Partida Rol por web

¡Eh, que el enano está aquí tranquilamente sin meterse con nadie! dice Dorwas dando otro trago al pellejo y pasándolo con una carcajada.

El elfo se echa la mano a la cara mientras baja y sacude la cabeza. Ya estamos, otra bronca, espero que nadie salga con las costillas rotas.

Mientras Sinbad y Dullen continuan midiendose, la fogata junto a la que estaban cenando los mercenarios parece apagarse de forma repentina hasta ser poco más que unas brasas. Una de las mercenarias se acerca a ver que pasa y en ese momento el fuego estalla creciendo hasta más de un metro de altura. La mercenaria salta hacia atrás mientras en la hoguera parece verse una cara con ojos llameantes.

En pocos segundos todo vuelve a la normalidad, pero la atención de todo el mundo ya no esta en Sinbad, si no en el extraño efecto.

Hay trazas de magia claras entre Sinbad y el fuego. De alguna forma, el hombre ha alterado la hoguera. Se parece más a una habilidad innata que a un uso de la magia por aprendizaje, es decir que no es magia arcana o clerical.

Dorwas mira el pellejo que estaba pasando, mira al mercenario que se lo dio, otra vez al pellejo y entonces pregunta al mercenario. ¿Qué demonios echáis en la mezcla?

Cuando se da cuenta que todos están mirando la fogata y a la mujer que se acercó, deduce que no es el alcohol y que todos han visto lo mismo. Se levanta y se acerca a Sinbad y Bethel. Vale, parece que aquí alguien tiene problemas con un elemental de fuego o, al menos, controla uno... ¿buscamos al follaviales?

Sinbad salta hacia atrás con el estallido de llamas y se lo queda mirando con ojos perdidos. Su piel palidece un poco y traga saliva violentamente solo para darse cuenta que su boca se ha secado.

Luego mira al mercenario con cierto temor, temor que no había demostrado hasta el momento, y da varios pasos hacia atrás con prisas, apartándose del grupo y alejándose sin dirección alguna.

A ver, los guardias decian que era el Dashki ese. Los mercenarios ahora estan gritando eso tambien. Al clerigo de Nethys me parecio que hacia referencia al pobre infeliz ese. Asi que, o estan todos compinchados o el hombre este es el unico que puede saber algo. Elemental. - Mira a sus compañeros.  - Claro, nadie le ha sacado informacion util - piensa sin saber de que han hablado - pero eso no es nada extraño. Se perderian en su propia taberna. 

Jaali, mira sin ningun interes el devenir de la pelea, cuando de pronto el fuego se eleva, y una especie de cara llameante aparece en el. Se pone de pie de un salto

Que demon... Tengra algo que ver con lo que ha ocurrido al carromato?

El mago se fija en como Simbad escapa tras la llamarada.

No. Me parece que es mas interesante que todo esto

Entrecerrando los ojos, Jaali va detras de el, olvidandose de la investigacion

Jaali se acerca tranquilamente al hombre del desierto, que esta apartado del resto.

Simbad - le llama - Que ha ocurrido ahi? Pense que no eras mas que un tipo feo, alcoholico, cuyo mejor amigo no solo es mas listo que el si no que posiblemente huela mejor. Y es un camello. - Jaali se queda mirando a Simbad unos segundos

Pero estaba confundido contigo, amigo mio. No es que todo lo anterior no sea cierto, que lo es - aclara sin darle ninguna importancia al comentario, como si fuese algo obvio - pero parece que tienes un lado mucho mas interesante. Como manipulaste la hoguera, Simbad? No intentes negarlo. Soy capaz de identificar una manipulacion elemental con los ojos cerrados. Y lo hiciste tu. - Se vuelve a callar, escrutando la reaccion de su compañero - Sin embargo, no ha sido un conjuro... Mas bien una especie de instinto, algo innato. Te ha pasado mas veces? Quien era el cortalenguas de tu padre de verdad? He estudiado las interacciones entre la magia y la sangre durante unos cuantos años, y esta claro que no eres completamente humano. Si no eres capaz de controlar tus poderes, podrias ser potencialmente... peligroso.

Le tiende una mano.

Yo te puedo ayudar, Simbad. Si quieres.  Dame una muestra de tu sangre, y juntos, dominaremos tus poderes! O los intentaremos hacer desaparecer - añade - Lo que tu prefieras.

El extraño suceso del fuego parece haber hecho que se olvidará la discusión. Los mercenarios se dedican a examinar el fuego, y hasta Ullen parece olvidarse de Sinbad.