Partida Rol por web

Dorwas comenzó a moverse a toda velocidad, aprovechando su visión en la oscuridad, y empezó a llenar de golpes el cuerpo de Xulthos.

Xulthos maldice al mago por quitarle el control del enano

Maldito! Tu seras el proximo, mago! - sisea en su mente

Mientras las luces de la catacumba desaparecen antes del ataque de Dorwas, las ultimas palabras que se oyen son las del mago

Demonio loco - dice con desprecio - Ha llegado tu hora. No reconoces a la Muerte cuando la ves? Muere, y maldice en vano!

Jonova sintió cada uno de los golpes que Dorwas daba al Insectoide, todavía no se había librado del control.

- ¡Mi señor Xulthos! ¡NOOOOOO! ¡Dorwas, detente! ¡Esa pata no, que es la última! ¡NOOOOOO la pinza derecha! ¡Deja de matarlo! ¡Para que todavía le queda un ojo y medio cerebro...!

(flashback)

Haleen no vio llegar la cola del demonio. Cómo era posible que algo tan grande se moviera tan deprisa en un espacio tan pequeño? El golpe impactó de lleno en su torso, partiéndole varias costillas y desgarrándole la armadura y la piel con sus escamas de acero. Haleen cayó al suelo escupiendo sangre.

Maldita sea... Haleen, guapa, ya puedes ir buscando una salida, porque esto es evidentemente demasiado para ti y para estos inútiles...

Empezó a retroceder, sin perder de vista al demonio mientras el guerrero de la cara deforme intentaba a duras penas mantenerlo a raya. El mago lanzó un conjuro de fuego pero falló miserablemente. Menuda puntería, pensó Haleen torciendo el gesto.

- NO PODÉIS DAÑARME, NI HACE 20 AÑOS NI HOY ---dijo el demonio con una voz preternatural y obscena.

Mejor empezar a cubrir la retaguardia estratégicamente, pensó la gladioadora, pero cuando miró hacia la retaguardia se llevó una sorpresa:

- Toda resistencia es Fútil, todos seréis exterminados...

La supuesta druida del desierto era una traidora! Había estado de parte del demonio desde el principio!

Nunca me cayó bien... bueno, los otros tampoco, para que nos vamos a engañar. Y ahora estoy atrapada entre la lanza y la pared... sólo que la pared tiene una cola fuerte como un tronco y unas garras afiladas como cuchillos. Más me vale tener los ojos bien abiertos a ver si puedo desaparecer sin que se note mucho. Besmara, dame suerte porque la voy a necesitar.

Mientras tanto, oyó al mago decir algo sobre el demonio reflejando la luz, pero no le prestó mucha atención. Tenía cosas más importantes en que pensar, como salir con vida de esta tumba... y nunca mejor dicho visto como iban las cosas. Pronto habría media docena más de cadáveres. Mejor si el suyo no era el séptimo.

El semielfo pasó por delante de ella, tocó al guerrero feo por la espalda, y se retiró. Una luz en las manos del paladín había pasado al guerrero, que empezó a moverse a gran velocidad, describiendo enormes arcos con su hacha en todas las direcciones. Una ténue luz brillaba en su armadura. Sangre de un color extraño salpicaba desde lugares indeterminados en los alrededores de la imagen borrosa de Xulthos y le manchaba la armadura.

Sería posible echarle una mano para acabar con el demonio y salir así con vida de esta? Haleen lo pensó una décima de segundo y lo descartó inmediatamente. Demasiado riesgo para ella, y el beneficio se lo llevarían otros.

No he salvado la piel todos estos años realizando acciones de externalidad positiva.

El mago intentó otro conjuro, que no tuvo éxito. "No es culpa mía!", dijo. Haleen esbozó una mueca. El final de esta ópera ya estaba escrito, y era un final triste. Mejor hacer mutis por el foro.

Las heridas del pecho le dolían mucho. Buscaba el momento de desaparecer, pero no estaba nada fácil. A su derecha, Jonova mantenía a raya (con bastante torpeza, todo hay que decirlo) a Diegen y Turnling. A su izquierda, Morbo seguía atacando como un loco:

- ¡Bichitooooo! ¡Ven que te aplaste contra la pared! ¡Que estés donde estés no puedes evitar mi hacha! ¡¡AHORA VAS A CONOCER LO QUE ES DOLOR!!

Los ataques de Morbo parecían hacer mella en el demonio, al que de repente se le veía menos seguro. Había dejado de hablar, y parecía dedicar toda su atención a protegerse de los ataques del guerrero, y a intentar burlar sus defensas. Pero su cara insectoide no dejaba de sonreir. Qué as tendría guardado en la manga?

La oscuridad se cerró de repente alrededor de Haleen. Morbo brillaba como una débil vela en medio de la oscuridad más absoluta, débil e inseguro, listo para desaparecer para siempre. La gladiadora vio pasar su vida por delante de sus ojos.

Hasta aquí hemos llegado. El demonio nos he encerrado en su oscuridad y ahora acabará con nosotros... Lo siento, Mamá... nunca volveré a verte...

Instintivamente echó el cuerpo a tierra para evitar los ataques del demonio y sus aliados. Por encima de ella vio saltar a la figura brillante del gordo de Dorwas que venía corriendo desde la retaguardia:

- Guapetón, como con el ogro - gritó a Morbo.

La antorcha humana de armadura brillante reaccionó con la precisión de un reloj y clavó la rodilla en el suelo, protegiéndola con su escudo pavés. Dorwas se apoyó en la rodilla y voló por encima del escudo dejando a su paso una estela brillante como la de un cometa. Clavando la cimitarra en algo que hizo un ruido obsceno, dijo a voz en grito:

- Estamos aquí para comunicarte que la vida tal como la has conocido ha terminado. Más vale que anoche restregaras tu pichita contra alguno de los zombies o la metieras en cualquier agujero, pero sea lo que sea tu culo serán mío - Dorwas hablaba a toda velocidad y su habitual voz de barítono sonaba como la de los pitufos, esos seres mitológicos de allende el mar.

Pero en la oscuridad de la catacumba Xulthos no pensaba rendirse. Haleen vio como algo cogía al flameante Morbo por el cuello, le golpeaba contra el techo, y le intentaba arrancar la cabeza. Sólo el yelmo de metal y las hombreras de acero salvaron la vida a Morbo, que se soltó a duras penas perdiendo el casco en el proceso. De rodillas en el suelo, Morbo hizo un giro del cuerpo atacando a ciegas en la oscuridad. Un crujido indicó que algo se había roto, y por primera vez el demonio soltó un chillido de dolor y angustia. Sería posible que aún tuvieran alguna oportunidad?

- ¿Sabes que es lo único bueno de que el torpling ese haya quitado la luz? Que no tengo que ver tu fea cara, escorpión hipertrofiado...

Dorwas levantó su cimitarra hacia Xulthos... y entonces se dio la vuelta con los ojos en blanco en medio de su cara flamígera...

No! Pero qué hace!?

- Maldito noble! Traidor! Malandrín! - La voz chillona de Jaali se convirtió en una voz potente que llenó el pasillo de luz --- SHIRAK! Darö, Dorwas! Man Ceril Ai'Ata...rrrrghh ECHUIO, AI'ATAR, TYE LEITHIANYË!

Con el pasillo iluminado de nuevo, Haleen vio como Xulthos tiraba lo que quedaba del casco de Morbo hacia ellos con una de las pinzas mientras con la otra atacaba de nuevo a Morbo, chocando contra el escudo pavés de éste. El guerrero se revolvía en el suelo como un gato panza arriba. A su derecha, Jaali estaba apoyado agotado en su bastón, mientras Turnling intentaba mantener a raya a Jonova que lanzaba amplios ataques en su dirección con la lanza, sus ojos blancos como una posesa.

Ojos blancos?

Claro, ahora lo entiendo todo. Jonova está bajo el influjo de Xulthos... y también el gordo.

Miró inconscientemente en su dirección... y su mirada se cruzó con la de Dorwas durante una décima de segundo. El blanco de la posesión desaparecía de sus ojos. Ambos se vieron y se entendieron. Su mutua animadversión había desaparecido. La guerra hace extraños compañeros de cama.

Los años de entrenamiento y de jugarse la vida les permitieron comunicarse sin palabras. "El demonio no sabe que estoy libre, puedes ayudarme?", decían los ojos del enano. "Apenas puedo moverme, tengo el pecho reventado", se leía en los ojos de Haleen. Dorwas arqueó ligeramente una ceja hacia un lado: "Vale, pues al menos distráele mientras yo lo doy todo".

Llevada por el instinto, Haleen rodó en dirección a Morbo mientras movía su estoque por el aire en dirección a Xulthos; lo suficientemente lejos como para que el guerrero llameante le sirviera de protección pero lo suficientemente cerca como para que el demonio se fijara en ella y no en Dorwas. No consiguió hacerle ningún daño, pero su misión estaba cumplida.

De repente llegó la oscuridad de nuevo. Haleen se despistó y al alejarse de la luz de Morbo, se golpeó con la pared de la catacumba en cabeza.

Ay! M****a! Lo que me faltaba...

En la oscuridad, Dorwas se giró con rabia brillando como una estrella en la noche. Se movió a la velocidad de la luz, y gracias a su visión en la oscuridad empezó a llenar de cortes el cuerpo de Xulthos. Aprovechando que el demonio había dejado su flanco al descubierto para centrarse en Morbo y Haleen, el enano movía la cimitarra de Varsihal a una velocidad sobrenatural.

- Me llamo Vardishal. Tú quisiste matar a mi hermano. Prepárate a morir. Me llamo Vardishal. Tú quisiste matar a mi hermano. Prepárate a morir. Me llamo Vardishal. Tú quisiste matar a mi hermano. Prepárate a morir...

Los movimientos de Dorwas llenaban de luz el pasillo mientras los gritos de rabia y dolor de Xulthos ensordecían a Haleen que tuvo que llevarse las manos a los oídos... pero daba igual, los chillidos estaban dentro de su cabeza!

Aaaah! Mi cabeza! Por favor, que se acabe esto...

- MALDITO! TU SERAS EL PROXIMO, MAGO! - gritaba Xulthos en su mente

Los chillidos del demonio crecían sin medida hasta que Haleen ya no podía oir nada más. Las ultimas palabras que oyó venían de Jaali:

- Demonio loco - decía con desprecio - Ha llegado tu hora. No reconoces a la Muerte cuando la ves? Muere, y maldice en vano!

La sangre de Xulthos, poco a poco va llenando el pasillo. El cansancio, la tensión y el miedo de estos días os afecta y poco a poco el silencio va llegando a la cripta. El suelo se pone pegajoso, pero a pesar de todo, finalmente parece que todo ha acabado.

Un silencio sepulcral dominaba el ambiente después de escuchar los golpes del enano.

Menos mal que no seguí con la intención de hacer otro barrido, no me hubiera gustado tener un socio que anda en carrito...

Nada, que no hacía más que escuchar tonterías.

¿Alguien quiere encender la luz de una maldita vez? Esta  cucaracha podría haberse escondido y es lo que nos faltaba...

Como coja al torpling ese es que no lo van a reconocer ni en su casa...

El mago enciende su cayado y se acerca al monstruo.

tanta arrogancia junto a tanta incompetencia. El resultado era evidente. Aunqu sinceramente no veo en que se diferencia dejarle a este o a almah el pueblo.

seguidamente mira a dorwas y empieza a moverse como un automata mientras hace que golpea con una espada y dice con voz robotica

hola. Soy dorwas. Xulthos es mi jefe. Vais a morir. - le mira con una sonrisa de superioridad y dice -Anda que si no estoy yo aqui la habrias liado parda. Como siempre. Sinceramente, no se que hariais sin mi. 

Jonova se acercó a Morbo, el guerrero estaba destrozado por las heridas sufridas, pero la druida usó sus poderes curativos en el y pronto ni sentía las heridas, aunque todavía bastante por curar.

- Vamos, grandullón, seguro que ahora te sientes mejor.

No se atrevía a mirar a ninguno a la cara, había caído bajo el influjo del demonio. Era débil. Era floja. Pero debería perseverar. Si contaba con aliados tan poderosos sin duda lo haría.

- No mentiste cuando decías que siempre acababas con los grandes enemigos, Dorwas, yo no voy a ser como Jaali y sí te diré que has combatido de forma excelente.

La druida escupió hacia los restos asquerosos del demonio, pero luego regaló a sus compañeros una gran sonrisa.

- Y tú también, Diegen, el poder de tu diosa ha servido para la batalla, si él... no creo que hubiéramos sobrevivido, a diferencia de Jaali, yo creo que sin el trabajo de todos no hubiéramos podido triunfar.

- Y Turling, perdona, pero creo que no te causé ningún daño permanente.