Partida Rol por web

Tras leer el diario de Nora, y después de las experiencias que habían sufrido ellos mismos en sus carnes desde que llegaran a la posada, llegaron a la conclusión de que todo lo que estaba ocurriendo allí era obra de un retornado, un espíritu lleno de odio contra todos aquellos que lo perjudicaron en vida. El retornado solía ser invisible, pero se sabía que a veces adoptaba una forma monstruosa con garras y dientes afilados. Una forma que habían vislumbrado en parte tras la obra del teatro de sombras, pero que podía llegar a ser incluso más aterradora. 

Si lograban encontrar los restos de la persona que en vida había sido el retornado, y le daban un entierro digno, podrían lograr que aquella pesadilla llegase finalmente a su conclusión. 

Pero no era sólo eso. 

Eamon había leído más sobre los retornados en la biblioteca que habían encontrado en el castillo de Gyllencreutz, donde se conformaba la Nueva Sociedad. En un viejo manual sobre vaesen, encontró un pasaje sobre los retornados en el que se aludía a que dichas criaturas eran capaces de controlar el alma de una persona mediante la magia. Algo que habían podido ver y comprobar de primera mano cuando Alex había actuado de aquella repentina manera, aunque él se encontrara fuera de la habitación en el preciso momento. 

Pero además de eso, según había leído, un retornado también era capaz de absorber la energía vital de una persona con algo que en el libro denominaban abrazo espectral. Una especie de maldición a través de la cual el vaesen era capaz de afectar a su víctima con un frío extremo capaz de congelarla por dentro. 

-¡Lo sabía!-dijo dando un golpe con el puño derecho en la palma de su mano izquierda- Debemos encontrar los restos y enterrarlos en el cementerio más cercano. Aunque cuando esto acabe no me importaría tener un par de palabras con Sami... lo que hizo es despreciable-aseguró. Seguía enfadada por haber estado a punto de matar a uno de sus amigos y leer aquel inquietante diario no había ayudado a calmarle los nervios-. ¿Se os ocurre alguna pista de donde puede estar enterrado? No podemos levantar el suelo de toda la finca...

Víctor sintió por primera vez que se acercaban al final de esta misión de pesadilla.

—En uno de los escritos pone que fue enterrado en el jardín..— apuntó el sacerdote —..podríamos empezar a buscar en el invernadero que tienen aquí al lado ¿Qué opináis?—

Dicho esto el clérigo se dispuso a salir de la habitación.

—Voy a comunicarle la noticia a Sophia—

Eamon llevaba un par de minutos callado mirando al vacío mientras sus compañeros hablaban. Con todo el lío que habían tenido, sin una pausa para pensar, no había caído en algo que había leído en la biblioteca de castillo de Gyllencreutz.

-Señores, con tanto lío no había caído en algo que pude leer en la biblioteca. Leí algo sobre los retornados, seres capaces de controlar la voluntad de las personas mediante la magia. Creo que eso es lo que hemos visto hoy aquí. Además creo recordar que decía que esos seres son capaces de absorber la energía vital de las personas mediante algo llamado abrazo espectral. Debemos tener cuidado, todo este asunto es más peligroso de lo que parece. 

Kiran conocía bien a los retornados, puesto que había sido uno de los primeros temas que había estudiado cuando Alex le instruyó en asuntos paranormales. Sin embargo, hasta ahora no había tenido suficientes pruebas para confirmar sus sospechas y prefería estar seguro. Cualquier error podía ser fatal.

—En ese caso, deberíamos deshacernos de las armas —dijo Kiran con aire sombrío, mirando de reojo al padre Simonsson—. Así, si nos poseen, seremos menos peligrosos. Como mínimo, deberíamos dejar todas las balas a buen recaudo.

Victor fue a avisar a Sophia, que se tomó con esperanza las noticias que el párroco le traía. La joven había permanecido junto a su padre, quien al igual que el resto de huéspedes de la posada afectados por la magia del retornado continuaba dormido. De hecho, cuando descendieron las escaleras pudieron verlos todavía durmientes allí donde los habían reposicionado, todos durmiendo plácidamente. El salón común de la posada permanecía tranquilo. Fuera la lluvia todavía seguía cayendo sobre los campos pero con menor intensidad, y la tormenta había amainado. Los truenos se escuchaban retumbar en la lejanía. 

Sospechaban que el cadáver del que había surgido el retornado debía estar en algún lugar de la finca de la posada. En el exterior solo estaban los establos, el invernadero y esa especie de granero que hacía la función de sótano o despensa. Alex hizo notar la imposibilidad de levantar todo el suelo en busca del cuerpo, y el sacerdote propuso empezar por el invernadero. Pero antes de que pudieran ponerse de acuerdo en por dónde empezar, Eamon les dio más información sobre los retornados que recordaba haber leído en la biblioteca del castillo, y Kiran sugirió dejar las armas a buen recaudo para evitar disgustos como el de Alex. A fin de cuentas sabían perfectamente que las armas convencionales no servían de mucho frente a los vaesen, aunque uno nunca sabía qué podían encontrarse. 

Todos parecían estar de acuerdo en que lo mejor que podían hacer era buscar el supuesto cadáver para enterrarlo en tierra consagrada. Pero era más fácil decirlo que hacerlo. Como bien había dicho Alex, no podían empezar a cavar a tontas y a locas por toda la propiedad, y mucho menos hacerlo bajo la tormente que, aunque parecía estar amainando, aún continuaba sobre ellos.

—Empezar por el invernadero es tan buena idea como cualquier otra —dijo, optando por aceptar la propuesta del sacerdote ya que por algún lado debían hacerlo. Tal vez deberían investigar un poco más el lugar antes de usar las palas.

Se encogió de hombros ante la propuesta de Kiran ya que ella no portaba ningún armar, aunque tenía que reconocer que era una buena idea ya que aún estaba demasiado reciente el percance que había sufrido la detective. Y precisamente ese percance hizo mucho más creíble lo que Eamon estaba contando ya que no había ninguna duda que Alex había sido poseída y ninguno de ellos estaban libres de que les sucediera lo mismo.

—¿Vamos? —preguntó mirando a cada uno de sus compañeros antes de dirigirse a la entrada de la posada.

Víctor, tras avisar a Sophia de las nuevas averiguaciones, fue a dirigirse con sus compañeros al invernadero, creyendo que sería un buen punto de partida para la búsqueda del cadáver de Oscar.

Eamon recordó un pasaje sobre los retornados que había leído en un libro de la biblioteca que, además de advertirnos, hizo que al sacerdote se le helara la sangre.

—Es decir, que esa cosa, no sólo puede dormirnos y manejarnos a su antojo como simples títeres, sino que, también puede quitarnos la vida..— dijo Víctor en un tono de decepción —..esta bien, pues empecemos cuanto antes— apuntilló con resignación. A estas alturas de la misión abandonar sería un sacrilegio.

—No es una mala idea..— dijo el sacerdote respondiendo a Kiran cuando pasó a su lado —..aunque yo preferiría que las tuvieseis a mano, ya sabemos cómo actúa el espectro, como bien dices, podría ser más seguro para nosotros—

Dicho esto se encaminó en dirección al invernadero rogando a Dios que los protegiera en esta misión.

Kiran asintió ante las palabras del sacerdote. No estaba de humor para discutir y sabía que lo importante era ir a por el espectro. Además, le preocupaba más llevar él su arma. Especialmente si Alex estaba cerca.

—En ese caso, tened cuidado. Si veis que empiezo a comportarme de forma extraña, quiero que os pongáis a salvo o intentéis noquearme. No quisiera que el espectro usase mi cuerpo para dañaros, pero sé que podría pasar tarde o temprano.

Cuando comprobó que los demás estaban de acuerdo, les acompañó fuera.

-Espero que nadie tenga que pasar por eso...-dijo Alex-, pero desde luego me fio más de vosotros que de mi.

Aún le comía la conciencia por lo que había ocurrido aunque sabía que no era culpa suya sino del Vaesen. Era dificil enfocar su furia hacia el espíritu, pero debía hacerlo si quería continuar y ser de ayuda a los demás en la investigación.

- ¿Entonces empezamos por el invernadero? ¿Alguien ha traido una pala?-les preguntó.

Se acercaron al invernadero bajo la lluvia con la intención de empezar a cavar allí en busca del cadáver del retornado, pero cuando llevaron comprobaron que la tarea sería prácticamente imposible. El invernadero se había derrumbado, y lo único que quedaban en pie eran las puertas del mismo, a través de las cuales se veía la maleza que crecía en el lugar donde tiempo atrás habían estado las plantas de Nora. Los hierbajos crecían entre las estructuras retorcidas y derrumbadas que antes sustentaban el techo del lugar. 

Pero cuando estaban allí, frente a las puertas del invernadero, Alex sintió un terrible dolor de cabeza y se giró hacia el montículo que sobresalía no muy lejos de allí y que servía de despensa. Un presentimiento negro y terrible le hizo creer a la detective que en aquel lugar había algo malo y relacionado con lo que estaban buscando. 

Eamon iba detrás de todo siguiendo al grupo, y cuando todos se pararon delante del invernadero observó que aquellos era una ruina. Difícilmente podrían excavar nada ahí. Era un amasijo de piedras, arena y tejas enredado en plantas. 

Nadie había notado que era el único que no había soltado su arma, llevaba su daga escondida debajo de su capa. No se fiaba de sus compañeros visto lo que había pasado, ¿acaso podía fiarse de sí mismo? Podría ser poseído también. Decidió que sería buena idea tener algo con lo que protegerse, así que calló y la mantuvo escondida. 

La frustración volvió a hacer mella en Lotta cuando llegaron al invernadero. El abandono era tal que casi todo el edificio se había derrumbado y las malas hierbas crecían por doquier; allí era imposible cavar como tenían pensado hacer.

—¿No le puede echar agua bendita o algo a esta tierra? —preguntó, sin ocultar su desilusión, al sacerdote.

Sabía que su propuesta era una tontería pero comprobar que lo que se habían propuesto iba a resultar mucho más difícil de lo que pensaba la ponían de mal humor. Tendrían que optar por buscar en otro lugar, pero siempre con la duda de si el cuerpo no estaría bajo toda la estructura del invernadero.

—¿Qué pasa Alex? —preguntó cuando, girándose hacia sus compañeros, comprobó que la detective estaba mirando fijamente hacia otro lado y con bastante mala cara.

Lluvia. Otra vez lluvia. El criado estaba más irritable de lo habitual y empezaba a perder la paciencia. Debo serenarme o no seré capaz de hacer mi trabajo, se dijo.

De pronto, su patrona se desvió del resto, como llevada por un oscuro presagio.

Nin mediar palabra, pues la preocupación ensombrecía su rostro, Kiran trató de ofrecerle su ayuda a Alex.

Víctor, empapado por la lluvia, se quedó mirando el lugar donde debía estar el invernadero. Igual que el edificio principal, lo que anteriormente habría sido una estructura decente, ahora estaba dejada de la mano de Dios, apenas quedaba nada en pie y la vegetación salvaje había invadido cualquier espacio. La tarea de buscar aquí un cuerpo enterrado no iba a ser fácil, y eso frustró a alguno de los compañeros.

El sacerdote se limitó a responder a Lotta con una mirada.

—Quizás si nos dividimos por zonas tardaremos menos en encontrarlo,.. si es que está aquí— dijo esto último en un tono más bajo.

Vio entonces como la detective fue una de las primeras en moverse, pero en vez de entrar al invernadero se dirigió hacia un extremo de la parcela.

Todavía se planteaban si era posible abordar el terreno derrumbado del invernadero de alguna manera para poder buscar en su tierra los restos del vaesen cuando Alex se giró hacia el sótano y llamó la atención de algunos de ellos. Kiran se colocó al lado de la detective dispuesto, como siempre, a protegerla. Lotta le preguntó qué ocurría, pero Alex estaba tan absorta en la mala sensación que le estaba llegando de aquel lugar que ni siquiera le contestó. El resto miraron expectantes. 

Alex sentía en su cuerpo un frío horrible. Casi parecido al que había sentido cuando el vaesen abandonó su cuerpo y dejó de controlarla. Pero no tan intenso. Era como si un remanente de aquel poder extraño se hubiera quedado en ella y ahora brillara con intensidad al pasar cerca del sótano. Para ella era más que evidente que aquel lugar ocultaba algo que no habían visto en su primera visita al sótano, cuando lo habían inspeccionado nada más llegar a la posada y solo vieron algunas latas y conservas, y poco más. 

Eamon se había quedado un par de metros detrás del grupo, quería tener un poco de perspectiva en caso de que algo inusual ocurriera de nuevo y poder reaccionar. 

Alex se dirigió hacia la entrada del sótano y quedó parada llamando la atención del grupo. De nuevo parecía que la atmósfera se enrarecía y el perro olfateando el peligro comenzó a gruñir mirando hacia el sótano. 

Eamon metió la mano dentro de su capa y sujetando la daga se dirigió al grupo. 

- Hay algo maligno ahí, será mejor no acercarse. 

Víctor observó el comportamiento de Alex, parecía como si una llamada instintiva la dirigiera hacia el sótano. El sacerdote temió por un momento que el vaesen la hubiese poseído de nuevo, pero con un rápido vistazo comprobó que no era así, simplemente, la detective seguía, en silencio, una señal que los demás no éramos capaces de percibir.

El perro de Eamon comenzó a gruñir en cuanto nos acercamos al lugar, y el ex soldado nos advirtió de ello.

—Eso parece,..— le dijo a Eamon —..pero no nos queda otra, si queremos ponerle fin a esta maldición— añadió.

El sacerdote sacó su biblia y empezó a rezar.

—Preparaos..— avisó a sus compañeros y después comenzó a orar en voz baja —..¡oh señor! te pido que nos concedas tu gracia, y el poder que tienes, para sanar el corazón de la personas que nos disponemos a entrar en este lugar, pido tu protección y la de los arcángeles, san Miguel, san Gabriel….— prosiguió, manteniéndose expectante ante cualquier situación.

Kiran observó el rostro de Alex y la reacción de sus compañeros.

Aunque la idea no le gustaba un pelo, empezaba a intuir que es lo que había que hacer.

—Es posible que el cuerpo esté enterrado aquí, padre. No creo que estar en un sótano sea un lugar digno para nadie. Necesita santa sepultura, aunque tampoco creo que profanar el cadáver sea la mejor opción —propuso con aire sombrío.