Partida Rol por web

La puerta se abrió, y en medio de la expectación un hombre de pelo rubio y avanzada edad saldrá de su interior y se mostró ante vosotros. Tenía miedo, pues aquella zona era territorio de guerra, pero no era frecuente que alguien llamara a su puerta. Quien lo hiciera, no debía ser un soldado, pues no acostumbraría a inspecciónar así un lugar.

¿Wie ben jij? -dijo el tipo medio asomado a la puerta, sin salir de bajo el dintel de la misma-.
 

No parece un soldado pero no deberíamos fiarnos, aunque si no conseguimos ayuda para Doc no tardará en morir... habrá que confiar, pero con un ojo abierto.... Que nos habrá dicho?...habrá que utilizar el idioma universal de la calle...

Francis señaló a Doc y simplemente dijo "Ayuda" mientras enseñaba las manos de forma pacífica intentando calmar la posible inquietud del anciano. No le gustaría tener que entrar a la fuerza pero si era necesario lo harían, a fin de cuentas necesitaban un sitio donde poder reagruparse, pensar y decidir cual era el siguiente paso.

Cuando Francis exhaló esa palabra, el tipo dió un paso para delante, dejó el subfusil apoyado dentro de su casa (lo tenía escondido en la espalda), y asomó la cabeza por la puerta, estirando su cuello. Miró a ambos lados, como procurando discrección y rápidamente bajó las escaleras.

¿Está muerto? -preguntó en inglés, vuestro idioma, mientras avanzaba hacia un Lew inconsciente-. Al ver que no era así, y comprender vosotros que entendía vuestro idioma -aunque tenía un marcado acento neerlandés-, sólo os hizo un gesto con la mano, como para que le siguiérais. Lo hizo entonces repetidas veces, y más rápido,como para que os diérais prisa en entrar allí.

Soy Mogens -añadió-. ¡Vamos! ¡Vamos! ¡Entrad! ¡Rápido!

"Todavía no está muerto, pero necesita ayuda..." dijo Francis mientras arrastraba el cuerpo del doctor al interior de la casa. Se volvió a sus compañeros y les hizo un elocuente gesto para que se desplegaran por la casa para comprobar que era segura

Espero que sean discretos.

Francis se volvió hacia Mogens y dijo

"Woolridge, fuerzas aerotransportadas de los Estados Unidos, nuestro doctor necesita ayuda. Para su seguridad voy a tomar posiciones en una de las ventanas elevadas... Tengo buena vista...."

Se giró a sus compañeros mientras les decía

"Encargaros de Doc, voy a vigilar que no tengamos sorpresas..."
 

Por suerte para ellos aquel tipo no parecía ser hostil y aunque un poco asustado les dejo entrar en su casa sin mayores problemas.

Aunque ahora estaban en un lugar mas o menos seguros, el principal problemas era salvar al doctor, los allí presentes no tenían mucha idea de medicina y lo mas probable es que si intentaban algo empeorarían mas la situación, asintió al escuchar la palabras de Francis y se dirigió a su anfitrión e dijo- Mi nombre es Frost, se que es mucho pedir, pero ¿no tendrá equipamiento médico? o ¿si hay alguien con conocimiento médico por la zona? Da la casualidad que nuestro médico es el herido y no sabemos cuanto aguantara- ahora la prioridad era volver a poner en pie al compañero y salir de allí cuanto antes, si bien aquello era una zona de guerra no quería meter en mas problemas a aquel tipo, ya bastantes problemas se había ganado solo por abrirles la puerta.

Jhonatan se alegra al ver que, al menos una persona, estaba dispuesta a tender una mano ayuda, por un momento pensó que aquel señor no los dejaría entrar, ya que solo podríamos traerles problemas.

Arrastra junto a Francis a el doc al interior de la casa, cuando encuentran un lugar donde recostarlo, se levanta y se acerca a una ventana, para asegurarse de que no hubiera nadie en el exterior, al menos no en las proximidades de la casa, mientras a su vez miraba alrededor, por si había algún peligro dentro del establecimiento. 

Ya sus compañeros habían dicho lo que se podía decir sobre el doc y que no podíamos hacer más por él, así que me volteo hacia el señor. - Muchas gracias por dejarnos entrar, seguramente la mayoría en su posición no lo habría hecho, yo soy Jhonantan J. Droniel.

Para sorpresa de James, la puerta se abrió y apareció un hombre para dejarles pasar al interior. Una vez dentro y viendo que sus compañeros se encargaban de vigilar el perímetro, James se quedó junto al doctor para ayudar a estabilizarlo.

Yo soy James. Debemos limpiar la herida cuanto antes, hace un rato ya que le hirieron. Dijo preocupado, pues el tiempo apremiaba.

Francis y Jonathan arrastraron el cuerpo aún con vida de Mcalister hasta una mesa baja, donde el tipo les fue indicando improvisadamente dónde ponerlo. El interior era un hogar rústico y bastante vacío, sin ningún tipo de decoración excepto unas cortinas estampadas, que aún así eran grises. La casa constaba de una planta, y así lo vió el francotirador cuando se metió, literalmente, hasta la cocina. Luego oteó dos habitaciones (la que debía ser del dueño y otra llena de maletas, mantas y otros utensilios amontonados a modo de trastero). El gran comedor y el baño estaban en extremos opuestos. Vosotros estábais en el primero, y el sujeto pestañeaba mucho: entendía el inglés, pero tal vez no del todo. Ante la tensa sorpresa sólo pudo captar algunas palabras y la gravedad del doctor Lew.

Antes era sanitario -añadió con su acento neerlandés-. Dejadme espacio.

Y comenzó a desnudar al Lew. Sin más. Luego marchó a la cocina y trajo algunas vendas, alicates grande, una palangana y unas esponjas. Luego volvió a marcharse y trajo alcohol puro, tijeras y algunos utensiliso más.

Habéis devuelto la guerra a mi casa, os miraba de reojo mientras comenzaba a limpiarle las heridas al doctor -Jhonatan tampoco encontró nada relevante, ni presencia humana. El tipo vivía solo-. ¡Ayúdenme! Decía para que le asistiérais con la luz de focos y le pasárais las herramientas.

Tras una media hora de infarto, en la que no sabísteis si Lew saldría hacia delante, vuestro corazón latía muy deprisa. Finalmente el tipo pudo extraerle las esquirla y las balas. Lew estaba mal por la grán pérdida de sangre, aunque había podido sacarle las piezas metálicas y evitar infecciones y la propia muerte.

Mogens, como se había presentado, se volteó hacia atrás, con las manos ensangrentadas, y pidiéndoos que vendárais a vuestro amigo. El tipo aún seguía inconsciente, y no sabía el granjero si saldría adelante.

Sólo queda esperar -aseguró-. Tendrá suerte si sobrevive, aunque mal sitio éste para hacerlo -referido al contexto de la guerra-. Como dije, habéis traído de nuevo la guerra a mi hogar. ¡No hay nada más! -señalando a su maltrecho hogar-, poca comida y nada de ropa. ¡Qué mas queréis llevaros, joder! -luego se sentó, exhausto por la intervención a Lew, aún sin limpiarse él mismo-.

Francis oteaba la ventana con nerviosismo. No le gustaba estar allí parados en medio de ningún sitio, no le gustaba estar atrapado como un ratón en una ratonera y no le gustaba no tener opciones.

Cargó su fusil de francotirador mientras esperaba que en cualquier momento una patrulla alemana pudiese aparecer. Sin volverse a donde estaba Moegens le dijo

"Señor Moegens, no hemos venido a quitarle nada ni a hacerle daño... En cuanto nuestro amigo esté estable nos marcharemos."

Aunque eso puede ser una larga temporada...

Éste no es lugar para vosotros -dijo el granjero. Luego indicó a James y Jonathan que colocaran a Lew en un dormitorio y lo desnudaran-. No podéis quedaros aquí. De vez en cuando llegan patrullas alemanas, llaman a mi puerta y tengo que invitarlas a café. Duermen, comen y me dejan vivir en paz. Si os ven, os masacrarán..., y a mí también. Venga, ¡desnudad con cuidado a vuestro amigo! -se quedó mirandoos, y vosotros a él-: ¡Vamos! ¿A qué esperáis? Hay un pequeño zulo bajo esta casa del que aún no saben nada: él puede esconderse ahí, está limpio y seco, yo mismo lo construí. Si alguien lo ve con el uniforme, no dudarán en matarlo.

Al oir aquello, sujetásteis con más fuerza vuestras armas. Si los nazis se paseaban por la casa y la pequeña parcela del granjero estábais en serio peligro.

Vosotros podréis esconderos... allí, si decidís esperar a que despierte vuestro amigo -entonces señaló con algo de desgana con su cabeza a través deuna de las ventanas de madera del salón-. A través de ella vísteis un granero abandonado, cochambroso en su fachada, construido de madera y con la pintura cayéndose poco a poco.

El viejo granero... -decía lamentándose, llevándose la mano a la frente; y entendíais ahora porqué aquel tipo era bastante seco y tirante-. La guerra me lo ha quitado todo: mis hijos, mi mujer y mi oficio... Ya no guardo allí nada, y los nazis nunca registran ese sitio -veíais desde la distancia que en ralidad el granerao estaba medio derruido-. Si decidís quedaros creo que podréis pasar la noche allí de manera discreta.

Lo que dijo aquel tipo era un verdadero problema, si no tenían ya bastantes, ahora resulta que los nazis iban a esa casa a pasar el día, las cosas iban de mal en peor y no podían dejar a su compañero herido allí.

Cuando dijo lo de esconder a Doc en aquel zulo y que ellos se escondieran en aquel granero destartalado a John no le sonó muy bien, aunque aquel tipo le había salvado la vida al doctor, ¿como sabían que no les iba a vender a los alemanes? Era una apuesta muy arriesgada y si perdían no saldrían de esa granja de una pieza, aunque tampoco es que tuvieran muchas opciones.

Tras un largo suspiro John dijo- No tenemos muchas mas alternativas, ¿alguno tiene alguna objeción a seguir ese plan? Si hay alguna otra idea, mejor escucharla antes de que los alemanes estén aquí- todavía tenía cierte desconfianza de aquel tipo, pero la situación exigía actuar rápido y abandonar allí al doctor no era una opción válida.

Jhonatan no estaba muy seguro de si ese anciano estaba de su lado o no, pero en esta situación lo único que podía hacer era tener algo de confianza en él, después de todos curo al Doc y les dará un lugar donde pasar la noche.

- Creo que tiene razón lo mejor sera pasar la noche en el granero. - Tomo a Lew, y espero a que James lo ayudara a moverlo, ya que solo le costaría más. - Si los nazis se pasean por este lugar, apenas el Doc se despierte nos iremos de aquí, lamento que lo hayamos metido en esta situación señor. - Dice para luego esperar a ver que deciden los demás para así dirijirse al granero.

Francis miró el granero y sonrió satisfecho. Desde la parte alta del mismo podría despachar a cualquiera que se acercara y pondría, al menos, el precio de su pellejo lo más alto posible pero no quería hablar de dejar al doc detrás así que propuso

"Llevemos a Doc al granero y allí pasaremos la noche. Si viene alguien a visitar a Mogens no nos arriesgamos a que Doc tosa o gima o lo que sea que atraiga la atención de los boches, y así si alguna patrulla nos descubre puede decir cuando haya lavado la sangre que no sabía que estábamos aquí"

Allí en el granero deberían decidir que hacer. Doc no tenía pinta de despertarse, o al menos no pronto, y tenían una misión que cumplir.

Vuestro amigo está grave, señores -añadió Mogens al comentario de llevarlo al viejo granero-. Luego se marchó a la cocinita preparar unos bocadillos y algo de agua para vosotros.

Al menos tendrían un lugar a cubierto donde poder descansar, pensó James mirando el granero. El puente no se encontraba muy lejos del lugar y a la mañana tendrían que tomar una decisión.

James ayudó a mover a Lew, aún inconsciente para llevarlo al granero. Tan sólo esperaba no tener que dejarlo atrás para poder cumplir con su misión.

Finalmente decidísteis llevar a Lew al granero alejado de la vivienda. Mogens no tenía camioneta (los nazis se la había llevado hacía ya algún tiempo), y tan sólo había un par de carretillas con las que poder transportar más fácilmente al malogrado doctor. Tras taparle con mantas que el granjero os proporcionó, lo lleváteis sobre la carretilla, y el esfuerzo que supuso fue tremendamente menor. Cruzáteis el ahora derruido muro de piedra que rodeaba la vivienda de la granja, y en vez de tomar el camino principal atravesásteis unos pocos cultivos que el buen hombre aún conservaba plantados. Finalmente, junto a unos árboles, llegásteis tras unos minutos al granero. Mogens os miró mientras os alejábais, saludándoos con la mano.

Era aún media tarde, y pronto anochecería. Al acceder a su interior del granero vísteis que tenía tres salas: una principal (nada más entrar, y otras dos habitaciones a su izquierda. Allí había sacos, algo de cuerdas y un sinfín de oxidadas herramientas. El suelo era de piedra y, al menos, aún conservaba la sequedad que se busca en este tipo de edificios para salvaguardar alimentos y productos. También había una escalera de mano por la cual se accedía a unos soportes laterales en los que colocar la paja para mantenerla aislada de la humedad.

Eso sí, un gran agujero en el techo del salón principal se dibujaba en las alturas. Nada más mirar para arriba se podía comprobar que el tejado se había venido abajo en su parte más alta, dejando que pasara por allí la corriente, y quedando tal agujero a cielo descubierto.

Una vez todos en el granero y sin la presencia de Mogens, solo quedaba planear como pasar desapercibidos, en caso de que los alemanes hicieran acto de presencia, y pasar la noche lo mejor que podían.

Al cabo de unos segundos John dijo- Aunque aquel tipo no ha ayudado con el doctor todavía no estoy muy convencido de que no nos venda a los alemanes, lo mejor sería tomar posiciones y estar preparados contra cualquier problema que pueda surgir- se le vino a la mente el poner algún explosivo por los alrededores, pero al ver el estado del granero esa idea quedó descartada, solo les faltaba que aquel lugar se les cayera encima.

Francis carraspeó visiblemente incómodo ante lo que tenía que decir. Lo odiaba, no quería ser el que lo dijera pero sus compañeros no lo iban a decir... Le tocaba ser el chico malo.

"Muchachos, hay que tomar una decisión ya.... Tal vez no podamos esperar hasta esta noche. Sea o no sea de fiar Moegens si nos quedamos aquí cualquier patrulla alemana con un blindado nos borrará del mapa. Doc no se va a despertar, al menos no en breve... y si se despierta no está en condiciones de seguir con la misión. Nos retrasaría y cuanto más tiempo esperemos más lejos estaremos del resto de los paracaidistas. Tenemos que movernos aunque su vida corra peligro...o.... podemos dejarle.... Estoy seguro que Doc no querría que nos apartásemos de la misión y que arriesgáramos cuatro pellejos solo por el suyo..."

Francis escupió al suelo y limpió el escupitajo pisando con su bota con rabia. "Es una mierda, no hay ningún mando y la decisión es una puta mierda...Si no estamos de acuerdo todos nos quedaremos aquí hasta que nos cacen como conejos... por lo que hagamos aquí nos pueden montar un consejo de guerra, o poner una medalla, así que todos debemos estar de acuerdo... "