Partida Rol por web

Hace mucho tiempo, en el mundo de Krynn, 2 continentes yacían separados por un extraño fenómeno en el mar. Unos extraños remolinos surgieron de la nada provocando que cualquier embarcación cercana acabara en lo más profundo del océano. Y de esta forma ambos continentes cortaron su comunicación durante dos siglos. Un día, al igual que aparecieron los remolinos, de la forma más extraña se esfumaron de nuevo. Pronto la noticia se izo eco por el continente del este y entre su gente, y muchas naves decidieron zarpar para descubrir si la leyenda del continente del oeste era cierta o no. 

Pocos meses después, el barco del capitán Grenwick zarpó con rumbo oeste y unos pasajeros muy especiales. Estos son nada más y nada menos que nuestros aventureros. Eran cuatro. Estaba Jacklin, el noble; Ed, el cazador; Cranberry, la trovadora; y Khya, la sanadora. Cada uno por su propio motivo había decidido subirse a ese barco a pesar del precio tan caro que puso el capitán. Por suerte para ellos decidió no cobrarles por la comida ni la bebida... 

Pero la historia comienza en realidad una semana más tarde de que se hicieran a la mar. En el horizonte comenzaban a verse nubes de tormenta y el mar estaba revuelto. Las olas golpeaban el barco haciendo que se balanceara de forma brusca. Era por la tarde y quedaban unas pocas horas para que se hiciera de noche. Sería muy peligroso navegar en medio de la tormenta. Nuestros 4 aventureros se encontraban en la zona común del barco, donde los pasajeros solían comer y pasar el rato entre sus tareas, aunque, siendo ellos simples pasajeros, no necesitaban realizar ninguna. Desde la cubierta se podía escuchar al capitán dando voces a sus chicos para que prepararan todo para la tormenta que se avecinaba.

Hacía ya una semana desde que habíamos partido del puerto rumbo al nuevo continente, el capitán estaba claro que no era alguien precisamente poco inteligente sabiendo que muchos viajeros decidirían viajar al continente olvidado había puesto el precio por las nubes dejándonos sin dinero y mi único entretenimiento era hacer ejercicio de algún tipo por lo que lo mas habitual era verme practicando con la espada, haciendo sentadillas, flexiones y demás ejercicios. De vez en cuando daba paseos por el barco para ocupar el tiempo y aunque casi siempre me encontraba en cubierta al ver a lo lejos la tormenta decidí resguardarme en la zona común hasta ahora había aguantado bien el viaje pero el oleaje que había esta vez me estaba pasando factura y me empezaba a sentir algo mareado. Justo en aquel momento me encontraba echado en una de las sillas mirando al techo.

- Como odio las tormentas... Nunca había visto el océano, pero creo que ya sé el porqué... Espero que la tormenta pase de largo porque ya me empiezo a encontrar algo mareado.

​Ed estaba sentado junto con sus compañeros. Se había quitado la capucha para poder respirar mejor y se le veía todo el pelo revuelto y una cara ligeramente pálida.

Apoyó la cabeza encima de la mesa y cruzó los brazos encima de la barriga, arrepintiéndose de haber comido el estofado de hace unas horas... - Alguien tiene algo para el mareo? O mejor todavía, algo para alejar las tormentas? - preguntó el cazador.

Lancé un largo suspiro, ¿una tormenta? Lo que nos faltaba, que se hundiese el barco y muriésemos todos. No, no, tenía que desechar esos pensamientos tan pesimistas, el capitán había demostrado en esas semanas que sabía lo que hacía así que saldríamos de esta. Aún así estaba empezando a notar un pequeño mal estar por el vaivén de las olas... 

Me acerco a Jacklin y pongo mi silla junto a la suya, odio las tormentas, me dan miedo. 

Le doy un pequeño toque en el hombro, necesito hablar con alguien.

- ¿Estás bien? Te veo un poco blanco... ¿No pasará nada verdad? El capitán nos sacará de esta ¿eh? Vamos dime que sí...

Suspiro e intento calmarme...

Luego miro al chico que ha hablado, no recuerdo su nombre, pero parece que está pasándolo mal.

- ¿Te encuentras muy mal?

Miro a Khya y sonrío.

-¿Yo? Pero si tu estas peor por mi no te tienes que preocupar ya sabes que soy mas fuerte de lo que aparento. Y por la tormenta menos aún los barcos sufren como estas constantemente si le preguntaras al capitán seguro que diría que ha navegado en decenas de ellas. Ahora lo único que podemos hacer es aguantar hasta que amaine.

Dirijo mi mirada hacia el joven que estaba sentado enfrente nuestra.

-Como no salgas a soplarle hasta que se vaya lo veo difícil. Bueno, tengo una idea para que se nos pase el mareo y es hablar sobre que nos ha traído a este barco a cada uno. Si nos olvidamos del mareo es mas fácil soportarlo.

- Siempre había escuchado que el mar era algo precioso, que no había nada como ver una puesta de sol ocultándose tras la línea del agua... y hasta hace poco lo pensaba. Me críe en una aldea en las montañas, y lo único que sabía del mar eran las historias que nos contaban los comerciantes que pasaban por allí de vez en cuando... pero nunca nadie mencionó tormentas en alta mar, ni este movimiento incesante del barco!

Levanto la cara mirando a las dos personas que tengo enfrente e intento dibujar una sonrisa en mi rostro... aunque con el mareo supongo que será más una mueca que otra cosa.

- Por cierto, mi nombre es Ed.

Escucho a Jacklin y al que ahora si se su nombre, Ed, para distraerme. Parece que el joven se crió lejos del mar, pobrecillo por eso parece que lo está pasando un poco peor que nosotros. Aunque yo, lo que más odio son los truenos y esos malditos rayos, me ponen de los nervios. De hecho cuando hay alguno fuerte no puedo evitar un respingo, si se dan cuenta van a reirse de mi, maldita sea pensarán que soy una niña... 

Suspiro, e intento enfocar mi atención en ellos, intentando olvidar la tormenta que se está desatando allí fuera...

- Mi nombre es Khya, y sí, esto no es muy divertido la verdad, odio las tormentas, espero que esta no dure mucho... 

Me río un poco por lo que Ed cuenta y acto seguido me inclino hacia delante apoyando ambos codos en la mesa.

-Suele ocurrir con la gente que pasa mucho tiempo en el mar. Yo soy Jacklin Grayheart y es posible que alguno de esos comerciantes trabaje para mi familia por que como podrás ver por mi ropa vengo de una familia noble. Pero como lo mío no son las cuentas y la compra venta de mercancías me decidí a emprender este viaje para ser un mejor espadachín, hacer un poco de historia y prepararme para convertirme en caballero.

Justo al final sonreí de oreja a oreja y me puse la mano derecha sobre el corazón.

-No tenemos otra que esperar.- Comento sonriente mientras me siento en una de las sillas de la mesa.- Al menos yo no se nada sobre navegación así que... si no puedo hacer nada, no hay por que preocuparse, al fin y al cabo si lo hago el resultado iba a ser el mismo.- Digo explicando mi punto de vista mientras los miro. Me quedo un momento callada.- Ah, perdón, creo que no me he presentado, me llamo Cranberry, pero todos me dicen Cran.- Digo feliz haciendo la presentación.

-Yo he embarcado para conseguir buenas ideas para mis canciones, las experiencias pueden ser realmente fantásticas a la hora de componer una canción.- Digo mientras mis manos se apoyan en la mesa y empiezo a hacer que mis dedos tamborileen sobre aquella húmeda madera.- Aunque una tormenta es demasiado aburrida.- Comento mientras mis dedos empiezan a moverse ligeramente mas rápido. Era obvio que no me preocupaba la tormenta, pero quedarme parada no era lo mío.

- Encantado de conoceros chicos! Creo que nunca había conocido gente como vosotros... Desde que me fui de la aldea, me aislé mucho y no solía mezclarme con la gente. Creo que este viaje me vendrá bien... a no ser que esta tormenta dure mucho o empeore, porque si es así... no creo que llegue vivo al otro continente.

Ed se encontraba algo mejor, parece que hablar con esa gente le había despejado un poco y ya no prestaba atención a los zarandeos del barco.

- Te importaría cantarnos algo Cran? Estuve mucho tiempo de viaje hasta llegar al puerto, y ya casi ni recuerdo como es la música.

Mientras nuestros viajeros conversaban entre ellos, poco a poco comenzó a escucharse el sonido de la lluvia cayendo sobre la madera del barco. Mientras los balanceos del barco se hacían más frecuentes y el capitán parecía dar muchas más ordenes a voces. De pronto en el exterior del barco comenzó a escucharse el repiqueteo de una campanilla. No era muy fuerte el sonido y pronto se ahogó con los gritos de los marineros.

Los viajeros vieron como el capitán entró rápidamente en la sala donde se encontraban y se dirigió a su camarote sin dirigirles ni una palabra. Era muy extraño. 

Rápido como un rayo me levante haciendo caer la silla al escuchar los gritos. Me quede inmóvil mirando a la puerta que daba a la cubierta. Al entrar el capitán intento ver algo en el pequeño plazo de tiempo que la puerta esta abierta. Luego mi mirada fue a la puerta del camarote del capitán. Avance lentamente hasta estar un poco mas cerca de la puerta que daba a la cubierta mientras desenvainaba la espada.

-Khya, ve con el capitán y averigua que pasa arriba -mi tono cambió totalmente de uno suave y amigable a uno fuerte y autoritario- Ed prepara ese arco que llevas al hombro y Cram -me giro doy un rápido vistazo de arriba a abajo a la chica- escóndete debajo de la mesa.

Asiento con la cabeza mirando a Jacklin, ¿qué demonios sucede ahora? Como si no fuese suficiente con la tormenta.

- Déjamelo a mí, volveré con toda la información.

Salgo veloz de allí y me dirijo al camarote del capitán, llamo a la puerta, aunque quizás no esté cerrada. Espero un poco a ver que sucede, si no intentaré entrar...

Mientras tanto oigo un extraño sonido ¿qué puede ser eso?

Mi rostro mostro una sonrisa en cuanto el muchacho formulo la petición de una canción.- Claro que puedo, solo dame un momento para ajustar las cuerdas y se te olvidara por completo donde estamos.- Digo mientras saco del estuche que llevo a mi espalda un cuidado violín. Estoy ajustando con cuidado las cuerdas cuando de pronto entra el capitán corriendo y el muchacho noble empieza a dar ordenes.

Miro con cara de tristeza a Ed ya que he perdido mi oportunidad de tocar durante un rato, lo cual era siempre de agradecer.- Creo que mejor en otro momento.- Comento mientras guardo en su funda el violin. Mi cara no puede mostrar mas que una mueca de sorpresa al escuchar como el muchacho noble me pide esconderme de bajo de la mesa. Esta es rápidamente sustituida por la sonrisa habitual y respondo.- Oye, que no solo se cantar...- Digo mientras me agacho y echo un vistazo a la parte inferior de la mesa.  Antes de meterme debajo de esta levante la cabeza y mire al muchacho. -Ten cuidado con la espada desenvainada, si la tormenta crece y hay oleaje podrías hacerle daño a alguien sin querer.- Realmente no entendía muy bien el motivo de desenfundar en aquel lugar, no es como si nos hubiesen abordado en mitad de una tormenta y en medio del mar... ¿No?

Me quede sentada en el suelo con las rodillas flexionadas mientras abrazaba mis piernas contra mi. realmente el combate no era algo que me apasionara y el muchacho parecía seguro de si mismo. Seguro que se encargaba de lo que fuera. Con estos pensamientos empecé a tararear la canción que había pensado en tocar cuando me lo pidió Ed.

El cazador sacó su arco del hombro haciendo caso al noble y preparó una flecha, sin llegar al tensar la cuerda, pero estando alerta con su mirada fija en la puerta que daba a la proa del barco.

- Me ha parecido escuchar una campanilla... pero no recuerdo nada similar durante el viaje. Quizás deberiamos salir a echar un vistazo... Si la cosa se ha complicado fuera, no me gustaria que de repente nos sorprendieran bandidos o piratas entrando por esa puerta.

Ed preferia el combate en el exterior, se sentia muy limitado de movimientos estando en la sala. Almenos, con la tensión del momento ya no notaba el movimiento del barco y los efectos del ligero mareo era algo del pasado.

Sonrío ante el comentario de Cram sin darme la vuelta sobre hacer daño a alguien sin querer.

-Es parte de la idea.

Escucho a Ed y levanto una mano para hacerle una seña de detenerse.

-Sera mejor que explique por que os he dado esas órdenes. Arriba se ha escuchado una campanilla y justo después fue ahogada en los gritos de los marineros. Así lo que esta pasando ahí arriba no es muy amigable, luego el capitán bajo y fue directo a su camarote parecía tener un plan así que aguantaremos aquí hasta que salga. Y ahora el por que Cram esta debajo de la mesa, si algo entra por esa puerta vera a dos personas jóvenes y no sabrá que en realidad somos cinco. Por lo que tanto Cram como Khya y el capitán tendrán el factor sorpresa a su favor.

Agarro con ambas manos la espada y me coloco en una postura defensiva a la espera de lo que vaya a ocurrir.

Después de llamar a la puerta, Khya se dio cuenta de que estaba abierta, por lo que la abrió lentamente. En el camarote del capitán, donde se podían ver mejores lujos que en los demás camarotes, se encontraba Grenwick junto a una pequeña mesa, de espaldas a la puerta. Al escuchar el sonido de la puerta abriéndose, el capitán se apresuró y pareció guardar algo en un pequeño cofre de metal y con disimulo se guardó algo en un bolsillo. Se giró hacia la puerta y vio a Khya.

-¿Qué haces aquí? Los pasajeros deberíais descansar en vuestros camarotes. Por favor vuelva a...

En ese momento el ruido de una explosión se escuchó en la lejanía seguido de un zumbido. Inmediatamente un gran estruendo se escuchó por la cubierta del barco. El capitán cambió más aún su cara a una de preocupación y sin pensárselo dos veces salió de la habitación apartando a Khya de su camino en dirección a cubierta.

Al abrir la puerta se podía ver la cubierta llena de agua y casi inundada por la intensa lluvia. Los hombres parecían apresurados y corrían de un lado a otro preparando cosas. Jacklin pudo ver como varios de ellos parecían preparar los cañones. A lo lejos se podía ver relámpagos iluminando el cielo oscuro tapado por las nubes. De pronto se escuchó una explosión seguida de un zumbido. No parecía que fuera ninguno de los cañones pero inmediatamente se pudo ver cual fue el origen. Una gran bola de cañón impactó en la cubierta, haciendo que uno de los cañones volcara y la persona que lo empujaba saliera despedida y cayera por la borda.

Jacklin se asomó con cuidado y pudo ver por estribor otra embarcación. Posiblemente sería la procedencia de aquel disparo. Un rayo cayó en el horizonte iluminando por un instante aquel barco. Gracias a eso Jacklin pudo ver la bandera que ondeaba en aquella embarcación: una bandera de fondo negro con una calavera blanca. Eran piratas. Ed no podía estar más acertado.

No me da tiempo a reaccionar, veo salir al Capitán y me quedo sola en el camarote, así que ya que ya que estoy allí voy a registrar el lugar. Le vi esconder algo, quizás con las prisas no se lo llevó. Asi que lo investigo todo, el capitán trama algo de eso estoy segura, además parece que nos ataquen... Tengo que darme prisa no se lo que estaba pasando, pero no parecía nada bueno. Sólo espero que todos estén bien...

Piratas, maldita sea nuestra suerte. ¿Como podemos ayudar? Piensa, piensa, piensa. Hasta que ellos nos aborden no puedo hacer nada, tal vez ayudar con el agua, obviamente para Ed debe ser imposible darle a alguien con el movimiento de ambos barcos y para nosotros que no tenemos conocimientos los cañones son una opción inviable.

-Nos atacan piratas. Ayudad en lo que podáis todos debemos colaborar para salir de esta.

Mientras hablaba vi como uno de los hombres cae por la borda e intento reprimirme pero en cuanto veo una cuerda no lo dudo lanzo mi chaqueta sobre la mesa, corro por la cubierta, me ato un extremo la cuerda a la cintura y el otro al mástil y salto tras el marinero. Una vez le agarrara entre los dos volveríamos a cubierta escalando por la cuerda o al menos ese era el plan.