Partida Rol por web

damocles se lleva la mano al abdomen le duele bastante,mira a hepasto y sonrie,mientras se levanta mi buen hepasto,demosles la libertad que se han ganado durante tanto tiempo,reunelos y prepara tu equipaje tb,pues quiero que regreses y disfrutes de un descanso merecido si es tu deseo.despediremos a los hombres si alguno quiere quedarse a ayudar en la ciudad sera bienvenido ahora son libres de hacer lo que les plazca y tu tambien mi buen amigodicho esto se pone su capa y avanza hacia la salida cuando recuerda a isola adelantate yo te seguire ahora hay algo que quiero hacer antes de salir,ve y reunelos a todoscuando hepasto se despide y marcha damocles se encamina a los aposentos de la reina y llama a la puerta

oigo como llaman a la puerta, entro a la habitación mientras mi limpio las marcas de las lágrimas de la cara. abro la puerta, fuera está damocles. me abrazo a el, llorado de nuevo.

damocles se sorprende al ver a la reina lanzarse contra el siente el impacto y un dolor le recorre el abdomen,pero no da señal alguna abraza a la reina que llora,con sulzura la separa de el y seca sus lagrimas con sus dedos: que ocurre isola,que hace que vuestros ojos se llenen de lagrimasla besa

cuando me separa, me seca las lágrimas, reparo en la venda que le cubre todo el ambdomen y el pecho. lo siento. digo casi en un susurro. esta situación puede conmigo damocles, la gente se está marchando, y nereïa..., qué hago con ella? con..., eso? mi voz tiembla con cada palabra que pronuncio.

Vale, a ver, capitanes de Damocles, ahora podéis elegir, entre marchar con los hombres de vuelta a Izipolis, o quedaros a ayudar e incluso a vivir alli si la reina lo permite.

Onorio, técnicamente eras un esclavo del rey, al morir este, pasas a ser propiedad de Ísola, pero puedes elegir entre seguir sirviendo como militar o debido a tu sabiduría y ya que está libre una vacante, hacerte canciller real.

Dioniso, ahora si la reina lo considera oportuno, puedes ocupar el lugar de Menelao, como capitán de la guardia personal del palacio.

Aeron, que decir? sigues siendo un esclavo, pero no creo que nadie más de la familia real amenace con tu vida por el momento.

Hepasto reune a los hombres y los forma bien, queridos amigos, hermanos, nuestro general Damocles os ha dado la libertad, nuestro trabajo aqui ha terminado, sois libres de volver con las familias...o quedaros a recontruir este reino...de todos modos dentro de poco el vendra a despedir a los que asi lo decididan...yo por mi parte me quedo.

Efasto reunió a sus hombres y este se paro en lo alto de una roca para que todos pudieran oírle. Hermanos de sangre e aquí el final de la guerra, nuestra victoria no a sido por la imposición de la fuerza sino por intervención divina, sin embargo hermanos míos, esta tierra no nos pertenece mas que a nuestros antiguos enemigos, por lo tanto se les dará la opción de regresar con sus esposas e hijos a nuestra Izipolis o morar en estas tierras, ayudar a reconstruirlas y hacerlas suyas con respeto y buena voluntad para con la reina Isola. Para aquellos que decidan regresar deberé despedirme y decirle que los ojos de los dioses se an posado sobre ustedes y sus sacrificios serán tenidos en cuenta… que el dios del viento sople fuerte mueva sus navíos rápidamente para que así lleguen a Izipolis y sean recibidos como vencedores!!! Ante el clamor de los soldados Efasto baja de la roca y se acerca a Hepasto.

Creo que nuestro trabajo aun no se a terminado aquí, debemos permanecer y ayudar en lo que se pueda… ya el destino dirá donde nos llevaran nuestros pasos.

En estos dias Onorio ha tratado de estar siempre pendiente de la Reina y la princesa. Se acerca a una sala y ve que Isola sale al balcón. Se dirigue allí para darle un mensaje, casi sin importancia. La oye rezarle a Athenea y ve lágrimas en sus ojos. Decide dejarla sola, respetando aquel momento de reflexión. Pero al tratar de girar sienciosamente Horus chilla, desde su hombro. Isola gira.
Perdón mi señora, no quería interrumpirla... Solo venía a habisarle que ya hemos quitado los escombros de la plaza central.
Asiente con la cabeza y gira para retirarse. No sabe que hacer dubitativamente gira, la mira, y acerca unos metros. Ambos se apoyan sobre la baranda del balcón, mirando hacia la ciudad.
En mi tierra hay un dicho: "Por mas que arrojes piedras todos los dias a la Luna, nunca llegaras a golpearla, pero te combertiras en un gran tirador"... Si todo esto está ocurriendo en este momento es por algo. Cuando las cosas no salen como planeamos nos desespeamos, y solemos no ver que de alguna forma algo positivo se puede estar logrando.

tus funciones serian de consejero politico y administrativo de la reina, podria proponeretelo ella, o pedirselo tú.

trankila mi reina todo se arreglara yo permanecere a vuestro lado y seguroq ue hay alguna manera de salvar a vuestra hermana de la maldicion que la aqueja.abraza a isola y la besa se fuerte ahora mas que nunca todos necesitamos que lo seas,debo ir a despedirme de mis hombres pero regresare prontose depide con un abrazo y se dirige hacia la puerta

Recuerdas, tras las palabras de Damocles, que el antiguo canciller real, tenía una biblioteca de libros muy antiguos, que una vez mirasteis tu hermana y tu cuando erais pequeñas, y el os pilló. Os dijo que eran libros muy peligrosos, de hechicería, que solo debían ver algunos adultos, aún así no comprendisteis lo que decía, y os explico que estaban escritos en la antigua lengua del desierto.

observo a damocles partir y me dirijo hacia onorio, portador siempre de sabios consejos. vuestras palabras son reconfortantes, pero no me malinterpreteis si os digo que ahora lo que quiero son hechos, algo sólido en lo que poder depositar mis esperanzas, las que aun no he perdido. acompáñame a la biblioteca, hablaremos más tranquilamente. me doy la vuelta para dirigirme hacia allí. ahora que el rey ha muerto, de alguna manera..., no me gusta como suena, pero me pertenecéis. digo intentando que suene lo menos drástico posible y añado una sonrisa de complicidad. pero también el canciller ha muerto, os ofrezco ocupar su lugar, soy una reina, pero sin nadie a mi lado, soy vulnerable. me detengo un momento y le miro fijamente. queréis ocupar su puesto?

Efasto se acercó a Nereia, su mirada parecía ensimismada, como quien carga con un peso sobre sus espaldas, un peso invisible pero perceptible en sus ojos. El espero que nadie estuviera cerca de ella y le hablo casi en susurros, muy cerca de su oído.

Princesa se que lo que voy hablar ahora es algo que me pesa en el corazón como una enorme roca, sin embargo alguien tenia que hacerlo y espero que la princesa sepa perdonar a este hombre por lo que va a proponerle Efasto hace una pausa y mirando el suelo con expresión totalmente seria continua.Pero alguien tenia que hacerlo… en verdad no hay nada mas que yo desee que su pronta recuperación y prometo hacer todo lo posible para encontrar una cura a la maldición que la aqueja, sin embargo…. Realizo otra pausa como si cada vez le costara mas y mas decir lo que tenia que decir a continuación. Llegado el caso, los dioses no lo quieran, llegado el caso que nada pueda hacerse para salvarla…. Efasto desenvaino su espada y la puso junto a ella, sus ojos no se atrevían a mirar a la princesa Mi espada esta a su disposición para terminar con su sufrimiento si ese es el deseo de la princesa… seria algo que mi corazón aria con todo dolor pero lo haría para evitarle el calvario a usted y por el bien del reino… se que tu eres una mujer valiente Nereia, y se que no le temes a el sacrificio… lo veo tu mirada. Solo espero que puedas perdonar a este hombre por lo que te esta proponiendo si es que esto acaso te ofende El frío metal de la espada de Efasto estaba apoyado sobre las piernas de Nereia sostenido por las manos de este el cual en posición solemne hincado ante ella miraba el suelo espero las temidas palabras de la princesa.

Nereïa contempla a Efasto y su espada con expresión calmada, incluso algo seria pero no ofendida, parece que realmente se plantea la idea propuesta por el guerrero.
-No lo sé... de momento aún conservo la esperanza de que tarde o temprano empiece a recuperarme, pero no estoy segura de ello, estoy tan cansada- suspira largamente y mira un instante el techo antes de volver a posar su mirada agotada en Efasto.

-Pero hay algo más, ¿no es así? Algo que nadie se atreve a contarme...- le dice con tono suplicante, esperando que la verdad se revele para poder tomar una decisión.

Es de los hombres sabios la tarea de traer las verdades, yo soy solo un simple guerrero princesa, y en mi espada yace mi sabiduría, la cual en estos momentos no es de gran ayuda. Creedme princesa que de todos los capitanes seré yo quien me empeñe mas en encontrar la cura para sus males ya que de no ser así y si así la señora lo decide, cargare con la pesada carga de hundir el filo en su alma con todo mi dolor. Pero tal vez no debería de haber mencionado esto ahora… tal vez mis palabras traigan oscuros augurios ante lo que aun hay esperanzas… perdonadme su alteza, perdonadme por mis acciones rápidas y pasionales… suelo cargar con ese defecto… Efasto se paro y dijo Ahora mismo me pondré a trabajar en la búsqueda de la cura a sus dolencias princesa. Finalmente le sonrió, con una sonrisa que buscaba tal vez dar algo de esperanza, o mostrar que el la tenia y fuese esta sensación contagiada, pero en los adentros del guerrero los presagios funestos eran cada vez mas dominantes.

Nereïa mira con expresión algo desanimada y ojos apagados a Efasto, asintiendo con lentitud a sus palabras que en realidad ya no consiguen reconfortarla pues su estado es el mismo a pesar de que expertos de todas las ciudades cercanas han intentando solucionarlo.

-Busque a mi hermana y dígale que necesito hablar con ella por favor- se limita a pedirle antes de hundirse nuevamente entre los múltiples cojines que rodean su amplia cama.

Onorio sonríe complacido al escuchar a la reina decir que ha perdido las esperanzas. Es un gran alivio para él. Acompaña a la Reina hacia la biblioteca, un tanto intrigado.

Cita:

Onorio asciente con la cabeza. Asi es mi señora... Sabe? Hace tanto que estoy lejos de mis tierras que a veces se me olvida eso. Ya no recuerdo lo que es ser libre. Pero ya no pesa tanto sobre mi alma. Se que en algún momento volveré a serlo, ya sea en esta vida, o en el otro mundo. Hace una pausa y se cuenta de que lo dicho era tal vez anapropiado, ya que hablaba con su Ama. Perdón , yo no quise... no es un reclamo ni nada por el estilo... solo... Disculpe, solo hable demás mi señora.

Luego baja la cabeza y continúa escuchando a la Reina. Su ofrecimiento lo deja casi sin palabras. Nunca hubiera imaginado una propuesta así.
- Mi Reina, me honra con su propuesta. Yo, yo... no puedo aceptar. Es decir, me encantaría hacerlo, sería una enorme honor, de todo corazón, pero no se si estoy capasitado para ello. Aunque si usted considera que está dentro de mis posibilidades, entonces, por supuesto que acepto.