Partida Rol por web

El cerezo con forma de dragón

1. El Viaje hacia Sakurairo

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30/08/2019, 14:19
Narrador

Amanece, el sol brilla, los pájaros cantan, el viento trae el perfume de las flores y el rumor de las abejas. Así ha sido en los últimos días, poco ha cambiado desde que un pequeño grupo de Viajeros decidió emprender la marcha hacia Sakurairo entusiasmados con la idea de asistir al festival que se celebra en honor a todos los Viajeros en el día de la primavera.

Se conocieron nnas semanas atrás en la posada de Ryokan cuando una inesperada tormenta de nieve los obligó a resguardarse allí. Las temperaturas eran lo bastante agradables como para emprender su primera marcha, empezaba el buen clima, los ancianos de sus aldeas sentían el cambio de estación en sus viejos huesos, las heladas ya se habían derretido y habían comenzado las cosechas. Pero el tiempo es cambiante y caprichoso, el frío los encontró a la intemperie en el camino, y el destino hizo que se convirtieran en compañeros. Mientras disfrutaban de un merecido descanso y una cena caliente, compartieron sus historias. Para todos era su primer viaje, la primera vez que abandonaban su hogar y la seguridad de su familia. No todo era nuevo, pero la experiencia era diferente a todas las vividas y la incertidumbre ante lo que tenían delante no podía desaparecer con facilidad. A causa del clima o de, tal vez, el destino, descubrieron que tenían más en común de lo que parecía a simple vista, así que tomaron la decisión de afrontar el camino todos juntos.

Desde el primer momento se decidió que Shiro fuese el líder de aquel pequeño grupo. Era el más mayor de todos ellos y practicamente todos podían pasar por hijos suyos debido a la notable diferencia de edad. Minako se encargaría de las provisiones, o más bien su burrito, su querida mascota; el animal estuvo siguiéndola durante varios kilómetros y cuando intentaron traerlo de vuelta, simplemente no se movía y sus rebuznos obligaron a Minako a llevarlo con ella. Yoshi era el más entendido de todos sobre viajes. Era cartero, había viajado varias veces con su padre, pero aquella sería la primera vez que emprendiera la marcha en solitario y aunque nervioso, parecía tener mucha más información que el resto. Takeshi también sabía algo sobre bosques y caminos, portaba un arco y decía ser cazador, así que en caso de que las provisiones escasearan, el muchacho podía proveer algo de comer. Luego estaba Kosuke, el trovador, el que los entretenía con historias y el que, seguramente, escribiría la crónica de su viaje.

El grupo partió de la posada en dirección a Sakurario un par de días después y estuvieron en camino por praderas soleadas durante una semana. En todo ese tiempo hablaron, intercambiaron anecdotas y compartieron la comida. Enseguida se hicieron amigos y a medida que crecía la sensación de que formaban un buen equipo, la perspectiva de vivir emocionantes aventuras se hacía cada vez mayor.

Despertaron al amanecer después de haber pasado la noche a la intemperie. Se notaba que estaban cerca de la ciudad, quizá uno o dos días, las granjas eran más numerosas, así como la densidad de árboles. Takeshi había avistado un camino de cerezos por la tarde, una línea roja allá a lo lejos que describía una parábola y desaparecía hacia el este. Para algunos era apenas una pincelada de color en el horizonte que bien podía ser uno de los rayos de sol al atardecer, pero todavía no habían perdido de vista el camino principal -de tierra, sin adoquines-, así que esa tenía que ser la dirección correcta. Ante ellos, a unos pocos kilómetros, comenzaba un bosque y como no era seguro entrar de noche, habían decidido acampar a un lado.

Era momento de recoger sus cosas y seguir el viaje. ¿Qué encontrarían en Sakurairo?

Notas de juego

1. Tirada de Acampada (DES+INT), solo un pj, el que vosotros decidáis, para ver cómo habéis amanecido. -1 si no hay tienda/saco de dormir para todos.

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01/09/2019, 21:34
Yoshitomo Michi
- Tiradas (2)

Motivo: Acampada (INT)

Tirada: 1d8

Resultado: 2

Motivo: Acampada (DES)

Tirada: 1d6

Resultado: 4

Notas de juego

El sistema genérico no me permite hacer la tirada con los dados juntos, por eso la he hecho en dos tiradas.
No muy buena en realidad :(

(DES+INT)=6

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01/09/2019, 22:06
Yoshitomo Michi

Yoshi despertó algo dolorido. El lugar donde había puesto su saco de dormir, tan bueno que parecía la noche anterior, resultó tener un par de piedras que malévolamente se le estuvieron clavando en los riñones durante parte de la noche. Sus ojos mostraban un par de sombras violáceas y, aprovechando que parecía haber sido el primero en despertar, bostezó sin ningún decoro.

Dio un pequeño sorbo de agua, alejándose un poco del campamento para limpiarse la garganta. Una vez escupió, se limitó a quedarse mirando el paisaje, en dirección al amanecer. El disco del sol avanzaba perezoso, sin remontar demasiado, rojizo, pero volviéndose cada vez más y más difícil de contemplar.

Un soplo de brisa le dejó tiritando y se abrazó con fuerza. Contemplando el camino se puso a pensar en Sakurairo, una ciudad en la que jamas había estado, pero de la que su padre le había hablado en numerosas ocasiones. Más grande que su aldea, lo que no era decir demasiado. Un lugar bonito, donde mucha gente estaba de paso debido a que era un cruce de grandes caminos. Lo que hacía de aquel lugar el sitio ideal para convertirse en comerciante o mercader. En especial, cuando llegaba el Festival del Viajero, en el que Sakurairo casi duplicaba su población, entre viajeros y comerciantes. Yoshi aun recordaba aquel pequeño silbato de cerámica que su padre le trajo una vez. Muy bonito, pintado con tan vivos colores que parecía un ave de verdad. Se la llenaba de agua y al soplar, cantaba como un zampullin cantando en epoca de cría.

Yoshi suspiró, recordando el destino de aquel silbato. Ofrecido como regalo para Tomoko y destrozado solo para reírse de el.

Se tragó su orgullo y volvió al campamento, evitando pasar cerca de Minako. Tomo su capote de abrigo y se arropó con el. Mientras esperaba a que los demás despertaran, alimentó un poco las brasas para que el fuego les calentase un poco.

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01/09/2019, 23:43
Minako

Minako amanece algo entumida y torpe. A pesar de su físico delgado la muchacha siempre ha hecho gala de una robustez casi a la par con la de su simpático burro mascota, legado de una vida sana pero dura. Ahora bien, ninguna condición física, por buena que sea, te libra de una mala noche. Eso es una verdad universal.

Se recoge el pelo de manera no muy ceremoniosa y al cabo de un buen rato se da cuenta de que Yoshi ya está despierto, sentado junto a la hoguera. Se acerca al fuego para calentarse un poco y con una suave inclinación de cabeza saluda al joven cartero.

-brrmrrmmnnnos diass... dice con una voz todavía medio rota. Tampoco es que sea mucho más parlanchina cuando está completamente despejada. Se frota los ojos y se toma unos segundos para entrar en calor y terminar de despertarse, y se pone de pie usando su yari a modo de bastón. Se fija en el adorno que lleva colgando del mango, un conjunto de plumas y piedras de colores talladas que cuelgan de una fina cuerda. Una de las pocas veces que se apartó de su constante comportamiento práctico e hizo algo bonito... tal vez coqueto, sólo por el placer de hacerlo. Al ver el colorido adorno su mente todavía soñolienta vaga por diferentes recuerdos, su hermana, su padre, su abuela...

"Manos ocupadas, mente despejada" decía siempre la anciana. Es un dicho muy popular entre los agricultores, lo ha oído demasiadas veces a lo largo de su vida. Echa un vistazo a sus compañeros y decide que tiene unos minutos hasta que el resto del grupo despierte. Intentando no hacer mucho ruido se aleja unos pasos, busca un lugar con suficiente espacio y se pone a practicar con su lanza.

Al principio va despacio, no sea que se haga daño al no estar en pleno rendimiento, pero poco a poco los movimientos se van volviendo cada vez más y más fluidos. Los ha repetido tantas veces que son tan parte de ella como andar o respirar. A veces es un poco patosa y se le caen las cosas de las manos, pero cuando esas mismas manos sostienen la lanza se relaja, y casi parece que su cuerpo se armonice, como en un baile.

Al cabo de un rato sus compañeros ya parece que han despertado, o están en vías de hacerlo. Termina el ejercicio con una ligera plegaria de agradecimiento a su anciano maestro, y regresa junto a todos. Aunque su rostro todavía evidencie un cierto cansancio, en su boca se dibuja una sonrisa sincera.

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02/09/2019, 18:55
Kosuke

Abrió unos ojos que todavía no terminaban de ver y se le escapó un gruñidito por la garganta, girándo hasta quedar boca abajo dentro del saco y haciéndo un esfuerzo que en ese momento parecía monumental para alzar su cuerpo sobre los antebrazos. Dormir a la interperie no tenía nada que ver con dormir en la comodidad del lecho, eso había resultado aparente, y aún así su parte más perezosa parecía rogar que volviera a tumbarse. Pero el Sol llamaba, y ese era un llamamiento que un viajero jamás puede rehusar, así que hizo de tripas corazón y se escurrió fuera del saco, levantándose y estirándose hasta que se desentumecieron un poco sus extremidades.

¡Buenos días! Veo por vuestras caras que habéis descansado de maravilla. —saludó con una sonrisilla sútil a sus dos compañeros levantados, aunque él estaba, como poco, igual de molido.

Se llenó los púlmones con la brisa mañanera y se aseguró de que aquel pequeño trozo de tela azul seguía atado en su muñeca izquierda, mirándolo con algo que sin duda se podía catalogar como afecto. Era habitual que el trovador comprobara por lo menos un par de veces al día que seguía ahí, y siempre que lo hacía parecía, durante al menos un instante, que su mente viajaba a algún lugar muy lejano, con recuerdos tristes y felices que merecían ser rememorados por igual.

Después, con algo de parsimonia, se dedicó a prepararse para la marcha, enrollándo el saco y amarrándolo a la parte inferior de su mochila, y haciéndo un inventario rápido para asegurarse de que no se dejaba nada atrás. Asintió para sí mismo, satisfecho, y sacó un par de cosas de la mochila antes de acercarse a la hoguera, junto con Yoshi. La primera era la cantimplora, de que se permitió tomar un par de tragos cortos para aclarar la garganta, pero el segundo era mucho más preciado para él. Era su shakuhachi, una flauta hecha de bambú que suponía su propiedad más preciada. Se acomodó un poco, sentándose con las piernas cruzadas, y dedicó medio minuto a controlar y relajar su respiración antes de empezar a tocar, con los ojos cerrados.

 

 

Aunque Kosuke tuvo cuidado e intentó no molestar más de la cuenta a aquellos que todavía se estaban levantando, imprimía todo su espíritu en cada nota. La mayoría de lo que sabía tocar lo había aprendido de los viajeros que en algún momento habían pasado por su hogar, y reproduciendo sus canciones también recordaba inevitablemente las historias que habían ido de su mano. Era eso lo que más valoraba era la música: La capacidad que tenía para evocar sentimientos, íncluso cuando era carente de palabras.

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03/09/2019, 10:23
Shiso Hoharayama

Un rayo de sol que acababa de salir se colo entre las ramas del árbol debajo del cual había decidido descansar y la suave música de una flauta llego a sus oídos, lo cual le obligo a abrir los ojos. Era otro día y el camino hacía la ciudad de Sakurairo se aproximaba a su fin, a tan solo unos días mas llegarían a su destino.

Salió lentamente del saco de dormir, como una mariposa sale de su capullo para terminar su transformación y emprender el vuelo. Se sentó en el suelo y le dio un par de golpecitos a la corteza del árbol.

Gracias por tu protección esta noche, pero quizá el precio haya sido excesivo...

Aparto el saco para revelar la raíz que la noche anterior no había visto. Tendría que fijarse bien la próxima vez, pero estaba en la naturaleza, esas cosas eran comunes. Si se encontrase en su lecho dormiría mas plácidamente abrazado a su esposa y serían sus hijos quien lo hubiesen depertado al amanecer.

Pero en esta ocasión, habían sido sus compañeros de viaje, aquellos a los que había conocido en la posada de Riokan. Bueno lo cierto es que poca diferencia existía con que lo hubiesen hecho sus hijos. Lo cierto es que los consideraba unos valientes, haber emprendido el viaje a una edad tan temprana era algo que admiraba de ellos, pero aún consideraba que les faltaba la experiencia que proporciona la edad.

Se levanto del suelo intentando hacer el menor ruido posible pues aun había alguien que no se había despertado. 

Su mano instintivamente se dirigió a los riñones donde esa noche el árbol había hecho de las suyas.

Gracias de nuevo...

Era normal que en su pueblo diesen las gracias a la naturaleza en general, pues en un clima y terreno como el de Hoharayama las inclemencias llegaban temprano y se retiraban tarde, por lo que creían que llevarse bien con la naturaleza les ayudaría desde tener una mejor cosecha a no enfermar tan seguido.

Durante los días de viaje que llevaban se sorprendió de lo distinto que puede ser el mundo, de la diversidad de gente que pulula por los caminos, pocas veces recibían forasteros en su pueblo y cuando eso ocurría era un motivo de celebración.

Recogió sus cosas y las dejo preparadas para partir. Pero antes de eso decidió mirar por los alrededores para encontrar algo que les ayudase en su viaje.

- Buenos días... miro a los presentes ... Agradezco que me haya despertado de una forma tan agradable Kosuke.

Le sonrió de forma cariñosa. 

- Otro día mas, habrá que ponerse en marcha en cuanto estemos preparados.

Se dirigió a los campos de alrededor, la lluvia de unas semanas atrás aun se notaba en el ambiente pues el verde de los campos era patente, incluso los arboles del bosque que era su último desafío antes de llegar a su destino mostraban una coloración primaveral.

Después de unos minutos regreso a por sus cosas no había tenido suerte y no había encontrado lo que buscaba. Pero no se desanimo, solo era un día mas, ya tendría otra ocasión.

- Tiradas (2)

Motivo: Fue

Tirada: 1d6

Resultado: 2

Motivo: Int

Tirada: 1d8

Resultado: 2

Notas de juego

Tirada de Forrajear: Fue+Int (2+2)= 4 Fallo

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03/09/2019, 18:02
Takeshi Kazuki

Kazuki aún intentaba encontrar una posición cómoda, en el quinto lugar al que había cambiado su saco de dormir durante la noche, cuando escuchó los primeros sonidos humanos del campamento. No dispuesto a ceder ante lo inevitable se giró en su manta y una piedra en la rodilla le recordó por qué la posición anterior era la mejor en ese lugar. Como fuera, ahora se escuchaban voces, o algo parecido, y pronto la voz del trovador hizo imposible ignorar la existencia de sus compañeros... la que reconoció tapándose la cabeza con la manta.

Desde su nuevo refugio, con el oido sobre una piedra, pudo escuchar el rítmico arrastrar, pisar y golpear de Minako y su lanza. Hipnótico en su perfecto compás, y pronto fue acompañado por la flauta de Kosuke. El ritmo y la música lo transportaron a su casa, a las lecciones de su paciente padre y su enérgica madre, y poco a poco fue perdiéndose en el ensueño hacia una nueva duermevela. Claro que el cuerpo es tirano, y eventualmente fué su vejiga la que lo obligó a levantarse.

Salió de su saco con lentitud, vió que todos sus compañeros estaban ya levantados y saludó con la mano, su voz aún dormía en algún lugar tras su garganta. Sin mucha ceremonia y con paso apurado se alejó del campamento hacia unos arbustos fuera de la vista de sus compañeros. Cuando regresó al minuto su paso era más seguro, su rostro parecía más el de una persona, y su sonrisa indolente comenzaba a dibujarse nuevamente en sus labios. Tomó un sorbo de agua de su cantimplora, lo justo para humedecer la boca y sus cuerdas vocales, y eso terminó de devolverlo al género humano.

- Buenos días - dijo mientras comenzaba a preparar las cosas para continuar camino - ¿Habeis desayunado? - miró la hoguera apagada y su ilusión de un desayuno caliente rodó colina abajo, además de explicar por que había pasado frío despues de su cuarto desplazamiento. - Vale, veo que toca raciones frías, acompañamiento perfecto para la colina más pedregosa y fría de la zona. - dijo con una sonrisa y un encogimiento de hombros. - Esperemos que el camino nos sonría y lleguemos al bosque sin problemas.

- Tiradas (4)

Motivo: Salud (Fue)

Tirada: 1d6

Resultado: 4

Motivo: Salud (Esp)

Tirada: 1d4

Resultado: 3

Motivo: Marcha (Fue+Des)

Tirada: 2d6

Resultado: 8

Motivo: Guia (Int+Int)

Tirada: 2d8

Resultado: 1, 4 (Suma: 5)

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05/09/2019, 11:47
Narrador

Los Viajeros estaban cansados, más de lo habitual, aunque ya comenzaban a acostumbrarse a dormir a la intemperie. Unos días más de viaje y dormir sobre raíces y piedras sería tan cómodo para ellos como dormir en una cama. Las incomodidades pasarían pues lo importante era el destino.

Mientras recogían el campamento, Shiso echó un vistazo por la zona para buscar algo que pudiera servir como medicamento. Nunca había estado en aquella zona, era bueno buscar cosas para futuros ungüentos y elixires. Al poco de comenzar con la búsqueda se vio obligado a sentarse, estaba como atontado y no podía manterse en pie. Desde luego que había pasado una noche muy mala, pero no tanto como para sentirse tan mal que no podía casi caminar. ¿No le estaría dando un ataque al corazón? ¡Acababa de emprender el viaje! Aún era joven. ¿Qué había comido la noche anterior? Las mismas raciones de siempre. Algo tenía que haber provocado el mareo y seguro que estaba relacionado con la comida...

Dado el mal estado en el que se encontraba Shiso, el grupo tardó un poco en ponerse en marcha, no iban a dejar al guía atrás. Decidieron que fuera en el burro, pero la idea no parecía muy buena cuando no tenían silla para montarlo y el animalito no parecía muy convencido de ello. Así que cuando pudo caminar, o al menos mantenerse en pie, Shiso emprendió la marcha junto al burro y asistido por Minako. Takeshi se adelantó al resto para explorar el camino. No había pérdida, había un sendero transitado que se dirigía hacia la dirección en la que se veían los cerezos, aunque a medida que avanzaban la línea de árboles rosados fue desapareciendo de su vista debido a la multitud de colinas y repechos. Además, los árboles comenzaban a ser más frecuentes, así que Takeshi decidió evitar el bosque que se veía en la lejanía dando un pequeño rodeo por la montaña.

El cielo estaba despejado, el sol calentaba pero sin llegar a ser molesto. La brisa refrescaba y traía el perfume de las flores de diferentes colores, salpicando el paisaje con verdes, amarillos, rojos y, ocasionalmente, azules. Los insectos abundaban: algunas abejas sobrevolando las flores, pequeños escarabajos que había que tener cuidado de no pisar, saltamontes. Takeshi encontró huellas de animales y enseguida descubrió madrigueras de liebres y conejos. En el cielo, los pájaros volaban en grandes bandadas. Se encontraron con un pastor que llevaba a su rebaño, con un grupo de Viajeros que iban en la dirección contraria  Hacia el mediodía hicieron un alto para comer. Sisho se sentía igual de mareado que por la mañana, pero no quería retrasar la marcha de los demás, seguro que se trataba de algo que había comido, así que trató de no darle mayor importancia y tranquilizó a los jóvenes. Mientras comían, Kosuke descubrió a un dragón soleado que revoloteaba cerca de ellos con sus alas y aletas totalmente desplegadas, animado por los rayos calientes del sol. La criatura irradiaba luz, se le veía contento y feliz; aterrizó cerca del grupo y se puso a retozar por la hierba. Emprendió el vuelo y el reflejo de las alas hizo centellear la luz. Animados, emprendieron la marcha de nuevo siguiendo las indicaciones de Takeshi.

El dragón solar los estuvo siguiendo durante un rato. Vieron a lo lejos un águila sobrevolando la llanura y también a su objetivo, unas liebres que pastaban por allí. En algún momento todo se torció y ninguno supo muy bien qué acontecimiento fue el que disparó la cadena de eventos. Quizá fue el centelleo de las las del dragón solar, quizá fuera el chillido del águila, tal vez fue una abeja, una serpiente o un gato salvaje. Como fuese, todo sucedió demasiado deprisa. El burrito se asustó y salió corriendo, causando que Shiso perdiera el equilibro y Minako eligiera ayudarle en lugar de controlar la montura. Kosuke, que estaba más cerca, corrió detrás del burro, metió el pie en el agujero de una madriguera de conejos y cayó rodando por una suave pendiente. Los que quedaban, Takeshi y Yoshi, corrieron a ayudar Kosuke. Takeshi, más rápido, fue hacia el burro para evitar que se perdieran las provisiones y el cartero, mientras se bajaba la pendiente para ver cómo estaba su compañero, se torció el pie y acabó rodando por la misma pendiente y aterrizó encima del dolorido Kosuke.

Notas de juego

Shiso, tu pifia te provoca una condición (MAREADO:4). Y la condición causa que tu INT se reduzca en un grado. Durante el día de hoy o hasta que se cure tu mareo, tu INT será 1d6 (en lugar de 1d8)

Kosuke y Yoshi, vuestros PG se reducen a la mitad. No estáis heridos, pero vuestra Marcha ha sido mala y habéis tenido un accidente xD

No habéis perdido nada del equipo.

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06/09/2019, 10:52
Yoshitomo Michi

¡Un dragón! ¡Y de cerca!

Yoshi había visto dragones, claro esta. Sabía que existían, pero su experiencia se limitaba a los leviatanes marinos que de vez en cuando, sobre todo al acercarse el invierno, rondaban por el mar que rodeaba su aldea. Nunca los veía demasiado cerca, solo desde la costa. No tenía suerte y cuando se embarcaba con sus hermanos para dar un vistazo, aquel no era el día.

Aquel animal era una preciosidad. Intentó quedarse con los detalles y lamentó no tener un carboncillo para poder tomar algunos apuntes del natural. Sería un dibujo excelente con el que decorar su libro de notas y mapas.

Mientras comían tomaba notas del camino en su libro. Cuantas leguas había de tal lugar a tal otro. Todo a ojo. Elementos singulares que se pudieran reconocer. Sitos de acampada. Yoshi solía prestar poca atención a la comida. Comía deprisa y se ponía a trabajar.

Miró con preocupación a Shiso. El insistía en que tenía que ser algo que había comido, pero los demás parecían estar sanos y las raciones eran compartidas. Sonrió con cara de circunstancias cuando cruzó miradas con el líder de su partida.

Al ponerse en marcha fue cuando el día quedó arruinado. Quien sabe porqué, lo cierto es que solo recordó que Kosuke rodaba por una pendiente. Queriendo ayudar, fue a caer en la misma trampa que el trovador y, para colmo, acabó encima del accidentado.

- ¡Ay... lo siento Kosuke! ¡Sapos y culebras! -se quitó de encima lo antes que pudo, cojeando hasta sentarse en el suelo- Creo que me he torcido el tobillo. ¿Estas bien Kosuke?

Se quitó la mochila y comprobó que no había ocurrido ninguna catástrofe y que todo estaba en orden.

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06/09/2019, 20:41
Takeshi Kazuki

No sabía si había sido el desayuno frío, o el entumencimiento de sus músculos por no haber dormido cómodo, o quizá el estar atento a que el abuelo no se desmayara. Como fuera algo le había hecho perder la excelente guía que representaban los cerezos en flor y ahora intentaba retormar el rumbo sabiendo que el rodeo los retrasaría.

Como fuera no todo era malo, la pasaba bien con sus compañeros de viaje y el paisaje les estaba regalando un lindo espectáculo, quizá por eso decidió no cortar por el bosque... eso y no pasar la noche bajo los árboles densos. Al mediodía se felicitó por haber elegido esa ruta, el Dragón Solar que había avistado Kozuke había levantado los ánimos de todos y parecía que los bendecía con su presencia. Definitivamente parecía que el día terminaría mejor de lo que había empezado... para todos menos para Shiso que no se recuperaba. - ¿Se encuentra bién A... Señor Hoharayama? podríamos detenernos aquí por el día si necesita descansar. - el gesto negativo del sanador y el despegue del dragón decidieron el destino y tras recoger rápidamente las cosas volvieron al camino. 

El dragón los acompañó un tramo, y después fué un águila la que ocupó su atención en el cielo, y Takeshi observó la eterna danza de la vida y la muerte mientras caminaba. Como el águila, él era un cazador, podía entender cada aspecto de la danza, la búsqueda de la presa, el posicionamiento previo al ataque, cuidando no revelar su posición, y el momento en que todo se desencadenaba y se resolvía. Como las liebres también era presa, entendía la necesidad de la comida que te obliga a salir a descubierto, la constante lucha entre la misma y el miedo a ser comida, y las precauciones que se tomaban para evitarlo. Sabía que era una danza despareja, sólo uno de los bailarines salía satisfecho de la misma, a veces era el cazador y otras el cazado. Sin embargo en el momento en el que se desencadenában los últimos movimientos algo distrajo su atención.

El burro pasó como una exhalación a su lado, Kozuke pasó corriendo detrás y su advertencia acerca de la madriguera llegó tarde, mientras Kozuke rodaba ladera abajo Kazuki corrió detrás del animal. Mientras corría escuchó el grito de Yoshi y se temió lo peor, pero debía evitar que el burro con las provisiones se perdiera. Le tomó un minuto alcanzar al animal, y otro tanto para tranquilizarlo y emprender la vuelta. Cuando llegó el cartero y el trovador seguían en el piso unos metros por debajo del camino, Minako sostenía al abuelo, como había empezado a llamar secretamente a Shiso, y el águila y las liebres habían desaparecido; el desenlace de la danza era un misterio para él. - ¿Os encontrais todos bién? - preguntó a sus compañeros de viaje - Parece que burro necesitaba ejercicio.

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08/09/2019, 12:41
Minako

Minako caminaba al lado de Shiso, que a todas luces seguía encontrándose mal. Había pasado la jornada a ratos viajando a pie, a ratos montado en Hai-iro.

-Más te vale portarte bien hoy,  le decía mentalmente a su burrito. Sabía por experiencia que era muy bueno, pero siempre pueden suceder imprevistos. El hecho de que fuera Shiso precisamente el que necesitase ayuda esta mañana la ponía un poco más nerviosa. Es cierto que se habían conocido hace muy poco, pero Minako había sido criada en una familia sencilla y tradicional, por lo que el respeto a los mayores era algo que le salía sin pensar. A veces se sorprendía actuando con él como si estuviera en frente de su propio padre, y aunque era consciente de que era una actitud irracional, no podía evitarlo.

Justo en el momento más bonito de la jornada, cuando un hermoso dragón los sobrevolaba y el bosque parecía bullir de animales y vida, el burrito se asustó y salió corriendo (a saber porqué). Sin manos para todo la muchacha decidió evitar que Shiso cayera al suelo, pero al hacerlo no pudo evitar que Hai-iro saliese corriendo. Por suerte Kazuki logró detenerlo sin mucho problema, pero por desgracia Kosuke y Yoshi acabaron cayendo por una pendiente.

- Quédese aquí, ahora mismo vuelvo.

Se asegura de que Shiso se encuentra bien antes de acercarse al resto del grupo

- Muchísimas gracias, le dice al cazador cuando regresa con el burrito bajo control mientras se sonroja visiblemente. ¡Cuánto lo siento! No sé que pudo haber visto para asustarse así, y no me dio tiempo a sujetarlo. Se dirige hacia los dos accidentados con una expresión mezcla de culpa y preocupación.

- ¿Os encontráis bien?

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09/09/2019, 16:14
Takeshi Kazuki

Kazuki le dedicó una de sus deslumbrantes sonrisas a Minako - No hay problema, yo también necesitaba ejercicio -  dijo al tiempo que le entregaba las riendas - Por cierto, en el camino me dijo que quiere un nombre, burro le parece descriptivo pero un poco genérico. - le guiñó un ojo y se hizo cargo de dar apoyo a Shiso mientras la chica terminaba de calmar al animal. 

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09/09/2019, 23:40
Kosuke

Cuando dejó de tocar, Kosuke guardó su flauta con tanto mimo que habría podido parecer que el instrumento estuviera hecho de cristal, y sólo cuando se cercionó de que había quedado bien seguro y acolchado empezó a dedicarse a preparar las últimas cosas antes de partir. Ya no se sentía tan torpe como cuando se había despertado, pero estaba claro que acostumbrarse al camino iba a requerir un esfuerzo por su parte, y parecía que no era el único en esa tesitura. Shinso, especialmente, parecía sufrir con más desdicha los efectos de la mala noche, y por eso decidió mantenerse cerca, dispuesto a ayudarlo de ser necesario.

Mientras andaban, paso a paso, no perdía la oportunidad de fijarse en todo aquello que los rodeaba, preguntándose cuantas personas habrían recorrido ese sendero antes, y cuántas cosas habrían visto esos árboles y esas colinas. Era extraño saber que cada paso que daba lo alejaba un poquito más de su hogar y de todo aquello que conocía, pero lejos de encontrar la experiencia como algo intimidante, sólo podía abrazarla con anticipación por descubrir qué había más adelante.

El primer gran momento llegó mientras comían. Las raciones frías quizá no eran el mejor remedio para levantar el espíritu, pero la casualidad o el destino quisieron que un dragón soleado se cruzara con ellos. Lo admiró como alguien podría haber admirado el primer amanecer después de una eternidad en la oscuridad, y es que era la criatura más preciosa que había visto nunca. Que se hubieran cruzado con algo así tan pronto sólo podía interpretarse como un buen omen, y el retomar la marcha resultó mucho más sencillo.

Y el segundo gran momento llegó no mucho después, pero este no fue tan bueno. Kosuke no terminó de tener claro si había sido el destello de las alas del dragón a alguno de los otros animales que se habían dejado ver, pero el burro se asustó y sus piernas respondieron por su cuenta, y para cuando se quiso dar cuenta lo estaba siguiendo tan rápido como podía. Por desgracia, correr por un terreno así no suele ser muy buena idea, y así terminó rodando en vez de corriendo, emitiendo un quejidito lastimero que se redobló cuando, además, Yoshi le cayó encima.

- Ay. - Fue lo único que atinó a decir, habiéndo perdido la respiración cuando su compañero le cayó encima. Lastimosamente, se arrastró un poco cuando se apartó para sentarse. La ropa se le había manchado y tenía rozaduras, y en ese momento le dolía, pero al menos parecía que no había nada demasiado grave - Creo... creo que sí. ¿Tú estás bien?

Alzó un poquito la cabeza, viendo que al menos Takeshi había alcanzado al animal, y se esforzó por levantarse, ofreciéndo una mano a Yoshimoto después.

- Al menos lo habéis conseguido atrapar antes de que se fuera demasiado lejos...

 

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10/09/2019, 02:33
Shiso Hoharayama

Aquel día no era de los mejores, quizá fuese un achaque de la edad o habría cogido frío mientras dormía. Pero no podía ser, no había descansado bien, mas sabía con certeza que no había asomado mas que la cabeza en el saco durante la noche. Tendría que haber sido la cena de anoche.

¿Estarán en buen estado las raciones?

El mareo que sentía me hizo volver con cuidado al campamento, daba gracias que había recogido las cosas antes de salir a buscar alguna planta medicinal. Aunque no pudo mentirles a los chicos, su cara parecía gritar me encuentro mal, lo que provoco que se ralentizara la salida. Ciertamente aquel grupo preocupado por una persona mayor era lo mas parecido a una familia que podría encontrar fuera de casa.

Partió apoyándose en el burro y con la ayuda de la joven Minako. Quien lo miraba con cara de preocupación. Intento quitarle hierro al asunto hablando con la joven.

- No te preocupes pequeña Minako, me encuentro mucho mejor. Tu compañía hace que este viejo recupere las fuerzas. ¿Sabes me recuerdas mucho a mi hija?, casi tiene tu edad y a ella también le gusta la compañía de los animales, seguro que estaría contenta de conocer a tu burrito.

Aunque la conversación fue en un intento de que no se preocuparan por mi, el mareo me impidió disfrutar de toda la belleza que mostraba el camino recorrido. Hasta que hicieron el alto para la comida. Lo cierto es que no tenía demasiada hambre así que solo dio un par de bocados a su comida y dejo el resto.

 - ¿Se encuentra bién A... Señor Hoharayama? podríamos detenernos aquí por el día si necesita descansar. 

 Levante una mano en señal de desaprobación.

- Me encuentro mucho mejor, por mi podemos proseguir.

La señal de kosuke nos hizo mirar hacia donde señalaba y ante nosotros apareció un dragón solar el cual jugaba en al hierba que crecía en aquel campo. Era una criatura maravillosa, pocas veces había visto un espectáculo como el de aquel dragón. Lo que pareció animar al grupo y continuar con nuevos ánimos.

El dragón parecía disfrutar de nuestra compañía pues llevaba ya un rato siguiéndonos volando cerca nuestro para luego alejarse y al poco tiempo regresar. Parecía estar jugando con nosotros.

Cuando de pronto el burro dio un rebuzno y salió corriendo, gracias a que Minako se encontraba a mi lado, si no hubiese terminado cayendo de bruces. Observe como Kazuki consiguió detener al burro pero a los otros dos los vi desaparecer detrás de una colina, como si se los hubiera tragado la tierra.

- Quédese aquí, ahora mismo vuelvo.

- Claro, no te preocupes, ve. 

Minako acelera el paso para recoger las riendas de su burro.

- ¿Se encuentran bien? 

Desde sonde me encontraba no podía ver a Kosuke ni a Yoshi, pero tras verlos desaparecer de aquella forma decidí que lo mas inteligente era quedarme donde estaba, no quería tentar a la suerte como me encontraba de seguir su mismo camino.

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12/09/2019, 18:59
Yoshitomo Michi

Yoshi revisó su preciado kit de escritura. No se había roto nada. La verdad es que aquella inversión había resultado ser una buena idea. Llevar todo por separado, sin aquel contenedor de cuero endurecido y acolchado hubiese convertido aquella caída en una catástrofe irreparable. Todo seguía en orden, su tinta, su secante, su arena y sus pergaminos. Más tranquilo, guardó todo de nuevo en la mochila y se la acomodó a la espalda.

Al ponerse en pié notó unas cosquillas en el cuello. Echó mano con rapidez y capturó a una pequeña lagartija que había decidido que su pelo era la mar de confortable. Entre sus dedos, el pequeño reptil parecía a punto de un ataque. Su cuerpecillo pulsaba a toda velocidad. Sus ojos negros le miraban de hito en hito, casi como si le estuviese calibrando. Como si fuese a ponerse a hablar.

- Ahora te suelto, amiguito.

Yoshi la depositó sobre una roca rodeada de dientes de león, calentada por el sol. El animal no desapareció de inmediato. Para su sorpresa, giró la cabeza y mostró la lengua un par de veces, para a continuación, a la velocidad del rayo, desaparecer de nuevo entre la maraña de hierbajos. Yoshi sonrió. Tenía que volver a ponerse en pie. Dio un pequeño paso de tanteo. Dolía un poco pero nada tan serio como para no poder seguir.

Sisho y Minako se asomaron por la pendiente.

- Si... nos... ¡me encuentro bien! -y se volvió a Kosuke- ¿Crees que podrás andar sin ayuda?

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14/09/2019, 14:41
Minako

- Se llama Hai-iro*, dice la chica de nuevo avergonzándose un poco. Es un nombre que le puse cuando era muy niña y ahora me parece un poco simplón, pero es el que tiene. Llevamos juntos casi toda la vida. Al terminar la frase responde a la sonrisa de Kazuki con una suya. El muchacho parece muy hábil a la hora de romper el hielo y empezar conversaciones, justo lo contrario que ella.

Minako no puede evitar un suspiro de alivio al ver que los chicos que habían caído por la pendiente se encontraban bien. O al menos no parecía que les hubiese pasado nada grave. Termina de calmar al burrito con unas caricias y lo deja atado de una rama para acercarse a la pendiente de nuevo. Luego, con cuidado de no caerse y que se repita la situación otra vez, empieza a bajar para ayudar a Yoshi y Kosuke.

Notas de juego

* Gris :D

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14/09/2019, 15:55
Takeshi Kazuki

El joven miro al burrito y asintió - Hai-iro le queda bien - acercó su oreja al belfo del animalito - ¿Como dices? - Asintió como si entendiera - Sí, es cierto, pero si tienes en cuenta que Minako no es amiga de otro burrito gris, entonces tu nombre es único. - se irguió y lo miró con un gesto de amonestación fingida - Deja de quejarte, tu amiga es una buena chica y te quiere bien. Hazle caso y acepta tu nombre con orgullo. - se encogió de hombros y con desparpajo dijo a la chica en un susurro - Creo que quiere que le des un apellido, pero quien sabe, puedo no entender bien el idioma burril.

Una vez se aseguró de que el abuelo no necesitaba nada se acercó al borde del camino, a tiempo de ver como Minako comenzaba el descenso. Esperaría un momento a ver si entre los tres lograban llegar arriba, si veía que necesitaban ayuda bajaría a servir de apoyo.

Notas de juego

La pantomima es despues de que Minako responde a lo del nombre y antes de  ir a ver a Shiso. No necesita respuesta, es solo una nota de color

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17/09/2019, 23:56
Kosuke

Hará falta algo más que una caída rodando por una ladera para derrotarme. —bromeó con su sonrisa imperecedera, levantándose y, de hecho, demostrando rápidamente que había un par de cosas que le preocupaban mucho más que sí mismo: Que el pañuelo azul siguiera el su muñeca y que el instrumento en la mochila seguía de una pieza. Visto que eso estaba en orden, su espíritu se mantuvo inquebrantable— Mejor aprender aquí que en un desfiladero, de todas maneras, ¿No crees?

Empezó a volver sobre sus pasos o, mejor dicho, a volver sobre lo rodado, aunque antes de llegar arriba se cruzó con Minako, a la que dedicó un cabeceo agradecido.

No te preocupes, la única víctima es, si acaso nuestro orgullo. Estamos bien.

Una verdad a medias, en realidad. Podía caminar sin ayuda, pero estaba claro que ese día no iba a poder marchar con el ritmo que le gustaría, pero desde luego no era el fin del mundo. Sólo tendría que apretar un poco más, y eso hizo, apretar un poco más para plantarse una vez más en el camino.

Supongo que un viaje no sería bueno si no tiene buenos contratiempos, ¿Verdad?

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18/09/2019, 12:29
Narrador

Todos estaban bien a pesar del accidente. Tardaron un poco en recomponerse del susto inicial, pero al final resultó ser una anécdota divertida más que anotar en el diario de viaje. Los Viajeros se ayudaron unos a otros a volver al camino, se dejaron caer al suelo y rieron ante lo sucedido cuando comprobaron que no había sucedido nada grave. Todo había sido producto de la torpeza y los nervios del viaje, la emoción ante los nuevos descubrimientos y la excitante sensación de observar cosas maravillosas y totalmente desconocidas. Cosas que solo habían leído en libros o escuchado por boca de otros. Ahora eran ellos quienes estaban viviendo su propio viaje y su propia aventura. 

Tras un breve descanso, volvieron al camino, guiados por Takeshi, que se adelantó para comprobar que no hubiesen más trampas o madrigueras que entorpecieran el camino de sus compañeros. A medida que caía la tarde y el sol se iba poniendo, el color del cielo cambiaba y los tonos azules degradaban a violetas y rojizos. Todo estaba despejado, por el oeste comenzaban a surgir jirones de nubes que se mezclaban con los rayos del sol formando esos paisajes que solo podían contemplarse en los caminos.

Unas horas antes de que llegase la noche, se fueron acercando al bosquecillo de abedules, mecido por la brisa del ocaso y perfumando el aire de resina y hierba. Takeshi informó de sus descubrimientos, había descubierto dos senderos diferentes que conducían al otro lado del bosque y que los llevaría hasta su destino. Uno de los caminos bordeaba el bosque por todo el perímetro, tenía que ser el más seguro y cómodo ya que viajarían casi al raso, pero también el más largo y probablmente no les llegaran las raciones para todos. El otro camino parecía, Takeshi no estaba seguro del todo, atravesar el bosque. Todo indicaba que ambos caminos eran transitados con asiduidad, pues en lo que debía ser la intersección se levantaba la estatua de un Ryuuzoh, un dragón sentado sobre sus patas traseras que portaba un bastón de Viajero en una mano. Era costumbre rezar a las estatuas del camino para que les bendijeran con buena fortuna durante el viaje.

Notas de juego

Hora de elegir :) Camino largo o camino corto. Podéis rolear con libertad, pero tomad la decisión entre todos.

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19/09/2019, 10:31
Yoshitomo Michi

A cada paso que daban, Yoshi sentía la necesidad de tomar notas del paisaje para hacer un dibujo, pero no era razonable. cuando se iba en grupo había que seguir caminando para no retrasar a los demás. La tarde, de todas maneras, era sobrecogedoramente hermosa.

El bosque se fue acercando y pronto avistaron la estatua. Yoshi, que caminaba un poco por detrás del grupo se adelantó con los ojos como platos. De aquello si que tomaría apuntes, puede que todo un dibujo. Se acercó a la estatua y la palpó con delicadeza, casi como si estuviese viva. Siguió con los dedos las aristas y las formas desgastadas por el paso de las estaciones y los líquenes que cubrían las zonas de umbría. Satisfecho, se arrodilló delante de la estatua y rezó una rápida plegaria, extrayendo su cuaderno para anotar las horas de camino que les había llevado hasta aquel punto, hacer un esquema de los caminos alrededor de Ryuuzoh, el dragón que marcaba el cruce y hacer un boceto del mismo.

Un camino u otro, en realidad no tenía mucha idea de cual sería mejor. El instinto, aunque no tenía muy claro de cual, si el de aventura o el de supervivencia, se decantaban por el corto. Y dejó sus ojos posados en el camino que parecía que se adentraría en la espesura, tratando de ver algo más de lo que parecía que estaba a la vista, pero no dijo nada, sonrió a los demás y siguió dibujando en silencio.