Partida Rol por web

El dolor de la muerte, las miradas de todos, la pérdida de aliento y la angustia a lo desconocido. Todo esto ha acompañado tu último momento, pero hay algo que llena tu cabeza y un extraño sentimiento te invade. Comienzas a escuchar una manecilla sonar con fuerza mientras la giran y al instante en que el sonido rígido del metal cesa, una melodía cubre tu mente. Es la canción de una caja de música olvidada en el tiempo y sellada para los ojos. Puedes sentir cómo su triste melodía se apodera de ti y no te permite moverte, hablar, pensar ni pedir ayuda. Tu alma va siendo arrastrada de a poco hacia algún lugar pero cada vez más cerca de la caja de música.

A medida que la oscuridad va cubriendo tu cuerpo y te absorbe cada vez más el vacío en la música, vas recuperando la conciencia de tu cuerpo y un extraño olor a polvo y humedad llega a tu nariz, sólo encuentras la única luz de una ventana al abrir los ojos, pero la luz parece más niebla. Te das cuenta que estás en un suelo de madera que resuena con ser tocado y una forma triangular muy cercana a tu cabeza, te refleja que estás en un ático.

A tus alrededores hay muchas sábanas que parecen tapar muebles y otras pertenencias, las cuales no han sido ojeadas desde hace muchos años. Comienzas a sentir que la música se va desvaneciendo de tu mente y sientes que recuperas el control total de tu cuerpo, pero hay algo en tu interior que hubiera preferido no recuperar tus sentidos. Al dar una vuelta por la habitación, puedes ver que hay cuadros en la pared llenos de polvo y no puedes ver lo que tienen dentro, pero hay uno nuevo, uno que había sido puesto recientemente. Te acercas mejor para apreciarlo y tu corazón comienza a latir rápidamente al ver tu propio rostro allí, con tu expresión el momento antes de morir. Ahora perteneces al reino de la muerte y sólo un milagro puede sacarte de allí.

Eres una viva entre los caídos y tu rostro, aunque se encuentra en uno de los portarretratos, está solamente la mitad de él y este portarretratos es lo que te une a los muertos. Siempre que tengas ese poder, estará allí, incompleto.

El señor Flynn se encuentra viendo su rostro, desconcertado, asustado, afligido.

Me asusto al llegar a ese lugar desconocido. - ¿Dónde estoy? ¿Qué es este sitio...? Yo estaba en el bar, y ahora... -Camino, atemorizada, por la extraña habitación. Paso un dedo por encima de los muebles, comprobando que hace mucho que nadie pasaba por allí. Es entonces cuando me percato de los cuadros. Los miro, uno a uno... - Esta chica... ¿Soy yo? Se parece mucho a mí, pero está inacabado... No entiendo nada. ¿Quién ha hecho esto? - Continuo caminando y veo a un hombre en la misma sala que yo. - ¿Hola? Perdona, ¿sabes dónde estamos? - Me acerco más a él, y, en el momento en el que la escasa luz del habitáculo me revela su rostro, doy un paso hacia atrás, muy asustada, casi temblando del miedo. - ¡Señor Flynn! ¡Pero si usted esta...! ¡¡Todos lo vimos!! - Me doy cuenta de que está mirando su propio rostro, yaciente, en ese cuadro... Es exactamente la misma expresión que vi en el bar esta noche. - Dios mío... Entonces eso ha ocurrido de verdad... ¿Por qué yo estoy aquí? Yo no.... Yo no he muerto... 

Después de comprender lo que había sucedido, te encuentras allí con el señor Robert Flynn y Chloe, la cual está tratando de hablar con el hombre asesinado.

Robert mira desconcertado su rostro en el cuadro y en una concentración tal que parece casi hechizado por esa imagen.

Chloe se le acerca asustada a hablarle al principio pero él no escuchaba, estaba concentrado en su propia imagen, hasta que llega el momento en que se desconcentra y escucha. Mira igual de confundido a la joven y con angustia en su voz, dice - ¿Chloe? Pero... ¿Qué haces aquí? Acaso tú... - toca tu rostro por un momento, intentando creer que realmente estás allí y que no es sólo un mal sueño. Cuando lo comprende, se aleja y analiza el lugar. Lo mira y dice - ¿Cómo es que tú no has muerto y estás aquí? -.

Mientras sostienes la conversación con Robert, un nuevo portarretrato aparece y una figura se va formando en el suelo. Ves que la figura de Dean se materializa en aquel extraño lugar.

¿Después de comprender lo que había sucedido?

Estaba en la barra bebiendo un whiskey y de repente aparezco en un ático con la prometida del hijo de mi jefa y con el difunto señor Flynn...

¿Estoy muerto? ¿Chloe está muerta? ¿Robert Flynn está vivo? ¿Cómo ha pasado esto, cómo he llegado aquí y por qué?

No tengo ni idea de lo que ha sucedido O_o

- ¿Señorita Monroe? ¿Señor Flynn?

Me quedé a una distancia prudencial, asustado.

- ¿Qué ha pasado? No entiendo nada... ¿Dónde estamos?

Respondo sobresaltada al señor Flynn. - No... Yo no he... - No me atrevo ni siquiera a terminar esa frase. - Vamos, que estoy viva, de eso estoy segura. Es algo muy extraño... No me había pasado nunca.

Es en ese momento en el que un cuadro nuevo aparece y el retrato de uno de los miembros de la banda empieza a dibujarse. En parte me pongo nerviosa, aunque algo dentro de mí se esperaba verle allí después de lo que acababa de suceder. Leo su nombre en el marco.

- Dean... Eras el chico que tocaba la trompeta, ¿verdad? Siento mucho lo que te ha pasado.- Mi voz suena asustada. - Perdona, no quiero ponerte nervioso, pero es que no sé muy bien qué está pasando aquí... He visto lo que te ha pasado esta mañana, y aquí estás... Delante de mí... No hay forma fácil de decir esto, así que allá voy. - Suspiro antes de continuar hablando. - Alguien te ha atacado... De la misma manera que al señor Flynn anoche. No sé nada más que eso, de verdad... No entiendo nada... Supongo que... ¿Esto es el cielo? No sé... - Empiezo a temblar ante la idea de estar charlando como si nada con el señor Flynn y con Dean.

Escuché nervioso las palabras de la chica, incrédulo y empecé a sonreír, visiblemente alterado.

- ¿Pero qué... qué dices? ¿Cómo que me han atacado? ¡Estoy aquí igual que tú!

Intenté calmarme y respirar hondo, poner orden a mis ideas, pero aquello no tenía ni pies ni cabeza.

- Tiene que haber una explicación a todo esto. Nos han hecho algo, quizás nos drogaron... - hice una pausa para autoconvencerme y reforzar mi teoría - eso es, nos han debido de drogar y nos han traído aquí, el whiskey, las copas... Eso ha tenido que ser, nunca ocurrió lo del señor Flynn...

Comencé a buscar una puerta, una ventana, algo por donde salir de aquella habitación.

Niego con la cabeza ante la reacción de Dean. Intento sonar comprensiva en todo momento - Es normal que te sientas así, imagino... Yo tampoco entiendo esto del ático ni sé quiénes son todos los de esos cuadros, pero tengo la impresión de que son almas que han estado en este lugar... Yo no sé por que estoy aquí, pero mira... - Señalo mi cuadro, que está visiblemente sin terminar, aunque los rasgos de la cara que aparece en él quedan claro que son míos. - Yo aún no tendría que estar aquí... Lo siento mucho, Dean, de verdad. - Mi voz empieza a vibrar por los nervios y un poco el miedo. - Pero he visto tu cuerpo... Lo estoy viendo ahora, de hecho... Es difícil de explicar. Soy completamente consciente de que estoy aquí, pero, a la vez, soy completamente consciente de estar en el bar. Es como si hubiera dos yo y estuviera en dos lugares al mismo tiempo... Suena confuso, pero es así... No sé cómo explicarlo mejor... Es la primera vez que me pasa.

Sientes una mezcla entre tristeza y locura. No puedes aceptar el hecho de encontrarte allí y aceptarlo no parece posible. ¿Cómo es que Chloe estaba allí sin estar muerta y tú no podías ver a los vivos? No era justo. Nunca te habías separado de James y ahora estaban más lejos que nunca.

Pero hay algo que interrumpe tus pensamientos, algo que conocías bien y que no podía provenir de otra parte que no fuera de ese espeluznante lugar. Una melodía de un piano invadía tu cabeza, pero no era cualquier piano. Esa melodía... Era James. James la tocaba para ti, desde lo lejos que estaba y por un momento logras verlo sentado en su piano, con una terrible congoja en su corazón por tu falta y tocando las notas más dulces sólo para ti. Un regocijo infinito te invade y a pesar de estar tan lejos, sientes que puedes acercarte a él, que puedes hacerle llegar un mensaje, por pequeño que sea, pero algo que sólo ustedes podrán entender. ¿Qué mensaje enviarás?

Mil ideas pasaban por mi cabeza cuando empecé a escuchar el piano... "¿James?" Sin duda, era James... En mi mente lo vi, acongojado y supe que era por mi falta... "¿Realmente estoy muerto?" No quería aceptarlo, aunque la realidad se iba abriendo paso poco a poco en mi conciencia.

Como siempre desde que éramos pequeños, dejé de pensar en mí y en mi situación para pensar en los demás e intentar aliviar el dolor de James.

Me acerqué en aquella visión a mi hermano y me senté a su lado, intentando tocar unas notas, las de la primera canción que tocamos juntos para un público.

- James, ¿recuerdas aquella vez que te pagué la fianza en la comisaría y te dije que siempre estaríamos juntos? Pues no lo olvides nunca. Cuida de mamá, siempre pregunta por ti... Mientras tú estés bien, yo estaré bien... 

No sabía si estaba haciendo bien o no, pero no quería complicarle más la situación con aquella locura del ático, los cuadros, los muertos... Sólo quería verle feliz, tocando y flirteando como siempre.

Me quedé en silencio, dejando las lágrimas correr lentamente por mis mejillas.

-Dios mío... Están dispuestos a averiguar quién es el asesino y matarle... Han propuesto una votación y a quien elija la mayoría morirá hoy mismo. ¡Es una locura! ¿Cómo podemos saber quién está detrás de esto sin pruebas? Maldita sea... Señor Flynn, Dean... ¿Recuerdan algo de lo que les pasó? Cualquier cosa puede ayudar a que no muera un inocente: una voz, una figura, el tamaño de alguien que se les acercó antes de... Ya saben... 

Me apoyé en una pared y me dejé caer hasta quedar sentado en el suelo para abrazar mis rodillas...

- No tengo ni idea de lo que me sucedió, señorita Monroe... Lo siento, creo que usted sabe más de lo que me pasó, pues yo no recuerdo nada después de lo que ocurrió por la noche.

Meneé la cabeza, atormentado.

- Es todo una locura y nada de esto tendría que haber pasado... Nada.

Robert retir su vista por un momento de su propio retrato y mira a Dean con algo de pesar. Él era un buen chico, callado pero muy amable y era triste verlo en una situación de ese tipo. Se acerca a él con expresión triste y le dice - Siento mucho esto, muchacho. Espero que puedas salir de aquí - dice con tono descontento.

Luego, Chloe hace la pregunt que a todos les gustaría poder responder pero que nadie tenía respuesta. Le dice con tono triste - No tengo idea de lo que ha sucedido. Lo único que recuerdo es el sonido de una caja de música - mira a Dean y dice - La escuché hasta que abrí los ojos y me encontraba aquí -.

- Pues entonces, me temo que esta noche habrá otro cuadro en esa pared... Si es que aquellos que sean sentenciados también van a parar a aquí como les pasó a ustedes... Sólo espero que el señor no permita que sea un inocente el señalado... - Digo cabizbaja. - Es cierto, Dean... Nada de esto debería estar pasando... Ojalá fuera sólo un mal sueño.

Miré al señor Flynn con la mirada perdida...

- ¿Salir de aquí? ¿Para ir a dónde? No quiero hacerme falsas ilusiones con volver como si no hubiera pasado nada... Ojalá al menos tuviera mi trompeta conmigo...

Las palabras del difunto Robert me trajeron a la memoria la caja de música y alcé las cejas al hablar.

- Es cierto... aquella música tan triste que sonaba en mi cabeza... Como la que sonó en el bar... ¿No piensan que pueda ser algo relevante? - Me quedé pensativo unos instantes pensando mil cosas... - Quizás debieran buscar esa caja de música que se escuchó en el bar, señorita Monroe - Miré alternativamente a ambos - ¿no creen?

Asiento. - Sí... Supongo que es un buen comienzo buscar esa caja de música... - Mi voz suena apagada al decir esto al recordar lo que sentí cuando escuché esa melodía al fallecer el señor Flynn. - ¿Sabes? Creo que he oído esa música antes... Y eso me da aún más miedo... Antes de que lo preguntes, no sé cuándo ni dónde la oí...

Después de comprender lo que te ha sucedido, te encuentras allí con Chloe, Dean y el señor Flynn. Hablan entre sí sobre un caja de música.