Partida Rol por web

El Enemigo Interior 1: Identidad Confundida.

Prólogo. La Llegada a la Posta.

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22/09/2020, 08:48
Narrador

Día 13 de Novanio (Jahrdrung) del año 2522 del calendario Imperial. Carretera secundaria del Imperio, Delbertz a Altdorf.

Quedan pocos días para el equinoccio de primavera en el Viejo Mundo. Para aquellos que no lo sepan, el equinoccio de primavera es el momento del año en que el día y la noche tienen la misma duración debido a que el Sol se encuentra sobre el Ecuador del planeta Tierra. La palabra, como tal, proviene del clásico aequinoctĭum, que vendría a traducir "noche igual".

Se trata de un fecha señalada para muchos habitantes del Imperio, pues de trata de una fecha celebrada, en la que se aprovecha para realizar deudas ambulantes y los seguidores de los dioses antiguos, aprovechan para realizar vetustos rituales de fertilidad a los dioses de la naturaleza, pidiendo por las cosechas, lluvias o el ganado.


El grupo de encontraba transitando a pie una carretera Imperial, con destino Altdorf, capital del Imperio. El motivo no era otro que la suculenta recompensa que podían obtener de ser elegidos por el príncipe de la Corona Hergard Tasseninck para llevar a cabo una peligrosa misión.

¿Cómo sabían del interés del Príncipe en contratar aventureros? ¡Lo sabía todo el Viejo Mundo!

Y es que dicha carta de reclutamiento, por llamarla de alguna forma, había sido repartida por varias ciudades del Imperio. Aquellos intrépidos que se veían con fuerzas para afrotnar tal cometido, veían en aquel trabajo una buena oportunidad para empezar de nuevo o simplemente para ganar un buen dinero que les sacase de su ruinosa existencia.

Así fue cuatro viajeros decidieron compartir camino. Algunos ya se conocían de antes y otros eran nuevos amigos, o conocidos al menos. Lo cierto era que por una u otra razón, todos iban en la misma dirección, camino de Altdorf y como todo buen imperiano sabía, "los caminos del Imperio son peligrosos para viajar a solas, ya lo es para hacerlo en grupo, pero a solas es un verdadero suicidio".

Lo cierto era que el camino se estaba haciendo largo, para algunos más que para otros. Ragnar Ioreksen sólo se quejaba del calor, pues estaba acostumbrado a largas marchas, lo mismo que el callado Alder. En cambio Alys de Louviers echaba de menor haber comprado un caballo antes de partir o haber echo el camino abordo de una diligencia. Pero sin duda el que peor lo llevaba y empezaba a ser un martirio para sus compañeros de travesía era Chester Clancy, un mago lamantale que no sabía que demonios estaba haciendo tan lejos de su hogar... o quizás si lo sabía, pues no tenía de eso, hogar, pues era pobre como una rata.

Por lo demás, la carretera no era mala del todo. Era de tierra eso sí, pero sin demasiados socavones y el constante paso de carruajes ayudaba a que las malas hierbas se mantuvieran a raya. Se trataba de una carretera amplia, con una gran arbolada a cada uno de los lados; árboles altos  y frondosos, cuyas hojas eran de un verde oscuro y que no dejaban pasar la luz del sol a travñes de sus copas. Eso propiciaba un soto-bosque, pues nada crecía en el suelo, salvo algunos musgos.

Notas de juego

Empezamos. Primero será mejor que os conozcáis un poco. Adelante!

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28/09/2020, 12:16
Alys de Louvriers

Alys estaba demasiado deprimida incluso para protestar por las condiciones del viaje o el tiempo tan malo que hacía, por la falta de descanso o porque no había mariposas ni flores allá por dónde caminaban.

Se había acercado a Chester desde que lo habían rescatado en el camino de unos bribones que querían robarle la bolsa, todo con tal de no tener que interactuar con Ragnar. Aquel bárbaro le daba miedo, había sido desconsiderado, un bruto, desagradable, tenía el corazón negro y, lo peor de todo, le había salvado la vida; de modo que Alys tenía que retornarle el favor de alguna manera.

Intentó no echarse a llorar. Era el tercer día desde que tuviese que abandonar la villa -más bien, desde que Ragnar la sacara a rastras de la villa para evitar que la pasaran a cuchillo como a los demás-, y todavía no había podido detenerse a pensar en las consecuencias de lo ocurrido: la diminuta aldea a la que se había trasladado cuando saliera de la abadía había sido destruída, quemada, saqueada y arrasada. Estuvo viendo los restos humeantes durante un día, tratando de regresar, mientras Ragnar tiraba de ella en dirección contrario. Había bloqueado aquel pensamiento, pero en algún momento tendría que salir y no sabía si estaba preparada para afrontarlo.

De todas las personas con las que podía cruzarse, ¿tenía que ser preciamente ese bárbaro, ese animal de bellota, ese cabeza hueca que solo sabía matar? Estaba tan furiosa que ni siquiera podía recriminárselo. Y tampoco sabía qué estaba haciendo en el camino, dirigiéndose a (¿a dónde se dirigían?) para aceptar un trabajo como mercenario. ¡Por amor de Shallya! Era una curandera, una sacerdotisa, solo conocía el nombre de las hierbas que crecían en el camino.

Sollozó una vez y se recompuso. No tenía ningún objetivo en la vida. No le quedaba nada. Solo continuar el camino junto a los demás.

-¿Podemos parar? -pidió, aunque imprimió cierta demanda en su pregunta-. Me duelen los pies. Y es hora de comer.

Soltó un poco las correas de la armadura. Aquel armatoste se le clavaba en todas partes, le comprimía el pecho y no la dejaba moverse. Además, le provocaba roces y en cualquier momento le saldrían ampollas. Solo tenía la túnica para protegerse del cuero. Por no hablar de la pesada maza con la que tenía que cargar y que casi no podía ni levantar.

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28/09/2020, 12:36
Ragnar

Su nuevo cuerpo era débil en muchos aspectos, aunque debía reconocer que podía caminar durante mucho tiempo sin cansarse.

No parecía ser el caso de sus compañeros de viaje. Cuando la mujer llamó su atención, giró sobre sus talones y se los encontró agotados. Al menos ella y el enjuto hombre de las gafas no parecían haber hecho una caminata larga en su vida. Ragnar levantó por encima del cabeza el hacha que había tenido apoyada sobre su inmensa espalda y la apoyó en el suelo. Plantó ambas manazas en la empuñadura del arma y observó a la mujer con la inquietante mirada del norteño que ahora habitaba, de un azul tan claro que casi parecían blanca.

—Está bien. Acamparemos a un lado del camino.

Los recuerdos de Ragnar solían revolverle las tripas, cuando no enfurecerlo. Ragnar había entrado en la tienda de Alys una vez, cuando estaba de paso por su pueblo. Le zumbaba la cabeza por la cantidad de alcohol que había bebido la noche anterior, y pidió... no... exigió un remedio para la resaca. Después se negó a pagarlo y cuando la muchacha insistió la tiró al suelo de un empellón. Después le tiró todo el mostrador de un manotazo, rompiéndole todos los frascos que tenía expuestos. Porque podía. Porque le hacía sentir poderoso. Porque estaba amargado, y odiaba a todo el mundo. Ragnar hacía la vida de los demás un infierno porque él vivía en un infierno creado por su propia moral extraviada.

Había querido hablar con la chica, pero no había tenido ocasión. Las palabras morían en su garganta cada vez que lo miraba de aquella manera, como un cervatillo asustado, listo para salir corriendo si hacía algún movimiento brusco.

—Tú —le dijo a Alder—, cuida de estos dos. Yo voy a ver si cazo algo.

Eludió la mirada de Alys mientras pasaba junto a ella, de camino al bosque. Cazar era otra de las cosas que a Ragnar se le daban mal. Tenía un arco, y sabía utilizarlo, pero echaba de menos sus garras, rápidas y fuertes, y sus fauces repletas de dientes. Con el recuerdo de atrapar relucientes percas plateadas en el río, el bárbaro que había sido Ragnar se adentró en el bosque para buscar algo que comer.

Notas de juego

Elijo 10 en Supervivencia para un total de 15.

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28/09/2020, 13:07
Alder, el casto

Sin duda a la muchacha le pasaba algo. Desde que se habían unido para transitar el camino como un grupo sehabía mostrado taciturna y cabizbaja; y dedicando demasiadas miradas de soslayo hacia aquella mole de músculos. No era asunto suyo, pero lo cierto era que una actitud tan deprimente se contagiaba y hacía los viajes más tediosos, por lo que se dispuso a responder a la demanda de Alys cuando Ragnar hizo gala de su riqueza dialéctica.

-Claro que si. Ya cuidaré de que no se caigan y se pelen las rodillas, o pierdan un ojo pinchándose con una rama...- dijo en un tono burloesco entornando los ojos hacia el cielo.

Rebuscó en su petate, extrayendo de él una manzana verde, la cual cortó en dos mitades con una de sus dagas, lanzándo uno de los pedazos hacia Alys. -¡agarra, muchacha!

Envainando nuevamente su cuchillo dió un sonoro bocado a su media manzana, haciendo saltar algunas gotas de lajugosa pulpa por los aires.- Y dime... ¿Alys..? ¿todo bien con el Lord simpatía de los hombros anchos?-con la barbilla señaló por donde se había ido Ragnar

-Si no fuese porque es imposible, diría que tu mirada, cuano la diriges en su dirección es más afilada que mis dagas... ¿Todo bien?

 

 

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28/09/2020, 20:17
Chester Clancy, el que no folla

A Chester le dolía todo. ¿Cómo rayos había acabado ahí? ¿Cómo había sido tan estúpido? El mago hizo un repaso de los últimos eventos de su vida. Tras haberse licenciado en la universidad había solicitado el ingreso en la Real Orden Bretoniana de los Apóstoles del Saber. Confiaba en que hubiera un examen, hacer exámenes se les daba bien. ¡Y vaya si lo hubo! Pero no el que él esperaba.

Descrito como sus profesores como la mente más brillante y el mago más mediocre, esas referencias habían llegado al tribunal que examinaba a los aspirantes. Y se empeñaron en constatarlo continuamente durante el mismo. En resumen el examen de ingreso fue un auténtico desastre, lleno de comentarios sarcásticos, palabras afiladas como cuchillos y miradas de desaprobación. Al final uno de los examinadores, sólo los dioses saben si por piedad o burla, le entregó un panfleto. Si quería volver a presentarse ante ese tribunal, que lo demostrara.

El panfleto era un reclamo de aventureros por parte del Príncipe Hergard von Tassenick, del Gran Principado de Ostland. Y fue así como acabó viajando hacia Altdorf. Pero por supuesto el destino siempre le reservaba más sorpresas desagradables. No sólo se había extraviado viajando sino que encima, unos días atrás había sido asaltado por un grupo de malhechores que le habían dado una buena paliza. Si no hubiera sido por Ragnar y Alys seguramente estaría muerto.

¡Cómo para no dolerle todo!

El mago decidió no entrometerse en las preguntas que Aldis le dirigía a Alys. Bastante tenía ya con lo suyo. Por suerte para él, Broven, el cuervo que era su familiar, se posó sobre su hombro, así no tendría que interactuar mucho con sus improvisados compañeros.

Al menos tú estás disfrutando de este viaje—dijo acariciándole el pico—Vete a dar una vuelta si quieres, pero no te alejes mucho.

 

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28/09/2020, 21:58
Narrador

Ragnar cazó dos conejos de sendos flechazos. Tardó un poco más de lo esperado pero al menos regresó con comida, que a eso había ido. No tardó en preparar el fuego y despellejar a aquellas criaturas. Acto seguido las empaló y las puso a hacerse al fuego lento. 

El conejo estaba bueno. No era la mejor comida de sus vidas, pero les sació el apetito y sin más, tras casi dos horas de descanso, Ragnar y Alder decidieron levantar el campamento. Algo que no gustó ni al bueno de Chester, como tampoco a Alys, quienes preferían descansar un poco más. Pero la vida dura del viejomundano no permitía al habitante medio del Imperio de demasiados lujos, ni demasiado descanso y ellos precisamente no estaba entre la clase media del Imperio, sino un par de escalones más abajo. 

Durante el parón habían visto ir y venir algunos viajeros, aunque no ninguno de detuvo a conversar con ellos. De hecho fueron pocos los que al menos saludaron. No obstante, lograron escuchar una perturbadora conversación entre un joven pelirrojo que portaba un carromato tirado por un buey dirección Delbertz y su paisano, un gordo y calvo campechano.

Al parecer, un conocido había oído de un amigo que en Silverwurtz, una mujer había dado a luz a un niño con cuernos y los pues hendidos y que un sacerdote local había ordenado quemarlo. El olor a carne quemada se extendió por todo el pueblo y la población se sintió indispuesta durante dos días. 

Fuera como fuera, reanudaron la marcha y el camino hacía la posta seguía siendo largo, tedioso y monótono. A punto de llegar la noche vislumbraron ante ellos, a pocos metros de distancia una posta "La Diligencia".

Si los caminos secundarios del Imperio ya sin peligrosos durante el día, por la noche lo son aún más. Continuar en la oscuridad parece peligro y en cambio, una buena cena y una cama caliente son tentadoras. Además, con suerte habría alguna diligencia en la posta, que se dirigiera hacia Altdorf. De ser asi podrían cogerla y llegar antes a Altdorf.

¡Y si la había! De pronto, una diligencia salío gran velocidad del patio interior de la posta. Se trataba de una diligencia des famosa empresa de transporte, "Las Cuatro Estaciones", lo cual debe diferenciaron por su emblema. El cochero pareció no verlos y si los vio no monstró signos de ello, pues avanzó a hacia ellos a toda velocidad.

Notas de juego

TS REF CD 12 para esquivar la diligencia

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28/09/2020, 22:45
Alys de Louvriers

No era la compañía que ella hubiese elegido para ir de aventuras, si es que en algún momento de su vida lo había llegado a considerar. Porque a Alys le gustaba estar dónde estaba, jamás se le habría ocurrido aventurarse por los caminos, porque eran peligrosos y nada amigables. Y allí estaba, con gente que no conocía de nada y con un tipo que le daba demasiado miedo como para enfrentarle.

-Todo bien -contestó con un murmullo a Alder. No se iba a poner a llorar para contarle lo que le había hecho aquel hombre, no era el momento-. Es peligroso. No quiero tener nada que ver con él -añadió, casi en contra de su voluntad, porque el muchacho ni siquiera había insistido. Pero necesitaba decir algo-. Me salvó la vida, eso es todo. Se la debo. Pero ya está. Nada más.

No era, desde luego, la mejor explicación del mundo. Sí, Ragnar no los había atacado en esos tres días de camino. Sí, Ragnar la había arrastrado fuera del peligro. Sí, Ragnar era grande, imponente, malencarado y violento. Sí, le había hecho daño sin razón, cuando ella solo trataba de ayudar. Sí, había salvado a Chester cuando lo habían atacado. Sí, cazaba para que todos pudiesen comer bien durante el camino. Pero, además de eso, ¿qué más había hecho por ellos? Alys estaba demasiado confusa, triste y enfadada para entender sus propios sentimientos al respecto.

El bárbaro regresó con los conejos. Ella se mostró disgustada, porque los conejos estaban todavía calientes y con la piel, y no podía soportar comerse unos animalitos tan inocentes que hasta hacía pocos minutos estaban vivos. Intentó no mirar mientras los despellejaban y los cocinaban, luego se forzó a probar la comida para no desmerecer el esfuerzo de Ragnar al cazarlos ni para faltarle el respeto a sus compañeros. Con el estómago caliente, pero todavía sin estar del todo descansado, reemprendieron la marcha.

Por el camino, Alys recogió las plantas que podrían ser de utilidad. Estaba deseando llegar a un lugar con techo y cuando se distinguió en el camino, dudó entre apretar la marcha o descansar. Pero mejor acelerar, no quería caminar de noche, le daba miedo y con la oscuridad, Ragnar le daba más miedo todavía.

Y entonces la diligencia se lanzó hacia ellos como impulsada por algún tipo de poder demoníaco. La muchacha dio un salto hacia un lado del camino con más torpeza que maña, de modo que se raspó manos y rodillas, y aterrizó sobre un charco de barro, manchándose de tierra mojada y hierba toda la túnica. Hasta el pelo se machó.

Tenía demasiadas ganas de llorar, pero se contuvo y se giró para ver si sus compañeros habían podido saltar a tiempo.

-¿Estáis bien?

- Tiradas (1)
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29/09/2020, 10:39
Ragnar

Después de comer y recoger el campamento, Ragnar encabezó la marcha para retomar su camino a Altdorf. Los recuerdos Ragnar le sugerían que iba a necesitar dinero para casi cualquier cosa mientras se moviera en el tierras civilizadas, pero no iba a aceptar la clase de trabajo sucio y amoral que solía tomar él. Un trabajo para el príncipe parecía a la vez un trabajo lucrativo, con el que poder olvidarse del dinero durante un buen tiempo y a la vez digno. Claro que nada sabía de él de los tejemanejes de la política, pues su conocimiento del mundo civilizado se reducían a lo que sabía el norteño.

Sus compañeros de viaje lo encontraron más hablador que en todo el camino que habían compartido cuando se cruzaron con el campesino. Ragnar había interrogado al viajero sobre ese bebé nacido con rasgos bestiales, y le había pedido que le contara hasta el más mínimo detalle. Después, se había sumido en su mutismo habitual, aún más sombrío y determinado que de costumbre.

Estaban llegando ya a la última etapa de su camino cuando una diligencia se dirigió a galope tendido hacia ellos. El cochero no hizo ademán de parar y, mientras rodaba por el suelo por la agilidad de un tigre dientes de sable, Ragnar gritó a sus compañeros con su potente vozarrón:

—¡Cuidado!

Ragnar pasó junto a Alys como una exhalación, sin prestarle más atención que a un gusano moviéndose en el fango. No le importaba una mierda que la túnica de la herbolaria estuviera manchada, pero sí estaba preocupado por algo más. Dejó que la curandera se ocupara de Chester si el gafotas no se quitaba a tiempo; su trabajo era otro. Su mirada de azul glacial estaba fija en la carretera. ¿Estaba la diligencia huyendo de algo?

- Tiradas (2)
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29/09/2020, 12:33
Alder, el casto

La muchacha parecía tener asuntos sin resolver con el grandullón. Y no parecía realmente preparada para librarse de ellos o airearlos, por lo que tomó la decisión de asentir y cambiar a temas mundanos e intrascendetes como "el buen día que hacía" o algunos consejos para adecuar su calzado a largas caminatas y evitar así la aparición de ampollas.

Ragnar trajo algo para comer, cosa que alegró al pícaro, pues le evitaba tener que meterse en la maleza precísamente a buscar algo que llevarse a la boca, con la pereza que le daba, por lo que agradeció al gesto al bárbaro y lo aceptó de buen grado.

El camino prosiguió sin más sobresaltos. Se curzaron con algunos grupos de los que pudieron sacar poco más que habladurías y chismorreos que no debían ser ignorados del todo, puesto que por experiencia sabía que del más mínimo cotilleo se podía extraer información de utilidad.

Fue al llegar a aquella posta cuando todo se precipitó de golpe. Literalmente, puesto que una diligencia a todo galope se lanzó contra ellos sin  miramientos y sin visos a parar. Por suerte para el muchacho, había aprendido que si quería sobrevivir en el viejo mundo le convenía estar alerta en todo momento. Y aquel no fue una excepción pues viendo venir la diligencia tuvo tiempo para dar un ágil salto lateral que le apartó del camino de forma bastante socorrida.

-¡Ehhh! ¡Manda cojones, hobre!-gritó indigando.

- Tiradas (1)
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29/09/2020, 13:25
Chester Clancy, el que no folla

Chester comió en silencio. No le gustaba el conejo pero no había otra cosa que llevarse a la boca. Broven acabó comiendo buena parte de su comida. Cuando escuchó la historia del niño con cuerno y pies peludos mostró auténtico interés. Las excentricidades del mundo le fascinaban, sobretodo cuando estaban lejos de él, pero dejó que sus compañeros tuvieran la iniciativa.

Fue entonces poco antes de llegar a la posta, cuando una diligencia salió violentamente y se echó sobre ellos. Milagrosamente, el mago consiguió escaparse del impacto para acabar aterrizando sobre el barro. Nada le salía bien nunca aunque al menos no había un hueso roto que lamentar. O algo peor.

Chester se levanto colocándose bien las sucias gafas.

¿E... estáis todo bien?

- Tiradas (1)
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30/09/2020, 14:18
Narrador

Estaban todos bien. Algunos más sucios que otros, pero todos bien. Aquella caravana podía jaber acabado fácilmente con alguno de ellos si llegaba a atropellarlos. Sin embargo, la suerte había estado de su parte y nadie había salido herido. No habían sido los únicos que se habían dado un susto de muerte. Uno mozos de cuadra estaban tratando de dominar a dos caballos que se habían encabritado y no parecían querer entrar en los establos.

Todos fueron testigos de como la caravana se alejaba a toda velocidad por la carretera. Daba saltos en cada socavón y la amortiguación de la caravana sufría con cada piedra que pisaban. A esa velocidad, sería raro que llegaran muy lejos, no obstante, el cochero parecía querer arriesgarse por la razón que fuera. Perseguir a la caravana era imposible si no contaban con caballos, además de que momentos después de su infructuoso intento de homicidio, el carruaje se perdió de su vista camino de Altdorf.

Fuera como fuera, aquellos cuatro improvisados compañeros estaban cansados, sedientos, hambrientos, sucios y con unas ganas inmensas de llegar al interior de la posta y descansar en una cómda cama después de un baño y una buena cena. La entrada de la posta les llamaba con fuerza. Además, el patio de la misma parece estar muy animado y bajo un penetrante olor a estiércol fresco se podía perdibir un delicioso olor a comida.

Notas de juego

Decidme si entraís a la posada o haceís otra cosa.

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30/09/2020, 14:30
Director

Notas de juego

Al fijarte en el carruaje, observas que en su interior viaja alguien muy parecido a Chester, casi podrías decir que es su hermano gemelo. Aunque el carruaje iba rápido y no puedes estar 100% seguro.

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30/09/2020, 14:47
Ragnar

Ragnar frunció mucho el entrecejo cuando pasó la diligencia a toda velocidad, tambaleándose por los socavones que plagaban la carretera Imperial. Cuando fruncía el ceño así, tenía un aspecto más obtuso de lo normal, pues a Ragnar no se le daba muy bien pensar. Cambió el gesto taciturno por un gesto borrascoso y se acercó al mago a grandes zancadas.

¿Tienes un hermano gemelo del que no nos hayas hablado? —le incriminó, más que preguntarle, a Chester—. ¡Porque he visto a un tipo clavadito a ti viajando en el carruaje que casi nos atropella!

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30/09/2020, 18:56
Chester Clancy, el que no folla

Chester casi se cayó de culo cuando Ragnar se dirigió a él. Si no terminó de hacerlo posiblemente fue porque una parte de él estaba ocupada en lo molesto que se sentía manchado de barra hasta las trancas.

¿Qu-Cómo?—exclamó sorprendido— ¡Yo no tengo ningún hermano!

Pero no era cierto en parte.

Bu... bueno. La verdad es que soy adoptado. Fui entregado a mis padres en... extrañas circunstancias.

Un montón de dudas asaltaron al mago, dudas que nunca se había planteado. ¿Cómo había acabado con sus padres? ¿Qué fue lo que ocurrió? ¿Realmente tenía un hermano? Nunca había pensado en su familia biológica, pero la revelación de Ragnar había puesto todo patas arriba. Chester empezó a notar que le faltaba el aire hastsa que al final acabó desplomándose una vez más en el barro.

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30/09/2020, 19:43
Alys de Louvriers

Alys se puso en pie, nadie había sufrido daño; y ella solo estaba herida en el orgullo. Se limpió la cara con un pañuelo, se sacudió el pelo todo lo que pudo y trató de adecentar la túnica, mientras recolocaba la armadura acolchada sobre su torso. Era demasiado aparatosa para ella, que no había llevado nada apretado en su vida. Miró primero a Ragnar para comprobar que el bárbaro estaba en perfecto estado y frunció el ceño. ¿Por qué lo miraba a él y no a los demás?

Pues porque el bárbaro se fue directo a por Chester, poniéndo esa cara que había puesto cuando entró en la tienda de Alys y se lo rompió todo. Tuvo miedo, aunque ella no era el objetivo de la furia de aquel matón, se le doblaban las rodillas cada vez que lo veía enfadado. Y es que tenía más miedo al dolor que podía sentir que a otra cosa. Aún así, la revelación fue demasiado impactante como para pasarla por alto.

De todos modos, Alys ya no podía más. Se plantó delante de Chester y fulminó a Ragnar con la mirada.

-¡Ya basta! Es obvio que te has confundido y que el peligro te ha hecho ver algo que no era. No es necesario comportarse así, ¡pregunta la próxima vez, di por favor y gracias! -exclamó, poniendo los brazos en jarra.

Estaba enfadada y aterrorizada, por eso no era consciente de que echar más leña al fuego del bárbaro podía terminar de un modo poco amable.

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30/09/2020, 20:35
Alder, el casto

Alder en tornó los ojos hacia el cielo y suspiró sonóramente ante el nuevo panorama que se presentaba ante él. Empezaba a dudar que unirse  a aquella gente había sido un grave error, pero ahora ya no había tiempo de volver atrás.

Arrastrando los pies se unió al grupo, dispuesto a poner fin a aquel conato de pelea o lo que fuese aquello.

-Pero vamos a ver...-bufó -¿De veras vamos a empezar esto?¿Aquí? ¿Ahora?-sus palabras estaban teñidas de indignación

-Tenemos la posada literalmente a una decena de pies, está anocheciendo, estamos cansados... ¿ Yvamos a ponernos a discutur en medio del camino si dentro de aquella diligencia conducida por un demente homicida a paso de hipógrifo  había alguien que se parecía a Chester y ya de paso nos estudiaremos el árbol genealógico del mismo?

Alzó ambas palmas simulando una suerte de rendición, mientras negaba con la cabeza.

-Yo...-volvió a bufar-¿Que tal si entramos y ya vamos viendo...?

 

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30/09/2020, 22:47
Ragnar

Ragnar asintió casi imperceptiblemente a la historia de Chester. No terminaba de entender del todo a dónde quería llegar con su explicación, pero estaba demasiado asustado como para mentirle. No tanto de la diligencia, sino porque parecía temer que le metiera un puñetazo en cualquier momento.

En su defensa salió Alys. La muchacha le parecía una diminuta raposa de pelaje rojo erizado que le enseñara los dientes en un vano intento de defender una presa aún más diminuta. Bastaría un rugido para que huyera corriendo por el bosque, con el rabo entre las piernas. Pero no tenía la más mínima intención de gritarle a la herbolaria ni, dicho fuera de paso, pegar a Chester.

Podría sentir en su interior que Ragnar no pensaba igual. Su furia bullía en su interior, él sentía como si la reprimenda de Alys pusiera en entredicho su hombría. Pero a él le importaba bien poco.

—Palabras. No me importan un bledo —le respondió a Alys sin mirarla, mientras pasaba junto a ella en dirección a la posta.

Lo que le importaban eran los hechos, las acciones, y Chester no es que hubiera hecho nada para ganar su respeto. Alys había hecho menos que nada: había sido una carga y una molestia con sus constantes quejas, lloriqueos y aquella asustada mirada de cervatillo. Pregonaba el uso del por favor y el gracias pero no había dirigido ni una palabra ni la otra en su dirección. Todo lo que había hecho por ella en aquellos días, incluyendo salvar su vida, mantenerla de una pieza en campo abierto y hasta darle la comida en las manos, no parecían importarle en comparación con lo que Ragnar había hecho en un día de resaca.

No es que la culpara, ni que esperara nada a cambio de lo que había hecho libremente. Simplemente, no le importaba un ardite lo que tuviera que decirle hasta que no cambiara su forma de actuar.

—Bien —le dijo a Alder, dedicándole un asentimiento—, aunque ya he terminado de discutir.

Palabras. Demasiadas palabras.

Ahora quería comer algo y dormir hasta el día siguiente.

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01/10/2020, 10:46
Gustav Fondleburger

Nada más acceder al interior de la posada, un hombre sonriente y horondo como un barril de vino, os asalta con preguntas. 

- ¡Buenas noches! Mi nombre es Gustav Fondleburger, el dueño de ésto. - Se presentó. - Sean bienvenidos a la Diligencia, ¿que tal están? Parece que cansados. Eso no está bien. Los caminos son muy peligrosos... - Divagaba aquel hombre. - ¡Pero pasad, pasad! ¿Queréis que os sirva algo de comer? ¿Os quedaréis a dormir verdad? ¿Cuantas habíataciones quereis? ¿Hacia donde os dirigis?

El dueño parecía no tener intenciones de parar de hablar, ni de escuchar vuestras respuestas. No obstante, no les quedó más remedio a los extenuados viajeros que pasar al interior de la posada y sentarse en la mesa que el posadero les ofreció.

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01/10/2020, 10:54
Narrador

Es entonces y solo entonces, cuando sentados en una mesa, el grupos puede por fin echarle un vistazo al lugar.

Se trataba de una estancia muy iluminada y agradable. El olor a comida y el intercambio de risas y bromas de los cocheros y otros parroquianos crean un sensación de un gran ambiente y por suerte, el olor a estiércol es casi imperceptible en el interior de la Diligencia 

Desde el otro lado de la habitación, detectaron la fría mirada de una joven mujer ostentosamente vestida. Estaba sentada en una mesa en compañía de otras dos mujeres. Una de ellas era alta y robusta, mientras que la otra era pequeña y delgada.

En otra mesa se hallaba un joven que esta inmerso en su lectura y que miró a los recién llegados nada más entrar. Se trataba de un hombre barbudo y despeinado con pinta de intelectual. Nada más ver cómo los nuevps clientes penetraban en la taberna y se sentaban siguió con su lectura.

Apoyado en la barra del bar, un hombre de exagerada elegancia también echó una ojeada a los recién ingresados en La Diligencia, volviendo luego la vista nuevamente al bar.

En otra de las mesas, se hayaban dos hombres bebíendo. Lucían iniformes que a simple vista no eran fácilmente diferenciables y sobre su mesa se hallaban ya tres botellas de vino vacias y una cuarta a medio vaciar.

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01/10/2020, 20:13
Chester Clancy, el que no folla

Antes de entrar en la posada Chester lanzó un sencillo conjuro de prestidigitación (el conjuro que mejor se le daba) para limpiarse a él y al resto de sus compañeros. No sólo es que odiara la suciedad y la mugre, es que ya eran de por sí un grupo variopinto como para encima ir cubiertos de mierda hasta el cuello.

Dejó que sus compañeros lidiaran con Gustav Fondleburger quedándose en un segundo plano. Una vez en la mesa pidió agua y algo de comida caliente. Después de varios días de viaje le apetecía algo guisado. Después sacó su grimorio mágico y comenzó a ojearlo.