Partida Rol por web

La casa es acogedora aunque humilda, el suelo es de tierra compactada, solo tres estancias, la del señor, otra mas, y un pequeño cubiculo junto a la cocina-salon que sin duda es de la criada que os ha abierto. os trae algo de ropa, a Isola le estara bien, a Nereia sin duda grande, hay un niño de unos 6 años jugando con algo que parece un muñeco de trapo sucio. junto al fuego. nada mas veros para de jugar y os mira con asombro. la mujer os dice: si deseais lavaros, usad aquella habitacion es el baño, pero lamentablemente no tenemos agua caliente, toda se la llevan para el rey, asi que agua fria y jabon de sosa es todo lo que pued ofreceros, a parte de calor y comida...

Al fin la mujer nos abre la puerta y nos invita a entrar. Espero a que entren Isola y Nereïa para entrar yo en ultimo lugar. El sitio es acogedor y servira a nuestros propositos, ocultarnos durante un tiempo. La mujer trae ropa para las princesas y les indica donde lavarse.

Le agradezco lo que hace por mi señora Isola y por la joven princesa Nereïa, señora. Estabamos en una situacion dificil.

La mujer que sin duda no habia reconocido a las princesas con tanta siciedad encima mira a Aeron de arriba a abajo y exclama con sorpresa: Las las las prinprincesasssss, aqui aqui, y yyyy yo, ofreciendo agua fria y pan rancio? Hermenio corre al mercado por fruta y pescado fresco, dile al tendero que es para el capitan Dioniso, que el se lo pagara... se dirige al niño que deja de mirar al eunuco y sale corriendo como un rayo por la puerta.

-Señora no es preciso que se moleste tanto, su hospitalidad ya ha sido suficientemente generosa, no queremos causar problemas ni llamar demasiado la atención...- dice mirando al niño de reojo, el cuál parece sorprendido por la corpulencia de Aeron y eso podría conllevar comentarios y rumores extendiéndose por el mercado en un instante.

-Estaremos bien así, gracias por todo- asiente y empieza a andar hacia la sala destinada al baño, esperando que Ísola y el eunuco, portando la modesta ropa, la sigan.
Una vez dentro se desviste completamente y empieza a limpiarse con más de un escalofrío, reprimiendo los quejidos todo lo posible. Al fin y al cabo Aeron está más que acostumbrado a asistir a sus baños así que su presencia no le incomoda a pesar de ser un hombre.

al darse a conocer nuestras identidades, la actitud de la mujer cambia radicalmente. no se preocupe, no hace falta que mande al chiquillo a comprar nada. digo acariciendo la cabeza del pequeño y dirigiéndole una sonrisa. nos apañaremos con lo que buenamente nos ofrece, si nos disculpa. digo antes de retirarnos hacia el baño. nereïa se quita la ropa sin pudor alguno. es cierto que aerón nos ha visto crecer, pero el tiempo pasa, nuestros cuerpos cambiaron y aerón siempre será un hombre. se mete en el agua, que, a juzgar por su semblante y sus lamentos tiene que estar realmente fría. me desago de mi ropa y la dejo en un rincón en el suelo. meto una mano en el agua, condenadamente fría, y voy mojando poco a poco mi cuerpo, tratando de evitar el contraste, aun así, la temperatura del agua es muy fría. habrá que darse prisa, este baño no será muy placentero.

Tienes 3 horas de permiso, han venido a sustituirte...

Dionisio saluda al guardia proviniente del palacio que acude a relevarle. Con rapidez abandona la zona del pozo pensando en dirigirse a su casa y reunirse con las princesas. Recorre las calles de la ciudad a toda velocidad hasta que llega a ella, confiando en que sus tes huespedes hayan llegado sanos y salvos

justo cuando estais desnudas, en "el baño" sin puerta, solo con la cortinilla de seda, se abre la puerta de la casa, y entra Dioniso, que os ve, e instintivamente gira la mirada, y cambia el rumbo desde la puerta hasta el cubiculo de la criada, le susurra algo al oido, y cierra la cortina del cubiculo, hasta que oye que acabais de lavaros y le llamais.

Nereïa ahoga un grito de espanto cuando distingue a Dioniso tras la cortina, encogiéndose y tapándose mínimamente y en un acto reflejo con sus propios brazos.
Por suerte el soldado es lo suficientemente honrado y gentil cómo para desviarse lo más deprisa que puede en dirección contraria, así que la joven suspira aliviada, refrescándose la cara para conseguir que ésta vuelva a adquirir su tono normal en vez del intensa ruborización que la acalora ahora.

Acaba el baño y se acerca a Aeron, el cuál le tiende una tosca "toalla" (o tela, lo que hubiera para entonces...).
-Puedes bañarte si lo deseas...- aunque en realidad debería ser obvio, pero el Eunuco tiende a mostrarse muy obediente a pesar de saber que a las princesas no les molestaría que tuviera algunos comportamientos más osados o de confianza con ellas. De hecho, a Nereïa le agradaría enormemente ésa actitud. Pero últimamente ya son demasiadas las cosas que consiguen llamarle la atención relacionadas con Aeron, lo cierto es que empieza a sentirse algo preocupada ya que nunca le había pasado...

Niega con la cabeza para sí misma, con el ceño algo fruncido mientras después de secarse escuetamente se pone uno de los vestidos cedidos por las sirvienta.
Anuda la tela a la altura de los hombros ya que le viene algo grande y cuando su hermana también ha finalizado salen de la pequeña estancia.

-¿Señor...?¿Ya ha vuelto?- pregunta ladeando la cabeza, dando a entender que ya puede salir.

dioniso aparece en la casa, interrumpiendo nuestro baño. me apresuro a terminar, vistiéndome con la ropa que la doncella nos ha proporcionado. salgo del baño, dejando a nereïa con aeron y voy al encuentro de dioniso. qué ha pasado? que sucedió con el canciller?

Cuando entra Dioniso en el baño me sorprende, no esperaba que entrase asi, aunque sea su casa, aunque es lo bastante decente como para no mirar y salir de alli. Deberia haber vigilado mas la puerta, aunque a Isola no parece importarle lo mas minimo que el soldado las haya visto, Nereïa parece mas avergonzada. Cuando salen les doy una toalla a cada una. La joven princesa dice que tambien puedo bañarme si quiero y la verdad es que no me vendria mal un baño, aunque soy un poco vergonzoso.

Lo... lo siento mis señoras, no volvera a pasar, estare mas atento. Si que me vendria bien un baño princesa, pero no se si tendran ropa de mi tamaño.

tas postea porfavor, o esto se para....

Aeron, tus pantalones apenas estan manchados y no creo que a Nereïa le importe mucho que vayas con el pecho al aire.

Dionisio entra en su casa apresuradamente. Tras abrir la puerta observa a las princesas bañandose tras una cortina de seda. Ruborizado, aparta la mirada y susurra al oido de la sirvienta

-Que se me informe cuando finalicen su baño

Dionisio se sienta esperando hasta que finalmente Isola le inquiere sobre el canciller

-Los guardias lo han arrestrado. Debemos apresurarnos a encontraros un lugar mas seguro que este

-Bueno, tampoco estás tan mal, al fin y al cabo no tuviste que andar por las letrinas...- ríe por lo bajo y entonces se produce una pequeña pausa silenciosa, en la cuál escucha sin demasiado problema la conversación entre Dioniso y su hermana.

-Yo... creo que debería decirte algo importante, porque me temo que estamos en una situación bastante difícil y quizá no haya otro momento- Nereïa se mira las manos mientras las revuelve nerviosamente, dándole la espalda al Eunuco, lo cuál le da vía libre para bañarse sin ser visto si así lo desea.

Se produce otro silencio algo incómodo del cuál la princesa apenas es consciente debido al debate interior de sentimientos y pensamientos que se le acumulan y la confunden cada día que pasa.
A veces todo parece claro cómo el agua más cristalina, y sin embargo otras veces parece evidente que esos sentimientos no tienen lógica. No puede ser...
Finalmente y al cabo de un par de minutos niega con la cabeza.

-Perdóname, no sé si no lo que estoy diciendo...- tras lo cuál sale del baño, completamente abatida y derrumbada. Sintiéndose estúpida y avergonzada por sentirse así y cobarde por no ser capaz de expresarlo a pesar de que algo le dice que no habrá otra oportunidad.

-Bueno, tampoco estás tan mal, al fin y al cabo no tuviste que andar por las letrinas...- ríe por lo bajo y entonces se produce una pequeña pausa silenciosa, en la cuál escucha sin demasiado problema la conversación entre Dioniso y su hermana.

Tras esto, no puede apreciarse ningún sonido más por parte de Nereïa además de un leve murmullo inteligible para Ísola y Dioniso, pero al cabo de escasos minutos ya se encuentra con ellos en los aposentos de la sirvienta.
Aunque su expresión parece algo más que desolada, no dice nada y se limita a escuchar a ambos.

Justo al acabar de bañaros, se oye un gran lio en el exterior, el niño entra corriendo y dice a Dioniso: amo, amo, los soldados se acercan, no menos de 15, y delante de ellos Menelao y el rey... vienen gritando su nombre mi señor...

Por orden de su majestad el rey Hipolito III, y como comandante al cargo de sus ejercitos, yo Menelao I de Annapolis, hijo de Dinasd ordeno a Dioniso, 1º capitan de la Guardia de la puerta, a Aeron, el Eunuco, y a las princesas Ísola y Nereïa, que salgan inmediatamente deponiendo cuantas armas lleven para ser apresados por intento de asesinato del rey...

Dioniso, hijas mias, rendios, y prometo ser clemente, justo y misericordioso con vosotras, pues se que habeis sido obligadas bajo presion del medio hombre y del 1º capitan a intentar matarme, os prometo por mi honor de rey, que sere clemente con vosotras y una persona que elijais...

el niño entra corriendo a la casa, trayendo nuevas que no son nada esperanzadoras. apenas con tiempo de reaccionar, se oye del exterior la voz de menelao, seguida por la de nuestro padre. nos invita a salir de la casa ofreciéndonos su clemencia, jurándolo por su honor. que honor? susurro entre dientes. con un poco de suerte, con el ruido que hay a fuera en la calle debido a su presencia, no oirán nada de lo que decimos aqui a dentro, aun así me dirijo a los demás de la manera más silenciosa. no nos rendiremos. les digo, por si alguien tenía alguna duda acerca de ello. hay alguna salida? pregunto a dioniso.