Partida Rol por web

El eco del Diablo

Los Olvidados

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05/05/2016, 22:31
Director

CABECERA

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16/05/2016, 09:50
Director

Su hermano Zac se ocupó de que la estancia en casa fuera tranquila, restringiendo las visitas y racionando la información. Fueron unos días lluviosos y un tanto melancólicos. Nadie hablaba de Adrien, era como si los hubiera abandonado a todos.

La primera noche soñó que estaba caminando entre una multitud. Tenía miedo de encontrarse con el hombre oscuro y entraba en un restaurante donde Eugene le esperaba para cenar, como si tuvieran una cita. Cuando se sentó frente al joven éste estaba comiendo un corazón humano negro, como si se sirviera bañado en tinta de calamar. Cortando con su cuchillo y pinchando con su tenedor, le dijo a Sophie:

-Sólo si consigues que tu corazón sea tan ligero que pese menos que una pluma de avestruz podrás evitar que acabe en mi plato.

Luego, tras excusarse espantada, ella salía del local para echar a correr de nuevo entre la multitud. Pero ahora todos tenían puesta una careta de Eugene. Tenía mucho miedo de llevar ella también una de esas máscaras puesta.

 

Durante esos días fueron desapareciendo cosas. Algunas de valor, como el anillo de plata de la abuela y el teléfono último modelo de Emmanuelle, la novia de Antoine, y otras sin ninguna importancia, como parte de la cubertería del Ikea, y una reproducción en miniatura de un Óscar de Hollywood que los hermanos habían regalado a su madre cuando Sophie era una niña. El misterio no se resolvió, aunque pillaron a la pequeña Jaqueline abriendo los cajones de sus abuelos.

Sophie fue preguntando por alguna granja y como imaginaba encontró, por mediación de una amiga de su madre, un granero solitario con una pequeña casa, prácticamente abandonada, que por un precio simbólico podía servir de escondrijo. Esta búsqueda tuvo que influir de alguna manera con el sueño de la última noche antes de reencontrarse con sus amigos. Sueño que como el del primer día, recordó con pleno detalle. Como si hubiera ocurrido en la vida real.

Caminaba por la granja abandonada, entre charcos y verjas derruidas. Trataba de averiguar si el lugar era seguro contra la intrusión del hombre oscuro, pero como pensaba en él, sentía que lo estaba invocando y para escaparse de ese pensamiento buscó con la mirada algo llamativo encontrando un avestruz cuyo hallazgo supuso un alivio, pues el hombre oscuro, en presencia de un bicho tan rocambolesco como ese, había perdido todo su carisma y ya no podía influir.

El avestruz estaba equipada con una silla de montar bordada en oro y plata y en el sueño Sophie subía sin temor, espoleando al animal que corrió a toda velocidad recorriendo la carretera del accidente y llegando a París en un tiempo récord. Su viaje terminó en un edificio de ladrillo rojo y piedra, en el cruce entre la calle Roquette y Charles Dallery. Era una finca de vecinos parisina típica, con una tienda de discos en el bajo y vistas a un parque.

El patio estaba abierto y entró con el avestruz en la portería, donde un hombre medio calvo de unos sesenta años fumaba un cigarro. En la pared había un póster hoscamente dibujado de mujeres desnudas, a lo Matisse, y un cartel de “SE ALQUILA. Razón aquí” con un teléfono que Sophie recordaba al despertar.

Una simple búsqueda de Internet bastó para ver que el sitio existía y era tal cual en el sueño.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Tirada por Sophie para narrar lo ocurrido estos días. Para no soñar con el hombre oscuro tirará Introspección más Psiqué dificultad 9 para esquivarlo, 11 para evitarlo. Como en su tirada ha sacado un 17 incluyo más cosas.
 

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16/05/2016, 13:34
Director

Mats consiguió un ordenador portátil sin límite de presupuesto. El jefe se mostró generoso con el dinero del premio pero recordó el compromiso de acudir a la gala.

Esa misma noche pudo levantar las defensas y comenzar el ataque prácticamente donde lo había dejado. Incluso eliminó todo rastro de su ataque anterior.

Jérôme le dió la noticia a Montillet y tras unos días de espera consiguió una entrevista con el hombre que le había intentado matar y una palabra clave -Nadir- con la que el preso, que se llamaba Julius Bacrotel y se había ganado el apodo del Asceta reconoció a Mats como amigo y pudo hablar sin censuras.

Organizó la entrevista su compañera Vanessa haciéndolo pasar por abogado de una ONG que socorría a los presos. En una sala diáfana con una mesa, teóricamente sin vigilancia, el Asceta charló amigablemente. Era un hombre delgado y alto que se había dejado la barba muy larga, que junto a unas ojeras prominentes le daban un aire de extraño místico. Hablaba muy despacio y tenía la voz muy fina.

Contó que se había entrenado para dormir poco y que poco a poco, en sus sueños, había ido recabando imágenes de sucesos que no tenía claro si eran invenciones de su subconsciente o vivencias reales durante posesiones. Oída la palabra clave, habló sin que Mats tuviera que sonsacárselo, casi como si necesitara quitarse un peso de encima. Relató con todo lujo de detalles escenas extrañas, como despertarse junto a Vendela, negra como de azabache, desnudos los dos, tapados por una piel de lobo. Confuso y sumiso él, rabiosa ella. Quizá incluso le mordió. "Recordaba" también haber bailado con la ropa hecha harapos junto a lobos a dos patas, mientras los gritos de varios bebés rompían el silencio del bosque. Le contó que incluso en la vigilia Vendela ocupaba gran parte de sus pensamientos y le relató un almuerzo de ésta con una chica joven de pelo blanco en el que les sirvió unas perdices que tenían reservadas exclusivamente para cuando ella las pidiera. Para él, el intento de asesinato del señor Montillet fue lo que le hizo despertar de un sueño que había durado, de una forma u otra, meses.

Tras varias horas hablando se despidieron, no sin que el Asceta pidiera un nuevo encuentro más adelante.

Respecto a la residencia del psiquiatra de Montillet: Hervé Lurçat había desaparecido de la existencia poco después de la entrada en coma de Sophie. Le costó encontrarle porque se había cambiado de nombre y de sexo. Ahora se llamaba Genevieve Gibran -se había registrado con el apellido de la madre- y trabajaba de médico psiquiatra en la clínica mental Phillipe Pinel, un edificio grande y aislado en el bosque cerca de Arras, muy al norte.

En cambio la información sobre los Masaryk era accesible. El joven Eugene no llamaba la atención entre el público pero era un epicentro de la actividad de la clase alta francesa. Su padre había sido embajador de Chequia en Francia y ahora era embajador de Chequia en la Unión Europea, en Bruselas. Su hijo se dedicaba a nada en particular, o al menos Mats no lo encontró. En cambio, desde políticos a grandes empresarios le rendían verdadera pleitesía teniéndolo entre las personas más carismáticas, inteligentes y refinadas de Europa. Vivía entre su gran palacio de estilo neobarroco en Montmartre y un castillo del siglo XVIII, regalo por su cumpleaños de parte de su amigo Antonio María de Bramate, duque de Lamboise, uno de los hombres en la sombra más ricos e influyentes de Europa. Los datos de Eugene parecían asaltar el ordenador de Mats ofreciendo detalles siempre superfluos, con un patrón complejo pero artificial. Lo que hizo sospechar al hacker que se servía de algún tipo de camuflaje en la red, una forma de cribado y ocultación inteligente de referencias que hasta ahora no sabía ni que pudiera existir.

Y no dejó de ser curioso que encontrar una casa adecuada, discreta y asequible en París fuera tarea imposible.

- Tiradas (5)

Notas de juego

Tiradas por Mats para averiguar el paradero de Hervé Lusart (Razón más Engañar dificultad para él 9), para averiguar cosas sobre Eugene Masavik (Razón más Cultura Popular narración según el resultado), para buscar un buen sitio en París donde esconderse a buen precio (Razón más cultura popular dificultad 13) y para la entrevista con el que intentó apuñalar al señor Montillet (Carisma más Sincersarse narración según el resultado)

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16/05/2016, 20:19
Director

Sobre Hervé no encontró prácticamente nada más que algún artículo incomprensible lleno de términos psicoanalíticos y postestructuralistas. Sobre Vendela, todo tipo de información superflua que la pintaba como un personaje culto que se había ganado su sitio entre intelectuales y empresarios de los medios de comunicación franceses.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Tirada de Razón más engañar para buscar información de Vendela y Hervé. (Se me había olvidado en el post anterior)

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16/05/2016, 20:23
Director

Tuvo que ultimar un par de cosas del trabajo que tenía a medias pero como siempre, su compañera de despacho le cubrió y se aseguró un par de semanas sin tener que asistir a ninguna clase. Jelena era alguien que no le fallaba nunca, conocía el trabajo de Arthür y sabía imitar su estilo de escribir, incluso su voz si se hacía necesario responder por él desde el despacho alguna llamada telefónica.

Indagó en las bibliotecas sobre el simbolismo del ciprés blanco, que resultó ser muy interesante. Encontró diversos textos* sobre unas láminas órfico-dionisiacas que recordaban otros textos sagrados antiguos de caracter escatológico:

Los pasaportes del iniciado: las láminas órfico-dionisiacas

Contamos desde finales del siglo pasado con un corpus creciente de documentos epigráficos fascinantes, las láminas órfico-dionisiacas, que resultan una suerte de «pasaportes» para el iniciado en su viaje al más allá. Se grababan en pequeñas placas de oro, que se situaban en la tumba en la boca o en la mano del difunto, y presentan recomendaciones para el viaje al más allá determinando cómo alcanzar la beatitud tras la muerte. Son itinerarios en verso épico, guías para el viaje de la muerte en forma de encantamientos rimados.

Los encontrados hasta ahora y debidamente publicados son los siguientes, presentados por orden cronológico:

1) (B9) Hiponion: lámina localizada en el museo de Reggio Calabria, aparecida en la tumba 19 de la necrópolis de Hiponion, se enterró sobre el pecho del esqueleto de una mujer (junto a un ajuar formado, entre otros objetos, por tres copas, dos lécitos de barniz negro y un anillo de oro y otro de bronce). Se fecha en torno al 400 a. e., y el texto inscrito es el siguiente:

De Memoria (Mnēmosýnē) he aquí la obra. Cuando esté a punto de morir e ingresar en la bien construida morada de Hades, hay a la derecha una fuente y, cerca de ella, enhiesto, un blanco ciprés. Allí, descendiendo, las almas de los muertos encuentran refrigerio. A esa fuente no te acerques en ningún caso. Más adelante encontrarás el agua fresca que mana del lago de Memoria, y delante están los guardianes que te preguntarán con corazón prudente qué es lo que estás buscando en las tinieblas del funesto Hades. Diles: «Soy hijo de la Tierra y del Cielo estrellado, agonizo de sed y perezco, dadme presto de beber del agua fresca que mana del lago de Memoria», y apiadándose de ti, por voluntad del rey de los ctonios te darán de beber del lago de Memoria y finalmente podrás tomar la frecuentada y sagrada vía por la que avanzan los demás gloriosos mýstai y bákchoi.

2) (B1) Petelia (actual Strongoli, a 22 km. de Crotona): se localiza en la actualidad en Londres (British Museum, 3155), fechable a mediados del siglo IV a. e. y aparecida a comienzos del siglo XIX. Desgraciadamente no contamos con datos del contexto arqueológico de la pieza:

Encontrarás a la izquierda de la morada de Hades una fuente y cerca de ella un blanco y enhiesto ciprés, a esa fuente no te acerques en ningún caso. Encontrarás otra, de la que mana el agua fresca del lago de Memoria, delante de la cual están los guardianes, diles: «Soy hijo de la Tierra y del Cielo estrellado, pero mi estirpe es celeste y esto lo sabéis también vosotros, agonizo de sed y perezco, dadme prestamente del agua fresca que mana del lago de Memoria», y ellos te permitirán beber de la fuente divina y después reinarás junto con los demás héroes [...] este [...] a punto de morir [...] escrito [...] las tinieblas cubriendo todo alrededor [...].

3) (B2) Farsalo (Tesalia): se localiza actualmente en Atenas (Museo Nacional); apareció en el interior de una hidria de bronce con representación (en la parte central, bajo el asa principal) del rapto de Oritia por Bóreas, junto a los restos de un cadáver cremado. La lámina no presenta huellas de haber sido quemada, por lo que se deduce que se incluyó junto al ajuar funerario a última hora. Se fecha en torno al 350-320 a. e.:

Encontrarás a la derecha de la morada de Hades una fuente y cerca de ella un blanco y enhiesto ciprés, a esa fuente no te acerques en ningún caso. Más adelante encontrarás el agua fresca que mana del lago de Memoria delante de la cual están los guardianes que te preguntarán por qué has venido; pero a ellos les dirás exactamente la plena verdad, diles: «Soy hijo de la Tierra y del cielo estrellado, mi nombre es Asterión, estoy muerto de sed, dejadme beber de la fuente».

Pudo estudiar diversos análisis y fotografías de las placas:

Esos días de estudio, las conversaciones con su hermana fueron muy gratificantes. A ella le había impresionado el hecho de haber estado cerca de la muerte, y la figura de Eugene le había asustado, según ella, incluso irracionalmente. Pero Natalie respetaba sus impulsos irracionales y aunque no sabía qué pensar de él, -¿había intentado dejarla inconsciente con ese cigarro y se había arrepentido en el último momento o en cambio le había salvado la vida sacándola de allí?- accedió a marchar a la casa de un amigo en Roma, dejándole a Arthür las llaves de su furgoneta, una Renault Kangoo color yema de huevo que utilizaba para llevar material artístico, desde lienzos a instrumentos musicales. Por supuesto, acordaron no contar ni una palabra a sus padres, que actualizaban el facebook de su empresa de buceo a diario con fotografías de lo más paradisíacas.

En otro orden de cosas, le fue imposible encontrar un sitio medio decente en París donde ocultar a sus amigos y menos todavía que pudieran pagar. Su propio apartamento, que siempre le había parecido caro y pequeño, resultó ser casi una ganga comparado con lo que había por ahí.

- Tiradas (4)

Notas de juego

Hago unas tiradas para narrar: Carisma más Cultura Académica para ver cómo deja las cosas a nivel académico. Carisma más sincerarse para tratar el tema con su hermana. Razón más cultura popular para encontrar un piso asequible y Razón más Cultura Académica para buscar información sobre el simbolismo del ciprés.

Con respecto a esta última, si quieres, tu personaje puede conocer el punto 5 de esta web:

http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/los-cam...

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16/05/2016, 21:14
Director

Una Renault Cangoo conducida por Arthür recogió a Mats cerca del trabajo. Tal y como le había contado Pierre, en una hora y pico si acaso se plantaron en Gambais, el pueblo de Sophie.

Llegaron a eso de las doce del mediodía a su casa, junto al invernadero familiar.

Había sido una semana lluviosa y el agua caía sin llegar a ser tormenta, pero con ímpetu.

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16/05/2016, 22:17
Sophie Taylor
Sólo para el director

Notas de juego

¿En qué estado físico está Sophie? ¿Puede andar con bastón, o sigue necesitando silla de ruedas?

 

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16/05/2016, 23:00
Director

Esos días de descanso la estancia en su pueblo y el empeño de Zac con la ayuda de un estudiante de fisioterpia amigo de su nueva cuñada surtieron efecto.

Para cuando se reunió con sus amigos, el acorchamiento había desaparecido y a veces, durante cortos espacios de tiempo, podía levantarse de la silla y andar con la ayuda de unas muletas.
 

- Tiradas (1)

Notas de juego

Perdón, se me había pasado. Hago una tirada de Fuerza más Soma y narro según el resultado.

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16/05/2016, 23:06
Director

Notas de juego

Un dato que me habéis pedido y se me pasaba: en la tarjeta de Eugene no viene más que su nombre, un teléfono y una dirección de Montmartre.

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16/05/2016, 23:49
Mats Bergstrøm

Notas de juego

Buenas. Una preguntita: ¿se supone que ahora tenemos que situarnos ya en casa de Sophie, o podemos interpretar parte del viaje? Porque, aunque cuando estemos con Sophie se lo voy a repetir todo, imagino que no es descabellado que durante el viaje le cuente a Arthür lo que he descubierto. ¿Cómo ves que lo hagamos?

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17/05/2016, 06:49
Director

Notas de juego

Haced lo que os parezca mejor. Podéis empezar en casa de Sophie, guardar la información para cuando estéis los tres e interpretar el viaje sin contar todavía nada, comentarla en el viaje y luego con Sophie o hacer algún comentario puntual en el coche y luego hablarlo todo los tres... lo que veáis, claro, siempre y cuándo eso se juegue rápido y Kirlyan se pueda incorporar al grupo sin tener que esperar mucho.

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17/05/2016, 09:37
Mats Bergstrøm

Notas de juego

De acuerdo. En ese caso lo que me parece mejor, si Aliosha está de acuerdo, es asumir que durante el viaje hemos estado hablando muy por encima de nuestros respectivos hallazgos, dándonos un pequeño resumen, pero que nos esperamos a darnos toda la info cuando estemos con Sophie. Me pongo con el post.

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17/05/2016, 09:59
Arthür Guitry

Notas de juego

Totalmente de acuerdo, prefiero que la interpretación se centre en cuando ya estamos los tres juntos.

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17/05/2016, 10:37
Mats Bergstrøm

Esta mañana, hace ya más de una hora, Arthür ha ido a buscarme a la oficina de L’Hexagone con una furgoneta Renault Kangoo. No he tardado ni treinta segundos en tragarme el resto del café que quedaba en mi vaso y despedirme de mis compañeros de trabajo, la mayoría de los cuales no tienen ni idea de en qué estoy metido. He entrado en el vehículo de Arthür casi de un salto. La verdad es que estoy preocupado por Sophie, y estoy impaciente por saber cómo está, por ver su entorno y lo protegida que está del enemigo, sea quien sea… Si es que existe alguna manera de protegerse contra individuos capaces de asaltar los sueños y controlar la voluntad.

Durante el viaje a Gambais, Arthür y yo hemos estado compartiendo sucintamente nuestros respectivos avances de estos días. Le he hablado por encima un poco de todo, desde mi inquietante reunión con el camarero que apuñaló a Montillet, digna de una película de espías, hasta las descollantes amistades de nuestro «amigo» Masaryk, pasando por el cambio de identidad y de sexo de Lurçat, el antiguo psiquiatra de Montillet. Aun así, le he pedido paciencia a Arthür, y que me permita esperar a que nos reunamos con Sophie para extenderme en los detalles. De ese modo tendré tiempo para pensar cómo contarlo todo, especialmente las extrañas revelaciones de Bacrotel, el camarero sonámbulo.

Hace alrededor de quince minutos que Arthür y yo hemos caído en el silencio. Mis ojos miran por la ventanilla de la furgoneta, perdiéndose en el exuberante verde de la preciosa zona rural por la que viajamos, mientras mis dedos tamborilean en la tapa de mi portátil cerrado, que descansa sobre mi regazo. Una vez más, mis pensamientos me retrotraen a mi adolescencia, cuando huía de la asfixiante y angustiosa opresión que vivía en mi casa haciendo breves escapadas al bosque del Østmarka, cerca de mi ciudad, Oslo. Cuando estaba allí, era una sensación grata, aunque extraña. Sentía como si me sacara el cerebro de la cabeza y lo sostuviera en el aire, dejando que el viento que soplaba entre los pinos lo lavara, llevándose toda la mierda que había estado acumulando. Me daba la posibilidad de no pensar. Me pregunto cómo fui capaz de aguantar tantos años antes de enfrentarme a mi padre, y al final solo lo hice para después huir con el rabo entre las piernas. Supongo que es porque soy un cobarde. Exactamente igual que en la situación actual. ¿Realmente estoy siendo valiente, o solo actúo por inercia, por mero instinto de conservación?

Vuelvo la cabeza hacia la izquierda para mirar a Arthür, en silencio. Sus ojos están clavados en la carretera, con una expresión de intensa concentración. No, de determinación. Sonrío. Desde luego, este joven sí que es valiente, desde el primer momento. Posee una clase de entereza y de resolución muy difíciles de ver hoy día, y no puedo por menos de sentirme admirado y conmovido.

Mis ojos miran al frente. Ya debemos de estar a punto de llegar a Gambais.

Notas de juego

Cusa, te me has adelantado por minutos... :P ¿Podrías reorganizar los post, please?

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17/05/2016, 10:44
Casa de los Taylor, Gambais.

Gambais es un precioso pueblo, pequeño y verde, con un castillo y casas de piedra rodeadas de campos y bosque. Apenas rondaría los dos mil habitantes.

El coche llegó a casa de Sophie, un lugar amable, como su familia: una bonita casa con algunas de sus paredes cubiertas de hiedra, rodeada por un jardín que bullía de vida.

La lluvia caía y olía a primavera y a campo.

Notas de juego

Hecho. :-)

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17/05/2016, 12:37
Mats Bergstrøm

Aunque nunca había estado en Gambais, me alegra comprobar que el pintoresco y hermoso pueblo es exactamente como anunciaban las fotos que he consultado en internet antes de venir. A pesar de los muchos años que ya llevo viviendo en este país, sus pueblos nunca dejan de sorprenderme. Los franceses son —somos— una gente que, desde hace mucho, nos hemos preocupado por conservar nuestro patrimonio histórico y cultural. Aunque algunos ignorantes podrían tacharnos de chovinistas, el resultado trasluce en pequeñas maravillas como la que estoy contemplando. Creo que muchos harían mejor en dejarse de prejuicios absurdos y aprender un poco de nosotros.

Poco antes de llegar a casa de Sophie, empieza a caer una ligera llovizna que lo hace todo si cabe más agradable, más bucólico. Cuando finalmente nos detenemos frente al sencillo y bonito jardín de la casa, no espero ni un segundo antes de desabrocharme el cinturón y abrir la puerta. Nada más salir del coche de Arthür y estirar un poco las piernas, cierro los ojos e inspiro profundamente el limpio aire campestre, cargado del olor de la hierba mojada. Levanto la cara al cielo y abro ligeramente la boca, permitiendo que el agua, como diminutas agujitas heladas, me revigorice. Mis oídos agradecen el silencio de las despobladas calles, que parece situarme en un tempo distinto, más relajado, distanciado del omnipresente ajetreo, el indiferente, egoísta y superficial ir y venir de la gran urbe. En lugares como este, uno se siente alguien.

Con cierta parsimonia, camino hacia la entrada del jardín y llamo al timbre. Tengo ganas de ver a Sophie y qué se ha hecho en el pelo.

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17/05/2016, 13:15
Arthür Guitry

Arthür estaba impaciente por volver a ver a sus compañeros. Pensó que con el transcurrir de los días lo sucedido aquella mañana en el hospital habría ido desdibujándose y tomando cierto aire de ensoñación, pero no había sido así. La realidad de todo lo ocurrido iba asentándose más y más en su mente, también los recuerdos de sus nuevos amigos y la preocupación por ellos, sobre todo por Sophie que seguía siendo un misterio y de alguna manera el centro de lo que estaba ocurriendo. En cuanto a Natalie, estos días juntos eran algo que estaba necesitando. La había visto centrada, consciente y preocupada y pudieron hablar mucho más que en los últimos meses. El profundo miedo que le producía Eugene, aunque él no le hubiera contado nada de lo ocurrido, le pareció a Arthür algo muy sabio y se alegró de que aceptara su sugerencia para salir por un tiempo de París. Necesitaba cambiar de aires y bueno, está claro que sus amigos de Roma no serían menos «bohemios»; sólo esperara que fueran un poco más inteligentes que la panda de descerebrados con los que se juntaba a veces por aquí. Descerebrados, sí, ya lo había dicho. Necesitaba desahogarse.

En cuanto a Jelena, su compañera en la universidad, tenía que encontrar algún modo de compensarle el favor infinito que le estaba haciendo cubriéndole con las clases. Nunca dejaba de sorprenderle la capacidad de aquella chica para abarcarlo todo pero cuando dijo que hasta podría disfrazarse de él para que nadie se diera cuenta alucinó al ver que incluso era capaz de imitar su voz.

Escuchó las pinceladas de la investigación de Mats con atención y ansiaba poder conocer el resto. Estos días le habían dado tiempo a todo y por lo que parecía había averiguado mucho. Pensó que tendría que conseguir algunos de sus artículos en L'Hexagone porque debían ser de lo más interesante. No puso música en el trayecto porque prefería escuchar a su compañero y disfrutar del silencio de la carretera y el sonido de la lluvia. Todo aquel paisaje esmeralda se veía espectacular con el inicio de la primavera. Tuvo ganas de tener tiempo algún día para sobrevolarlo y deseó que pudiera haber un momento en el futuro en que pudieran hacer ese mismo trayecto habiéndolo dejado todo atrás.

La casa de la familia Taylor era tal cual la había imaginado. Antes de salir de París había comprado unos dulces para todos en una pastelería. Ojalá los señores Taylor ya no recordaran su aparente pérdida de raciocinio frente al doctor Sobol... Cuando Mats llamó al timbre se descubrió nervioso de repente.

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17/05/2016, 15:29
Sophie Taylor

Mats aún no había levantado el dedo del timbre cuando se abrió la puerta, despacito, y apareció Sophie tras ella, en una cómoda silla de ruedas. Llevaba toda la mañana esperando, pegada a la ventana, así que en cuanto vio llegar el coche se lanzó hacia la puerta. En una semana se había vuelto pilota experta de silla de ruedas y era capaz de moverse ya con increíble agilidad con ella. Les sonrió.

-Me alegro de que hayáis llegado bien. ¡Pasad, pasad!

Hacía solo unos días que la habían visto, pero la evolución era evidente. En el hospital, Sophie era, ciertamente, poco más que un cadáver capaz de respirar. Estaba pálida y preocupantemente delgada, con las extremedidades flacas y, para un buen observador, un tanto temblorosas, el pelo lacio y sin brillo. Ahora parecía otra chica.

Los mofletes se le habían rellenado, las cuencas de los ojos ya no eran pozos con dos luces al fondo, sino que lucían dos hermosos ojos marrones con reflejos verdes en los bordes. Había cogido un par de tonos de color de piel y su pelo, que seguía siendo castaño, ahora mostraba unos bonitos bucles que destellaban a la tenue luz del nublado día.

Habían entrado en un recibidor no muy grande, pero que enseguida se mostró acogedor. La casa era antigua, de pueblo, sí, pero mostraba cierto aire fresco, renovado, que de algún modo a Arthür y a Mats les encajó perfectamente con Sophie. Unas escaleras de madera subían al piso de arriba y, a su lado, un pasillo conducía a lo que parecía una salita, a dónde les llevó Sophie. Por el camino vieron una cocina, repleta de madera rústica y una habitación llena de estanterías, donde había una cama sin hacer.

-¡No os preocupéis por los zapatos, no hay alfombras que manchar!

Sophie rodó hasta la salita del fondo. Una chimenea a medio camino entre estufa y chimenea propiamente dicha descansaba en una esquina, apagada. A su alrededor había dos sillones y un pequeño sofá de dos plazas. Una mesa de comedor y las correspondientes sillas alrededor, dos vitrinas que mostraban lo que sin duda era la vajilla y cristalería de la familia Taylor y una estantería hasta arriba de libros completaban el mobiliario. Todos los muebles estaban ligeramente retirados hacia  las paredes, sin duda para facilitar el paso a Sophie. Amplios ventanales daban a la parte trasera del jardín que rodeaba la casa.

-¿Todo bien estos días? Espero que sí. Seguro que mi madre aparece enseguida con algo de comer... -añadió rápidamente, lanzándoles una mirada que claramente quería decir "nada de temas serios todavía".

Notas de juego

Cusa, espero que no haya problema en que me haya lanzado un poco a describir la casa de Sophie, edita con tu poder de máster cualquier cosa que no esté acorde a tus planes e ideas.

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17/05/2016, 17:33
Mats Bergstrøm

Una enorme sonrisa se dibuja en mi cara al ver que es la propia Sophie quien nos abre la puerta. La muchacha de espíritu incansable tiene muchísimo mejor aspecto que la última vez que la vimos, y parece haber adquirido una destreza inaudita con la silla de ruedas.

¡Eh, Sophie, no sabía que fueses tan crack con la silla de ruedas! Seguro que eres el terror del vecindario. Ya verás, ya: en menos de un mes ya estarás andando. ¿Qué digo, andando? ¡Corriendo! —exclamo, esperando de todo corazón estar en lo cierto. Me agacho para saludarla con dos besos. Señalo a Arthür con el dedo pulgar—. Este te ha traído pastelitos. Flores, pasteles… No sé yo qué querrá…

A pesar de mi innegable buen humor por ver la sorprendente evolución de Sophie, en el fondo de mi mente sigue habiendo preocupación ante la situación en la que nos hallamos y los motivos que nos reúnen. Pensativo, sigo a Sophie al interior de su adorable casa. Antes incluso de entrar, me llega un sutil aunque delicioso olor a mantequilla, supongo que procedente de la cocina. El interior es cálido y acogedor, y me siento reconfortado apenas unos segundos después de haber cruzado el umbral. Sophie nos conduce hasta una sala del fondo, desde donde se puede ver el bonito jardín a través de las grandes ventanas, por las que entra una relajante luz grisácea que me recuerda al país donde nací. Una chimenea caldea la sala, aportando lo poco que faltaba para crear un buen ambiente para la conversación.

Oye, me encanta tu casa —asevero, asintiendo, sin sacar las manos de los bolsillos de mi chaqueta vaquera—. Yo de mayor quiero tener una igual. ¿A quién hay que robarle?

Me siento en el sofá y dejo mi portátil en la mesa de centro. Sonrío al oír las últimas palabras de Sophie, dándole a entender que he pillado la indirecta.

Pues muy bien, al menos por mi parte. Mucho trabajo, la verdad… —Me pongo serio de repente—. Y muy productivo.

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17/05/2016, 18:30
Arthür Guitry

La puerta se abrió y Sophie misma les recibió con una sonrisa radiante. Era evidente cuánto bien le habían hecho estos días de descanso con los suyos y el temor inicial a que algo pudiera haber ocurrido aunque la chica no les hubiera dicho nada se esfumó en un instante. El brillo de sus ojos, que tanto había llamado la atención de Arthür desde un primer momento, parecía haberse extendido por toda ella.

Se movía con destreza mientras les guiaba por la casa y aunque la viera mucho mejor, su fragilidad combinada con aquella fuerza anímica que no parecía tener fondo le conmovió profundamente.

Mats, tan expansivo como siempre, llenó la casa con su vozarrón dando la impresión a Arthür de que si hubiera habido allí un mal espíritu habría salido inmediatamente espantado. Su comentario sobre los pasteles le hizo sonreír -estaba claro que no dejaría pasar así como así una oportunidad de espolearle cariñosamente arrollando su timidez como una locomotora.

Había algo en aquella salita tan profundamente hogareño que de haber estado solo se habría puesto a llorar.