Partida Rol por web

Dentro el ambiente es muy agradable en comparación con la tormenta que azota el exterior.

Al entrar, una ráfaga de aire azotará el interior por un momento, el suficiente para que algunos os griten que cerréis
- ESA PUERTAAAAA!!!!!

La gran chimenea circular que hay en el centro de la estancia caldea toda la sala. Tras la barra hay un hombre muy corpulento, bajito y muy ancho de hombros, es el posadero.

De mesa en mesa ronda una chica muy joven de pelo largo y castaño hasta la cintura.

Sirve jarras de vino por donde la llaman. Su nombre es Neus y es la hija del posadero.

En las mesas hay algunos lugareños hablando sobre el tiempo y discutiendo sobre si durará mucho más todavía.

Al entrar en la posada,Lesar suspira aliviado,mirando alrededor -sin mover mas que la mirada- buscando una mesa libre donde acomodarse.

Tras unos instantes,avanza hacia la barra intentando discernir alguna conversacion en claro entre el bullicio...

-¿Estaremos llamando la atencion? -penso pausadamente,aun con el oido atento..

Una vez veo la posada me apresuro a entrar y cobijarme de la tormenta exterior. Escondido bajo mis ropajes para protegerme de frío y las inclemencias del tiempo y encogido para conservar el poco calor que genero y el tiempo no me roba abro la puerta de la posada y entro sin fijarme en el interior, sólo voces de que cierre la puerta es todo lo que percibo.

Rápidamente me giro y cierro la puerta, dejando atrás el horrible exterior. Quitándome algunas prendas para acomodarme a la temperatura interior, observo la estancia en esperas de encontrar una mesa y poder pedir algo que alimente mi cuerpo y mi espíritu a la vez que me aporte calor.

Con un fuerte acento germano:

Menuda nevada! Estoy caliado hasta los huesos! Herr- Digo hablando para mí mismo. No veo el momento de pedir una sopa caliente y algo de carne para llenar el buche. Oteo el establecimiento en busca de sitios libres y demás información.

Al fondo de la sala, en la parte más alejada, distingues una figura encapuchada con unos hábitos sentado en penumbra y aparentemente sólo. Os observa.

 Jaume estaba sentado en una gran mesa cerca de la chimenea central hablando con los lugareños en latín, en la mesa se encontraba un plato vacío con unos huesos con algo de carne aún en ellos. Junto al plato se encontraba una jarra y en las manos tenía una copa de la que daba sorvos de vez en cuando.

 Parecía sumido en las conversaciones con los lugareños.

Rápidamente, me aparto ya que uno de los hombres que ha entrado conmigo parece querer cerrar la puerta. Aunque no he entendido muy bien, seguro que los gritos son porque la puerta está abierta.

Estoy totalmente calado, hasta los huesos. Esto, ni en mi África natal, ni en el Reino de Granada, es normal. Nunca había visto llover tanto.

Una vez estoy dentro, miro a los parroquianos. Pero el cambio de una luz a otra es tan grande, que no puedo ver más allá de mis propias narices...

Hay una muchacha pelirroja en la taberna muy atractiva, de sonrisa cautivadora que no deja de fijarse en ti. Te mira y sonríe.

 Y esa fulana plabeya que quiere, que le meta un bastardo dentro para causarme problemas¿? Seguro que a cambio me daría ladillas y gonorrea. Son todas unas putas... salvo mi madre y mi hermana, todas las demás son unas zorras.

 El caballero ignora a la pelirroja risueña. Mientras se centra en la conversación vanal que tiene con los parroquianos.

Leandro se encuentra cansado y con frio.

Coge un plato con algo de comida y se acerca al lugar donde Jaume está sentado.

El calor de la chimenea empieza a desentumecer los musculos del escudero.

Al fondo de la sala una figura os hace un:

-Shsssht Shssst! Eh! Venid aquí! vosotros Intentando no levantar la voz pero evidentemente desde esa distancia lo oye toda la taberna.

 Jaume mira a ese hombre que les intenta llamar la atención pasando desapercivido. Si pretende que nadie le se fige en él mejor sería que se cambiara un poco de indumentaria. De todos modos si pretende que le haga caso le hará falta algo más que uns shssshts. Que menos que una presentación correcta. ¿Quién se cree que soy?

 Para seguir con la conversación, permitiendo a Leandro que se acomode para comer algo caliente, pues ha estado ocupándose de las monturas mientras él ha empezado a comer.

Lesar mira hacia el individuo en el fondo de la sala,escudriñandole de arriba a abajo,haciendo memoria por si le conocia...Tras unos segundos da un vistazo rapido por si alguien le esta prestando demasiada atencion,despues vuelve la vista hacia sus compañeros de viaje,esperando una reaccion...

Lesar se fia de su instinto (y de estar rodeado de gente) y se acerca a paso lento hasta el,quedandose inmovil de pie mirandole,dispuesto a escucharle,pero siempre con sus compañeros a la vista...

Leandro mira al sujeto que les llama desde el fondo de la sala. Ciertamente va ataviado de forma extraña y sin duda es a ellos a quienes llama, sin embargo, el escudero acaba de sentarse y no se ha llevado a la boca más que una cucharada de su plato, razón por la que ignora la llamada de atención.

Si intenta decirnos algo, sería más facil si es él quien se nos acerca

Estoy comiendo tranquilamente mis habas mentras observo como se aleja el Barón en busca del misterioso personaje.

-Que ganas tiene lengua-vaca de meterrse en lios.- Digo sin evitar esbozar una sonrisa, aunque a él no deberia de hacerle ninguna gracia, sin duda.

Tras conseguir algo de calor del interior de la posada, noto que alguien reclama nuestra atención, con lo que girándome hacia dicha dirección intento forzar la vista para poder descubrir a aquel que desea que nos reunamos a su lado, sin conseguir distinguir nada.

Observo el resto de la sala antes de decidirme a avanzar hasta la muchacha que sirve en las mesas y preguntarle: Disculpad, mi señora. ¿Sabéis quién es el caballero del fondo? Digo señalando con la cabeza la dirección en dónde se encuentra el desconocido.

No lo había visto en mi vida señor. Creo que es extranjero, hace un rato le llevé una jarra de vino y al contestarme noté un acento extraño.

La mujer sigue atareada llevando y trayendo jarras.