Partida Rol por web

Eran las once de la noche en la comisaría. En la sala de reuniones estaban, en reunión de emergencia, los agentes encargados del Caso de la Vidente, como los periódicos lo habían llamado. Con ellos estaba reunido el comisario Robledo y a través de un portátil con videoconferencia  tenían a los agentes que ese momento estaban en la Coruña. Acababan de interrumpirles en la cena para notificarles una llamada de emergencia y tras atenderla ambos habían acudido al hotel a conectarse de inmediato.

El motivo de que estuvieran todos allí tenía que ver con su caso. Porque había aparecido otro cadáver en las mismas condiciones. El comisario, como en un macabro deja vû, estaba informándoles nuevamente de lo sucedido.

Robledo solía ser la pura representación de la energía pero en esos momentos parecía realmente agotado. Los agentes lo miraban entre sorprendidos y resignados. Era demasiado bonito que aquel caso fuera un hecho aislado. Si ahora aparecía otro tenían la mayor pesadilla de un policía: un asesino en serie.

- Otra víctima. Acaba de ir para allá el equipo forense y de pruebas pero no nos cabe duda de que es el mismo modus operandi. El agente que nos ha informado ha detallado la caja torácica abierta, el círculo de tiza, toda la misma mierda... 

Sacó una pequeña libretita de su bolsillo. Robledo no usaba móvil para sus notas, era de la vieja escuela: 

- Otra mujer. Marina Bragante Iglesias. Creo que no necesitáis presentación para saber quien es.

No, no la necesitaban. María Bragante era la dueña de uno de los principales holdings de comunicación del país. Controlaba varias cadenas de radio, dos de los periódicos más importantes del país, varias cadenas de televisión y una gran editorial encargada de conceder los premios más importantes de la narrativa en castellano después del Premio Planeta. 

- La han encontrado en su chalet de la zona residencial. Se la echo en falta porque tenía un coctel esta noche y al no acudir ni responder las llamadas una de sus amigas fue a la casa a ver que pasaba. Se encontró con todo el follón hace media hora escasa. 

Con un sonido gutural Montalbano se aclaró la garganta mientras sopesaba las noticias. 

—Entiendo que con esto ya no podremos tener a raya la prensa. La señora Bragante no va a pasar desapercibida y ya era difícil con Adela. Un dolor de cabeza más que aguantar—

Volvió a mascar lentamente como un acto reflejo y sintió la urgencia de nicotina. Con una de sus manos se acarició el entrecejo. Estaba cansado. Los años se le notaban encima más que cualquier otro día del último mes. En verdad había sido un día muy largo. 

—¿Al menos uno de nosotros debería estar allí no? Recogiendo información de primera mano. ¿En cuanto salimos para allá?—

Gustavo había dejado una estupenda mariscada a mitad pero sabía que si le habían convocado a una vídeo conferencia a aquellas horas era porque algo gordo había debido de pasar. Dentro de la normalidad, Robledo no eral un comisario que se dedicase a fiscalizar el trabajo de la gente que dirigía, más bien dejaba hacer. Se interesaba por cada asunto pero sobrevolaba con cierta distancia tratando de no agobiar. Si les requería era porque la cosa se ponía fea.

De camino al hotel, como si de un rayo de esperanza se tratase, el investigador pensó que quizá había una pista crucial... algo que guiase la investigación. Aunque fuese por una ruta aún no explorada. Pero algo que aportase información sí esperaba. Nada más lejos.

- Joder... - musitó con un hilo de voz. - Vale... nosotros podemos bajar a Madrid ahora mismo. Llegaríamos por la mañana. La verdad es que teníamos aún algún hilo del que tirar aquí en Coruña pero si es imperativo podemos ponernos en ruta de inmediato. 

En un acto reflejo se quitó las gafas que ya pesaban sobre el puente de la nariz como una tonelada y media después de todo el día leyendo expedientes.

- Estando a seiscientos kilómetros no podemos hacer nada más. ¿Se te ocurre algo Aldara?

- La prensa se va a poner las botas con esto. Y ya no sólo tendremos que preocuparnos por la nacional. Bragante es un personaje demasiado conocido como para que no vengan de fuera a echar un vistazo. Si logramos mantener en secreto durante un día que el modus operandi de esto y de lo de Adela es el mismo ya será un logro. 

Negó con la cabeza:

- Sí, disponed vosotros quienes irán a la escena del crimen. Los demás será mejor que aprovechéis para descansar un poco porque mañana esto va a ser un terremoto. ¿Tenemos algo del caso de Adela? ¿Algo que pueda relacionar esta movida? La cadena que emitía el programa de la vidente pertenecía al grupo de Bragante. ¿Puede haber algo que relacione las muertes? ¿Alguna venganza retorcida? ¿Sabéis si Adela era conocida de Bragante?

Niego con la cabeza...- Me temo que no...nada nos hace pensar que a priori la una esté conectada...o al menos no lo sabemos hasta que investigemos la segunda muerte...si fuera un caso aislado, creo que la información podría llevarnos a algun sitio si tiramos del cabo...pero esto que nos cuenta, la verdad es que nos rompe bastante cualquier esquema previo que tuviésemos.
 

Pensar que el día anterior, sus compañeros la habían tratado de agorera por sugerir que podría haber un asesino en serie en ciernes. Ver que una de sus hipótesis se confirmaba le provocó desazón a la par que se filtraba un rayo de esperanza en el corazón de Patricia. La búsqueda del asesino de la vidente los estaba conduciendo a callejones sin salida, nada que les sirviera para avanzar. Sin embargo, si el asesino volvía a actuar de la misma forma, ya fuera el modus operandi o bien el entorno de la nueva vícitma podrían aportar a la investigación un hilo fiable del que tirar.

-Otra mujer empoderada, otra mujer relacionada con la televisión -respondió distraída la detective mientras Robledo preguntaba por la relación entre ambas víctimas-. Más allá de eso, no hemos encontrado nada que las relacione, aunque Adelaida ha resultado ser un verdadero misterio. Tal vez con Bragante tengamos más suerte. Yo quisiera ver la escena de primera mano. Estar en ambas antes de que los de la científica levanten las pruebas me dará una buena base para comparar ambos hechos.

Angel se encontraba tomando un bocadillo y ya tenía el cubalibre a medias cuando recibió la llamada de "regresar a la comisaria echando ostias", como le dijeron por teléfono.

- Joder... - fue lo único que dejó escapar cuando Robledo dejó caer la noticia.

Tardó unos segundos de más en procesar todas las noticias, seguramente el trago extra no ayudaba a ello, y fue viendo la reacción de sus compañeros.

- Yo conduzco. - se ofreció poniéndose de pie al considerar que cuanto menos tiempo perdiesen, mejor. Y tampoco es que tuviese nada mejor que hacer aparte de terminar otro par de combinados.

- Todo son callejones sin salida. - respondió entonces a Robledo, dándose cuenta que había hecho una pregunta. - Ambos exmaridos con coartada y sin demasiadas ganas de colaborar, el que hizo los pasaportes lleva tiempo caput por la mafia, el director de cine basura que aparecía en los papeles de la víctima tampoco aporta nada más que reforzar el paripé de la vidente que dice a sus víctimas lo que quieren oir...

- La hostia, pues por jodida que parezca la cosa igual esto nos da alguna pista. - afirmó Robledo como si hubiera leído la mente de Patricia - Ya sabemos al menos que no era algo que afectase únicamente a Adelaida. Quizás sea un tema referido a la televisión. O a las mujeres con influencia. Pero de la vidente a Bragante va un abismo de poder. Y luego está la manera de matarlas. Esto no tiene contenido sexual, ni siquiera parece una venganza. Es... - se quedó un momento pensando - Es un mensaje. Aquí se está dejando algún tipo de mensaje.

El rostro del comisario reflejó una repentina urgencia:

- Está bien: Patricia va hasta allí. Los de Galicia: si creéis que no vais a sacar nada más en limpio de la vidente volveos aquí por la mañana. No tiene sentido que os juguéis el tipo conduciendo de noche sin haber descansado. Tenemos a personal aquí ¿no? - miró hacia los demás - Repartíos las tareas como mejor creáis. Yo voy a hacer algunas llamadas...

Se dirigió hacia la puerta. 

La llamada a la reunión pilló a Pedro en la misma comisaría, leyendo sin mucho entusiasmo la contabilidad de la adivina mientras intentaba sacarse de la cabeza las malditas estatuas del almacén.

Llegó rápidamente a la sala, pero el cansancio del día y la distracción hizo que se estuviera como ausente prácticamente toda la reunión. Sólo cuando Robledo salió de la sala empezó a reaccionar. - También voy al lugar del crimen. - Dijo parcamente.

La investigación del escenario del crimen podría alargarse unas cuantas horas, algo que a Pedro le llamaba más que volver a casa a dormir y rememorar lo que había visto ese día...

- Monteros, Jurado... - el viejo policía listó a quienes querían ir a la escena del crimen mientras hacía girar en un dedo el viejo llavero con las llaves del coche.

Entra uno más... - ofreció, no dispuesto a cargar el coche con 5 personas sin necesidad.

—Yo mismo— se adelantó Montalbano al ofrecimiento de su compañero —De todas formas no creo que la acidez me diese tregua hoy tampoco. 

Mientras el comisario se retiraba Montalbano, Gutierrez, Jurado y Monteros se dirigieron hacia la salida dispuestos a visitar la nueva escena de crimen.

Por su parte Seoane y Cortés, en la punta del país, decidieron que lo mejor que podían hacer era retirarse a dormir para regresar por la mañana.

Julibert se quedó un rato a solas en la sala, repasando los informes reunidos hasta el momento sobre el caso de Aldara. Pronto se verían sobrepasados por el papeleo...
 

Siguiendo los consejos de su superior Aldara y Gustavo se retiraron a descansar. Mañana tendrían que plantearse que hacer.

Pasaron una noche intranquila, con sueños desagradables que se les dejaron con un aspecto agotado al día siguiente aunque no lograban recordar gran cosa de lo soñado. Sólo una sensación de ser marionetas en un juego complejo e incomprensible. Y que algo se les escapaba. En el sueño había un momento de lucidez donde todo parecía encajar, como aquellos puzzles en los que tras mirar fijamente una imagen durante un rato acabas encontrando un patrón que hace aparecer la figura difuminada. Pero al despertar eso se perdía para ser sustituído por una sensación de frustración.

Mientras desayunaban, al día siguiente, decidían cual sería su siguiente paso.

Un café solo aparecía ante el detective como un pozo de insalubre paz. Solo tenía ánimo para sumergirse en uno tras otro hasta caer rendido de sueño... un sueño reparador de verdad. O, en su defecto, de que la maldita cafeína hiciese eso que se suponía que debía de hacer.

- Cada vez tengo más claro que todo este asunto no tiene mucho que ver con la madre. Todo el asunto de la rusa, el hospital, la niña muerta... todo eso es coyuntural. No sé... 

Un sorbo de café... un sonoro sorbo de café rubricó las palabras del detective.

- Sin embargo estando aquí pienso que es bastante estúpido no pasarnos por el Registro de la Propiedad para intentar seguir el rastro de las propiedades de la madre. Incluso ir a Boiro... por si alguien nos puede hablar de todo ese lío del Hospital y el doctor muerte

Gustavo rió solo de su propio chiste. Una risa amarga como aquel café del color de la brea. Acto seguido alargó la mano hasta coger uno de los sobaos que habían puesto sobre la mesa para aderezar el desayuno. 

La mañana aún era joven. Era lo normal tras una noche casi en blanco. La situación así lo propiciaba y ello contribuía al madrugón y, por ende, a aprovechar bien la mañana. Así, con más sentido del deber que verdadero convencimiento, ambos detectives se encaminaron al Registro Civil de Coruña. Con la referencia de la madre rusa de Adela, la tal Illina Martyvona, quizá pudiesen ver de dónde venían las propiedades que la difunta había heredado e incluso, con suerte, a dónde se dirigieron si es que decidió desprenderse de alguna de ellas.

Afortunadamente el horario propiciaba que el Registro estuviese abierto y operativo. De este modo no tendrían que amargarle la vida a un funcionario. ¿O tal vez sí podrían contar con la ayuda de estos para localizar más agilmente la información requerida?

La nueva mañana en el registro no estaba siendo demasiado fructifera. Lo único que habían encontrado es algunas referencias patrimoniales que cruzadas con los datos que habían conseguido en la primera parte de la investigación determinaban que varios de los solares y viviendas que poseía Adela eran parte de la herencia rusa. No había nada que pareciera dar luz sobre el caso.