Tormenta

Como si las nubes del día anterior solo hubiesen sido un preaviso para la noche que vendría después, la tormenta se descarga.

La lluvia golpea con fuerza los cristales y silban por las rendijas de la madera de las cabañas. Algunos relámpagos son suficientes para que muchos en el campistas se despierten sobresaltados. Pero no es la tormenta exterior la que han de temer.

En algún momento de la noche, los teléfonos que no están apagados o sufriendo cortes de cobertura intermitentes por la tormenta reciben alertas y llamadas. Alguien ha estado haciendo llamadas y varios rumores han estallado corriendo como la pólvora en la red social interna. Ya no hay forma de acallarlo, y los moderadores acaban por rendirse.

Algunos de los campistas contemplan el riego de noticias en vela, mientras que otros podrán encontrarlo la mañana siguiente.

Primero llega la filtración de los despidos. Se rumorea que la empresa está planeando una venta masiva de muchas de las sub-empresas que la componen para acotar los campos de actuación. Nadie sabe qué criterios se están empleando para escoger qué empresas serán desechadas ni el estado en el que se venderán, y lo que es más importante, si garantizarán o no la continuidad de los trabajadores alojados en esas secciones.

Sólo son humanos, y están asustados, por lo que cuando el diario interno comienza a lanzar noticiar inconexas cunde el pánico.

Primero llega un artículo sobre alguien del que no es la primera vez que se habla mal. Se trata de Itziar. En esta publicación se habla de cómo en su anterior puesto de trabajo organizó un ERE con datos falseados que dejó en el paro a 2300 trabajadores. Pero no todas las voces están a favor de lo expuesto. Hay tantos comentarios a favor como en contra de lo que aquí se dice, pero incluso los defensores de Itziar están asustados.

El colmo de lo absurdo llega con el artículo de un desconocido. En él se explica que uno de los encargados de tomar la decisión de los nuevos despidos y ventas en masa es un racista declarado. Tanto él como su familia forman parte de grupos extremistas como el Ku Klux Klan y similares que defienden la supremacía blanca ante todo. Durante los últimos años ha intentado taparlo todo para forjarse una carrera profesional dentro de Hidra, pero no dudará en mostrar su verdadero rostro de nuevo una vez haya conseguido sus objetivos.

¡¿Pero de quien demonios están hablando!? No hay ningún trabajador en nómina con el nombre de "Sr. Lokly". Lo más parecido fue un pobre cocinero humilde que hace años que dejó su puesto y del que no se sabe nada. No tiene maldito sentido. No tardan en aparecer memes de un hombre encapuchado con una botella de lejía en la mano, una freidora en la otra y el logotipo de Hydra en la pechera.

¿Se trata de alguna clase de chiste? Muchos piden explicaciones, pero al parecer van a tardar en llegar. ¿Acaso todo lo que se ha publicado es alguna clase de hackeo? Como encuentren un cabeza de turco de todo lo que ha pasado en este día van a rodar cabezas.

Pronto, los moderadores y los encargados de RRHH internos se empiezan a hacer con el control, cerrar hilos de discusión en los que el tono comenzaba a sobrepasarse y restaurar un cierto orden. Pero el miedo permanece, y todos son conscientes de lo que se estará hablando en las salas de descanso de todo el globo.

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Esa mañana las nubes parecen haber seguido su curso. Tras la descarga de la noche el suelo está embarrado, pero cumpliendo el pronóstico del tiempo, el cielo está despejado y brillante. Como si se burlara de la insignificancia de sus preocupaciones. Todo sigue adelante... Incluídas las novedades en el tablón, que dejan con color azul esta vez solo a tres de los presentes.

Los ánimos crepitan bajo la fachada de profesionalidad, cuando el ruido de varios motores les llama la atención. Quien mire en dirección a los aparcamientos verán dos microbuses de los que están bajando... una veintena de niños de entre 5 y 12 años, acompañados de sus monitores.

En el patio los encargados del campamento los reciben con varias mesas largas con sombrillas y un surtido de desayuno y golosinas en el que se deja claro que se han esmerado.

Con razón las mesas del comedor estaban vacías...

- ¡Buenos días! - Saluda tan sonriente y energética como siempre la monitora, llevando con varias bolsas bajo el brazo. - Qué preciosidad la tormenta de anoche ¿Verdad? Ha sido un espectáculo asombroso ¡Espero que les hayan dejado descansar, porque el ejercicio de hoy va a ser memorable!

Entonces coloca frente a sí las bolsas que lleva y las va abriendo, mostrando con una sonrisa traviesa lo que parecen uniformes del campamento, del mismo tipo que visten todos los monitores.

- Algunos ya lo adivinan ¿verdad?

Traigo uniformes para todos, y nuestros ayudantes están ya preparados. Los que quieran participar tienen que ponerse esto y bajar a desayunar con los niños que acaban de llegar. Deberían ser las tallas correctas para todos, pero por si acaso hemos encargado uniformes de sobra.

Les explico. Todos son niños actualmente bajo la tutela del estado. La mayoría están a disgusto y pondrán pegas a todo, pero en el fondo lo único que necesitan es sentirse apreciados y valorados. La vida les ha tratado mal. Delitos menores, familias desestructuradas o rotas... es por eso que esta es una grandísima oportunidad para salir de su entorno y poder regresar con un recuerdo positivo. La mayoría ni siquiera saben qué quieren estudiar, o no tienen motivación para hacerlo.

En el patio hemos montado varios juegos clásicos.

Hay un rocódromo, un barril con manzanas, ajedrez, damas, cartas, pelotas... Pueden hacer uso de todo el entorno vallado del campamento. Si echan algo en falta, háblenlo con los monitores, que casi-seguro que lo podemos conseguir.

La idea es que vayan allí, desayunen con ellos, y los animen a jugar. Tendrá que ser algo que a los muchachos les guste. Y si, lo harán haciéndose pasar por monitores del campamento.

¿No suena divertidísimo?

Yo también estaré con ustedes en todo momento, así que no duden en preguntarme cualquier cosa o pedir ayuda.

Entonces se detiene y mes mira algo más seria - Personalmente me gustaría añadir... que esos muchachos son algo más que números. Por favor, ténganlo en cuenta. Y traten de preguntarse qué es lo mejor que pueden hacer hoy por ellos. Pueden ser malablados y desesperantes, pero sólo son un reflejo de lo que han recibido. 

Pónganse en su situación y pregúntense... si hubiese una única cosa que esos muchachos pudiesen llevarse del día de hoy ¿Qué les gustaría que fuera?

La noche transcurrió aparentemente tranquila, con todos los invitados al campamento descansando, u ocupándose de sus propios asuntos. A la mañana siguiente, Itziar se despertó antes del alba, y se dirigió como era su costumbre al pequeño gimnasio del campamento. Ese día, el ejercicio era más que una costumbre. Era una necesidad.

Después de los últimos sucesos, sentía que debía aliviar la tensión de algún modo. De modo que, subida en la cinta, corrió hasta perder el aliento, mientras dejaba que la frustración, la decepción y la tristeza se evaporaran, arrastrados por el agotamiento físico. Sólo tras varios kilómetros logró que su mente se aclarara lo suficiente como para analizar los acontecimientos de forma lógica y no emocional.

Una vez estuvo satisfecha, se duchó y fue hasta el comedor. A pesar del tiempo gastado, llegó de las primeras y se sentó a desayunar mientras echaba un vistazo al tablón y a la red interna de la empresa. Lo que vio allí hizo que frunciera el ceño con rabia. Una nueva sarta de mentiras y traiciones… y el hecho de esperárselo no hacía que fuera menos desagradable. La persona detrás de esos bulos no sólo desprestigiaba a su víctima. Los desprestigiaba a todos de cara a la dirección. ¿Cómo iba a confiar el consejo en unos directivos que se comportaban de ese modo?

Y además, cebándose en ella de nuevo… desde luego, el daño que participar en esa “dinámica de grupo” estaba causando en su reputación estaba siendo inmenso. Toda una vida trabajando por la empresa… toda una vida consiguiendo todo a base de trabajo duro y voluntad, sólo para ver cómo ratas maliciosas socavaban todo eso con cobardes mentiras. Y sólo por la posibilidad de ganar un ascenso. Cuán miserable podía llegar a ser el ser humano.

De modo que apretó los dientes y siguió adelante, intentando aplacar la rabia que bullía en su interior. ¿Es que nadie iba a hacer algo al respecto? ¿Sólo era ella la que creía que esa conducta era intolerable?

Fue entonces cuando comenzó la explicación de la actividad de esa jornada. Haciendo un esfuerzo, se obligó a prestar atención al ejercicio del día, alejando de su mente todos los demás asuntos por el momento. Ya llegaría el momento de hablar de ello. Por el momento, lo mejor que podía hacer era concentrarse en lo que les estaban pidiendo. Y no era poca cosa.

Porque aquellos niños, rotos por un mundo que se les había vuelto en contra, resultaban un público más difícil que cualquier reunión empresarial, o cualquier auditoría de los clientes. Itziar nunca había formado una familia propia. El trabajo había devorado una buena parte de su juventud, y tampoco es como si hubiera encontrado a alguien con quien creyera que pudiera pasar más de un rato. Así que lo poco que sabía de niños llegaba desde su hermana, que había formado un pequeño clan en Canadá. Pero no era precisamente su especialidad.

Tras vestirse con el uniforme del campamento, Itziar salió para echar un vistazo a los críos. Había muchos, y en un primer momento no supo a cuál de ellos dirigirse. Finalmente, una chica de unos diez años llamó su atención. Después de bajar del transporte, se había apoyado contra el tronco de un árbol con los brazos cruzados, dedicando a todo el que pasaba por delante una desafiante mirada hostil. Un cuerpecito delgado y un enmarañado pelo castaño que salía bajo una gorra acompañaban su actitud de retadora.

-Buenos días, preciosa. –Intentó empezar la conversación de forma amigable, con una sonrisa en la cara. -¿Te apetece jugar a algo? ¿Tomar un dulce?

-Vete a tomar por el culo, vieja. –Respondió la niña, girándose para mirarla con desprecio desde unos ojos entrecerrados.

El insulto llegó así, crudo e inesperado, como un cubo de agua fría. Como la gota de colma un vaso ya a rebosar, Itziar sintió que algo se rompía en su interior. Las fuerzas le abandonaron. Ya… ya era suficiente. No tenía que pasar por eso. No tenía que soportar más humillación… ni más desprecio. Casi estaba a punto de irse, pero entonces miró a los ojos de la niña, y vio algo que la cambió.

Había algo en esos ojos, en esa rabia, que le recordó lo que había sentido un buen rato antes, cuando las noticias de la red de la empresa y el tablón le habían recordado la maldad humana. La indefensión de ser víctima de un mundo cruel, y no tener siquiera las herramientas para defenderte. Y de pronto, se vio a sí misma en su lugar, consumida por la rabia y la frustración. Entendió que no podía dejarla así. Y supo lo que debía hacer… porque era exactamente lo mismo que ella había necesitado.

-Un poco vieja soy, sí. –Contestó, suspirando, mientras se apoyaba en el árbol, al lado de la chica. –Pero no voy a irme a ningún lado. Si me fuera sólo porque me lo dicen, nunca conseguiría nada. Ya me han intentado echar de muchos sitios. Me han mentido, me han engañado, me han amenazado… Pero aunque estuvieron mucho tiempo intentando joderme, no lo consiguieron. Descubrí cómo aguantar. Y al final, les pude ganar. Por cierto, soy Itziar. Y tú… ¿Cómo te llamas?

-Sara… Sara Miller. –Respondió tras un silencio tan largo que pareció que nunca acabaría. La agresividad no había desaparecido por completo de su voz, pero estaba siendo reemplazada por algo parecido a la curiosidad. -Y todo eso que dices… ¿cómo lo hiciste?

-Bueno… -Dijo Itziar, mientras la miraba. Cada vez le costaba menos esfuerzo seguir la conversación. De algún modo, se sentía bien sincerándose con Sara. –Aguanté porque no quería que vieran cómo me rendía. Estoy segura de que lo entiendes. Pero también… porque hubo otra gente que me ayudó, y que fue buena conmigo. Y al final, la gente mala acabó sola, porque todos se dieron cuenta de cómo eran. Sólo tuve que ser fuerte hasta entonces. Tú también pareces fuerte.

-Eres rara. –Concluyó la niña después de escucharla, mirándola desde unos ojos azules que ya no albergaban rechazo, sólo dudas. –Pero no pareces mala. ¿De verdad trabajas aquí?

En lugar de responder directamente, Itziar se acercó a la niña, y se inclinó lo suficiente como para apoyar su brazo en su espalda. De inmediato, sintió claramente cómo Sara se tensaba al contacto de su brazo, pero finalmente pareció asumirlo y se relajó lo suficiente como para comenzar a caminar a su lado. Si no se equivocaba, si realmente sólo necesitaba algo de cariño y de comprensión… sólo esperaba ser capaz de dárselo.

-Hoy sí, trabajo aquí. –Respondió con una media sonrisa. - Pero luego, te prometo que te contaré un secreto. Pero ahora… ¿Por qué no damos un paseo y me cuentas tú algo, Sara? –Se atrevió a preguntar Itziar finalmente, buscando cerrar el lazo con la niña. Y cuando ella respondió, no pudo sino sonreír y escuchar su historia. Así que caminaron, alejándose un poco del grupo, buscando algo a lo que jugar, mientras hablaban, cada vez más unidas.

Jesús al fin se sentía como en casa; rodeado de zagales con enormes problemas porque la dura vida así los había tratado; por desgracia decir que Jesús estaba feliz de volver a un terreno conocido no era algo que una persona normal diría "Estoy feliz de estar con niños desgraciados", y eso es algo que Jesús nunca admitiría. Porque se podría malinterpretar de muchas maneras.

-¡¿Quien quiere comprar drogas?!

Sin lugar a dudas gritar a pleno pulmón esa frase no era lo que los monitores, los niños o el resto de compañeros de trabajo podrían esperar para presentarse a un grupo de niños provenientes de hogares rotos, de barrios pobres y desaliñados y mucho menos de correccionales de conducta. Pero así era Jesús, su forma de actuar ya se había mostrado, la "Gran Expectación" el "Asombro", y esa frase, sin lugar a dudas, sacaría del estado "normal" a más de uno.

-¿Enserio creéis que os iba a dar drogas?. Lección número 1. No te fíes de la gente que te ofrece drogas, principalmente porque son malas para tu cuerpo, mente y alma... y de forma secundaria porque las mejores son más caras y las que os podéis permitir -si es que podéis- son aún peores.

Por desgracia, gran parte de las charlas que Jesús iba dando por el mundo eran lo nocivo que eran las drogas, y como la única "droga" que debían de tomar era el Cristianismo. Algo bastante extraño pero daba algún que otro resultado, en especial a la gente rota por dentro y en su forma más indefensa. ¡Como los niños!.

-Pero, ¿Es necesario divertirse con Drogas?. La respuesta ya la habréis escuchado de otros adultos con mucha menos paciencia o ganas de echaros una mano: No. Pero lo que ellos no os enseñaron es... ¿Qué cosas son divertidas sin usar estupefacientes?. Pista: Tiene que ver con no ser un capullo.

Jesús se acercó a una de las mesas, cogió un montón de comida y se sentó, mientras hacía señas a los niños que aún se quedaron mirando al extraño hombre de acercarse a él. Jesús tenía un plan, y la parte una se había completado, ahora solo tenía que esperar a que su "montón de niños extrañados y curiosos" se acercara para continuar charlando con ellos.

Bajamos a desayunar y nos cuentan el nuevo reto. La noche había sido dura, la tormenta apenas nos había dejado pegar ojos. Así que íbamos la mayoría un poco somnolientos.Nos explican que trabajaremos con niños, algo realmente motivador. Bajamos y vemos que hay un buen grupo de ellos. Me acerco a uno de ellos que veo que se encontraba solo, iba algo despeinado, se le veía tímido.
Buenas, mi nombre es John. Seré tu mejor amigo en el día de hoy. ¿Que te gustaría hacer? Piensa que tenemos multitud de opciones y actividades. Piensa en algo que te guste y disfrutemos del día.

La noche había sido un infierno y la red interna estaba que echaba humo. Ya nadie podía creerse lo que ahí aparecía, pues aquel caótico descontrol hacía que uno ya no se pudiera fiar de lo que se publicaba. Como si de una terrible ironía se tratase, el tiempo acompañaba a la tormenta que se estaba desatando de forma online. Tras horas siguiendo las novedades, y viendo que ya no iba a poder sacar más información de allí, apagué el móvil y me dispuse a dormir, con todo lo ocurrido sin parar de darme vueltas a la cabeza. 

Cuando sonó el despertador maldije hacia mis adentros. Había dormido poco y mal. Me levanté con una cara horrible y ver el tablón no arregló el asunto. Suspiré. La explicación de la prueba no ayudó. ¿Niños? Lo que menos me apetecía era tratar con niños ahora. Al menos tratar con la gente se me daba bien, y eso me ayudaría a sobrellevar la prueba. De nuevo con un suspiro, me miré al espejo para comprobar la horrible cara de cansancio que tenía y, con resignación bajé a tratar con aquellos diablillos.

A pesar del día anterior y de las técnicas rastreras e insultos de alguno de sus compañeros (que no parecía comprender el sentido del verbo replicar), Nadine se había despedido del día con energía. Se olvidó de la prueba y compartió unas bebidas con quien quisiera relajarse.

Se olvidó por completo del día y durmió lo mejor que pudo, pero al despertar, después de darse una ducha revigorizante y vestirse con ropa desenfada pero elegante, pudo comprobar navegando en la red que la actitud rastrera continuaba.

Viendo cómo habían atacado a Itziar, se esperó lo peor en el tablón, pero al llegar al desayuno y consultar el tablón, su cara dibujó una sonrisa.

Bueno, no todo son malas noticias, parece que las mentiras y la verdadera hipocresía de este encuentro no ha calado tanto en la opinión de los de arriba.

Con una sonrisa se acercó a Itziar y la intentó animar.

Estoy muy contenta de ver que sigues liderando la tabla pese a todo y de que dos mujeres destacan sobre todos los demás y no han sido víctimas de argucias y votos rastreros. ¡Ánimo chicas!

En la red también había duras noticias sobre la empresa, una campaña de desprestigio y ataques a su identidad como pocos, pero Nadine tenía fe en que el resultado de todo aquello fuese positivo al final. A pesar de cómo había comenzado el día.

Al desayuno siguió la explicación de qué debían hacer ese día y a Nadine se le iluminó el rostro. Con una sonrisa de oreja a oreja, vio como llegaban los chicos y, cuando el loco de su empresa se lanzó a decir barbaridades, no pudo evitar reir.

¿Y queríais libraros de él? - Dice con sincera diversión. El tío era un verdadero desastre, poco más que un bufón, pero tenía un extraño carisma qque hacía que Nadine nunca le tomara en serio. Su misma existencia parecía ser una sátira andante.

Se preparó y se giró hacia los chicos ¿Qué haría con ellos hoy?

Viktor se levanta de un particular buen humor, como aquel que ha conseguido quitarse un gran peso de encima.

Viendo aquellos bulos matutinos no puede sino poner los ojos en blanco y negar, le resultaba ridículo, casi tanto como algunas actuaciones de sus compañeros, pero la verdad es que hoy le daba absolutamente igual. No podía importarle menos. También presta atención al supuesto desconocido, como si se tratase de algún tipo de mensaje. Serían falacias, del mismo modo que lo serían los argumentos que esgrimían contra Itziar.

Pronto llega una nueva prueba y casi todo el mundo sale corriendo, como si no tuviese ningún tipo de cosa mejor que hacer.

Menudas dinámicas...

No obstante prefiere dejar para después las conversaciones. Apenas se acaba de cambiar y ha dado algunos pasos cuando las palabras de Jesús, ratificadas por Nadine, hacen que alce una ceja con asombro.

¿En serio?

Pregunta en poco más que un susurro, estupefacto. Sacude la cabeza y, sin ocultarse demasiado, se acerca a la monitora dejando el tema de los niños para después. Habían cosas más importantes que un puñado de puntos, y en este caso eran esas pobres almas en desgracia.

Disculpe, monitora ¿de veras van a permitir eso? ¿Y si uno de los tutores llama a las autoridades? ¿y si lo han grabado y publicado en alguna red social? ¿No deberíamos llamar a las autoridades nosotros o, al menos, intervenir para alejarle de los niños? ¡No llegan a ser ni teenagers!

Con la cabeza señala a Jesús.

No soy alérgico a las cruces, pero sí a... eso.

No le apetecía ni dar más detalles. A veces un buen día se podía joder en segundos por gente así. No, no le hacía ni pizca de gracia.

La tormenta inquietó a Manuel. 

 - ¿Y si pega un pico de tensión, y me quema el cargador del portátil? - pensó - Como me tenga que pasar todo el campamento sin Internet me da algo... 

Internet. Qué gran invento, ¿no?  Los rumores sobre Itziar reconfortaron a Manuel. 

 - Ya decía yo que era un mal bicho... Lo que me gustaría saber es quién se está dedicando a ponerla a parir. Bah, me da igual. 

El joven recibió con escepticismo mal disimulado la propuesta de la monitora. - Genial, unos ninis...  A ver con qué delincuente juvenil me toca. 

Manuel se acercó a un chaval con acné, ropa ancha y cara de porrero.

 - ¡Hey! ¡Hola!

 - ...

 - ¿Qué, cómo estás pasándotelo?

 - ... Bien. 

 - ¿Cómo te llamas, colega? 

 - Rafa. 

 - Yo me llamo Manuel. 

 - ... Vale. 

 - Oye, ¿te apetece... - Manuel miró a su alrededor hasta fijarse en los juegos de mesa - ... Jugar al ajedrez? 

 - ... Qué va. 

 - ¿No? ¿Seguro? 

 - ... No.  Pasando. 

 - Y...  ¿Unas damas? ¿Cartas? 

Al final, convenció al chico para enseñarle a jugar al tute, pero sólo porque desde la mesa se veía bien a Ximena, a la que Rafa no quitaba la vista de encima, hasta el punto de que Manuel le tuvo que explica varias veces el juego. Rafa, mientras tanto, contó que estaba en un centro de menores por robar juegos en el Game.

 - Si me dices un juego, te lo saco por la mitad. Oye, ¿esa es monitora? 

  - Y este me va a pagar la pensión - pensó Manuel - joooder... Igual le saco el God of War. 

Tormenta. Bah!

A eso lo llamaban tormenta? La gente no ha visto lo que es una tormenta s de verdad si no ha vivido lo suficiente en Inglaterra. Un sitio donde el 70% del día tiene un clima impredecible, posiblemente lluvioso. Yo las había visto grandes, pequeñas y de todos los colores. Unos rayos y truenos no me iban a desvelar. Pero lo hicieron por nostalgia. Y me quedé buena parte de la noche mirando por la ventana. Muy bonito, he de decir.

La mañana amaneció malamente. Al menos para Itziar. Como diría mi compatriota Douglas Adams en La Guia... Oh, no! Otra vez no. Por si fuera poco, había noticias con nuevos bulos sobre despidos, reestructuraciones en la empresa... BUff! Esto nos va a poner demasiado tensos a todos hoy! Por si fuera poco, el tablón nos mostraba que... Shannon estaba muy arriba. Demasiado. Empecé a rascarme la nuca con ansiedad. Odiaba ser el centro de atención. Solo estaba siendo yo misma y eso, no era bueno. Por lo menos era mi opinión asquerosa sobre mi misma.

Y llegó la prueba.

¿Monitora?¿Quién, yo? ¿De esos críos? Resoplé hastiada.

Alcé la ceja disconforme mientras me ponía el uniformé. Vamos Shannon, tu puedes! Escoge uno. Ese. Vayá! ¿Que les dan de comer? Jesus por dios!!! Una ostia consagrada con Vicodina te daba yo, animal! Mejor voy a por otro chico que ese miraba a Ximena de forma rara...

Y llegué hasta una chica... ¿o era un chico?

- Hola!E...emm... que te apetece h-hacer? T-tenemos... No, oye.. espera! - Debería sobornarle con pasta!- Emm ... esto... ¿Intructora? ¿Y-y si el nuestro se salta la valla? ¿Q-que hago? ¿Voy por ella?

- No se olvide de ponerse el uniforme, señorita Nadine - Recuerda con una sonrisa, aunque es evidente que el arranque del discurso de Jesús la ha puesto nerviosa. Y lo peor es que había logrado captar la atención de un buen grupo de niños... para inmenso disgusto de los tutores de éstos, que comenzaban a acercarse a los muchachos para alejarlos del "hombre raro que ofrece drogas".

- Mm... Señor... Yrion, creo que le esperan en el comedor. - Haciendo un gesto para invitarlo a alejarse, pero de inmediato su atención es captada por las palabras de Shannon - ¡Oh! - Y sale corriendo detrás del muchacho... o muchacha, antes de que se haga daño. Afortunadamente, los tutores que viajaban con ellos al parecer se esperaban un intento como este, y ya hay uno que se ha adelantado a buen ritmo y no tardará en interceptarlo.

Itziar estaba caminando con Sara, mientras escuchaba cómo la niña comenzaba a contarle su historia, aunque tuvo que esforzarse en leer entre líneas para hacerse una idea clara de lo que había pasado. En última instancia, no era tan diferente a la de tantos otros. Madre soltera con problemas, padre desconocido, un embarazo no deseado… el cóctel perfecto para que una niña se quede prácticamente en la calle. Y para cuando los servicios sociales actuaron, ya era toda una fierecilla asilvestrada.

Pero entonces, el grito sobre las drogas de Jesús pareció paralizar todo el campamento, atrayendo la atención de todos. Estaba segura de que sería reprendido, cuando de pronto escuchó la divertida risa de Nadine, y la sangre se le heló en las venas.

-¿El viejo raro de ahí vende drogas de verdad? –Preguntó Sara, que parecía haber sentido claramente su reacción, con el ceño fruncido. – Parece un colgao. ¿Seguro que es un monitor?

La mujer aún tardó un poco en responder, mientras observaba la extraña situación. Estaba a punto de dirigirse hacia la monitora, cuando vio que Viktor se acercaba a ella para expresar sus quejas. Con un suspiro de alivio, se permitió relajarse y dedicar a su compañero un gesto de apoyo. Al menos alguien con sentido común había reaccionado. Pero entonces vio cómo otro de los chiquillos escapaba de Shannon hacia la valla. Menuda locura de día. Por un momento estuvo tentada de regresar, pero una mirada a la niña que estaba a su lado la convenció de la prioridad debía ser ella. Por fortuna, los tutores también estaban atentos.

-No, no vende drogas. –Respondió finalmente a la niña, cogiéndola de la mano en actitud tranquilizadora. –Es sólo que le gusta hacer bromas raras. No te lo tomes en serio, ¿vale? ¿Por qué no nos acercamos a esa mesa y seguimos hablando? Conozco un par de juegos divertidos.

Después de un largo momento de pausa, Sara asintió. Pero mientras caminaban, viendo todo lo que estaba sucediendo a su alrededor, la pequeña se giró hacia Itziar y con una absoluta seguridad, lanzó su veredicto.

-Este campamento es el sitio más raro en el que he estado, tía.

Ignorando las palabras de la Monitora, quien parecía no entender las estrategias sociales de alguien tan genial como era Jesús, al menos a la hora de captar la atención de un público; el buen pastor decidió seguir hablando con aquel grupo cautivo por su palabrería barata.

-¿Un rocódromo? ¿Eso es divertido? Subir una pared vertical... Para eso ya existen los ascensores.

-¿Cartas?. Eso lo carga el diablo.

-Y ya ni hablemos de...

Jesús niega con la cabeza repetidas veces antes de continuar.

-Los Nintendos, Segas, Super-Nintendos, Pleisteision, Wharevah... Los Japoneses descubrieron que jugar en el Nintendo, por la luz, por la luz producirá epilepsia. Hay 2 Epilepsias; Uno es enfermedad, otro es demonio. Otra es demonio. ¡Combulsiones y Epilepsia!. El mal, te posee... ¡Daño cerebral! ¡DAÑO CEREBRAL! ¡PERMANENTE!. Tu estás esclavo del mal... esclavo del mal... El diablo está jugando contigo, por fijar la vista en el screen...

Ahora sí que tenía a sus masas embobadas con las -chifladuras- que Jesús había dicho; algunos lo podrían tomar como un loco, pero otros verían a través de sus palabras su gran plan; y mientras no salieran a la luz las imágenes de que alguien rajaba estrepitosamente de grandes compañías como era Nintendo, Sega... pues no habría mucho más problema.

Con las decenas de miradas de niños en silencio ante las palabras del Pastor de Almas, Jesús decidió esbozar una sonrisa burlona a los pequeños, mientras repartía el gran montón de comida que había amansado de las mesas cercanas; para así hacer que el vínculo entre el Pastor y su Nuevo Rebaño se fortaleciera, "ÉL" el Proveedor de Conocimiento y Alimento y ellos sus Pequeños Oyentes.

-Chicos, huelga decir que estoy de broma con ustedes. Y eso es lo que yo quería enseñaros desde un primer momento -a parte de que las drogas son malas-; no se necesitan juguetes, baratos o caros, no se necesita escalar una pared vertical -como todas las paredes- ni siquiera un simple mazo de cartas de los POKIMON -de eso ya hablaremos en otro momento-; sino que la mayor diversión y entretenimiento, al igual que la felicidad está dentro de cada uno de ustedes.

Con esto dicho, Jesús alargó una mano y toco la frente de uno de los niños más cercanos.

-Ahí dentro. Todos tenemos la chispa del humor, y esa chispa es capaz de encender cualquier llama de felicidad aún estando en el más oscuro de los abismos de la tristeza y desolación. Por lo que, os invito a todos a hacer de este mundo un lugar mejor, más alegre, divertido y feliz.

-Algo muy necesario en este mundo moderno y extremadamente competitivo... pues entre los mayores monstruos los peores son los que han perdido el amor, la compasión y se alimentan de quitar la felicidad, la seguridad y el sustento de las familias...

Al decir esto miró con una cara de desprecio a Itziar. Sabía que era una de las favoritas para ganar el ascenso, al menos si se interpretaba de esa manera la tabla, pero no toleraba que su pasado hiciera tanto daño a tantísimas familias. Un sentimiento que quería inculcar de forma sutil en los niños y probablemente en el resto de los "participantes".

-Pero ahí es donde entráis vosotros, no hay tormenta que mil años dure y la más grande oscuridad se aleja de incluso de la más insignificante llama de verdad, honestidad, buen humor y felicidad. Tenedlo en cuenta...

Menudo asco de monitora soy!

La verdad, no sabía que hacer. Miraba a todos los demás y se las apañaban bastante bien. No se me daban bien los niños. Para que mentir, los mayores tampoco! Y eso me hacía sentirme bastante frustrada. Me llevé las manos a la cabeza, en un intento de alisarme el pelo, presa de la impotencia que tenía. ¿Que hago?

Miré a Nadine, buscando su apoyo pero ella estaba con "su ahijado". Al igual que el resto. Incluso Jesus hacia de trilero en medio de varios chicos. Suspiré, ahogando un susurro de pura pena y casi estuve a punto de volverme a ir por donde había venido.

Pero no.

Cerré los ojos y conté hasta diez. de fondo oía como la monitora se hacía cargo del adolescente que se intentaba ir de allí. Itziar intentaba enmendar el error de Jesus intentando llevar a los supuestos acólitos a otro lado. Era como una madre, o eso me parecía al oírla.

Joder! Que hago yo! Solo soy una triste bióloga que... Un momento! Ya lo tengo!

- Vale! ¿Quien... quiere quiere aprender de ciencia?- Dije abriendo los ojos. Vale, no era un buen reclamo. Tan solo llame la atención distraída de un par de ellos que me miraron, sin acercarse, desconfiados. Zumbada, me pareció leer en sus labios. -¿Y-y.. los animales?- Ahí si!. Esos chicos se sintieron algo curiosos, se encogieron de hombros y se acercaron.

Por un momento el corazón me dio un vuelco al ver que se acercaban.

-V-vale...¿Quién me puede conseguir una hormiga? Es fácil, por aquí seguro hay muchas.-

[Paco]-Para que quieres una hormiga.-

[Pepe]-¿Tienes novio?-

[Paco]- Tio! Dále una hormiga... lo mismo se la come.

Sonreí un poco confusa por la pregunta del chaval pero seguí con mi idea.

-Alguien ha visto como encerrar a una hormiga dentro de un circulo de tinta.-

[Paco]-Que dices?

[Pepe]-Eso es imposible!

-Nada es imposible. Solo ... difícil.-

Sonreí mientras uno me traía una hormiga. Cogí un papel, un rotulador, lápiz y bolígrafo, y puse a la hormiga en el centro del papel.

- Mirad. Intentémoslo con el lápiz. Nada. Ahora con el bolígrafo...ops! Se escapó. Ya ahora con el rotulador. Oh! Ahí la tenéis. En el centro de círculo de tinta.

[Paco]-No me jodas tío!

[Pepe]-Déjame probar!

[Paco]-Lo flipo. La  puta hormiga no se sale! ¿Y eso porqué?

Sonreí satisfecha de mi logro y les día los chavales una explicación lógica. Las hormigas no se detendrán por una simple línea, pero son seres muy sensibles, y la tinta del rotulador tiene alcohol, lo que les irrita los sentidos y tienden a dar la vuelta.

Los chavales fliparon, esperando mas.

- ¿Alguien quiere hacer un volcán con vinagre y bicarbonato?- pregunté a los chavales guiñándoles un ojos.

Pronto, Shannon la científica loca, estaban en una mesa rodeada de unos pocos chavales haciendo experimentos caseros. algunos mejores. Otros peores. Pero entretenidos...

Nadine se había acercado a uno de los monitores y le había pedido algo. La monitora principal, que estaba en esos momentos muy ocupada, había dicho que podían pedir lo que quisieran y usar todo el campamento a si favor y el monitor accedió a traérselo.

Mientras esperaba aún echando un vistazo a los chicos analizando y buscando al grupo adecuado para acercarse, sucedió el momento de pánico de Shannon, que arrancó la atención de Nadine.

Se giró hacia su amiga y le dedicó una sonrisa mientras Jesús, de un modo totalmente estrafalario giraba su mensaje hacia un rumbo más apropiado en un viraje que a Nadine se le antojó la ruta natural del discurso de Jesús y planificada desde el comienzo.

¿De verdad soy la única que medio entiende lo que hace este tío? ¿Será eso que estoy algo chalada?

Aún no había llegado su material, pero Nadine ya había encontrado al gupito perfecto: los más mayores y difíciles de contentar. Seis chavales de unos 12 años que actuaban de un modo pasota. Eran cinco chicos y una chica de aspecto problemático.

Se puso el vestuario de monitora del campamento, tal y como la monitora le había pedido, y se acercó a ellos con una gran sonrisa amistosa.

¡Hola! Veo que a vosotros no os va ninguna de las actividades de mis compañeros.

[chico A]- Date el piro. - Verbalizó uno de los chicos, lo que decían las miradas de los seis. Parecía ser el autoproclamado representante de los seis.

¡Vamos! Seguro que podremos hacer algo juntos.

[chico B]- Todas estas cosas son para críos. Este campamento es para críos - Dijo el que no podía terminar de ocultar bajo su fachada de tipo duro una mirada más amable. Lo que se ganó una reprimenda silenciosa en forma de mirada dura del chico A.

Seguro que encontramos algo que hacer. Yo soy Nadine. ¿Como os llamáis vosotros?

Silencio.

Está bien... ¿Qué os gustaría hacer? ¿Hay algo que os guste?

[Chico C]A mi me gusta que me la chupen las mujeres guapas - Dijo el que desde el comienzo no había dejado de mirarle las tetas. Este comentario se ganó una mirada desagradable de la chica y una mirada aprobatoria del chico A, junto con algunas risas más o menos disimuladas.

¡Genial! Ya sabemos los gustos de uno de vosotros: soñar despierto.

Nadine consiguió una sonrisa de medio lado de la chica, alguna risita del grupo, el silencio desconfiado de Chico A y la mirada molesta de Chico C. Pero había conseguido algo.

[Chico C]¿Quieres que me la saque y empuezas ya? - Dijo el afectado haciendo ademán de empezar a bajarse los pantalones y poniendo en riesgo de descontrol la situación.

No te molestes, Cacahuete. No quisiera que nos tapases el Sol a todos

Nuevas risas más claras. Esta vez Nadine no esperó el contraataque y se adelantó.

¿Y al resto que os gusta?

[Chico B]El Fornite - Saltó en su ayuda el rostro amable que había recibido bien la contestación a su colega.

Eso aquí va a estar complicado, pero es un comienzo. ¿El resto?

[Chico D]El baloncesto - Dijo el más alto de los chicos animado por la iniciativa del amable.
[Chico E]El Parkour - Dijo el más atlético de los cinco.

Nadine vio como sus intenciones peligraban si aquella iniciativa viraba en torno al ejercicio físico. El baloncesto todavía podía ser admisible pero si finalmente ganaba peso el Parkour ella estaría fuera del todo. Por suerte la cosa siguió.

¿Y algo que os guste a todos?

[Chica]El Hip-Hop
[Chico A]Esto es una pérdida de tiempo. Vuelve con tus colegas y pasa de nosotros

Ese era el pie que ella había estado esperando, pero le duró poco la alegría. Había agotado el tiempo del chico A que había comprado con sus respuestas y todos parecían con sus gestos dispuestos a seguir a su lider.

¿Estás seguro? Podemos hacer algo chulo de verdad con eso. ¿Os gusta el Hip-Hop?

[Chico A]Tía, pasa. No nos interesa - El líder habúa vuelto a asumir el peso de la conversación y el resto parecía estar conforme con que él decidiera por ellos.

¡Vaya! Es una pena. Había pensado que podíamos darle un poco de caña a este sitio. Dejarnos de niñerías y hacer algo que no fuera un bodrio

En ese momento, como traido del cielo, llegó el monitor con su salvación: la mochila llena del material solicitado.

Gracias - Le dijo Nadine con su mejor sonrisa - Pero ya no lo necesitaremos - A pesar de sus palabras, cogió la mochila y le guiñó un ojo al monitor de tal modo que los chavales no pudieron verlo.

[Chico B]¿Qué llevas ahí? - Una vez más, el chico de rostro amable.

Cuando todo esto termine te voy a dar tal beso que tu colega va a tener material para sus noches húmedas durante meses - Pensó Nadine agradecida de la existencia del chico de rostro amable.

Nadine les miró con una mirada pícara y una sonrisa cómplice, como si lo que llevase fuese algo prohibido o mal visto en el campamento.

¿De verdad quieres saberlo?

Abrió la cremallera y mostró el contenido a los chicos, asegurándose de que el líder y la chica vieran su contenido. Era una mochila llena de sprays de pintura.

A Nadine no le pasó desapercibido el brillo en los ojos de los chicos y el codazo de la chica a las costillas del líder.

[Chico A]¿Qué tenías pensado? - Rezongó el líder como consecuencia del codazo y algo dudoso pero interesado.

Así que ella es la novia de él. Nadine, has tenido suerte.

Nadine se acercó al grupo y mirando significativamente la pared lisa y blanca del edificio de los desayunos, dijo en tono cómplice.

Graffiti. - Supo que los tenía. Así que añadió - ¿Queréis que os enseñe a hacer un mural y a dibujar con aerosol?

[Chico A]¡Joder! ¡Eso sí está chulo!

Esa fue la firma de un contrato implícito. Juntos se acercaron a la pared y a partir de ahí todo fue más rodado. Nadine les fue explicando cómo pintar con aerosol usando una lona plástica para las pruebas y también a planificar lo que querían dibujar antes de hacerlo, a visualizarlo y a, su especialidad, decidir qué querían que su mural conjunto dijese por ellos. Una actividad aplicada sobre el fondo de la imagen de marca.

Aprovechó la actividad paraconocer a los chicos y contarles cosas de ella. También para darles algunos consejos.

Puede que ahora no lo parezca, pero siempre hay un camino para salir hacia adelante. Lo importante es que seáis capaces de proyectar al exterior lo que queréis que la gente vea de vosotros. Eso os abrirá todas las vías. Es como este mural ¿Entendéis? Lo que proyectéis aquí será lo que la gente vea al mirarlo y hablará de vosotros. Como vuestra imagen o vuestros gestos. Una sonrisa o un ceño fruncido. ¿Qué creéis que verá la gente si aquí nos dedicamos a garabatear símbolos y letras? ¿Y si dibujamos juntos algo? Las letras se leen y los símbolos significan cosas, pero cuando miren la pared no verán el mensaje, si no el modo de expresarlo y pensarán en vosotros como vándalos. Os cerrarán las puertas. Si en cambio intentamos dibujar ese significado, el mensaje será menos claro que escrito, pero cuando alguien mire el mural, aunque no entienda el mensaje verá el modo de expresarlo y pensará en vosotros como en personas valiosas y únicas. Los dos son graffitis en una pared, pero hablan de vosotros diciendo cosas distintas. ¿lo entendéis? Siempre hay dos modos de hacer las cosas, de dar los mensajes. Pensando en lo que se quiere proyectar hacia el exterior o pensando únicamente en el mensaje. El continente es lo primero que seve. La mayor parte de las veces, si a la gente no le gusta el continente, nunca llega a conocer el contenido.

[Chico C]¿Por eso tú estás tan buena?

Nadine se rio

Cacahuete, al final te vas a ganar un beso

El día continuó, algo más tranquilo. El resto trataban de animar a participar a los pequeños que habían escogido, con mayor o menor éxito. Incluso Jesús parecía haber reorientado su discurso hacia zonas que casi entraban dentro de la normalidad. Pero a pesar de eso, no podía evitar sorprenderse de que varios infantes le siguieran prestando atención.

Ella, por su parte, llevó a Sara hasta una de las mesas que Jesús no había saqueado, y ambas aprovecharon para desayunar a lo grande con lo que había allí preparado. Mientras la pequeña daba cuenta de un bollo tras otro, Itziar aprovechaba para contarle cosas que suponía que podrían interesarle. Tras tocar algunos temas, vio claramente que las historias que más le gustaban eran las de viajes y de animales. Era en ésas cuando en la mirada de Sara aparecía el brillo de inocencia que le habían arrebatado. Y cuando le dijo que habían montado a caballo hace unos días, se quedó boquiabierta.

-¿Tú sabes montar a caballo? –Preguntó, sorprendida. -¿Me enseñas?

-Bueno, más o menos. No me caí… eso supongo que es como saber un poco. –Contestó con una sonrisa. No se le había dado mal del todo, pero estaba segura de que un galope sería demasiado para ella. –Ahora mismo no podemos ir a montar a caballo porque están descansando, pero te prometo que te llevaré, ¿vale?

-Pero... nos vamos luego. –Respondió Sara, algo escéptica, oscureciendo su gesto. –Y en la casa de acogida no hay caballos. Es mentira… ¿a que sí?

-No, no es mentira… ya veré qué es lo que puedo hacer. Te lo he prometido, ¿no? Confía en mí. –Añadió guiñándole el ojo, lo que terminó convenciendo, al menos por el momento, a la pequeña.

Así que después de jugar un poco y continuar conociéndose, las dos se levantaron y retomaron su paseo, en esta ocasión con la mano de Sara colgando tímidamente de la de Itziar. Sin prisa, iban avanzando mientras una o la otra saludaba de tanto en cuando a sus propios compañeros mientras miraban lo que estaban haciendo. Pero después de un rato, Itziar llevó a su pequeña hasta la mesa de Shannon.

-Mira Sara, ésta es Shannon. Es otra de mis compañeras del… campamento. Además de monitora, ella sabe mucho de ciencia. –Dijo al llegar hasta su compañera, que en ese momento estaba ocupada intentando preparar un nuevo experimento para entretener a su público. Un público que parecía estar distrayéndose por momentos. Eso no era bueno.

-¿Sabíais que vuestra monitora… -Dijo de pronto, llamando la atención de los chicos que rodeaban la mesa. -…además de hacer todo esto, sabe muchas más cosas?

-¿Cómo qué? –Preguntaron al unísono dos de los chicos.

-¿Monta a caballo? –Añadió, esperanzada, Sara.

-Bueno… -Itziar se hizo descaradamente de rogar, atrayendo la atención del grupo. –Ha montado a caballo conmigo, sí. Así que sabe. Pero sabe muchas más cosas. Sabe cómo salvar a los animales del mar. Y también cómo castigar a la gente que intenta envenenarlos.

-Prepara algo bueno, Shannon, sorpréndenos. Los mantendré ocupados mientras. –Susurró en un descuido a su compañera con una sonrisa.

La charla de Itziar se alargó un poco más, justo a tiempo para permitir que un nuevo y notablemente más espectacular volcán volviera a centrar la atención de los dos chicos. Incluso Sara llegó a asustarse, escondiéndose detrás de la mujer por si el volcán la quemaba, a lo que Itziar reaccionó revolviéndole el pelo con ternura.

-Te la dejo un momento, ¿vale, Shannon? –Dijo en voz baja tras un rato, acercándose a la chica morena. Y girándose hacia Sara, añadió bromeando. –Ahora vuelvo, no te escapes, ¿eh?

Y se alejó de ellos, hasta acercarse al grupo de tutores de los chicos e intercambiar algunas palabras con ellos. Palabras, alguna cara de sorpresa, y finalmente unas llamadas de teléfono que terminaron con Itziar volviendo, aparentemente satisfecha, hasta la mesa de Shannon. Su pequeña pupila se acercó a ella al verla llegar.

-Pues nada, ya estoy de vuelta. ¿Te ha gustado? –Preguntó, agachándose junto a Sara.

-Sí, mucho. ¿Ya es la hora de contarme el secreto?

Por toda respuesta, Itziar sonrió.

Eran niños, simples niños...

La monitora enseguida perdió el foco dado que uno de los invitados arrancó a correr... por otro lado, Jesús seguía con la suya. Le mira con gran incredulidad, lo de aquel tipo no tenía nombre. Bueno, sí lo tenía, pero no era bonito. Mientras se encamina hacia él, se fija en las interacciones de los demás con los niños y, quitando que los chiquillos de Nadine parecían adolescentes, la situación parecía estar controlada. Mientras avanzaba hacia él, buscó algo en el móvil y, al llegar a la altura de Jesús habla bajo y controlado, pero su tono no deja de ser una sutil advertencia.

Evangelio según San Marcos, 11:17-18. Haz caso a la monitora.

No espera siquiera alguna reacción por su parte, esperaba que fuese suficiente y no tener que terminar peor. Eran niños y lo último que necesitaban era una disputa de egos entre adultos que, como de costumbre, ignoraban por completo sus necesidades.

De este modo que se marcha antes de su reacción y se encamina hacia un niño que estaba pasando de todo, peleándose algún tipo de galleta. Viktor puso su mejor sonrisa. Y temeroso, comenzó a hablar.

Ei ¿puedo molestar? Resulta que...

Y así trata de romper el hielo. Este niño no era agresivo, como la mayoría de los otros: era astuto. Jodidamente astuto. Hasta el punto de que mientras el adulto trataba de convencerle de hacer algo, el niño engaña al adulto pidiéndole hacer un batido de Oreo y yendo hacia la cocina, mientras algún que otro niño les sigue al escuchar la palabra Oreo, pero de lejos. Esas cosas podrían resultar inverosímiles para muchos, pero el chaval de verdad quería un batido de Oreo, contándole algo de que era el preferido de su madre o alguna historia melodramática por el estilo.

... y entonces, con un poco de helado de vainilla, unas galletas estilo oreo y leche, le das caña y tras unos segundos ¡tienes un batido super fresco de oreo! Pero eso no es todo. Mira, con nata montada por encima y unos trocitos de galleta...

- ¿Te crees Leona Barbacoa o algo así?

Interrumpe brúscamente una de las chicas que estaba mirando, como para meterse con él. Eso deja a Viktor aturdido unos segundos pero enseguida reacciona y ríe un poco.

¿Leona? No, soy más de supports healers, algo como Soraka de la Órden del Plátano.

La chica abre los ojos de par en par, vale, aquello no se lo había esperado y, mientras el chico tomaba su batido, ella aprovecha para unirse con una conversación sobre el Lol y, además, tomar batido también. Ahora eran dos niños los que le habían engañado... y en lugar de hacerles alguna actividad estaba más como una especie de cocinero y consejero del Lol.

Y si nadie iba a por él, probablemente se olvidaría de que tenía algo que hacer.

Gerald estaba listo con el traje de monitor, pero no se sentía a gusto en aquella situación ademas como no pudo conciliar en la noche, mas los rumores que se soltaron, claramente falsos, en la empresa a la mañana no ayudaban al humor de aquel hombre.

Así que quedo mirando una vez mas como el resto lo intentaba mientras él no sabia a quien acercarse. Esos niños no eran agradables, eso lo tenia claro porque de pequeño a lidiado con ese tipo de personas inconformistas. Por suerte para él esperar un poco para ser crucificado por ser bajo y gordo ayudo a que los demás suscitaran el interés de los chicos y se mostraran mas reticentes a escuchar a mayores que los molestan con sus chorradas. Así que cuando el caldero estuvo preparado decidió acercarse para mirar lo que otros estaban haciendo. Itzar parecía ser la típica madre amable, mientras que Nadine era la amiga mayor enrollada otros por su parte intentaban llevar a los niños al terreno que el mismo entendía, como el predicador o Viktor, curiosa manera de aleccionar a los chicos.

Pero la que mas le intereso su método de actuar fue la de Shannon, jugando con los insectos, así que se le ocurrió una idea muy simple. Fue a por un par de cuadernos arranco una hoja de papel y empezó a doblarlo cerca de los chicos, para que vieran lo que estaba haciendo.

-A que juegas gordo. -Alguien acababa de picar el anzuelo. -No me digas que estas haciendo una de esas mierdas para ver a quien le gustas.

Gerald sonrió ante el comentario del chico. Y antes de que este pudiera llegar a su lado, el hombre termino su trabajo y lanzo aquel avión de papel en dirección al chico, que con las manos en los bolsillos y la cara de asombro no tuvo tiempo de esquivar lo que parecía se chocaría con su cabeza, pero ha poco mas de un palmo, torció el vuelo y acabo en el suelo, a la izquierda del chico.

-¡De que coño vas tío! -Grito molesto.

-Tranquilo hombre, estaba controlado, mira. -Alzo un segundo hacia arriba, solo para ganar altura y caer en picado, pero antes de que el morro se estrellara con el suelo este planeo suavemente hasta el suelo.

-Vale, menuda chorrada, has hecho un avión de papel, Eso lo puede hacer cualquiera. -Bufo.

-¿Seguro? -Sonrió Gerald quien ya había pescado al primero. -Demuéstralo.

-Vas a ver gordo. -Saco las manos de los bolsillos y le quito una de las hojas que tenia.

-Me llamo Gerald. -Se presento al fin.

-Harby. -Dijo el chico casi sin pensar concentrado en darle una lección. Pero al poco de terminar y lanzarlo a volar este callo prácticamente en los pies del chico, quien lo recogió e intento un par de veces mas antes de pisarlo frustrado.

-Jeh! ¿No es tan fácil eh? Pero puedo enseñarte. -Se ofreció.

-Bah... para que. -Devolvió las manos a los bolsillos.

-Venga te reto, a ver quien es capaz de meterlo en esa mesa. -Comento señalando la de Shannon quien estaba trabajando a mas puro estilo Beakman. -Con suerte hacemos que mas de uno grite.

-MMmmmm..... -Harby alzo la cabeza para ver la mesa y como aquella monitora hacia esfuerzos por no sudar ante los niños. -Vale, parece presa fácil. -Comento claramente interesado.

-¡Ademas que sepas que puedes hacerlos de muchas formas y que hagan piruetas y todo!. -Alzo un poco la voz para atraer la atención de quienes estaban cerca sin saber que hacer.

-Vale tío deja de chapar y enseña. -Replico ya metido en faena.

Poco a poco algún que otro chico/a se acercaron a ver lo que Harby estaba haciendo y Gerald no dudo en invitarlos, tenia papel de sobra y no solo sabia hacer aviones. -Alucino que un estúpido hobby de primaria ahora me sea tan útil... suerte que aun recuerdo como hacerlos...