Partida Rol por web

El eco de un sollozo

Capítulo Dos: El Bosque Cantor

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09/09/2021, 12:54
Narrador

Las aves del lugar comenzaron a piar poco después de que los aventureros pusieran un pie en el bosque. En un comienzo lo hicieron de manera tímida y descoordinada; sin embargo segundos después todas ellas cantaron al unísono, replicando de manera fiel la melancólica melodía, interpretada instantes antes por Xan Gao. A pesar de ello sus sentidos estaban puestos en los alrededores, escrutando a través de los gruesos árboles y los frondosos arbustos de la zona. 

Con cada paso que daban la tonada original, fue modificándose por los propios gorriones, añadiendo voces e incluso nuevos fragmentos. Llegó un momento en el que la melodía tenía el mismo parecido que el de un nieto y su abuelo. Esculpidos en la misma madera, pero con patrones armónicos muy distintos. Sin duda, aquel bosque había sido bautizado de la mejor manera posible. 

Cuando llevaban un buen trecho caminando hacia las entrañas del bosque, observaron que los árboles eran cada vez mayores, llegando incluso a medir casi cincuenta metros de altura. Aquel tamaño no era especialmente alto si se comparaba con los bosques viejos del imperio de Daenash; sin embargo aquel era un paraje que había sido reducido a cenizas, para posteriormente renacer en cuestión de un mes. Además, Gadea se percató de que las especies vegetales que allí convivían era una amalgama de variedades tropicales y subtropicales. Aquella era imposible de ver, pues las condiciones de humedad y luz no eran las ideales para todas ellas. 

Poco después Elessäl levantó la mano, indicando al grupo que se detuviera. Con lentitud señaló a una zona cercana, en la cual se distinguían huellas humanas que se adentraban hacia el corazón de la floresta. Además, a juzgar por la humedad que aún presentaban, estas debían ser frescas. Por su parte Turmil, tras examinarlas durante unos segundos, determinó que la edad del sujeto debía rondar los diez años de edad. ¿Qué hacía un niño en aquel lugar? Mientras se hacían aquella pregunta, los presentes oyeron un ruido en las cercanías. De manera instintiva alzaron las armas mientras giraban sus cuerpos en dirección al sonido. 

Lo primero que vieron fue un ojo ambarino, tan grande como una manzana, que les observaba desde la lejanía. Su silueta dejaba intuir la forma de un lobo, cuyo tamaño era aberrante. Incluso Xan Giao palideció ante la gran dimensión de la criatura, pues posiblemente duplicaba el tamaño de los “animales” a los que se enfrentó tiempo a. Gadea y Turmil, a pesar de la conmoción inicial, se percataron de que aquella criatura parecía retroceder con lentitud.

Notas de juego

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09/09/2021, 17:02
Elessäl

El elfo caminaba decidido pero tranquilo. El Bosque se iba abriendo ante ellos con un aurea mágica y de belleza acompañada por la melodía de aquel hombre [1]. A pesar de ser su tinte triste y solitario, el mago notaba un halo de bondad en su corazón. Elessäl caminaba a su lado.

- A lo largo de mi larga vida y existencia - comentó el elfo al asiático, mientras seguía mirando hacia delante en la marcha -, he conocido a muchos hombres como tú. Algunos eran simples máscaras, formas de mantener a la gente a raya para no tener que dar muchas explicaciones. Otros, en cambio, de verdad eran hombres atormentados por algo que cambió sus vidas. Sinceramente - hablaba tranquilo el elfo mientras seguía caminando -, aquí eso no importa. Pero si voy a arriesgar la vida, me gusta saber al menos el nombre de quien va hacerlo a mi lado.

Elessäl miró al hombre de la katana.

- ¿Estás de acuerdo? - dijo mientras lo miraba amablemente.

Pero de repente, algo le llamó la atención: huellas. Turmil, acostumbrado a este tipo de rastros aclaró más la pregunta de a quién pertenecían.

- No es normal que alguien vague por estos bosques con esa edad. No sabemos si es una trampa o una ilusión, debemos de andar con mil ojos- dijo el elfo mientras escuchaba al cazador.

Pero lo de verdad importante se encontró con los aventureros más adelante. 

- ¿Qué ven vuestros ojos? - dijo el mago en guardia.

Su rostro se tornó serio, mientras apretaba la mandíbula. Unas pequeñas llamas se dibujaron entre sus dedos durante unos segundos...

Notas de juego

Me he permitido el placer de añadir BSO a este post :P

[1] Xan no ha dicho su nombre todavía públicamente (creo), por eso evito el metarol y hago la presentación.

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09/09/2021, 18:27
Turmil

La marcha por el bosque siempre le resultaba agradable a Turmil, de hecho la disfrutaba, el continuo canto de los pájaros, los juegos de luces del sol con las ramas y las hojas, de los enormes árboles. Aunque, sabía que el tamaño de los mismos, no era del todo natural, en pocos años se habían hecho enormes. Fue atento al camino, y a los alrededores, no podían despistarse, no se trataba de una excursión, era una misión no exenta de peligros, estaban internándose en un bosque extraño que podía ser muy peligroso. Tampoco se olvidó de buscar semillas caídas, que podrían serle de interés al gnomo.

Escucho, no sin cierta preocupación las palabras de Elessäl, el tampoco era propenso a hablar, pero que menos que saber el nombre de aquellos con los que ibas a poner a prueba tu destino. Poco sabía de las costumbres y usos de las gentes, mucho más de los animales, pero aquello, en cierto modo, le resultaba inquietante. 

Pronto se encontró con la primera sorpresa, un niño de corta edad había dejado unas huellas recientes, y aquel, eso lo tenía muy claro, no era lugar para que un niño vagará solo. Pero al ir a seguirlas, pudieron ver un enorme lobo, de un tamaño colosal, podía ser una terrible amenaza. Pero estaba retrocediendo, no debían provocarlo, en voz baja se dirigió a sus compañeros.-No conviene provocar a esa bestia, parece que retrocede y no busca el enfrentamiento. Démosle tiempo a seguir su camino, y nosotros seguiremos el nuestro. A ver si damos con ese niño, antes de que el bosque acabe con el, eso si es que aun no lo ha hecho.-Y mantuvo una posición tranquila, dándole al enorme lobo, tiempo para seguir su camino. Pero atento, por si decidía atacarles, o muy común con los cánidos, había otros ocultos a su espalda y laterales. Y este tan solo era una distracción, antes del ataque de una manada. Esperaba que dado el descomunal tamaño del animal, este no formase parte de una manada y se tratase de un ejemplar aislado, un lobo solitario, pero no sabía que esperar de este lugar.

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09/09/2021, 19:49
Xan Giao

Desde que había dejado de tocar la flauta de pan permaneció en todo momento cercano a Gadea en silencio, sin siquiera importarle si a la joven su presencia le causaba molestia o incomodidad, llegando incluso a agarrarla del brazo con fuerza si en algún momento parecía tropezarse con alguna rama del camino, impidiendo así que cayera de bruces contra el suelo.

Si algo conservaba de antaño era ese deseo de proteger lo frágil, y consideraba que la inocencia y pureza eran dos tesoros tan fácil de romper que debía conservarse con extremo mimo, además de que en esa aura de tranquilidad reconocía poder respirar un poco de calma tras ahogarse entre tanta tormenta, una que él había avivado con su melodía y las aves repetían a modo de eterno recordatorio.

Al escuchar una voz a su lado giró levemente el rostro aunque no alzó la mirada, una muestra de que escucharía lo que tenía decir pero estaba más atento a vigilar los alrededores, pendiente de si salía alguna criatura tras la maleza o los árboles. Algo que podía ser tan sencillo como una presentación cordial, el decir las pocas palabras que comprendían su nombre, para él suponía un esfuerzo que desgastaría parte de su convicción, dándole como respuesta el silencio.

Por suerte para él no había demasiado tiempo para hablar, viendo gracias a los avisos las huellas humanas que se internaban en la espesura del bosque. Aparte del camino que había seguido el dueño de esas huellas buscó algún rastro de sangre, teniendo por seguro que el niño ya estaría muerto, encontrando pequeños pedazos de sus restos en las mandíbulas de las criaturas que moraban el bosque. Y parecía que esas criaturas ahora buscaban un postre, escuchando un ruido que puso en alerta a todo el grupo.

De manera instintiva dio un único paso al frente para situarse frente a Gadea mientras su zurda sacaba con cierta elegancia una de sus katanas, “Marido”, deslizándola con suavidad por la funda oscura con un loto decorado, y haciendo un pequeño giro con su muñeca para producir un corte bajo en el aire, queriendo calibrar más bien el peso perfecto de su arma. Su diestra descansaba sobre su segunda katana, “Mujer”, todavía envainada en su respectiva funda aunque con una parte del filo asomada, queriendo tenerla lista para usar.

Como el resto, no tardó en localizar la criatura, o más bien parecía que ella les encontró. No esperaba esas dimensiones, sobre todo teniendo en cuenta el tamaño de su iris, palideciendo durante unos segundos en un terror natural que le hizo esperar, pero no retroceder ni apartar siquiera la mirada.

Xan quería ver a la muerte directamente a los ojos y combatir contra ella aunque fuera en un mudo duelo que podía entenderse perfectamente como una provocación, no cediendo siquiera en pestañear. En realidad estaba deseando tirarse con ambas katanas y rajar su cuello, pero dudaba que un lobo estuviera alejado de su manada demasiado tiempo, pudiendo esconderse por los alrededores.

Atrás.- Les indicó en voz baja, todavía estático en la misma posición, esperando la mínima señal para atacar.

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09/09/2021, 22:21
Gadea Yseult

Gadea durante el camino fue observando cada rincón y permitiéndose el lujo de vez en cuando de quedarse embelesada admirando la belleza del paisaje y todas las especies que allí habitaban gracias a las condiciones de humedad que se habían generado en aquel bosque. Era impresionante. Notó que el hombre misterioso iba a su lado en silencio y que incluso la había sujetado en algún tropiezo. No la incomodaba y en parte se sentía protegida He venido aquí con el objetivo de que tanto Sarenrae como yo los proteja a ellos y si está escrito en mi destino morir, habrá valido la pena, por ellos. Tenía claro que su vida estaba para ayudar a los demás.

El grupo se topó con una serie de huellas que según Turmil eran de un niño. Comenzó a mirar más atentamente por los alrededores, buscando al posible crío. Sin embargo, lo que acabó encontrando fue un lobo de gran tamaño. El grupo se puso en guardia. Gadea respiró profundamente para mantener la calma y miraba con atención a la criatura - Turmil tiene razón, está yendo para atrás... - dijo susurrando. El hombre de las katanas se puso delante de ella preparado con sus armas para atacar si fuera necesario. La mano de Gadea se cerró en un puño suavemente. Fue levantando su brazo lentamente y antes de colocarlo en el hombre, dudó. Finalmente, tocó su hombro suavemente, como si de una caricia se tratase - Tranquilo... no nos hará nada - lo miró con cierta preocupación y luego guardó silencio, esperando respuesta por parte de su compañero. 

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10/09/2021, 16:59
Narrador

Durante varios segundos observaron como la bestia retrocedió sin apartar su mirada de ellos. Finalmente, cuando se había alejado varios metros, el lobo abandonó el lugar corriendo con gran rapidez. Los héroes allí reunidos, solo respiraron tranquilos, cuando el sonido de las pisadas del animal dejaron de oírse. 

Elessäl se encargó de guiar al grupo, siguiendo el tortuoso rastro de huellas que serpenteaba como una culebra a lo largo del bosque, mientras que Turmil oteaba su alrededor con el arco preparado. Más adelante la zona estaba cubierta por hermosas amapolas tan altas y gruesas como un fornido humano. En aquella zona de la espesura, el ambiente se tornó húmedo y pesado, provocando que los héroes tuvieran ciertas dificultades a la hora de respirar. 

Instantes después escucharon un fuerte aleteo que se aproximaba con cierta velocidad. De manera instintiva se agacharon, justo a tiempo, para ver como una mariposa de proporciones colosales volaba por encima de sus cabezas. El insecto se posó sobre una de las flores y extendió una especie de trompa, para así alimentarse del dulce néctar que ofrecía. 

La respiración de los aventureros comenzó a ralentizarse y sus párpados comenzaron a pesar. Inútilmente sacudieron sus cabezas, tratando de mantener el sueño a raya. ¿Qué estaba ocurriendo? 

Notas de juego

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10/09/2021, 19:20
Xan Giao

Si algo no esperaba Xan era algún breve contacto que había tenido con él Gadea, tensando sus músculos bajo los dedos de la muchacha y cortando aquél duelo de miradas que estaba teniendo con la gran criatura de inmediato. Creía haber escuchado la propia voz de Yan Yan en los labios de la sacerdotisa o el perfume de su cabello, teniendo que girarse para comprobar por sí mismo que no se trataba de una aparición fantasmal.

Miró durante unos largos segundos a Gadea con una evidente confusión, analizando cada uno de sus rasgos. No tenía los ojos tan rasgados y los de la sacerdotisas eran claros como el agua, además de que su cabello tenía un brillo dorado con el sol… no, no era su esposa. Sólo había sido una jugarreta de su subconsciente.

Tragó saliva antes de reincorporarse frente al grupo buscando de nuevo esa fortaleza pero, por desgracia, la bestia no parecía querer pelear, sino más bien terminar de retirarse con precaución antes de desaparecer por el bosque. Aunque dejara de escuchar los ruidos de las ramas romperse bajo sus patas o el movimiento de las malezas, esperó lo suficiente antes de bajar el arma aunque quisiera mantenerla todavía en la mano, siguiendo después la estela de Elessäl, quien parecía saber el camino.

A medida que avanzaba comprobó que sus enemigos no eran solo las bestias que allí se escondían, sino el propio bosque. Cada vez era más difícil tragar un poco de aire puro, notando que su paso se había reducido un poco para guardar las energías en caso de batalla. En todo caso la humedad se hacía evidente en su propio cuerpo, dejando algunas gotas de sudor perlado caer por su frente y pegando algunos mechones de cabello en su piel, teniendo que retirarlos para que no les molestara en demasía.

Estuvo pendiente del resto de grupo, sobre todo de Gadea para saber si necesitaba descansar o buscar una zona más tranquila. Incluso iba a preguntarle su estado antes de escuchar el aleteo, siendo evidente que algo se acercaba a su posición.

Sin saber si la sacerdotisa sería lo suficientemente rápida, apoyó su mano en el hombro de la chica para obligarla a agacharse, imitando él también el movimiento. Alzó la mirada para ver otra vez un animal de grandes dimensiones, esta vez una especie de mariposa que dudaba bastante que fuera inofensiva, no teniendo en cuenta lo que debía ocultarse a medida que se internaran.

Xan comprobó que instantes después su cuerpo se tornaba más pesado y sus párpados luchaban por permanecer alzados. Esporas. Aquello no había sido casual, mucho menos cuando un rápido vistazo le hizo ver que sus compañeros parecían tener los mismos síntomas, ¿acaso al volar sobre ellos les había dejado esporas soporíferas? No podían dormir. No ahí y no ahora.

Necesitaba reactivar de nuevo la circulación de su cuerpo lo suficiente como para eliminar todo tipo de toxina que hubiera podido inhalar de manera inconsciente, queriendo aguantar despierto lo suficiente para proteger al resto en caso de que cayeran. Rápidamente, antes de que sus extremidades estuvieran adormiladas y aprovechando que todavía llevaba su katana “Marido” desenvainada, llevó la mano libre al filo de la hoja y apretó para producirse un corte no demasiado profundo pero que dejara hilos de sangre descendiendo por su palma y cayeran en pequeñas gotas sobre la tierra.

Esperaba que eso fuera suficiente para mantenerse despierto.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Me faltaría la tirada de "Ciencia" pero como puse en el off no tengo nada puesto en esa habilidad y desconozco qué cantidad tendría que poner así que, ante la duda, prefiero no tirar nada.

Si resulta que sí tengo que tirar edito sin problema.

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11/09/2021, 01:47
Gadea Yseult

Bajo sus dedos notó como aquel hombre que se encontraba en guardia se tensaba, se giraba y la miraba algo confundido. La mirada de Gadea pasó de la cara de él a su mano, así un par de veces y la quitó lentamente. Luego, volvió a mirarlo a los ojos, quiso decirle algo, disculparse tal vez por aquel atrevimiento, pero lo único que le salió fue una pequeña y tímida sonrisa. Silencio. Procura que tus palabras sean mejor que el silencio pensó.

El grupo continuó andando cuando aquel lobo se fue y siguieron las indicaciones de Elessäl, sin bajar la guardia en ningún momento. El bosque se iba haciendo cada vez más denso y el ambiente más húmedo y pesado. Gadea en ocasiones tomaba bocanadas de aire más profundas para poder respirar algo mejor y con un pañuelo de tela, se quitaba las gotas de sudor de la frente. No estaba acostumbrada a aquel ambiente.

De pronto un aleteo la puso alerta y antes de reaccionar, el oriental la agachó - Gracias... - era una mariposa de grandes dimensiones que comenzó a alimentarse en una de las flores. Gadea comenzó a sentirse cada vez más pesada y con sueño. Sacudía la cabeza, pero no era capaz de apartar aquel cansancio. Miraba a sus compañeros y vio que estaban igual que ella. Vio que el hombre que estaba a su lado, volvía a sacar una de sus katanas y se hizo un corte en la palma de su mano, aunque con la somnolencia no se dio cuenta cuán profundo era el corte - No... te adormecerás más si pierdes mucha sangre...

- Tiradas (4)
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11/09/2021, 11:46
Turmil

Tras unos momentos de gran tensión, hasta que el enorme lobo no se alejo y quedo claro que no había más en las proximidades. Continuaron el avance hacia el corazón del bosque, viendo cada vez ejemplares de mayor tamaño, no solo los enormes árboles, también las flores tenían un tamaño descomunal. De repente escucharon un batir de alas, y justo se agacharon cuando una mariposa gigante pasó sobre sus cabezas y se dirigió a alimentarse de las enormes flores. 

La humedad era muy elevada y también la temperatura, esto les ocasionaba dificultades para respirar, y por momentos parecía como si iría a sucumbir a un adormecimiento que se le iba apoderando de todo el cuerpo.-¡Cuidado compañeros! Hay algo en este lugar que provoca el sueño, y si nos quedamos aquí dormidos, es posible que no volvamos a despertar. Usad un pañuelo para no respirar lo que sea que este provocándonos este sopor y salgamos de aquí.-Cogió su pañuelo y trato de usarlo para filtrar el aire que respiraba, y busco el mejor camino, para salir de aquel lugar, a otro donde fuese más fácil poder respirar.  

- Tiradas (3)
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11/09/2021, 12:57
Elessäl

¿Qué poder depara en este bosque?

El mago caminaba con sigilo. Aquellas primeras visiones, a pesar de no tener un peligro aparente, no dejaban de ser avisos de donde se estaban adentrando. El bosque seguía siendo precioso, raro en algunos momentos, pero al fin y al cabo seguía siendo el Bosque Cantor.

Elessäl no dejaba de seguir huellas por el camino. El terreno, blando, facilitaba el trabajo. El mago había seguido huellas y rastros desde su adolescencia en su trabajo de guardabosques y esto era algo casi rutinario para él. A pesar de que el camino de las huellas no facilitaba el rastreo, no lo perdieron de vista.

Pero parecía que aquel lugar comenzaba a decirles algo. A lo lejos comenzaron a verse siluetas, que ondeaban con la poca corriente que el bosque tenía. El ambiente se hizo denso, como si una nieblina abrazar a los aventureros. Sabía que lo que aquí ocurría no era normal.

El elfo alzó la mano levemente para detenerlos. 

- No cerréis los ojos, será vuestro fin - susurró serio mientras avanzaba muy lentamente observando lo que les rodeaba -. Creo que podremos seguir por allí - dijo señalando un camino -. Evitemos a las criaturas mientras podamos, ya habrá momento de hostilidades cuando ellas lo decidan.

- Tiradas (3)
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13/09/2021, 14:20
Narrador

A pesar de que sus pensamientos comenzaron a fluir como la miel en un día de invierno, fueron capaces de comprender con rapidez lo que estaba ocurriendo, así como sus implicaciones. Si no se alejaban de aquella zona en la mayor brevedad posible, pronto sus inspiraciones serían más lentas y superficiales, hasta conducirlos de manera irremediable a la muerte. 

Con pasos lentos y torpes caminaron por el sendero señalado por Elessäl, mientras Gadea conjuraba una suave brisa que les protegía de lo que les dañaba. Tanto la humana como el semielfo, sospechaban que aquello era obra de las amapolas y no de la mariposa. El opio, sustancia característica por sus efectos soporíferos y relajantes, era extraído de las cabezas inmaduras de estas plantas, y no del polen, como parecía estar sucediendo. Sin duda el Bosque Cantor había conseguido transformar algo inocuo en algo extremadamente peligroso. 

Para infortunio del grupo, no existía ningún remedio natural para combatir los efectos negativos de las adormideras. Sólo podían esperar a que sus cuerpos purgaran de manera natural aquella dañina sustancia. Decididos a seguir el rastro, bordearon los lugares donde apreciaban los inconfundibles pétalos de amapola; sin embargo llegó un momento en el que se alejaron demasiado como para seguir el rastro de manera fiable. No obstante, la habilidad de Turmil para orientarse en entornos naturales, unido a una pizca de suerte, permitió a los aventureros encontrar el rastro más adelante. 

Durante el trayecto, Xan, escrutinó entre las espesas copas de los árboles, así como en la maleza y tras los gruesos troncos de la arboleda. Ninguna bestia acechaba agazapada en la maleza, pero el adusto espadachín sabía que minutos antes, el lugar había estado ocupado por varios caninos de gran tamaño. El rastro de estas criaturas, se alejaba de manera perpendicular del sendero, cruzado por el infante tiempo antes. ¿Acaso los animales temían al niño? ¿su destino? ¿o puede que les estuviesen dejando pasar?

Con aquellas incógnitas rondando por los pasillos de su mente, siguieron las huellas hasta encontrar un precipicio. En sus paredes, sobre un lago de aguas cristalinas, podían encontrar diferentes edificios entretejidos entre las gruesas raíces de los árboles cercanos. El descenso hasta el final del despeñadero oscilaba entre los treinta y cuarenta metros. 

Con cierta reticencia observaron el abismo, sin saber muy bien si debían bajar o retroceder, pues las huellas encontraban su final en aquel risco. Sin embargo, en aquel momento, cada uno de los presentes divisó una pequeña figura observándose desde una de las gruesas raíces que acariciaban el agua. Durante unos instantes les observó, tras lo cual giró sobre sí mismo y comenzó a caminar.

- Tiradas (3)

Notas de juego

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14/09/2021, 00:04
Gadea Yseult

Se mantuvo despierta. Mientras Elessäl guiaba al grupo, la sacerdotisa oraba y pedía ayuda a su diosa - Oh Sarenrae, escucha mi súplica. Te pido que nos ayudes a combatir este mal que nos está acechando, por las vidas inocentes actuales y por las venideras... - iba murmurando. Mientras seguía rezando, abrió su mano derecha de golpe. Este gesto hizo que desde el grupo, saliera un golpe de aire no muy fuerte. Luego, comenzó a hacer círculos con la mano lentamente. Ese aire se convirtió en una brisa que envolvía al grupo haciendo un remolino, protegiéndolos de la sustancia soporífera que hubiese alrededor. 

Gadea seguía conjurando y llegaron al borde de un precipicio, donde las huellas acababan. Observó el lugar - ¿Pueden ser unas ruinas? - siguió mirando. A lo lejos pudo distinguir una figura - Allí hay alguien - y señaló con la mano que tenía libre. Su mano derecha seguía haciendo suaves círculos. Comenzó a mirar alrededor por si veía algún tipo de acceso para bajar.

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14/09/2021, 00:41
Xan Giao

A pesar de haber intentado permanecer despierto con el corte, tardó en comprender que el problema estaba en esa zona en específico y no en el propio aire que les rodeaba, dejando aquél movimiento inutilizado. Aun así no pidió curación ni ayuda, queriendo mantener ese leve dolor o escozor en la palma de su mano para no olvidar en ningún momento su objetivo mientras que la sangre caía en pequeñas gotas en el suelo, dejando un cálido rastro.

Desconociendo ese terreno, se aventuró a los pasos de Elessäl sin saber exactamente qué les depararía ahora y, sobre todo, estando pendiente en todo momento de los ruidos que pudieran escuchar por los alrededores. Seguía resultándole sospechoso que nada ni nadie les hubiera atacado, ¿dónde estaban esas temibles bestias que habían acabado con parte de la población y Yan Yan? ¿Acaso se estaban escondiendo de ellos? Apretó el puño para dejar que escapara otro pequeño rastro de sangre al querer regalarles un olor que seguir, una trampa que los condujera directamente hacia él.

Mientras tanto el camino parecía tener sus propias dificultades, llegando a un punto donde el suelo había desaparecido para dejar paso a un abismo tan profundo que daba incluso un poco de vértigo. Oteó el horizonte, en lo que había más allá, centrando su mirada en la extraña figura que parecía invitarlos a avanzar, aunque ni él ni sus compañeros tuvieran la opción de volar y por supuesto un salto de fe no entraba en sus planes.

Miró el resto de camino con la intención de dar un rodeo o buscar una zona segura por la que descender sin peligro, avisando al resto en caso de encontrar algo.

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14/09/2021, 13:00
Elessäl

- Alejémonos de aquí, no sabemos cuanto tiempo podremos aguantar este intento de sopor. Las amapolas parece que nos escuchan... - susurró el elfo mientras afinaba la vista para encontrar el sendero más adecuado.

Elessäl siguió su instinto entre los caminos y malezas. A pesar de la confusión momentánea producido por aquellas desproporcionadas flores, los aventureros seguían manteniendo el rumbo correctamente. Guiarse por el sol no era fiable, aquel bosque encantado estaba lleno de ilusiones. Guiarse por el instinto, como la elección que siempre había escogido el mago, no era de recibo yendo acompañado. Así que con las indicaciones de Turmil, pudieron seguir el rastro que les permitió avanzar.

- Maese cazador - comentó -, no sabemos todavía lo que estamos buscando ni a qué nos enfrentamos. Cualquier paso en falso puede ser fatal, pues nos encontramos en una jaula. Debemos elegir bien el camino y estar preparado para cualquier imprevisto.

Después, se giró hacia la sacerdotisa.

- Gracias, dama Gadea, los peligros son menos peligros con sus poderes rodeándonos. Mantenga los ojos bien abiertos.

Miró al hombre de la katana y asintió. 

El camino se fue haciendo ante ellos durante un tiempo que no supieron calcular. Ramas, barro, cruces inesperados... todo lo que esperaban se hizo bajo sus pies no facilitando mucho la tarea a los aventureros. Pero, al poco tiempo, el hombre de la katana advirtió de un peligro. Un peligro que vino acompañado de una figura a lo lejos y un paisaje.

- No os fieis de la belleza de este lugar - susurró el mago adelantándose a los demás y observando el lugar -. Ni la cosa más bella está libre de Mal. Debemos de vigilar aquella figura, sin duda está haciendo que lo sigamos. El bosque lo ayuda o lo respeta, cualquier cosa de las dos nos perjudica en el caso de que sea nuestro enemigo...

El mago se asomó al acantilado. No era lo suficientemente alto para que lo impresionara. 

- Quizás haya otro camino que desde las alturas no se vea. 

- Tiradas (2)
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14/09/2021, 14:00
Turmil

El mayor tamaño de todo les había estado a punto de causar un grave problema, incluso podría haberles ocasionado la muerte, aquellas amapolas, habían estado a punto de hacerles quedar dormidos y paralizados. Pero lograron abandonar el lugar y seguir las huellas de aquel "niño". Estaba claro que aquello no era nada normal, los animales evitaban al "niño" y el bosque al parecer, no suponía una amenaza para el. ¿Qué era aquello que estaban siguiendo?

De repente llegaron al borde de un precipicio, y en el fondo pudieron ver una figura que estaba mirando hacia ellos, y que al momento, se giró y continuó su camino. Turmil uso su aguda vista para tratar de ver si aquella figura era la de un niño, o si había algo mas en ella.

Y contesto al mago:-Si Elessäl, hemos de actuar con prudencia, este bosque puede resultar más peligroso de lo que parece. Y no se si esto a lo que estamos siguiendo es tan solo un niño, o se trata de algo más.-

A continuación trata de evaluar como de difícil sería el descenso, y si podrían encontrar alguna ruta o camino, por el que resultase más fácil descender.-Antes de dar un rodeo, miremos si hay algún sendero o ruta, por el que pueda resultar más fácil el descenso. Ya que un rodeo, podría alejarnos demasiado y poner demasiado tiempo y distancia con ese "niño". Aunque tengo la sensación de que nos esta guiando a algún sitio, y no se si eso será bueno o malo.-

- Tiradas (1)
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14/09/2021, 17:50
Narrador

Rodear el desfiladero, aunque menos peligroso, era sin duda una mala idea. Si lo hacían, no solo les alcanzaría la noche cuando llegaran a las ruinas de allí abajo, sino que además el rastro se habría borrado parcialmente. De modo que el grupo realizó un barrido visual a la escarpada pared, encontrando tiempo después una gruesas enredaderas que lo abrazaban de arriba abajo. 

Elessäl observó con nostalgia las trepadoras, las cuales habían sido entretejidas con gran esmero por sus primos lejanos, los elfos silvanos, tiempo atrás. Sin embargo, tras unos instantes de observación, su mirada dejó atrás la añoranza y dio paso a la curiosidad. Aquel manto de vegetación que cubría el lateral del precipicio, vibraba en armonía con la quintaesencia del ambiente. Si las historias eran ciertas, estas enredaderas podrían ayudarles a descender con el sonido de una hermosa tonada. 

En aquel momento Turmil sintió un ligero temblor bajo sus pies. De manera automática se acuclilló y colocó su oreja en el terreno, tras lo cual cerró sus ojos y escuchó. Después de unos segundos, se levantó con gran rapidez y saltó hacia un lado, tirando a sus compañeros en el proceso. En aquel momento, el suelo se fracturo, lanzando a su alrededor una lluvia de piedras y arena. 

A pesar de la cortina de polvo que cubría la zona, los aventureros percibieron la silueta de una criatura alargada y de grandes dimensiones. Su cuerpo estaba cubierto por unas gruesas escamas, mientras que sus dientes se mostraban ponzoñosos y afilados. En aquella ocasión, el bosque no parecía querer retroceder. Finalmente, Xan podría cumplir su su ansiado y oscuro deseo: Matar a las bestias del Bosque Cantor.

Notas de juego

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15/09/2021, 13:17
Narrador

Los primeros en reaccionar fueron Xan y Turmil. El primero desenvainó con una velocidad pasmosa sus dos katanas y golpeó con fuerza el cuerpo de la bestia. Por el contrario, el semielfo retrocedió un par de pasos mientras preparaba su arco y disparaba. Los ataques de ambos combatientes golpearon de manera inofensiva las gruesas escamas del enorme gusano.

Mientras tanto, la devota de Sarenrae, convocó unas luces de gran hermosura que distrajeron a su enemigo, justo en el preciso instante que se abalanzaba sobre Elessäl. Gracias a eso y los reflejos del mago, este logró salir ileso; sin embargo la tierra bajo sus pies se quebró bajo la fuerza del impacto. Aprovechando que la criatura perdió unos valiosos segundos destrozando el suelo, Elessäl conjuró unas llamas que lamieron de manera inofensiva el cuerpo de su oponente. 

A pesar de ello el elfo no se dio por vencido, tan solo comprendió que debía aguardar al momento propicio, pero su enemigo no parecía dispuesto a darle tal oportunidad. Con brusquedad se incoporó todo lo largo que era, llegando a medir casi veinte metros de altura. Tras alzarse, examino al mago con fiereza, mientras dos nuevas saetas, disparadas por Turmil, golpeaban su rostro. Aunque las flechas no lo atravesaron, le hicieron cerrar los ojos durante unos instantes, momento en el que Gadea conjuró unas copias idénticas a la de los presentes. Justo en aquel momento, Xan, y junto a él su copia, comenzarón a gritar tratando de llamar la atención del gusano, cosa que hicieron. Este bramó con gran fuerza y se abalanzo sobre la imagen especular del adusto espadachín, momento en el cual Elessäl proyectó sus llamas en la parte desprotegida de su oponente, la boca y garganta. 

Herido y superado en numero, la antinatural bestia, aulló de dolor, mientras se replegaba por el agujero en el que había llegado. Todos escucharon como las piedras bajo sus pies se quebraban y el suelo temblaba en respuesta durante varios segundos. Tiempo después, cuando dejaron de sentir la presencia de aquel ser, la joven sacerdotisa disipo las ilusiones creadas y examinó a sus compañeros. Ninguno había sufrido daños. Habían obtenido una derrota aplastante, pero ¿sería siempre así?

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15/09/2021, 18:16
Turmil

Turmil estaba en tensión y eso le había quedado muy claro, al analizar sus acciones tras el combate. La criatura era enorme, vale, pero ponerse a disparar contra unas escamas de tanto grosor era poco menos que una tontería. Debería haber estudiado la criatura y buscar un punto débil, pero no lo había hecho y por ello había sido de poca ayuda. Tan solo una pequeña molestia al impactar en los ojos de enorme animal, nada mas. Pero al menos, el resto habían sido mucho más eficientes y la criatura se había retirado al interior de su túnel, al menos de momento.

Había llegado el momento de descender y para ello, encontrar el mejor lugar por donde hacerlo.-Mejor que nos movamos, no sabemos si volverá dentro de un rato, y además el "niño" se puede alejar demasiado. Voy a tratar de buscar el mejor lugar para descender.-Le pareció ver una buena ruta, e inició el descenso hacia las ruinas, a ver si en eso podía ser de utilidad al grupo. Encontrando un buen lugar para descender y bajando el primero. Tras comenzar el descenso con mal pie, se repone y baja sin mayores dificultades, indicando a sus compañeros por donde bajar.

- Tiradas (3)
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15/09/2021, 20:04
Xan Giao

Habían luchado pero no vencido, no cuando aquél insecto de gran tamaño reptaba huyendo de ellos. Eso no era una victoria, sino una pérdida de tiempo que más tarde les rebotaría en la cara a ellos u otros insensatos que se hubieran adentrado en el bosque siguiendo las palabras del Barón.

Xan permaneció unos minutos todavía estático en la misma postura, un poco alejado de sus compañeros para captar la atención del gusano, blandiendo ambas armas con los hombros tensos y una pierna un poco atrasada por si debía hacer un movimiento rápido para esquivar. Esperó por si captaba más ruido, más movimiento, delimitando de alguna manera como al resto que ya no habría peligro, al menos por ahora.

Decepcionado por no haber podido siquiera manchar sus filos de sangre, redujo la tensión de su cuerpo y guardó con elegancia ambas katanas en sus respectivas fundas antes de echar un rápido vistazo a sus compañeros, comprobando por segunda vez que no había más herida que su propio orgullo.

Se quedó un rato observando a Turmil, sobre todo su intento de descender por el escarpado precipicio y con la evidente curiosidad de saber si sus pies traicionarían el vértigo para caer al abismo. Después se giró al resto para mirarlos, deteniéndose por último en el agujero que esa cosa había creado para huir.

Cubriré la retaguardia.- Desconocía si el resto iba a probar a bajar por ese lado, pero en caso de hacerlo alguien debía vigilar que los que estaban todavía arriba no fueran emboscados, adquiriendo él ese papel.

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15/09/2021, 20:06
Elessäl

El suelo comenzó a vibrar.

¿Qué ocurre?

Elessäl abortó la misión de descender por aquellas trepadoras cuando de repente fueron embestidos por aquella criatura terrestre. La mole tenía un caparazón que dejaba claro que no sería nada fácil herirle. Con un ágil movimiento, el elfo recuperó el equilibrio y observó a sus compañeros.

- ¿Estáis bien? - les gritó entre los fuertes sonido de la tierra resquebrajándose. 

Todo sucedió muy rápido. Los primeros ataques fueron fallidos, ataques de tanteo que permitían conocer la dureza de aquella criatura gigante. Y como se temió el mago, poco podrían hacerle si no atacaban en un punto débil, pues su duro caparazón repelía todos los ataques de los aventureros: las flechas de Turmil, las katanas de aquel hombre, incluso el primer ataque del mago.. Pero había algo a lo que no se resistía: las ilusiones. La dama Gadea había dado con algo muy importante, debilitar a la bestia para que mostrara sus flaquezas.

- ¡Encontrad su punto débil, no podemos atacarle sin más! - advirtió el mago.

Elessäl dibujó unos círculos en el aire que pronto se convirtieron en halos de fuego. Bajo su túnica, se pudieron observar distintos en sus muñecas, las cuales pertenecían a los distintos elementos: fuego, aire, agua y tierra. Unos susurros en élfico se escaparon entre sus labios, cuando de repente sus pies se levantaron levemente del suelo. Los círculos se fueron haciendo más violentos y el fuego más feroz. Los ojos del mago se tornaron en llamaradas y por un segundo su aspecto fue más violento, más aterrador.

El gusano gigante seguía luchando por sobrevivir y sobre todo por intentar quitar la vida a uno de los aventureros, pero la dama Gadea había sacado de sus cabales a aquel monstruo creando distintas ilusiones de los aventureros. 

- Ahora... - susurró el mago con una voz más grave, más dura.

El hombre de las katanas llamó su atención con un feroz ataque, lo que aprovechó Elessäl para dar donde más podía dañar al enemigo: la boca. La gran apertura, amplia en su esplendor por los aullidos de dolor eran el blanco perfecto. El mago cesó los círculos abrasadores y  alzó hacia delante la palma de la mano. Miró un segundo al suelo y cuando levantó la vista, una explosión de fuego calló sobre el monstruo de la tierra. Sus cabellos y sus ropas se vieron impulsados hacia atrás por la potencia del hechizo, que hizo que aquella criatura volviera a sus orígenes.

Cuando todo pasó, el mago se acercó rápidamente a sus compañeros.

- ¿Estáis heridos? - dijo preocupándose -. No es buena idea quedarnos aquí más tiempo del debido. Yo te sigo, Turmil.