Día3: Nadine y Erik

Tras el largo día, cada uno de los participantes se retira para pensar o para dedicar tiempo a su trabajo.

Es entonces cuando Nadine busca un momento apartado con el que poder hablar con Erik, esta vez sí, sin cámaras u otros invitados presentes.

Erik, ¿tienes un segundo?

La voz de Nadine interrumpió a Erik cuando regresaba a su habitación.

En la tarde de hoy Nadine había malinterpretado a Erik y le había acusado de malinterpretarle a ella (otra vez el reflejo de una misma en un tercero), así que le debía una disculpa. Quizás fuera necesario en público, pero quería que supiera que era sincera y no por estar monitorizados.

Creo que te debo una disculpa. Me temo que hoy no ha sido mi mejor día. Me dejé llevar por el temor de que otros malinterpreten mi forma de ser, que a veces resulta demasiado directa, y pensasen que era todo una estrategia en una competición empresarial y dejé que ese temor se convirtiese en obsesión y tiñese todo lo que hice en el día de hoy. Me temo que tú fuiste una víctima colateral en esa espiral autodestructiva. Te pido sinceras disculpas.

Respiró profundo. No le costaba afrontar las cosas directamente, ni asumir la responsabilidad de sus actos, pero nunca era un buen trago disculparse así que lo había soltado todo de carrerilla.

Suspiró.

Un día muy largo. ¿Te apetece que demos un paseo? - Le ofreció. Él estaba allí, ella se había disculpado y aún no tenía ganas de encerrarse en su habitación.

El día había sido agotador. Si bien no nos habíamos movido en toda la tarde del jardín, y no había acabado exhausto como el primer día, mentalmente había sido todo un reto. Tener no sólo que escribir de alguien, sino que escuchar atentamente todos los relatos y decidir cuál había sido el de cada uno, había sido extenuante. Por suerte, Manual lo había hecho muy bien y había tenido bastante claro cuál era el mío. Aun así, lo único que me apetecía era ducharme, ponerme cómodo y tomar una cerveza bien fría admirando la naturaleza que nos rodeaba.

En ese momento me abordó Nadine, y durante un segundo maldije para mis adentros, pues no tenía ganas de interaccionar con nadie más hoy. Estuve a punto de decirle que no podía pararme cuando, de golpe, soltó aquella disculpa. Al principio me descolocó un poco, y la sorpresa dio paso a una carcajada. Desde luego que ante aquella disculpa no podía irme sin más, sería de muy mala educación.

-No creo que haya mucho sobre lo que disculparse, Nadine -dije sonriendo, divertido-. El ejercicio de hoy ha sido especialmente enrevesado. Eso de adivinar quién eres basándote en lo que otros digan de ti... Bueno, es complicado, -me acerqué a su oreja y añadí en un susurro- y creo que estaba hecho para propiciar ese tipo de malentendidos y que nos peleáramos un poco entre nosotros. No le des la mayor importancia, yo no lo hice. Podré ser viejo, pero no soy uno de esos viejos rencorosos y cascarrabias. 

La miré. Esperaba que no pensara que me estaba riendo de ella, pues no era el caso. A la chica parecía haberle afectado el día. Bueno, no podía culparla, amanecer con menos puntos de los que tenías el día anterior le dejaría la boca amarga a cualquiera. Mi sonrisa dio paso a un rostro algo más serio, y añadí:

-Te aconsejo que no te martirices mucho por el día de hoy. Creo que todos sabemos lo que va a ocurrir mañana con la gente que estaba de un color raro en el tablón. Todo el mundo es muy simpático durante el día, pero no tienes que olvidar que estamos entre tiburones. Y si de momento están calmados, es porque todavía no han sentido peligro. En el momento en el que se sientan amenazados harán lo que sea por sobrevivir, y el que vaya primero en esa tabla será el objetivo de todos.

De pronto sentí más ligero, más tranquilo. Durante los últimos tres días todo el mundo había estado actuando como si no supieran qué estaba pasando, ni el puesto que estaba en juego. Aquella constante farsa resultaba agotadora, y decir una verdad como aquella había resultado... reconfortante. Me sentía mejor, y me sentí agradecido porque Nadine me hubiera abordado. Cuando me propuso salir a pasear, me encantó la idea. Sonreí, no de forma perfecta, como siempre, sino con una sonrisa de alguien que está agotado, pero que aun así le agrada una idea: una sonrisa sincera y genuina.

-Si esperas a que me duche y me cambie, me encantaría dar ese paseo contigo. Si quieres, podemos vernos en 15 minutos en la puerta junto al salón de desayunos.

Me duché y aquello me sentó de maravilla. Me dispuse a vestirme, a ponerme de nuevo la camisa de siempre y los pantalones usuales, pero de repente la sola idea de ponerme aquella ropa tan incómoda me horrorizó. Ahora que había probado algo real entre aquel mar de ilusiones, era como una droga que le pedía más. Cogí una de las poca camisetas anchas que había traido, y unos pantalones cortos. Me enfundé las chanclas y me miré al espejo. Al menos esa noche, lejos de cámaras y puntuaciones, sería yo mismo.

Salí a la puerta, esperando que no me viera nadie, y esperé a que llegara Nadine.

Nadine tuerce un poco el gesto en señal de disgusto ante las palabras de Erik. No porque le molestasen, si no porque eran verdad.

Me creas o no, yo no finjo ser otra persona, pero entiendo a lo que te refieres. Casi todos parecen desesperados por obtener ese puesto, como si su participación en la empresa y sus posibilidades de ascenso muriesen con la finalización de este retiro. Yo tengo la vista puesta más lejos. No espero ganar ese ascenso aun... bueno, no me malinterpretes. Lo voy a pelear y a esforzarme al máximo y si lo obtengo no lo rechazaré, pero creo que mi vida laboral no se termina aquí si no lo consigo, así que creo sinceramente que lo importante es que quien obtenga ese puesto me considere parte de su equipo y valiosa para la empresa. Lo demás llegará solo.

Miró a Erik y le dedicó una sonrisa.

Por eso yo no me veo amenazada y en riesgo si algo se tuerce. Eso sí, me molesta que la transparencia desaparezca del proceso y perder puntos por malas artes de alguien. Eso va contra el juego limpio pero también contra los valores de la empresa. Y haré todo lo posible porque quien ocupe ese puesto sea alguien de fiar.

Nadine no se había dado cuenta de que Erik estaba pensando más en la ducha que en la conversación.

¿Eh? ¡Ah!, sí claro. De acuerdo, 15 minutos. Estaré por allí.

Y se fue a la zona del salón de desayunos.

Cuando Erik regresó, Nadine estaba dando un paseo por la gravilla de los caminos entre edificios y, a pesar de haber estado allí, llegó después que él al punto exacto.

¿Al final te has animado? Vamos. La otra noche me acerqué a la cascada, podemos ir hacia allí o buscar nuevos lugares. Tu decides.

Cuando llegué Nadine estaba allí, y sugirió una magnífica idea.

-No he tenido la oportunidad de ver la cascada todavía, así que me parece una idea maravillosa.

Caminamos al amparo de la noche rodeados de los sonidos de la naturaleza. Sonaba en el ambiente una melodía relajante y agradable, compuesta por infinitud de sonidos naturales entre los que destacaban el movimiento de las hojas al son del viento, el familiar sonido de las cigarras y el omnipresente ulular de lo búhos.

-A decir verdad, al principio no sabía que pensar sobre este retiro. No soy muy fan de la naturaleza, y estoy más cómodo en la gran ciudad que en este ambiente tan rural. O al menos eso pensaba, puesto que he descubierto que este sitio me encanta. El bosque que nos rodea transmite una tranquilidad a la que no se le puede comparar nada de la ciudad. El aire puro, los paisajes, la libertad, son cosas que no se pueden experimentar donde vivimos. No creo que fuera capaz de vivir aquí para siempre, pero este remanso de paz me está pareciendo más gratificante de lo que esperaba.

Inspiré profundamente, y me pensé bien mis siguientes palabras. No había dejado de pensar en lo que me había dicho Nadine antes de que entrara en mi habitación.

-Nadine, nos conocemos de poco, pero he decidido que voy a hablarte con franqueza. Te voy a exponer las cosas tal y como las pienso, y quiero que sepas que con ello estoy depositando mi confianza en ti. Antes comentaste que no era justo que se usaran trucos sucios, ¿pero te has parado a pensar si la empresa realmente no quiere que hagamos eso mismo? Como comentas algunos están amañando los resultados, pero el sistema está diseñado para que eso sea posible. ¿Acaso no es entonces lo que quieren que hagamos? Yo también me esperaba que esto fuera más justo, que todo fuera más transparente y me decepciona enormemente que no sea el caso.

Suspiré. La verdad es que yo mismo estaba hecho un lío.

-Coincido contigo en que la vida no se acaba para el que no gane aquí. De hecho, muchos de vosotros sois brillantes, y pase lo que pase tras estos días os espera un futuro prometedor. Como bien has mencionado, probar tu valía aquí puede hacer que uno mismo salga beneficiado, aunque no sea el ganador del puesto, ya que uno de nosotros seguro lo será. 

La verdad es que era un abordaje muy inteligente, en el que no había pensado con anterioridad.

-Parece que no sólo se le dan bien las arengas deportivas, señorita Welch. Lo que menciona es tremendamente interesante -la miré impresionado, pensando en las posibilidades. Quizás podríamos...

En ese momento llegamos a la cascada, y me quedé sin palabras. Si bien el sonido de la caída del agua había delatado su cercanía hacía rato, la belleza del lugar me fascinó. La luz de la luna incidiendo en el agua que caía hacía parecer que un chorro de resplandeciente plata líquida caía al lago, perdiéndose en el fondo. Me quedé embobado por unos segundos, admirando la escena, hasta que recordé que no estaba solo y que me había quedado con la frase a medias.

-Perdona, Nadine, me he quedado un poco... sorprendido por el paisaje. La verdad es que tiendo a hablar mucho, y a escuchar poco a veces. 

Le sonreí, y la dejé hablar, mientras seguía observando aquella maravilla natural.

Mientras caminaban Erik lanzó una sugerencia acerca del sistema, pero aunque de primeras sonase contraria a su opinión inicial, no lo era tanto.

Ah, pero eso es un poco retorcer las reglas. El sistema está pensado para premiar y castigar conforme a los valores de la empresa, y hemos comprobado que en las actividades posteriores, es decir, en la gestión a distancia del puesto que realizamos por la noche, se puede impactar en las puntuaciones de alguien hacia arriba y hacia abajo. Pero penalizar por la espalda lo que realiza alguien es antideportivo. Si verdaderamente entraras en la dinámica del juego con los valores de la empresa, podrías intervenir en tus puntuaciones o en las de alguien más con efectos positivos, pero propiciar la caida de alguien solo porque es más valioso que tú está mal.

Dejó un breve silencio.

Hablas de que el sistema lo permite, pero ¿qué hay de lo que la empresa espera de nosotros? ¿qué valores comparte el penalizar por envidia a quien es valioso?

Caminamos un poco más y Erik sigue hablando. Por sus palabras, parece que la edad le pesa, ya que no pasa desapercibido que habla en tercera persona cuando se plantea el futuro más allá de esta serie de pruebas.

Tal y como lo dices, parece que tú también consideras este tu último tren... - Murmura en voz baja sin llegar a interrumpir a Erik, que de pronto se ilumina como quien es presa de una idea y, tan pronto como la estaba enunciando, la interrumpe al llegar a la cascada.

Nadine respeta unos minutos su silencio y el entorno. Erik le sonríe y explica con palabras lo que no era necesario, el motivo por el cuál se ha quedado callado y Nadine le devuelve la sonrisa, pero le deja abstraerse y admirar el paisaje en silencio.

Ella se une a admirar el paisaje. La verdad es que es un paraje precioso y, una vez más, le pueden las ganas de volver a probar aquel gélido agua que te refresca las ideas.

Erik está ensimismado con el paisaje, así que, de pronto supone para él una sorpresa ver como una sombra salta al agua pasando por su lado.

CHOOOOOF

El sonido de Nadine entrando al agua de golpe seguro que es suficiente para romper el hechizo, pero cuando emerge a superficie una Nadine completamente vestida nadando en el agua, el hechizo es capaz de renovarse dejando paso a algo nuevo.

La camisa de cuadros y los vaqueros que había elegido ese día no eran la mejor ropa para nadar, pero aquello era un retiro empresarial y no estaría bien visto desnudarse frente a un compañero, aunque una vez en el agua fría y con la camisa y la ropa interior pegada a la piel, Nadine se dio cuenta algo tarde de que tampoco podría salir del agua sin que hubiera cierta lectura sexual.

No pensé bien el tema del frío bajo la camisa... claro. Anteayer llevaba ropa más fuerte y no se notaba tanto el problema. Tendré que gestionar bien el momento de salir del agua.

Miró a Erik.

¿Qué? Así que demasiado mayor para pensar en un futuro empresarial a largo plazo... ¿Demasiado mayor para darte un chapuzón? - Dice provocadora pero en tono amistoso.

Mientras miraba absorto aquel paisaje, Nadine, demostrando una imprudencia que no sabía que poseía, se lanzó de un salto al pequeño lago. El resultado fue sorprendente, pues no sabía que aquel paisaje podía convertirse en algo todavía más hermoso. Con ella nadando suavemente en la superficie del lago, la escena parecía sacada de un cuento. 

Si ya me estaba planteando tirarme tras ella, tras aquella provocación, ¿qué otra cosa podía hacer? Dejando a un lado mi sentido común, y sabiendo que mañana amanecería resfriado, me lancé tras la sirena con la esperanza de que me guiara hasta el tesoro, y no me ahogara. Tan pronto como toqué el agua, el cuerpo se me heló y me obligó a inspirar grandes bocanadas de aire y a moverme para entrar en calor. Tras unos segundos para habituarme a la temperatura, mi respiración se normalizó y pude volver a hablar. Pese a que la primera reacción de mi cuerpo había sido de shock debido al agua helada, ahora me sentía de maravilla, como si me hubiera quitado 20 años de encima.

-Esto es una locura -le dije, sonriendo y sin parar de moverme para no perder el calor-. Pero de esas que uno debe hacer en la vida.

Miré a la chica, o más bien la mujer, y aparté aquellos pensamientos de mi cabeza. Había intentado evitar todo pensamiento mínimamente sexual duante estos días, lo que no había sido fácil pues la belleza de las mujeres del retiro había sido una muy grata sorpresa. En aquella cascada, bajo aquella luna y en aquel entorno estaba siendo todavía más difícil, pues pese a que Nadine no tuviera las mejores curvas, o la mayor de las sensualidades, había demostrado tener un encanto natural poco común, y enormemente atractivo. Pero dejarme llevar no iba a traer nada bueno, y debía evitarlo a toda costa. Por suerte, el agua estaba helada, y eso me ayudaría.

Me quedé mirando la cascada, en un intento de distraer mi mente. Y pensamientos más profundos salieron a flote.

-¿Ha habido ocasiones en las que has pensado en huir? ¿Viajar a un sitio recóndito, donde nadie te conozca y empezar una nueva vida? No te voy a negar que a veces me lo he planteado, aunque en el fondo sé que nunca tendría el valor suficiente para hacer algo así.

La miré, y me sentí viejo y estúpido. Claro que ella no se había sentido así. Era joven, ambiciosa y enérgica, tenía muchos años por delante dentro de la empresa, y siendo como era, ganara o no le iría de maravilla. Un poco avergonzado, continué hablando.

-Como bien habrás podido intuir, no me queda mucho de vida laboral. Cuando llegas a cierta edad, ya no te toman en cuenta en los ascensos, pues saben que te jubilarás pronto. No te exagero si te digo que esta es mi última oportunidad de conseguir un puesto decente dentro de Hydra, y no podría soportar quedarme estancado en mi puesto actual hasta mi jubilación.

La miré, dubitativo, sin saber si continuar o no hablando, y me decanté por el si. 

-De hecho, entré aquí pensando en dejar la empresa si no conseguía ganar. Pero lo que has dicho antes ha abierto otra posibilidad que no tenía en mente. Que me dices Nadine, ¿si ganaras ayudarías a este viejo a no estancarse en el departamento de ventas?

Nadine nadaba a placer y por placer, y eso se notaba en cada movimiento. Erik en seguida se animó a saltar detrás y, aunque tenía cierto aspecto fuera de lugar al principio, cuando se aclimató pareció cómodo.

Fue entonces cuando empezó a hablar. Nadine le dejó acabar y solo entonces empezó a contestar desde el principio. Así también ganó tiempo para pensar las respuestas.

Por supuesto que lo he sentido. Todos lo hacemos. Pero yo soy bastante impetuosa, así que cuando lo sentí lo hice. Aún lo hago. Busqué el modo de ser una persona diferente sin dejar de ser quien era y vivir una vida distinta sin dejar de vivir mi vida. Lo único que no pude cambiar fue lo que me rodeaba, pero también, y eso es lo bueno, descubrí que no lo necesitaba. Al final esos sentimientos no tienen que ver con tu entorno o tus circunstancias, sino contigo y se puede crear nuevos contextos, nuevos entornos y nuevas circunstancias sin moverse del sitio y sin perder las anteriores.

Le miró divertida y se rió.

Pregúntame cómo - Le provocó de nuevo.

En cuanto a ayudarte... yo lo veo así. La empresa nos tiene a todos aquí, ¿no? Y todos somos, en principio, candidatos, ¿no? Es decir, que alguien ha creído que todos los que estamos aquí eramos los más válidos. Estoy de acuerdo en que soy válida, así que a falta de más datos, me siento tentada a creer que quien nos ha elegido estaba acertado en su elección.

Bien. Dicho eso, imaginemos que subes a lo alto y te impones sobre los demás. Cuando necesites mejorar resultados y contar con los mejores ¿no parece lógico empezar a buscar en el mismo grupo de 11 personas que ya han sido prefiltrados?... exacto. Si somos capaces de ser personas entre nosotros, para mi está claro que si uno sube subimos todos.

Allí nadando se estaba de maravilla, y la conversación siguió fluyendo.

-Si tu tienes esa hablidad, no la dejes escapar jamás. Tienes una misión de la vida muy optimista, Nadine, me sorprende que hayas llegado tan alto sin que la hayan truncado.

Pensé en mis siguientes palabras, y continué.

-Todo lo que dices tiene sentido, pero sabes que muchas veces el mundo no es justo, sobre todo el mundo empresarial, y las personas no siempre actúan de manera lógica. Por eso, aunque la validez del razonamiento que sigues es indiscutible, ninguno de los de aquí tenemos garantías de nada. De hecho, no me extrañaría que todos acabáramos despedidos por el ganador, al considerarnos una futura amenaza a su nuevo puesto. 

Suspiré, pensativo.

-No sería la primera vez que viera una situación así.

¿Es eso una declaración de intenciones?

Dice Nadine divertida pero con un brillo acerado en los ojos.

-Ni lo había pensado, la verdad. Primero gana el puesto, luego decide que hacer con él, ese era mi plan.

A Nadine parecía que no se le escapaba una. Si bien parecía alguien alegre y despreocupada, detrás de aquella personalidad se escondía una mente aguda y analítica.

-No soy ese tipo de tiranos que despide a otros sin un motivo real, pero lo que es seguro es que, si consigo el puesto, recordaré quien me ayudó, y quien no.

Lo dije con tono serio, pero no amenazador, y miré a Nadine estudiando su reacción.

Nadine se sumerge y por unos segundos debido a la oscuridad reinante, desaparece por completo. De pronto, emerge a escasos centímetros de Erik justo delante de él. Su mirada es firme y su tono suave, a pesar de que sus palabras parecen duras, pero no es por su contenido, si no por su franqueza.

Hablemos claro. Dices no haberlo pensado pero no parecías ni pareces estar improvisando. Más bien parece que sí lo has pensado. No solo por que te veas peligrar si otro sube sino también por qué haras con otros teniendo en cuenta que recordarás perfectamente quiénes te ayudan y quienes no.

Además, evitas responder y "recordar" a quienes te ayudan y a quienes no no implica agradecer. Recordar es un eufemismo muy común en el mundo del que venimos.

Sus labios dibujan una sonrisa, sus ojos se relaja y su voz se vuelve aun mas suave. Casi un susurro insinuante.

Recordar no significa nada. Tengo muchos modos de conseguir que me recuerdes. Algunos te gustarían más aún que recibir mi ayuda con ese ascenso.

Inclina la cabeza hacia un lado y su voz abandona el susurro para volver al tono amable habitual.

Pero yo soy bienpensada y confío en que si te ayudo no solo me recordarás, sino que también me ayudarás. Así que solo tienes que comprometerte conmigo en esa mutua ayuda y tendrás mi total y absoluto apoyo empezando por mañana. También es justo que te avise, no eres el único al que ofrezco ayuda, pero sí que puedes ser el único que la reciba. No he hecho ningún trato formal con nadie. ¡Ah! Y otra cosa. Yo no penalizo a otros, al menos no lo he hecho y no lo haré si no es imprescindible. Pero sí puedo ayudarte directamente, tanto ahora como si finalmente yo consigo ese puesto.

Le miró con curiosidad.

¿Te comprometes conmigo sí o no? Soy buena trabajando en equipo y puedo conseguir que la gente me tenga muy buen recuerdo

Ahí venía, podía sentirlo, el verdadero motivo porque el que Nadine me había asaltado hoy. Aun así, la fuerza de su ataque me impactó, la había subestimado, desde luego que sabía usar sus armas de mujer.

-Bueno, por fin te desvelas, me había parecido hasta ahora que yo había sido el único que realmente se estaba abriendo en lo que iba de noche. 

Parecía que al fin podíamos hablar claro, sin rodeos. Sonreí desafiante, sin malicia, pero con una sonrisa que delataba cierta diversión. 

-Sin duda haces gala de una sensualidad espectacular, Nadine, y no te miento si te digo que me cuesta no caer a tus pies. He hecho muchas estupideces en mi vida por mujeres, pero lo que está en juego aquí es demasiado grande, así que me tengo que obligar a centrarme. Si te digo la verdad he pensado mil veces qué haría si consiguiera el puesto, ha sido una pequeña mentira piadosa y me alegra que me hayas pillado. Si puedes saber cuando miento, sabrás que el resto del tiempo estaba diciendo la verdad.

La miré a los ojos, y durante un segundo me perdí en ellos. De nuevo, luché por volver a centrarme.

-Lamento haber usado la palabra recordar, es cierto que es un término vago y mal usado en el mundo empresarial. Respecto a lo que has comentado, y hablando de forma clara, si gano tengo claro que beneficiaré a todo aquel que me ayudó en su día de forma proporcional al beneficio proporcionado. No tengo intención de perjudicar a nadie que no me haya perjudicado, pero con aquellos que han intentado hundirme no tendré piedad.

Mantuve el tono amable y divertido todo el discurso, lo que quizás lo hizo todo un poco más macabro.

-No veo motivo por el que no tener una aliada en el grupo, y lo que dices está muy bien, pero "ayudar" también es un término un poco vago. ¿Qué puedes hacer exactamente para ayudarme? Y más importante, ¿qué quieres a cambio?  

Eso está mejor. No me gusta que me mientan.

Dice tomando distancia de Erik.

Esto se acerca a un trato. Yo puedo posicionarte mejor en la tabla, un poco mejor, pero muchos pocos son un mucho. Y lo que espero es que tú me ayudes de igual forma. Hagamos un trato formal: si conseguimos que tú te posiciones el primero al final del proceso, cuando asciendas me buscarás un hueco. Si es al revés haré lo mismo. Entre medias, ambos nos cuidaremos como podamos el uno al otro.

Como habrás notado sin lugar a dudas, yo ya he estado cuidando a alguien y tengo intención de seguir haciéndolo. Quiero extender este trato también a ese alguien. Cuantas más personas de confianza se involucren, más probabilidades hay de que alguno triunfe y progresemos todos. Ahora mismo parece que dos han caído y otros dos están peligrosamente abajo. Si conseguimos ser 3 entre los 7 restantes, tendremos una maquinaria poderosa.

Entonces, como si formase parte de su discurso añadió.

Piénsalo friamente. El lago te puede ayudar con eso - Y se echó a nadar.

Trabajo en equipo. Lo llevaba diciendo desde el primer día. Es la clave. Y ella, al contrario que el resto, no parecía sentir la necesidad de mentir para ocultar sus intenciones. Unidos eran fuertes, dispersos débiles.

Aquello iba por buen camino, si bien uno tenía que tener cuidado con lo que decía en ciertos círculos, odiaba tener que dar tantos rodeos. Hablar directamente era, sin duda, reconfortante. Aunque una parte de mi se decepcionó de que se alejara, me alegré. Al menos podría pensar más claramente.

-Puedo hacer el trato contigo, Nadine, pero no puedo fiarme de nadie que no conozco. ¿Quién más está involucrado? ¿Shannon?

Sin duda era la opción más probable. Cualquier otro quizás hubiera dicho que era improbable, pues era demasiado obvio, pero Nadine había demostrado ser bastante directa y clara. Aliarse con ella en privado no le iba a impedir hacer migas con ella en público.

-Añadiría, además, una cláusula. En cuanto a las votaciones, deberíamos votarnos positivamente entre nosotros de forma igualitaria, reservando el voto negativo para el resto. Lo ideal es que los tres lleguemos al final, y una vez ahí decidir quien se lleva el puesto. Llegados a ese punto, como bien has dicho, sacaremos algo provechoso de estos días, aparte de las agradables charlas a la luz de la luna.

La verdad es que estaba siendo una noche de lo más inesperada.

-Estoy dispuesto, pero antes de aceptar totalmente necesito saber la identidad de esa tercera persona. Al fin y al cabo, si permanece en el anonimato es imposible que pueda ayudarla.

Estoy ayudando a Shinny, sí. Pero ella no lo sabe. Bueno sí... supongo. Pero no ha sido un trato tan formal ni lleno de rodeos como contigo. Simplemente me cae bien, creo en ella y le hago subir. Con esto quiero decir que no hay forma de tener votos igualitarios porque ella no sabe nada de ningún trato. Al menos no mañana. Mañana deberíamos organizar un encuentro a tres. Quedar en algún sitio e ir a buscarla para llevarle allí. O quizás no. Quizas mejor contar con ella sin que lo sepa aun.

Hizo un gesto vago con la mano.

Como prefieras. Pero sea como sea, si yo subo se viene conmigo. Es honesta y buena persona.

Se deja flotar echándose sobre la espalda con sus curvas recortándose fuera de la lámina de agua y nada hasta pasar junto a Erik distraidamente.

No me has preguntado cómo.

Dice de nuevo con su faceta provocadora.

El tema de que Shanon no supiera nada del trato hacía todo un poco más difícil.

-Esto complica las cosas. Al fin y al cabo, si tu la beneficias a ella, y yo te beneficio a ti, al final nadie me beneficia a mi, y la cadena se rompe. No tengo problema en incluir a Shannon en el trato en caso de que gane, de hecho ha probado ser bastante competente, contando con que este ambiente es el más complicado para ella, pero no puedo permitirme entonces apoyarla activamente. Por el momento, podemos votarnos mutuamente, y dejar ahí nuestra alianza. 

Se acercó de nuevo, jugetona. Aquello no pintaba bien.

-Si así lo deseas, lo haré. ¿Cómo?

Cuando al fin le pregunta el cómo, Nadine se reincorpora y se acerca a Erik por su costado. Se acerca mucho hasta estar pegada a él y se alza para que la boca de ella quede justo a la altura de la oreja de él. Tan cerca que pueda sentir su aliento pero sin llegar a tocarse y entonces le susurra suavemente y vocalizando cada letra con una claridad y lentitud sorprendente para tratarse de una frase tan corta.

Tarde. Demasiado lento

Después se vuelve a acostar sobre el agua y continúa nadando.

De acuerdo. Trato hecho entonces - Dice con voz más normal.

Nadine se acercó, y la seguí con la mirada. Se puso muy cerca, y su susurro en mi oído hizo que me recorriera un escalofrío. Antes de que me diera cuenta, había vuelto a alejarse y el trato había sido zanjado. Había sido un buen trato, y la experiencia completa podría definirse como bastante divertida. 

-Es un trato, entonces. 

Salí del agua, satisfecho con las negociaciones. La noche, aunque no era tan calurosa como el día, era tremendamente agradable en contraste con el frío del lago. Nadine seguía nadando, tranquila, con su esbelta figura recortándose en la superficie del agua. Había mostrado una faceta que nunca hubiera imaginado en ella, y aquello había sido de lo más entretenido. Claro que desde el principio sabía que no conduciría a nada, pero eso no iba a impedir que disfrutara por el camino. La noche era espléndida, e invitaba a hablar de temas que en otro momento no hablarías. Miré al cielo y seguí mirando las estrellas, tumbado en la hierba, cuando hablé.

-¿Por qué luchas, Nadine? ¿Qué te ha impulsado a llegar tan alto? ¿Es simple y pura ambición, o hay algo más?

Nadine se detuvo y le miró. En la oscuridad y desde lejos era difícil decirlo, pero lo que su gesto dibujó podría haber sido incomprensión.

Yo no lucho. ¿Tú luchas? Ahí debe estar el problema por el cual quieres huir de ti. Deberías luchar menos y jugar más. Es más amable y divertido.

Y se quedó callada porque, de alguna forma, ya había contestado a la pregunta. No era ambición en absoluto. Era más bien una especie de juego. Una diversión. Le impulsaba a subir que podía subir y, quizás por eso mismo, subía.

Pasó un rato antes de volver a hablar.

¿Sabes? Si el tablón sigue así, mañana estarás en el límite peligroso. Voy a intentar mantenerte a flote con toda la maquinaria de mi departamento, aunque eso me pueda dejar en puestos de peligro a mi. Si tú puedes hacer algo para corresponderme, espero que lo hagas.