Partida Rol por web

El eco del Diablo

Nautas

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17/05/2017, 19:24
Director

INTRO

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20/05/2017, 08:44
Albin Govier

La ambulancia había cruzado París como un cuchillo corta la mantequilla. Ya en la carretera, las nubes no dejaban ver el amanecer. Allí llovía.

El teléfono de Daniel sonó. La llamada era desde el mismo teléfono que le había mandado el mensaje de alerta de Leah, que les urgió a salir el hospital.

Una voz de hombre habló de forma escueta, profesional.

-Soy el inspector Albin Govier. Trabajo con el comisario César Pillet.

Conciso, no se extendió con explicaciones.

-Dispongo de un helicóptero de la policía y estoy volando sobre ustedes.

- Tiradas (1)
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20/05/2017, 12:39
Daniel Mallutz

Govier, discúlpeme si le trato con un exceso de paranoia pero Dios sabe que me la he ganado en los últimos minutos - le casi ladro al micrófono del aparato - Va a tener que darme mas para que esto funcione. ¿Esta Leah con usted?.
Después recupero el aire y intento domar el ansia de información de mi compañera y intento cuadrar si todo lo que ha ocurrido en el escenario esta de nuestro lado o es la trampa alambicada que puede ser.
Por que si, el chivatazo nos saco del hospital, pero también nos ha metido de lleno en la emboscada y nunca ha venido de Leah de viva voz.
Todo pude ser una concatenación de desgraciadas desdichas o quizás no.
¿Y el helicóptero para que es? ¿Transporte o protección? ¿Nos están pisando la cola?

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20/05/2017, 14:21
Albin Govier

-No, no está. Se bajó en una parada... creo que quería estar sóla. He visto lo que puede hacer... y hemos tenido un encuentro con ellos...

Íbamos para casa cuando hemos oído de un tiroteo en la radio del helicóptero... he hecho que localicen su teléfono y el de la doctora Ovuard... testigo de la m.. muerte pero no... de Leah, que yo investigaba a petición del comisario César Pillet. El comisario fue mi mentor, al igual que es el de Leah.

La lluvia golpeaba el cristal agrietado. El parabrisas chirriaba en cada giro.

-César me ha contado la conversación que tuvo con usted en el falso entierro de su compañera. Usted le habló allí de las criaturas inenarrables que esperan en las profundidades para emerger un día y devorar a los que surcan el mar...

Guardó silencio durante unos pocos segundos.

-Mire, señor Mallutz. Tengo un helicóptero, y un tirador, si quisiera matarles ya lo habría hecho... Aunque, claro, entiendo su desconfianza... Usted dirá.

No hemos visto que les sigan, pero podemos servir de transporte. Llevamos un herido, y no quisiera perder más tiempo del necesario.

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20/05/2017, 15:14
Clementine Ouvrard

El sonido de la camioneta golpeando al chico fue uno que no voy a olvidar jamás. Me repetía incesantemente que era para un bien mayor y que esa gente, como los agentes Smith de la Matrix, ahora eran otros que casualmente querían aniquilarnos.

Sostuve a Édith contra mí la mayor parte del trayecto que me pareció como un ensueño, ¿O sería el cansancio? Fue la voz del oficial Govier la que me sacó de mis cavilaciones sobre la vida, la muerte y el resultado de todo esto... Me imaginaba que los medios inventarían historias de lo más escabrosas con lo que había ocurrido esta noche.

-Lo conozco, aunque solo de nombre -sostuve -Vino investigando la muerte de Leah y quería averiguar sobre ti -grité desde la parte trasera del vehículo -No le dije nada de todo esto, no sabía si podía confiar en él -expliqué intentando que mi voz subiera por encima del ruido general del vehículo y la sirena -Pregúntale a dónde nos llevaría -le digo a Daniel -El hecho de que Leah se baje por ahí en un momento como este no me cierra en lo absoluto, pero quién sabe...

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21/05/2017, 22:01
Daniel Mallutz

El paso de los kilómetros de asfalto no ofrecen mas que la bendición del aplazamiento. Govier debe estar nervioso también por establecer una conversación en la que las palabras tirador y matar son bazas de persuasión. Pero afortunadamente el cabreo que me hace paladear bilis de furia no va con el si no con la tal Vendela y el numero indeterminado de colegas que ha sembrado tal muerte, caos y salvajismo que mi cuello amenaza con quedarse rígido de la tensión y mi costado izquierdo punza con los movimientos.
No pienso mas en que si es esta es la carretera a Chartres (lo he revisado dos veces) y que Govier me de mas concreción de donde esta Leah.
¿Que propone usted entonces Govier? - le pregunto siguiendo la sugerencia de Clementine y procurando ganar mas tiempo. No me gusta la idea del cambio. Si intentan repetir la maniobra en el aire no acabaríamos en el rio si no en una mancha en llamas en el suelo. Por tierra no es que sepa que camino tomar pero intuyo mas que ellos nos encontraran a nosotros. Que nos 'olerán' por la particular naturaleza de Edith.
Pero si dijera la verdad no tengo ni idea si llegara a funcionar. El plan de Gavalda quedo comprometido desde dentro y posiblemente hemos perdido a dos compañeros.
La ciudad debe estar patas arriba y ya no es de fiar.
El Bosque es la única opción antes de empezar a improvisar sobre la ignorancia pero queda supeditada al carácter de una manada de lobos-hombre y donde narices esten ahora y de que humor.
Mientras espero la respuesta del inspector, me vuelvo para intercambiar miradas con Clementine y silabear silenciosamente la pregunta: ¿Como estáis? ¿Estáis bien?¿Hospital?

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22/05/2017, 06:50
Ada Bytnar

Desde el aire, la catedral de Notre Dame -hacía el efecto de estar a un paso de la Estación del Norte- estaba rodeada de coches de policía y ambulancias. Los vaivenes de sus luces matizaban su fachada con distintos tonos rojos, amarillos y azules que se alternaban de forma caprichosa.

Al fondo la luz de un incipiente amanecer parecía estar perdiendo en una lucha contra las nubes.

Ada buscaba la mirada de Mats, parecía preocupada, buscando protección. Luego se quedó mirando el cielo y el paisaje, medio cruzando los brazos, medio abrazándose a sí misma.

El señor Berisha se quitó las gafas y cerró los ojos. Ellisif se aseguraba de mantenerlo despierto dándole un ligero toque en el brazo. Cada vez, Anders asentía levantando una ceja.

Ella miraba a su primo con cara traviesa, buscando su sonrisa.

Todavía en la ciudad encontraron la ambulancia. Volaban alto y se veía la luz de la sirena moverse a lo lejos, por entre los edificios.

Luego, en la carretera, subieron aún más. A veces una nube, muy baja se interponía entre el coche y ellos y la ambulancia se convertía en un pequeño punto centelleante en la neblina.

Albin estaba en el asiento del copiloto. Hablaban entre ellos y por radio pero lo que decían ininteligible desde atrás.

Pasado un rato Ada levantó un poco el cuello y se pasó la mano por la oreja. Le habló a Mats (tuvo que gritar para que éste le oyera)

-Esta carretera la recorro yo todos los días. El desvío a Chevreuse está a unos pocos kilómetros más adelante.

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26/05/2017, 13:08
Clementine Ouvrard

Miro a Daniel notando al preocupación en su rostro, a sus preguntas expresadas con apenas un movimiento de labios asiento, de momento tengo a Édith vigilada y la voy chequeando en sus signos vitales y en su estado general casi hasta la obsesión. Tomo una de las mantas que suele haber en uno de los compartimentos de atrás de la ambulancia y la cubro mientras vuelvo a recostarla sobre la camilla, al ras del suelo. Después de todo está asegurada y es mejor que andar zarandeándola cada vez que pasa algo...

No puedo ocultar mi incertidumbre con respecto a todo esto, solo quiero llegar a donde nos lleva Daniel y me pregunto a mí misma si habrá en este mundo un lugar en el que estemos a salvo de estos sectarios del demonio, bueno, no del demonio justamente.

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27/05/2017, 09:29
Édith

En el altavoz del móvil Albin se ofrecía a utilizar el helicóptero como escolta o transporte. Disponían de una clínica relativamente segura en París en la que se recuperaba el comisario César Pillet de un encuentro reciente con ellos. También se ofrecía a unir fuerzas y, al menos, a poner toda la información en común.

Mientras Édith sonreía a la doctora estirando el cuello para mirar al paisaje de vez en cuando.

-¿Me lleváis a casa?

- Tiradas (1)
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28/05/2017, 00:33
Mats Bergstrøm

El agotamiento cumple bien la función de aislarme del exterior. El energético ruido de las aspas del helicóptero me parece ahora poco más que un rumor relajante. Las horas sin dormir empiezan a hacer mella en mí, y dejo que mis ojos se cierren en unas cuantas ocasiones, aunque no llego a dormirme; siempre que estoy a punto de hacerlo, una pequeña punzada de ansiedad me espabila, devolviéndome a la vigilia. Sin embargo, sí que llego a ese punto en el que los pensamientos ordinarios empiezan a derivar en otra cosa, a entremezclarse y cambiar hasta adquirir la cualidad alucinatoria e irreal de los sueños. Todo ello sin dejar de oír el sonido atenuado de las aspas del aparato volante.

Ada me mira de vez en cuando, con esos ojos de cierva asustada que me recuerdan a Audrey. Estiro las comisuras de los labios a modo de sonrisa para intentar tranquilizarla, pero realmente estoy demasiado cansado como para decirle que todo irá bien. Además, ya ni siquiera sé qué significa eso. Ya no sé ni cómo tratar de encontrar lo que busco. Voy llamando a puertas al azar para ver cuáles se abren. Suspiro hondamente. Ojalá Arthür estuviese conmigo. Ojalá pudiera, como suele, iluminarme el camino con su genialidad, o aunque solo fuera aliviar mi desazón con su simple presencia. Cierro los ojos al notarlos húmedos, y el dolor que sentí en los marjales vuelve a apresar la boca de mi estómago. ¿Por qué no puedo dejar de pensar de una vez, dejar de recordar? Ojalá mi mente estuviese tan entumecida como mi cuerpo.

Arthür.

Todavía recuerdo la primera vez que lo vi, con ese ramo de flores, en el ascensor de la clínica Saint Jean de Dieu. Compartí unas pocas palabras con él, y su timidez me pareció encantadora. Casi me siento culpable por no haber reparado entonces en la gran belleza que se escondía en sus rasgos casi infantiles y detrás de sus gafas. La verdad es que ni siquiera soy consciente de cuándo empezó a crecer tanto en mí, pero ahora no puedo respirar sin sentir las espinas de su gentil rechazo.

Invadido por la ansiedad, busco mi móvil y me dispongo a llamar a Arthür, pero cambio de opinión en el último momento. Es probable que a estas horas aún esté dormido, y además, Govier me aseguró que estaba bien. Por si fuera poco, estoy seguro de que todo lo que tengo que contarle no haría más que preocuparlo. Así que guardo mi teléfono. Le daré un tiempo más de tranquilidad. Él lo merece.

Ada me dice entonces algo, sacándome de mis pensamientos, y yo asiento con una sonrisa, habiendo escuchado solo parcialmente lo que acaba de contarme. Suspirando una segunda vez por la nariz, miro por la ventanilla, y solo entonces soy realmente consciente del lugar en el que nos encontramos. Me acuerdo entonces de lo del tiroteo y el accidente, y me pongo tenso de pronto. ¿Qué vamos a encontrarnos? ¿Más preguntas, o al fin una respuesta?

Notas de juego

Bueno, ya he conseguido postear. Perdón por la espera.

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28/05/2017, 15:29
Clementine Ouvrard

Mientras espero a que Daniel y Govier se pongan de acuerdo, observo a Édith al hacerme la pregunta, y vaya qué pregunta. -Mmm, no Édith -niego y me muerdo el labio inferior, me gustaría decirle que sí, que la llevamos a casa con su padre pero la verdad es muy diferente y de hecho, me parece extraño que me pregunte algo así, una nueva duda me asalta con respecto a su salud, quizás está perdiendo la orientación o noción de la realidad... O quizás es su inocencia manifestándose en toda su plenitud, no sé qué me dolería más. Mi largo silencio delata mi cadena de pensamientos, finalmente digo suspirando -Todavía no puedes ir a tu casa, tienes que ponerte mejor, te estamos... Tratando de trasladar a un lugar en donde podremos atenderte mejor hasta que estés recuperada -digo parcialmente la verdad y miro a Daniel por el espejo retrovisor tratando de descifrar qué le dirá a Govier, luego vuelvo a Édith -¿Por qué lo preguntas? ¿Tu casa queda por esta zona?

- Tiradas (2)

Notas de juego

Hola! La primera tirada es solo para chequear a la niña médica/neurológicamente, la segunda para tratar de leerla emocional/psicológicamente.

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28/05/2017, 16:11
Édith

-Sí-volvió a mirar por la ventana, como para cerciorarse. La niña estaba débil pero sus signos vitales, sus reflejos, su sentido de la orientación eran buenos. Su actitud parecía más fruto de la lucidez que de la confusión- Mi casa está en las afueras de Chevreuse. El desvío está un poco más hacia adelante, antes de llegar a Chartres.

Miró hacia el asiento del conductor, parecía que tenía miedo. De nuevo volvió la vista a la doctora, a los ojos.

-Clementine, ¿por qué mi padre no está con nosotros?

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29/05/2017, 07:52
Director

Notas de juego

Ketil, es tu turno. Si prefieres no postear con narrar lo que decide Daniel, suficiente para seguir.

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29/05/2017, 08:03
Daniel Mallutz

Conduciría sin parar hasta que no hubiera mas carretera pero eso solo serviría para anteponer el confort de la desidia a la penuria de la obligación de decidir.
El tirón del agotamiento presiona sobre algo mas que mis hombros cargados de adrenalina toxica y el plomo de los pensamientos inciertos.
Me gustaría correr por que excepto por una terna de personas ahora mismo en París no se si confiar nadie.
¿Pero solucionara algo el poner kilómetros por medio cuando basta cerrar los ojos para tener a los enemigos aquí mismo? Los sueños no tienen física, ni frontera y no se pueden apagar.
Despejado de fuerzas por la incógnitas levanto imperceptiblemente el pie del acelerador.
¿A donde la estas llevando si ni siquiera recuerdas donde exactamente Camille nos dejo?
Y aunque lo recordaras ¿Después que? ¿Atravesarías la espesura con la niña en brazos, exponiéndola a la intemperie en su frágil estado? ¿En que dirección?
Confiar en Govier es arriesgado. Puede ser un peón esperando cerrar la trampa o incluso estar en el ajo.
Pero tiene a Pillet y ha combatido con ellos o eso dice. Y tiene una clínica.
Y tiene razón si quisiera haberse llevado a Edith le hubiera bastado apretar el gatillo.
Pongamos algo de cabeza a esta locura. Si no acabaremos haciendo mas cosas execrables. Mi mirada se desvía fugazmente hacia el costado golpeado por aquel chico.
Cuando esto acabe esto habrá cosas por las que deberé pagar. Pero ahora...
Bien inspector. Díganos la señas de ese lugar donde tiene a Pillet y escoltenos. Quizás es el momento de retomar el aliento - comento - y después el impulso- casi mastico pensando en lo que me tenga que decir de Leah.
Para desenredarme de estos pensamientos me vuelvo hacia atrás para revisar como están mis compañeras de huida.
Ya lo oís chicas. Vamos a esa instalación medica.
Coincido con las preguntas de la chiquilla sobre su casa y su padre. Por un instante comparto el contacto cómplice con los ojos de Clementine. Lo acompaño con un gesto de asentimiento.
Se lo puedo contestar yo si quieres pero espero a tu criterio.

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30/05/2017, 12:22
Director

Por indicaciones de Govier cambiaron de sentido con una maniobra prohibida y pararon en un área de servicio a la entrada de París en la que esperaron un rato hasta que un vehículo medicalizado paró a su lado. Su conductor lo dejó para ellos, vacío y con las llaves puestas.

El helicóptero pululaba volando muy alto.

Cuando acomodó el retrovisor y el asiento del furgón Daniel se dió cuenta de que tenía varios mensajes de Chana en el teléfono, pidiendo que informara en cuanto le fuera posible.

Desde el helicóptero le fueron guiando, de nuevo al centro de París.

Por el camino amaneció. El cielo pasó de negro a gris. Llovía.

Llegaron a una calle arbolada cerca del estadio “Parque de los Príncipes” entrando por el garaje a una de esas fincas de porte burgués que había sido rehabilitada para albergar una clínica de lujo.

Allí les esperaba, apoyado en un coche gris, un hombre de barba descuidada, mirada intensa y aspecto de no haber dormido bien desde hace tiempo.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Sois libres de postear "la conversación" con la niña, o dejarlo para otro momento.

También puedo seguir con la acción dando por hecho que habéis eludido el tema.

Si Clementine se opone a ir a la clínica, edito sin problemas.

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30/05/2017, 12:51
Director

El helicóptero voló sobre la ambulancia hasta un área de servicio donde sus ocupantes cambiaron de vehículo. Volaban alto y llovía, por lo que Mats apenas pudo distinguir dos personas cargando a una tercera en una camilla.

Amaneció tímidamente tras las nubes.

Cuando el nuevo furgón volvió a la carretera lo siguieron hasta la clínica para luego aterrizar de nuevo en el estadio, a pocas manzanas de distancia.

El Estadio de los Príncipes estaba encharcado.

Allí les esperaba alguien bajo un paraguas enorme.

Cuando Mats bajó pudo ver que era Arthür.

Apoyaba el mástil del paraguas en un hombro y bajo el otro brazo llevaba un libro.

Sonrió.

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30/05/2017, 17:17
Clementine Ouvrard

Miré a Daniel y negué con la cabeza, no le iba a dejar esa pesada tarea, quería sentir que servía de algo mientras él se cargaba a medio París para que pudiéramos dar refugio a Édith.

-Ahora mismo no hemos podido localizar a tu padre, Édith -dije devolviéndole la mirada a los ojos, no tenía nada que ocultar... Solo quizás, algo que omitir. La verdad es que de acuerdo con las palabras de Daniel yo tampoco estaba segura ahora de que el padre de Édith estuviera muerto y su figura en mi sueño me seguía pareciendo demasiado vívida. Dicen que media verdad no es igual que media mentira. -Pero es bueno que sepas dónde vives, podemos después enviar a alguien a tu casa a ver si pueden darnos alguna pista -dije y luego pensé que exactamente eso era lo que no teníamos que hacer, estarían esperando allí de seguro los sectarios.

-Lo buscaremos mejor, te lo prometo -dije y de verdad pensaba hacerlo, aunque no me figuraba todavía el cómo con claridad. -Lo importante ahora es que te recuperes -incliné mi cabeza hacia ella y puse mi mano en su hombro -Y vamos a intentar llevarte a donde podamos lograr eso -concluí y la abracé, por si eso la calmaba.

Mientras avanzábamos hacia la casa que nos indicara Govier nos siguió el helicóptero, no podía dejar de pensar en que le estábamos marcando con una flecha luminosa en el cielo a nuestros enemigos a dónde estábamos yendo, pero confiaba en el juicio de Daniel; tampoco es que tuviéramos muchas opciones.

Notas de juego

Vamos a la clínica, no hay problema.

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31/05/2017, 06:51
Director

Notas de juego

Belgeval, cuando quieras/puedas puedes postear. No esperes post de Arthür (lo narro yo, pero sus acciones tienen el permiso o directamente son sugeridas por Aliosha.

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31/05/2017, 12:40
Agustín Bélanger

Durante el viaje Édith había hablado tratando de parecer serena “He estado en muchos sitios, a menudo cerca de los que ya no están... y créeme si te digo que sé que mi padre no se ha ido, Clementine. No te tienes que preocupar por eso. Él me está… me está buscando…y... nos... nos encontrará.”

Ya en la clínica el médico desgarbado se presentó como Agustín Bélanger con un fuerte apretón de manos. Olía a tabaco y café. Ayudó a abrir la puerta trasera y sacar la camilla de Édith. Le hizo una broma a la niña agachándose y pidiéndole que subiera sobre su espalda y tirara de sus orejas para indicarle la dirección, y ella rió.

En el ascensor le preguntó cuál era su plato favorito y Édith contestó que el ramen. Agustín miró a la doctora y a Daniel.

-¿Es posible? Podríamos evitar las algas y el tocino, cambiar el caldo de pescado por pollo... y sería casi una sopa de pollo… el miso podríamos dejarlo... creo.

Luego la acomodaron en una habitación muy grande que parecía más bien una suite que contaba con varios ventanales, otra cama para visitas y dos sofás.

Con jerga médica preguntó a la doctora por las necesidades especiales de la niña.

Luego, mientras una enfermera traía la sopa les contó en voz baja que habían rescatado recientemente a otra chica mayor que Édith que sufría serios problemas de memoria y orientación. Tras pedir permiso para preguntar a Édith si la conocía, mientras la niña comía lentamente sopa de pollo con una cuchara, se sentó a su lado y preguntó.

-Édith, ¿conoces a una chica que se llama Cléo?.

Y la niña, descansando la cuchara sobre el plato, contestó.

-No, pero conozco una ciudad que se llama Cleópolis.

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31/05/2017, 19:12
Mats Bergstrøm

Finalmente, después de seguir durante un rato la ambulancia y posteriormente el nuevo vehículo al que los ocupantes de la primera han decidido pasar, el helicóptero desciende del cielo teñido del rosado amanecer. El estadio en el que tomamos tierra está completamente encharcado; cualquiera diría que ha llovido en esta zona, o tal vez los de mantenimiento le hayan dado un lavado matutino a base de manguera. Me decanto por la primera opción, viendo que la persona que nos está esperando allí lleva un paraguas. Me apeo del helicóptero, exhausto y sintiendo un dolor sordo y pulsátil en todo mi cuerpo, fruto de las muchas magulladuras sufridas en mi caída. Cuando levanto nuevamente la cabeza para ver mejor al hombre que nos aguarda, mi corazón se salta un latido.

Es Arthür.

Rápidamente siento como mi cara se inflama en un fuerte hormigueo, y sé que me he puesto de un rojo brillante. Mi expresión está a medio camino entre la sonrisa y la confusión, pero lo cierto es que, al mismo tiempo, en cuanto veo su sonrisa, me invade una gran opresión en el pecho, un impulso casi incontenible de echarme a llorar. Después de lo que ha sucedido esta noche, me aterra pensar en la posibilidad de que podría no haber vuelto a verlo, más incluso que el hecho de haber podido perder la vida. Me acerco a mi amigo tan rápido como me lo permiten mis doloridas piernas, con los dientes apretados, y en cuanto llego a su altura, lo abrazo. Es un abrazo enérgico e impulsivo, profundamente sentido. Tengo que suspirar varias veces para que las lágrimas no empiecen a rodar por mis mejillas.

Arthür… —Me separo un poco para mirarlo, pero sin llegar a romper el abrazo. Sus preciosos y luminosos ojos se me clavan dentro—. Dios, han pasado tantas cosas… Tengo mucho que contarte. He tenido…«He tenido un miedo atroz de no volver a verte nunca más». Me alegro mucho de verte, de que estés bien.«Eres tan importante para mí que no sé qué haría si te pasara algo. Me has salvado. No lo sabes, pero tú me has dado fuerzas para vivir esta noche». Carraspeo, deshaciendo por fin el abrazo y alejándome un paso de Arthür—. ¿Qué… qué está pasando? ¿Qué es todo eso de la ambulancia, del tiroteo? Y… ¿Y ese libro que tienes en las manos?

Notas de juego

No puedo marcar al personaje de Arthür. ¿Está bien?