Partida Rol por web

Mientras sus compañeros iban al registro Gustavo y Mónica regresaron a la comisaría. El lugar, como todos los días, hervía de actividad. El comisario Robledo estaba hablando con algunos agentes y aunque los vio entrar se limitó a asentir con la cabeza a modo de saludo. Era un buen profesional y esperaba lo mismo de sus hombres. Sabía que cuando tuvieran algo de lo que informarle irían a su despacho a hacerlo, así que por el momento les dejaba hacer su trabajo sin asediarlos con peticiones inútiles de información que sabía que todavía no tendrían.

Precisamente Gustavo se dirigió hacia su mesa dispuesto a recolectar algo de información en las bases de datos. 

Cortés se sentó en su mesa con un asqueroso café de máquina en su taza blanca. Su aspecto, ya de habitual poco saludable, daba la sensación como si llevase días sin dormir. Se quitó las gafas de ver y frotó los ojos antes de menear erráticamente el ratón para hacer salir al terminal del estado de Suspensión. La pantalla se activó y el detective abrió la aplicación en la que se podían consultar expedientes policiales, bases de datos de casos, sospechosos, gente fichada, etc. No es que hubiera mucho dónde tirar ya que los cuerpos de seguridad tampoco es que gastasen demasiado en tener "finas" sus aplicaciones pero quizá sería un buen comienzo.

Palabras clave... corazón... tarot... asesinato...

Un sorbo de café y un bloc de notas para apuntar resultados.

Aquello parecía un juego de película... un siniestro y excesivamente real cluedo. E irreal también... todo a la vez.

- Menuda mierda... - concluyó sin motivo aparente. Quizá ese era el origen de todo aquello. ¿Por qué matar a una vidente reconocida? El motivo. Quizá alguien que había recibido una predicción podo halagueña yq ue, fortuitamente, se había hecho cierta. Pero, ¿por qué no matarla simplemente en lugar de montar todo aquel número de thriller holywoodiense? Incluso con la teoría anterior, le hecho de que el desafortunado que recibió la predicción fuese uno de esos "clientes ricos y poderosos" aquello se pasaba de castaño oscuro. ¿No sería más sencillo un par de rusos que la empotrasen con un cuatro por cuatro en la autopista?

- Mónica... ¿crees es esas mierdas? En el tarot y las videntes y todo eso. ¿Crees que hay gente tan pirada como para matar por algo así?

La pregunta le dio la idea. Nada de bases de datos policiales... la realidad supera siempre a la ficción. Internet... búsqueda... palabras clave... asesinato... tarot... Madrid...

Aquello parecía no dar ningún resultado interesante. Al poner en Google las palabras clave obtenía respuestas que no tenían ninguna relación con el caso. Sobre todo la palabra corazón, que implicaba cualquier asesinato donde se hubiera alcanzado esa parte del organismo. Lo de las cartas tampoco daba resultado: salían referencias a la simbología del as de picas como carta de desgracia. Tonterías que ni siquiera tenían que ver directamente con el tarot.

Buscando el significado de la carta del ahorcado la respuesta era muy similar a la que Mónica había expuesto en el piso: una carta de cambio, de fin de una vida para entrar en otra. 

Y luego, por supuesto, un montón de publicidad sobre videntes.

Nada, realmente no salía nada verdaderamente útil.

Otro vaso de líquido infame que llamaban café. A ver si cuando todo eso pasase, hablaba con los compis y entre todos se compraban una cafetera en condiciones...
Vio como Gustavo empezaba en Google a trastear.

- Gus, quizás deberíamos meternos en la base de datos de crímenes sin resolver y en la de la Interpol. Sé que va a ser laborioso, pero... Quizás podríamos empezar a buscar por la puesta en escena del crímen. Si el responsable de todo esto lo ha hecho alguna vez más, es posible que trate de imitar el resto de arcanos mayores del tarot. ¿Empiezas tú por la de la policía y yo por la de la Interpol? Empecemos buscando a ver si se encontraron cartas de tarot en las escenas del crímen aunque puede que simplemente imitara la escena y no apareciera ninguna carta.

- Y no, no creo en esas mierdas, pero si creo que esas mierdas pueden trastornar mentes propensas a ello. La mayoría de los videntes y tarotistas con las que he tratado, son personas muy manipuladoras. Quizás el asesino no gustó de ser manipulado.

Gustavo torció el gesto. La respuesta de Mónica era bastante parecida a la suya. Y, sin embargo, la propuesta de su compañera no añadía nada nuevo a la actividad de investigación. Estaba de acuerdo en que probablemente aquello podría ser una repetición... un eco de otro viejo caso que hubiese caído en el olvido. Un imitador... como lo llamaban las series policíacas tan poco realistas.

Búsqueda en Google... palabras clave... "asesinato" "corazón".

¿Y una novela? Había mucha gente pirada demasiado obsesionados con esas cosas como para descartarlo. ¡Qué demonios! La gente llevaba matando por libros cientos de años. Si alguien había leído una novela de esas de asesinos en serie era bien probable que pudiesen copiar el patrón completo del asesino en la ficción. Y esto habría de llevarlos a averiguar la forma de descubrirlo tan fácilmente como ir directamente a la última página. Crimen e inteligencia no solían ir de la mano. La vida distaba mucho de las historias de Conan Doyle.

Búsqueda en Google... palabras clave... "novela" "extirpar corazón"

Búsqueda en Google... palabras clave... "novela" "asesinatos" "tarot"

Un sonoro sorbo de café arrugó la cara de Gustavo Cortés que se ajustó las gafas y empezó a leer resultados de su búsqueda.

Mónica fue cotejando cualquier caso similar en las bases de criminalística. En el ámbito nacional no encontró nada. España no destacaba por tener asesinatos especialmente elaborados. La mayoría eran pasionales, muy castizos, de esos de echar escopeta al hombro o puñalada trapera por un caso de drogas, alcohol, pasión o todo remezclado. Los que se catalogaban como más 'misteriosos' no eran más que burdos montajes realizados por la prensa nacional para vender más ejemplares. Como no había un Zodiac castizo cualquier relación, aunque fuera cogida con pinzas, con una afición desconocida por el gran público bastaba para salpicar mierda. Pero no figuraba ningún caso real de asesinato ritual en el sistema. Barajó la búsqueda a través de las bases de la Interpol pero eso ya eran palabras mayores. Llevaría bastantes horas navegar por toda la información del sistema de los últimos cinco años.

Gustavo estaba todavía más desesperado. Google era una fuente inagotable de casquería, efectivamente, pero ninguna interesante. Había decenas de libros sobre asesinatos con cartas del tarot. Y los que mencionaban extirpaciones de corazón podrían llenar todo un edificio. Ninguno tan remarcable como para cometer asesinatos por él. Aquella pista no parecía conducir hacia ningún lado.

Gustavo parecía desesperado. Una buena sobredosis de Google era como para tirarse por la ventana. Sin embargo aún no podía rendirse. Se levantó de la silla dolorido y se desperezó sin disimulo. Caminó sin rumbo fijo por la oficina hasta que acabó en el cuarto de baño. Espejo, agua, cara... el reflejo le devolvió unos ojos cansados y perceptiblemente más hundidos que de costumbre. La idea de volver a las lentes de contacto apareció por su mente y volvió a desaparecer con igual facilidad. Su aspecto no era una prioridad en aquel momento.

Volvió al asiento y probó una última jugada:

Búsqueda en Google... palabras clave... "asesinato" "vidente".

No esperaba tener una suerte especial con esa búsqueda y, para confirmárselo, el sistema le devolvió de todo menos algo interesante. Películas, libros, temas de parapsicología... Nada utilizable. Si había una respuesta al misterio desde luego no se la iba a dar Google.

- Gustavo, me sale humo por las orejas. Voy a por un bebedizo de esos que llaman café, ¿quieres uno? - Mónica se levantó de la silla y estiró sus ateridos músculos - Si tu búsqueda en Google no ha dado resultado, quizás podrías echarme un cable con la Interpol.

- Aunque se me ha ocurrido... El cádaver tenía la caja torácica abierta, como con algún separador de esos de costillas que usan los cirujanos. Y no creo que sea fácil de conseguir. Podríamos mirar quienes los fabrican y si han tenido algún pedido raro. O si en alguno de los hospitales de la zona, ha desaparecido alguno.

Como contagiado por el propio hastío de su compañera, Gustavo se desperezó en su asiento haciendo que el respaldo de éste crujiera. En una especie de coreografía, las gafas del policía fueron a parar a la mesa con dejadez a la vez que la otra mano acariciaba el puente dolorido. 

- Ahora mismo aceptaría hasta un vaso de lejía con tal de quitarme de encima esta condenada pantalla.

De un salto se levantó y acompañó a la mujer por los pasillos escuchando su teoría sobre el material quirúrgico.

- Pues es buena idea... bien vale una invitación a ese café. - asumió mientras rebuscaba monedas en los bolsillos de sus vaqueros. - Ahora podemos hacer unas llamadas a laboratorios farmacéuticos y empresas de suministros médicos. Me da incluso que esas cosas tienen números de serie. Quizá el tipo de la científica tomara nota si es que lo tenía... me consta que los cerebritos son muy concienzudos. Yo, por mi parte, quiero mirar el facebook de la víctima. Con suerte tuviera alguna discusión con algún cliente y nos pueda dar algún nombre.

Finalmente, un arrugado billete de cinco euros se deslizo hacia el interior de la máquina de café.

- ¿Leche y azucar...?

Tras el café los investigadores se repartieron un listado de suministradores médicos para intentar obtener información. Un par de horas después habían sacado varias conclusiones siguiendo la pista del material quirúrgico necesario para dejar el cadáver en ese estado. Lo que habían dicho los profesionales es que más que una operación la escena se correspondía más bien con una autopsia (o una carnicería). Aunque se podría usar material común estaba claro que el material quirúrgico era más adecuado. Por desgracia los propios suministradores confirmaron que dicho material, hoy en día, se podía conseguir incluso a través de internet. Uno de ellos hasta les dio el enlace para comprar a través de una página china(1). Incluso aunque eso no fuera tan fácil de conseguir cabía la posibilidad de que fuera material de segunda mano o incluso comprado en una tienda de antigüedades. Aquello no iba a ser tan fácil de rastrear.

La búsqueda en Facebook fue en vano. Adela no tenía perfil en ninguna red social. Ni twiiter, ni facebook, ni linkedin... La mayor sorpresa fue que ni buscando en Google aparecía ninguna referencia a ella o su programa. ¿No se suponía que era una vidente de éxito? ¿Qué significaba eso exactamente?

Un whatsapp resonó en los móviles de ambos investigadores. Patricia había hecho un grupo para estar en contacto:

Estamos de camino a la comisaría con algunas novedades. ¿Que tal vienen ustedes?

Gustavo respondió lacónicamente:

Sin grandes avances.

Esperaban que sus compañeros hubieran tenido mejor suerte con su parte de la investigación.

Tras aparcar Angel y Patricia entraron en la comisaría y se dirigieron inmediatamente hacia Mónica y Gustavo. Los cuatro se encaminaron hacia la sala de reuniones con la intención de poner información en común.

-Pero, ¿qué pasa con esas caras largas? -a pesar de la hora y de haber comido muy poco (el trabajo del día no le había dado tiempo a romper la dieta aún), Patricia conservaba su buen humor. Es que, aunque las pesquisas habían arrojado menos datos de los que esperaba, tenían algunos hilos para seguir y el misterio se volvía aún más interesante con lo averiguado.

-Voy a traer café para todos. Gutierres, si quieres empezar con lo nuestro, adelante. A su tiempo, agregaré las notas de color, jajajaja.

Al volver con los vasos de cartón de la máquina de café para todos, Patricia vio que sus compañeros seguían enfrascados en sus notas y no habían dado comienzo al intercambio de información.

-Bueno, qué taciturnos que estamos... La verdad es que tengo ganas de volver temprano a casa, darme una buena ducha y cenar algo decente, así que arranco yo chicos.

Se sentó en una silla libre después de repartir los cafés y tomó su móvil donde tenía apuntes y fotos de los documentos revisados.

-En el registro de la propiedad no encontramos demasiado. Supimos que Adela (si es que es Adela, ya verán más adelante)... -Patricia tenía un sentido del drama muy particular. Por suerte para ella, sus compañeros ya estaban acostumbrados-... Era una persona muy ordenada con el fisco. Poseía dos propiedades a su nombre, una en Malpica, la Coruña y otra en Granada, además del piso donde residía en Madrid. Nada emocionante por aquí. Pero en el registro civil... -miró a Gutierrez y nuevamente dejó que su sentido del drama tomara parte.

-Dejaré que sea Gutierrez el que les cuente lo que hemos encontrado en el registro civil -su expresión era radiante, se sentía muy excitada con las pistas recogidas en ese lugar.

Gutierrez estaba mascando un sandwich que había sacado de la máquina expendedora de la entrada y leyendo el Marca cuando Monteros le invitó a compartir lo que habían descubierto.

Levantó la vista del periódico, sorprendido, y levantó el envase de plástico del sandwich para que su compañera se diera cuenta de la situación pero ésta ya se había dado la vuelta y se dirigía hacia la máquina de café.

Para cuando terminó el piscolabis y se limpió el morro, Patricia ya había vuelto y comenzado de forma melodramática a exponer lo encontrado.

 - Todo canta a que es una identidad falsa. - Gutierrez era más de ir al grano. - Hay una partida de defunción de una Adelaida Menéndez Garrido el mismo año de nacimiento y mucha casualidad que haya dos con el mismo nombre y apellidos en una región pequeña y una muera. Los padres de la fallecida, además, también murieron en accidente, así que no hay familiares directo de los que tirar.

Dio un sorbo al café y continuó con su exposición.

 - Pasamos a ver al segundo exmarido, el primero vive en un chalet en las afueras, pero está trabajando en Francia, algo de estatuas para iglesias. Habrá que ponerse en contacto con su agencia y acercarnos a hablar con el primero.

 - ¡Ah! A Monteros le huele raro no encontrar nada de la tipa en internet.

Cortés levanto la cara de la mesa para agradecer a su compañera el café. Sólo una leve sonrisa. Sincera. Estaba cansado... abotargado. Como si los engranajes de su propia cabeza estuviesen impregnados de una densa melaza que les impidiese moverse con normalidad. Las gafas fueron a parar a la mesa casi de un tirón y sus manos comenzaron a masajear sus cuencas oculares tratando de aliviar aquella pesadez. No había dormido bien. Tampoco es que acostumbrase a hacerlo pero las noches en blanco se empezaban a acumular y eso podría, y de hecho lo hacía, afectar a su trabajo.

- Estupendo... - rubricó cuando Gutiérrez hubo acabado su speech. - Así que si una de las pocas cosas que podemos tener de ciertas, como es la identidad de la víctima, se nos va a la mierda, entonces, ¿qué tenemos? ¿Se supone que vamos a investigar la muerte de "nadie"? 

Gustavo reprimió, por decoro, el acto reflejo de desperezarse. Pero igualmente se retorció en su silla notablemente incómodo.

- Sí... bueno, yo también he olisqueado por internet y también me ha chocado no encontrar nada. Ni facebook, ni twitter, ni siquiera un anuncio en portales. Nada. Ni siquiera una referencia a sus servicios en foros. La cosa parece que apunta a que alguien ha sido minucioso a la hora de ocultar cosas. Porque no me creo que en los tiempos que corren existan personas cien por cien anónimas digitalmente hablando.

Dicho esto volvió a caer sobre sus propias manos. La cabeza le pesaba una tonelada.

- Mónica... cuéntales tú lo de las empresas de suministros quirúrjicos. No vamos a ser menos nosotros en eso de la teatralidad.

Monteros hizo un bollo con una servilleta y sonriendo, se lo arrojó a Cortés ante su última frase.

-Mónica, antes de que sigas... Ángel se ha dejado un dato en el tintero. Según la partida de nacimiento, la difunta tendría 50 años, pero tras haber visto su cadáver, a mi me dio la impresión de que tenía 10 años más. O tuvo una vida muy dura, o es otro punto a favor de la sustitución de identidad.

Aunque no quería tomar un vaso más de ese brebaje infame al que llamaban café, Mónica sonrió a la risueña Patricia (¿cómo podía tener tan buen humor después de un día de mierda como ese?)

- Muchas gracias, Patricia. Nos vendrá bien a ver si nos aclara un poco las ideas.

Mónica continuaba echando un ojo a la página de la Interpol mientras escuchaba las informaciones que les traía Patricia y notaba como su ánimo se iba volviendo más sombrío.

- O sea, que tenemos un mojón. Porque no sabemos quién es la víctima, no encontramos nada en las redes sociales y además, aunque aún nos queda por agotar esa vía, comprar un separador de costillas para realizar una extirpación de corazón lo puede hacer cualquiera por internet...

Mónica apuró el contenido de su vaso y perdió la mirada en el vacío.

- Sé que va a ser un marrón genial, pero si nuestra víctima suplantó la identidad, podríamos buscar en el rango de fechas de la muerte de la original, fallecimientos de mujeres de la edad de nuestra víctima en la región. O casos sin resolver. Se quitaría de en medio su identidad original y podría comenzar una nueva vida. O buscar en registros hospitalarios...

Escuchar aquello no era nada alentador, pero la vida real era así. Ojalá todos los crímenes pudieran resolverse en un par de horas, como en las series yankis, pensó Patricia. Aunque claro, sería difícil justificar el sueldo por tan poco tiempo de trabajo.

-En fin... Deberíamos compartir nuestras ideas e impresiones del caso, para armar la jornada de mañana. Arranco yo.

>>Veo dos posibilidades. La primera, es que el asesino era conocido de la víctima y que el asesinato ha sido algo personal. No vimos señales de lucha en el apartamento -aunque con el tiempo que tuvo el asesino para limpiar, bien podría haber acomodado todo- ni, a simple vista, el cuerpo presentaba heridas defensivas... ¿tenemos algún informe preliminar del forense? De ahí que sostengo que se conocían y el asesino ingresó con ella por las buenas esa noche.

>>El móvil es pura especulación. Estoy casi convencida de que Adela no es quien decía ser. Fantaseando un poco, veo a una inmigrante soviética con muchos recursos, que escapa de su país de alguna vendetta y se compra una identidad nueva en España. Años más tarde, esa vendetta la alcanza. El asesinato ritual forma parte de esta vendetta.

>>Tenemos que averiguar cuando es que empieza a ejercer como tarotista, para tener un punto de arranque que nos permita rastrear esta sustitución. Por ahí, su secretario nos puede orientar al respecto.

>>Mónica, resulta que la Adela que en mi cabeza yo llamo "original", falleció con un mes de vida. De sus padres no tenemos la fecha de deceso, pero se podría pedir a la policía de Santiago que nos averigüe el dato, ya que la sustitución tiene que haberse dado entre esa fecha y la de la aparición en público como esotérica de nuestra víctima.

>>La opción número dos es que se trate de un asesino en serie que busque mujeres que no son quienes dicen ser. Por la forma en que se dio el asesinato, se nota que el victimario conocía a la víctima. Sus horarios, sus costumbres, su vida... Recuérdenme que le pregunte a la Científica si había indicios de que el asesino hubiera forzado la cerradura con alguna ganzúa para ingresar en el apartamento y sorprender a la víctima. Esto explicaría la falta de lucha de parte de la astróloga.

>>Ojalá que esta opción se pueda descartar pronto. Si no, vamos a tener nuevas víctimas antes de que podamos atrapar al asesino -que por cierto, lo pienso varón por la fuerza necesaria para hacer lo que hizo.