Partida Rol por web

El amanecer se va asomando en el cielo y su cálido roce puede sentirse incluso en el encierro del bar. Todos conservan la esperanza de que sea un despertar tranquilo, al igual que el anterior pero algo termina con esa esperanza y devuelve el pesar al lugar.

La pianola comienza a sonar con una triste canción y los saca a todos de su descanso, cuando un grito desgarrador inunda el bar nuevamente.

Al salir todos de sus cubículos, se dan cuenta que el llanto proviene del cuarto de los Monroe, donde Sharon se encuentra desconsolada llorando por su hermana Chloe, quien se encuentra, como Robert, sobre la pared con el cuerpo formando una cruz llena de sangre y sin señal de su rostro. Nathan se ve destrozado y con el corazón hecho trizas, a pesar de intentar mantener la compostura. Dylan llega un momento después y desesperado grita a su prometida, mientras busca al culpable, gritando a los que acaban de llegar.

Nadie parece responder pero la pianola sigue sonando, inundando los corazones de todos con un pesado sentimiento de dolor.

Jane se levantó un poco más descansada, la charla con su esposo no había terminado, pero no tenía sentido continuarla desde tan temprano. Le dio un beso en la frente y suspiró, yéndose a lavar la cara tranquilamente... Hasta que lo escuchó, la pianola empezó a tocar otra de sus melodía y la señora Cox empezó a temer por lo que se encontraría afuera.

Un grito desgarrador la hizo salir corriendo del baño, sin maquillaje y sin siquiera haberse peinado hasta la habitación de los Monroe, donde se escuchaba el llanto. Al entrar la dantesca escena la devuelve al mundo de miedo donde estaban atrapados. Intentando lo mejor que puede mantener su estómago pone su hombro sobre el joven Flynn y lo intenta llevar, en un gesto casi maternal hacia afuera.

-Joven Flynn, por favor, acompáñeme. Señorita Monroe, usted también, por favor... Vamos, vamos- 

La desgracia sucedía cada vez más cercana y ver a Dylan así inmediatamente le hizo preguntarse... ¿Qué haría si William llegara a morir? Definitivamente no lo toleraría, estaría destrozada... 

-Por favor, abandonemos el cubículo, se los pido... Vamos a la barra...- 

Sus ojos se llenaron de lágrimas, era difícil pensar en lo que pasaría si William moría. Estaba segura de que si fuera ella la asesinada, William llevaría a la justicia a cualquiera que pudiera ser culpable. Siempre había sido fuerte y tranquilo, pero ella no tenía el temple de su esposo. Le era más fácil apoyar a los demás, por lo que tomó una bocanada de aire para frenar sus lágrimas y continuó intentando sacar a Dylan y Sharon de la habitación. Era demasiado horror...

Lo primero que hizo tras despertar fue abrazar nuevamente a su adorada hija, y agradeció poder tenerla consigo un día más. La abrazo con fuerza, aferrándose lo más posible a ella, como si de esa forma intentara asegurar que ella no fuese a ser una victima de aquellos malditos asesinos. Y lo único que pudo separar aquel profundo abrazo fue el sonido de la pianola, aquella melodía terrorífica, aquel requiem para la persona que no caminaría entre los vivos este día.

Suspiro tras separarse de su hija, para caminar hacía el origen del grito. La prometida de Dylan se encontraba con el rostro despellejado, y la misma posición que su padre. Dios santo. Se acerco a Dylan tras la señora Cox, y puso la mano sobre su hombro.

- Muchacho... lo siento, de verdad... -

La noche pasa más rápido de lo que habría apostado, aunque no logro conciliar un sueño profundo y reparador.
Aún así, al desertar tengo una sonrisa triunfal en la cara, como si hoy ya no hubiese nada que temer, abrazo a mi padre y lo miro con devoción, y entonces empieza a sonar la pianola. Mi gesto se tuerce, sé lo que significa.
- No... no... no... - repito - No debería... se suponía que hoy no habría muertes... no... no...
Junto a mi padre, os dirigimos a la habitación de donde viene el grito, y mi vesto parece confuso.
- No... no lo entiendo...- niego con la cabeza - No debería haber pasado...- Sin esperar más, voy hacia el cubículo de la banda buscando a Nicholas.

Colette se levantó con un frío en los huesos que no era normal. Teóricamente se había acostado ligeramente mejor que en la noche anterior, pero no se había levantado mejor. Distinto a ayer, pero con una extraña sensación en el cuerpo. Colette temía la explicación... pero no se imaginaba que pudiera encontrarse tal atrocidad al despertarse. Habían ido a por Chloe, como si haber visto como ajusticiaban a Antonella no hubiera sido suficiente castigo para ella.

Aunque lo que pudiera significar para ella no era nada comparado al dolor que debían estar sufriendo el resto de la familia de Chloe. Colette se acercó hasta donde estaba Sharon para consolarla, intentando contener las lágrimas para ser ahora ella la roca. La señora del ministro también se acercó hacia allí, e intentó sacarlos para que se recompusieran.

Venga Sharon, salgamos de aquí y vayamos a la barra. Aunque ahora no te apetezca nada, como mínimo podrás respirar algo mejor... - le comentó a Sharon, esperando que tanto ella como Dylan las acompañaran.

El grito procedente del habitáculo de mi prometida hace que me ponga en lo peor y salgo del mío corriendo para encontrarme con la peor de las escenas posibles. Mi prometida está en la misma postura que mi padre y le falta lo mismo... el rostro. La imagen vuelve a ser horrible. En mi expresión se puede ver el horror que siento ante la escena.

-No...-Me acerco al cuerpo dando tambaleantes pasos intentando no caer desplomado al suelo. No puede ser ella. Tiene que ser un cambiazo, como con Dean.-No... Tú no...-Me acerco aún más a ella. El vestido que lleva es el que le regalé para la ocasión.-No puede ser.-Mi mirada se gira hacia su mano, en cuyo dedo aparece el precioso anillo de compromiso.-Chloe...-No hay lugar a dudas. es ella. Las lágrimas caen por mis mejillas mientras en mis ojos se empieza a apreciar un infinito odio mezclado con locura.

-ASESINOS!-Me giro hacia los que van entrando al cubículo.-DAD LA CARA AHORA! DAD LA CARA! VAMOS, VENID A POR MÍ PORQUE JURO QUE OS VOY A MATAR UNO A UNO! NO SOIS MÁS QUE UNA BANDA DE COBARDES!

Gordon y Jane se acercan a mí y ambos me ponen un brazo sobre mi hombro. La ira pasa a desesperación y caigo a los pies de ambos llorando, incapaz de encontrar consuelo en aquel lugar, que se ha vuelto tan solitario. Me siento seguro al lado de esas dos personas, pero de que me vale estar a salvo si ella no está a mi lado?

-La han matado... Esos cabrones la han matado.

Edward se despertó con la misma sensación de preocupación de cada mañana. Era el tercer día de encierro en el Luna Pulchra y aún no tenían ni una sola pista sobre los "sin rostro". Aquello empezaba a desesperarle y a ponerle de los nervios.

Casi no había terminado de ponerse la chaqueta del traje cuando unos sonidos de terror y pavor surcaron todo el bar y llegaron a sus oídos. Salió de su lugar de descanso y se dirigió directamente a la nueva "escena del crimen"... una vez más la escena se repetía...

Sin duda alguna los "sin rostro" se habían cebado con la familia Flynn y estaban destrozando sus vidas lentamente.

Gordon, Jane... saquen al señor Flynn de aquí ahora mismo y procuren calmarle. Señor Ministro... ¿podría ayudarme a descolgar el cadaver y llevárnoslo de aquí? Los demás, por favor, vayan a la barra o a la pista. Me temo que aquí poco podemos hacer... y es mejor llorar a la señorita en otro lugar...

Miró a la joven y mientras se acercaba a ella Edward no pudo evitar que algunos recuerdos se agolpasen en su mente y que una lagrima se resbalase por su mejilla izquierda... Aquello había ido demasiado lejos..., demasiado... Debía parar aquella masacre a toda costa pero... ¿cómo? 

Asiento ante las palabras del detective.

-Claro detective... Que desgracia... Pobre muchacha- Dije negando con la cabeza.

Apenas me había despertado y ya había un muerto mas. Tenía la esperanza que ocurriera otro milagro y que lograsemos salir pronto de aquí. Pero no había sido así. 

Desperté con el ruido de la pianola sonando de fondo. Pestañee tratando de despejarme  y alejar así el sueño . Sabía que ese sonido no era nada bueno, era un presagió de muerte. 

Tras vestirme raudo salí al pasillo y al comprobar que mi hermana seguía en su habitación segura respiraré aliviado por un segundo.

 Los gritos de dolor y el movimiento de la gente acercándose al cuarto de los Monroe me hizo encaminar mis pasos de forma rápida. Vi  a Dylan derrumbado sollozando en el suelo junto a Gordon y Jane. No pude acercarme a ver que habia ocurrido en el interior ya que Edward cerraba el paso invitando a todos a que nos fuéramos al salon. 

No tenía estomago para beber nada tras lo ocurrido y menos a esas horas tan vespertinas de la mañana. Pese a ello me apoyé ligeramente junto a la barra con cara de preocupación.

La pianola hacía la escena más trágica... Chloe, la joven que hace unos días  le había saludado con entusiasmo había muerto como los otros. Era señal de que, hubieran acertado con Antonella o no, aún habían asesinos. Y seguían sin saber seguro a quien culpar.

-Señor Reynolds, ¿ha vuelto a ver a alguien campando a sus anchas por la noche?

Por lo que a la actriz respectaba, la única vez que votó con confianza a alguien fue cuando él dijo ver a Antonella por ahí de noche, y por tanto, creía que quizá el contrabajista fuera alguien en quien poner su confianza.

Tania se despertó después de una noche intranquila en la que las discusiones entre el ministro y el detective la habían mantenido apartada para no involucrarse en asuntos que no eran suyos. Cuando se dio cuenta de lo que había sucedido con la prometida del joven Flynn no pudo sentir a la vez pena por ella y preocupación, que se veían reflejadas en su rostro cuando miró de reojo cómo reaccionaban los demás. 

- Pobre chica... tan joven y guapa. Cada vez esto es más cruel... - Dijo, bajando la cabeza y suspirando. - Espero que no piensen que he sido yo, después de que ayer me enfadase con su prometido... - Confesó a sus compañeros de la banda con la mano en el pecho, acongojada.

Las palabras de Krista llamaron su atención y la miró con un movimiento lánguido de su cabeza. Frunció el ceño con extrañeza y fue hacia ella, más preocupada aún que antes.

- Pequeña, ¿a qué te refieres? ¿Cómo estabas tan segura de eso?

Al ver que Nicholas efectivamente está bien, dejo escapar una bocanada de aire.

-Gracias a Dios - Digo antes de girarme hacia la cantante - Esta noche... han atacado a Nicholas. - Digo de forma directa - Así que... o la banda se ha vuelto más violenta... o... o hay algún imitador que está tomándose matándonos tratando de que parezca esa banda de asesinos.

Me quedo unos segundos quieta, llevando mi mano al pecho...

-No entiendo qué es lo que pasa aquí... pero desde que encontramos al primer muerto... el recuerdo de mi madre muerta... es como si de alguna forma pudiese proyectar mi alma para evitar que alguien fuese asesinado...

Trago saliva, sé que suena inverosímil, pero si alguien puede creerme, esa es Tania, ¿no? A fin de cuentas cree en cosas de ese tipo, echa las cartas y todo eso.

-Tomé la decisión de creer que Nicholas decía la verdad... así que supuse que irían a por él, pero que probablemente los asesinos no lo harían el primer día por miedo a que alguien estuviese vigilandolo y que al ver que no era atacado supusiese que mentía y no le protegiese hoy. Supuse por tanto que si lo atacaban, sería hoy... y esta noche he sentido cómo mi alma evitó ese asesinato... Es por eso... que cero que aquí ha pasado algo que se nos ha escapado, ayer no acabaron con nadie, ¿no? ¿Y si en vez de asesinar convencieron a alguien a unirse a la banda? Quizás alguien que ahora tuviese sus propios objetivos e intentase acabar con nosotros por separado... Lo que está claro al menos es que Nicholas decía la verdad, descubrió a los asesinos, y por ello lo han intentado matar hoy.

Me desperté con el sonido de la pianola y el corazón se me aceleró sin poder remediarlo al escuchar el desgarrador grito y los llantos posteriores.

Sin saber qué hacer ni qué pensar, me quedé inmóvil unos instantes escuchando el ir y venir, los gritos y los murmullos, hasta que finalmente me levanté y fui a comprobar lo que había ocurrido, Tania ya estaba afuera y me reuní con ella.

- Es... es horrible. - Respiré hondo antes de proseguir - ¿A mí también... me hicieron eso? 

Pasé mis manos por mi cara, restregando mis ojos. - No te preocupes, Tania, eso sería demasiado rebuscado, ¿no crees? Aunque entiendo tus temores, esto se está volviendo demasiado paranoico.

Apreté su mano con afecto, reconfortándola, cuando la joven Woods se acercó, bastante afectada y hablando de cosas inverosímiles.

- ¿Pero qué demonios...? - Sólo atiné a decir, todo aquel discurso de la chica se me había revuelto en la cabeza y no conseguía descifrar prácticamente nada de lo que decía... - ¿Quieres decir que Nicholas está en peligro? No entiendo nada.

"Paranoia, paranoia... y más paranoia..." - Pensé sacudiendo la cabeza -

Miro a Dean y asiento con la cabeza.

-Sí, está en peligro porque ha visto quienes son los asesinos, y ellos no quieren que vuelva a hacerlo. Intentaré seguir haciendo "eso" tanto como pueda... - Es extraño - Para protegerlo... pero ahora que los asesinos saben que puedo evitar que maten a alguien... también irán a por mi. Lamentáblemente, solo lo puedo protegerle o a él o a mi, por lo que... - Debería haberme quedado callada - Si la banda nos a uno de los dos, puede que consiga evitarlo, puede que no... no pienso decir a quién de los dos estoy protegiendo... pero desde luego si vuelven a atacarnos a dos cada día... estamos perdidos.

Durante la noche trato de permanecer despierto una vez más, pero el cansancio puede conmigo. La sensación de no saber ya ni qué hora es, de claustrofobia y de desesperación se hacen más grandes, pero soy consciente de que debo permanecer fuerte por todos los que me rodean.

Cuando al despertar veo quién ha sido la nueva víctima algo se rompe dentro de mí. Me acerco a ella despacio, con las piernas temblorosas, y durante varios minutos permanezco ajeno al mundo. La gente a nuestro alrededor habla y se mueve, y puedo sentir de fondo cómo se llevan a Sharon y Dylan del cubículo. Yo trato de mantener la compostura, pero algo en mi pecho me impide hablar.

Desde siempre, Chloe había sido mi constante, mi apoyo y mi ayuda. Al igual que Sharon es la única persona que siempre ha permanecido conmigo, y jamás había pensado que este momento podría llegar. Ni siquiera en estos días en que los muertos caían uno tras otro llegué a contemplar esta posibilidad.

Me acerco a ella, tomando su mano, sintiendo cómo la culpa se me agarra al corazón. Tendría que haber muerto en su lugar. Tendría que haber estado más atento, más despierto, o haber llamado la atención de los asesinos de alguna manera.

Cuando el detective y el ministro se acercan para descolgar al cuerpo me giro hacia ellos con la cara descompuesta y la ira en la mirada.

- No. - digo de inmediato - No la toquen. - añado, con tono duro. Sólo pensar que cualquiera de ellos podría estar detrás de esto, que ahora podrían acercarse a ella como si nada... - Yo me encargaré. - anuncio con total determinación.

Luego acerco una silla que me permita estar a su altura y paso un brazo por la cintura de mi hermana, con mimo, tratando de no mirar su rostro. La aprieto despacio contra mí, poniendo la cabeza en su hombro durante unos instantes. Si alguien con una enfermiza curiosidad morbosa quiere mirar, que mire. No es algo que me importe.

Sólo puedo pensar en nosotros tres. En ella, en mí y en Sharon. Sé que en algún lugar mi otra hermana, la que aún está viva, probablemente me necesite, pero ahora mismo no tengo las fuerzas. Por primera vez en la vida, me siento totalmente vacío.

Tras casi un minuto en silencio comienzo a desatar con la otra mano la cuerda, con cuidado, y trato de no perder el equilibrio al bajar. Finalmente la dejo en el suelo despacio, conteniendo la respiración.

No quiero llevarla con los demás muertos. No quiero convertirlo en algo tan definitivo.

Entonces una súbita idea surge en mi mente. Una esperanza. Aquello que se me ocurrió con Dean... Quizá no todo esté perdido. Quizá estén jugando con nosotros.

Desesperado, tomo sus manos y las miro detenidamente. Busco en sus brazos, sus hombros... intentando no llevar la mirada hacia su rostro. Trato de encontrar una, un lunar, una pequeña cicatriz que demuestre que se trata de ella, aferrándome con todas mis fuerzas a la idea de que existe una posibilidad. De que ella no puede estar muerta.

Luego me marcho en silencio, dejando el cuerpo en el suelo.

Mis ojos buscan a Sharon, sin detenerse en nadie más. Y cuando la encuentran camino hacia ella, completamente destrozado. Ignoro por completo a la gente que la rodea y la abrazo, sintiendo que sólo ella puede comprender lo que hemos perdido.

Después de no haber dormido apenas la noche anterior intentando vigilar nuestro cubículo, esta noche dormí como un tronco y el sonido de la pianola se abrió camino en mi mente despacio, mientras me resistía a despertar. Cuando por fin lo hice, sobresaltado al darme cuenta de lo que esa música significaba, miré a mi alrededor en el cubículo, buscando a mi hermano y mis amigos. Dean y Tania no estaban allí, por suerte, Nicholas parecía estar bien y salí apresuradamente de la sala, buscándolos con la mirada por el bar.

En cuanto los vi me acerqué a ellos, para intentar averiguar lo que había sucedido. Por lo que pude entender los asesinos habían vuelto a actuar y habían matado a Chloe. El estómago se me encogió al pensar en la joven sin vida y traté de no mirar cuando Nathan recogía su cadáver. Me costaba hacerme a la idea de lo que había pasado después del optimismo que sentí el día anterior y Chloe... Siempre me había parecido una mujer muy fuerte y muy inteligente, capaz de enfrentarse a lo que fuese.

- Tranquila, Tania, no creo que nadie te culpe por esto. - Le respondí, frotando su brazo para animarla. - Creo que aquí mucha gente está discutiendo como para que fuesen a acusarte por algo así.

El detective intentaba que nadie se acercase al lugar del crimen, así que me dirigí a la barra, frotándome los ojos con las manos. Allí me senté en un taburete y pedí un vaso de agua mientras escuchaba la conversación entre Krista y Dean. Al principio no pude evitar mirarla con una sombra de incredulidad, pero recordar lo que le había pasado a mi hermano el día anterior, cómo se había levantado en perfecto estado... Desde luego mis creencias sobre lo que era o no posible se habían visto tambaleadas con ello. 

Busqué con la mirada a Nicholas entonces, bastante preocupado, para preguntarle sobre lo que decía la joven. - ¿Es cierto eso, Nick? ¿Han intentado atacarte?

- Noooo noo y mil veces nooo... porque ella, no podía hacer daño a nadie, nunca fue una chica problematica... porque ella y no yo. Ella es la que estaba destinada a tener la vida perfecta, el esposo perfecto, los hijos perfectos... porqué ella...

A la fuerza me sacan del cubiculo y yo desesperada intento evitarlo. Que poco me importan las apariencias, poco también me importa su preocupación no podrían entender que la mitad de mi alma ha muerto en ese momento.  Logro zafarme volviendo a donde se encuentra mi hermana, observo como Nathan abraza a mi hermana, ella siempre fue su favorita, seguramente sufriría menos si yo hubiera muerto. Desearía que me hubieran elegido en su lugar.

Mi hermano viene hacia mi, mis ojos están nublados por las lagrimas y siento una gran rabia dentro de mi pecho. Abrazo fuerte a Nathan escondiendome en su pecho para llorar a gusto.

- No dejes que se la lleven no me importa como esté ella debe quedarse conmigo, la necesito. No soy nadie sin ella.- bajo la voz agregando con rencor- su muerte tiene que ser vengada, quien haya hecho esto merece una muerta lenta y dolorosa.

- Por supuesto. - digo apretando a mi hermana contra mí, acariciando su espalda en un intento de darle un imposible consuelo - Me encargaré de que lo paguen. - afirmo después, mientras la rabia va creciendo en mi interior. No es sólo que Chloe haya muerto. Es ver a Sharon así, saber que a partir de ahora seremos sólo ella y yo...

Durante un instante estoy a punto de romperme, pero aprieto las mandíbulas con fuerza y aguanto, por ella. Entonces miro a la gente que nos rodea, en una muda mezcla entre petición y orden, solicitando algo de intimidad.

Sigo sosteniendo a Sharon, reprimiendo mi impulso de enfrentarme a todos, de coger la pistola de Natasha y comenzar a disparar a cualquiera que pueda haber hecho esto, a pesar de lo que puedan hacer conmigo después. No puedo hacer algo así. No con Sharon sola.

Me desperté más sosegada, pues cada vez me iba habituando más al sonido de la pianola. Me levanté esperanzada de que, como en el día anterior, no hubieran ocurrido más muertes, pero grande fue mi sorpresa cuando descubrí que Chloe se encontraba en situaciones similares a como lo estuvo mi padre hace poco.

Por puro instinto miro hacia Dylan. Era la prometida de mi hermano, nunca pensé que pudieran cebarse con ella.
Cuando veo que mi hermano se cae a los pies del ministro y su esposa me apresuro a ir a su lado. Le rodeo con un brazo y espero a que se recomponga, para llevarlo lejos de aquel lugar, donde Nathan ya está descolgando a Chloe.
- Lo siento, Dylan... Lo siento mucho...

Escuchó la respuesta de Krista mientras los hermanos Carlson se le acercaban a tranquilizarla. Asintió a la pregunta sentida de Dean.

- No mires... - Le susurró, llevando una mano a su cara y apartándosela del desagradable espectáculo en que habían convertido a aquella joven. Cuando Krista terminó de explicarse, la miró con los ojos algo vidriosos, y luego a Nicholas. Recogió ambas manos, cogida la una dentro de la otra, bajo sus pechos, en la boca del estómago, donde se le arremolinaban tantas sensaciones intensas y tantos dilemas. Suspiró profundamente, con los labios temblorosos, y fue hacia Nicholas, a quien agarró del brazo, mirándolo con equivalentes dosis de cariño y preocupación, y luego a la hija del joyero.

- Krista... si eso es verdad... - Se vio obligada a parar y a aspirar, a punto de llorar. - Gracias... - No pudo decir nada más sin echarse a llorar. Todo el miedo que había estado sintiendo por Nick volvía a explotar, y al ver el dolor en los allegados de Chloe, al contar los muertos, la tensión aumentaba. Ellos solo habían ido a trabajar... Aquello no estaba en el acuerdo. Aquello no tenía ningún sentido. - Gracias... - Siguió diciendo, con un dedo evitando que las lágrimas que se le escapaban por la nariz le estropearan aún más el aspecto y siendo incapaz de mirar fijamente a Krista ni a Nicholas ni a nadie.