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El Caos

Inicio Akin Sabosanco

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20/12/2008, 15:46
Director

Mediano de porte firme y mirada altiva, aunque agradable y risueño en el trato.

Lo que más llama la atención cuando uno lo ve son los ojos, azules e inquietos, observando todo lo que le reodea en cada momento. Lo siguiente más llamativo serían las manos, con dedos muy largos para un mediano, aunque muy finos.

Para un observador veterano, también llamaría la atención su equipamiento, de superficial aspecto ajado y habitualmente cubierto del polvo y el lodo del camino, pero de una enorme calidad bajo toda esa mugre.
Historia
El sol empezaba a oscurecer ya y Akin se revolvió un poco en su posición, oculto tras una piedra que, viéndola de lejos, apenas parecería ocultar nada mayor que una cucaracha. Sin embargo, salvo que alguien tuviese muy claro que estaba allí y lo buscase, ni una sombra ni una arruga en su capa habría podido delatar su presencia. Había llegado allí dos horas antes y se había tomado su tiempo para buscar una buena posición, ahora simplemente esperaba la caída de la noche. Un tanto aburrido y sin posibilidad de moverse, su mente se fue, caprichosa, hacia los primeros recuerdos de su infancia.

Apenas debía tener 2 años, sus padres habían salido a trabajar y él, que apenas sabía andar, caminaba por entre unos humanos gigantescos de gruesas barbas y aspecto hosco. Humanos enormes que portaban pesadas armaduras y hachas de doble cabeza a quienes Akin apenas si llegaba a la altura de la rodilla. Una mano enorme lo cogió por la espalda y sus dedos se cerraron por el pecho hasta tocarse entre ellos, y Akin comenzó a reír de puro gozo anticipando lo que vendría después, cuando se elevó varios metros como un pájaro para volver a caer suavemente en las mismas enormes manos. Después contempló a todos aquellos humanos desde muy por encima de ellos, mientras se agarraba con fuerza al pelo de las patillas de Firez el semiogro, el más grande de sus amigos de infancia.

Una figura pasó por un instante entre Akin y el Sol, pero ni siquiera los ojos se movieron para enfocarla, su vista periférica fue suficiente para saber que era un hipogrifo, a unos dos kilómetros de su posición, y que llevaba un jinete. Nada importante por ahora pero sería algo a investigar más tarde, ningún soldado del rey cabalgaba hipogrifos, podría ser un emisario... o un espía. Pero eso sería más adelante, ahora tenía una misión más improtante y urgente.

Akin tendría ya unos cinco años cuando sus padres volvieron de otra misión seguidos de sus soldados. Eran el grupo de caza-bestias más reputado de todo el reino. Tras aquellos dos medianos entraban una curiosa mezcla de razas, algunos humanos, varios elfos, y aquel semiogro que tanto había jugado con el pequeño Akin. Era un arquero extraño, con unas flechas que parecían jabalinas, y un arco metálico que nadie salvo él podía usar. Su estilo era distinto a los de los demás, sus flechas gigantes simplemente atravesaban las armaduras por pura potencia. Akin miró el arco de su madre y se sorprendió de que quisiesen a una mediana tan diminuta con un arco que, al lado del de Firez parecía un mondadientes. El arco del propio Akin parecía incapaz de matar una simple mosca

Firez, hacía años que no se acordaba de como lo veneraba, cuando era un crío él era un Dios, un coloso con una altura y una fuerza que parecía no tener fin, y siempre dispuesto a jugar con aquel niño diminuto. Ahora lo veía de otro modo, seguía sintiendo gran cariño por él, pero comprendía lo poco útil que en realidad era en la compañía de sus padres. Siempre el retaguardia hasta que se producía el asalto para que su enorme corpachón no delatase a la compañía. Su poca capacidad para apuntar como es debido, dejándole simplemente las piezas más grandes para que no fallase los disparos, y a las que aquellas flechas grandes como javalinas podían detener de un sólo disparo. Incluso, cuando los enemigos sobrepasaban la lluvia de flechas, era alguien importante para contener a los guerreros enemigos e impedirles llegar con sus espadas a donde estaban sus compañeros. Pero ahora sabía que aquel arco gigante y poderoso era muy inferior al mucho más pequeño y liviano de su madre.

Sí -su padre sonrió ante la descripción que el pequeño Akin hizo de Firez- Es muy buena gente, un inadaptado entre los ogros que ha encontrado su sitio entre los humanos, toda la compañía lo adora. Y sí, esas flechas suyas pueden parar un oso a la carga, el herrero tiene que hacérselas a medida.

- Es el arquero más terrible del reino ¿no?

- No -su padre seguía sonriendo- El arquero más terrible de todo el reino seguramente sea tu madre.

- ¿Mamá?

- Sí.

- Pero si su arco apenas es un poco más grande que el mío.

- ¿Pero has visto su puntería?

- Sí, una vez nos pusimos a competir, le dio a una hormiga que subía por un tronco desde una distancia a la que yo ni la veía.

- Pues ahora piensa que puede ser peor. Si una flecha de Firen que te dé en un costado, o una de tu madre que te entre justo por el negro de la pupila o por el agujero de la oreja.

- ¿Mamá es capaz de eso?

- Tu madre sabe donde está el punto débil de casi cualquier bicho viviente o no-viviente. Es capaz de encontrar puntos débiles incluso en un zombie. Muy pocos guerreros en todo el mundo saben ver esas cosas. No puedes dispararle al corazón o al cerebro porque están muertos, aunque les des ahí eso no los detiene.

- ¿Entonces como hace?

- Tendrás que preguntarle a ella. Ella sabe ver las líneas de sutil energía que impulsan el cuerpo muerto de un muerto viviente, y sabe como dispararle para romper esas líneas y con ellas el fluido vital que lo impulsa. Los demás sólo podemos dispararles una y otra vez, hasta que finalmente tanto daño termina por destruirlos, pero los hacemos a lo bruto, ella hace con una flecha lo que yo hago con siete.

- ¿En serio?

- En serio.

Akin ronrió para sí, sin mover nada de su cuerpo, seguía esperando y no podía haber ni el más mínimo movimiento. Era cierto lo que su padre le había dicho. La tradición arquera de la familia de su madre incidía en conocer al enemigo, estudiarlo, encontrar sus puntos débiles, saber como se comportaba, como solía pisar, como reaccionaba ante una amenaza. Y cuando sabía todo eso, sabía como ir a por él. Su madre tenía una gran reputación ante la tropa, una reputación merecida.

Akin contempló a lo lejos, como todos en el castillo, la vuelta de la compañía de sus padres. Llevaban una semana fuera, en una de las misiones más peligrosas que habían realizado jamás: rastrear y destruir una peligrosísima banda de asaltadores que habían estado emboscando y masacrando caravanas fuertemente protegidas, ocultos en los bosques. Debían ser guerreros exiliados de otros ejércitos que se habían unido para sobrevivir con poco riesgo. Nunca había supervivientes a sus ataques, aunque los análisis de las huellas hablaban de en torno a medio centenar de criaturas diversas, orcos, humanos, al menos una mantícora, varios minotauros... y algunas cosas más que no sabían lo que eran, pero al menos dos o tres hechiceros o clérigos malignos había entre ellos, muy poderosos a juzgar por el efecto de sus bolas de fuego y sus relámpagos. Las compañías ordinarias no podían con ellos, nunca estaban ya en la región donde habían atacado, se desplazaban muy rápido y era imposible seguirlos.

Firez lo subió por encima de la línea de soldados para que observase lo que los demás no podían ver. Akin el preadolescente tenía ya una vista envidiable, como digno hijo de sus padres, y si algo era apreciable a esa distancia él sería el primero en verlo. Firez no había ido esta vez, necesitaban velocidad y sigilo, y el semiogro no era el mejor en eso.

- Vienen muy pocos de vuelta, no puedo apreciar nada más, pero han sido diezmados -informó Akin con el corazón latiéndole con fuerza en la garganta, temiendo por la vida de sus padres, aunque sabía que se le encogerían las tripas con cualquier otra muerte, todos ellos eran su familia en cierto modo, había pasado tanto tiempo entre aquellos rudos soldados (aunque jamás habían sido rudos con él) como con sus padres. Sus padres habían pasado mucho tiempo en misiones, sin él, pero cualquier miembro de la compañía era un poco el padre de todos los niños, del diminuto Akin en particular.

El rey en persona salió al patio a esperarlos, la mano posada en en la empuñadura de su espadón, y los nudillos blancos por la tensión.

Sus padres entraron los últimos, como correspondía a los capitanes. Al final habían caído 20 de los 35 miembros de la compañía. Y sus madres y esposas buscaron el consuelo de los demás, sin lloros por el momento, estaban muy curtidas y conocían el riesgo.

- Hemos abatido a la compañía de salteadores. El líder era un poderoso liche. Ha caído también. Hemos perdido a 20 soldados -informó su padre, protocolariamente.

Akin sabía que aunque ahora ninguno sangrase, todos habían sido heridos, aunque restaurados a posteriori por Glick el sacerdote. Aún así le sorprendió que caminaban encorvados y abatidos. Algo más que el cansancio estaba tras aquello.

- Mi compañía necesitará semanas de reposo. Hemos sufrido ataques de sombras y engendros demoníacos que han drenados nuestra fuerza y nuestra salud -confirmó su padre- Mis hombres están al límite de sus fuerzas.

- Comprendo -aceptó el Rey. E inclinando la cabeza hacia delante puso pie a tierra, honrando a aquel mediano como si él fuese el Rey y él solo un vasallo. De inmediato el gesto se extendió a todo el patio, y cortesanos, pueblo y generales pusieron rodilla a tierra para honrar a la compañía de sus padres. Akin se sintió absolutamente orgulloso, sabiendo lo que el gesto significaba.

El último rayo de sol se puso por el horizonte, y Akin supo que su espera llegaba a su fin. Su vista captó a su alrededor como las sombras estaban cayendo y sólo el tono rojizo de las nubes en el Oeste mostraba que la noche no era ya enteramente dueña de la situación. Los agudos sentidos del mediano no se resintieron por ello, ni siquiera cuando la oscuridad natural de una noche sin luna fue reemplazada por la oscuridad mágica que emanaba de aquel ser que odiaba tanto la luz que incluso las estrellas le resultaban odiosas, y que tenía tanto poder que no se preocupaba del gasto que le suponía llevar la oscuridad siempre con él.

Una vez papá me dijo que tú eras la arquera más terrible del reino -dijo Akin, el aprendiz de soldado, con su armadura de anillas y su uniforme demasiado grande, posiblemente porque ningún mediano entraba en ninguna unidad militar con menos de 25 años, y él estaba allí, aprendiendo el oficio, cuando apenas tenía 15.

- No estoy de acuerdo.

- ¿Ah no?

- No, seguramente el mejor arquero del reino es tu padre.

- ¿Papá? Os he visto competir a menudo, y casi siempre le ganas. Además él no tiene tu capacidad para ver los puntos débiles de los muertos vivientes y los demonios.

- Pero siempre que nos has visto competir ha sido aquí fuera, disparando a la diana del manzano. Ahí sí que soy mejor que él.

- ¿Entonces?

- Aquí siempre estamos parados, sin amenazas, y sin movernos. Este tipo de disparos casi nunca se dan en los combates reales más que en el primer momento de una emboscasa, o si tienes un guerrero fuerte que te proteja. Cuando sales como salimos nosotros a cazar bestias por entre los bosques, las situaciones son muy diferentes, y ahí tu padre es mejor que yo.

- ¿Sí?

- Sí. Es cierto que yo conozco y sé ver los puntos débiles de algunos enemigos. Sé donde tiene el corazón un hombre-lobo mutante y donde cortar la línea de poder de un vampiro. Pero ¿Y si ese hombre-lobo tiene un escudo protegiendo su corazón cuando te lo encuentras de frente? ¿Qué harías?

- No lo sé, disparar a la cabeza, supongo.

- Eso es lo que yo hago, disparo al punto visible más letal que veo, pero tu padre actúa de otro modo. Si hay un escudo protegiendo el frontal del corazón, corre alrededor del enemigo buscando alcanzar el corazón desde otro ángulo. Busca el ángulo que no protege el escudo, el agujero donde se juntan las placas de la armadura. Yo necesito estar estable para disparar bien y ahí soy mejor que eĺ, él es capaz de disparar con una enorme precisión incluso tras un rápido sprint para buscar el mejor ángulo. En una batalla real, su táctica es más efectiva que la mía.

Por el este, las estrellas desaparecieron totalmente como si la misma muerte las hubiese alcanzado, y Akin supo que la espera llegaba a su fin. Había estado diez años a las órdenes de sus padres, y había aprendido de ambos casi todo lo que ellos habían sido capaces de hacer. A los venticinco años había tomado el mando de la compañía al retirarse ellos. Cinco años de fiel servicio al hijo del Rey, tan buen dignatario como su padre. Pero el Rey había muerto joven víctima de un ambicioso primo, y él, como toda su compañía, se había negado a jurar lealtad al usurpador, lo que le había costado una condena de muerte sólo evitada mediante la huida. Hacía mucho ya de eso, tanto, que el reino ya no existía, absorbido por un reino vecino ante la debilidad el falso rey. Ahora Akin era uno de tantos aventureros que vagaban por todos lados, fiel sin embargo a sus principios.

La oscuridad le rodeó, y sólo entonces Akin, en total silencio, subió la cabeza un instante para que el amargo líquido de la poción que tenía entre sus dientes bajase por su garganta. Sus sentidos le permitieron saber donde estaba, exactametne, aquel enemigo que no tenía ni cuerpo, ni era visible, ni hacía ruido. Ya también donde estaba el punto flaco de aquel poderoso muro de fuerza que lo rodeaba y lo convertía en casi invulnerable. Casi, porque Akin había aprendido bien de sus padres. Con una rápida carrera que despertó el apetido el comedor de almas salió de su escondrijo, y sus cuatro flechas salieron con perfecta precisión hasta clavarse profundamente en la carne inexistente del aquel ser que se retorció de dolor y miedo. El contraataque fue terrible, y la bola de energía que estalló donde estaba Akin habría podido derribar un castillo, sólo que él ya no estaba allí. El comedor de almas no llegó a saber hacia donde se había arrojado, otras cuatro flechas clavadas donde más daño hacían terminaron con la no-vida de aquella cosa.

Las estrellas volvieron a brillar y Akin tomó una poción que curó la pierna que prácticamente había desaparecido por la terrible oleada de fuego que no había conseguido esquivar del todo. Y esperó, ya no tenía prisa. Lo aprendido de sus padres le había permitido sobrevivir a aquello a lo que ninguno antes que él había conseguido sobrevivir.

- Estás bien- dijo una voz ronca a su lado.

- Sí Firez, estoy perfectamente, sólo necesito un minuto más.

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20/12/2008, 16:05
Director

Comienzo de Akin

Cita:

Ahora Akin era uno de tantos aventureros que vagaban por todos lados, fiel sin embargo a sus principios.

Los años pasaron y el nombre de Akin Sabosanco, se volvió parte inevitable de las odas de los mayores bardos del mundo. Incluso viajeros provenientes de la nueva tierra, parecían reconocer al mítico arquero.
Akin, tras años de aventuras junto al enorme semiorco Firez, terminó viajando mucho más al sur del reino que lo vio nacer. Hasta la importante capital de Ginea.
Allí, su gran renombre y reputación, hizo que el propio Lord Shaguerrak, líder indiscutido del ejercito de Ginea, lo citara y contratara.
Asi, la historia se repetía. Asi, tal como sus padres habían combatido bajo el noble yugo de aquel rey, Firez y Akin Sabosanco, volvían a formar parte de un ejercito estable.

Dos años más tarde, el nombre de Akin ya formaba parte de las leyendas de Ginea, y el hábil arquero, con su experiencia en cientos y quizás miles de batallas, participaba incluso de muchas de las congregaciones militares que el propio Lord, a pesar de su curioso vocabulario, y su informal proceder ante los asuntos del reino...precedía.


Extracto del diario de Elara...:

Cita:

...Un nuevo día, y todo un mundo que recorrer, tengo que saber que otras ciudades existen, quienes son los gobernantes de esta Nueva Tierra, a esta ciudad la gobierna un tal Lord Shaguerrack, comenzaré por él, de esta forma me dirigí al palacio, ubicado en el centro de la ciudad, este estaba firmemente protegido por murallas, estas determinan un perímetro de seguridad que se cortaba en ocho torres almenadas que daban pliegos a esa muralla, se veían guardias a lo largo de ella, pero esporádicamente, la ciudad se había expandido mucho mas allá de ellas y no era necesario mantener un ejercito desfilando por ese lugar, las puertas principales estaban abiertas, y la gente entraba y salía continuamente de ese lugar. Entrando allí descubrí un mercado enorme, no había visto gran cantidad de razas pero parecía que todas confluían en ese lugar, encontré enanos, semiorcos, halflings, elfos, y una variedad rara de ellos, elfos marinos, había algunos de ellos comerciando, tal vez no mencioné que Ginea es una ciudad que da al mar, quizás sea por eso que residen estos seres, pero yo creo que existe un momento de paz entre tantas razas y que esta es una verdadera feria donde vienen de varios lugares a vender y a comprar extraños artículos de todo el mundo. En ese momento sentí una mano en mi bolso, rápidamente sostuve el brazo de ese ladrón, lo miré fijamente a la cara, pensé en despedazarlo pero me calmé, hice lo que una mujer en mi lugar haría, llamé a la guardia con un grito. Inmediatamente se acercaron unos soldados con armaduras plateadas y se llevaron al ladrón, no eran como los guardias que había visto antes, sin duda se los veía mas avezados que a los anteriores, parecían formar parte de una guardia de elite, demasiadas preguntas sin respuesta, así que me acerqué a un pequeño puesto, ahí donde estaba estos elfos marinos, su piel azul era realmente extraña, pero no tanto como la cantidad de adornos hechos con caracoles, conchas marinas, piedras extrañas, preguntar ahí no me haría ver mal, era un lugar de extranjeros:
- Hola, quizás ustedes puedan decirme quienes eran esos guardias?
- Señorita, usted debe ser mas nueva aquí que nosotros, esos eran jinetes plateados, son parte de la guardia personal de Lord Shaguerrack y formada en Ginea especialmente para protegerla, veo que tampoco ha de conocer la isla de Tisdale, queda cerca de aquí tendrá que atravesar nuestro mar pero es un trayecto muy hermoso y apacible, nosotros cuidamos de él, y los jinetes plateados nos cuidan desde su fortaleza en esa isla.
- O sea que es un puesto para proteger la ciudad?
- No, no es un puesto, en ese lugar es donde se ubica su cede, así como los jinetes dorados están en la Nueva Tierra, los plateados en la isla de Tisdale.
- Y esa nueva tierra donde está?
- Pero donde has pasado estos años? En una caverna? – Se reían
- Ja ja ja, a veces creo que si, crecí en un poblado cerca de aquí pero nunca había salido de ahí, hasta ahora, pero no los quisiera agobiar con un sin fin de preguntas, me interesan esos artículos que tienen, pueden mostrarme algunos?
Llevé varios de ellos, se veían realmente bonitos, caminé un poco más hasta que nadie me veía y utilicé mi magia, desaparecí, ya nadie podía verme, ni yo misma veía mis manos, ahora, en esa forma volé hacia el castillo, quería ver a este Lord, él tendría más respuestas…
Estaba en un balcón, no notaba mi presencia, por supuesto, no hacía ningún ruido, estaba ahí parado contemplando su reinado, con una mirada de soberbia, era un hombre joven que vestía una armadura de mallas, una capa de ceda color roja y llevaba dos espadas en la cintura, una espada larga y una corta, se creería un guerrero o tal vez lo era, no parecía gran cosa, su altura era media y no se lo veía como un veterano de muchas batallas. Entró por una doble puerta que daba a su habitación, y yo entré tras de él. Cuando hice esto, se dio media vuelta y con la rapidez de un rayo empuñó sus dos espadas y las apunto contra mi cuello, me di cuenta que estaba visible, en ese lugar había un conjuro que impedía la invisibilidad, evidentemente no era tan corriente como parecía. Debo tener mas cuidado, este mundo está lleno de sorpresas.

Sus ojos se abrieron con una expresión de sorpresa que nunca había imaginado y dijo:
- Elara?
Mi cabeza funcionaba con gran velocidad, como me conocía? Shaguerrack? Ahora recordaba algo, pero no, era un elfo cuando yo lo conocí, como era posible? No podía ser, cuanto tiempo había pasado desde que usé de ese grupo para evadir esas nieblas, cuanto hacía de aquella noche?
- El destino es extraño hechicera, pero yo sabía que nos íbamos a encontrar, que me vengaría, te cortaría la cabeza y llenaría tu boca de ostias y ajo… Pero un momento, es de día, muéstrame tus dientes!!!

Detrás del Lord, Akin Sabosanco, completamente indetectable tras unas cortinas, ya tenia el arco tenso y cuatro flechas listas para acribillar a la intrusa. Akin, se encontraba conversando en ese momento con Lord Shaguerrack, y fue el primero en ver a la mujer entrar por el balcon a sus espaldas. Cuando el escurridizo arquero se camufló contra el muro, Shaguerrack no necesitó más, ni una señal, ni una palabra, para percibir el peligro a sus espaldas. Como un rayo, el lider militar de Ginea, sacaba las espadas al tiempo que Akin sacaba sus flechas.

Al observar con más detenimiento a la oscura mujer, el arquero percibió algo...algo raro, algo que seguramente ni siquiera su madre había tenido en el pasado la oportunidad de ver. Podían verse con facilidad los lazos que rodeaban a esta mujer, sin embargo, aunque similares a la fuerza negativa que mantenía en pie a un vampiro o liche, en este caso, estos tendones imperceptibles para cualquier mortal, resultaban muy diferentes.
Parecía, parecía casi como si las fuerzas sobrenaturales en ella, fueran capaces de detener no solo una flecha, sino incluso el puño del propio Ares! El rayo del propio Zeus! Tal era la fuerza que la rodeaba.
Akin, sin intimidarse, apunto a ésos puntos debiles, aunque sin mucha certesa de que pudiera llegar a acabar con ella de un disparo.....
Quizas...corriendo rápido, dando un rodeo...podría llegar a golpearla desde atrás? En su nuca...si...ahí pareciera haber una debilid....no...tampoco...era demasiado fuerte, tendría que usar la estrategia de Firez pensó con una sonrisa...por suerte...tenia suficientes flechas.

La mujer, ante las palabras de Lord Shaguerrak, quizas sin percibir las cuatro flechas que le apuntaban, respondió.

- Lo sigo siendo, solo que muchas cosas han cambiado en mi, como veo que otras cambiaron en ti, elfo
- Veo que me recuerdas, yo recuerdo muchas cosas, pero sin dudas no olvido aquella noche. Replicó el Lord sin alejar sus dos espadas del cuello de la mujer.
- No veo por que debe haber resentimientos, esos artefactos que trajiste para que los saque de ese lugar eran solo el viaje para uno, ustedes estaban frente a otra cosa, estaban designados para algo más importante.
- No, – Una sonrisa se dibujaba en su cara – Yo no me olvido de otra cosa de esa noche Ja ja ja y quisiera repetirla
- Estúpido mortal. Me incomodan un poco estas espadas en mi cuello guerrero, si hubieras querido matarme ya lo hubieras hecho
- No Elara, no deseo matarte, no creo que pueda hacerlo, tu has vivido demasiados años, muchos mas que los que he vivido yo y tu fuerza a aumentado, puedo sentirlo, y además, tengo muchas preguntas que hacerte
Bajó sus armas y haciendo una imperceptible seña con sus ojos hacia Akin para que se mantuviera alerta pero tranquilo, se sentó, su humor había cambiado

- No voy a aburrirte con la historia de cómo escapamos de ese. Te contaré lo que pasó después tal vez me puedas ayudar a entenderlo, llegamos a un mundo dominado por dioses que ni Azrael conocía, un mundo nuevo, habían algunas cosas extrañas pero en general era como aquel del cual partimos en medio de tu ira, aún lo recuerdo en mis sueños, tu hija colgada y tu rostro, tu rostro era otro, debo decir que hasta yo mismo me asusté en ese momento, recuerdo el lugar, una colina, un tanto alejada del pueblo, y tu torre donde vivías con tu hija, apenas me recuperé de ese momento estaba viendo muertes por todos lados, tu los matabas, sin piedad, con locura, eso ya no parecía una venganza......¡Maldición!, creo que no estoy contando lo que quería, bueno… explícame que pasó, hace tiempo que no veo a Azrael, él se marcho hace tiempo…

La mujer, esquivando la pregunta del Lord, respondió...
- Veo que eres el Lord del lugar y gobiernas una de las ciudades mas importantes del mundo…
- Muchas guerras he luchado ya bruja, mi posición no fue fácil de lograr, he combatido al ejercito Orco, y a su general Unglar, los hemos mantenido a raya y ahora gozamos de un periodo de paz, he hecho muchos amigos y aliados en este mundo. -agregó mirando hacia la sombra que era Akin. -Tal vez recuerdes a la elfa Lishana, esa que te entregó uno de esos artefactos pensando que realmente nos ayudarías?.
- Ah si, la recuerdo, recuerdo su inocencia, y su cara luego de que sus planes no habían salido como quería, creo que en ese momento su mente cambió, parecía tan buena y confiada, bueno, ese fue mi mensaje y mi regalo para ella, no debía confiar en nadie más.
- Seguramente, en realidad le hiciste un bien no? Bueno, no discutiré tu “bondad”, la princesa volvió a su reino, y creamos una paz entre elfos y humanos que hoy día perdura, mira, ven conmigo a la ventana, ves aquella isla más allá del mar? Tisdale, esa es la base a esta guardia que has visto, somos los Jinetes Plateados y en ese mar están los elfos, sus ciudades se ubican ahí abajo, son inmensas, bueno, eso es lo que me han contado, hemos formado un imperio impenetrable, por mar y por tierra, mas allá nos protegen las montañas.
- No existe la defensa perfecta y esa paz que dices tener no podrá ser mantenida por siempre, te debo algo así que usaré mi poder para quitar el velo que cubre a tu futuro…

La mujer, se dirijió hacia ese balcón seguida por Lord Shaguerrak. Akin comenzó a dar un rodeo, apuntando siempre hacia las auras e energía negativa que parecían sostenerla....

Extracto del diario de Elara....

Cita:

......y contemplo ese paisaje, me nutro de la fuerza de este mundo, su energía me llena, sintiendo que cada parte de él toca una de mi cuerpo, me vuelvo una con el universo, luego viajo, mi mente se proyecta al futuro… De repente una imagen me golpea la cabeza, es tremendo, otra criatura se hubiera desmayado, para mi eso es imposible

- He visto una guerra, una que nunca podrás imaginar, vi un ejercito inmenso atravesar las montañas, lo vi devorar cada pueblo a su paso, te veo a ti luchando contra él, a ti y a tu grupo destruyéndolo, veo esas flechas que me apuntan, clavándose profundas en el verdadero enemigo. Tus aliados, atraviesan sus huestes hacia el centro de él, a sus generales, pero de repente dragones negros surgen del fondo, los atacan y la lucha se vuelve terrible, los orcos, cobran mayor poder y avanzan al castillo, tienen unas maquinas de guerra terribles que apenas tu y tus compañeros pueden enfrentar, estos jinetes plateados solo pueden morir contra ellas pero su valentía es increíble, tus espadas y las de tus compañeros brillan, la lucha es increíble, pero los orcos van ganando.....,

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25/12/2008, 14:30
Akin Sabosanco

Akin era un guardaespaldas, pero era algo más, era un aventurero que había visto mucho mundo y tenía curiosidad por ver todavía más. Había aprendido a hablar todos los idiomas conocidos, fruto de largos viajes y un talento natural, a veces incluso con profesores que tenían que enseñarle en una mazmorra.

Aquella cosa era algo diferente, y eso le llamaba poderosamente la atención.

- Bueno, parece que ya me has descubierto, y de todos modos no parece que mi señor tenga pensado matar o morir. Siento una enorme curiosidad, y quizás para ti sea irrelevante satisfacerla. Mi señor parecía identificarte como un muerto viviente, un vampiro quizás, pero él mismo se ha sorprendido de un cambio. He luchado muchas veces contra muertos vivientes y no percibo en tí lo mismo que percibí en otros. Sin embargo no estás viva, o no me lo ha parecido al menos. ¿Puedes aclararme el enigma? Soy curioso, he visto muchas cosas, quiero ver y conocer más, y tú eres la primera en tu género que he visto hasta ahora... Creí por un momento poder adivinarlo, pero hay cosas que no me encajan en mi sospecha. ¿Qué eres tú criatura? Libera mi curiosidad.

Akin continuó, tras pensar un instante.

- También me gustaría saber más sobre esa guerra, puesto que si es tan terrorífica es posible que yo me vaya a ver involucrado. Muy probable, dado que tú misma lo has profetizado. Pero supongo que esa parte de mi curiosidad ya es compartida con mi señor.

Akin sonrió.

- Y una pregunta más, la última por ahora. ¿Quienes serán los bandos en esa guerra? ¿En qué bando estarás tú?

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26/12/2008, 12:55
Elara

Tu señor?...pensar?...Jajajaja! Ríe alegre la hermosa mujer.
Ya deberías saber que Shagui, rara vez piensa las cosas. El solo actúa por reflejo. Comenta sarcástica la bruja, sin sorprenderse en lo más mínimo por tu aparición.


Cita:

¿Qué eres tú criatura? Libera mi curiosidad

Tu me ordenas a mi pequeño Akin? Quizás si te alzaras por sobre los dioses, más allá de los limites del monte Olimpo, llamarías mi atención...
...y aun así, no estarías en posición de ordenarme nada, te lo aseguro.

Sin embargo, ya que de momento yo estoy fuera de los alcances de ésta guerra, te responderé tu segunda pregunta...

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27/12/2008, 15:30
Shaguerrack

Shaguerrak, entonces, interrumpe a la bruja y sin dejar de observar por el amplio balcón, agrega...

No te preocupes Akin, no es más que una bruja loca, una vampiresa, y una maga que no sabe construir una simple vara de los magos ha ha, ha!

Interrumpe el Lord guerrero, respondiendo a las palabras ofensivas de la mujer.

Notas de juego

Hora:
Fijate otra imagen mas "shaguerrak" :)
solo te muestro esta vieja imagen del negro :)

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27/12/2008, 15:36
Elara

La hechicera, reprimiendo una carcajada, mira de arriba a abajo al Lord, y termina su frase.

Orcos, Akin...Orcos. El ejercito de Unglar, se enfrentarán contra todo el plano primario. La Nueva Tierra, Ginea, Qualinost, todos recibirán el impacto del general Unglar...Será un bello espectáculo. Creo que lo disfrutaré desde vuestro balcón, Lord Shaguerrack.

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27/12/2008, 15:39
Akin Sabosanco

- ¿Ordenar? Te he pedido que satisfagas mi curiosidad, pero debes ser muy poderosa cuando te permites ese desdén ante una pregunta. No importa, tu contestación ha satisfecho mi curiosidad ante tu persona, no hay mucho más que quiera saber. La altivez ante los más débiles no demuestra poder, sino estupidez. No sé qué tipo de criatura eres, pero sí sé no eres de ningún tipo que me interese conocer.

Notas de juego

Tengo que hacer cambios en mi ficha, tengo una dote para la que no cumplo pre-requisitos, pero eso supone cambiar varias cosas... No muchas.

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27/12/2008, 18:20
Elara

La mujer mira fijamente a Akin, sus ojos azules parecen hacerse cada vez más y más grandes.
El mediano parece perderse en el océano, como si viajara tan profundo en él que ya olvidara sus comienzos.
De repente la mujer dice.

Que criatura soy...?
Yo soy Elara.
Con eso es suficiente.

Akin tiene una visión mucho más profunda de las criaturas y le resulta mucho más extraño observar la física de la mujer.
Los agudos sentidos le permiten hasta por momentos escuchar un corazón latir dentro suyo, pero su cuerpo parece no tener vulnerabilidades, si es un vampiro, es un vampiro vivo, algo muy extraño.

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31/12/2008, 12:52
Akin Sabosanco

- Entiendo. Enhorabuena por ser Elara.

Akin no tenía mucho más que decir. Odiaba a los muertos vivientes, casi podía sentirlos cuando estaban cerca incluso sin verlos, casi... a Elara podía verla. No parecía una vampiresa. Pero bueno, había muchas cosas extrañas por el mundo, después de todo, él no era más que un mediano y había llegado a donde había llegado...

Notas de juego

Soy mediano :)

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31/12/2008, 14:38
Elara

Cita:

Akin no tenía mucho más que decir. Odiaba a los muertos vivientes, casi podía sentirlos cuando estaban cerca incluso sin verlos, casi... a Elara podía verla. No parecía una vampiresa. Pero bueno, había muchas cosas extrañas por el mundo, después de todo, él no era más que un mediano y había llegado a donde había llegado..

La joven Elara sigue mirando por el balcón. Casi parecería que te ha leído la mente, ya que aunque te da la espalda, notas que sonríe casi en silencio, y de un agil salto se deja caer por ésta, al tiempo que su cuerpo parece sufrir una transformación. No alcanzas a verla, pero en instantes, un enorme murciélago pasa volando a través de la balconada, en dirección a la alta cúpula de la torre.

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31/12/2008, 14:42
Akin Sabosanco

- Curioso bicharrajo. Si era una vampiresa, tenía un enorme poder, y aunque no estoy seguro creo que es una vampiresa viva. Extrañas relaciones tienes jefe. Aunque creo que lo de la guerra es real.

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31/12/2008, 14:41
Shaguerrack

Shaguerrack parece no sorprenderse ante la impulsiva actitud de la joven maga. Por el contrario, sonríe quizás recordando viejas aventuras, y al fin se vuelve de espaldas al balcón, y avanza hacia ti.

Muchas veces me he encontrado con la bruja, Gran Akin. Y siempre ha sido como un augurio de épocas malas. Espero que ésta guerra de la que habla, no me toque vivirla a mi...después de todo, ya no pertenezco a la raza de los inmortales...
murmura frotándose con la mano derecha, el dedo anular de la izquierda.
Con un poco de suerte, ésta guerra ocurrirá dentro de veinte o treinta años...y yo no estaré aqui, jaja! Preferiría disfrutar de la buena vida hasta entonces!

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31/12/2008, 14:47
Shaguerrack

Es una vampireza, o algo más poderoso ahora sin duda...Yo la conocí hace años, cuando solo era una simple maga. Muchas cosas ocurrieron desde entonces, pero eso si, te aseguro que fue un muerto viviente años atrás...Jajaja, ríe el Lord llevándose una mano al cuello. Y uno muy bueno jajaja!

Es extraño, pero la aparición de Elara, parece haber borrado de un golpe las pocas formalidades que Lord Shaguerrack usa en la corte. Como si los recuerdos de sus años de aventurero salieran a flote ahora.

Te quiero aquí conmigo Akin pero también quiero saber más de esa guerra.
Si hay alguien que nos puede contar más de ello es Azrael.
Como encontrarlo?
No te será dificil pero el viaje es largo afortunadamente Turion conoce un medio de viaje veloz hacia la nueva tierra.
Sé que no conoces a Turion, poco se lo ve, es un mago que vive en aquella torre.

El capitán señala una torre que no es más que una parte más de la fortaleza en donde se encuentran.
No tiene ventanas, pero piensas que se accede por alguna parte debajo de la misma.

Se lo que estás pensando, y no, no tiene entradas.
Sus aposentos se encuentran en un espacio extradimensional dentro de esa maciza torre.
Ves aquel pasillo que termina chocando con la torre.

Allí señala uno de los pasillos entre varias torres más que flanquean la fortaleza, este en particular termina en la torre la cual no tiene entrada ni salida como las demás que conectan los corredores en el perímetro del castillo.

Posa tu mano allí, el sabrá que vienes.
Cuéntale lo que aquí ha pasado yo debo pensar...

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31/12/2008, 23:20
Akin Sabosanco

- A tus órdenes My Lord.

Akin no perdió más tiempo, al fin y al cabo también su futuro había sido predicho por la bruja. Él participaría en la guerra contra los orcos, y no sería la primera guerra contra orcos en la que había participado(*). Y espera que si era la última lo fuese porque los orcos quedasen escaldados, no porque cayese en combate... sin embargo... la bruja había predicho que en ése momento de la guerra ellos irían perdiendo.

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01/01/2009, 22:45
Director

Akin camina por el corredor y llega a aquella pared de la torre que le había indicado Shaguerrak.
Allí posó su palma en la pared blanca, miró por un momento a su capitán el cual había quedado mirando el vacío, como si estuviera viendo la batalla que anticipaba Elara.
Una puerta se abrió, la loza desapareció dejando un hueco rectangular oscuro en la torre, más allá no se veía nada. Pero Akin sabía que era un lugar seguro así que atravesó aquello que se podía llamar más que puerta, portal.
Más allá del portal estaba el laboratorio del mago.
Una sala repleta de tomos, extraños componentes, animales enjaulados, mesas, frascos de todo tipo.
La habitación tenía además ventanas que raramente daban al exterior, algo que evidentemente debía ser espejos de adivinación o algo similar, ya que de afuera no se veían.
Incluso desde allí podías ver a Shaguerrak aún en el balcón.

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01/01/2009, 23:06
Turion

En el centro de la habitación un humano, algo extraño había en él, estaba lleno de vida, despedía un aura extraña, no, no es así, eran dos, dos almas en un mismo cuerpo, eso era, además de esto poseía una tranquilidad inquietante como alguien que maneja todas las opciones; su apariencia? Era lo de menos, un hombre de mediana edad, vestido con túnicas de colores negro y , su cara era muy expresiva, con barba en pera, el pelo negro y largo.

Mi nombre es Turion, bienvenido Akin, que te trae a mi residencia?

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01/01/2009, 23:31
Akin Sabosanco

- Parece que hoy es el día en que debo conocer criaturas nunca antes vistas. Saludos Turion dos almas, Shaguerrak me envía a contarte lo que hoy ha visto la bruja Elara, un futuro marcado por una guerra terrible contra los Orcos, una guerra que en su visión estábamos perdiendo. Yo estaba en esa visión. Vengo en busca de más preguntas, o quizás de alguna respuesta que darle al Lord.

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01/01/2009, 23:48
Turion

Yo también he tenido algunas visiones de la guerra que vendrá, pero ninguna es clara y en ninguna puedo ver como termina.
Se que sonará extraño, pero creo que debemos preguntarle a la guerra como terminará la guerra.

Allí Turion se sienta en un gran sillón que había en la habitación, invitándote a que tu hagas lo mismo en otro cercano a él.

Hace tiempo nació un ser con esencia del mismo dios de la guerra, Ares, el se desarrolló y creció sin conocer su destino, el mismo señor Ares no sabía de su existencia ya que... según cuentan las leyendas, algo de Ares fue robado y usado para el nacimiento del niño, no se exactamente como es la historia pero si que el dios de la guerra esta furioso con ese acto.
Por supuesto como imaginarás, cuando Ares descubrió esto acabó con el ya ahora joven humano.
Pero el destino no quiso que su existencia termine allí, las parca ataron su vida con la del dios, tejiendo en el gran telar de las existencias de todos los seres del universo.
Ataron su vida con la de Ares dándole una existencia eterna, pero muerta viviente, es ahora el fantasma de la guerra, destinado a ser parte de ella por siempre mientras exista.
Es una maldición por supuesto, y como toda maldición no es algo bueno, el fantasma no cree lo que es, él mismo se cree que esta atadura al dios de la guerra es porque en un futuro él lo reemplazará.
Debemos hacer que la guerra luche a nuestro lado para ganar la guerra!

Cuando dice esto el mago se sonríe al ver la redundancia de sus palabras aunque se asiente a sí mismo como quien está convencido que ha dicho las palabras correctas.

Realmente lo mío no son los dioses, yo soy un adivino, un estudioso.
No puedo dejar mi lugar aquí en el reino, no se realmente que pasará aún.
Así que te encomiendo una tarea, encontrar al Gran Azrael en la nueva tierra el sabe más de esto y sabrá como tratar con el no muerto.

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02/01/2009, 00:15
Akin Sabosanco

- Es curiosa esa historia sobre un alma atada a otra, cuando en ti también percibo dos almas. Soy ser curioso Turión, ¿querrás contarme algo sobre eso?

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05/01/2009, 22:26
Turion

Veo que lo has notado, no muchos lo notan.
Es el resultado de una lucha con un poderoso archidragón, si, así, es era una criatura que se la podía llamar de esa forma.
Muy poderoso por cierto, devoraba el alma de los niños recién nacidos, tuvimos que viajar al mismo plano positivo para destruirlo, larga historia, no te quiero aburrir con algo así.

Turion calla por un momento y de entre sus ropas saca una esfera de cristal.
La esfera resplandece en colores azules de todas las tonalidades.
Su "otra alma" se puede ver con mayor claridad ahora, es como si tuviera una segunda imagen que se mueve consigo mismo pero un poco más lento.

Existe un artefacto, no es este, pero si es una pequeña parte de él.
La matriz del mundo se aloja en un lugar bajo tierra, allí se cuenta que los conocimientos de todos los caídos son absorbidos y guardados por esta, no sus almas, si no sus vivencias.
Tampoco quiero aburrirte con las historias de ese artefacto, este...
Te muestra la pequeña esfera.
Es una leve parte de él, pero funciona con las vivencias en vida.
No... no puedo saber todo lo que viven los seres de La Nueva Tierra, sólo aquellos que entrelazarán sus destinos pueden ver los acontecimientos cercanos de aquellos de cuales acompañará o formará parte de su vida.
Las cosas no son porque si, y si has llegado hasta mi guarida es por algo, está en ti ver por donde seguir.
Tú sabrás donde encontrar eso que yo nombraba como "La Guerra".