Partida Rol por web

Os encontrais en las salas interiores del palacio, a ellas solo teneis acceso vosotras, el rey, el canciller, y el primer capitan de la guardia. En estos momentos estais solas con vuestro eunuco, las salas interiores constan de unas termas, una biblioteca, y una escalera de caracol desde donde se puede observar la playa sur desde un telescopio, y ver asi a los enemigos.

la puerta se abre bruscamente, el canciller real entra agitadoAlteza, escuchadme, vuestro padre, viene hacia aqui, dice que en vuestra esencia esta el fin de esta guerra... huid, pequeña, viene con menelao y quiere forzaros

Nereïa camina por la amplia biblioteca, sus pasos resuenan a pesar de llevar unas pequeñas chanclas cómo calzado.
Se detiene junto a una de las varias estanterías que en realidad ya conoce de memoria y saca uno de los libros hojeándolo distraidamente.

-Me encanta venir aquí, da la sensación de que todo está en Paz... Aunque sé que en realidad no es así -suspira con cierta aprensión centrándose por un momento en el volumen que tiene entre sus manos. Hace tanto tiempo que no lee ninguna novela nueva... Es difícil conseguir un libro cuando se está rodeado de caos y batallas.

Tras esa pequeña declaración, se dirige a una de las sillas, sentándose y abriendo el libro con gestos tranquilos e incluso algo pausados.
-¿Te gustaría aprender a leer, Aeron? -le pregunta con inocencia mientras le sonríe de forma cariñosa, pero es interrumpida bruscamente con la entrada del canciller.

El libro cae al suelo mientras Nereïa se incorpora del asiento alarmada y notablemente asustada.
-Viene aquí... ¿ahora...?- traga saliva y empieza a revolver sus pequeñas manos mientras mira a su querida hermana y a su protector alternativamente.

Camino a un par de pasos por detras de las princesas, preocupado por la situacion de fuera. Aunque su compañia me reconforta. Nunca me han tratado mal y si he de dar mi vida por protegerlas, lo haria gustoso.

Cita:

Si que me gustaria, pero...

De pronto entra el canciller y nos trae noticias desagradables. La princesa Nereïa esta claramente preocupada y disgustada e intento tranquilizarla.

No temais, mi joven señora. Jure defenderos con mi vida, y si para ello debo enfrentarme a todo el imperio que asi sea.

el canciller asustado, no sabe que hacer si el rey le ve, sabrá que os ha avisado, la unica salida que conoceis de las salas interiores es el pasillo del claustro interior, y de alli se oyen por lo menos 4 pares de botas... estais asustados, el canciller sube a lo alto del telescopio, espera alli no ser visto..., los pasos estan cada vez mas cerca, y el rey viene vociferando: Mi querida hijita, hoy, tu padr te hara toda una mujer, te convertiras en la reina de Annapolis, al menos por una noche, y luego, luego tal vez, siga con tu hermana...

Empiezo a mirar alrededor buscando alguna salida que poder utilizar. La seguridad de las princesas es lo primero, y si me enfrento al rey tal vez no viva demasiado. Mejor dejar esa como ultima opcion. Empujo un viejo mueble que hay cerca de la puerta para bloquearla momentaneamente.

Rapido! Debemos encontrar una salida!

-¿Ha estado bebiendo...? -pregunta en tono vacilante tras lo cuál se le escapa un sollozo de espanto y algo temblorosa imita a Aeron.

-Ísola, ¿no había alguna de esas entradas secretas por aquí...?- le pregunta a su hermana mayor mientras palpa las diferentes junturas de las paredes intentando distinguir una fisura que indique una puerta. De hecho por el palacio hay varias de ellas y más o menos están acostumbradas a usarlas de vez en cuando.

desde fuera de la sala ois una voz conocida, la del guardaespaldas del rey, que dice: Majestad se lo ruego, recobre el juicio, es su hija por Zeus, su propia hija, no es una furcia, ni una plebeya, es Nereïa la joya de la ciudad, mi señor...

tras las palabras de Nereïa y Menelao, el canciller recuerda y dice: si hay una forma de salir de aqui, pero lleva directa a las mazmorras, a traves del sistema de drenado de las termas, dan a la rejill de las mazmorras y al acantilado, la caida no sera suave, pero creo que vale la pena intentarlo, a no ser que se les ocurra otra cosa

Nereïa corre hasta el canciller y le mira de forma suplicante.
-Mi querido Canciller, cualquier forma será la mejor de salir de aquí. No me importa tener que sufrir daños, de hecho lo prefiero a lo que me espera si se abre la puerta... - la mira de reojo y de nuevo al canciller real -Se lo ruego, muéstrenos el camino. Aenor cuidará maravillosamente de nosotras cómo siempre ha hecho- asiente convencida de eso y se queda a la expectativa, pues cada segundo que pasa el rey está más cerca.

paseo distraida por la habitación. mis ojos se pasean por la majestuosa biblioteca, aunque después de tantos años ya no me queda ningún detalle por descubrir. con la entrada del canciller, mis pensamientos vuelven de allá donde se hubieran perdido. escucho atentamente sus palabras y asiento sin mostrar asombro o debilidad. durante unos breves segundos pienso en las posiblidades, finalmente decido apoyar la decisión del canciller. eso haremos. digo con calma pero con autoridad. aerón, bajarás primero, luego bajaré yo, nereïa, tu serás la última, nosotros pararemos tu caida. me giro hacia el canciller. la ayudarás a bajar. acto seguido me dirijo a la entrada secreta, no hay tiempo que perder.

mientras os moveis rapidos hacia las termas, dispuestos a mojaros y golpearos, ois como las puertas comienzan a moverse, y la voz del Rey diciendo: Malditas seais niñas, no os librareis de mi bloqueando la puerta, buurrpp, no conseguireis libraros de mi... y en cuanto a ti medio-hombre, iras derecho a la mina de azufre...buuurfff, Menelao!!!! derriba esta maldita puerta!!!

Sin decir palabra, y ante la proximidad del rey, me lanzo al conducto de desagüe y buceo hasta la salida, donde me espera una caida de tres metros hasta la rejilla. Caigo con un fuerte golpe que me aturde por un momento, pero me recompongo y espero a que se lance la princesa Isola para agarrarla sin que sufra el menor daño.

Rapido princesas, al agua, al agua, no os demoreis, mi vida ya no es importante, si os consigo salvar, me quedare y le hare frente. diciendo esto saca su arco y lo apunta hacia la puerta. en ese momento sabeis que alguien, Menelao, vuetro padre, o el propio canciller resultara herido, si no morira...

Nereïa ahoga una pequeña exclamación, de asombro y preocupación a la vez ante la decisión del canciller.
Se le acerca y lo besa con dulzura en una mejilla.
-Muchas gracias...- a sabiendas de que arriesga su propia vida o algo peor por ellas, es lo único que puede ofrecerle.

Se acerca a las termas observando cómo su hermana salta con decisión mientras ella se queda algo dubitativa...
Finalmente hace acopio de toda su fuerza de voluntad y también salta, bucear es algo que más o menos se le da bien pero cuando llega el final es imposible sentir pánico ante la caída.

justo cuando Nereïa esta sumergiendose ocurren a la vez varias cosas, la puerta estalla en pedazos, por la fuerza descomunal de dos soldados, se oye el zumbido de un arco, otro zumbido, un sonido sordo y pesado caer a tierra, y un chapoteo. justo al final de la caida de Nereïa, el cuerpo del canciller cae, en la rejilla, no sabeis si esta vivo o muerto, pero tine una flecha alojada en su brazo izquierdo, y un corte feo en la frente.

si te necesitamos roma, pero necesitaba acelerar en ese momento el post, perdona si te hemos saltado, ahora estais todos abajo, puedes postear tu la primera si quieres

ayudamos a bajar a nereïa, cuando estamos los tres me giro hacia aeron. por donde salimos?

Nereïa cae con un grito y es recibida por los fuertes brazos de Aeron, que la sujeta y la vuelve a dejar en el suelo.

-He sentido algo mientras buceaba que...- da un traspiés con un grito de espanto cuando el cuerpo del canciller cae a escasa distancia y corre hasta él con expresión preocupada.
-¡Canciller! ¿Me oye..?- tras lo cuál le observa de cerca y apoya su pequeña mano en el cuello de éste, intentando encontrar pulso.