Partida Rol por web

Pst! ¿Hacemos la cena que nos debemos en el Entreacto?

Queen_of_spades

Lo de la cena esta en el listado de cosas para el entreacto.

Ketil Brambgard

Impresiona el caserón por todo.
Espacioso. Bien Distribuido. Casi como construido con nosotros en mente.
Me divierte pensar que es asi. Que lo que hace la señora Gerta es ser la anfitriona perfecta.

Como casi no poseo nada reseñable hacer un traslado de mi primera residencia en París a esta me cuesta un rato de la mañana.

No discuto mucho por el espacio común con Leah. Ya habrá tiempo de negociar.

Dejo el par de chaquetas bien colgadas con las camisas, que la lavandería del hotel me dejo limpias y dobladas, en un extremo del armario y lo único a lo que dedico algo mas de esfuerzo es a la pera de boxeador con su recio soporte.
Me gusta un lugar cerca de la ventana y allí la sitúo con el sol de casa brillando en mi toalla.
Tengo que averiguar que le paso a mi puñal recuerdo de Lena.
Me gustaría recuperarlo, no solo por su valor sentimental, si no también por su eficacia como varita o lo que hubiera sido como lo hubiera sintonizado.

Una vez mirado alrededor y honestamente satisfecho sobretodo por saber que es un lugar de Leah y mio cojo el teléfono y busco con interés un destino penosamente postergado a lo largo de los días.

Le Chalet D'Avron, dijo Clementine que se llamaba, aparece cerca de la plaza de la nación, bastante bien reseñado para una cena apetitosa y autóctona.

Marco el teléfono y pacientemente lidio con el personal que me responde para conseguir una mesa para cuatro o mas a confirmar, quizás consigamos atraer a Mats y algún otro se apunte, para la noche siguiente. Quizás es parte del rédito de algo de buen Karma.
Lo único que si confirmo es un La Forge del 14 para la sobremesa y, tras confirmar la consistencia de mi soldada mensual, un Legend Vintage Rivesaltes 1974 que nos alegre la sobremesa.
Si no hay cena al menos habrá buen bebercio.

¿Tienes ganas de tranquilidad para mañana por la noche Runag*? - le digo a mi chialin cuando me la cruzo en la sala común - He conseguido hueco para cenar en el restaurante que me recomendó Clementine y voy a comentárselo ¿Vienes?

Me habia tomado un tiempo para recorrer la casa mientras me hallaba de nuevo conmigo misma, porque aun eran muchas cosas nuevas. Las sensanciones, los colores, eran diferentes despues de haber sacado a Ammit de mi cuerpo. Disfrutaba todo de nuevo con tal novedad que a veces me extasiaba en tonterias.

Aun tenia en mente la noticia de la doctora pero luchaba por enfocarme en lo positivo. Tenia que vivir. 

Daniel me habia informado de la cena y estaba segura que seria exquisito tanto la comida como el lugar. Yo era de campo, de sencillez y a veces me sentia como gallina en baile flamenco.

Sonrei por su ocurrencia y asentí para arreglarme mientras el le informaba a Clementine. Solo me tomo 10 minutos y algo de labial para salir y encontrarme con ambos dispuesta a salir. 

Por un momento me sentí nerviosa, despues de todo, nunca habia salido con Daniel y despues de todo lo que habiamos pasado sentirme nerviosa me daba mucha gracia.

- Estoy lista.

Preocupada mire la reaccion de Daniel. 

- Si lo se, no debí ponerme vestido. Y me encogi de hombros aunque no pensaba cambiarme.

- Estoy fea, verdad, quieres que me cambie? ... No tengo ropa Daniel, todos son pantalones de trabajo!!!

Me sentia frustrada.

- No podemos pedir pizza? Pregunte nerviosa.

No soy el único nervioso, por lo que veo
La miro gozoso y me convengo en que si hay dias merecedores de ser señalados.
Contemplándola flotar en el interior de las alegres telas se me afianza la sonrisa.
Estas arrebatadora, mon cherie, aunque sabes que en esto no soy el paradigma de la imparcialidad.
A mi me tienes con que siempre puedas conservar este simple atuendo - le digo acariciando su nerviosa sonrisa.
Cuadrandome un poco, igualmente agitado, la sondeo honestamente - ¿Crees que estaré a la altura? Me he arreglado la barba y lavado y repeinado el cabello, casi hasta un nivel demencial, pero...
Las dos sois dos verdaderas beldades de toma pan y moja - apunto aunque mi mirada concluye confirmando cual de las dos es la que me cautiva y me alimenta.
Reduzco la distancia sin ser avasallador. Realmente es nuestra primera cita de una relación en la que paradojicamente empezamos, como dicen en mi país, atacando la tercera base.
No te preocupes. Podemos pedir lo que queramos. Es parte de la idea - asiento - Disfrutar de la velada y compartir en la noche, inquietudes, ideas, tonterías si se quiere... - curvo los labios -... hasta puede que me sepa algún chiste... no es una amenaza - me rio suavemente - Todo eso y mas y volver al hogar mas felices y preparados para mañana.
A lo mejor hasta dormimos un poco luego.
Le acerco sus labios a los míos sujentandole delicadamente la barbilla y poniendo un sencillo beso continuado con la intima atención a sus ojos desde los mios.
No se si me estoy colando pero quería darte algo - le digo sosteniendo el papel del resguardo - No he visto últimamente a Sophie por lo que me temo lo peor. Le pedí a Chana la referencia de la mejor armería de París... - me siento un poco tonto haciendo esto...de todos los regalos del mundo... - el modelo es el mismo y lo hubieran traído si no fuera por que te la tienen que ajustar - le enseño el pedido de una Sophie 2.0 - es tuya - le digo preguntándome si no hubiera sido mejor obsequiarle un anillo.
Es la primera cita Dano. Esto es una maratón no una carrera de velocidad. Hay que ir hasta el final equivocaciones incluidas.
Igual me estoy pasando de estereotipo siendo el americano que agasaja con armas... - me encojo de hombros -... se que te gusta el bourbon pero nos quiero achispados hasta mas tarde. Las flores están en el restaurante...

Acomodar las pertenencias que había decidido llevar a la casa Gresta me había llevado toda la tarde y una gran cantidad de sudor, por lo que decidí tomar un baño de espuma y poner un poco de música para mí mientras me relajaba. Me estaba arreglando el cabello ya seca cuando Daniel me avisó que tendríamos la tan esperada y retrasada cena que nos debíamos esa misma noche.

Me puse un vestido color neutro y me maquillé ligera, me pregunté si no estaba demasiado elegante, pero la verdad es que nunca se está demasiado elegante en París. Salí de la habitación al encuentro de los tórtolos, los saludé con los besos en las mejillas de rigor y los elogié -Estás encantadora Leah -manifesté tomando sus manos y dándole una vuelta, jugando, para que luciera su vestido -Y tú también Daniel, qué guapo -musité y agradecí sus palabras, aunque la expresión sobre mojar el pan me hizo sonrojar.

Observé a Daniel haciéndole un regalo a Leah, al parecer un arma. Alcé las cejas y sonreí meneando levemente la cabeza -Policías -dije poniendo los brazos en jarra en mis caderas -A quién más se le ocurriría regalar un arma -me reí. Escuchando lo acaramelados que están casi que me lamento de no haber invitado a alguien más, solo espero que no empiecen a los besos y me dejen mirando el plato de comida sola.

-¿Vamos? -pregunto ansiosa, restregándome suavemente las manos -Tengo un poco de hambre...

- Doctora esta magnifica! la verdad que casi no la reconozco. 

Y era verdad. Vernos a todos arreglados y sin restos de escombros, sangre o caras de exhaustos era toda una novedad. Apenas recordaba aquel dia cuando la conoci con su bata blanca en el hospital hacia tantos años. Bueno si, dos semanas. 

Lamente no ser tan agraciada para eventos sociales asi que trate de ser cortes. 

- Estan muy formal los dos, yo no se ni como ando con vestido hacia una vida que no usaba algo asi. 

Pero me sorprendi de lo facil que era volver a usar tacones. Y me sentia bien. Daniel me interrumpio enseñandome el encargo de una Sophie y aunque sabia que no habría una igual me quede estupefacta viendo las especificaciones.

- No lo puedo creer, con empuñadora laser, resorte de competicion de 2 libras y un conector V4. Dije sorprendida.

Tenia los ojos abiertos de par en par y parecia una niña abriendo sus regalos de navidad.

- Ademas le conseguiste un extracto táctico, un bastión de cuarta generacion y una barra guía de inyeccion de aceite, es increible, sabes que te da mas de 1500 disparos antes de necesitar lubricacion.....

Si en ese momento hubiese aparecido Eugene Masarik no le hubiese prestado atencion. 

- Gracias Daniel de verdad, no se cuanto te costo, bueno si lo se, pero de verdad te lo agradezco, no puedo esperar a que llegue, que emocionada estoy. Bueno vamos a cenar si? Porque si no tendremos que ir a buscar mi arma nueva. 

Casi podia saltar en una sola pierna mientras mis dedos podian imaginarse la suave empuñadura.

- Doctora le voy a enseñar a disparar. Y le sonrei de oreja a oreja.

Confabulado a no tener que preocuparnos por ni siquiera de conducir había pedido un taxi, de esos capaces de llevar multitudes en el que acomodarnos los tres cómodos.
Sonrío al verlo. Odio los uber y su ostentosidad low cost. Siempre me recuerda el pasado.
Lo de siempre esta mejor. Me hace sentir en un mundo que aun controlo. Moderno y eficaz transporte publico.
Les cedo la entrada y saludo a conductor dándole la señas.
La noche parece deseosa a fundirse con nosotros desplegando el encantamiento de la ciudad.
Nueva York nunca duerme, bien lo se, pero es una vigilia bastante esquizofrenica.
París se baña de luz, salpimentada de turista, que remedio, pero pintorescamenete autentica.
Comparto el asiento con mi Chialin. Y las vistas con las dos.
A Leah le prometo que en la mañana en cuanto estén abiertos pasaremos a por su obsequio, fascinado por lo a la par sencillo y complejo que ha resultado.
Pero sentir esa felicidad me hace feliz también y solo me concentro en que sea reciproco.
Sin pudor le cojo la mano, suponiendo que lo nuestro es ya vox populi en nuestro pequeño circulo.
Por lo demás me recreo con lo que veo alrededor, apuntando algún detalle como el descubrimiento de mi primer café del viejo mundo, tan fuerte y amargo que no me lo podía creer.
Y confesar que me ha acabado gustando.
Por dentro soy consciente de que en verdad es la primera vez que estoy realmente viendo la ciudad.
Vine por una extraña y espurea razón y no me había dejado ver lo que ahora estoy disfrutando.
Parte del exorcismo, si no todo se lo debo a Leah. Y aunque parezca mentira a las penurias de las ultimas semanas.
No creo que no sea transparente mi sensación. En mi rostro y en mis gestos.
Curioso se me ocurre sondear a la doctora, no recordando si ya me lo ha dicho.
Este sitio - digo señalando la urbe en general - es como especial ¿No creéis? - le sonrío al preguntar mientras llegamos a destino - ¿Has vivido siempre aquí, en Paris Clementine? ¿Eres una hija natural o adoptada de la ciudad, como nosotros?

De momento mientras avanzabamos en el auto solo podia ver la ciudad y disfrutar con lo veía. Parecia una turista y por un momento pude alejar todos los recuerdos que me abrumaban.

Daniel tomo mi mano que reacciono instantanea entrelazando nuestros dedos y me sorprendi por lo natural de la reaccion. No era comun en mi pero era agradable. Si! Era agradable estar con Daniel.

Luego espere con ansias la respuesta de Clementine, seguramente sabia mucho mas de la ciudad y nos podria enseñar algo.

- Doctora le voy a enseñar a disparar. Y le sonrei de oreja a oreja.

Parpadeé un par de veces y me eché a reír, -Eso quiero verlo -dije divertida enarcando una ceja -No te aseguro que te libres de una gran decepción con mis habilidades aunque... Ahora que lo pienso, no me vendría nada mal aprender a manejar un arma -reconocí.

Subimos al taxi y me vi sorprendida por la pregunta de Daniel -¿Yo? Sí, soy parisina -respondí al instante con el orgullo inocultable que posee todo parisino. Me di cuenta de que más allá de las circunstancias que nos unían no sabía mucho de ellos. -¿Y ustedes? Me doy cuenta de que no conozco detalles suyos -Daniel tenía un acento extraño que no lograba identificar, pero más allá de eso sus vidas eran un misterio para mí.

Mientras el vehículo iba por la Rue de la Roquette hacia el Boulevard de Charonne me dio la impresión de que quizás querían algo de guía turística y señalé unas puertas de reja detrás de las cuales podían verse las figuras augustas de los techos de unos panteones de cemento y piedra -Este es el cementerio Père-Lachaise, uno de los más emblemáticos de la ciudad -señalé con la mano -Aquí están las tumbas de Jim Morrison, el pintor Eugène Delacroix, Marcel Proust, Moliére y muchos artistas más. Es muy antiguo y los locales solemos usarlo como parque -los miro con una sonrisa de lado -Tiene una arquitectura preciosa -argumento, como si la belleza pudiera arreglarlo todo. Muy parisino, en verdad.

Le Chalet D'Avron era un restaurante de comida saboyana especializado en quesos con decoración campestre. De la cocina salía un apetitoso olor a carne asada y a hierbas de montaña. Un camarero les condujo a su mesa y les dejó una carta de vinos para entretenerlos mientras atendía a otros clientes. Aunque el sitio estaba abarrotado y todo el mundo parecía hablar a la vez, la acústica no era mala y era posible conversar sin agobios.

Durante el viaje todo se torno mucho mas animado. Clementine nos mostraba la ciudad con sus avidos ojos de conocedora enseñandonos que ver y donde verlo. Era delicioso por mas salir de la rutina y no tener que volver a ver los Campos Eliseos o el Arco del triunfo. No es no fuesen importantes pero cualquier veria la Torre, mas pocos conocerian el cementerio mas grande de Paris de los 4 que habian.

- Creo que alli esta Maria Callas, verdad? A mi madre le encantaba ella.

Y seguiamos escuchando sus indicaciones.

Al llegar tome de la mano a Clementine un momento antes de bajar. Me levante la falda del vestido y aunque se veía algo de mi ropa interior estaba segura que Daniel si me veia o la doctora se enfocarian en lo importante. 

Tome el arma con mi mano firme y hable con seriedad.

- Siempre toma el arma asi, muñeca recta. Verifica que el seguro no este activo, puede estar aqui o aqui. Señalaba con mi mano mientras movia el arma con mi otra mano.

- Apunta recto, apunta al pecho y no cierres los ojos. Eso es lo básico, despues veremos lo demás pero es importante de saber si no sabes que se esconde tras la sombra.

Volvi a guardar mi G-43 en el muslo confiando que pronto tendria a Sophie-2 conmigo y cambiando mi tono de voz me baje del auto mucho mas animada y feliz.

- Que vamos a comer...... Intrigada me quede en silencio.

El lugar era de esos que se veian en las peliculas, claro que yo habia estado en sitios asi pero hacia eones que no me movia en esos circulos por no decir nunca. Para mi un vino era un vino. Sabia que me gustaba el rosado pero entender los años, las cepas, las regiones, si estaban o no con denominacion de origen, los taninos, cuerpos, espesores, colores, fragancias, años, maduraciones, tipo de barriles, maderas y demas era abrumador. 

Asi que me dedique a ver la decoracion, los peinados rimbonbantes y estirados de algunas y deje que mis amigos escogieran.

- Tienes razon Clementine, no te he contado de mi. Soy del norte de Niza, una pequeña zona rural, mis padres tenian una pequeña granja bien al norte, pero despues en mi adolescencia todo cambio hasta que me uni a la Gendarmeria lo cual ha sido mi vida realmente. Hija unica, mi madre aun vive sola en un piso humilde si se puede pensar en Niza como humilde pero no todo es turismo de celebridades por alla, asi que aqui estoy en Paris atendiendo el llamado de mi mentor el Comisario Cesar Pillet quien me trajo para apoyar al CSB.

Era un buen resumen de mi historia.

Parece un buen lugar para pasear - comente de pasada al recaer la atención sobre la diferenciada estructura del cementerio que señala Clementine - Uno de los pocos lugares algo mas altos en los que cazar la brisa.

No lo menciono por que si. En casa, bueno en el hogar de mis progenitores, alla en Arizona, el sol siempre esta acechando. Incluso en invierno, que debe ser como vuestra primavera con algunas excepciones, hay días agobiantes - señalo alrededor - en París incluso una vez pude oler el mar, cuando la corriente de los vientos rolo desde la costa.

El gesto se me ciñe pensativo - Habitáis como un cambio de escala - señalo con las manos - Todo es mas hospitalario, aun con el cambio de clima - miro hacia arriba sorprendido de que no este lloviendo.

Cita:

El apunte de Leah me hace sonreír sorprendido. Mis dos principales pasiones musicales son los clásicos irlandeses del folk y la opera. Creo que cada uno nacido del padre equivocado pero ahí esta.

Me pregunto si la pasión por el armamento le viene a Leah por Cesar Pillet o es un gusto adquirido.

Me arrellano escuchándola adoctrinar a la buena doctora sobre el uso de su arma de privado.

De reojo oteo las reacciones de Clementine.
En realidad debemos describir una pareja singular: como agentes del orden y como personas. Aparte pongo como sujetos con vertiente paranormal.

Clementine nos ha aceptado de una forma elegante, consciente estoy de las brusquedades de como entramos en su vida, lo que me ofrece una idea de sospecha que de los tres es la que esta mas con los pies en la tierra.

Desvío divertido la mirada un poco, solo un poco cuando en el ajetreo Leah deja la lencería a la vista, realmente con un ligero punto de pudor. Cada cosa esta para su momento aunque me recuerdo cínico que eso no me ha importado en varias ocasiones.
Lo cambio por su pelo. Ese cabello rizado me contenta solo de verlo.
No había pensado hasta ahora que mi tipo eran las de tirabuzones.

Cuando, gratificada y alegre, pregunta por la comida me encojo de hombros y lo acompaño con gesto de intrépido aventurero, lo que es mas bien una mezcla entre no lo se y no me importa, estoy disfrutando de cada instante.

Por un instante se me ocurre comentar algo sobre lo apuntado por mo Cheile:

No me extraña Chialin, la Divina, era una fuerza mágica - me sobrecoge el recuerdo del sonido de vinilo de su interpretación en Medea saliendo del imponente tocadiscos de Madre - me hubiera gustado poderla haberla oído en su tiempo.

Aunque - me sonrío al pensarlo - en aquella época, dudo que alguien como yo se lo pudiera haber costeado.
Aunque de los dos hijos de Mallutz yo soy el que mas he salido a la rama de mi madre, procedente de la verde Clare, provincia de Munster, viejo reino olvidado a un tiro de piedra de esta urbe, mi maquinaria, fisiología y temperamento, es casi al 80% espalda mojada.

Las miro a las dos divertido contando cosas que no lo son pero de las que hace un mundo que deje el rencor atrás, si no me hubiera roto - Por que lo cierto es que siendo medio irlandés y todo policía aun he tenido tiempo de que me llamaran frijolero. Pero - me encojo de hombros - mi sangre es lo que nos ha hecho como somos a mi hermana y a mi.

Con gesto de interés antes de abrir la puerta le pregunto a mi Chialin si ha hablado con Corinne o han decidido con Pillet abordarlo mas despacio.
Lo cierto es que pareciéndome otro de los miembros de su exigua e intensa y diferente familia, mi domesticado corazoncito hogareño le gustaría que las peripecias pasadas no le estropeen la relación que tuvieran. Pero me falta bagaje y seguramente mano izquierda para ayudarla a día de hoy.

Las ayudo a bajar y pago al conductor la carrera con una propina correcta para disponernos a entrar al local.

Afortunadamente se han acordado de las flores o es el modus operandi del restaurante. Las nuestras al menos están frescas y fragantes.

Me siento después de ellas de forma relajada mas como lo haríamos un grupos de amigos. No es noche de citas. Aun no. Es noche de charla tranquila. De saciar curiosidades. De asentar confianzas. Quizás mas tarde después de departir nosotros llamemos a Matts para la ultima copa pero en este momento las dos mujeres que se sientan conmigo son el núcleo del circulo.

Leah aprovecha el impas entre el que venga el camarero para asentar la información sobre ella. Básicamente es la que ya me contó en un muy buen resumen. Se que hay mucha mas información. Si no hubiera sido ella, si no hubiera sentido lo que siento le hubiera sonsacado el exhaustivo y detallado informe que Chana debe tener de ella y de mi. Supongo que de todos.
Pero Leah no es un caso. No. Tampoco Clementine.

Disculpe Garçon, el vino ya esta reservado - le digo devolviendo la carta de vinos - Pero quizás queramos empezar con un entrante. ¿Cerveza Chialin? ¿Algo suave Clementine?

Mientras se deciden le pregunto a la doctora una cuestión que realmente, me doy cuenta,no conozco.
Parece absurdo Clementine, pero después de tanto tiempo no se cual es su especialidad.

Ya mucho mas relajada pido una cerveza ligera en vez de esas alemanas de 40 grados y divertida comento la decoracion. Para mi todo era una novedad y lo estaba disfrutando mucho. 

Aunque las mismas formas se respetaban en Niza no eran los sitios que frecuentaba y tener una salida con Daniel que era... mi pareja y Clementine que era una amiga, me tenian extasiada, porque de una forma poco frecuente me sentia normal, me sentia viva. Ni siquiera en mi epoca de oscuridad en donde estuve recluida 5 años recordaba haber tenido una amiga. 

Corine en ese momento habia sido mi tabla de salvacion y la luz de la cordura, sabia que estaba viva gracias a ella y eso me ponia mucho mas nerviosa de verla nuevamente en este tiempo que para mi era pasado. 

Sin embargo de momento en el restaurant y con ellos el mundo vasto y asesino de afuera que daba lejos muy lejos... apenas podia recordarlo si la conversacion nos llevaba a temas mas importantes como cuando le mostre el arma a la Doctora que me puse seria y enfocada. Al regresar a la frivolidad de nuestro encuentro me volvía a mostrar alegre y despreocupada porque me sentia feliz, como no lo era en eones.

Un par de veces aprete la mano de Daniel mientras conversabamos e incluso reí con algun comentario de Clem. Escuchar mi risa se me hacia extraño pero dulcemente catártico. Feliz.

Escuché el intercambio sobre la Callas en silencio hasta que decidí intervenir -A mí también me hubiera gustado escucharla en vivo y en directo, dicen que su voz trasportaba a otros lugares lejos de este mundanal ruido -cerré los ojos un instante recordando las grabaciones de Madama Buttlefly que tenía guardadas en mi cuarto, habían sido un regalo de mi padre cuando había cumplido quince. Abrí los ojos y los miré sonriendo -Los corazones sensibles no pasan un buen rato en este mundo, tuvo una vida amorosa tortuosa -agregué, luego cambiando de tema dije -Quizás algún día podríamos ir a la ópera, el palacio Garnier es un lugar hermoso y con una acústica excelente.

Tomé nota mental de las indicaciones de Leah sobre cómo disparar, lo hacía ver tan fácil que me dio esperanza. De todos modos, no tenía el sentimiento de que fuera una mujer de armas de fuego, prefería la precisión y frialdad de los filos y eso era algo que manejaba menudamente bien. Sin embargo, memoricé sus recomendaciones, a la hora de sobrevivir estaba todo permitido. -Así que de Niza... y la Gendarmería, una policía de pura cepa -sonreí y miré primero a Leah y luego a Daniel, que me estaba contando sobre su pasado en Arizona. El sur de los Estados Unidos, ciertamente un lugar que no me travería a pisar jamás con todos esos sureños dando vueltas y el calor nefasto... Aunque algunos lugareños podían ser como Daniel y eso era bueno. -¿Policía y mitad irlandés? -dije asombrada -¡Vaya todo un estereotipo! -me reí -Una interesante combinación la suya agente Mallutz -dije tratándolo de usted en broma.

Entramos al restaurante y nos acomodamos en la mesa, al parecer Daniel tenía los vinos figurados, le pregunté -¿Y cómo es la vida en Arizona? ¿Es como se ve en las películas? ¿Muchas serpientes, indios y cowboys modernos? -mi pregunta no tenía la más intención de ofender pero enseguida me di cuenta de que quizás sí lo hacía -Lo pregunto desde mi ignorancia total -aclaré. Ordené al mesero una bebida ligera -Un campari con jugo de naranja exprimido - y girándome hacia ellos respondí -Mi especialidad es medicina de urgencias, básicamente sé todo lo que se debe saber y un poco más para mantener con vida a los pacientes -expliqué con simpleza.

Por supuesto que me encantara ir con 'Usted' a la Opera, Clementine - le aseguro afable. Después guiño la vista dejando pasar un pensamiento pero reservándolo para otro instante. Lo intercambio por un giro de cabeza y una interrogación silenciosa a Leah sobre si se avendría a acompañarnos.
La verdad musical sobre ella es que le gustan cosas mas modernas. Y pensándolo por segundo no se por que me debiera de extrañar.
Es joven, apenas circunnavegando la veintena y llena de vitalidad aun pasado sus calvarios.
Quizás este algo difuminado el lustre en el brillo natural de sus ojos, el que declara sus cinco años y una ida y venida al infierno. Es un cambio madurado, como de verano a otoño.
Lo maravilloso es que aun respira calor.

Me calma y alivia en el fondo, donde entras y resguardas tus mejores partes, lo que Lar despectivamente calificaba de acerbo, y que es diferente cuando recoge sus gotas de otra fuente, en este ocasión otra persona.

La secundo en su sonrisa y en sus alborozos. Y no cae en saco vacío el apretón de su mano en la mía.

Podríamos llevar a la buena doctora a algún local de música electrónica, en intercambio - comparto con Clementine la verdad - Leah esta intentando culturizarme en el tecno y el dance - alzo las ceja travieso - aunque sea para reírse viéndome sentirme perdido.

En cuanto a mis orígenes... Bueno como dices a veces los avatares del amor son tortuosos - me detengo a pensarlo mesandome la punta de la barba - o lógicos - sonrío cómplice - No hay roto sin un descosido o llave sin cerradura.
Y entre una cosa y otra aquí estoy - me corrijo - estamos

El tema policial, me temo que no viene por influencia familiar, es mas...una cuestión vocacional.
Quise siempre hacer cosas por los demás. Protegerlos. Y no tuve el suficiente temple para admitir el celibato de ser cura...- lo remato con un gesto irónica resignación circunstancial.
Yo...quizás si podría decir que si tuviera un modelo familiar. Siempre admire el espíritu del deber de mi hermana. Quizás en eso mis padres no supieron darse cuenta de como somos.

Para ellos yo debería estar instalando cable de televisión por todo el estado y Lena estaría casada y ya les hubiera dado dos nietos...
Pero bueno...Asi somos las decepciones...Cabezotas.
Tu Leah siempre quisiste proteger y servir también ¿No? - le pregunto a sabiendas que me puedo equivocar.

Cojo el móvil y les enseño las fotografías de mis padres y mi hermana - una común familia multicultural.

Mi madre se llama Bronagh y mi padre es el Señor Anteo -sonrío divertido - a él si que seria obligado que le llamaras de usted. Yo lo hago.
Lena...um...Magdalena - le enseño la siguiente foto - es mi hermana mayor. Me saca dos años. Ahora se dedica a vender armas exóticas a los turistas. Artesanía. Antes fue Marine - me encojo de hombros, si estereotipo, ¿Verdad? - Si hay algún vaquero moderno en el estado es ella.

Llevo toda la mañana dándole vueltas a como evitar que se plante aquí a ver que le pasa a su hermano pequeño. Tenia que haberse vuelto a los Estados hace una semana.
¿Buscáis un modelo de inspiración de guardián de su hermano...de la gente? - señalo la fotografía - siempre he ido tras su estela. Me gusta lo que intenta.

Alguna vez en el pasado...me ha levantado cuando he estado caído y bueno... me ha sacado de los problemas.
Me arrellano en la silla. Es catártico el poder hablar con otra gente ademas de Lena de estas inquietudes. Las miro a las dos. Quizás no quieran escuchar esto. Me freno para oscultar la realidad.
Que soy un desconocido con algunas pinceladas de momentos compartidos con las dos personas que se sientan a mi lado pero que también son en una gran parte desconocidas y que esa circunstancia me gustaría se fuera diluyendo.
Miro con ojos nerviosos a Leah. Le pregunto con la mirada si la estoy incomodando. Apuro un poco de cerveza. Desacelero. Hablo de otro tema pero no totalmente ajeno.
¿Arizona...preguntas? Es como cualquier otro lugar del globo. No resta mucho del glamour de antaño. A ver si hay algunos sitios...Sobretodo enfocados al turismo de los parques nacionales y las reservas...Pero en general esta vendido al modelo cosmopolita y capitalista. Phoenix es una gran ciudad con sus ciudades circundantes. Mesa, mi lugar de origen es uno de ellos. Tucson es un poco mas pintoresca. Por el colonialismo español/mejicano. Pero esta mas al sur y alli...
Me apoyo en la mesa - allí se vislumbra la Frontera.

En Phoenix el ciclo es como el de otro lugar: te levantas, trabajas, cuidas a los crios y el fin de semana te relajas y pegas un casquete...si eres afortunado.
En el sur...El sur baila el corrido de la Santa Muerte...El de la Muga y los Mojados y el mas horrible del Narco...

Me reconcentro en extraer las palabras justas mirando primero al cielo despues cada una de las palabras meditadas.

Amo mi tierra natal - las miro a las dos - Pero me tuve que ir para que no me matara. Y no se si fue lo mejor. Espero que cuando esto acabe - les sonrío consciente que sera arduo pero con la convicción de que acabara bien - podáis acompañarme. Hay sitios memorables y gentes doblemente remarcables.

Le apretó la mano a mi Cheile. No has escogido al tipo mas entero de la caja pero estoy en el camino a arreglarme.
Con la amabilidad en la curva de los labios abierta a que no me quiera contestar le pregunto a Clementine:
¿Y tu? ¿Tu familia vive también en París? - lo dejo simple. Así como Leah o yo lo hemos dejado caer en mayores o menores pinceladas Clementine no ha dejado entrever algo tan personal.

A Leah no le hago la misma pregunta. Me imagino haciéndosela en la intimidad de la habitación. Tumbados frente a frente y con la visión nítida de los limites que poder traspasar o que no, a flor de piel y el iris de los ojos.
Dándole una ruta de escape apenas continuo.
¿Urgencias? - suspiro - Dios sabe que es un alivio saberlo dado nuestro campo de actividad.
No en serio. Es realmente un alivio.
Me dice que tienes una mente ágil y bien estructurada y cojones, disculpad la grosera chingada, cojones para tomar decisiones difíciles - sonrío con respeto - y acertar. Eso ya te da una ventaja.
¿Que piensas Leah crees que podemos dejar nuestro paladar en sus manos y que ella nos asesore? ¿O prefieres picotear entre lo seguro y lo nuevo? Podemos compartir platos.

Las dejo elegir. Lo cierto es que tengo hambre y no es ni de lejos el restaurante mas estrambotico en el que he estado. Me encargo del tema del vino con el sumiller y lo pruebo después de dejarlo respirar.
Me encanta este tiempo de entreguerras, de las circunstancias y de las conversaciones, por que nos deja expandirnos si estar acogotados.

Primero quiero oírlas hablar de las cosas que parecen con menos peso ahora que, sabemos que el diablo viste pantalones, pero que de verdad nos dan la vida y ser totalmente abiertos en lo que deseemos serlo.
En los postres vendrán las preguntas gruesas. Las del trazo indeleble. Y dejaremos que el café, ese brebaje de dioses en esta ciudad, no libere de cualquier amargor.
Pero aun no. Quiero probar esos quesos que tanto han promocionado en su pagina web.

Mientras hablamos de opera recalco que no una conocedora. Mi madre le gusta pero yo no tuve el tiempo no la disposición de apreciarla, sin embargo aclaro mi disposición de enfrentar una obra con si fuera toda una nueva aventura aunque temerosa se que me pueda quedar dormida.

La música clásica me relaja mucho Y sonreí para tratar de no parecer ignorante.

Daniel con su conocimiento del vino y las comidas además del gusto musical de la doctora, lo espléndido del lugar y la suma de todo me hicieron sentir um poco incómoda como si no perteneciera a ese mundo. De hecho así era y lamente no haber dedicado más tiempo a tener una educación más refinada. Mire a Daniel de soslayo con la interrogante si de verdad lograríamos estar juntos cuando todo termine, seguro quería tener hijos y una esposa que cocine y yo no sabia ni lavar mi ropa, como mujer era un desastre lo sabía, podía admitirlo pero nunca me había hecho falta ser otra cosa que yo misma. Volví a mirar a Daniel forzando una sonrisa.

Su hermana era marine? Sabía que había mujeres soldados pero un marine era tropa de combate, si era cierto y no tenía porqué dudar me llevaría bien con ella, era seguro.

Seré sincera, me uní a la gendarmeria para alejarme de todo patrón familiar establecido, poder salir de mi círculo familiar y si claro castigar criminales que ya conocía, en mi ilusión eso no sucedió pero al salir de la academia sabía que me gustaba lo que hacía y me esforcé en ser la mejor, ya se podrán imaginar mujer y bajita pues me cuesta hacerme notar, pero como policía eso es algo bueno

Al final deje a ellos la desicion se la comida, no quería meter la pata pidiendo scargot a la crema aunque un creme broule al final seria delicioso.

Me río y bebo un trago de mi campari -No dije que la ópera fuera lo único que me gustara -aclaré -Me gusta también la música industrial, creo que le dicen -los miré a los dos -Y algo de tecno también, el ambient y el rock -me encojo de hombros -No soy tan purista musicalmente, aunque hay ciertos ritmos que definitivamente no van conmigo -aclaro -Claro que tengo que reconocer que la música clásica tiene un lugar en mi corazón, en especial las bandas sonoras de películas.

Los miro a ambos cuando Daniel se refiere a los rotos para los descosidos y admiro en cierta forma esa esperanza de predestinación que tiene, mi visión al respecto es más bien pragmática y poco tiene de romántica, quizás sea porque nunca me he enamorado en mi vida adulta. Me abstengo de hacer comentario alguno porque no es justo que les agüe el momento diciéndoles que el enamoramiento dura químicamente 6 meses para el cerebro.

Escucho con atención lo que Daniel y Leah cuentan sobre sus familias, admiro las fotografías que el detective me muestra y noto la diferencia radical de apariencia entre su hermana y él, algo que me resulta muy interesante y siento una leve envidia no solo de que tenga un modelo como el de su hermana, sino de algo mucho más básico como el hecho de que la tenga... Me recuerda a veces lo difícil que es lidiar con mi soledad, aunque no puedo dejar de reconocer que me gusta.

También me pregunto qué se habrán visto sus padres para decidir ser pareja. Cuando Leah habla sobre su deseo de alejarse de todo patrón familiar sonrío sintiendo una suave caricia interior, cada día que pasa la siento más cercana a mí y es una sensación extraña pero reconfortante. Me aclaro la garganta antes de contestar la pregunta de Daniel -Mi familia también vive en París, mis padres para ser más exacta. No tengo hermanos ni primos, porque son hijos únicos los dos -alzo las cejas como disculpándome, aunque no logro cuadrar por qué siento ese impulso -Y a ellos no los veo hace seis meses -sonreí apenas doblando las comisuras de los labios, de momento no quería agregar nada más. Quizás el alcohol me soltara la lengua luego -Este lugar se especializa en fondues, ¿Les apetecería compartir una o dos o prefieren platos separados? También está la raclette, muy recomendable...

Pues de quesos si que sabía y mucho mas adoraba comerlos, desde los clasicos franceses hasta los penetrantes italianos e incluso los gustosos españoles. Recordaba en especial uno de cabra pero no recordaba el nombre.

- Fondue, si sii fondue que rico...

Podia pasar de comer si solo habia queso y con un buen vino se colaba todo. No me habia dado cuenta de lo bien que lo estaba pasando. Casi podia alejar todas nuestras vidas por completo. Al menos de momento.

- Lamento que no veas a tu familia con frecuencia, seguro Daniel tampoco estando aqui, pero les seré sinceros, no me llevo bien con mi madre y aunque tengo mas familia somos alejados, nunca pude sorportar el estilo rural y siempre fue mas de ciudad sobre todo en la adolescencia cuando....

Cuando se armó la grande en la fiesta de mi primo...

- En fin, supongo que hay familias que no son unidas, por eso me dedique a mi trabajo en cuerpo y alma.

Luego de beber un poco, volví a animarme.

- Pues he visto algunas películas si, pero de alli a estar pendiente de los compositores no sabria decirte Clem.

En la Comisaria habia tipo que adoraba a un tal Zimmer, y estaba segura de haber escuchado alguna conversacion o discusión acerca de que Jerry Goldsmith era mejor que John Williams o alquien que lamentaba que Brad Fiedel no hubiese hecho nada mas despues de T2, al menos memorable, pero yo no sabía nada de eso asi que no podria opinar.

- Clem, creo que tendras que ilustrarme en el tema musical, la verdad que no se nada, pero mientras no oigamos vallenato o ese regaton que me da dolor de cabeza estaré encantada.

Me daba cierta curiosidad saber si Daniel sabria bailar, porque yo tenía dos pies izquierdos.

- Podemos ir a alguna disco despues de comer?