Partida Rol por web

Las pupilas de Dorwas se elevan, dejando el ojo en blanco, y sus parpados se cierran y tiemblan ligeramente, apenas unos latidos de corazón.

Entonces vuelve a abrir los ojos y, exhalando aire, dice.

Ya sé que son elementales de fuego. - dice con voz segura. - Poca más inteligencia que Bethel a última hora de una noche de farra, suelen proteger y poco más.

Lo que nos faltaba. Eramos pocos imbeciles y pario sarenrae. Semielfo, diles algo util antes de que tenga que congelarlos

Jonova se comenzó a mover hacia la puerta.

- ¿Son guardianes? Sin duda representan a la diosa y fueron colocados por sus servidores, porque tienen su forma. Supongo que nos dejarán pasar.

Y sin hacer ruido avanzó y pasó a través de la puerta norte. Cada paso aumentaba su seguridad...

Jonova se mueve sin que los elementales reaccionen, ni siquiera apartan su mirada de Diegen. Cuando traspasa la puerta ve ante si una vasta cámara con varios nichos de enterramiento a lo largo de la pared llenos de esqueletos y restos de cadáveres muy descompuestos desde el suelo al techo. En el centro de la cámara hay una gran vasija de cerámica cerrada por una elaborada tapa que culmina en una figurita de Serenrae.

Qué son estas criaturas? Son enviadas de Sarenrae como indican sus formas femeninas y aladas y su naturaleza ígnea? Son enviados de Xulthos y por eso están aquí? Por qué no nos atacan? Por qué no dicen nada?

- Venimos en paz. Buscamos acabar con Xulthos y liberar este templo de su influencia para mayor gloria de la Rosa del Amanecer. Yo soy Diegen Sandwing, paladín de Solku, seguidor de la Luz Eterna. Si también servís a la bondad y la justicia, os ruego que nos ayudéis en nuestra justa labor!

Diegen de Sanwich. - llama Dorwas avanzando al lado de Jonova. - Mejor no dejemos a nuestra Jonova alejarse demasiado sola...

Vaya, parece que lo han puesto como esas comidas para llevar de esos puesto de Katapesh... - dice a la druida señalando la vasija con la cimitarra.

Bueno, parece que mientras vean al paladin estan tranquilos - dice Jaali mientras se acerca con cuidado a la puerta - A quien perteneceran todos esos nichos?

- Esto es un osario. - dijo Jonova, claramente incómoda. - No entiendo nadie querría ser enterrado aquí. - Un escalofrío recorrió su cuerpo. - No veo ningún demonio. Estará en el fondo del pozo.

Estan todos los nichos ocupados? Que sentido puede tener esa Urna?

Turnling rodea cautelosamente a los tres elementales y aparta con suavidad a Jonova.

Echa un vistazo rápido a la habitación, desdeña los nichos de las paredes y se dirije a la vasija del centro de la habitación.

- ¿Sería posible encerrar a un demonio en una vasija de este tamaño? ¡Qué tinglado! Fenomenales poderes cósmicos y un espacio chiquitín para vivir...

Al girar alrededor de la urna, también percibe algo en los nichos. Todos parecen viejos y desastrados, pero hay uno aparentemente más profundo que los demás.

- Jonova, despeja de huesos ese nicho de la esquina. No ocupa un lugar presidencial pero es más profundo que los demás.

Jonova, de acuerdo con el joven noble, se acercó al hueco y lo iluminó con su antorcha. En la otra mano llevaba la lanza y se inclinó trató de mover algunos de los huesos.

Morbo siguió a Turling y Jonova a la otra habitación.  - Brrr, no me separéis de la luz. Y si se levantan esos insquiletos, les voy a dar jarabe de martillo... - dijo mirando desconfiado a los nichos.

Luego contempló a Jonova, inclinada, dándole la espalda. Esta druida no está mal. El cuerpo es de una mujer... si no fuera por la nariz esa y la cara de seta... bueno, siempre se la puede poner bocabajo o usar la bandera de Katapesh...

- Jonova, despeja de huesos ese nicho de la esquina. No ocupa un lugar presidencial pero es más profundo que los demás.

Diegen oye lo que dice Turnling y replica:

- Jonova, Morbo, creo que es mejor que no toquéis absulutamente nada. Mejor no afectar el descanso de los muertos...

...al menos mientras los tres mayordomos ígneos parecen no tener claro si somos amigos o enemigos.

- Por qué no miramos el pozo en primer lugar?

Diegen se mantiene quieto y alerta, concentrando la atención de los ángeles de fuego.