Partida Rol por web

El fuego de Castrojeriz

I. El grupo de Peregrinos

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27/04/2016, 10:13
Director

Andábase don Aldano de Torrenero en su castillo con los buenos de sus hombres: un muchacho llamado Eneko, al cual recogió tras verlo un poco desvalido y sin mucho destino al que perseguir, por lo que lo recogió como cazador para sus banquetes. Tiempo atrás hízose cargo de un caballero militar, al que guareció en su propio castillo tras llegar a él por ciertas cuestiones. Su nombre era Victor, caballero de renombre de los calatravenses. Además, don Aldano accedió a una petición de un viejo amigo de dejar que su hijo, un caballero por derecho pero no de espada (sino de instrumento) llamado Munio a que anduviera por su castillo y sus tierras de acá para allá, cantando y recitando lo que podía, y haciendo de escriba las más veces. Et que finalmente, el último en llegar a los dominios de don Aldano no fue sino un barbero Cirujano que decíase sanador entre otras cosas, et que el noble dejólo estarse en sus tierras un tiempo por si pudiera curar el mal que asolaba a sus gentes. Pero nada de ello pudo de tal guisa...

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27/04/2016, 10:16
Aldano de Torrenero

Año de Nuestro Señor de 1360.

Don Aldano, un buen día, os dió cierta noticia: que habíais de acompañarle a hacer peregrinaje a la ciudad Santa de Compostela para orar por las suyas tierras inmersa en enfermedad. Como hombres a su servicio en mayor o menor medida, así que aceptásteis. Por ello que, tras preparar unos días el viaje con ayuda de los suyos criados, que partísteis del pequeño feudo, ubicado no muy lejos de Logroño. Vuestra marcha se componía del don Aldano y vosotros cuatro, únicamente. Nada de caballos ni mulas: marcha a pie, pues según palabras del de Torrenero, “cuanto más duro es el camino, más piadosa es la bendición”.

Tras algo más de veinte días de camino entre Logroño y Burgos donde hubísteis de descansar en algunos hospitales, posadas, y al raso, visitásteis la catedral de Burgos y la iglesia de San Juan Evangelista (y en ambas don Aldano rogó a Dios por sus tierras). Tras salir de la ciudad y caminar un par de días más, vuestra marcha se detuvo en el siguiente pueblo, de nombre Hornillos.

Descansaremos aquí -dijo en la entrada del pueblo el vuestro señor-. Será mejor que estiremos las piernas en alto un rato. Vayamos -impuso el noble-.

Notas de juego

Comenzamos.

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27/04/2016, 11:54
Munio Recarédiz

A pie.... ¡Teniendo montura! - Munio no dejó pasar ninguno de los días desde que dejaron el castillo sin recordárselo al grupo de viva voz. Y no era vagancia. A él le gustaba caminar, ese no era el problema. Pero siempre con un destino claro, con un propósito. Y no era el caso pues no tenía ninguna fe, ni en el poder milagroso del Camino, del apostol o de las meigas. No tenía ninguna fe en general.  

Esto es caminar para gastar botas - Sus refunfuños antireligiosos se los guardaba para sí para no ofender a don Aldano. 

Por suerte supo convencerle de llevar a su mula como animal de carga con la condición de no montarla hasta llegar a Santiago. 

don Aldano:
Nada de caballos ni mulas: marcha a pie

Todavía se sorprendía de lo fácil que le resultó convencerle. 

- Señor, el camino es largo y puede que en la ancha castilla nos convenga llevar víveres. Permítame llevar a Gómez conmigo. Le colocaré las alforjas sobre la montura y caminaré a su lado todos y cada uno de sus pasos. 

Y así partieron, día tras día caminando leguas y leguas unos a pie, otros a pata: Don Aldano, Eneko, Víctor, Alfonso, el propio Munio, su mula Gómez y Pérez, el pachón navarro que no se separaba más de veinte varas del grupo en ningún momento. Hasta Hornillos a pie.... ¡Teniendo montura! 

- Tiradas (1)
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27/04/2016, 17:43
Alfonso Usía

El camino hasta Hornillos había sido tranquilo, más bien aburrido. No habían intercambiado muchas palabras ni entre ellos ni con su señor. No es que eso incomodara a Alfonso, de carácter tranquilo y discreto... por lo general. Esperaba sin embargo que el camino no solo levantara sus espíritus, significara lo que significara eso, si no también sus ánimos. Aborrecía todo lo religioso, fruto de su pasada vida enclaustrado, pero sí admiraba la belleza del camino, de sus gentes, de sus pueblos y de su arquitectura, ávido de conocimientos como era.

Cada vez que Munio lo recordaba de viva voz, a Alfonso, con una sonrisa en los labios, no dejaba de sorprenderle que el Señor hubiera accedido a llevar esa mula. Nuestro amigo Munio debía ser buen orador como corresponde a un buen trovador de suelas gastadas en caminos de polvo y tierra. Tal vez podría aprender algo de él, al menos cómo arrancar cuatro notas de la flautilla que no sonaran a grajo moribundo. Pero bueno, al fin y al cabo, el mulo sin duda les sería útil para el camino, ya sea como canje o como alimento. No pudo evitar pensar en cómo sabría el mulo asado cuando una punzada de hambre le atravesó las entrañas de lado a lado.

En esas disquisiciones estaba cuando llegaron a Hornillos:

- ¡Henos aquí en Hornillos! ¿Y dónde se ha de dormir hoy mi señor, al raso... o en posada, tal como piden nuestros pies magullados y nuestras almas de viajeros fervientes de descanso? - Acompañó la última parte de la frase con un ademán algo afectado y una medio sonrisa en los labios esperando que sus compañeros de viaje se unieran a convencer al señor de no pasar otro día al raso. 

  

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27/04/2016, 20:05
Eneko

Malhumorado estaba Eneko, que se encontraba igual de molesto que sus compañeros por aquella caminata tan larga. Pero más le molestaban los quejidos de ellos que eran peores que los dolores de sus pies. Tanto así que, pese a no ser un muchacho muy hablador, al llegar a hornillos y parar no aguantó sus quejas y los cantos del Trovador.

-Aaah aspertuta nago-dijo molesto- cansado de vuestras quejas. Seguro que no veis al caballero o al señor quejarse en cada pueblo ¿verdad?-les reprendió a sus dos compañeros aunque él era el mas joven de la compañía- Ahora que ya hemos llegado a este pueblo podremos descansar los pies, pero dejad ya de quejaros pues no tengo vino suficiente como para aguantarlo todo el viaje.

Y aquello último era cierto pues acostumbraba a llenar la bota con vino en cada pueblo "para el viaje" y para cuando llegaban al siguiente normalmente estaba medio vacía si no del todo. Y si ya era malhumorado de por si, sin la bota llena lo era aún más.

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28/04/2016, 00:52
Munio Recarédiz

- Cómo sois los vascos Eneko carajo - le da una palmada en la espalda - de algo habrá que hablar. Mira que pareces ahuelmado ahí callado todo el viaje pero cuando hablas gruñes bien ¿eh?

A Munio no le ha sentado mal su comentario, sólo pretende tomarle el pelo.

- Señor - se dirige a don Aldano - bien tiene razón el chico que andamos escasos de vino y bien nos sentaría un trago. ¿Le parece que busquemos fonda, no sea más que para refrescar el gaznate? Y un pocillo de agua para Pérez si tienen a bien ponernos. 

Al oír su nombre, el perro corre frente a Munio y se sienta sobre sus patas traseras moviendo el rabo como un loco. 

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28/04/2016, 12:26
Don Victor Saavedra del Valle

Cuando salimos del Castillo de Don Aldano no esperaba una caminata tan larga y ardua; lo que si esperaba era ir en mi montura que tanto tiempo llevaba conmigo. Sin embargo, mi señor, optó por ir a pie. 

“cuanto más duro es el camino, más piadosa es la bendición”. dijo mi Señor.

No le quitaba razón, pero el resto del séquito no estaba acostumbrado a tan penoso y cansino viaje. Diferente era yo, curtido en mil batallas y sacrificios, arrastrado por el barro, caminando con el agua por el pecho y mis armas alzadas por encima de mi cabeza....la guerra es muy dura. Aunque mucho más dura es la batalla que ante nosotros se presenta.

El motivo de nuestra peregrinación era salvar a numerosas almas infestadas por un terrible mal, salvar las tierras de mi Señor que tanta comida y bendición daba a numerosas bocas. Gente buena, gente fiel.

Los quejidos del Joven Munio me hicieron sonreir. Tal vez,  con un poco de música y su ingenio pudiera haber compuesto una bella canción que, más amena nos hubiera hecho la camita. Sin embargo, el cansancio y la sorpresa de no verse con una montura, le hizo olvidar cual era su papel en este exigente viaje.

-"Pronto descansarás trovador.....pronto recuperarás tu alegría, tan necesaria en estos momentos" Traté de animarle.

Me acerqué a Don Aldano.

-"Mi señor, ¿quiere que me acerque a la posada para que preparen su alojamiento? o ¿prefiere que vayamos juntos? Dije con una leve inclinación de cabeza.

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28/04/2016, 21:54
Director

Sin duda que Munio tenía labia (y mucha) con la que poder convencer casi a cualesquiera de cualquier cosa (et non iba a ser menos el suyo señor, et más en consejos de viajes).

En tales días, Alfonso había acusado la ausencia de palabra del suyo señor. Empero que aquello debía ser, sin duda, el estado del suyo feudo (y alfonso como sabedor de enfermedades dábase cuenta): heridas y enfermedad, gangrena y muerte asolaba a cuanto aldeano había en las pocas aldeas que se albergaban en las suyas tierras, ¡menudo panorama!

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28/04/2016, 21:55
Aldano de Torrenero

Haya paz -dijo para calmar las chanzas de los suyos siervos-. Vayamos a buscar... fonda y cama, que ambas cosas necesito, que me hago viejo y el Apóstol me espera -decíase, refiriéndose al apóstol Santiago en Compostela-. No hace falta, Victor... -continuó-. Iremos todos, que en tantos días ya recorridos cualesquier cosa es buena. Venga señores -a todos- andemos a buscar un lugar donde desagitarse.

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28/04/2016, 21:55
Director

Finalmente entrásteis decididos en Hornillos. Aquella población no era sino una única calle con casas a izquierdas y derecha, un par de edificios más altos, y una iglesia, en el centro de una plaza vagamente empedrada. Enseguida localizásteis una posada (que bien vísteis debido a unos barriles y cubos en la entrada), y allá que entrásteis. Munio procuró por buscar alojamiento a la suya burra, y tras entrar en la posada y preguntar por habitación y cama, el tabernero de la barra interior le proporcionó descanso al animal en la parte trasera de la misma (un viejo cobertizo lleno de paja).

Una vez dentro, vísteis que aquel lugar era claramente de paso: una docena o más de personas se calentaban al son de una hoguera de chimenea, comían en las mesas o descansaban con un buen vino en vaso y bota, y el jolgorio típico de un lugar así allí andábase.

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28/04/2016, 21:56
Aldano de Torrenero

Buscad habitación -os ordenó don Aldano vagamente para que hablárais con el tabernero-. Si hay habitación única, será para mí... -et no dijo más-.

Notas de juego

Reitero (lejos de lo que puda parecer) que don Aldano no es un tipo déspota, sino más bien (pese a su buena condición social) un tipo con cierta humildad y altruista (un ejemplo es la peregrinación por las gentes de su feudo).

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28/04/2016, 23:04
Eneko

-Munio anda y dile al tabernero que tan amablemente parece haberte tratado que busque un cuarto para Don Aldano, que menos para este sitio que el honor de acoger a un buen señor-dijo el muchacho sin preocuparse por si le escuchaba Aldano o no- y ya que le preguntas pregúntale si tienen buen vino y algo de comer-le dijo el muchacho tan tranquilamente que parecía que él mismo era quien daba las ordenes ahí- espera, te acompaño para que no nos tome por pardillos-se corrigió de una manera algo poco formal.

Notas de juego

Pues gente, nos vemos el martes! Buen puente a todos!

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29/04/2016, 00:57
Munio Recarédiz

Guaje, yes babayu? Qué hace ordenándome este... ¿Le ascendieron en el rato en el que anduve en la cuadra? 

- Eneko frena y anda tranquilo que ya tengo pastor que me chiste ¿eh? - le contesta Munio al compañero - Venga vamos que antes de pedir habitación le vamos a sacar dos vinos al tabernero. 

Le coge del hombro y se acercan a la esquina en la que el que regentaba la fonda estaba. 

- Buenas tardes de nuevo tenga usted. Gracias por alojar a mi Gómez en el pajar. Aquí queda lo acordado. Llevamos rato largo caminado y venimos desencajados. ¡Ella más que carga con mis bártulos! - ríe mientras le deja una moneda sobre la mesa - Ahora, ¿nos servirían un par de vinos aquí al compañero y a mi?  Tenemos la garganta que de esparto parece.

El tabernero saca dos cuencos de barro y los llena con un vino espeso de una jarra que guarda con tapa sobre un taburete. Munio levanta su vaso, desea salud a los que tiene cerca y pega un buen trago. 

- Copón Eneko, ¡este vino yel acabose! Qué bueno... De esto antes de irnos mañana llenamos el peyeyu.  

Sin acabarse el vaso, vuelve al tabernero. 

- Paisanu, qué brebaje. No será la última que me tome, no. - se termina el vaso - Pero ahora a lo importante. Andamos de camino para ver al apóstol y estamos en Hornillos de paso. ¿Sabe de alojamiento, un par de cuartos al menos, para descansar nuestros lomos? Somos cinco personas y el Señor mejor durmiera sólo en una. ¿Dispone usted de sitio?

 

 

 

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29/04/2016, 09:33
Alfonso Usía

Animado se encontraba ya Alfonso, habiendo entrado en la posada y admirando el buen espíritu y actitud de sus compañeros de viaje. Estaba claro que el extraño "maleficio" que asolaba sus tierras había menoscabado el ánimo del buen señor así como el del resto de viajeros. La peste ya hacía años que asolaba el continente conocido y la inquietud le parecía poca a Alfonso. ¿Qué extraños humores causaban la enfermedad de las tierras del Señor de Torrenero? Era claro que la bilis negra causaba la peste, con esos depósitos negros bajo las axilas. Pero ¿qué era el mal que asolaba sus tierras entonces? Su teoría era que un exceso de sangre y bilis amarilla estaban provocando las cangrenas. Pero ni los baños templados ni las sangrías estaban funcionando por lo que pudo observar.

Ensimismado en sus pensamientos estaba cuando vio a Eneko y Munio dirigirse hacia el tabernero y empezar a tomar un vino, que a la vista de su animada conversación parecía ser de buena clase. Por lo que pudo escuchar, por indicación del señor, también preguntaron por alguna habitación en la que pasar la noche. Aún le quedaba un poco de vino en su bota, algo de queso y bizcocho de viaje, así que se sentó en una mesa y viendo a Don Víctor y a su Señor aún indecisos les invitó a sentarse y compartir lo poco que ya iba quedando del camino con un breve:

- Si gustáis... - Acompañado con una leve indicación de la mano. Asimismo, indicó a Munio y Eneko la comida, invitándoles también a acudir antes de que el sueño y el cansancio les arrastrara a alguna litera o camastro. 

- Esperemos que con pocas pulgas y menos chinches - Pensó Alfonso.  

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03/05/2016, 18:52
Director

El tabernero respondió a Munio que sí, que desde luego tenían habitación. Aquel lugar había habitaciones disponibles en abundancia y la mayoría de días. Ésto, pese a lo raro que pudiera parecer, era harto normal, pues los peregrinos en su mayoría dormían al raso para hacer más puro su camino, y dejaban cuanto podían las postas y descansos bastante limpias. Por ofrecimiento de Alfonso, que había ubicado buena mesa et al menos limpia, os sentásteis un momento al saber que el tabernero os prepararía una habitación individual o y otra espaciosa para vosotros cuatro. Además, la señora del tabernero os sirvió la cena, manjar de la casa, consistente en huevos revueltos con cierta panceta y sopa caliente y mínimamente especiada (para los estómagos más delicados y helados). El caso es que gustásteis pues de lo servido y comido, en tras beber los últimos tragos de vino de la bota o la jarra que os ofreció la señora de la posada, subísteis a las vuestras habitaciones, ubicadas en piso superior.

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03/05/2016, 18:52
Aldano de Torrenero

Mañana será otro día -espetó don Aldano-. Estad preparados al alba. Y acto seguido se metió en su cuarto, al igual que hicísteis vosotros lo propio.

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03/05/2016, 18:53
Director

A la mañana siguiente el gallo cantó. No lo habíais visto, pero tras el cobertizo donde la mula de Munio había un pequeño huerto con gallinas, e incluso una cerda en estado de gracia (aquello lo vísteis a través de un ventanuco). Una vez os vestísteis salísteis al pasillo y os encontrásteis de frente con do Aldano.

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03/05/2016, 18:57
Aldano de Torrenero

Buenos días, señores -os dijo-. Aparejad todo y bajemos a desayunar. Este olor huele para alimentar -notábais el humor de vuestro señor más animado. Habría dormido bien-. Ya he rezado por todos nos y por mis tierras. Vayamos -ordenó-.

Una vez abajo desayunásteis leche, huevos cocidos y unos dulces típicos de peregrino (que según la posadera, "atraían la buena suerte"), y tras pagar las postas de la noche y el establo de la mula, quedásteis a las buenas de Dios con el posadero, y listos para continuar el camino. Allí, en la salida de una posada, vísteis que se hubieron de congregar un grupo de peregrinos (que parecían haber entrado a descansar en Hornillos y ya se disponían a seguir la marcha). Don Aldano los miró fijamente mientras se ataba sus armaduras y sus guantes.

Id allí -os ordenó con cierto interés por ellos-, et preguntad por su ruta.

Notas de juego

Seguimos ;)

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03/05/2016, 19:57
Munio Recarédiz

No era ni mucho menos persona de mal humor, pero Munio aquella mañana había amanecido especialmente animado. Hacía semanas que no se iba a dormir con el estómago tan satisfecho como aquella noche. Y para más inri, se había tirado toda la velada intercambiando miradas con la posadera, de turgente delantera, sin que su marido se enterase. 

Lástima no repetir esta noche, pues vaya que sí caía... - pensó mientras iba a su camastro. 

No consumó, y esas ganas insatisfechas le llevaron esa noche por parajes oníricos harto agradables. Hasta el punto de que amaneció en postura incómoda e inoportuna bastante pegado a su colega Eneko. 

Pardiez que brazos más peludos - se dijo saltando del catre. Suerte tuvo de que le despertase el primero el canto del gallo. Se ató los calzones y bajó a aguarse la cara y demás rincones. Cuando volvió al cuarto don Aldano estaba allí llamándoles a desayunar. 

Repitieron huevos, esta vez cocidos y probaron unos dulces que bien le podían dar fuerzas para andar durante muchas horas. 

Atraen a la suerte - dijo la posadera al dejarle un par de ellos a cada uno frente a su tazón. 

Tú si que atraes - le dijo en voz baja cuando la tuvo cerca. 

Y antes de marcharse no desaprovechó el joven la oportunidad de volver donde ella y pedirle, poniéndose bien cerca, si le podía llenar el odre de aquel vino que disfrutaron la noche anterior. Rellenóselo ella sin cobrarle y despidióse aprovechando que su marido se metía a la cocina dándole una sonora palmada en el culo. 

Antes de que saliese el posadero, Munio marchó a la cuadra. Tras preparar a Gómez, el jefe ordenó. 

Id allí et preguntad por su ruta.

Y con una sonrisa boba dibujada en la boca, tiró de la mula y se acercó a hablar con los peregrinos. 

- Buen día compañeros, ¿hasta dónde andarán esta mañana? Parece que no ha de hacer mala jornada. 

 

 

 

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03/05/2016, 22:05
Eneko

Tras desayunar y asegurarse de que el pellejo de vino estaba lleno para afrontar otra jornada de camino Eneko parecía de mejor humor que el día anterior. Estiró los brazos y dejó pasar un escalofrío que lo atravesó al fresco de la mañana.

-No se para que lo mandáis Don Aldano, si da igual a donde vayan que iremos más tranquilos si vamos nosotros-dijo aunque no directamente a Aldano si no como si pensase en voz alta- ya bastantes somos y mejor así, o iremos muy lentos y es lo que nos faltaba-se quejó mientras esperaba a que Munio se enterase de adonde iban.