Despues de casi una hora arrastrandoos entre la mierda y los desechos de toda la ciudad, con el pelo sucio, los vestidos pegados al cuerpo por el barro y otras cosas, hecho jirones en algunos puntos, y sin zapatos pues los habeis perdido en algun punto del trayecto, os encontrais fuera, caeis de repente, en el pozo, un enorme agujero de 2 metro y medio de altura, a rebosar de aguas fecales, y la unica salida al mar, sin doble amurallamiento.
mientras estas haciendo tu ronda, ves llegar al canciller real y al enorme eunuco al que apenas conoces, corriendo, nada mas verte se detienen, y aflojan sus armas, en ese momento oyes un chapoteo considerable en el "agua" del pozo.
Vamos amigo, estamos cerca del pozo, ellas deben estar alli ya, y solas, mis pobres princesas... todo por mi culpa, por agredir a su majestad. Cuidado, veo un guardia en el pozo, o no nos ha visto, detente y afloja tu arma quizas debamos pelear. al decir eso os deteneis, y efectivamente veis a un guardia bien armado con espada y escudo y armadura, en lo alto del pozo, mirandoos, en ese momento un chapoteo os sorprende en el "agua"
No os preocupeis, canciller. Si no hubiera sido por vos tal vez ahora no lo estariamos contando. En todo caso ha sido un acto muy valiente enfrentaros al rey.
Seguimos avanzando hasta que encontramos a un guardia. Desenfundo mi espada en silencio por si entramos en combate. De repente algo salpica en el agua.
No hago nada porque no me ha quedado muy claro si nos estan atacando o no.
-Nunca me había sentido tan sucia. Es el sitio más asqueroso y desagradable del mundo y sin embargo aquí estamos...- suspira sonoramente, componiendo una mueca de asco por el olor que de vez en cuando intenta contener cubriéndose parte de la cara con el brazo. Por suerte de cintura hacia arriba aún se mantiene bastante limpia y finalmente llegan al pozo.
-Salgamos de aquí, no aguanto ni un segundo más... Y ya hecho de menos a Aeron- se acerca a la pared y ayudada por su hermana y algo de esfuerzo consigue subir arriba, para entonces estirar los brazos y ayudar a Ísola cómo buenamente pueda.
Master, puedes describirme un poco la situacion?
Dioniso realiza su ronda rutinaria en aquel pozo apestoso. Seis días allí aislado de sus hombres y del fragor de la batalla son algo dificiles de soportar para un hombre como el. A pesar de todo, y aunque temeroso por el destino de la ciudad, asume con frustración su castigo por desobedecer a su rey.
Cavilando sobre cuantos días mas deberia de permanecer allí, ve a lo lejos acercarse a dos hombres, reconociendo con gran sorpresa a uno de ellos como el Canciller Real y al otro como el eunuco que suele ver acompañando a las princesas. Los saluda con reverencias
-Canciller....¿Que hacéis vos en este lugar?
Sin apenas casi tiempo a finalizar su pregunta escucha un extraño chapoteo en el agua cercana, volviendo de inmediato la cabeza hacia el origen del sonido
cubierta por la inmundicia, intento llevar la situación lo mejor que sé. ciertamente no es sitio para dos princesas, pero mejor esto que lo que se nos venía encima. estas cosas fortalecen el carácter hermana, te enseñan que la vida no entiende de clases ni categorías. dicho esto, sin esperarlo, caigo a un pozo, más mierda aún. parece que esto no vaya a acabar nunca...
aun estamos mischa y yo solas?
perdonad, este restraso, pero la web y yo hemos tenido dificultades tecnicas. Ahora mismo os veis y escuchais todos los implicados en la escena, podeis postearos libremente y actuar libremente entre vosotros, el rey por el momento no supone ya un problema, tardara en aparecer.
Dioniso, ¿que haces aqui? un respetado capitan de la guardia como tu deberia estar vigilando las puertas de la ciudad, sin lugar a dudas volviste a offender al rey, si es asi, dejame un lugar a tu lado amigo mio, y ayyudemos a las princesas a salir del pozo, que no creo que esten comodas alli abajo. Aeron, nos ayudas? o te acobarda un poco de suciedad?
-Supongo que no es necesario que os lo explique Canciller.... el Rey y yo tenemos, desgraciadamente, criterios distintos en determinados temas. Lo único que me preocupa, es por cuanto tiempo mas me mantendrá alejado de la vigilancia de las puertas....
No puede reprimir un gesto de sorpresa ante la información de que las princesas están en el pozo
-¿Las Princesas se hayan en el pozo? ¿Ha sucedido algo en palacio? Inquiere con preocupacion mientras se dispone a ayudar al Canciller a sacarlas
Reconozco a Dioniso como el capitan de la guardia, aunque solo lo he visto un par de veces. El edor que sale del pozo es casi insoportable. El canciller dice que las princesas estan ahi y debemos ayudarlas a salir.
Molestarme la porqueria? No me confundas, canciller, por las princesas haria lo que fuera necesario, por muy sucio o molesto que sea.
Me acerco hasta la boca del pozo y veo a Nereïa e Isola nadando entre excrementos. Me agacho y tiendo una mano para ayudarlas a salir.
Mis señoras. agarraos a mi mano y os sacare de ese pozo de inmundicia. Canciller, espero que este fuera realmente el unico camino que podian coger sin riesgo, porque si descubro que ha sido una especie de broma...
Nereïa arquea ambas cejas y levanta la vista, escuchando las diferentes voces que se distinguen en el exterior del pozo que por suerte no es en exceso alto.
Al cabo de poco empiezan a asomarse varios hombres, todos ellos muy dispuestos a ayudarlas, con lo cuál no puede evitar una sonrisa agradecida mientras estira sus delgados brazos, impulsada ligeramente por su hermana para acabar de facilitar la ascensión.
A pesar de los diferentes brazos extendidos, la joven princesa no duda en sujetarse a su fiel eunuco, el cuál seguramente será ayudado de todos modos y Nereïa sube con facilidad pues pesa poco.
-Ya estáis aquí, temía no poderos veros con tanta rapidez...- suspira con alivio y reprime unas inmensas ganas de abrazar a Aeron, ya que al fin y al cabo sabe que ahora mismo no resultaría muy agradable.
Apoya ambas manos, pequeñas y delicadas, en el borde del pozo, hasta que Ísola también está fuera y sonríe satisfecha un momento para después observar a todos.
-¿Capitán...? ¿Cuál fue el motivo por el que discutió con mi padre? -pregunta con curiosidad a Dioniso.
Nereïa se sujeta a mi brazo y la saco sin demasiada dificultad. Mi primer pensamiento es el de abrazar a la joven princesa, pero ella es de la realeza y yo su guardaespaldas, lo cual hace que tal vez no sea una gran idea.
Ya os dije que nos encontrariamos pronto, princesa. Nuestro camino resulto no ser tan dificultoso despues de todo.
Vuelvo a agacharme al lado del pozo para ayudar a Isola y repetimos la operacion. Una vez fuera es hora de pensar que haremos ahora. Me dirijo a Isola con el respeto que se le tiene a una reina.
Mi señora, que creeis que debemos hacer? No podemos volver a palacio, ya que el rey esta herido por nuestra culpa y dudo que este de humor. Tampoco podemos salir, ya que, a pesar de mi fuerza, dudo que podamos contra 2000 hombres armados.
Dioniso se acerca al fétido pozo donde tiende los brazos para ayudar a Aeron que ya tiene agarrada a Nereïa. Entre ambos la empujan hacia arriba, el peso de la princesa es realmente poca cosa para dos hombres en plena forma física como ellos. Una vez Nereïa esta arriba, tienden los brazos a Isola y la alzan también. Las princesas desde luego presentan un aspecto bastante sucio
-Altezas ¿Que hacéis vos en este lugar? Que ha sucedido en palacio? Es verdaderamente desconcertante que las dos luces que iluminan nuestra ciudad con su belleza en estos tiempos tan dificiles, se hayan visto obligadas a nadar en este pozo inmundo
Se queda pensativo ante la pregunta de Nereïa, como dudando de que forma responderla correctamente
-Vera Alteza... su padre me dio una orden que considere inaceptable y me negué a obedecerla por el bien de mis hombres, como castigo he sido asignado a la vigilancia de este lugar. Preferiría, si me lo permite, no entrar en mas detalles
ayudada por los tres hombres nereïa y yo logramos salir del pozo. asiento para agradecerles el gesto y tras las palabras de aerón, me dedico unos segundos para pensar. no creo que sea muy seguro volver a palacio, pero no veo otra salida, ni para vosotros ni para nosotras, aunque suene ridículo estamos más seguras en palacio, además, debemos cambiarnos de ropa, no pasaríamos muy desapercibidas, con el lamentable aspecto que ofrecemos. me giro hacia el canciller. cual es nuestra mejor opción para entrar?
-Está bien... le pido perdón, pues mi padre no siempre actúa del modo más adecuado y por eso mismo nos encontramos en esta penosa situación -mira el bajo de su vestido, completamente empapado y sucio, además del olor desagradable que eso provoca, y sus pies descalzos en el mismo estado.
-Bueno el caso es que Padre quería...- se calla, relamiéndose algo incómoda sin demasiadas ganar de comentar el asunto en voz alta -El canciller le detuvo y le hirió a costa de recibir también daño, así que ahora mismo estará realmente enfadado. Pero tal vez se encuentre en cama- comenta con un mínimo de esperanza.
-No ha de disculparse Alteza, solo ruego a los Dioses porque su padre recobre el juicio
Escucha con dolor el relato de la princesa apiadándose de ella al verla en tal lamentable estado y entristecido ante la actuación del Rey
-Entiendo... Mi señora, siempre he sido leal a su padre, pero no puedo permitir que cometa tal acto. Volver a palacio seria demasiado arriesgado para vos mientras su padre no se tranquilice. Les ofrezco que acudan a mi casa, allí estarán seguras hasta que Su Majestad se calme, pondré a su disposicion ropa limpia y todas las comodidades que humildemente esten a mi alcance.
Dioniso invita a Nereïa e Isola a que se refugien en su casa. No se si la invitacion me incluia a mi, asi que intervengo para que queden claras mis intenciones.
Mi señor, siento si es molestia, pero yo tambien ire. No puedo dejar solas a las princesas despues de lo ocurrido. Si hubiera algun problema me gustaria estar alli.
Miro a las princesas esperando a saber que deciden, ya que aunque a mi me parece la mejor opcion, tal vez ellas no tengan la misma idea.
-Muchas gracias Dioniso, su ofrecimiento es muy amable y creo que no podemos rechazarlo... Nos dará algo de tiempo para pensar con más calma lo que queremos hacer, y podremos intentar hacer algo con las heridas del canciller- tras lo cuál mira su hombro, dónde probablemente aún tiene la flecha clavada, después observa a Ísola un instante, esperando su aprobación para finalmente sonreír a Aeron cariñosamente.
-Por supuesto que vendrás con nosotras, ¿qué haríamos sin ti? Al menos yo ya no sería capaz de concebir un día a día sin tenerte al lado- después de tal afirmación desvía la vista a ningún sitio en concreto, algo avergonzada por la osadía dicha.