Día5: Víktor e Itziar

Tras el largo día, cada uno de los participantes se retira para pensar o para dedicar tiempo a su trabajo.

Es entonces cuando Víktor busca un momento apartado con el que poder hablar con Itziar, esta vez sí, sin cámaras u otros invitados presentes.

Tras la ronda de bebidas, Itziar se despidió relativamente pronto, tal y como acostumbraba. Así que cuando, un poco más tarde, Viktor decidió buscarla, dio por hecho que se encontraría ya en su habitación, tal vez revisando el correo o haciendo llamadas.

Se estaba acercando a su habitación, cuando por una ventana adivinó a alguien sentado en uno de los bancos exteriores, entre los árboles. Una silueta que concordaba con la de la persona que había ido a buscar. De modo que volvió a bajar las escaleras, pero mientras caminaba por el jardín el ruido de una rama seca delató su posición antes de que tuviera tiempo siquiera de saludar.

-¿Quién está ahí? –Preguntó Itziar, sobresaltada, girándose hacia él casi con miedo.

-Ah, hola, Viktor. –Respondió, más tranquila al reconocerlo. Pero incluso así, hay algo en su voz que denota algo más que cansancio. Tristeza, quizás, o decepción. –Ha sido un día largo, ¿verdad? Y parece que amenaza tormenta. ¿Quieres sentarte?

Se hace a un lado del banco, pero su mirada volvió al cielo, en el que ya comienzan a adivinarse los primeros resplandores de las descargas de la tempestad que se acerca. En sus manos aprieta un pañuelo, tan fuerte que parece querer quebrarlo.

Viktor no había bebido demasiado, no era de esos que mostraban una cara y luego otra. No estaba de humor, no obstante no le hizo el feo a una cerveza fría.

El sigilo nunca había sido su fuerte y el pisar aquella rama era un claro indicativo de ello. Por algún motivo pensó que estaría en su habitación pero verla en la naturaleza le hacía sentir un poco mejor, un poco más... humano.

¿Puedo?

Pregunta, antes de sentarse a su lado. Un zumbido en el móvil hace que desvíe un momento la mirada para ojear, pero lo ignora por completo. Nota cómo ella aprieta el pañuelo y lo único que puede hacer es poner con suavidad una mano en su hombro. No sabía bien qué decir o qué hacer, sin embargo tampoco podía ayudar demasiado más allá de prestarle algún tipo de apoyo. Un leve esfuerzo en sonreír pese a la situación.

Quería hablar contigo... de la situación. Era algo más... profesional, supongo. Pero no pareces bien ¿puedo hacer algo?

Pregunta, bastante directo. Niega con la cabeza para sacar de su cabeza los pensamientos de la discusión de hacía algunas horas, no obstante hay algo que necesita decir.

Lamento el espectáculo de antes: no soy tan carismático como Nadine, pero no soy de los que se callan cuando algo no está bien. Soy bueno encontrando fallos... y bueno, no importa. ¿Te traigo algo de agua... o una tila? Con un poco de menta entra bien.

-Claro... en realidad, está bien no estar sola. -Contestó, sin llegar a girarse, e incluso bromeó con torpeza. Era evidente que su mente estaba distraída por algo. -Y no eres una mala compañía, jovencito. Gracias por preocuparte, pero estoy bien... o lo estaré enseguida.

-No te preocupes por lo de antes. -Contestó, pasados unos segundos, y se giró hacia él. Parecía que el comentario acerca de la discusión de hacía unas horas la había devuelto al presente. -De hecho, creo que tenías toda la razón cuando diste tu opinión. Esto es algo serio, no un concurso de popularidad. Tu crítica era lógica, y ella se lo tomó como algo personal... Creo que fue la primera vez que pude ver cómo es en realidad. 

Volvió a apartar la mirada para devolverla al cielo. El perfil de su rostro se iluminó de pronto, entre las sombras de la noche, a la luz de un lejano relámpago. 

-Mañana va a aparecer otro bulo en la red interna. -Dijo con la voz vibrando de rabia, y mientras lo decía Viktor pudo ver cómo apretaba los nudillos hasta que sus manos se pusieron blancas. -Van a acusarnos de haber organizado un ERE con datos falsos para despedir injustamente a muchos empleados... Y el objetivo vamos a ser uno de nosotros dos, estoy segura.

-Lo siento mucho. -Dijo de pronto, girándose para mirarle a los ojos. -Había llegado a creer que podrías haber sido tú... se me había pasado por la cabeza... pero es que ya no sabía qué pensar, o en quién confiar, todos eran rostros amables... hasta hoy no he descubierto al culpable.

Tragó saliva, obligándose a controlarse. Estaba demasiado reciente, la herida demasiado abierta, como para permitirle pensar con claridad. Y al aparecer Viktor, no había podido evitar contárselo. Porque, cada vez estaba más segura de eso, todos los que estaban allí y conservaban cierta honradez debían ser aliados.

-Y... -Añadió tras unos momentos, en los que normalizó su respiración. -¿Qué... qué era lo que ibas a decirme? Seguro que también merece que lo escuche.

Yo vi la realidad de Nadine desde que amaneció. Lo de Ximena me hizo sospechar un poco, la verdad. Pero más importante: no son muchos los que no comprenden que esto no es un concurso de popularidad. Basta con ver los resultados...

Se permite hablar en un tono ligero con ella cuando comienza a exponer la situación, agradecido con su comprensión hacia el día anterior. No obstante, cuando la conversación se torna más seria, hablando del bulo, mira su móvil entonces con cierta curiosidad, extrañado.

Es raro... pero yo sé de otro bulo. Van a acusar a alguien de ser del Ku Klux Klan, también relacionado con el tema de los despidos. Parece algún tipo de conspiración ¿no crees? De hecho, yo soy el objetivo de éste último bulo.

Le muestra el móvil, donde mientras unas líneas parpadean con un fondo blanco, se puede ver cómo la red se está alterando con el tema de un cocinero del Ku Klux Klan. Esboza una leve sonrisa.

Lokly es un perfil falso, diseñado para atraer sobre sí una serie de palabras que se dirijan contra mi persona y mantener mi imagen limpia mientras un demonio corre por las redes sociales haciendo el trabajo sucio. Sinceramente, jamás creí que llegaría el momento. Si se me relaciona con un ERE, también se redirigirá hacia Lokly, así que puedes estar tranquila por mí.

Sé que no es lo más limpio, aprovecharme de las puertas traseras que hay en las redes que mantenemos. Pero tampoco lo es tratar así a la gente. Hipocresía en estado puro, ya lo dije.

Es más, ayer... ayer trataron de sabotear mi trabajo. Me tiré media noche tratando de arreglar el intento de asalto de unos hackers a una aplicación que tuvo mi visto bueno poco antes de venir.

Nos tienen miedo, mucho miedo.

Y no podía creer que hubiese hablado tanto con ella. Pero no se iba a detener por ello.

¿Puede saberse... quién?

Pregunta, con gran curiosidad. Pero más allá que ello tenía razón, quería hablar con ella por algo. Pero algunas cosas podían esperar, se esfuerza en sonreír nuevamente y asentir.

Es normal desconfiar en los que tienen capacidad, pero sería incapaz de hacer algo así en contra de nadie. Ni de entorpecer el trabajo de los demás. Soy bueno encontrando fallos, pero mi misión es arreglarlos, no empeorarlos.

Creo que va a estar la cosa muy ajustada en la carrera final ¿no?

-Quién… -Murmura Itziar, para luego sumirse en un largo silencio antes de empezar a hablar.

-Primero pensé que debía ser Ximena. –Comenzó tras la pausa, con voz tranquila. Recordando el cauce que habían seguido sus pensamientos. –Pero luego me di cuenta que sería demasiado evidente, demasiado directo. Si haces eso, te pones una diana en la cabeza. Pero entonces, ¿quién se estaba aprovechando de la agresividad de Ximena para apuñalarme? Desde luego, debía ser alguien inteligente.

-Luego pensé en Manuel… es evidente que le caigo mal, aunque no tengo ni idea del motivo. –Se encogió de hombros, quitándole importancia. –Supongo que como no soy un hombre ni una mujer de portada de revista, no tengo cabida en su mundo. ¿Has visto cómo mira a las otras? Pero en fin, Manuel estaba ya fuera de la competición, y aunque tiene malicia, no parecía el culpable.

-Así que quedaban los que seguimos activos. –Dijo, y su voz comenzó a endurecerse de nuevo a medida que se acercaba a la conclusión. –Tú eres lo bastante inteligente para hacerlo, el truco de Lokly lo confirma. Pero siempre has sido ante todo, correcto. En todo momento has sido un profesional. Erik… no sé, aunque es un comercial, no parecía de esos.

-Shannon… Shannon no tiene malicia. Creo. –Frunció el ceño por un momento, como si lo pensara de nuevo. –A veces… como cuando sugirió apostar por seguridad privada… me da la sensación de que tiene un lado más oscuro. Pero en general, ha sido buena chica. Y creo que se ha preocupado sinceramente por los demás.

-Supongo que ya sabes quién queda, ¿no? Nadine. La señorita perfecta. Nuestra imagen de marca es una mentirosa, una rastrera capaz de cualquier cosa por conseguir un ascenso. Hace un rato la grabé escribiendo ese artículo sin que se enterara. Sí, ya sé que eso no es lo más elegante del mundo… pero necesitaba alguna prueba si quería hacer algo.

-Y pensar que lo primero que hizo después de que se publicara ese artículo fue correr a darme ánimos con una sonrisa en la cara… Dioses, ni siquiera le tembló la voz al mentirme a la cara. -Suspiró, intento alejar el temblor de su voz, sin mucho éxito. Era evidente que la hipocresía de Nadine la había afectado. –Y recuerdo que luego dijo “me gustaría darte mi voto, Itziar, pero va contra las normas”. La muy… argh. ¿Tú sabes quién está detrás de tu bulo?

-Confío en ti para no revelar nada de esto. –Le dijo mirándole a los ojos con intensidad. –Tampoco yo diré nada de Lokly, claro. Y… mañana… voy a intentar hacer algo respecto a esos bulos. Quiero que todos firmemos un manifiesto contra las mentiras de la red, condenándolas, y dejando claro que sólo son rumores y que el autor debería ser castigado. Tú sígueme la corriente. Ese manifiesto, cuando lo publiquemos en redes, ayudará a aliviar la tensión en la Empresa, y será como un bálsamo para que los directivos de Hidra no parezcamos el patio de un colegio. Ayudará a que recuperemos un poco la dignidad como ejecutivos.

Se acomodó en el banco. Llevaba ya un tiempo allí, y comenzaba a dejarse sentir el frío de la noche. Se había dado cuenta de que tal vez hubiera hablado mucho, pero necesitaba soltarlo. Y la verdad es que había funcionado, ahora que había hablado del tema con Viktor, su cabeza se sentía mucho más ligera. Sólo después de relajarse se daba cuenta de lo tensa que había llegado a estar.

-Sí, el final va a ser muy ajustado… Va a estar entre Shannon, Erik, tú y yo. –Una sonrisa sin alegría apareció en sus labios. –Porque te aseguro que Nadine va a dejar la competición mañana. Si el tablón no se asegura de ello, me aseguraré yo. Sería desastroso que alguien así asumiera un cargo tan alto. Y además, ella lo ha convertido ya en algo personal.

Tomó aire, como si se preparara para decir algo difícil, y exhaló lentamente para relajarse.

-Siendo sincera… me gustaría conseguir ese puesto. –Añadió, mientras jugueteaba con su pañuelo, como si de pronto se sintiera un poco insegura. –No por las condiciones, sino porque desde esa posición se pueden hacer muchas cosas. Cosas buenas, quiero decir. Hacer de esta empresa un sitio más ético. Más limpio. Creo que yo podría hacerlo. Si te sirve, ya viste cuáles serían mis prioridades en el debate. No hablaba por hablar.

-No me malinterpretes, creo que tú también lo harías bien. Aunque no lograse convencerte de que la educación es más importante que tu ecología, no tenemos ideas tan distintas. Y creo que en cuanto a lo que es importante, estamos de acuerdo. –Hizo una pausa, y luego soltó de pronto. –Pero la educación puede hacerse de forma más modular y no global, así que es más sencillo ponerla en práctica y no consume tantos recursos, por eso…

-Perdón, es que se me quedó esa idea sin exponer, y quería compartirla. –Sonrió, más relajada, y hasta se permitió reír entre dientes de su propia ocurrencia. –Eso, tú podrías hacerlo bien. Shannon tiene ideas, pero creo que le falta carisma y decisión para soportar la presión de ese puesto. No creo que fuese feliz allí. Y Erik… desde que defendió la religión no lo veo como jefazo.

-Pero no dejo de hablar, creo que te debo estar aburriendo. ¡Y eso que querías decirme algo tú! Dispara… Porque es sobre esta recta final, supongo.

Si él había hablado bastante, no esperaba ese modo de abrirse de ella, aunque le reconfortó. Le reconfortó saber que podía hablar y que no se encontraba solo.

Mientras ella habla, él permanece en silencio, sencillamente observándola, asintiendo ocasionalmente para hacerle consciente de que seguía escuchándola sin interrumpirla. No al menos hasta que le dice que le dispare, en cuyo momento emula un gesto de disparar con los dedos, pero fallando a propósito.

Ya te digo que sospecho de ella desde el amanecer, desde su cambio de actitud. Pero no sabía qué tan fría y calculadora podría ser. Lamento que hayas tenido que descubrirlo por el camino difícil.

Aunque coincido bastante con tu criterio, por eso te busqué. Nadine es peligrosa. Shannon es muy popular, pero creo que le falta madurar un poco para tanta responsabilidad y Erik... no coincido en exceso con él.

Así que quiero ponértelo fácil -saca un pequeño papel y comienza a escribir algo en él, aunque gran parte está ya relleno- esto es un compromiso. Yo no soy un defensor de la ecología en realidad, mi objetivo es bastante más sencillo: en el campo económico quiero que redirigir los beneficios netos para que se destinen a fines sociales, me da igual que sea educación para todos, para los hijos de los trabajadores, lo que sea, pero la empresa genera unos beneficios absurdos que benefician a pocos. Y más importante que eso...

... Es el tema de los contratos militares. Soy consciente de que nuestros productos han ayudado a matar a miles de personas inocentes, y no en defensa propia. Quiero que desaparezcan.

Si lo que tú quieres es mejorar la educación, es algo que estoy dispuesto a apoyar, una mejor educación no necesita de fines militares. ¿Qué te parece?

Le extiende la hoja. No tenía ninguna validez legal más allá de un compromiso personal en abordar unos temas. Muchas veces quedaban en aguas pero sabía que para muchos una firma era algo importante.

Me comprometo, si llego, a desviar más de la mitad de los fondos sociales a educación, y trataré que dichos fondos sociales vayan creciendo hasta abarcar el cien por cien de los beneficios netos de la empresa. También me comprometo a erradicar el departamento militar y hacer mi esfuerzo en remodelar la empresa hacia un modelo de empresa social.

¿Te comprometes tú también?

Deja un bolígrafo sobre la hoja, dejándoselo cerca. Sabía que eran temas importantes y que una decisión así requería tiempo.

Si te comprometes, contarás con mi pleno apoyo si mañana quedas igual o por encima mía en el conteo antes de los votos. Y espero lo mismo si yo quedo por encima. Debemos aunar fuerzas, porque los demás también van a hacerlo. El ataque de bulos está bastante coordinado como para que no sea así.

Se esfuerza en sonreír. No le gustaba aquello. No le gustaban los términos legales ni verse en la tesitura de tener que afrontar un puesto de liderazgo.

También es posible que lo del puesto sólo sea un rumor, claro está, pero prefiero prevenir. Cosas de mi departamento -ríe un poco de la propia broma-: información y calidad.

Yo mañana aclararé lo de Lokly y... bueno, daré alguna sorpresa. También te advierto: desconfía de Jesús ya que es, si cabe, más hipócrita que Nadine. Y sí, es posible.

Asiente con firmeza. Chasquea los dedos, como recordando algo que enseguida matiza.

Ah, y sobre lo de jovencito... diría que puede que físicamente, pero tu energía es decenas de veces más joven que la mía y la madurez de nosotros dos supera la suma del resto de participantes.

Sonríe junto al halago, pero realmente lo pensaba.

¿Salvando quizá al señor Casas? Aún no lo conozco lo suficiente.

Ahora le había llegado a él el turno de hablar de nuevo, después de escuchar la larga charla de Itziar desahogándose. Pero ni a ella le agradaba la conversación, y las palabras de su compañero resultaban interesantes, como casi siempre. La lástima, quizás, era no haber hablado más con él anteriormente. Pero tal vez el momento adecuado era el presente, precisamente.

Con atención, casi olvidando su frustración por las traiciones, escuchó a Viktor detallar cuáles serían sus fines y líneas guía en el caso de que fuese él el escogido para el hipotético puesto en liza. Y sus peticiones en el caso de que, en lugar de él, fuese ella la última superviviente de aquella particular competición.

Sin apresurarse, tomó el papel y lo leyó detenidamente. En realidad, la hoja no era sino la transcripción de las palabras de su compañero, pero mientras dejaba que su mirada pasara por las líneas escritas a mano, apenas visibles con la escasa luz del jardín, meditaba. Finalmente, tomó el bolígrafo, y añadió sus propias consideraciones al texto.

-No me pides nada que no haya propuesto ya de antemano… -Contestó, firmando la hoja con una decidida rúbrica. -Así que dalo por hecho. Si al final todo esto no resulta ser una farsa y llego a ese puesto, haré todo lo que esté en mi mano por desvincular a la empresa de cualquier relación con tecnología bélica y ejércitos de cualquier tipo. Quiero que Hidra se focalice en hacer un mundo mejor, no en fomentar el asesinato.

-Y en la parte social… intentaré crear esa Fundación para poder dedicar los beneficios, en su máxima medida, a fines sociales. Educación, sí, pero también otros proyectos. Como tratar de trasladar a las familias afectadas por el cierre del departamento militar. Los trabajadores no tienen la culpa. –Suspiró. -¿Sabes? No es como si fuéramos cambiar el mundo nosotros solos, pero al menos podremos aportar nuestra parte. No podemos hacer más que eso, pero me aseguraré de que no sea menos.

Asintió levemente cuando él habló sobre unir fuerzas. Los dos sabían que no era la mejor forma de actuar, y que en una situación ideal no hubieran tenido que recurrir a algo así… pero la competición se agriaba, y si no ganaban ellos, lo harían otros con bastantes menos consideraciones morales.

-Si mañana quedaras por encima de mí… tendrás mi apoyo, en la ronda de votos y después. –Confirmó, llevándose una mano al mentón, en un gesto pensativo que duró varios segundos, hasta que finalmente se decidió a añadir. -Tan sólo añadiría otra petición, aunque es a título más personal. En la medida de lo posible, protege los departamentos de I+D y transporte. Y, sobre todo, intenta que las personas que alcancen puestos directivos sean honestas.

-Y sí, aunar fuerzas es necesario… Si mis cálculos son correctos, creo que estoy recibiendo influencias negativas suficientes como para descender seis puntos cada noche... y puede ponerse peor. No está nada mal. Consigo frenar algunas, claro, pero a pesar de eso normalmente siempre he descendido cada amanecer. No me dan miedo los desafíos, ni los votos… me preocupan las puñaladas nocturnas.

De pronto, como si hubiera recordado algo de pronto, se levantó del banco y aprovechó para estirarse. Aunque a Viktor no le pasó desapercibido el hecho de que, mientras lo hacía, miraba atentamente a su alrededor, dejando que sus ojos escrutaran cada sombra entre los árboles.

-Por cierto, Viktor, una advertencia… -Su voz fue poco más que un susurro en esta ocasión. -Tengo buenos motivos para creer que hay gente que podría llegar a espiar las conversaciones privadas. En realidad, no sé ni quién ni cómo, pero sólo por si acaso, ten en cuenta que podrían haber escuchado lo que estamos diciendo.

-Así que ten cuidado cuando reveles cualquier cosa acerca de Lokly… el mismo que intentó colarte el bulo podría tratar de usar esa información contra ti.

Al escuchar su advertencia sobre Jesús, se giró con curiosidad y cierta sorpresa. No tanto por la certeza, sino por su origen.

-Jesús, ¿eh? ¿Y cómo lo averiguaste? Aunque bueno, no puedo decir que me extrañe… se comporta como si fuera un completo idiota, pero nadie llega tan lejos siéndolo realmente. Lo que realmente no sé… es cuáles son sus intenciones. Pero descuida… además, creo que no ha llegado a dirigirme la palabra desde que llegamos al campamento.

Finalmente, una sonrisa de sorpresa se plasmó en su rostro al escuchar su inesperado halago.

-Gracias, pero creo que estás exagerando. –Respondió, riendo entre dientes. Como casi siempre, le resultaba extrañamente difícil aceptar los cumplidos. Siempre acababa sintiéndose vulnerable al escucharlos, con una sensación agridulce que no sabía explicar. –Pero bueno, debería asumirlo si es lo que crees. Ya dudé de ti en la prueba del psicólogo, no debería hacerlo de nuevo.

-Y Gerald… parece un buen hombre. –Añadió, con un encogimiento de hombros. -Creo que lo único que quiere es cuidar de su trabajo y de su gente. Tal vez se le pudiera echar en cara que no tenga ambiciones más allá de eso, pero no todo el mundo tiene grandes miras. Cuidar a los que trabajan bajo tu mando… es algo que nunca podría reprochar a nadie.

-Este campamento está siendo una experiencia extraña. Me está haciendo pasar muchos malos momentos, pero también algunos buenos. Me ha ayudado a ver en quiénes podré confiar el día de mañana. En el fondo, parece que conseguiremos hacer algo de trabajo en equipo pese a todo… al menos algunos de nosotros.

-En cualquier caso... el hecho de que Shannon apoyara lo militar en el debate podría no ser casualidad. Al menos, sé que Jesús habló con ella, pero no tengo forma de saber si más de los demás la apoyan en la sombra. Sospecho que serán muchos los votos que ella reciba la última noche...

Viktor asiente con satisfacción cuando escucha la tinta deslizarse por el papel para sellar el acuerdo entre ambos. Asiente también cuando ella dice que no estaba pidiéndole nada nuevo, lo sabía pero prefería dejar todos los puntos claros. Por su parte también estaba dispuesto a ceder, de modo que ante sus peticiones...

Me gusta cómo piensas, en efecto, las familias no tienen culpa y si se puede ayudar aunque sea un poco... Hace no mucho leí una noticia que hablaba de la caridad, de que muchos creen que pequeños actos no cambian el mundo pero marcan la diferencia. No sé si me explico, quizá resumí demasiado.

No me importa que nos escuchen... en verdad, no tengo nada que ocultar.

Medita un poco sobre su petición, sólo por buscar el mejor modo de encajar sus necesidades en su propia visión, no era demasiado difícil pero buscar posibles fallos eran una de esas cosas que más le divertían en realidad.

Ya escuchaste mi propuesta, en caso de depender de mí los adaptaría o los especializaría para optimizarlos. Así que no será problema, tienes mi palabra. Y si quieres puedo añadirlo al compromiso.

Accede, pues al fin y al cabo estaban jugando con confianza y no debía pedir cosas que no estaba dispuesto a dar. Pero cuando habla del día siguiente Viktor recuerda algo, algo que no debe callarse.

Recuerda que si vas a delatar a Nadine... serás penalizada por el sistema. Para tenerlo en cuenta en nuestros apoyos finales. Contra mí llevan cargando dos noches, esta incluida. Las cosas no van a ser fáciles en este... concurso de popularidad.

Cuando ella se levanta para estirarse, el propio Viktor aprovecha para echar un ojo a su alrededor. Si ella desconfiaba probablemente tenía motivos más que suficientes. No había mucho que añadir a lo dicho y, aunque alguien quisiera copiar la conversación para todos no tenía demasiado donde tirar. Asiente agradecido por su consejo, eso sí.

Gracias.

Le dice en poco más que un susurro. Nada más menta sobre Lokly, pero sacia un poco su sed de curiosidad acerca de Jesús, mientras se encoge de hombros con indiferencia.

En el manual de ciberseguridad que se reparte por la empresa advierte de no usar las redes públicas para conversaciones de negocios. No son seguras. Pero nadie se lee el maldito manual.

Casi ríe, como si se tratara de un chiste. Le pedían cosas para no usarlas, pero esta vez había sido útil. Pero su reacción ante el halago le resulta casi hasta cortés, inclina la cabeza con amabilidad hacia ella y al sentir cómo decía que debía asumirlo su sonrisa se amplió.

Hay que tener mucho valor para aceptar una opinión de otro, incluso siendo positiva. Enhorabuena.

No añade nada a su comentario sobre el hombre que representaba Gerald, había sido bastante certera y le faltaban detalles e información como para debatir sobre ello.

A mí, este campamento, me está resultando... liberador. Extrañamente liberador. En concreto estos últimos momentos. Me gusta ver la verdadera cara de la gente, aunque reconozco que pensé que tardarían menos en mostrarse. También he encontrado algo que hacía bastante que buscaba... pero será mañana que lo hablemos.

¿Te parece que nos veamos también? ¿Después del desafío?

Propone, seguro que ella estaba agotada de leer tantas tonterías sobre su persona y parecía que claramente le estaba afectando. Empieza a jugar con un dedo nervioso entre los dedos.

¡Ah! Sobre las intenciones de Jesús -como si acabase de recordarlo-: diría que es una especie de lamprea o garrapata, un Alí Babá. No sé si me explico correctamente. Claro, por un bien superior.

Víktor accedió a añadir al compromiso cierta protección sobre los departamentos que ella quería, así que al menos era otro peso que se quitaba de encima.

-De acuerdo, añadámoslo. -Respondió, tomando el papel y añadiendo un par de líneas resumiendo lo hablado. Como decía él, no era sino papel, y en realidad ella daba mucho más valor a la palabra dada que a una firma, pero de algún modo era la forma de confirmarlo.

-Y con respecto a Nadine... Veremos qué puedo hacer. -Gruño por lo bajo. -Ya sé que desvelarla no me hará bien a mí tampoco, pero si va a ganar no tendré dudas. Cualquiera de los demás antes que ella.

-Y sí... Encantada de que mañana charlemos un rato más. Ha sido prácticamente el mejor rato del campamento. Y reconozco que me quedo con la curiosidad de qué es lo que estabas buscando. -Dijo, mirando a la tormenta que cada vez estaba más cerca. Ella también se sentía liberada después de poder soltar todos sus demonios, pero también inquieta. Cada vez que un trueno retumbaba desde el cielo, algo se encogía dentro de ella. ¿Qué sucedería al día siguiente?

-Eso sí, tendrás que venir a buscarme tú. -Añadió con una media sonrisa. -Porque soy una inadaptada social que no sabe iniciar escenas. Porque por las noches tiendo a despistarme un poco, especialmente después de estos días...

-Pero estoy más tranquila ahora. Creo que incluso dormiré bien, si la tormenta me deja. Aunque antes de eso voy a recuperar mis datos profesionales... Sólo por si al final ese ERE falso tiene mi nombre.

-Por cierto, Víktor. -Se giró hacia él -Gracias por todo. Ten claro que, pase lo que pase, aunque terminemos perdiendo los dos, tienes una amiga en Logística.

-Y un problema en Imagen de Marca. - Añadió, riendo, tras unos segundos.

Mh...

Se acaricia el mentón mientras medita.

Creo que tengo una idea... Nos vemos mañana. Y gracias, tú tienes un amigo al alcance de una llamada.

Dicho esto, Viktor se marchó...

El día siguiente había resultado realmente intenso. Hasta el punto de poner a Viktor un poco nervioso. Había pasado gran parte de la noche pensando y dándole vueltas y luego el tema de Jesús había estropeado lo que parecía un buen amanecer.

Los niños habían sido más divertidos de lo esperado, aunque lo hubiesen manipulado vilmente cual lechuga en manos de un manipulador de alimentos. A veces esas cosas sucedían. Cuando los niños se marcharon ambos quedaron unos momentos a solas y rápidamente le guió hacia la cocina, allí él podía hablar con naturalidad.

Sin pensarlo mucho comienza a cortar unas salchichas con destreza mientras habla con ella, casi sin prestar atención a lo que hace.

Seré un testaferro. Un señuelo. Tu acción ha sido más rápida y tengo motivos para cargar contra Nadine y contra Jesús -sonríe con amplitud, mientras deja un puñado de salchichas cortadas en un lado y coge ahora unas patatas asadas que sobraron de ayer y las echa en un poco de agua hirviendo-. Incluso puedo hacerle creer a Nadine que tengo las pruebas, aunque las tengas tú. Tú, si quieres desvelarlas, sólo tendrías que esperarte al último segundo antes de que se actualice el tablón. ¿Cómo lo ves?

Sonreía satisfecho. Mientras las patatas se daban un segundo hervor, había cortado unos tacos de queso y puesto aceite a freír. Entorna su mirada.

Parece que somos ambos los que tenemos el problema de Imagen. Lo lamento, no te mereces eso. Y su actitud... como ya te dije: hipócrita total. Está demostrando su verdadera cara y no va a quedar así. Y también escucharás de Jesús, prepárate. Bff... tengo hambre.

Cascar huevos. Poner un bol con pan rallado y perejil. Faltaba poco.

¿Ves? Vine a buscarte. Aunque me pregunto cómo terminará todo. ¿Tú cómo lo ves?

La verdad es que poco a poco estaba comenzando a oler bastante bien.

Itziar había seguido a Viktor hasta la cocina, escuchando cada una de sus palabras. No obstante, la mujer parecía estar algo más distraída que la noche anterior. Tal vez el día junto a la pequeña chiquilla hubiera hecho mella en su estado de ánimo, aunque no era evidente si para bien o para mal.

-No es necesario que presentes tú las pruebas, Viktor. -Sacudió la cabeza, negando. Un brillo de determinación relucía en su mirada. -Ya has hecho mucho, y no quiero que te sacrifiques. Nadie debería hacer eso, ni tener que recurrir a medias verdades. No, si finalmente gano este absurdo concurso... será con la verdad por delante. Yo me ocuparé de revelar lo de Nadine.

-Por otro lado... -Se asomó por detrás del hombro de Viktor para observar qué era lo que estaba preparando. -Oye, no se te da mal del todo. Pero lo que estaba diciendo, no sé muy bien qué es lo que puede tener Jesús contra mí... más allá de que haya podido cerrar un pacto con Nadine o con Shannon. ¿Crees que lo ha hecho?

-En cuanto a cómo lo veo... -Se apoyó en la encimera de la cocina, parcialmente sentada, y se inclinó hacia atrás para levantar la vista hasta el techo. -Difícil, muy difícil... pero igualado. Supongo que ahora todos dejarán atrás cualquier fachada de neutralidad y sólo habrá votos por interés. Ya no queda nada de profesionalidad aquí, sólo vamos a ver un juego de intereses y popularidad. Todo se va a decidir en las manipulaciones de esta noche. En el fondo... es vergonzoso.