Partida Rol por web

Horas después de haber probado aquél banquete que tanto les había gustado y disfrutado, el cuál seguramente guardarían como un preciado recuerdo en sus vidas, fueron recogidos por unos jeep con la insignia de los cazadores, y se internaron con ellos en el camino. No pasarían muchas horas antes de que comenzaran a entrar en un clima distinto, el cuál era nuevamente boscoso. Allí, tras pasar unas horas en camino, ya, cercano a la media noche, llegaron a un lado del bosque, donde se podía ver a un hombre, y tras este, lo que parecía ser, la entrada de una excavación.

-Soy el Profesor Jay Thorn-Vassasina, soy un cazador arqueólogo, y seré su examinador en esta prueba ¿Ustedes deben ser quienes superaron las primeras dos pruebas, no es así? Usualmente esta es la prueba final, pero me han dicho que este año han quedado muy pocos, por lo que se pasó a esta prueba antes de tiempo. –Dijo, tras lo cual, el hombre, que llevaba anteojos y un pelo de cabello gris, que no superaba los 30 años, sacaba una moneda de oro que brillaba con el brillo de la luna y un brasero cercano- A mi espalda hay una caverna que llevaba a unas excavaciones de la dinastía Yichat-la, un imperio que habitó estas tierras hace más de tres mil años. En esta caverna, encontramos unas catacumbas, de la cual hemos encontrado diversos artículos de valor arqueológico incalculable.

-Su misión consistirá en conseguir una de estas monedas en las catacumbas que se encuentran a mi espalda. Tendrán hasta el amanecer para conseguirlas. Allí abajo encontrarán trampas mortales, junto a otros peligros que podrán acabar con sus vidas si no son cuidadosos. A cada uno de ustedes se les entregará una antorcha, y esta será su única fuente de luz, por lo que, si no consiguen mantenerla, quedarán en la completa oscuridad. Cada uno de ustedes irá entrando a solas, con una diferencia de 10 minutos, para que uno a uno pueda hacer la prueba separado del resto, ya que aquí comprobaremos su fuerza individual. Es su última prueba, por lo que espero que den lo mejor de ustedes. –

Dijo, ante ello, les mostró un brasero donde ardía llama, y les fue entregando una antorcha a cada uno de ustedes, y les señaló la entrada de la caverna. Sin importar quién fuera primero, o último, todos ustedes, se llevarían esta misma sensación de miedo y sorpresa al pisar ese lugar por primera vez;

Allí podían sentir claramente la humedad, notar la antigüedad del lugar, y sobre todo, un silencio sepulcral, que al solo pisar los primeros pasos por el lugar, les surgió una profunda sensación de miedo y malestar.

Sus felinos sentidos los hicieron dar un ligero maullido amenazante, quizás por intuición más que por necesidad pero la verdad era que aquel lugar daba escalofríos. Antes de entrar miró a su alrededor por si podía tomar algo de madera seca o quizás algo con lo que hacer fuego. Por si (aunque no se quisiera) la antorcha menguaba o se apagaba, pues acostumbrarse a la oscuridad no era algo de un par de minutos, pese a que su familia estaba formada por gatos, ella seguía siendo humana.

Tras su leve búsqueda, llegó su turno y se adentró con el material hayado en el tétrico lugar.

Tiger se quedo junto al fuego esperando para ser el último en entrar a aquella cueva, si veía que alguien mas quería ser el último pues no pondría pegas y entraría de una vez.

Cuando escucho aquella bienvenida poco a poco una sonrisa se dibujo en el rostro del moreno aspirante a cazador, aquello lo describían casi a su medida. Finalmente llego su turno y entro en aquel lugar tan oscuro por un instante un miedo "irracional" se apodero de su mente pero un par de respiraciones profundas de aquel aire húmedo le permitieron calmarse, entro unos 50 metros sin mayor preocupación, al ser una cueva ya explorada, seguramente las trampas y peligros no estarían tan cerca de la entrada una vez en un punto donde ya no alcanzara la luz externa, se mantuvo ahí e silencio y permitió que sus ojos se acomodaran a la nueva luz, sus oídos a aquellos ecos de caverna, su olfato, piel y gusto a las diferentes matices del aire encerrado, el nivel de humedad que sintiera en su piel, los diferentes olores que llegaran a su nariz, los diferentes niveles de concentración de polvo que pudiesen acumularse en su saliva al sacar por un instante la lengua, pasados un par de minutos en aquella meditación/adaptación al nuevo entorno prosiguió.

Se dejo guiar por sus sentido prestando suma atención a su entorno y dejando alguna marca en las paredes aunque fuese algo tan simple como quitar un poco de musgo cada pocos metros para marcar su camino, quería dejar algo que le sirviera para regresar pero que no fuera tan obvio como para ayudar a los demás participantes.

Habían pasado unas cuantas horas y Kain se encontraba ahora frente al profesor Jay y la excavación Yichat-la, debería haber estado prestando atención pero no importaba cuánto esfuerzo pusiera en ello siempre terminaba recordando aquel glorioso sabor de las palomitas que había comido antes. No lo quería admitir pero estaba considerando seriamente el convertirse en cazador gourmet nada más para comer comida como esa más a menudo.

Por supuesto aunque lo considerara seriamente, esto solo duro un momento pues Kain aun sin poder olvidar aquel sabor, jamás olvidaría su meta de llevar a ciudad Meteoro devuelta al mapa y para ello necesitaría ir por la rama de cazador que más poder pudiera acumular.

Estos últimos pensamientos hizo que fuera capaz de concentrarse de nuevo y prestara atención al cazador frente a él.

Kain una vez se veía emocionado por la prueba, pues esta parecía que era algo verdaderamente serio, digno de un cazador como pronto lo sería el.

Cuando llego su turno se aseguró de tener sus confiables Cestus puestos y tener los ojos bien abiertos ante cualquier posible amenaza, no quería ser tomado por sorpresa cuando el profesor advirtió específicamente sobre los peligros de la excavación. Además de que esta vez su emoción no le ayudo a olvidar la sensación que le transmitió este lugar, se sentía muy incómodo y asustado pues de verdad parecía que esto era diferente a todo lo demás.

Mientras el profesor termina de hablar, Pipan ziente un repentino picor en el cuello. Al rebuscar, resulta ser un trozo de palomita superviviente del frenesí de hace unas horas. Lo consume con delectación, abstrayéndose de lo que ocurre a su alrededor, dejando que otros se le adelanten. 

Mmmmm, con razón es tan caro, a ver si para mi próximo cumpleaños convenzo a mamá para tener un par...OH.

Recuerda que le han cerrado el grifo. La discusión, los gritos por teléfono, la decisión en caliente. 

Si no me van a dar más dinero, también se acabaron las fiestas de cumpleaños. Ni fiesta, ni comida, ni amigos, a lo mejor ni siquiera regalos. 

Se ve a sí mismo, muy solo, muy pequeño, rodeado de una inmensa oscuridad. El viento aúlla a su alrededor.

-​​​Yo voy el siguiente-anuncia de repente, con expresión dura, y enciende la antorcha en el brasero con vehemencia ignorando al resto. En cuanto el profesor le deja pasar, entra en la caverna como si alguien dentro le debiera dinero. 

Tras entrar, el miedo y el malestar que le produce ese lugar, en lugar de paralizarle, añaden a su tensión y le aceleran, andando aún más deprisa y agitando la antorcha a un lado y a otro, internándose más profundamente en busca de esas trampas y el camino a las monedas, de una distracción. Necesito acabar con esto. ¿Dónde están? ¿Dónde están? 

La segunda prueba había sido difícil para Jin y sólo pudo pasarla gracias al trabajo en equipo. En el viaje en jeep pensaba de las fallas que había hecho tratando de cumplir la tarea que el segundo examinador les había encomendado, ¿estaba a la altura de ser un cazador? ¿Será el colaborar con otros es parte de lo que un cazador es? Tal vez un cazador es quien está en continuo aprendizaje. Si era así, él seguiría intentándolo.

Ya en la tercera prueba el ambiente era distinto, el rostro de sus compañeros participantes era de temor, ya no había tanta tranquilidad como había en las anteriores pruebas. Podrían fallar e intentar nuevamente el próximo año, pero aquí parecía que si no se tenía cuidado, sería el fin. A medida que avanzaban y se internaban en el interior de la caverna, Jin iba pensando que debería hacer y cómo encontrar una moneda de esas. Lo primero que debía hacer era ir con cuidado, no activar ninguna trampa pero tampoco que otro participante lo embosque, no sabían si había monedas para todos y eso podía hacer que los demás participantes sean sus rivales.

TURNO 1 - 9 RESTANTES

Ivrels utilizó los recursos y conocimientos que le entregaba la naturaleza, y tras concentrarse unos segundos, pudo sentir el aroma, tanto de la tierra, como del bosque. Con ese conocimiento, no le costó mucho adentrarse un poco en los alrededores, y encontrar un buen par de leños que le podían servir para prenderlos como antorchas, como quizás para golpear si lo llegaba a necesitar.

Al entrar a las catacumbas pudo sentir el cambio en el ambiente. Sintió un frío que le hizo tiritar por un momento, y su respiración generaba bocanadas de vapor. El lugar era muy frío y húmedo, al punto que podía oír a la distancia, como el agua corría, a la vez que también podía ver a sus alrededores que había muchos lugares donde el agua goteaba. La primera sala en la que entró llegaba hasta un piso más abajo con una gran escalera, mientras podía ver como la naturaleza había cobrado las estatuas que se encontraban en el lugar.

TURNO 1 – 9 RESTANTES

Tiger esperó con paciencia a que todos entraran, y cuando finalmente fue su turno, entró con confianza. Ahora bien, cuando hizo eso y entró a la cueva, sintió algo que lo dejo muy confundido. De alguna manera, toda la confianza y seguridad que tenía, fue borrada de golpe por la realidad que enfrentaba. Apenas podía ver en lo escuro de las catacumbas, había un frío intenso en estas, al punto que al respirar generaba bocanadas de vapor. Todos los pelos del cuerpo se le erizaron, y pudo sentir un peligro como nunca antes lo había sentido. La naturaleza había cubierto las paredes y las estatuas que allí se encontraban, no podía notar nada que le sirviera en ese momento, excepto, una fuerte sensación de que algo lo acechaba.

TURNO 1 - 9 RESTANTES

Kain entró en segundo lugar, y entró a la cueva sin miedo alguno. De alguna manera, toda la confianza y seguridad que tenía, fue borrada de golpe por la realidad que enfrentaba. Apenas podía ver en lo escuro de las catacumbas, había un frío intenso en estas, al punto que al respirar generaba bocanadas de vapor. Todos los pelos del cuerpo se le erizaron, y pudo sentir un peligro como nunca antes lo había sentido. La naturaleza había cubierto las paredes y las estatuas que allí se encontraban, no podía notar nada que le sirviera en ese momento, excepto, una fuerte sensación de que algo lo acechaba. Oía a la distancia sonidos del agua caer, quizás en algún momento u otro, pasos. Aquél lugar tenía algo místico que seguramente, sería una prueba de su determinación para saber si sería capaz de salvar ciudad Meteoro, o no.

TURNO 1 - 9 RESTANTES

Pipan entró en tercer lugar, y entró a la cueva sin miedo alguno. De alguna manera, toda la confianza y seguridad que tenía, fue borrada de golpe por la realidad que enfrentaba. Apenas podía ver en lo escuro de las catacumbas, había un frío intenso en estas, al punto que al respirar generaba bocanadas de vapor. Todos los pelos del cuerpo se le erizaron, y pudo sentir un peligro como nunca antes lo había sentido. La naturaleza había cubierto las paredes y las estatuas que allí se encontraban, no podía notar nada que le sirviera en ese momento, excepto, una fuerte sensación de que algo lo acechaba. Oía a la distancia sonidos del agua caer, quizás en algún momento u otro, pasos. Tendría que concentrarse al máximo en aquél lugar para poder encontrar la moneda, y por como se sentía observado, sabía que se tenía que comenzar a mover, y pronto.

TURNO 1 - 9 RESTANTES

Jin entró en cuarto lugar, y entró a la cueva con sumo cuidado. De alguna manera, la preparación mental que había tomado era la correcta, pues el lugar gritaba peligro. Apenas podía ver en lo escuro de las catacumbas, había un frío intenso en estas, al punto que al respirar generaba bocanadas de vapor. Todos los pelos del cuerpo se le erizaron, y pudo sentir un peligro como nunca antes lo había sentido. La naturaleza había cubierto las paredes y las estatuas que allí se encontraban, no podía notar nada que le sirviera en ese momento, excepto, una fuerte sensación de que algo lo acechaba. Oía a la distancia sonidos del agua caer, quizás en algún momento u otro, pasos. El sigilo, en esta ocasión, por más de que fuera con una antorcha, le permitía avanzar con sumo cuidado, escuchar a los alrededores, y sentirse, al menos, en mayor confianza en ese lugar, sabía que si seguía avanzando podría tomar buenas decisiones.

Caminando con cuidado, se fijaba en todos los huecos del lugar por si hubiera alguna moneda en alguno, también vigiló las goteras avanzando con precaución. En lugar de pisar directamente antes de dar cada paso picaba donde iba a poner sus pies, además, quizás por ser algo asustadiza, evitaba las miradas de las estatuas.

Debía adentrarse y en ello estaba.

La sensación de acecho logra lo que la oscuridad no ha podido y finalmente se detiene. Asustado, Pipan traga saliva, ¡Gulp!, y agarra con fuerza la antorcha, que es lo único que tendría a mano para defenderse.

¡Hay alguien... o algo...más aquí aparte de mí!, piensa preocupado. ¿Será uno de esos "peligros" de los que oí hablar al profesor ese? Se arrepiente de no haberle prestado más atención. 

Necesita seguir moviéndose. Tratando de hacer el menor ruido posible y con la antorcha baja cerca del rostro para que no se vea mucho la luz, busca casi a tientas, palpando las paredes, una puerta o un pasillo que le alejen del sonido de esos pasos, que no presagia nada bueno. 

Esto es mucho peor que colarse en casa de madrugada...

Kain pensó que debía tomarse con seriedad la prueba desde que entro, pero con tan solo con unos pasos adentro se dio cuenta que de verdad esta prueba no se trataba solo de su futuro, sino hasta de su vida. El sentido de que la muerte estaba cerca había dejado de alarmarlo hace mucho tiempo, pues siendo un chico criado en ciudad meteoro estaba acostumbrado a pelear para sobrevivir, pero por alguna razón esta sensación se sentía mucho más peligrosa que cualquier cosa que se hubiera encontrado antes y esto si que logro inquietar al muchacho.

Kain decidió ir con cuidado, ya que el profesor dijo que habría trampas, este miro muchísimo el suelo y los portales o los pilares por los que pasaba cuando avanzaba. Su plan era que si en algún momento encontraba una superficie alta trataría de subir no con esperanzas de que su visibilidad mejorara aunque le gustaría que así fuera, sino más bien pensando que quizás hubiera una especie de pasaje oculto o allí pudieran haber ocultado las monedas.

Con la cabeza hecha un lio Tiger continua avanzando, viendo hacia todos lados sin parar, desconfiando casi de su sombra. continua avanzando paso a paso, pero mucho mas lentos, al entrar en aquel sitio maldito estaba muy seguro de si mismo y de sus habilidades, pero ahora parecía un ratoncito asustado.

Continuó avanzando, arrancando trozos de plantas o musgo que se aferraran a las paredes, con la intención de dejar una huella que seguir para poder salir de aquel lugar.

Cada trozo que arrancaba lo lanzaba hacia adelante, con el temor de que algo acechara y en caso de que así fuera atacara aquel trozo en lugar de a el mismo.

Mientras trataba nuevamente de orientarse en aquella oscuridad.

Aún teniendo una antorcha, el lugar se mantenía en una incógnita permanente, ¿abría alguien allí? ¿se perdería en la estructura? ¿encontraría lo que debía? Intentó afinar sus sentidos para tratar de obtener alguna información extra además de lo que el fuego pudiera mostrarle: formas, olores, sonidos, vibraciones, todo era bienvenido para tener un panorama más claro de ese misterioso lugar.

TURNO 2 - 8 RESTANTES

Ivrels comenzó a tomarse su tiempo para revisar en cada uno de los puntos de la gran habitación, el rastro de alguna de las monedas que le habían mostrado. Al hacerlo, no encontró nada, pero cuando se acercó por atrás de la escalera, y revisó en lo profundo de la oscuridad, pudo encontrar que había un cuadrado pequeño, no más grande de un metro por un metro, que, debido a su pequeño tamaño, podría arrastrarse y avanzar por ese lugar.

TURNO 2 - 8 RESTANTES

A medida que Pipan fue avanzando entre el entramado laberinto de la catacumba, pudo sentir como la sensación que lo perseguía se volvía cada más fuerte. Sentía pasos a lo lejos, pasos que se sentían cada vez más cerca. Podía sentir como su frente comenzaba a sudar, algo lo estaba persiguiendo, y el sigilo que había intentado mantener en un principio, ahora no estaba funcionando. El lugar se volvía cada vez más polvoriento, la oscuridad parecía querer apagar la antorcha, y el frío y la humedad se volvían más intensos.

TURNO 2 - 8 RESTANTES

A medida que Kain fue avanzando entre el entramado laberinto de la catacumba, pudo sentir como la sensación que lo perseguía se volvía cada más fuerte. Sentía pasos a lo lejos, pasos que se sentían cada vez más cerca. Podía sentir como su frente comenzaba a sudar, algo lo estaba persiguiendo, y el sigilo que había intentado mantener en un principio, ahora no estaba funcionando. El lugar se volvía cada vez más polvoriento, la oscuridad parecía querer apagar la antorcha, y el frío y la humedad se volvían más intensos.

TURNO 2 - 8 RESTANTES

A medida que Tiger fue avanzando entre el entramado laberinto de la catacumba, pudo sentir como la sensación que lo perseguía se volvía cada más fuerte. Sentía pasos a lo lejos, pasos que se sentían cada vez más cerca. Podía sentir como su frente comenzaba a sudar, algo lo estaba persiguiendo, y el silencio que lo rodeaba en un principio, ahora no estaba. El lugar se volvía cada vez más polvoriento, la oscuridad parecía querer apagar la antorcha, y el frío y la humedad se volvían más intensos. Empezó a trotar, hasta que se encontró de frente con una criatura que parecía estar hecha de oscuridad que estaba justo frente a él.