos en un penumbra casi inexistente.

No esta segura de cuento tiempo ha pasado, o la verdad, que es lo que ha ocurrido realmente. Todo su cuerpo duele cómo si hubieran arrancado una parte de ella. Había estado segura que iba a morir, tan segura...

Pero no lo estaba, ¿O si? ¿Se sentia dolor después de la muerte? No podía estar segura. Su mente intentaba aclararase. Recordaba haber visto al guardian junto a ella. ¿Era él quien la había rescatado? Y luego, aquel grito de muerte tan parecido al suyo, pero que provenia de Casey, en algún lugar lejos. ¿Lo había escuchado en su mente, o más bien lo había sentido? Como fuera, había sido suficiente ara sacarla por un instante de aquel estado entre la vida y la muerte, y antes que un pensamiento coherente cruzará su cabeza, comenzó a gritar.

-¡MAX, CASEY ESTÁ...!- No pudo continuar, pues en ese momento la oscuridad cayó sobre ellos y otro lamento, esta vez de una mujer, invadió su mente. ¿Que estaba pasando? -¿Max?- Preguntó esa vez en un susurro, intentando ponerse de pie.

Estás sola en la enfermería. Recuerdas vagamente que Max te recogió del suelo y te llevó en brazos.
Sigues empapada. Tu cuerpo se enfría. El ambiente fuera no es nada esperanzador, cuando la tenue luz violeta brilla entre la tormenta.
La lluvia no cesa y los truenos y relámpagos no dan ni un respiro.
El lamento se desvanece como un sueño al amanecer.

Se abrazó a si misma en un intento vano de darse calor, sintiendo la ropa pegarse incómodamente a su cuerpo. Aquella oscuridad abnormal la tenía aturdida y nerviosa, pero no tenía tiempo para quedarse inmóvil en aquel lugar. Casey necesita ayuda, y Teela, y la mujer que había escuchado gritar... ¿Habría sido el grito de Selene? Oh no.

-Valerius...- Podía intentar llegar al comedor a través del almacén y cruzar a la cocina. También podía intentar llegar a la biblioteca desde allí.

No sabía cuál era la mejor idea. Si Max estuviera allí... Tenía que ir a la torre del mago. Allí quizás hallaría a Marcus o a Annabelle. Se decidió entonces, iria por el interior, a través de la cocina. Quizás encontrara a Val en el camino. No quería estar sola...

May se tambalea. Aún así consigue hacer que sus pies cansados avancen, aunque sea arrastrándolos. Abre la primera puerta que le obstaculiza el paso y entra en el almacén. Le parece oír unos ruidos y se dirige hacia la siguiente puerta más cercana.
Cuando la atraviesa se encuentra con Valerius y Selene. Selene está tumbada en el suelo, con los ojos muy abiertos y llenos de pánico.
Retuerce su boca y trata de hablar. Sufre varios espasmos.
- Le siento, él está aquí.
Son las únicas palabras que logra susurrar antes de sucumbir a un dolor atroz que le hace agarrarse la cabeza mientras grita.

Para alguien que corría como el viento, moverse tan despacio le resultaba una tortura, pero era su propio cuerpo el que no quería reaccionar. Aun así avanzaba, y un jadeo de alivio escapó de sus labios al ver a Valerius. También estaba la mujer, Selene. Ella era quien ha gritado.

-Lo he visto. Es un ser sin ojos, de piel gris y con un extraño símbolo en el cuello.- Se dejó caer de rodillas un momento. Estaba muy cansada. - Creo que ha encontrado a Teela y a Casey. Necesitamos ayuda, necesitamos encontrar a Marcus.-

Profesora espere aqui, ire a buscar a los demas mi voz es segura tal vez por el odio que siento o tal vez para evitar llorar pero salgo direccion a los dormitorios 

La mujer te mira, y más que ver intuyes sus ojos llenos de lágrimas.

-Yo soy la maestra, debería ser yo quién busca ayuda mientras tu velas el cuerpo de Teela.

Ya jugados por jugados, Valerius se la juega a mantener el papel donde se encuentra a toda costa, sin saber si está bien, o mal lo que hace, sabe que desistir a la mitad de algo es peor que no jugársela.
Por ello, apoya la mano en el hombro de Selene, para transmitirle calma y seguridad, y deseando secretamente de que alguien estuviera allí para transmitírsela a él. Tras manifestar internamente ese deseo, aparece May, aunque no está allí para consolarlo, si no para transmitirle las pésimas nuevas. Arrodillado como estaba, para intentar animar a Selene, La mirada del aprendiz se convierte en acero, con la certeza de que están jugados hasta la última carta en esta mano.
La información, por valida que le decía la otra aprendiza, no le decía demasiado, mientras corría hacia ella e impedía que cayera al suelo, sujetando a su chica por la cintura. Le acaricio la cabeza, olvidada la presencia de la otra maga allí, e intento transmitirle confianza.
Dibújame ese símbolo en el suelo, con el polvo, May, por favor. Luego, su cabeza empezó a funcionar de forma muy rápida. Necesitaba el nombre de esa criatura, necesitaba saber sus debilidades. Necesitaba enfrentarse a ella en igualdad de condiciones.
¿Pero cómo? El era un aprendiz de mago. O ni siquiera eso, era un raterillo de las calles. Y lo que había recordado hacia segundos, volvió a el. Si estabas en el baile y bailabas mal, lo mejor era terminar la pieza que abandonar el baile a la primera.
Mientras esperaba que la medioelfa dibujara en el suelo el símbolo de la criatura sin ojos, se acerco a la otra, y la obligo a mirarlo a los ojos.
Dime su nombre. le ordeno, a Selene.

Profesora puedo moverme entre la oscuridad, ademas digo tocando la neblina que nos rodea Yo provoque la niebla y aunque no pueda controlarla puedo usarla a mi favor digo con un tono firme y moviendo el ambiente me sera facil regresar con todos 

May se abrazó a Valerius apenas sintió su cercanía, apoyando su rostro a su pecho. Estaba helada, la ropa empapada por la lluvia se pegaba a su figura, pero el temblor de su cuerpo no era sólo por el frío. Ahora que no estaba sola, el miedo por lo ocurrido, lo cerca que había estado de morir, tomaba fuerza. Con algo de reticencia, se separó de Val lo suficiente para poder comenzar a marcar sobre el suelo lo que podía recordar.

-Era como... como un collar. Tenía un circulo grande cerca del cuello, y el símbolo de una especie de mano de hueso, como una pata de tres dedos, pero no parecía de ave...- No sabía como explicarlo bien, y torpemente los dedos realizaron la imagen. -Lo vi un segundo. Después desapareció, y ya no podía respirar. Me... me estaba ahogando...- De sus ojos se deslizaron lágrimas que sentía cálidas en sus mejillas. -Me desmayé... y creo... creo que Max me llevó a la enfermería. Debería haber muerto. Creía que había muerto...-

Val observa el símbolo intentando recordar cualquier cosa que le llamara la atención o le fuera de ayuda al respecto, pero aun así, ha diseñado un plan de acción. Dicen que la mente del mago es su privilegio y su maldición, y el ha pensado en que hacer, aun con la mínima cantidad de información que puede conseguir. No sabía dónde estaba Casey, no sabía dónde estaba Teela, ni tampoco donde estaba Eva. Afortunadamente, sabia donde estaba May, que era quien más le importaba.
Aun si Selene no le daba información, creía saber qué hacer, cuando te tocaba una mano mala de cartas, jugabas con esa mano hasta el final. Estaba en las cocinas, y sabia de algo que asustaba a toda clase de criaturas, fueran estos brujos, amas de llave o magos.

- May … yo atraeré a la criatura hacia aquí… tu, debes llevar a Selene adonde se encuentra Marcus. Yo… dijo, muy serio, juntando valor. Te dare todo el tiempo que pueda…

Dime por favor si se algo en base a lo que me mostro May cuando estuve leyendo en la biblioteca, o en general.

- Está bien. Esperaré aquí y protegeré este lugar. Ten mucho cuidado.

Descuide no perdonare a nadie que quiera dañarlos mi voz denota una ira inconmensurada pero solo se escucha como una tono frio no tardare me muevo a fuera de la biblioteca y de memoria me muevo a los dormitorios esperando que alguien este ahi 

La semielfa levantó la mirada, los ojos muy abiertos. Aterrada.

-No...- Murmuró, poniendo sus manos en las mejillas de Valerius para que la mirara a los ojos. -Ni se te ocurra. Sea lo que sea eso, no puedes enfrentarlo solo.- Se mordió los labios. No quería que Val se lo tomara como una ofensa, pero lo cierto era que ambos eran aprendices, y lo que fuera esa criatura había convertido el día en noche. Y ella no quería perderlo...

-Vamos juntos a buscar al mago. Aún... me siento un poco débil, pero entre los dos podemos llevar a Selene. Yo cubro tu espalda, y tú cubre la mía.- Pidió.

Valerius sonrio, y acaricio el rostro de May, tiernamente. Ambos sabian que el plan de ella no tenia sentido, por lindo que fuera.
- Descuida, no me ocurrirá nada. dijo con una seguridad que no sentía. Tengo un plan, despreocúpate. Tu solo tienes que llevar a Selene con Marcus y todo irá bien. Yo iré apenas pueda. Si vamos los dos, nos perseguirá, y necesitamos una diversión. Y yo se como darle una. Ademas…¡la Fortuna sonríe a los que se atreven!
Y le dio un suave beso en los labios, al tiempo que apretaba su talle.
- Ahora ve, todos tenemos una misión que cumplir.

Me estrujo el cerebro pensando que se de tal criatura, por un lado, por otro intento recordar si había algo allí que podía haber ahuyentado a la criatura.
En fin, el plan de Valerius es bastante simple. Apenas May y selene se vayan, golpeando cacerolas atraerá a la criatura con el ruido.
Previamente habrá dejado en un balde todo el alcohol, o aceite o producto inflamable que haya encontrado, y tendrá una lámpara vela, o algo de similares características cerca, para incendiar a la criatura en llamas.
Algo rustico, lo se, pero es lo mejor que tengo con la información disponible.