Partida Rol por web

Despertaste. La doctora nipona entró en la habitación y su suave voz empezó a hablarte. Se sentó en el borde de la cama:

-Buenos días, Marina. Por fin despertaste. Desde que anoche te abrazó el sueño, no he hablado más contigo. ¿Cómo te encuentras? ¡Vaya!, tienes mejor color de cara. -se reincorporó y te hizo un pequeño chequeo-. ¡Me alegro!, eso quiere decir que muy pronto estarás con tu familia. Por cierto, ¿qué tienes ahí? ¿Es ese libro? -lo miró con curiosidad. En la mesita de noche, descansaba el libro rojo de letras chinas doradas.- ¿Vas a leerme un capítulo hoy?, ¿por dónde nos quedamos ayer...? ¡Ah, sí!, ya me acuerdo... Nos quedamos por donde la guía descubrió que había un asesinato en el hotel. ¡Por las noches hice mis teorías! 

La enfermera sonrió feliz.

-Bueno, termino la ronda y nos ponemos al día. ¿Viajarás algún día a China y recorrerás todos los sitios donde se ambienta el Código del Dragón? ¡Eso sería fantástico! ¡Yo me apunto contigo!

La mujer entró en la habitación. Estaba buscando su portátil para imprimir los vuelos de los próximos días. Hacía tiempo que tenían programados aquellos viajes. Cuando abrió la puerta, miró sorprendida a aquel hombre que descansaba en la mesa de estudio.

-¿Otra vez se ha quedado dormido?-preguntó entre risas .- Ains, mira que le tengo dicho que si se encuentra muy cansado que suba al cuarto. 

El pequeño cerdo vietnamita que tenían como mascota entró dando pequeños ronquidos en la habitación en busca de su amo. Así mismo, los gritos de la pequeña de la familia también llegaron al cuarto:

-¡A MÍ NO ME DEJAS QUEDARME DORMIDA EN MI HABITACIÓN, MAMÁ! -chilló apoyándose en el marco de la puerta. No parecía muy feliz con que su padre se hubiera quedado dormido tras haberle prometido que iban a jugar a los buscadores de tesoros.

-¡Shh!, Eara junior, no hagas ruido que papá está muy cansado. Se ha pasado la noche trabajando.

-¡Pero si sólo hace teorías raras sobre tumbas!

-No es verdad. Oye, ¿y si cuando se despierte le das la sorpresa de que tenemos los billetes para China ya comprados?

-¡Sí! -cogió al pequeño cerdo en brazos y se fue corriendo dirección al jardín.

Cuando dejó sola a su madre, esta fue hacia Ulthred y le acarició la espalda. Estaba muy feliz de haber llegado hasta donde llegó. Tras un último vistazo a su esposo, Eara caminó hacia la puerta y la cerró.

-La próxima vez duerme en la cama...

El trayecto duró como seis horas. La guía intentaba mantener los ánimos arriba, pero era cierto que últimamente parecía no hacer nada bien. Así que, a la vez que animaba... surgía el efecto adverso. 

Al bajar, la guía, medio agotada, se colocó debajo de su sombrilla para que el sol no le diera directo en su delicada piel.

-Bien, podemos seguir.

El lugar parecía poco concurrido para ser la tumba del emperador Quinq. Aunque al llegar a la entrada, comprobasteis que había sido una ilusión, pues... sí que estaba repleto de personas que esperaban a que se les concedieran el paso.

En la puerta, había una joven, una de las tantas encargadas, pidiendo la identificación y los tickets:

-Perfect, thanks.  -se le podía escuchar decir en un perfecto inglés a unos turistas.

-¡No sé cuánto tenemos que esperar! -exclamaba un adolescente español que cargaba su mochila. 

Poco a poco la muchedumbre iba entrando en grupos reducidos. Cuando os tocaba el turno, observasteis a un hombre sentado en una silla. Estaba mirando a los turistas. Tenía, en el lado derecho de su pecho, una placa que lo identificaba.

La mujer os paró para verificar las entradas, tras ello, os cedió paso.

-Debemos estar en silencio, es un lugar muy respetado. -susurró Aratani dando pequeños pasos.- Os dejo libertad por si alguno prefiere ver esto por su cuenta. En ese caso, debemos reunirnos aquí cuando haya terminado la visita.

Cuando pasasteis por delante de la muchacha rubia, quien era nada menos que Diana, esta os hizo una señal. La verdad, es que el mero hecho de que estuvieran allí presentes os sorprendió. No os habían avisado, pero supusisteis que era porque ya habíais estado con ellos y desaparecer sin más podía despertar dudas.

En el interior, observaste una mujer que estaba mirando las esculturas antes de encontrar la entrada de acceso hacia la parte baja.

Iba vestida con ropajes que la protegieran del sol.

Belén se había dado cuenta de que sus modales habían sufrido un desbarajuste el día anterior cuando tras asegurar la estabilidad de aquellos turistas se había desvanecido sin dar ninguna explicación, si era sincera, lo había lamentado aquella mañana al notar que uno de los miembros del grupo había resultado particularmente ... ¿evasivo? con ella, y aunque no se conocían personalmente, prefería mantenerse en el lado agradable de los percibires de la gente que llegaba a conocer, por lo que mientras estuvieron en el autobús, se las arreglo para hablar con él.

-Señor Roures, quería disculparme por haberme ido ayer tan intempestivamente sin llegar a contestarle, estaba un poco apurada y olvide decirselo: han retenido a sus compañeros y, me temo, que se les han negado las visitas de cualquier otra persona que no sea su abogado, y el abogado que se les proporciono ayer...-hizo una mueca, sin saber como explicar que dicho abogado no pertenecía a su embajada, muy a pesar de que esta había enviado uno, sino que era un miembro de la justicia china ¿Era información privilegiada? no del todo, pero aun así, Belén amaba su trabajo -En fin, que ayer estábamos un poco apurados con el trabajo, espero que no lo considere una gran falta por mi parte -termino de disculparse, con una expresión que insinuaba una sonrisa medianamente tratable.

seis largas horas después  observe el templo detenidamente , quien  podía pensar que estaba tan lejos- se me ha hecho largo el trayecto pensé que nunca llegábamos, espero que los inútiles de esta agencia tengo razón y valga la pena , aunque por el número de gente que esta aquí bien parece ser así- comente mientras  notaba que empezaba a correr sudor por mi frente dado el calor que hacía- cariño vayamos a los baños a refrescarnos la cara y busquemos algún sitio donde comprar algo de beber, nos reuniremos con el resto después -dije a mi amada dirigiéndome hacia la señal de baños , mientras la inútil de la guía  parecía tan perdida como de costumbre

Ramón nunca a destacado por su percepción del estado de ánimo, pero cree que esta vez todos están afectados negativamente por los sucesos desde la primera noche de hotel. Nos ha afectado a todos.

Los intentos de nuestra guía durante todo el viaje son encomiables. Personalmente no soy capaz de pensar en nada que me animara.

Cuando más estoy dándole vueltas a las dificultades ocurre un hecho que ya daba por descartado, Belén me contesta lo que le pregunte anoche.

Bajando la voz le respondo mientras caminamos uno al lado del otro. – Señora Stone, no tiene porque disculparse. Usted hizo eficaz por ellos, yo simplemente expresar mi preocupación. Discúlpeme, pero no puedo entender como todos los demás del grupo parecen comportarse como sino hubieran formado parte del grupo.

Al advertirnos nuestra guía asiento, sin separarme de Belén intentare bajar aun mas la voz. Debe ser normal que el silencio no sea total ya que es inevitable que la gente comente lo que vea. Eso si de forma respetuosa, sin elevar la voz.

Ramón nunca a destacado por su percepción del estado de ánimo, pero cree que esta vez todos están afectados negativamente por los sucesos desde la primera noche de hotel. Nos ha afectado a todos.

Los intentos de nuestra guía durante todo el viaje son encomiables. Personalmente no soy capaz de pensar en nada que me animara.

Al advertirnos nuestra guía asiento. Debe ser normal que el silencio no sea total ya que es inevitable que la gente comente lo que vea. Eso si de forma respetuosa, sin elevar la voz.

Por su parte Heinrich estaba comiendo un bocadillo de Frankfurter, Rostbratwurst, Currywurt, Bockwurst y Debrecziner y estaba a punto de añadir un  Fleischwurst, si no fuera porque ya habían llegado a su destinto. Sea como fuera, el bocadillo fue cerrado y con una mano sujetaba el bocata y -a veces- le daba algún que otro mordisco, mientras con la otra, tenía la salchicha de carne de cerdo hervida y de gran tamaño, la cual la utilizaba para señalar a cosas.

-Mifha -Dijo a Dagomaru2 mientras apuntaba a cualquier cosa- Difme lo que efff... zfe un buen Dagoffmaffu doff.

Evidentemente a él no le importaba lo más mínimo lo que era nada de ese lugar, tan solo quería que Dagomaru 2 le dijera lo que es para ponerle a prueba, así como para ponerle a punto para ser un buen sustituto de su compañero -y familiar- muerto. ¡Si no era capaz de quejarse y explicar a Heinrich mil cosas tecnicas que no le importaban; ¿cómo iba a convencer a su esposa e hijos?!.

Seis horas eran muchas para estar de paseo, pero todas y cada una de ellas merecieron la pena. Después de todo, resultó que había muchas cosas que ver. El ánimo de nuestra guía no andaba demasiado arriba, pero hice lo posible, al menos y, porque no se dejase entrever que los demás nos dábamos cuenta de ello.

Pero cuando acabamos y miré a mi alrededor, todos parecieron agradecer el parón y no tardaron en dispersarse. Ese alemán que me seguía por todas partes, estaba comiendo un bocadillo y hablándome con la boca llena. No entendí lo que me estaba diciendo... no tampoco me esforcé en hacerlo. Simplemente, me giré y examiné los alrededores.

Está como una regadera, pensé.

En todo caso, era verdad que había mucha gente, pero en ningún caso pensaba separarme de nuestra guía.

-Prefiero seguir con usted -le dije a Aratani -, y creo que lo mejor sería que continuásemos juntos.

Desde luego, habría que armarse de paciencia, pero quizás por eso prefería no perderme entre la multitud y tener después que buscar a los demás.

El mal humor de Eoric estaba empezando a pasar factura sobre mi, sumado al hecho de que el resto de turistas parecían igual de infelices no debía sorprender que mi estado de animo hubiese empezado a bajar a la temperatura del ártico. 

Por no hablar de la guía... ¿Cómo que encontrarnos al terminar? para entonces estuve a punto de empezar a hablar, pero mi adorado se adelanto y en aquella ocasión no hice nada para calmarlo, pues por suerte su humor parecía mejorar un poco.

Haciendo un esfuerzo, encomiable en verdad dado mi propio humor, asentí cuando Eoric me hablo, dando una mirada superficial sobre el lugar al cual habíamos llegado y al numero de turistas que había en la zona antes de asentir. 

-Creo que será lo mejor, no he traído nada, y muero de sed -suspire, llevando una mano sobre el sombrero que llevaba y tocando el borde frontal del ala para bajarlo un poco y que la sombra me cubriese al fin el rostro por completo, no quería quemarme. 

Al constatar que efectivamente nos vamos dispersando comienzo a caminar en una dirección, pero la descarto girando, buscando a nuestra guía con la mirada.

La mejor opción será seguirla, aparte de no encajarme tanta capacidad para ni inmutarse con todo lo que nos está sucediendo. No es inhabitual el turista que no quiere de ninguna manera separarse de su guía por miedo a perderse, y ninguno me conoce de viajes anteriores. El único problema es que, aunque se encontrara con alguien, nada mas que lo hicieran en mandarín ya no sabría de qué hablan.

Belen asintió en respuesta a las palabras de Ramón, su gesto comprensivo y empático, podía entender la confusión que debía haber provocado el suceso dle día anterior en el turista.

-Tengo entendido que vienen por vacaciones, es posible que sus compañeros prefieran ignorar las partes desagradables del viaje -explico, pensativa ante lo que este dijo, siempre en voz baja, antes de prestar atención a la guía y al resto, de forma personal optaría por ir con la guía, sin embargo no formaba parte oficial del tour y el mausoleo llevaba siendo un interés personal desde hará mucho.

Aquello era un mercadillo, se habían juntado, como en sopa, algunas personas que no debían de cruzarse por sentido de propiedad y supervivencia, y los primeros rastros de tensión se posarón en mis hombros anunciando que la carrera ya empezaba.

Aslaug estaba allí, una sonrisa acompaño a su presencia aunque me asegure de no verla demasiado, no fuera a llamar la atención de mi otro interlocutor.

Mientras tanto los turistas optaban por separarse, y la parejita ya estaba alejada del grupo, tras un breve reconocimiento, tome una decisión.

Debía buscar el condenado pergamino.

Belén observo con aprecio la zona donde se encontraban, aunque demostró cierta confusión al ver que el resto se separaba, suspirando asintió, pensando en quedarse ella misma cerca de su guía, pero, por un lado, ella misma había estudiado algo al respecto de la zona.

-Debo entregar algo en recepción y creo que aprovechare para comprar algo de beber -comentoen voz baja, y calma -y me uniré más tarde a ustedes, si no le molesta señorita Aratani -sonrió, inclinando un poco la cabeza en señal de despedida hacía aquellos que quedaban en el grupo.

Miro agradecido por sus palabras y su actitud a Belén intentando ser sumamente discreto y que su pareja no crea que estamos hablando de cosas personales.

Me separo de ella o par de pasos para evitarle problemas.

La guía os repartió un mapa a cada grupo que se había diseccionado allí mismo. Ahora no eran uno solo.