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El Brazal de Oro

- Capítulo III: Penumbra - (Ingelyn y Mara)

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26/06/2019, 00:55
Narrador

Ingelyn estaba sola. Por primera vez desde que había empezado el viaje... no, por primera vez en su vida, se había quedado completamente sola. El escalofrío que recorrió su espalda no tuvo nada que ver con el frío de la noche, que era considerable, si no con la sensación de absoluto desamparo que se apoderó de ella al ver a todos sus compañeros dormidos, en mitad de los cadáveres de la reciente batalla.

Se agachó junto a Gunnar, que casi la había aplastado con el peso de su corpulento cuerpo al caer en aquella somnolencia, y comprobó su pulso. Era normal. El guerrero estaba vivo y respiraba sin problemas, al igual que el resto de su séquito. Trató de despertarlos, les llamó por sus nombres, les palmeó los rostros con fuerza, les sacudió... pero todo fue en vano. Estaban dormidos, sin más, y no había forma de despertarlos.

Pero... ¿por qué ella no? ¿Qué tenía de especial ella para haber sido la única capaz de resistir el hechizo? En cualquier caso, debía hacer algo. La noche era muy fría y no podía dejar a sus compañeros a la intemperie, mezclados con todos aquellos cuerpos muertos.

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26/06/2019, 10:25
Reina Ingelyn

No sabía qué hacer. Se encontraba tan sola como perdida, y lo que más se decía a si misma es que todavía había esperanzas de que Glyrhel, Ylva y la volariana volvieran en algún momento. Al agacharse para coger el cuerpo de Gunnar por las axilas vió de reojo el Brazal de Oro y tomó aire en profundidad para comenzar a tirar del guerrero hacia el interior de la granja otra vez más. Desconocía la naturaleza del artefacto, pero o aquello que les había lanzado aquel sortilegio estaba asegurándose de mantenerla despierta por motivos que desconocía o el Brazal la estaba protegiendo de alguna manera contra todo aquello.

Lo primero era meterlos a todos dentro y juntarlos en un lado del interior, para así protegerlos de alguna manera con los muebles del interior. Poco más se le ocurría en aquel momento para tratar de mantenerlos a todos controlados y a salvo. Llevaba a Rimkant envainada porque necesitaba ambas manos, pero esa sensación en su sien que apretaba más y más le decía que quizá la necesitaría en cualquier momento. Pasara lo que pasara no iba a rendirse y mucho menos dejarse amilanar por las circunstancias.

Aunque todo eso sería mucho más fácil si no te temblaran las piernas...

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28/06/2019, 12:17
Narrador

Respirando hondo y tratando de dominar su ansiedad, Ingelyn se concentró en meter a sus compañeros dormidos en la granja. Era algo más sencillo de decir que de hacer, sobre todo en el caso de portentos físicos como Gunnar o Mormnir, pero poco a poco lo consiguió. Les acomodó en los lugares más resguardados que encontró, e incluso acostó al viejo Runi en uno de los camastros, dejando a Svartfloy a su lado.

Cuando hubo terminado, estaba agotada. Pero seguía sin tener ni pizca de sueño. Es más, se sentía más alerta que nunca antes en su vida. ¿Qué demonios podía haber pasado? Transcurrieron unos minutos más, pero nada cambió. Sus compañeros siguieron dormidos, los muertos continuaron muertos, y nadie atacó la granja ni hubo un solo ruido aparte del crepitar de la chimenea y la brisa en el exterior de la granja.

Y sin embargo, Ingelyn notaba algo. Algo que no sabía definir. Desde el bosque cercano, una corriente invisible parecía fluir hasta aquella casa y atravesaba los muros como si fueran nubes. Era como un río de... algo. No podía verlo con los ojos, pero sabía que estaba ahí. Y como las aguas de un río cuando se encuentran con una roca, la corriente se dividía en dos al llegar cerca de la princesa y la evitaba, como si ella fuese un obstáculo que no pudiera tocar. Una de sus manos rozó el Brazal y se sorprendió al notarlo ligeramente caliente. ¿Sería eso? ¿El Brazal estaba actuando como una especie de escudo contra un encantamiento?

En cualquier caso, si quería averiguar qué estaba pasando, tenía muy claro que no lo lograría quedándose en la granja. Se acordó de Ylva y Glyrhel. Si aquello venía del bosque... ¿tendría algo que ver con ellos?

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29/06/2019, 00:15
Reina Ingelyn

No sabía qué hacer y empezó a sentir más fuerte aquella presión en su sien que amenazaba con generarle un tremendo dolor de cabeza. Más bien sabía qué hacer, pero no si era inteligente hacerlo. Ahora ellos estaban allí, seguros de las inclemencias de la noche pero nada parecía serles un peligro inminente y ella debía actuar mientras esa presencia siguiera afectándoles de ese modo.

Necesitaba encontrar a sus dos amigos, así que se enfundó sus cosas y salió a la puerta, mirando en dirección a donde sentía aquella energía flotando por el aire. Aunque había oido hablar de muchos asuntos de índole mágica descubrió que todo era mucho más confuso y difícil cuando los tenías cerca y no entendías absolutamente nada...

—Os voy a encontrar, os lo prometo.— dijo echando a andar siguiendo aquel rastro. Runi había podido curarla y no iba a desperdiciar aquella oportunidad de ayudar a sus amigos si además en el proceso entendía mejor qué estaba ocurriendo. No podía dejarlos atrás.

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30/06/2019, 23:57
Narrador

Ingelyn sabía que no conseguiría nada quedándose allí sin más. Su grupo, al menos de momento, estaría a salvo. Pero no soportaba no saber nada de Ylva y Glyrhel. Y además, aquella sensación que venía del bosque... Si había alguna respuesta, tenía que estar por ahí.

Salió de la granja por la puerta trasera y empezó a caminar con cuidado en dirección al bosque, arrebujándose en la capa. Según se aproximaba, podía sentir que aquél flujo invisible seguía flotando a su alrededor, evitándola. Poco a poco, los árboles fueron haciéndose más grandes y la granja más pequeña, mientras sus pasos se volvían más firmes y seguros.

Entonces, la sensación se disipó. Fue como si un viento hubiera cesado de pronto, y aquella corriente sobrenatural se esfumó. El hechizo había terminado. Quizá los demás hubieran despertado... Se volvió hacia la granja de nuevo, y en ese momento, notó algo distinto. Era una presencia. Pero no podía ver a nadie.

—Así que tú eres quien la lleva, ¿verdad?

La princesa se sobresaltó. Se giró varias veces, pero no había nadie allí. Además, aquella voz no había venido de ninguna dirección, si no que Ingelyn la había escuchado dentro de su cabeza. Era una voz que sonaba muy parecida a la suya propia, pero al mismo tiempo, la princesa sabía que no era su voz. Algo la hacía diferente. Aquello le daba escalofríos.

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07/07/2019, 10:48
Reina Ingelyn

Si aquello era un simple conjuro debía estar haciéndolo alguien muy poderoso, ya que todavía seguía activo y viajaba desde una distancia larga como del bosque a la granja: un pensamiento que aunque trató de evitar solo la puso todavía más nerviosa. Pero el cobijo de los árboles sirvió para tranquilizarla un poco, como si no verse sola en la inmensidad del campo fuese, erróneamente, algo más seguro.

Ingelyn iba con Rimkant en su mano izquierda, mirando a todas partes cuando aquella extraña energía dejó de existir tan rápido que tardó varios segundos en percatarse, más de los que tardó en notar aquello que había a su alrededor. No era capaz de discernir la realidad aunque movió la espada de un lado a otro, como si tratase de encontrar un enemigo invisible. La voz casi le saca un grito y entrecerró los ojos tratando de ver más allá en la oscuridad.

—¿Quién... quién eres? ¡Manifiéstate, seas quien seas! ¿Dónde están el resto de mis compañeros?

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10/07/2019, 12:23
"Sonrisitas"

Casi inmediatamente tras haber dicho aquello, la princesa pudo ver una forma oscura parada detrás de ella. No había llegado andando, ni volando, ni se había materializado desde una nube de humo negro. Simplemente, tras un parpadeo de Ingelyn, estaba ahí.

Era una forma oscura, como si alguien se hubiera cubierto de pies a cabeza con una capa de negrura absoluta. La princesa no podía distinguir facciones de ningún tipo, ni ver si aquél ser era hombre, mujer o siquiera humano. Lo único que vio fue una sonrisa amplia y burlona, en una boca que no se movió cuando Ingelyn volvió a escuchar en su cabeza aquella voz que parecía la suya, pero no lo era.

Ah, es verdad —dijo la forma—. ¿Dónde estarán y qué estarán haciendo? Los vi hace un rato, bajando por el camino hacia las otras granjas, pero me temo que tuvieron que desviarse...

Ingelyn no podía estar segura de si esa cosa intentaba ayudarla, asustarla, confundirla o simplemente era así de extraña por naturaleza. Pero nada de todo eso le daba buena espina. En cualquier caso, la forma oscura alzó un brazo y señaló una dirección entre los bosques.

Si quieres encontrarlos, yo que tú probaría por ahí. Y... también tendría cuidado. Estos bosques no son nada seguros ahora.

Al decir eso, a la princesa no le quedó ninguna duda del tono burlón de aquellas palabras. Pero antes de que pudiera decir nada, la forma rió entre dientes y en otro parpadeo, desapareció.

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11/07/2019, 10:41
Reina Ingelyn

La Princesa apuntó con la espada a aquella ¿criatura? ¿cosa? ¿fantasma? ¿Qué diantres era? con la intención de amenazarla, pero más bien la motivación real era sentirse algo más protegida, como si una espada pudiese protegerla de algo que pudo aparecer y desaparecer a su antojo. La miró totalmente estupefacta, escuchando sus burlas veladas y lo misterioso de su mensaje. Cuando desapareció Ingelyn se quedó incluso peor que antes: no sabía si seguir sus indicaciones o tomar otro camino.

La dolorosa verdad cayó sobre ella en cuanto pensó un poco, ya que lo que la sombra le había dicho era la única pista que tenía para encontrar a sus amigos. Así que clavando los talones para girar 180 grados y echando a correr hacia allí intentó recuperar terreno antes de que la exploradora guiara al resto a algún lugar seguro... pero alejado de ella.

Notas de juego

Estúpido Cheshire.

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15/07/2019, 11:52
Narrador

A pesar de que aquella sombra no parecía muy de fiar, su indicación era lo único a lo que Ingelyn podía aferrarse. Decidió seguir la dirección que le había indicado y se internó en los bosques, esgrimiendo a Rimkant, que destellaba en su mano. 

No había recorrido mucha distancia cuando notó un sonido y un movimiento en uno de los arbustos. Después, una sombra surgió de entre las hojas que había a su espalda y a la princesa se le heló la sangre en las venas. Era un esqueleto, que la observaba desde las cuencas vacías de su cráneo. Y casi inmediatamente después, otro cadáver surgió a su izquierda. Los rumores de que había no muertos por la zona eran ciertos.

Los esqueletos la miraron durante un momento muy largo y después, casi al mismo tiempo, avanzaron hacia ella. Sólo había dos opciones, luchar o seguir adelante tan aprisa como pudiera.

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17/07/2019, 12:20
Reina Ingelyn

Se quedó clavada medio segundo en su posición, con el corazón latiendo a toda velocidad mientras sentía como se le ponía de punta todo el vello del cuerpo. Esqueletos. Todo lo que se había hablado hasta el momento había tomado forma ante sus ojos y casi sintió algo de alivio en todo su miedo, pensando que quizás aquellas criaturas no estarían cerca de sus amigos si lo estaban de ella misma.

Su primera reacción fue salir corriendo, pero sabía que aquellas bestias no-muertas eran incansables y una batalla por huir terminaría con ella agotada y con esas cosas todavía tras su pista, así que alzando su fiel espada se lanzó a ellas con un grito de rabia.

Si Runi la viera... no le cabía duda que le caería una buena bronca.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Ataco!

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19/07/2019, 11:54
Narrador

Ingleyn se lanzó contra aquél esqueleto como si su vida dependiera de ello. Cosa que, por otra parte, seguramente era cierta. Su ataque fue rápido y certero... pero el cadáver utilizó su escudo para cubrirse con una agilidad que sorprendió a la princesa. Pese a no ser más que un montón de huesos y cartílagos podridos, aquél ser se movía con rapidez y precisión. No cabía duda de que conservaba las facultades que debía haber tenido como guerrero en vida.

La princesa retrocedió, preparada para un contraataque. Pero este no se produjo. Los esqueletos se limitaron a mirarla con aquellas cuencas vacías y amenazadoras, mientras sus huesos crujían al moverse. No parecían tener intención de atacarla, al menos de momento... pero se movían para cerrarle el paso y que no pudiera volver por donde había venido. ¿Trataban de conducirla hacia algún lugar?

Justo en ese momento, otra forma salió de entre los matorrales. Estaba cubierta de ropajes oscuros y por un momento la princesa pensó que se trataba una vez más de la misteriosa forma con la que acababa de hablar, pero enseguida vio que no era así. Esta vez se trataba de un enano al que no conocía.

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19/07/2019, 11:58
Murgin

El enano, que llevaba un parche en su ojo derecho, tenía una larga barba blanca y cejas hirsutas. Sus ropas eran luengas y de un color oscuro que le hacía parecer una sombra. Pero lo más inquietante era su mirada. Ingelyn tuvo claro al momento que con ese enano convenía no jugársela.

—Entrégamelo...

La voz era vieja y cascada, el tono claramente amenazador. Ingelyn no tuvo la menor duda de a qué se refería ese enano decrépito. Quería el Brazal, y sabía que era ella quien lo llevaba.

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21/07/2019, 13:01
Reina Ingelyn

—No. —dijo la princesa en un exabrupto tan inesperado que a ella misma le sorprendió. Estaba aterrorizada, pero bajo la presencia del miedo su temple se estaba volviendo el de una roca y como buena skaldi no iba a permitir que nada así la apartara de la misión que su propio padre le había encomendado, confiando en ella por encima de nadie—. ¡¡No!!

Agarró con fuerza la capa con el brazo izquierdo, preparada para usarla como distracción mientras sentía sus uñas clavadas en la palma de la mano por lo fuerte que estaba sosteniendo a Rimkant. No sabía quién era ese viejo enano pero sí sabía, a diferencia de con esa sombra, que definitivamente no estaba de su parte. Los esqueletos le habían cerrado el paso para dar la vuelta, pero si era rápida nada le impedía avanzar para adentrarse más en el bosque.  Eran tres, contando al enano, y eso tenía que darle una pequeña ventana de oportunidad... ¿no?

—¡El brazal llegará a su destino, pues es el deseo del Rey Thoran!— gritó Ingelyn antes de echar a correr, tratando de esquivar usando sus mejores reflejos cualquier embite que pudieran lanzarle y confiando en la fuerza del Brazal para protegerla de cualquier truco mágico. A mano tenía el vial rojo que Ylva le había entregado y no dudaría en darle un trago si la cosa se complicaba todavía más.

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21/07/2019, 23:58
Narrador

Ingelyn no perdió el tiempo y puso tierra de por medio en cuanto la ocasión se presentó. No iba a rendir así como así el Brazal que su padre le había confiado. Sin mirar atrás, echó a correr internándose todavía más entre los bosques, mientras oía la voz cascada de aquél siniestro enano a su espalda.

—¡Cogedla, inútiles!

Pero Ingelyn era rápida, más que aquellos esqueletos, y no tardó en poner una buena distancia entre ella y sus perseguidores. Sin embargo, todavía no estaba a salvo. Entre los arbustos veía surgir más cabezas blanquecinas de esqueletos que aparecían a su izquierda y derecha, tratando de cerrarle el paso. Tuvo que correr en zig-zag para evitar a dos de ellos. ¿Cuántos de aquellos no muertos había conseguido levantar quien los controlaba?

Finalmente, llegó hasta un claro en el que descubrió una extraña construcción. Era una especie de cubo de piedra de dos veces la altura de la princesa, tallado con motivos geométricos claramente enanos. Parecía internarse en la tierra, y aunque tenía una puerta de roca, esta estaba firmemente cerrada. Si pudiera entrar, quiza lograse esconderse... pero también podía quedarse encerrada. En cualquier caso, tenía que decidirse rápidamente. Si todos aquellos esqueletos la rodeaban, estaba acabada...

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24/07/2019, 17:48
Reina Ingelyn

Nerviosa e inquieta, sintiendo el chasquido de los huesos por todas partes acercándose más y más a ella observó sin demasiado detalle la estructura, no pudiendo permitirse pasar mucho tiempo admirándola. Sea como fuere no tuvo más remedio que acercarse a ella y tocar la puerta, intentando luego hacerlo con el propio Brazal para comprobar si aquello servía de algo: seguir corriendo tenía un pobre futuro y quizá refugiarse allí le diese el tiempo necesario para recomponerse...

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25/07/2019, 16:01
Narrador

Ingelyn se aproximó hasta la puerta enana y puso una mano sobre ella. La roca estaba tan fría y dura como había esperado. Empujó, pero no se movió un ápice. Tal vez estuviese bloqueada, o quizá simplemente la princesa skaldi no era lo suficientemente fuerte para poder abrir una puerta tan pesada.

A su espalda, los sonidos de sus perseguidores se oían cada vez más cerca. Varias formas siniestras comenzaron a verse una vez más sobre los arbustos y tras los troncos de los árboles, acercándose sin prisa... pero sin pausa. Ingelyn supo que estaba rodeada y que si no encontraba una manera de abrir esa puerta, no le quedaría más remedio que confiar en su espada mágica para salvarse.

Pero antes de eso, se le ocurrió una última idea desesperada. Sacó el Brazal de Oro de la bolsa donde lo guardaba, siempre junto a ella. Era tan pesado como recordaba, y lanzaba destellos dorados a la luz de la luna. Lo levantó hasta que tocó con él la roca de la puerta, y como por arte de magia, se escuchó un rumor rechinante y la pesada hoja de piedra empezó a abrirse lentamente. Atónita, Ingelyn echó un vistazo al interior del enorme cubo y descubrió un tramo de anchas escaleras que descendían hacia la oscuridad. No podía ver nada, tendría que decidir si valía la pena arriesgarse a tomar ese camino para escapar de aquella situación.

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26/07/2019, 22:51
Reina Ingelyn

No tenía tiempo para pensarse demasiado las cosas: si esos esqueletos se colaban en el lugar como ella estaría en una situación todavía peor, así que Ingelyn se adentró con premura al interior del cubo y sus pasos se dirigieron por las escaleras hacia abajo. Sus ojos trataron de acostumbrarse a la falta de luz, mientras se aferraba con fuerza al Brazal como si eso le diese fuerzas para seguir adelante.

Sus sentidos se activaron en la oscuridad y afinó el oído para tratar de oír algo: ¿era posible que sus amigos se hubiesen refugiado allí de alguna manera? No tenían el Brazal, pero eran mucho más ingeniosos que ella y quizá se las habían arreglado para entrar de alguna manera. Miró también hacia arriba para comprobar si la puerta seguía abierta y, de ser así, seguir avanzando para que los esqueletos no la vieran.

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29/07/2019, 09:38
Narrador

Cuando Ingelyn traspasó el umbral, la puerta volvió a rechinar a sus espaldas y se cerró. Había escapado, de momento, pero ahora se enfrentaba a la negrura absoluta. Mientras intentaba distinguir algo en la oscuridad, ya fuera con los ojos o con los oídos, escuchó un golpe en la puerta de piedra.

—¡Maldita sea! —la voz cascada del enano vestido de negro llegaba atenuada por la puerta de piedra—. ¡Está sellada! ¡Rápido, a la otra entrada! ¡Vosotros cinco, quedaos aquí y capturadla si intenta salir!

Aquello no dejaba lugar a dudas, su única alternativa era adentrarse en aquél pasadizo enano. No podía ver nada, pero alargó un brazo hasta que su mano tocó la pared a su derecha y palpó el muro para apoyarse mientras trataba de bajar unos peldaños. Entonces sus dedos notaron algo frío y se dio cuenta de que era una lámpara enana. Por suerte, llevaba un poco de pedernal, y en cuestión de segundos contaba con una fuente de luz que le permitió distinguir el camino frente a ella. El pasadizo bajaba durante unos cuarenta peldaños y después, un rellano daba acceso a una bifurcación. Podía tomar el camino de la derecha, o el de la izquierda. Ambos bajaban, internándose más en la tierra, y en ambos el silencio y la oscuridad eran absolutos.

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31/07/2019, 16:15
Reina Ingelyn

¿A qué profundidad estaría ya? Ni siquiera lo tenía claro, pero continuó bajando hasta llegar a la bifurcación. Una vez llegó allí miró a ambos lados con un suspiro.

—¿¡Ylva!? ¿¡Glyrhel!? —gritó desde su posición, tratando de encontrar alguna respuesta llamándolos. Era peligroso y ni siquiera sabía si estaban ahí... pero tenía que intentarlo.

De no obtener respuesta tomaría el camino de la izquierda, rezando porque le llevara al mejor desenlace posible de aquella desafortuanda huída.

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01/08/2019, 16:10
Narrador

Ingelyn llamó con todas sus fuerzas y esperó una respuesta, pero lo único que recibió de vuelta fue el eco de los nombres que acababa de pronunciar. Sus amigos no parecían estar cerca, desde luego...

Miró una vez más el camino de la izquierda y, a la luz de la antorcha, comenzó a descender los escalones. Bajó unos veinte antes de llegar a un rellano que torcía una vez más hacia la derecha y luego, una puerta adornada con motivos enanos dio paso a un corredor más largo y ancho. Allí, alguien había colocado un cartel con runas enanas que no supo leer. Parecía algún tipo de aviso o indicación. Ojalá Strumni estuviese allí. En ese momento, se dio cuenta de lo útil que había sido que el montaraz se uniera a su grupo, pero todo se había torcido aquella noche...

La princesa notó un mareo repentino y las piernas le flaquearon. Se puso en guardia inmediatamente, temiendo una nueva trampa. Pero luego su estómago hizo un ruido, y supo que nadie la atacaba. Simplemente, llevaba demasiado tiempo sin comer ni dormir con calma. Ahora que la tensión de la noche se había atenuado un poco, el cansancio la atacaba sin piedad. ¿Debía buscar un lugar resguardado para reposar un poco o sería mejor seguir adelante mientras tuviera fuerzas?